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Éxtasis por Fyrea

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Era viernes por la noche y una vez más, Kibum no pudo evitar notar que Sodam no había aparecido por el bar en las últimas dos semanas. Se preguntó si habrían problemas con el restaurant, pero no sabía si preguntar o no, ya que prefería no involucrarse en los negocios de Jonghyun. Pero le preocupaba el hecho de que el mayor pareciera decaer en ánimo con el paso de los días. Quizás la ausencia de la hermana y el ánimo del hermano tuvieran que ver.

 

Como Jonghyun parecía poco dispuesto a compartir lo que pasaba, Kibum intentó con una táctica más sutil. Recurrir a Minho.

 

-Noto raro a Jonghyun, ¿pasó algo? -preguntó de la forma más desinteresada que pudo cuando casi al final de la noche su jefe se le acercó por detrás de la barra.

 

-Sí, parece que la loca de su ex le está dando problemas -contestó Minho rolando sus ojos con aire de cotidianeidad.

 

-¿Problemas? -indagó Kibum.

 

-Sí. Cuando estuviste afuera, -Minho parecía mencionar esto con el mayor tacto posible, intentando evadir la razón de la ausencia de Kibum. -tuvo una discusión con ella. Algo de que no quería que Sodam fuera a buscar a Gwiboonnie.

 

-¿Sodam se peleó con la mamá de Gwiboon? -Quizás por ahí podría estar el lazo que conectaba los hechos.

 

-No, creo que no. Al menos cuando yo pregunté no parecía el caso.

 

-¿Entonces?

 

-No sé. Ya conoces a Jonghyun, no me dijo mucho más. Pregúntale tú; quizás tengas más suerte -añadió dando por terminado el cotilleo y regresando a su lugar en la caja.

 

 

 

Como cada noche de esa semana, Jonghyun fue a dejar a Kibum a su departamento antes de retirarse a su casa para despertar en su cama donde Gwiboon iba a ir a parar definitivamente muy temprano para alguien que trabajaba hasta altas horas de la madrugada.

 

Kibum iba a despedirse y subir las escaleras de su edificio, pero siquiera antes de abrir la puerta del auto, se dijo que tenía que saber qué era lo que le pasaba a Jonghyun. Eso es lo que se hace en una relación, ¿no?

 

-Minho me contó que tuviste problemas con tu ex -soltó sin más. Andar con rodeos no era su especialidad..

 

-Minho y su boca que no puede mantener cerrada -comentó el mayor dejando todo su peso caer sobre el asiento.

 

-No le eches la culpa. Yo le pregunté si sabía algo, y sólo lo hice porque tú no parecías querer hablar.

 

Jonghyun lo miró girando su cabeza en la reposera sin decir nada todavía. Kibum le tomó la mano.

 

-¿Vas a contarme lo que pasó?

 

El mayor parecía reticente.

 

-Hyoyeon sabe sobre ti… -respondió al fin, mirando a través del parabrisas. -O sea, alguien le contó que me había visto contigo y, bueno, asumo que mi reacción sólo le confirmó lo demás que le hayan contado o lo que ella asumió de lo que le contaron.

 

-¿Quién le iba a contar sobre mí? Nadie sabe… o sea…

 

-No le dijeron quién eres, solamente que me vieron con alguien. Un hombre. Pudo haber sido cualquiera, alguien que nos conoce, a Hyoyeon y a mí.

 

-Okey -Kibum esperó relajar un poco sus defensas antes de volver a preguntar. -¿Y qué tiene eso que ver con que no quiere que vaya tu hermana a buscar a Gwiboon? Minho pensaba que por eso habías discutido con tu ex.

 

-Supongo que quiere asegurarse de que me queden claras sus intenciones.

 

-¿Cuáles serían sus intenciones?

 

-Me dijo que quería pedir la custodia completa de Gwiboon.

 

-¿Qué?

 

-Según ella, soy un mal ejemplo para nuestra hija.

