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Éxtasis por Fyrea

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Jonghyun aún tenía en los oídos la conversación que había mantenido con su hermana aquella noche, tres días atrás. Había querido ser sincero con ella respecto a su vida amorosa, por una vez en años. Y las cosas no habían salido bien. No era como que no se lo hubiera esperado, pero dolía.

-Es una broma.

-No, Sodam. Quien haya sido la persona que le fue a decir cosas a Hyoyeon… no estaba equivocado.

-¿En qué no estaba equivocado?

-Que yo y la persona con la que me vieron tenemos algo. Y esa persona es un hombre.

Se fregó el rostro antes de darle una mirada al bar. Era una noche lenta, y con más razón resentía la falta de Kibum en el lugar. Por otro lado, prefería que el menor estuviera fuera de la ciudad. De ese modo, él tenía tiempo para recomponer su ánimo.

-¿Desde cuándo?

-¿Desde cuándo me veo con él?

-No. ¿Desde cuándo que te ves con hombres?

-Años.

Gruñó para sí. Los días siguientes habían sido tensos. Tenía la certeza de que ese fin de semana, luego de que fuera a dejar a Gwiboon con su madre, no volvería a ver a Sodam sino hasta la siguiente vez que fuera su turno de tener a la menor.

Por las mañanas, mientras tomaban desayuno, ella lo miraba por sobre su tazón como si estuviera pensando una y otra vez la conversación de esa noche, al igual que hacía él. Después se la pasaba inventando alguna excusa para no separarse de la pequeña hasta que se iba al restaurant. Y luego no volvía sino hasta dos minutos antes de que él se fuera al bar. Aparentemente, conversar, de momento, estaba fuera de discusión.

-No puedo creer que no te conozco.

-Sodam, sigo siendo yo.

-No. Mi hermano no me guardaba secretos.

-Tú también me has estado ocultando cosas últimamente.

-Yo no me estoy viendo con mujeres, Jonghyun. No compares.

Tenía claro, ahora, que haberle arrojado a su hermana el hecho de que ella también tenía un secreto había sido algo bajo. ¿Quién no guarda secretos? Y si bien esa pregunta también validaba su error, sabía que eran asuntos muy distintos. Sodam no llevaba años viéndose con quien-fuera. Y, como ella bien había señalado, ella no le había dado un vuelco a su vida en 180 grados.

Un cliente lo sacó de su ensimismamiento, dirigiéndose luego hacia Lee, justo antes de que Minho se le acercara.

-Te ves cansado.

-Gracias -le dijo en un tono de poco halago real.

-Lo digo en serio. ¿Estás durmiendo bien? ¿Pasó algo?

-Hyoyeon... -dijo en tono frustrado, casi en modo automático, pero se detuvo. ¿Cómo iba a explicarle a Minho lo que estaba pasando sin contarle por qué estaba pasando?

-¿Qué pasó? ¿Qué quiere ahora? ¿El restaurant? ¿El bar?

Jonghyun movió la cabeza en negación dándose tiempo de inventar algo.

Al cabo, no dio con nada.

-No, nada de eso. Sólo que ahora quiere que sea yo quien vaya a buscar y dejar a Gwiboon.

-¿Tuvo alguna pelea con tu hermana?

-No… ya la conoces. Está loca.

-¿Quién? ¿Sodam? -preguntó Minho bromeando. -Sí, lo tengo claro.

Y a Jonghyun lo volvió a atacar esa idea de que Minho era quien estaba viéndose con su hermana. Pero dado los últimos acontecimientos se sentía más consciente que nunca de cuán poco autorizado estaba para hurgar en los asuntos personales de los demás. Aún cuando estos fueran su hermana y quien era su mejor amigo, y socio.

-Minho, ¿puedo hacerte una pregunta? -La curiosidad llevándose los resquicios de sus peros.

-Sí -dijo el otro con naturalidad. -,pero conoces la política. Una por una.

Aún así, sabiendo a lo que se exponía, temiendo y esperando la pregunta que vendría luego de que él consiguiera su respuesta, expuso su duda.

