—Es como un tipo de genio, ¿saben? —Jonghyun dijo, mientras él, su pareja y amigo caminaban por los pasillos—. ¡Tiene veinte años y está en mi clase!
—Tú perdiste un año, ¿recuerdas? —Minho rodó los ojos, no queriendo escuchar más acerca de ese chico.
—¡Oye, ya lo sé! Aun así, tú y yo estamos en el mismo grado y él está conmigo —le miró con enojo—. Es callado y tímido, como un genio debería de ser.
—Yo pienso que es tierno, se veía tan asustado ayer, apuesto a que es nuevo —Kibum rio.
—Sí, lo es, me dijo que lo han transferido ayer —Jonghyun asintió.
—¿Hablaremos de él todo el día? —Minho gruño, no podía entender por qué sus amigos estaban tan obsesionados con ese mocoso que tenía la cabeza en las nubes.
—¡No seas así, Minho! Chocó contra ti por accidente —Kibum le golpeó el hombro—. Deberías disculparte con él por comportarte de esa manera.
—¡Já! Disculparme, buena broma —él jamás se disculpaba con nadie.
—Está bien, está bien, hablemos de las clases de hoy entonces, estoy seguro de que han hecho la tarea, ¿verdad, Minho? —Miró de reojo al chico quien solo se alzó de hombros.
—Lo intenté.
—¿Jonghyun?
—Ah, yo he hecho los tres primeros ejercicios… Es bueno, ¿no crees? —Se alejó torpemente de los ojos felinos de su novio.
—Estoy rodeado por dos personas sin cerebro —se masajeó la sien antes de caminar más rápido y entrar a su salón.
—Y se enojó… Más tarde me matará —Jonghyun suspiró—. Buena suerte con él, Minho. —Le palmeó la espalda antes de entrar a su salón.
Minho continuó caminando hacia su salón, no podía importarle menos si Kibum estaba realmente enojado con él o no, la noche anterior había tenido que soportar un sermón de una hora de parte de su padre acerca de la importancia del negocio que iba a heredas y las cosas que necesitaba hacer para estar listo, mencionando de nuevo a su siempre perfecto, hermano mayor. Tuvo que usar todo su autocontrol para decir que estaba trabajando duro y que no los decepcionaría.
Lo que menos quería en ese momento era escuchar a un viejo hablar sobre teorías económicas.
Involuntariamente, volteó a ver al salón de Jonghyun encontrando al mismo chico sentado en la misma banca del día anterior, luciendo bastante nervioso mientras veía a su alrededor, jugueteando con sus dedos «¿Qué está haciendo alguien como él aquí? »Se preguntó, el chico no parecía el tipo de persona que está próximo a ser un hombre de negocios, ni siquiera parecía tener el mismo estatus que el resto de estudiantes en el lugar.
«No me importa. » Terminó, entrando a sus clases.
—Siéntate lejos de mí, no quiero estar cerca de ti cuando el profesor te regañe por no traer la tarea —Kibum le espetó.
Minho simplemente lo ignoró, sentándose en el mismo lugar de siempre que, justamente, era a lado de él—. No estoy de humor, Kibum.
—Oh pero si eso no es noticia, siempre estás así —intentó hacerlo reír pero Minho simplemente sacudió la cabeza y miró a otro lado—. Hey, dime, ¿cuál es el problema? —Aunque solía hacerlo enojar y comportarse de esa manera que llegaba a molestarlo, Minho era su amigo y le preocupaba su bienestar.
—Mi vida.
El profesor entrando en el salón cortó cualquier oportunidad de hablar más, Kibum suspiró, deseado que las clases terminaran rápido para poder hablar con él, su amigo NO podía estar de esa manera por mucho tiempo.
~O~
—Ya lo sé, padre, no necesitas recordármelo, ahí estaré.
Minho suspiró después de colgar. Ese miércoles había empezado siendo el peor, se levantó tarde porque olvidó cargar sus celular, causando que la alarma no lo despertara. Corriendo como no recordaba haberlo hecho en su vida, deseó llegar aunque fuera un par de minutos tarde pero para su fortuna, su padre lo vio y tuvo que soportar otro sermón acerca de la importancia que tiene la puntualidad. Tras su discurso educacional, su chofer lo llevó a la escuela… Continuando con sus desgracias, un jodido accidente detuvo el tránsito por treinta minutos.
Para cuando arribó al salón, soportó otro regaño de su profesor que provocó un montón de risillas medio disimuladas de parte de sus queridos compañeros de clase. Como cereza del pastel, Kibum no había asistido a clases ese día puesto que debía atender una reunión de su familia con un par de nuevos inversionistas, Jonghyun se enfermó, recibió un mensaje donde el otro le decía que podría quedarse su consola de videojuegos cuando muriera, que alguien lo había maldecido y ahora su estómago lo estaba matando lentamente. En pocas palabras, estaba completamente solo.
—Oh, ¡lo siento! Oh, no… —Justo cuando empezaba a considerar el asesinato como una opción viable para liberar el estrés, alguien chocó contra él…de nuevo.
—¡¿Tú de nuevo?! ¿¡No puedes ver por donde caminas o qué?! —Era el mismo chico que ayer, el mismo del que sus amigos hablaron durante todo el día.
—L-Lo siento, N-No quería hacerlo… —Inmediatamente bajó la cabeza, inclinándose levemente.
—¡Es por eso que chocas contra todo! ¡Levanta la cabeza para que puedas ver por dónde vas! —Le gritó, este chico tuvo la mala fortuna de chocar contra él en su peor día—. ¿Crees que todo mundo reaccionará como yo?
—N-No, n-no volverá a pasar, lo siento mucho. —Minho se sorprendió cuando la voz del chico tembló, no le había dicho nada demasiado grave como para empujarlo al borde del llanto.
—Dime tu nombre, al menos así sabré en qué lugares debo de estar preparado para tus golpes —continuó, estaba sorprendido, sí, pero no era el tipo de persona que se sintiera mal por lo que le hacía a alguien. No le importó cuando una de sus criadas lloró después de que él le dijera que era mala haciendo su trabajo después de que esta no tuviera su desayuno a tiempo, no le importó cuando un chofer renunció después de que él hiciera una escena frente a sus padres por el simple hecho de que no le caía bien. ¿Por qué habría de ser diferente con él?
—T-Taemin, soy L-Lee Taemin. —Murmuró, girándose para salir corriendo de ahí—. Lo siento mucho, de nuevo.
Minho permaneció mirándolo mientras caminaba por el pasillo con las piernas y manos temblándole, ese chico era demasiado suave para su propio bien, era cuestión de tiempo para que los típicos grandulones empezaran a molestarlo.
«Lee Taemin, el nombre no me dice nada, como supuse, no es de una familia importante… » Sacudió la cabeza cuando el chico chocó contra otro profesor quien simplemente le sonrió y palmeó el hombro antes de seguir su camino «¿Por qué reaccionó de esa manera? No le he dicho nada lo suficientemente malo para que se pusiera así, supongo que no le hablaré de la misma manera la próxima vez. »
Continuó caminando hacia la salida a donde su auto se encontraba, fue hasta que estaba por subir que se dio cuenta de lo que había pensado.
¿La próxima vez?
¿No le hablaría de esa manera?
—¿Qué demonios? —Murmuró, no dando crédito a lo que pensó.
—¿Se encuentra bien, señor? —Su chofer preguntó, mirándolo con confusión.
—Sí, como sea —dijo, golpeándose mentalmente.
Lee Taemin.
¿Qué demonios pasa conmigo?