 

-Está loca.

 

Jonghyun no respondió.

 

-¿De verdad, piensa pedir la custodia completa?

 

-No sé. Eso dijo, pero no ha dado señas de querer hacerlo de verdad.

 

-Algo quiere.

 

Jonghyun se lo quedó mirando, así que Kibum elaboró.

 

-Algo quiere conseguir. Nadie te amenaza y luego no hace nada al respecto.

 

-Bueno, Hyoyeon no es una mente maestra tampoco. Quizás sólo quiere asustarme, sacarme de quicio.

 

-Te quitó la casa, ¿no? Ella sabe que puede conseguir lo que quiera de ti si usa a su hija, tu hija, para conseguirlo.

 

El mayor volvió a quedar en silencio. Kibum le soltó la mano, sólo para acomodarse mejor y abrazarlo.

 

-Pase lo que pase, sólo asegúrate de que sea lo que sea que la bruja pretenda hacer no lastime a tu hija. Eso es lo único que importa.

 

Jonghyun lo abrazó un poco más fuerte, y asintió.

 

 

 

* * *

 

 

 

No tuvo que pasar mucho más de una semana para que Hyoyeon volviera a poner a Jonghyun de los nervios, demostrando que si bien no era una mente maestra, al menos sí tenía el poder de sacarlo de sus casillas. Y en esta ocasión, lo había hecho a lo grande.

 

Jonghyun golpeó la puerta de la casa tan fuerte que estaba seguro que los vecinos dudaron de dónde exactamente venía el bullicio.

 

-Pensé que había sido clara -fue el saludo que le ofreció su ex-mujer luego de que el entrara en la casa sin darle tiempo a ella para frenarlo como había sido su intención.

 

-Pensaste mal. ¿Dónde está Gwiboon?

 

-No está.

 

-Hyoyeon, ya no tengo paciencia para tus juegos. Vine por mi hija.

 

-No está aquí. Está en casa de una amiguita. Búscala, si quieres; pero no la vas a encontrar.

 

Jonghyun no dudó. Hyoyeon no se mostraría tan predispuesta si eso pusiera en riesgo su posición de poder.

 

-Sabías que vendría por ella -le recordó en tono mordaz, a cambio.

 

-Te dije que no vinieras. No voy a dejar que te la lleves si te sigues viendo con jovencitos. -Su expresión y su tono eran fríos. Pero la situación era todo menos indiferente para ella.

 

-No lo digas como si estuviera buscando aventuras, como si fuera…

 

-¿Qué? -lo desafió. Quería verlo humillado. Quería verlo mal. Ni cuando Jonghyun la dejó se había sentido tan vengativa como la tarde que se encontró con aquel antiguo conocido que la puso al corriente de las andanzas de su ex-marido.

 

-Nada. Me veo con una sola persona, que es más de lo que tú puedes decir. Probablemente por eso estás tan empecinada en joderme la vida. Porque tú no has sido capaz de sobrellevar la tuya -atacó Jonghyun, perdiendo la paciencia.

 

Ella tuvo que respirar hondo antes de volver a responder.

 

-Te di tiempo para ordenar tus prioridades, Jonghyun, y no lo usaste a conciencia. -Lo miraba tan fijo que él creía que estaba arrancándole la cabeza mentalmente. -Ya te dije: Gwiboon no está. Y aunque estuviera, no dejaría que te la llevaras.

 

-Soy su padre, por si se te olvida ese pequeño hecho.

 

-Ser su padre no te permite darle un mal ejemplo.

 

Jonghyun nunca había golpeado a una mujer -en su cuenta mental, los juegos de niños con Sodam no contaban-, pero estaba considerándolo seriamente en esos momentos mientras discutía con Hyoyeon en el lugar al que alguna vez llamó hogar.

 

-Déjate de estupideces.

 

-Si no, ¿qué? No estás en posición de decirme lo que puedo y lo que no puedo hacer.