-Si estuvieras saliendo con mi hermana de nuevo, ¿me lo dirías?

Minho sonrió de un modo pícaro. Pero Jonghyun no supo identificar qué significaba esa sonrisa.

-Tal vez -dijo hundiéndose de hombros. -Probablemente -rectificó luego.

Jonghyun enangostó sus ojos de un modo gracioso, olvidándose de sus propios demonios por unos momentos. Minho se echó a reír.

-¿Eso es un sí, o un no?

-Eso es un: “no sería de tu incumbencia; pero sí, te lo diría”.

-¿Entonces?

-¿Entonces, qué? -devolvió Minho, verdaderamente intrigado esta vez.

-¿Estás o no saliendo con mi hermana?

-¿Con Sodam? Te volviste loco. -Y volvió a reír.

-¿Entonces, no?

-No -aseguró con rapidez. -¿De dónde sacaste esa idea?

-Sodam está saliendo con alguien. Eso me lo afirmó ella. Y como ustedes parecen volver a llevarse bien, pensé que…

-Pensaste mal. Sí, nos estamos llevando bien, pero no vamos a volver. Ese barco zarpó hace mucho -aseveró con un movimiento de la mano dando la idea de que la embarcación ya se había alejado bastante de la costa imaginaria que era el bar.

Jonghyun se rió de eso último. Pero luego comenzó a temer porque la pregunta de Minho se estaba haciendo esperar.

-¿Y?

-¿Qué?

-¿Cuál es tu pregunta?

-Ah -dijo Minho como si recién recordara que era su turno de preguntar. -No tengo preguntas, su señoría -dijo en su usual tono gracioso, y casi se atrevió a decir que Jonghyun parecía decepcionado.

-Pensé que era “una por una” -le recordó Jonghyun, insitándolo.

Minho rió y miró hacia el bar, reposando su cuerpo en la barra junto a la caja.

-Creo que de momento no tengo dudas… ¿debería?

 

-Gracias por traerme. Minnie me abandonó a media noche -dijo Jongin con un puchero que fue seguido de una risa.

-No es nada, además, ya me sé el camino de memoria -aseguró Jonghyun, y cuando ya no podía retractarse se dio cuenta de lo que había dicho.

Jonghyun tenía claro que Jongin y Taemin, además de posiblemente la gemela de este último, estaban al tanto de lo que ocurría entre él y Kibum, pero se sentía algo extraño para él actuar tan ligero respecto a ello. Por su parte, Jongin no le dio mayor importancia.

-¿Has hablado con Kibum?

Jonghyun le dio una mirada rápida y luego la volvió al frente, que era donde debía tenerla.

-Sí. Me dijo que regresa esta mañana.

-¿Sí? Creía que había vuelto anoche. Como no tenía problema en volver mañana al bar...

-No, me dijo que volvía esta mañana -le aseguró Jonghyun, pero no con mucha convicción.

 

Mientras Gwiboon se vestía, luego de que Sodam se hubo marchado, Jonghyun llamó al menor.

-Hola -le contestaron del otro lado de la línea. La voz de Kibum sonaba cansada, como había sonado durante toda su estadía en la que había sido su antigua casa.

-¿Estás en tu casa? -preguntó Jonghyun enseguida.

-Sí. Estoy preparándome desayuno, de hecho -dijo con una leve risa por las ansias en la voz del mayor.

-Ah.

-Ah -repitió Kibum sólo por decir algo, y jugar con la impaciencia de Jonghyun un poco.

-¿Puedo ir a verte? ¿Estás muy cansado? Gwiboon dice que te echa de menos.

-¿Quién es, papi? -preguntó la pequeña entrando en el living, vestida con la ropa que seguramente le había elegido su tía antes de irse, y los zapatos en la mano.

Jonghyun le hizo una seña para que se fuera a sentar junto a él, antes de decirle que era Kibum.

-Dudo que Gwiboon haya dicho tal cosa, pero dame una hora para ordenar y luego son bienvenidos.

-En una hora estamos allá.

-Okey, los veo.

Jonghyun colgó y ayudó a su hija con sus zapatos.

