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Éxtasis por Fyrea

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Como habían acordado, apenas Jonghyun recibió la carta que lo citaba a la primera fecha de su juicio con Hyoyeon, llamó a su abogado.

-Esto no pinta nada de bien, Jonghyun -le advirtió Lee Changseon a través del teléfono.

-Nada que no supiera -respondió él en tono de resignación.

-No te lo tomes a la ligera. Recuerda los escenarios que te planteé. No es muy fácil conseguir algo diferente.

-Mientras no me prohiban ver a mi hija, no me preocupa mucho más.

-Pero quizás eso es lo que quiere tu exmujer. No aceptó un reajuste en la manutención. No quiso reducir ni modificar la modalidad de las visitas.

Ella lo quiere todo. Eso era lo que Changseon no estaba verbalizando.

-Sé lo que quiere. Recuerda que no es nuestro primer juicio.

 

Kibum se encontraba en su cama, con la cabeza cayéndole por uno de los costados mientras ponía a Taeyeon al tanto de las ùltimas semanas.

-Me frustra que no hay algo que yo pueda hacer o decir para ayudarlo. Yo sé cuanto quiere a su hija y lo injusto que sería que perdiera la custodia sólo porque a la estúpida-cables-cruzados de su ex no le parece que él esté conmigo. Me hace sentir culpable.

-Pero tú no tienes la culpa. Ni Jonghyun. No es como que se anduvieran paseando, gritando a los cuatro vientos que están juntos. Con lo que le costó contarle a su familia siquiera.

-Házle entender a un juez, o a la yegua esa para empezar.

-¿Lo del juicio ya es un hecho entonces?

-Sí… dentro de unas semanas es la presentación del caso. Según el abogado de Jonghyun eso puede ser sólo el comienzo…

-No te desanimes -le aconsejó la rubia. -Lo último que necesita Jonghyun es un pesimista al lado.

-Lo sé. Pero es tan difícil no ser realista en estos momentos.

-Olvídate de eso y piensa en que las cosas pueden salir bien.

-¿Y si no? ¿Y si sale mal?

 

* * *

 

Kibum serpenteaba por los pasillos del supermercado con Joonyoung de pie al frente del carro haciéndole observaciones y preguntas cada tanto. Tenía que decir, en desmedro de su propia paternidad, que no le estaba prestando toda la atención que debería o, al menos, la que Joonyoung esperaba. Estaba demasiado preocupado por Jonghyun, y él no podía hacer nada. Le iban a quitar a su hija, y eso era sólo una posibilidad, pero una que de hacerse realidad haría que él se sintiera el hombre más horrible del planeta.

-¡Papááá! -lo llamó Joonnie por tercera vez, ya que Kibum parecía ir paseando el carrito por la luna.

-¿Qué pasó, Joonnie? -le preguntó casi alterándose él también, volviendo a donde se encontraba, el pasillo de lácteos.

Conseguida su atención, el pequeño comenzó a pedirle que tomara de las estanterías tanto como se le ocurrió. Kibum se rió y le dijo que no iba a llevarlo todo, pero aún así tomó algo más de lo usual. Se disponía a retomar su camino cuando una figura moviéndose en su dirección llamó su atención. Al parecer la sorpresa era para ambos.

-Tiempo sin vernos -fue el saludo de Jaejoon.

-Exacto -fue la incómoda respuesta de Kibum. Internamente se preguntó si no hubiese sido mejor pasar de largo como si no se hubiesen visto.

-¿De compras con el pequeñín? -Jaejoon pasó su mano por los cabeza de Joonyoung revolviendo sus cabellos de un modo que incomodó tanto al padre como al hijo.

Kibum asintió.

-No te he visto por el bar. -El comentario era más por cortesía que por extrañar verdaderamente la presencia del mayor en el local.

-Sí… digamos que no me he sentido con mucho ánimo de ir, y no creo que vaya a ser bien recibido en el futuro próximo.