 

-Lo que sí puedo hacer es obligarte a cumplir los acuerdos de tutela. No creo que sea una lógica tan difícil de seguir.

 

-No, para nada. Pero no creo que me sienta con ganas de seguirlos tan rigurosamente.

 

-Eso es contra la ley. Si yo-

 

-Si quieres llevar esto a tribunales otra vez -lo cortó ella -, no tengo problemas.

 

Su sonrisa, a pesar de lo elaborada, era totalmente segura. Sólo fue ahí cuando Jonghyun quiso reconsiderar su evaluación sobre las capacidades estrategas de su ex.

 

 

 

Por instinto, lo primero que hizo Jonghyun una vez que se metió en el auto fue llamar a Kibum. Luego, mientras se paseaba de un lado para otro en su sala de estar, llamó a su hermana.

 

-No quiere que la vea -soltó apenas sintió que había alguien al otro lado de la línea. -Se niega a dejarme verla. Sodam, no sé qué hacer.

 

-Espera. Cálmate. Hyoyeon no puede estar hablando en serio.

 

-Sí, sí está hablando en serio. Fui a la casa y Gwiboon no estaba. Dijo que estaba en la casa de una amiga.

 

-Okey. -Sodam parecía estar pensando algo. -Voy a ver qué puedo hacer, y luego me paso por tu casa. Respira.

 

Y Jonghyun respiró sólo porque Sodam se lo estaba recordando. A cada segundo todo este asunto parecía crecer dentro de él y no le dejaba espacio para nada.

 

-Te veo en un rato -dijo Sodam a modo de despedida.

 

Y cómo si hubiera estado esperando a que Jonghyun colgara, Kibum presionó los dígitos que le daban acceso a la casa del mayor y se adentró para encontrarse de frente con la imagen de un padre desolado.

 

Jonghyun se acercó a él y lo abrazó tan fuerte como el menor se le permitió. Pasaron un momento así en silencio, Kibum esperando a que Jonghyun se calmara para arrastrarlo hasta el sofá.

 

-¿Qué te dijo? ¿Por qué no te deja verla?

 

-Sólo dice que soy un mal ejemplo, que si quiero podemos llevar nuestros acuerdos a tribunales. Pero-

 

Kibum volvió a abrazarlo. Jonghyun parecía al borde de un colapso nervioso. No quería pensar en lo que estaba pasando la pequeña Gwiboon sin ver a su padre.

 

-¿Dijo que quiere algún acuerdo?

 

-No. Te lo dije, no quiere nada. Sólo quiere joderme un poco más la vida.

 

Kibum no creía que el carácter de la mujer fuera tan básico. Lo había pensado durante todo el lapso que le llevó de su edificio hasta la casa del mayor.

 

-¿No has pensado que, quizás, si ella realmente quiere joderte, lo que quiere para ella es más simple de lo que parece?

 

Jonghyun lo quedó con cara de no entender.

 

-Ella dice que no te pasara a Gwiboon porque no la quiere expuesta a… bueno, a verte con otro hombre. Quizás todo depende exactamente de eso. De que no estés con un hombre.

 

El mayor alzó una ceja.

 

-¿Que? ¿Quieres que le haga creer que salgo con una mujer? Te recuerdo que fue exactamente para dejar de hacer eso que me separé de ella.

 

-No, no pensaba que salieras con una mujer…

 

Y ahí Jonghyun lo entendió.

 

-No, está fuera de discusión -lo cortó enseguida mirándolo directamente a los ojos por si necesitaba que su mensaje se entendiera más claro.

 

-¿Y si soy yo el problema? -Kibum pareció reconsiderarlo antes de autocorregirse. -Disculpa,eso fue egocéntrico de mi parte. Podría ser yo o cualquier otro. -Jonghyun le dio una mirada de advertencia. -Da igual. Jonghyun, lo que quiero decir es que no me perdonaría que te quitaran a tu hija por estar conmigo.