-Vamos a ir a ver a Kibum -le avisó, haciendo que la pequeña mostrara una gran sonrisa.

-¿Podemos llevar a Rooney? ¿Por favor? -añadió viendo la cara de duda de su padre.

-No lo sé -dijo él, más que nada por no darle un no rotundo. -Kibum vive en un edificio. No sé si dejen entrar animales.

-Pero si Roo se porta muy bien. Va a estar calladita y la puedo tener en brazos para que se quede tranquila -insistió ella.

-Le voy a preguntar a Kibum si podemos llevarla. No prometo nada -le advirtió antes de tomar su celular para enviarle un mensaje al barman.

 

Poco más de una hora más tarde, Jonghyun, Gwiboon y Roo estaban en la puerta del edificio de Kibum.

La menor saludó a Kibum con un beso en la cara que fue seguido de un ladrido de Roo que hizo reír al dueño de casa. Jonghyun, sin saber muy bien qué hacer en presencia de su hija, sólo pudo darle un beso en la mejilla a Kibum y una mirada algo significativa.

-¿Quieren algo de beber? ¿Alguno tiene hambre?

-No, no te preocupes.

-¿Tienes jugo? -preguntó Gwiboon.

-Sí, claro -respondió Kibum obviando el rostro de padre pasado a llevar de Jonghyun.

Contenta consigo misma, Gwiboon se sentó en el sofá, llevándose consigo a Roo, mientras Kibum iba por el jugo. Jonghyun siguió a Kibum.

-¿Cómo estás? -preguntó, luego sintiéndose idiota por lo vago de su pregunta, pero aún inseguro de si debía/podía preguntar algo más.

-Yo… bien -dijo hundiéndose de hombros. -Mi mamá… es toda una historia -añadió dándole una sonrisa resignada y llevándole un vaso a la menor. -¿Y cómo ha estado Rooney? -le preguntó a la niña, a la vez que le entregaba el jugo. -¿No te da problemas?

-No -respondió ella enseguida, dándole luego las gracias.

-A ella no -se quejó Jonghyun. -¿De verdad no es problema que esté aquí?

-No, de verdad.

Kibum se rió y se dirigió a la cocina.

-¿Quieres un café? -ofreció.

-Sí, está bien.

-Salen dos cafés entonces. ¿Algo en especial?

-No, un café negro nada más.

El barman asintió y se movió por la cocina, tomando tazones y moviendo palancas aquí y allá en su cafetera.

Jonghyun no sabía si insistir o no sobre lo que había pasado durante los días que el menor estuvo de regreso en su pueblo natal o no, pero él mismo lo libró del peso de traer el tema de regreso a la conversación.

-Esa mujer es increíble -mencionó aún de espaldas a Jonghyun. El mayor notaba un sinfín de emociones en el tono de Kibum.- ¿Sabes lo primero que dijo cuando le dije que Joonyoung era mi hijo? Dijo que había hecho bien en cambiar de opinión… cambiar de opinión -repitió con un remarque de mayor incredulidad. Le entregó un tazón a Jonghyun y se sentó frente a él. -Pensó que Taeyeon y yo éramos pareja. Antes de que pudiera decir algo más, ella misma le dejó en claro que no era así. -Kibum sonrió como si recordara el momento con gracia.

Jonghyun lo escuchaba en silencio. Se preguntaba si las quejas sobre su madre serían evasivas para no tocar el real asunto que lo había llevado a reencontrarse con ella.

-Siento no haber ido contigo -reiteró Jonghyun.

-Es mejor así. Sólo hubiera servido para darle más razones para decir estupideces que no quiero oír. -Kibum tenía la mirada en el fondo de su tazón de cappuccino. -Adoró a Joonnie, eso sí. No es que lo dudara. Me recriminó que en todos estos años no les hubiera dicho que tenían un nieto. Dijo que… dijo que quizás si papá lo hubiera sabido se hubiera aferrado un poco más a la vida…

Oficialmente Jonghyun odiaba a la madre de Kibum. ¿Cómo había sido capaz de decirle algo así?

-No es tu culpa.

-Lo sé.