-¿Por qué lo dices? -Kibum no recordaba que Jonghyun tuviera malos comentarios para su excompañero, y de hecho, pensaba que Jaejoon era quien tenía más razones para no asistir al bar. Resentimiento, por ejemplo.

Jaejoon emitió una de sus sonrisas superficiales antes de contestar.

-Me encontré con Hyoyeon hace unas semanas, la conoces, ¿cierto? La ex de Jonghyun. -Kibum asintió. -Éramos conocidos en la universidad. Puede que la haya mencionado una cosa o dos sobre su ex -dijo evitando hacer contacto visual con el menor. -Al parecer, ella no sabía que Jonghyun… tú sabes… -añadió sin perder la sonrisa, regresando sus ojos a nivel conversacional.

-Tú fuiste -lo acusó Kibum directamente. -Tú le dijiste… ¿Qué más le dijiste?

Por instinto o mera rabia, se había acercado a Jaejoon, corriendo el carro de modo en que Joonyoung quedaba fuera del rango de alcance del mayor.

-¿Por qué te enojas? No le dije nada indebido, ¿no?

-¿Qué le dijiste?

-Bueno, ella hizo un comentario sobre mi salida del clóset, y yo le pregunté si también le había sorprendido lo de Jonghyun y… pareció no gustarle la noticia. En mi defensa, yo creí que ella sabía.

Kibum no le creyó nada. Podía jurar que apenas se encontró con Hyoyeon vio su oportunidad de devolverle a Jonghyun el desplante de meses atrás. Si es que él mismo no había orquestado el encuentro desde un comienzo.

 

-¿Cómo no pensé antes en él? -se dijo Jonghyun a sí mismo cubriendo su cara en frustración.

-La verdad, a mí tampoco se me hubiera pasado por la cabeza.

-A ti sí.

Kibum lo miró con cara de no entender.

-Dudaste de él cuando te dejó su tarjeta con aquel mensaje. Viniste aquí corriendo. Dijiste que te preocupaba lo que pudiera hacer sabiendo lo que sabía.

Ya había olvidado aquello.

-Ahora sí que estoy jodido.

-¿De verdad crees que sea capaz de testificar en tu contra? -Kibum sólo preguntaba porque tenía la esperanza de que Jaejoon tuviera al menos el corazón para no presentarse en la corte. Él tenía claro el panorama que le deparaba a Jonghyun en caso contrario.

-No sé. No sé.

Kibum, sentado a su lado, le puso una mano en la espalda de manera tentativa, y luego lo atrajo hacía sí en un abrazo. Últimamente pasaban más tiempo abrazados que no. Y mientras sus brazos se apegaban a Jonghyun, su mente divagaba por senderos más alejados, buscando una solución a un problema que parecía no tenerla y que, al contrario, parecía acrecentarse con cada día que pasaba.

-Si de verdad Hyoyeon no da su brazo a torcer…, si de verdad Jajeoon la ayuda…, voy a perder a Gwiboon. Me la van a quitar.

Jonghyun sonaba descorazonado. Kibum ponderaba la idea de que ya no le quedaran más lágrimas al mayor.

-No te la van a quitar -lo consoló, sabiendo que sus palabras no tenían respaldo, menos en esos momentos.

Jonghyun también lo sabía, pero su corazón de padre quería creer que lo que oía era posible.

 

* * *

 

-Pero qué hijo de puta. -Minho parecía ciertamente más enojado de lo que Jonghyun había parecido luego de que Kibum lo pusiera al tanto de su encuentro con Jaejoon.

Kibum asintió en reconocimiento.

El departamento de Minho le parecía más ordenado de lo que había imaginado. La vista además era maravillosa. Aunque eso sí se lo había imaginado. No veía a Minho viviendo en un lugar menos digno de su facha casanova.

-¿Él te dijo que pensaba ayudar a la bruja?

-Así como decírmelo… no. Pero me lo dio a entender. Según él, Hyoyeon es sólo una madre preocupada -aclaró con cara de hartazgo.

-Pero él también es homosexual. ¿Un juez lo tomaría en cuenta?