 

-No me la van a quitar por estar contigo. -Aclaró tomando sus manos entre las suyas. -Si esa arpía hace cualquier cosa, lo va a hacer por darse el gusto de verme mal. Como tú dijiste, no es sobre ti.

 

-Puede ser, pero su venganza, su vuelta de mano o como lo quieran llamar ella y tú, incluye a una niña. Ella no tiene porque sufrir porque su padre sea obstinado y su madre una manipuladora.

 

-Kibum, te necesito. Sin Gwiboon, sin ti… -Incapaz de terminar la frase, Jonghyun se dejó caer hacia delante, sobre los brazos del menor.

 

Kibum no dijo nada y se quedó quieto, apenas moviendo sus manos en ambos brazos ajenos, intentando transmitirle el único alivio que él podía darle en esos minutos.

 

Así estaban aún cuando la puerta de la casa volvió a abrirse, pudiendo ser sólo Sodam, y Jonghyun tomó una pose más erguida, pero, evitando perder el contacto con Kibum, tomó una de sus manos entre las suyas. Nervioso por la reacción que aquello pudiese generar en la hermana mayor de Jonghyun, Kibum intentó zafarse del lazo que la mano del mayor formaba con la suya, pero Jonghyun se lo impidió.

 

Lo primero que sintieron fue la voz de Sodam llamando a Jonghyun, y justo después su figura se asomó por el umbral de la habitación en la que se encontraban. Por unos breves instantes, sus ojos se posaron en las manos unidas que reposaban entre ambos hombres.

 

-Debí haberlo imaginado, ¿no? -Fue su único comentario al respecto y parecía decirlo más para ella misma que para ellos. -Me pase por tu casa… la casa de Hyoyeon -replanteó. -Es terca como una mula. Nunca me cayó bien -comentó rolando los ojos.

 

Kibum hubiera reído por el parecido que mostraban Sodam y Minho al momento de hablar de la ex de Jonghyun, pero la situación era demasiado seria como para eso.

 

-Kibum, ¿me dejarías hablar con mi hermano un momento?

 

Lo pilló desprevenido el hecho de que ella se dirigiera directamente a él. Se levantó del sofá, y esta vez Jonghyun lo dejó ir. Al pasar junto a Sodam, le pareció que la expresión de ella cambiaba ligeramente, pero fue tan sutil el gesto que no supo interpretarlo.

 

Luego que Kibum se encaminara fuera de la sala, Sodam se acercó a su hermano y ocupó el lugar en el que había estado Kibum.

 

-Mmm… Hyoyeon no quiso decirme nada. Técnicamente, siquiera hablamos. Dijo que ya te había dicho todo lo que tenía que decir. ¿Qué pasó?

 

Jonghyun suspiró hondo.

 

-No quiere que vea a Gwiboon. Dice que soy un mal ejemplo, que me veo con “jovencitos” y, creo, que lo que espera es que llevemos esto a tribunales.

 

-¿Para qué?

 

-Algo me dice que quiere usar mi homosexualidad como un factor de incapacidad paternal o algo por el estilo.

 

-Qué estupidez.

 

Jonghyun la miró, pero Sodam veía en otra dirección.

 

-Cualquiera que te conozca sabe que si hay algo que se te da bien es ser padre.

 

-Bueno, si estás dispuesta a repetir eso frente a un juez, quizás sirva de algo.

 

Un silencio un tanto incómodo siguió a las palabras de Jonghyun. Sodam estaba buscando la manera más clara de expresar su opinión sobre el asunto que la había mantenido en mutismo por semanas.

