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Diferentes maneras de ver la vida. por LunaArlert

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Minho había optado por dejar de pensar en lo ocurrido aquella tarde en cuanto abrió los ojos al día siguiente.

Le había dado vueltas a la cama más de veinte veces en toda la noche y, por si fuera poco, sentía que no había descansado casi nada. Los ojos le ardían mientras que sentía a alguien brincándole en el cerebro.

Aún era incapaz de saber por qué lo ocurrido ayer le seguía rondando tanto la mente, había ayudado a alguien, sí, nunca lo hacía, también, pero no era tan importante como para robarle el sueño que tanto adoraba.

—Definitivamente soy un estúpido —se dijo, apretando las manos en contra de sus ojos.

Taemin no tenía nada de especial, no era rico ni importante como lo era él o la mayoría de sus compañeros de clase, era distraído y tímido. ¿A quién podía gustarle alguien como él?

Sintiendo que el estómago se le revolvía de solo pensarlo, se levantó, aventando las sábanas al piso y caminando hasta su baño, esperando que el agua fría le bajar el dolor de cabeza.

—Bueno días, joven Minho, su padre lo está esperando para desayunar —la ama de llaves lo saludó con una sonrisa aunque supiera que este nunca se la devolvía.

—Que espere sentado, se me ha hecho tarde —masculló. No era cierto, aún tenía bastante tiempo para llegar cinco minutos antes pero la idea de aguantar alguno de sus sermones no era nada atractiva.

—Entiendo, no debe de preocuparse, le diré que debía de llegar temprano.

No era la primera vez que se planteaba agradecerle a aquella mujer el cubrirlo cuando se sentía mal pero, las palabras no salían de su boca. Aquella mujer de cincuenta y dos años de edad lo había cuidado desde que tenía año y medio y aunque él bien sabía lo doloroso que le era ver en lo que se había convertido, ella siempre lo trataba bien e inventaba excusas para eludir alguna pelea contra su padre.

Suspirando ante sus propios pensamientos, tomó su mochila y salió de la habitación, bajando las escaleras rápidamente para hacer su excusa un poco más factible. Alcanzó a escuchar que su padre le gritaba algo cuando estaba atravesando la puerta pero no se detuvo y siguió hacia el auto, donde el chofer ya esperaba por él.

Lee Taemin.

Buscó infinidad de veces el nombre en internet, intentando saber de dónde venía, si sus padres eran empresarios de algún otro país, ciudad o lo que fuera pero siempre obtenía el mismo resultado: nada. No aparecía en artículos de revistas, periódicos u otro medio que se dedicara a hablar sobre la vida y obra de las personas más adineradas de su medio. No había nada de él.

—¿Alguna vez has escuchado algo sobre Lee Taemin? —Preguntó bruscamente al conductor, sorprendiéndolo levemente.

—¿Lee Taemin? Me temo que no, lo siento mucho joven Minho —el hombre respondió, aclarándose la garganta—. Pero si gusta puedo investigar sobre él.

—No, déjalo así —se sintió tonto por andar preguntándole a otras personas y que estas vieran lo confundido que se encontraba su cerebro.

El hombre permaneció mirando de cuando en cuando al espejo retrovisor, esperando a que Minho hablara de nuevo pero el otro no lo hizo, mantuvo la mirada clavada en su celular, realizando la misma e infructuosa búsqueda que antes.

—Me he enterado de lo que hiciste ayer.

Sabía que Kibum se enteraría, siempre tenía esa habilidad de saber lo que pasaba en todos lados, estuviera o no ahí. Lo que había deseado es que no lo cuestionara pero aquello era pedir que no hiciera frío en invierno.

—Ya. Felicidades —contestó, apartándolo de su camino para llegar hasta el salón.

—¿Quién diría que puedes ser bueno por una vez en tu vida? —Kibum continuó, acelerando el paso para alcanzarlo—. Aunque deberás de repetirlo.

—No, no lo volveré a hacer —si una ocasión le había arrancado el sueño, no se imaginaba lo que pasaría si lo hacía de nuevo.

—Oh claro que sí —el otro se paró delante de él para que lo escuchara—. Conoces a esos idiotas y ahora que saben que ayudaste a Taemin, buscarán molestarte más a ti y él con eso.