Sus ojos se encontraron con los del mayor por unos segundos y él fue capaz de esbozar una sonrisa.

-Sé que no es mi culpa. Nuestra relación se dio por terminada el día que ellos no pudieron entender quién era yo. No al revés.

Las palabras de Kibum, sin intención, llevaron a Jonghyun a pensar en Sodam. Su hermana no había hecho muchas preguntas, no había dicho mucho en realidad, y quizás eso le dolía más. Fuera de recriminarle el que se callara todo por tanto tiempo, Sodam había optado por el mutismo desde entonces. No sabía a ciencia cierta qué significaba eso y, más que nada, tenía algo de miedo de averiguarlo.

-¿Pasó algo por acá durante mi ausencia? -preguntó el menor con claros ánimos de querer cambiar el tema.

Y Jonghyun descartó contarle lo que realmente había ocurrido, quizás luego. De momento Kibum estaba lidiando con sus propios asuntos.

-Te extrañé.

Kibum sonrió y roló los ojos.

-¿Cómo estuvieron las cosas en el bar?

-Lento… pero Jongin nos fue de mucha ayuda. -Y al nombrar al barista, Jonghyun recordó lo que le había dicho sólo horas atrás. -Kibum… ¿cuándo llegaste?

El menor lo miró, perplejo y desprevenido, y devolvió la pregunta con otra pregunta, una evasiva.

-¿Por qué?

-Jongin tenía la idea de que regresabas anoche, o ayer en la tarde.

-Eso es porque seguramente a Taemin se le escapó. Sí, llegué ayer en la tarde -reconoció al fin, viendo que el filtro oral de su amigo se había echado a perder, aparentemente.

-¿Por qué me dijiste que llegabas hoy en la mañana, entonces? -Jonghyun no parecía ni sonaba ofendido, sino más bien algo dolido.

Kibum exhaló pesado.

-Pensé que si te decía que llegaba ayer en la tarde, ibas a querer venir directo aquí. Tenías- tienes cosas que hacer. El bar, Gwiboon… -dijo indicando a la pequeña que miraba a través de la ventana hacia la calle con Roo en sus brazos. -Además estaba cansado. Taemin sólo pasó a ver cómo estaba y se fue enseguida.

Hubo un corto silencio. Kibum no quería dar más excusas y Jonghyun debatía consigo mismo para no sentirse excluido, pero su lado dramático estaba poniendo más resistencia de lo esperado.

-Pudiste haberme avisado, de todas formas. Saber no me hubiera hecho daño.

-Si te lo hubiera dicho, ¿hubieras venido ayer?

Jonghyun lo quedó viendo con esa mirada de haber sido pillado en falta.

-Tal vez.

Kibum sonrió sólo por lo testarudo que se estaba mostrando Jonghyun. ¿No se suponía que él debía ser el maduro en esa habitación?

-Oye -lo llamó Kibum tomando su mano. -, no te enojes.

-No me enojo, sólo… no sé..., da igual.

-Te lo compensaré, lo prometo. -Le acarició el dorso de la mano por unos instantes, hasta que Jonghyun volvió a hacer contacto visual. -Lo prometo.

Y Jonghyun sonrió, porque a veces las cosas podían ser así de fáciles en la vida. Tan simples como aquel cálido contacto. Porque existía al menos esa pequeña esperanza de que las cosas se volvieran fáciles en algún punto.

 

* * *

 

La semana a cargo de Gwiboon acabó, y tal como Jonghyun había predicho en su fuero interno, Sodam no volvió a aparecer por la casa. Quería hablar con ella, explicarle cómo eran las cosas, pero llegados al pensamiento tenía que preguntarse a sí mismo: ¿qué le vas a explicar?

No podía explicarle a su hermana por qué no le había dicho nada sobre su sexualidad porque la única explicación que había sonaba mediocre aún en su cabeza. Miedo. Había tenido miedo todos aquellos años y no le había servido de nada, porque la gran probabilidad era que Sodam hubiera reaccionado del mismo modo si se lo hubiera contado años atrás. De hecho, ahora sentía que los años de silencio sólo habían empeorado el asunto porque ahora era, además de homosexual, un farsante a los ojos de su hermana mayor.