 

-Jonghyun, sobre… lo otro… -Levantó la mirada que no se había dado cuenta había dirigido a sus manos en su regazo. -Me dolió. No voy a hacer de esto una cátedra de buenas maneras ni un manual de los buenos hermanos, pero pensé que nos teníamos confianza. No te estoy juzgando y, si sonó así la otra noche, lo siento. Eres mi hermano y te quiero, pero… pero me has estado mintiendo todo este tiempo, y no sé desde cuando, y me pregunto si alguna vez dije o hice algo que te hizo pensar que lo mejor era no contarme nada…

 

-No, no -se apresuró a negar Jonghyun. Las palabras de su hermana le quitaban un gran peso de encima, pero al mismo tiempo lo hacían sentirse culpable. -No hiciste nada. Soy yo el que tenía miedo de decirte, a ti o a cualquiera. Me daba miedo pensar que me quedaría solo. -Su voz se había vuelto casi un susurro.

 

-Pero no estás solo -le aseguró ella alcanzando su mano.

 

 

 

Sodam salió al patio, intuyendo que era allí donde encontraría a Kibum. El menor se mecía en la hamaca al mismo tiempo que jugaba con Roo a lanzarle la pelota. Kibum le dirigió una mirada cautelosa antes de volver a arrojar la bola de goma en la dirección contraria.

 

-Tú y mi hermano, ¿eh? -comentó ella acercándose mientras miraba a Roo correr trás su juguete. -Debí haberlo previsto. Supongo que confiaba mucho en Jonghyun.

 

-¿Te molesta? -preguntó el menor luego de unos momentos, mirándola bien, vigilando su reacción.

 

-¿Qué cosa? ¿Que seas un hombre? ¿Que seas menor? ¿Que trabajes para él?

 

Okey, al menos escuchárselo decir a Sodam le hacía sentir que todos sus anteriores peros no eran palabras vacías. Sodam le estaba demostrando que no era el único que pensaba en aquellos reparos. Pero al mismo tiempo, ella no no estaba añadiendo nada nuevo. Aunque no estaba seguro de sí eso era un alivio.

 

-Ninguno –aclaró con una sonrisa que esperaba ser afable. -Me molesta no haberme dado cuenta de que mi hermano estaba pasando por algo y que no me tuvo la confianza suficiente. Lo demás no es asunto mío.

 

Kibum asintió, sintiendo que debía decir algo más. Sodam se sentó a su lado, en la hamaca, haciendo que ambos se movieran extrañamente en el lugar hasta quedar cómodos.

 

-Desde que… Siempre le ha importado tu opinión, por eso no quería decirte. Le preocupaba que te alejaras de él.

 

-Lo sé. Bueno, ahora lo sé.

 

Luego de otro momento en silencio, de aquellos que abundaban aquel día, Kibum se atrevió a preguntar algo que desde que había dejado a los dos hermanos conversar le daba vueltas en la cabeza.

 

-¿Crees que Hyoyeon hable en serio?

 

Sodam suspiró.

 

-No lo sé. La conozco desde hace unos 15 años, y cada vez que algo malo ha ocurrido ella ha sabido como sorprenderme. Podría hacer algo totalmente estúpido, o no hacer nada y, créeme, cualquiera fuera su decisión, me sorprendería.

 

-Pero… ¿crees que podría, no sé, evitar que Jonghyun volviera a ver a Gwiboon?

 

-No creo que ningún juez permitiera eso. No viendo los antecedentes paternales de Jonghyun. Pero, claro, primero estaría el tener que pasar por un juicio… otra vez.

 

-¿Fue muy horrible la primera vez?

 

-Pensé que tú también tenías custodia compartida con la mamá de tu hijo.

 

-Sí, pero nunca fuimos a juicio. Taeyeon no quería tener que pasar por ello, ni yo tampoco, asì que lo hicimos del modo pacífico.

 

-Pacífico… no creo que Hyoyeon conozca esa palabra. Y algo me dice que si decide hacer un berrinche, esta vez será peor que la anterior.

 

-Me temía que dijeras eso...