-Con más razón. Usualmente trabajan desde la base que nadie se declararía abiertamente homosexual en una corte a menos que tenga una muy buena razón, además de que el juez ligará inmediatamente a Jaejoon con Jonghyun.

-¿Y… Jonghyun…? -No tenía que terminar la pregunta para que Kibum supiera cuál era.

-Sí -respondió simplemente.

-Pero… -El pelinegro parecía complicado con su hilo de pensamientos. -¿No te molesta?

Kibum rió quedamente. Le hacía gracia que justamente fuera Minho quien viera reparos en cómo se había enredado aquello.

-¿Que Jonghyun se metiera con Jaejoon? -Parecíó pensárselo unos momentos, pero la verdad era que si se demoraba era porque le costaba decir lo que tenía en sus pensamientos. -Digamos que lo hizo, en su momento. Más que molestarme -se corrigió. -, me dio celos.

Minho asintió digiriendo la información.

-Además, ahora hay asuntos más importantes que quién se acostó con quién.

-Pero tú también dormiste con él. -El mayor parecía no poder soltar el asunto aún.

-Sí, pero no estabamos juntos cuando pasó.

-Pero es la misma persona…

-A ver… sé que no es lo mismo, pero es algo así; si haces un trío, ¿te molestaría que tu pareja tuviera sexo con alguien con quien tú estás teniendo sexo también en esos momentos? ¿O que ella se moleste, lo encontrarías lógico?

-No… pero ambos acordamos acostarnos con la misma persona al mismo tiempo.

-Deja de darle vueltas al asunto. Si a Jonghyun no le molesta…

-Oh, créeme que le molestó.

Kibum lo miró con una ceja alzada.

-Su cara, su ánimo…, su aura, esos días que el hijo de puta ese anduvo rondandote en el bar, eran para escapar.

Kibum volvió a reír, y sacudió su cabeza en negación.

-Bueno, pero ya está todo atrás.

-Ni tanto. Ahora él quiere usar lo que sabe en contra de Jonghyun.

-Ya lo hizo -le recordó el menor.

Minho exhaló exasperado.

-Tengo una idea -anunció Kibum. -Tengo una idea para que Jonghyun no pierda la custodia de Gwiboon, pero necesito tu ayuda.

-Lo que sea para salvar a Gwiboonnie. Pero, ¿por qué no lo estamos hablando con Jonghyun?

-Porque algo me dice que no le va a gustar.

Minho puso cara de pocos amigos.

-Escúchame primero.

-Okey. Te escucho.

Y así lo hizo. Escuchó al menor, poniendo caras de exasperación en algunos tramos y acabando con una exhalación pesada.

-No, no puedo. Me va a matar si te hago caso.

-Es lo único que se me ocurre y, de momento, es la única salida que queda.

-Me va a matar -repitió Minho levantándose, alzando las manos en el aire, dándole la espalda a Kibum, mirando la ciudad.

-Probablemente, pero cuando entienda que es por su bien y el de Gwiboon, se le pasará.

-No se le va a pasar -aseguró girándose de regreso a ver a Kibum que seguía sentado. -Ese hombre es cuadrado, se le va a meter una idea en la cabeza y le dará a la mía con una ballesta.

-No pienses en Jonghyun, piensa en tu ahijada.

Minho aún no parecía convencido.

-Bueno, si tienes una idea mejor, soy todo oídos.

-Dame tiempo, quizás se me ocurra algo.

 

* * *

 

Tocó a la puerta y, tal como había anticipado, la reacción de la rubia no fue buena y no se dejó esperar. Alcanzó a afirmar la puerta antes de que se la cerrara en la cara.

-Hola.

Ella no contestó. No inmediatamente.

-¿Qué haces aquí?

-Quiero hablar.

-Yo no tengo nada que hablar contigo.

-Yo sí -dijo él determinado. -Quiero proponerte un trato.

Hyoyeon se amonestó internamente por parecer tan rápidamente interesada, pero aún así abrió la puerta y le permitió entrar en su casa.

 

* * *

 

-Acompáñame, mañana.

