Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Solo cambiemos el rumbo por ItIsOnlyLove

[Reviews - 27]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

No sabía que era peor, esperar a que alguien me sacara del Bosque Prohibido, que ese alguien sea el gran Harry Potter, o salir yo solo con un enorme hurón blanco con enorme y grosera bocaza.

- Te lo digo niño de mierda –dijo mientras jugaba con un pequeño ratón entre sus manos –Ojala te hubieras muerto antes de que te encontrara... ¿Debí haberte matado mientras tuve la jodida oportunidad y comer tus regordetas tripas de mago? Sí, pero ya no puedo hacerlo... ¿Cuál fue el jodido y estúpido hechizo que utilizaste?

- Un hechizo de enlace corto –dije mientras rebuscaba en el bosque con la varita en Lumos.

- ¿Cómo funciona? –dijo mientras pateaba la hojarasca.

- Te une mágicamente a mí por un corto tiempo –dije mientras escuchaba el crujir de las hojas tratando de buscar cualquier otro sonido.

- Oye ¿Y no es un hechizo de esos dificilísimos? –dijo mientras sonreía curioso.

- No es tan difícil –dije suavemente algo halagado –No es un hechizo de toda la vida.

- Entonces eres un inepto –dijo para zamparse el ratón rápidamente.

Lo deje caminar tranquilamente a mi lado, ahora tenía un jodido hurón de un metro de altura que habla unido a mi quien sabe cuánto tiempo. Nota mental no vuelvas a hacer un hechizo si no sabes bien cómo funciona. Escuche como el hurón paraba en seco y me indicaba que apagara la varita, todo se quedó en completa oscuridad mientras trataba de agudizar el oído.

- ¡Apúrense! –dijo Hagrid a lo lejos –Hay que encontrar a Albus.

Ya habían llegado, simplemente genial.

- ¿Esos son tus amiguitos Mago? –dijo el hurón colocándose en cuatro patas y erizando su lomo.

- Pues si –dije con miedo –Aunque creo que me espera un buen regalo y expulsión...

- Solo un idiota como usted mago escapa a un jodido Bosque Prohibido.

- Si, lo has repetido por las dos horas que aguante tu odiosa presencia –dije agrupando todo mi coraje para mostrarme a Hagrid.

- ¡Albus!

Hay estaba mi mayor temor, el siempre ocupado Harry Potter mínimo había salido rápido del trabajo para buscar a su hijo vergüenza, maldije a lo bajo sintiendo como el valor que había juntado escapaba como Hugo cuando Rose lo descubre mirando sus cosas... Vida larga a Albus Severus Potter, nunca olviden su gran obra y vida.

- ¡Papá! –grite lo más alto que pude.

- ¿Albus? –gritaron nuevamente.

- ¡Aquí estoy! –dije tomando todo el aire posible.

Mire al hurón que sonreí divertido, gracias al hechizo no podía separarse sin que sintiera un punzante dolor en el cuello. Bueno estaría acompañado por un hurón durante todo el castigo.

- Estas temblando maguito –dijo mientras se acercaba a mi envolviéndose en mis piernas -¿Debería matarlos maguito?

- Nada de eso hurón grosero –dije mientras trataba de zafarlo de mis pies -¡Fuera!

- ¡Expelliarmus! –escuche a lo lejos, la intensa luz roja dio de lleno en mis pies mandándome a volar junto al hurón.

Caí ruidosamente al suelo, escuché como algo parecía romperse y solté un alarido.

- ¡Albus! –grito mi padre al ver lo que había hecho.

Muy bien arrepiente Harry Potter, espero que mi madre te de buena escarmuza por esto.

- ¡Por Merlín Harry! ¿Qué hiciste? –escuché la voz de la Tía Herm.

- ¡Un enorme Huron se lo estaba comiendo! –dijo en defensa señalando al hurón que lo veía con la espalda encorvada y mostrando sus filosos colmillos.

- ¡Lo protegía magos de mierda! –dijo voraz el hurón.

Los gritos de asombro vinieron rápidamente, mientras sentía mi brazo izquierdo roto, mi padre se dirigió rápidamente a mí.

- ¿Albus, hijo? –dijo acercándose.

- No me toques padre –dije rápidamente antes de que se acercara lo suficiente –Ya hiciste suficiente.

Mi padre retrocedió un poco para darle paso a Hagrid y un enorme tumulto de niños detrás... entre ellos Scorpius.

- ¡Por la memoria de Dumbleodore! –dijo observando mi brazo que había tomado un ángulo extraño -¡Se ha roto el brazo! ¡Hay que llevarlo rápido al castillo!