Estas cosas las pensaba una y otra vez en sus momentos de soledad. Aún no le había contado nada a Kibum. Ni de Sodam, ni mucho menos lo concerniente a Hyoyeon. En esos momentos, Kibum era para él un lugar de paz. El único donde los problemas parecían no existir; al menos por unas horas.

El menor, por su parte, totalmente suspicaz, percibía un pequeño cambio en las maneras del mayor. No era que Jonghyun pareciera distante o distraído, sino todo lo contrario. Como si estuviera más… presente. En ese mismo instante lo oía hablar y contarle cosas, a las cuales él no estaba prestando atención. A grandes vistas, él sí había sufrido un cambio. La muerte de su padre y el reencuentro con su madre lo habían golpeado más fuerte de lo que él quería asumir. Y quizás esa era la razón por la que Jonghyun estaba así, porque quería subirle el ánimo, porque a pesar de que él no hablara del tema, notaba cómo lo afectaba. Sintió que lo quería un poco más, si es que eso era posible.

Miró a través de la ventana, intentando desembarazarse de las sensaciones que le producía el pensar en Jonghyun siendo tan cálido por dentro como lo era por fuera, tan cálido como se sentía su mano enlazada a la suya en esos momentos. Y de pronto se dio cuenta. No iban camino a su casa. Ni a la de Jonghyun.

-¿Dónde vamos?

Jonghyun sonrió algo divertido.

-Pensé que ya te habías dado cuenta.

Kibum volvió a mirar por la ventana del auto, pero lo cierto era que la oscuridad que rodeaba la ciudad a esas horas de la noche no le permitía distinguir bien.

-No, no sé siquiera dónde estamos.

Jonghyun continuó en silencio, una leve sonrisa en su boca. A Kibum le costó un poco más darse cuenta a dónde se dirigían.

Jonghyun fue el primero en bajar del auto, y luego de que Kibum saliera de la sorpresa lo siguió hacia el maletero, que era donde se encontraba el mayor en esos momentos.

-¿Qué hacemos aquí? -preguntó Kibum con algo de asombro y diversión en sus palabras y facciones. Recordaba la última vez que había estado allí. El cumpleaños de Jonghyun. Era el mismo mirador al que él lo había llevado antes de arrastrarlo hasta su fiesta sorpresa.

-Te dije que tendríamos una cita, ¿no? -respondió entregándole una bolsa y él tomó una manta antes de cerrar la puerta.

-¿Esto es una cita? -preguntó claramente divertido. Lo que fue sinceramente un alivio para el mayor.

-No te burles -se defendió. -Años que no tengo citas, así que estoy… improvisando.

Estiró la manta sobre el capó del auto e hizo unas maniobras para subirse.

-¿Tienes claro que esto no es una película y que la carrocería se puede dañar, cierto?

-No le va a pasar nada. Totalmente comprobado. Ya lo he hecho antes -aseguró.

Kibum levantó una ceja que pasó inadvertida.

-Lo has hecho antes… -repitió en un tono que dejaba al mayor adivinar a qué venía el eco.

-Con Gwiboon -aclaró. -Ya deja de buscar reparos y sube.

El menor finalmente aceptó y le entregó la bolsa que aún tenía en sus manos antes de auparse en el capó junto a Jonghyun. De la bolsa, salieron un par de latas de cerveza y bebida, además de algunos dulces que parecían comprados en alguna pastelería burguesa.

-¿Cerveza? ¿Se te olvidó que estás manejando?

Jonghyun se rió.

-No, por eso yo tomaré bebida. Además, no recuerdo que hayas sido tan cauteloso aquella vez que me emborrachaste antes de llevarme de regreso a mi propia casa para violarme.

El menor hizo su mejor esfuerzo para reprimir la risa.

-Punto uno: No te violé. Fue totalmente consensuado. Y punto dos: era de día, ahora está todo oscuro y me niego a ir a casa con un conductor en estado etílico a esta hora de la madrugada.

-Pero que altos estándares -se burló Jonghyun abriendo una lata de bebida. -Además, podríamos cambiar. Tú podrías manejar.