-Ya lo hablamos. Si voy, me usarán en tu contra, y eso se convertirá en un circo. Es lo que menos necesitas.

-Lo sé -se quejó Jonghyun con su cabeza aún sobre el hombro de Kibum.

El juicio tenía lugar la mañana siguiente. La fecha había llegado más pronto de lo que Jonghyun hubiese esperado. Sí, quería que todo aquello acabara luego, pero no estaba tan seguro de que eso fuera posible una vez que empezara.

-¿Crees que Jaejoon vaya?

Jonghyun se tomó su tiempo en ponderar las opciones.

-Si Hyoyeon está decidida a hacer esto rápido y él va a ayudarla, probablemente sí.

Kibum lo abrazó fuerte y pegado a su cuello murmuró:

-Todo va a salir bien.

-Quiero tanto creer que así va a ser -, pero en la voz del mayor se sentía un dejo de desesperanza.

Kibum lo alejó de él para tomar su rostro entre sus manos, como cuando quería hacerle entender algo.

-Y créelo. Eres un excelente padre, y Gwiboon no tiene por qué perderte. Cualquier persona con dos dedos de frente puede ver que es más lo que pierde que lo que gana si la alejan de ti.

Jonghyun lo miraba con una mezcla de gratitud y amor dificiles de contener.

-Todo va a salir bien, te lo prometo -aseveró Kibum.

El mayor tomó sus manos entre las suyas, y acercó una a sus labios.

-Eres tan cursi, a veces -comentó Kibum con una voz suave.

-Dice el que tiene sus piernas sobre las mías -lo molestó Jonghyun dejándose caer sobre el respaldo del sofá ajeno, dejando sus manos reposar sobre las extremidades del menor.

-No lo decía como una queja -aclaró Kibum. -Me gusta.

Jonghyun lo miró con esa sonrisa rota de los últimos días. Esa sonrisa que mostraba lo apenado que estaba por no poder mostrar todo lo feliz que Kibum lo hacía. El menor acercó su mano nuevamente a la de Jonghyun y entrelazó sus dedos, al tiempo que dejaba caer su cabeza sobre el hombro ajeno.

-Deberías irte a descansar. No ayudaría en nada que parezcas un drogodependiente frente al juez.

-Tampoco serviría que me vaya. No sé si voy a poder dormir.

-Al menos tienes que intentarlo.

Entre sonidos de queja y movimientos inconexos y torpes, Jonghyun atrajo a Kibum más hacia él, sentándolo sobre sus piernas, abrazándose a él lo más que podía. Tenía esa sensación de que le era insuficiente lo cerca que estaba, aún cuando los brazos de Kibum lo rodeaban por el cuello, el cabello del menor le rozaba la mejilla y la oreja, y sus pechos hacían eco de los latidos de sus corazones.

Se quedaron en silencio un momento, Kibum sabía que debía recordarle a Jonghyun que lo mejor era que se fuera a su casa, pero no queriendo dejarlo ir, se quedó callado, analizando en su mente cómo las cosas iban a desenvolverse desde la siguiente mañana al momento del juicio. No quería seguir pensando en ello. Se acurrucó contra el cuello del mayor, escondiendo allí gran parte de su rostro, cerrando los ojos, inhalando el olor del mayor.

-Te quiero -dijo con voz clara, aunque baja.

Jonghyun lo apretó aún más contra sí, sin decir palabra. Luego de un momento, fue Kibum quien rompió el enlace sólo para mirarlo a los ojos antes de besarlo. Una vez más, el menor podía sentir que Jonghyun lo absorbía. Él quería absorber un poco de Jonghyun también.

Jonghyun rompió el beso y hundió su propio rostro en el cuello de Kibum.

-Te quiero tanto -murmuró. -Si me quieren acusar de algo, que me acusen de eso, de ser Kibum-dependiente..

-No digas eso… -le pidió Kibum en una voz casi torturada.

-Pero si es cierto.

-Tu hija debería ser más importante.