Hagrid me tomo en brazos, el hurón se subió rápidamente en mi estómago haciéndose un bola, mirando a todos desafiantes y con los colmillos por fuera. Hagrid comenzó a moverse cada vez más rápido, vi a lo lejos la cara preocupada de Scorpius, sentí esa nostalgia realmente preocupante... Ahora sabía que todo había terminado.

***

Desperté en la enfermería, con el brazo completamente curado; todo me parecía confuso, mis padres me miraban con alegría, me senté en la cama de la enfermería. Me sentía tan exhausto, sentía mi cuerpo adormecido y sin ganas de hablar.

- ¿Cómo estas hijo? –dijo cálidamente mi madre.

La mire fijamente y luego ignore su pregunta, mire alrededor, buscaba la cabellera plateada que no se encontraba allí. Mi corazón dio un vuelco, mis ojos se cerraron como un forma de aguantar las lágrimas que acudían con fuerza a mis ojos.

- ¿Albus? –dijo suavemente mi padre.

- Quiero –dije lentamente llamando la atención de mis padres –Irme de Hogwarts.

Se quedaron en competo silencio, me miraron como si se tratara de alguna broma, pero mis facciones permanecían serias.

- ¿Por qué? –dijo con angustia mi padre.

- Quiero ir a Durmstrang –dije con algo de dolor –No quiero estar en Hogwarts, no quiero permanecer cerca a nadie padre.

- ¿Ni a tu familia? –dijo escandalizado.

- No cambiara nada –dije algo enojado –Siempre están ocupado las pocas veces que nos podemos ver, siempre sacas escusas para evitar vernos, ¡No siento tu apoyo! ¿En qué cambiaría? ¡En nada!

Me miro iracundo para luego darme una bofetada.

- ¡Harry! –dijo mi madre viendo mi labio que comenzaba a sangrar.

- ¡Bien! Que haga lo que se le pegue en gana –dijo levantándose -¡No le detengas Ginny! Le hace falta probar la disciplina de Durmstrang.

Salió casi corriendo de la enfermería, mi madre me miro con lastima, acaricio mi mejilla que comenzaba a ponerse roja.

- ¿Estás seguro de esto? –dijo preocupada –Si lo decides habrán muchos cambios.

- Si no quiero ser un Gryffindor como toda la familia, si no quiero estar en Hogwarts como toda la familia ¿Aun así me llamarás hijo?

- Claro que lo haría mi niño –dijo suavemente dándome un suave abrazo –Siempre serás mi hijo, mi pequeño.

Sabía que todo era una dulce mentira, todo se desvanecería si seguía un camino diferente, ¿lo soportaría? Siempre he dado todo para encajar en la familia, luchado por tener principios que no creo, sé perfectamente que ellos que se vanaglorian de ser mi familia me darán la espalda al ver que no soy como ellos.

Pero no quiero ser como ellos, no quiero ser un perfecto Potter defensor de lo que se considera bueno, testarudo y carismático. No quiero ser un Potter, no quiero ser un Albus, no quiero ser un Severus, quiero ser yo sin limitaciones, no quiero que un nombre me defina,. Algo que yo no he escogido.

- Piénsalo bien Albus –dijo mi madre dándome un suave beso en la frente –Durmstrang es una escuela bastante dura... Podrían cambiarte.

- Cambian a las personas en cualquier lugar madre –dije secamente –Lo pensare si eso te hace feliz, tratare de buscar la respuesta que busco.

Ella asintió y luego salió de la enfermería, cerré mis ojos y luego escuché la risita burlona de aquel hurón.

- ¡Saliste todo un rebelde maguito! –dijo divertido mientras se subía hábilmente por la cama -¡Piénsalo, piénsalo! ¿Qué harás?

- ¿Te incumbe hurón? –dije saliendo de la cama.

- Ni aunque quisieras –dijo colocándose a mi lado en dos patas.

Camine en silencio por la enfermería, mire una salida del colegio, se veía a lo lejos el enorme lago la brisa veraniega paso delicadamente por las hojas haciéndolas susurrar. ¿Qué perdería? Realmente nada que me importara demasiado, solo quiero dejar este lugar.

- ¡Rápido! –dijo un muchacho de quinto de Hufflepuff -¡Malfoy esta realmente enfurecido!

Mire a donde se dirigirán, pude ver un tumulto de personas y entre ellas una cabellera platinada. Me acerque lo más rápido posible tratando de hacer un espacio entre tantas personas.

- ¿Qué le hiciste Northway? –dijo increíblemente serio señalándole con la varita.