Hubo un corto silencio apenas interrumpido por el sonido que produjo la lata que abrió el menor.

-¿Pasa algo? -preguntó Jonghyun percibiendo que el silencio parecía no querer desaparecer.

-Jonghyun, tengo algo que confesarte -dijo Kibum algo reticente.

-¿Qué?

-Yo… no sé manejar.

-¿No? -la sorpresa e incredulidad de Jonghyun eran totalmente obvias.

-No, nunca aprendí. Y luego ya sentí que no era necesario.

-Lo dices como si hubieras perdido una oportunidad. Yo te puedo enseñar, si quieres.

-No sé…

-¿Te da miedo?

Silencio.

-No puedo creer que te dé miedo manejar.

-No es que me dé miedo -se defendió el menor.

-Entonces está decidido,te enseñaré a manejar.

Kibum puso los ojos en blanco, sabiendo que gracias a la luz y el ángulo en el que estaba sentado, difícilmente Jonghyun podría ver su expresión.

-Como quieras.

Finalmente recostó su cabeza en el hombro ajeno, y el mayor sintió como si hubiera ganado una pequeña batalla. Ambos miraban la ciudad llena de luces como lunares dispersos en una gran camisa negra.

Jonghyun no quería pensar en nada más que no fuera la persona que tenía en ese mismo momento a su lado.

Kibum no quería pensar en nada más que no fuera la persona que tenía en ese mismo momento a su lado.

El menor alzó el rostro y le plantó un beso rápido en los labios. Había planeado que fuera en su mejilla, pero apenas Jonghyun dejó de sentir el peso de su cabeza sobre su hombro, se giró a verlo.

Jonghyun sonrió.

-¿Y eso? -preguntó casi en un susurro. Kibum ahora posaba su mentón en el hombro del mayor.

-¿Desde cuando debo pedir permiso para besarte?

-Estás hecho todo un romántico -se rio Jonghyun.

-Todo es tu culpa.

-Me alegro.

Jonghyun se inclinó para volver a besarlo… y su intento se vio frustrado cuando uno de los bombones que él había comprado se adentró en su boca sin previo aviso.

-Eat that up -murmuró Kibum con una risa.

El mayor movió la cabeza en resignación. Kibum acabó su lata de cerveza y se recostó contra el parabrisas.

-Nunca me dijiste qué vas a hacer con Joonyoung y… su abuela.

Kibum gruñó. No pudo evitarlo. Su madre era el último tema que quería tratar en esos momentos. O nunca.

-Con Taeyeon decidimos que sería bueno que se vieran, de vez en cuando. -Kibum movía las manos intentando distraerse y sonar lo más despegado del asunto posible. -Ella lo puede visitar acá en casa de Taeyeon, o nosotros podemos llevarlo algún fin de semana. Así, cuando sea mayor, no podrá decirnos que no le dimos la oportunidad de conocer a su abuela, y será libre de juzgarla como a él mejor le parezca. Si después no quiere seguir teniendo contacto con ella, será 100 por ciento su propia decisión. No que yo vaya a juzgarlo.

Jonghyun descartó su lata y se acercó a Kibum, recostándose un poco a su lado.

-Es la decisión correcta. Tomaron la decisión correcta -aclaró acercándose a dejarle un beso suave. -Piensa que ahora mismo estás siendo 1000 veces mejor padre de lo que ellos fueron.

-Lo sé… gracias.

-¿Por qué?

Kibum se hundió de hombros.

-Por decirlo.

-De nada -respondió finalmente Jonghyun, y se inclinó a darle otro beso. Pero esta vez se tomó su tiempo. Y se tomó su tiempo hasta que los rayos de sol comenzaron a despertar al resto de la ciudad.

 

Notas finales:

Esto fue rápido... bueno, al menos más rápido que ñas últimas actualizaciones... espero ser así con las próximas... estoy intentando ser mejor persona xD o al menos mejor autora...

Espero que les hay la actu, las espero en los comentarios! (:

Saludos! n-n

 

P.D.: Prepárense para el sufrimiento... (Sorry)


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