-Y lo es -aseguró el mayor volviendo a mirar a Kibum a los ojos. -La amo, pero… tú te volviste mi droga personal. -Y se acercó a besarlo otra vez, pero esta vez más corto, más tierno.

Kibum volvió a abrazarse a él.

Pasaron largos minutos antes de que separaran definitivamente.

 

* * *

 

A Jonghyun las manos le sudaban, y podía decir que sus pantalones ya estaban húmedos allí donde había intentado secarlas. A su lado, Lee Changseon se encontraba casi impávido. Cosas del oficio, se dijo.

Al otro lado de la sala, sentados detrás de un escritorio idéntico al que él tenía en frente, se encontraba Hyoyeon y su abogado. Jonghyun no podía ver el rostro de él, pero podía notar por los movimientos de sus manos que algo no andaba como esperaba y no sabía si eso lo ayudaba o no. Por su parte, la rubia parecía tan inmutable como Changseon. Y eso tampoco le arrojaba pista alguna. Hyoyeon dirigió los ojos hacia su exesposo y éste le retiró la mirada justo a tiempo para ver al juez abrir la puerta hacia su banquillo.

El juicio comenzó con una presentación del caso, y Jonghyun sabía que luego el juez preguntaría por los detalles de la solicitud del nuevo reajuste de visitas y manutención, y sus condiciones, y de ahí en adelante todo sería una serie de discusiones probablemente en ese mismo salón.

Minho y Sodam se encontraban pocos bancos detrás de él, y los escuchaba en una retahíla de murmullos que le tenían los nervios aún más de punta. Los miró hacia atrás, hasta que hizo contacto visual con su hermana. Fue en su rostro que divisó la primera impresión de lo que había dicho el abogado de Hyoyeon.

 

Su exesposa había sido la primera en salir de la sala. Jonghyun estaba entre estupefacto y complacido con el vuelco que había tenido el juicio. Aún así no se fiaba de las razones tras la decisión de Hyoyeon. Tenía que haber algo más y temía saber la respuesta, aunque de momento estaba disfrutando de la victoria. Changseon se acercó a hablar con su colega mientras él, su hermana y su amigo se dirigían a la puerta de salida.

-No puedo creerlo -decía Sodam a su hermano, quien ya tenía el celular en su mano buscando el número de Kibum para contarle la buena noticia. -Voy a llamar a los papás -le avisó a Minho, quien parecía ser el único de los dos hombres que le prestaba atención.

Minho asintió y ella se alejó un poco de ellos. Jonghyun ya tenía el teléfono en su oído, esperando a que Kibum contestara.

Del otro lado, el teléfono sonó, y sonó, pero nadie contestó.

Jonghyun marcó nuevamente, y obtuvo el mismo resultado.

-Kibum no contesta -comentó mirando con extrañeza su celular.

-Jonghyun…, no va a contestar -respondió Minho.

Su amigo lo quedó mirando con expresión confundida, pero en algún rincón de su mente, la respuesta a la pregunta no formulada se estaba comenzando a responder.

-¿Por qué no? -preguntó de todos modos, espantando a duras penas las conclusiones a las que estaba llegando, y que Minho no tardaría en corroborar.

 

Manejó como un enajenado hasta el edificio y, una vez allí, casi machacó el timbre que llamaba al departamento del menor. Dentro de su casa o no, Kibum no abrió. Volvió a intentar con el teléfono, pero Kibum seguía sin contestar.

“Fue su manera de ayudar. No quería que te quitaran a Gwiboon.” Por la mierda, Kibum. ¿Por qué no le había dado la oportunidad de pelear su propia batalla. Aquello era entre Hyoyeon y él, nadie más tenía que colisionar con ese desastre. Pero Hyoyeon tendría su parte, lo iba a escuchar.

Finalmente, una pareja salió del edificio y Jonghyun tomó su oportunidad para colarse dentro. Tal como lo había hecho con el timbre, la puerta recibió su propia porción de aporreos.

-Kibum… ¡Kibum, abre!

-Si buscas a Kibummie, él se fue -sonó una voz en algún lugar del pasillo mientras él daba otro golpe a la puerta.