- Nada que le incumba Malfoy –dijo Northway abatido.

- Pensé haberle dicho que no se acercara a Albus serpiente –dijo levantando la varita preparándose para un hechizo, Northway saco rápidamente la suya.

- No seas hipócrita Malfoy –dijo sonriente –Tu apellido es sinónimo de serpiente rastrera.

Scorpius permaneció tan apacible, pero esa aura de aparente tranquilidad me dejo helado, algo iba realmente mal, comencé a codear para abrirme paso, cuando al fin llegue al frente los dos se miraban fijamente, ninguno daría el primer paso, pero los dos estaban listos en caso de que alguno lo hiciera.

- Creo que es suficiente –dije con aparente tranquilidad.

Los dos me miraron sorprendidos, Northway se cohibió ante mi mirada y Scorpius soltó su varita.

- No hagan cosas innecesarias –dije con mi sonrisa normal -¿Lo cree necesario Northway?

Me miro a los ojos guardo su varita y bajo la cabeza nuevamente.

- No –dijo en un hilo de voz.

Todo permaneció en un incómodo silencio hasta que se escuchó el repiquetear de los gruesos tacones de la directora McGonagall.

- ¡Dispérsense! ¡Regresen a sus clases! –todos se desvanecieron rápidamente –Si fueran tan amables de seguirme señor Potter, Malfoy y Northway.

Seguimos a la directora en silencio hasta llegar a la gárgola donde se encuentra la oficina de todos los directores de Hogwarts, susurro la contraseña y la gárgola se hizo a un lado, subimos por las escaleras hasta llegar a una amplia sala, llena de libros y cuadros de antiguos directores, donde descansaban Albus Dumbleodore con una amable sonrisa y Severus Snape con su mueca de desagrado. También estaba mi padre todavía enfadado, mi madre, el padre de Scorpius el señor Malfoy que charlaba amenamente con otro señor de apariencia severa, facciones marcadas y sonrisa petulante.

- ¡Pero si es el joven Albus Severus Potter! –dijo amablemente el cuadro de Dumbleodore -¿Gustas de un caramelo?

- No, muchas gracias –dije dándole una pequeña sonrisa.

Todos se miraron entre si y tomaron respectivo asiento, Northway se sentó junto al señor con facciones marcadas.

- Bien –dijo la directora McGonagall –Espero que todos sepan porque están reunidos aquí –los adultos dieron un pequeño asentimiento –El joven señor Potter, el día de ayer escapo del castillo dirigiéndose al Bosque Prohibido, la última persona con la que fue visto ha sido el señor Northway, mientras el señor Malfoy ha asegurado que le persiguió hasta el límite del Bosque Prohibido, donde nuestro conserje el señor Flitch lo detuvo antes de que se internada en el... Dejando el contexto de lado, me gustaría ir directo al grano Señor Albus Potter ¿Por qué corrió hacia el Bosque Prohibido?

- ¿Es de suma importancia decirlo frente a todo Directora? Es un tema bastante bochornoso.

- Me temo que si lo es señor Potter –dijo severamente –Por favor comience.

Mire a Northway indicándole que ya todo se había acabado, pero no con aire travieso ni vengativo, sino temeroso. El asintió dándome el permiso.

- Me temo que no será una historia corta, comienza desde primero, que ha continuado hasta hace poco, no diré detalles, ni nada que perjudique la imagen de ninguno de los presentes aquí, salvo la mía Directora. Según lo que veo... yo escape del colegio por mi cuenta en una situación bochornosa que me rehusare de contar.

- Nos está diciendo que tomara toda la responsabilidad de lo sucedido –dijo la Directora viendo por encima de sus gafas.

- Si así lo quiere tomar, no intervendré en su divagación –dije mirando el cuadro de Severus Snape que miraba interesado.

- ¡Un Potter que acepta su error! –dijo cínicamente el cuadro de Snape.

- ¿Podría tomar la palabra Directora? –dijo Scorpius poniéndose de pie.

- Ya he testificado Scorpius –dije seriamente.

- Quiero agregar algo a tu testificación Al –dijo secamente.

Lo mire desafiante, solo yo quería ser el afectado.

- Prosiga Señor Malfoy –dijo McGonagall.

- Ayer, no veía a Albus desde el almuerzo, en estos últimos meses hemos tenido una pequeña pelea... –dijo mirando a Northway –Al no verlo regresar al dormitorio luego del toque de queda, me escabullí por los pasillos tratando de encontrarle; lo busque por un buen rato, en eso de la media noche escuche pasos lentos y pesados con una respiración agitada.