—Pues tendrá que arreglárselas solo —su voz sonaba confiada pero el estómago le dolía de pensar que algo más malo pudiera pasarle a Taemin.

—¡Que ni tú te la crees! —Rio—. Sabemos que Taemin es demasiado suave para su propio bien y créeme que si le llega a pasar algo, serás tú quien no se la acabe conmigo.

—Tanto te preocupa, entonces cuídalo tú o manda a Jonghyun para que lo haga —parecía que el mundo quería hacerle sufrir por haber ayudado a alguien como él.

—Ya te lo he dicho.

Odiaba que todo se confabulara en su contra. No terminaba de entender por qué había reaccionado de aquella manera y por qué su mente no comprendía por qué no podía dejar de pensar en Taemin y de dónde venía.

Aunque tenía la cabeza en otro lado, entró al salón y se acomodó en su lugar, aunque no creía que fuera a servir de algo puesto que estaba casi seguro de que no iba a entender absolutamente nada de lo que aquel profesor estaba por intentar explicar.

—Joven Minho, ¿algo le molesta? —La ama de llaves le preguntó mientras le servía de comer.

—No es nada —la mujer se sorprendió de que Minho no hablara con aquel desdén al que estaba acostumbrada, si no que usara un tono distraído en su lugar.

—He cuidado de usted desde que tiene un año y medio de edad, conozco que algo tiene —dijo, esperando que le contestara—. Pero no quiero presionarlo así que tómese su tiempo.

Minho se mordió el labio, tenía una idea pero le daba miedo expresarlo, no le gustaba demostrar debilidad ante nadie, su padre le había enseñado que eso solo traía problemas.

—Tú haces las compras en el distrito Jung-gu, ¿verdad? —Preguntó finalmente, haciendo que esta se detuviera y regresara a su lado.

—Así es, mañana mismo iré por lo demás —dijo, dejando el plato sobre la mesa.

—¿Has escuchado sobre alguien llamado Lee Taemin? —Preguntó, pidiendo que no preguntara nada.

—¿Lee Taemin? Lee, Lee… —se alisó el delantal antes de levantar la mirada nuevamente—. He escuchado sobre Lee Jinki, puede que estén relacionados pero no puedo asegurárselo.

—Ya. —agitó la cabeza, no sabía en qué había pensado para preguntar tal cosa, aunque… ¿Taemin tenía un hermano?

—Le preguntaré a la conocida que tengo en el restaurante donde trabaja, quizá pueda encontrar algo bueno para usted.

Aunque se sentía como acosador, asintió levemente, desviando la mirada de ella y viendo su plato.

—Realmente odio a la gente… —Jonghyun se quejó mientras los tres caminaban por la calle.

—¿Ahora qué te hicieron? —Kibum suspiró, mirando a su pareja.

—A mí nada, un par de brutos intentaron molestar a Taemin —suspiró pesadamente—. Y el patético profesor ni siquiera supo cómo calmarlos, yo me metí.

—Porque tú eres una buena persona —Kibum sonrió, recargando su cabeza en su hombre—. Menos mal que has podido ayudarle.

Algo dentro de sí le hizo querer golpear a esas personas con sus propias manos pero se contuvo y, al parecer, logró pasar desapercibido de los otros dos.

—He encontrado algo importante para usted, joven Minho —la mujer le saludó en cuanto entró—. Lee Taemin es hermano de Lee Jinki, ambos viven juntos y al parecer sus padres fallecieron en un accidente.

—Ya veo… —dijo, caminando a su habitación—. Gracias.

Aquellas palabras dejaron en shock a la mujer que solo atinó a sonreír con orgullo, volviendo a sus quehaceres.

Ahora entendía por qué no había encontrado nada acerca de ese chico. El saber que vivía solo con su hermano le hizo sentir algo incómodo en el estómago, él tenía todo y no se imaginaba vivir solo con su hermano que se dedicaba a eclipsarlo.

—Ese chico está acabando con mi vida…

Notas finales:

Demasiadas cosas, demasiadas cosas...

Ya veremos que pasa entre estos dos~

No olviden dejar su comentario allá abajito y muchas gracias por leer <3

¡Nos leemos pronto!

Annyeong!


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