Jonghyun se giró para darse cuenta que una puerta en sentido diagonal a la que él tenía ahora a su espalda se había abierto, y en su umbral, una mujer de unos 70 años, cabello gris y delantal de cocina sobre la ropa, lo observaba con cierta aprensión y los brazos cruzados.

-Kibummie se fue -repitió ella.

La confirmación le cayó como un balde de agua fría. En invierno. Sin abrigo.

-¿Sabe dónde se fue?

-No me lo dijo. ¿Por qué lo buscas?

Jonghyun no supo qué decir. ¿Por qué lo buscaba? ¿Qué necesitaba de Kibum?

Necesitaba a Kibum. Ese era el punto.

-Usted es la señora Cho, ¿no?

-Sí, soy yo… -respondió ella casi bajando la guardia.

-Kibum me habló de usted. Necesito saber dónde está, por favor -pidió él acercándose a ella.

-Tú eres Jonghyun, asumo -afirmó la señora Cho. Suspiró pesado antes de aclarar: -No puedo decirte donde está Kibummie, porque no quiso decirme dónde iba. Sólo dijo que estaría bien, y que era lo mejor que podía hacer.

Jonghyun reprimió un gruñido de impotencia.

-Conozco a Kibummie desde que era un pequeño. Sé que si se fue en la manera en que se fue, tenía buenas razones... ¿Eras tú una de ellas?

¿Lo era? ¿Había Kibum escapado de él y sus problemas, a la vez que le dejaba la integridad de su derecho paternal como recuerdo consolatorio?

-Espero que no.

 

De regreso en el auto, manejó hacia el único lugar que conocía donde podía encontrar alguna posible pista del paradero del menor.

Todo el camino hasta la cafetería, intentó quitarse la idea de que Kibum estuviera alejándose de él. “Dijo que era lo mejor para ti, para Gwiboon.” Kibum iba a tener que explicarle bajo qué concepto consideraba que irse era lo mejor para él. Si lo encontraba, si llegaba a verlo… lo más probable era que lo iba a besar con todas las fuerzas que pudiera reunir en ese momento.

-Sabía que esto pasaría -soltó Jongin cuando Jonghyun estuvo frente a él del otro lado del mesón.

-Jongin, por favor, dime dónde está.

-No puedo -le dijo mientras le señalaba a su compañero que saldría un momento.

-¿No puedes? ¿Qué significa eso? ¿Que no sabes? ¿Que no quieres? -Jonghyun estaba obviamente desesperado. Ese día se había preparado para pelear por su hija, no para perder a Kibum.

-Significa que sí sé dónde está, pero que no quiero decirte porque Kibum se fue muy seguro de la decisión que estaba tomando. Y lo hizo por tu bien. Eso, y que si te digo y Kibum se entera, me capa.

-Jongin, por favor. ¿No creo que haya vuelto donde su mamá? -probó suerte con una táctica un tanto más tentativa.

Por toda respuesta, el barista alzó una ceja.

-Está con Taeyeon, entonces -aseveró siguiendo las facciones de Jongin por si alguna de ellas lo delataba. Nada.

-Mira, escúchame. Quizás y me equivoque, pero espero que no. Cuando él crea que está bien volver a buscarte, lo hará. No lo busques. Él se fue por ti, porque era lo correcto. Kibum no se hubiera ido por menos. Pero si cree que volver significa borrar el mérito de haberse ido, no lo va a hacer. Tendrás que ser paciente.

-No puedo. No voy a esperar tanto tiempo. Pueden pasar meses.

-Siendo positivos -agregó Jongin con cierto aire tentativo.

Jonghyun alzó ambas cejas.

-Gracias por el toque de realismo.

-Es Kibum de quien estamos hablando. Es muy dificil hacerlo cambiar de opinión cuando él ya tomó una decisión. Quizás sea lo mejor -añadió hundiéndose de hombros.

El moreno no quería creer que estaba todo perdido, pero el tono de su voz delataba su sentir.

-¿Lo mejor para quién?

 


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