- No digas más Scorpius –dije en advertencia.

- Lo encontré recostado en la pared del pasillo –dijo ignorándome por completo –Me acerque a él estaba jadeando y débil, se apoyó en mi implorando ayuda...

- ¡Suficiente! –dije levantándome.

- ¡Deje terminar al señor Malfoy, señor Potter! –vocifero la Directora McGonagall

- ¿QUIERE SABER QUE SUCEDIÓ? ¡Bien! –dije tomando aire - ¡Le ataque, me restregué como un vil animal, le dio un beso y le mordí el labio! ¿Felices?

Todos se quedaron en un vergonzoso silencio mientras sentía mi cara enrojecer, tome asiento nuevamente y espere a que todos digirieran la información.

- ¿Hiciste que con mi hijo, Potter? –dijo el Señor Malfoy -¿Acaso crías depravados Potter?

- ¡No te metas con mi hijo Malfoy! –dijo mi padre levantándose -¡Aquí el único que se revolcaba con medio Hogwarts es otro!

- ¡Cálmense los dos! –dijo McGonagall -¿Se podría saber por qué... ataco al señor Malfoy?

- Me niego a responder –dije cansado.

- ¡Estaba drogado! –dijo rápidamente Scorpius –Después de que me... besara pareció despertar, me miro aterrado y luego comenzó a correr hacia el Bosque Prohibido.

Todos me miraron esperando que complementara la información, me mantuve en silencio dando a entender que no diría nada más.

- Disculpe, ¿Pero en que figura mi hijo en todo esto? –dice el señor Northway levantándose.

- Yo –dijo Northway por primera vez –Le di la droga a Al... a Potter.

Me miraron nuevamente y luego dirigieron las miradas a Northway.

- ¿Qué le dio al señor Potter? –dijo calmadamente McGonagall.

- Le di... un potente afrodisiaco –dijo casi inaudible.

Escuche como Scropius rechinaba los dientes en un vano intento de mantener la compostura frente a su padre, se levantó del asiento y le dio un fuerte puño a Northway en la nariz. La silla se volcó y Northway cayo con ella, su padre se escandalizo y en la sala se comenzó a discutir sobre la castidad y precocidad de todo el mundo, el cuadro de Dumbleodore se levantó de su silla, luego mando callar a todos.

- ¿Nos podría iluminar señor Northway, por qué utilizo esa sustancia en un alumno de segundo año? –tenía una suave sonrisa, pero sus ojos y su voz no se sentían para nada felices.

- Potter trabajo para mí –dijo mirándome en busca de explicación, suspire y aclare mi voz llamando la atención de todos.

- Teñí su cabello de un verde fosforescente –dije mirándole –Para que no supiera quien lo había hecho le lance un Obliviate –me miraron sorprendidos –Salió bastante bien, pero tome más información de la que debía y sus compañeros se dieron cuenta, al ser un hechizo bastante débil lo cancelaron, se acordó de absolutamente todo... Decidió que lo ayudaría en una investigación a cambio de guardar el hecho de que utilice un hechizo peligroso en él.

- ¿Qué tipo de investigación?

- No lo escucharan de mi –dije volviendo a mi huelga de silencio.

- Encontrar a toda la población homosexual de Hogwarts... -Northway continúo suavemente –Me daba información, poco a poco le comencé a molestar más, a... tocarle más, pero no se inmutaba y eso me sacaba de mis casillas, así que decidí... pues hacer eso y –dijo totalmente rojo.

- ¡Por Merlín! –dijo mi padre totalmente colérico -¡Su hijo casi viola al mío, eso ya es un quiebre en la ley, tanto muggle como mágica!

- ¡Su hijo provoco al mío! –dijo el señor Northway -¡Lo sedujo! ¡La culpa es de él!

Siguieron debatiendo de quien era culpa, culparon hasta a la directora por permitir ese desliz en la protección de la integridad de los estudiantes.

- ¡Suficiente! –dijo el cuadro de Dumbleodore –Retomen la calma, escuchemos el que ha salido directamente perjudicado... Ahora hijo –susurro mirándome -¿Tu que dices?

- ¿Yo? –dije algo desubicado –No me interesa, nada de lo dicen, defienden, no me interesa... Solo quiero irme de aquí.

- ¿Irte? –dijo Scorpius buscando mi mirada.

- Como te lo prometí madre –dije mirando a la Directora –Pensé en lo que dije, quiero dimitir en Hogwarts y tramitar un traslado a Durmstrang, le doy la razón a mi padre, me falta disciplina norteña.

Todos me miraron incrédulos, ya no había vuelta atrás.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).