 

 

 

* * *

 

 

 

Los días pasaron, Hyoyeon no dio su brazo a torcer y Jonghyun empeoró en ánimo. Para finales de semana, Minho, quien lo creyó enfermo, le sugirió que se tomara unos noches libres, que descansara. Sin necesitar mucho más para hundirse en autocompasión, Jonghyun no se apareció por el bar la siguiente semana. Kibum que pasaba a verlo todas las tardes, se sentía frustrado por el modo en el que se estaban dando las cosas y por su incapacidad para hacer algo.

 

Tenía que haber algo que él pudiera hacer.

 

 

 

-Hola. Em… ¿Hyoyeon?

 

Por exactamente cinco segundos, entre que abrió la puerta y ese indeciso “em…”, Hyoyeon no supo quién era el jovencito que tenía en la puerta de su casa. Sólo por cinco segundos. Luego, basada en la descripción que había oído apenas una vez, lo suficiente para que se le quedara grabada en la memoria, supo quién era.

 

-Tú eres el niñito que se acuesta con Jonghyun, asumo.

 

-Kibum -se presentó el menor.

 

-¿Qué haces aquí?

 

-Quería hablar contigo.

 

-No creo que tengamos nada que hablar.

 

Kibum pensó que ella le cerraría la puerta en la cara, pero en lugar de eso se quedó mirándolo. Lo que le dijo que sus conjeturas no habían estado erradas. Kibum podía ser más jóven que ella, pero podía reconocer a una persona manipuladora cuando la veía.

 

-Escúchame y luego me voy.

 

-Te estoy escuchando.

 

Kibum asintió, entendiendo que Hyoyeon no lo iba a invitar a pasar.

 

-Okey. Em… Mira, sólo vine porque… porque Jonghyun está mal. No creo que entiendas lo que le haces al mantenerlo alejado de su hija.

 

-¿Y tú sí?

 

-Sí. Yo también soy padre. Por eso quiero saber si estoy en lo cierto. ¿Qué quieres?

 

Hyoyeon soltó una risa entre irónica y exasperada.

 

-¿Qué quieres para dejar a Jonghyun ver a su hija?

 

La mujer parecía ofendida y a punto de contestarle cuando él añadió:

 

-¿Qué esperas que haga?

 

-Jonghyun sabe lo que tiene que hacer. Y tú podrías irte.

 

-¿Qué sacas con hacer esto? Jonghyun no va a volver contigo. Han pasado años de que se separaron… y creo que entiendes que no estaría interesado en ti, a menos que volviera a tener 20.

 

-Lárgate. Mis asuntos y los de mi familia no los voy a discutir contigo.

 

-Le haces daño a tu hija para vengarte de tu ex. ¿Qué clase de madre eres?

 

-Te dije que te fueras.

 

-Sí, tienes razón. Me voy. -Se dio vuelta, pero la puerta no se cerró tras de él, eso fue todo lo que necesitó para volver a girarse y dejarle en claro una última cosa a Hyoyeon. -¿Sabes? Jonghyun nunca te hizo justicia en su descripción. Pero claro es demasiado caballero como para decir que su exesposa y madre de su hija es una perra.

 

Sinceramente, le sorprendió que la rubia no se le abalanzara gritándole de todo y jalándolo por la cabellera cuando retomó su camino de ida.

 

 

 

* * *

 

 

 

-¿Minho? -preguntó sólo para cerciorarse. -Sí, hola… Sí, necesito hablar contigo...

 

 

Notas finales:

Otra vez pronto :D Yey! 

Pero ahora se viene lo malo... sorry...

Les tengo una pregunta: Quién creen ustedes que llamó a Minho? Supongo que se inclinarán por los personajes más obvios, pero elaboren... jasjasjaa... 

He de decirles, además, que llegados a este punto vi dos líneas para continuar (y terminar) esta historia, y me decidí por una que, para bien o para mal, alarga el fic en un capítulo más... por lo que quedan tres capítulos más el epílogo... Soportenme un poco más...

Eso creo que es todo por ahora... saludos! y nos leemos! n-n


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