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Lazos del destino por LizzieVidal

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Notas del fanfic:

Este fic es mi primer fanfic sacado de mi propia imaginación y autoría, utilicé a los personajes a mi conveniencia dándoles roles que realmente no tienen pero que son benéficos para mi historia y bueno, sin más que decir espero que sea de su agrado.

Notas del capitulo:

Ni Yu-Gi-Oh! Ni ninguno de sus personajes me pertenecen, estos pertenecen al gran maestro Kazuki Takahashi, tampoco las canciones a utilizar en este fic, estas pertenecen a sus respectivos autores.

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“El final feliz aún está lejos, pero quiero alcanzarlo…”

 

Hola, mi nombre es Yugi Mutou, tengo 21 años, soy un chico de estatura promedio, mi cuerpo es delgado y un poco frágil por lo que no soy bueno en los deportes, mi piel es clara, mis ojos son grandes y de un intenso color amatista, mi cabello está dividido en tres colores, tengo unos mechones rubios que caen frente a mi cara, después se extiende un color negro que termina en puntas moradas hacia arriba en forma de estrella, me encuentro cursando el último año de universidad en la facultad de Economía, soy hijo del gran empresario Takahiro Mutou que es dueño de la cadena de empresas “Gamma” que va a la cabeza de un amplio mercado Industrial, él es un hombre bondadoso, atento, trabajador, comprometido y responsable, eso es lo que ha llevado a la cima a sus empresas, es mi mejor amigo, siempre me ha apoyado en todo, somos muy unidos, además de que de mis padres él es con quien paso más tiempo de calidad a pesar de todo el trabajo que tiene, posee un gran carisma y una gran personalidad, su cuerpo es todo lo contrario al mío, él es un hombre alto y fornido, su piel es igual de clara que la mía, su cabello es bicolor, empieza siendo negro y las puntas terminan en color morado además es lacio y largo por lo que siempre lo trae sujeto en una coleta baja y sus ojos son de un tono azul marino oscuro, por otra parte mi madre es la gran cantante de pop del momento Yui Mutou, yo tuve la fortuna de adoptar un poco de sus habilidades artísticas, ella es de una estatura promedio, pero incluso es un poco más alta que yo, su cuerpo esta tonificado, claro, siempre cuida mucho su imagen ya que es de la forma en la que la miran en el mundo del espectáculo, su piel también es de color clara, su cabello empieza con los mismos mechones rubios que yo tengo, solo que sigue un color rosa fucsia lacio y largo, sus ojos son color rubí y hacen juego perfecto con su personalidad segura y elegante, mi relación con ella cambió mucho desde que su carrera despegó, cuando era pequeño ella solía jugar conmigo y salíamos en familia, además de que me ayudaba a desarrollar mi canto y me enseñaba a tocar el piano y el violín por las tardes, pero después siempre estaba muy ocupada y la mayor parte del tiempo no la veía, luego comenzaron las giras y solo la veía unos cuantos días cada vez que terminaba una de ellas, además su manager le administra todo su tiempo y por eso no pasa mucho tiempo en casa con mi padre y conmigo.

En este momento estoy entrando a la universidad, en la mañana me quedé dormido y a pesar de que la limosina me trajo se me ha hecho un poco tarde por lo que debo correr si quiero llegar a mi primer clase del día, pero por ir tan apresurado no noté que un chico venía caminando enfrente de mí y choqué con él, ambos caímos al piso de sentón tirando todo lo que llevábamos en las manos.

Yugi: ¡Lo siento, lo siento, lo siento!¿Se encuentra bien? ¡Que tonto soy! ¿Se ha hecho daño? –Dije sin voltear a ver  bien al chico con el que me había tropezado mientras levantaba mis cosas del suelo y acomodaba las de él.

… : Ah, si, no te preocupes –Dijo con una voz tranquila y despreocupada, su voz era un poco gruesa y muy segura, de reojo vi que también empezó a levantar sus cosas del suelo.

De repente ambos tomamos la misma carpeta y nuestras manos se toparon, entonces levante mi vista y me encontré con la de él, me sorprendí mucho al darme cuenta que era un chico muy parecido a mí, la diferencia entre nosotros era que él se veía un poco más grande ya que su cuerpo se veía fornido, sus ojos eran del mismo color que los de mi madre, un par de finos y elegantes rubíes, y su cabello era casi idéntico al mío solo que el de él terminaba en puntas color rojo, si no fuera por esos detalles podríamos pasar prácticamente por gemelos, él vestía una camisa  negra de manga tres cuartos, con los dos primeros botones desabrochados, unos vaqueros oscuros y zapatos elegantes, también traía una pequeña cadena delgada con una plumilla de guitarra como dije, era de suponerse que era músico o algo por el estilo.

Yugi: Lo si...ento… –Dije un poco apenado tomando su carpeta y entregándosela en sus manos.

… : Gracias, no te preocupes–Me dijo sonriéndome y entonces sentí como la temperatura de mi cara se elevó, me había sonrojado al ver su sonrisa y mi corazón comenzó a latir muy rápido sin que yo comprendiera el motivo -Mi nombre es Yami Atemu, mucho gusto, y tu nombres es… -Me dijo presentándose y tanteando para que le dijera mi nombre.

Yugi: Yu…gi... Yugi Mutou, mucho gusto Atemu-san –Respondí nerviosamente extendiendo mi mano para saludarlo y le mostré una pequeña pero sincera sonrisa.

Yami: Mucho gusto Yugi, por favor dime Yami, no me gustan los formalismos –Me dijo sin quitar la sonrisa de sus labios, también extendió su mano y apretó levemente la mía, ambos nos quedamos mirándonos a los ojos unos segundos y sonreímos, en ese momento volví a mi realidad y recordé que debía ir a clases.

Yugi: Discúlpame Yami, debo ir a mi clase, llegaré tarde –Dije cambiando mi semblante a uno nervioso y preocupado.

Yami: De acuerdo Yugi, entonces… tal vez nos veamos después -Dijo empezando a caminar en el sentido opuesto al mío y levantando un poco su mano derecha en forma de despedida mientras su mano izquierda estaba metida en su bolsillo del pantalón.

Me quede un segundo embelesado mirando cómo se alejaba, pero volví a reaccionar y comencé a correr hacia mi salón pero esta vez cuidando de no volver a tirar a nadie en el trayecto.

POV de Yami

El día había empezado bien, pero después se había convertido en un completo martirio, iba caminando por la universidad hacía la facultad de Mecatrónica para ir a mis clases habituales algo frustrado, iba distraído pensando en la pelea que había tenido esa mañana con mi padre sin notar lo que pasaba a mi alrededor.

----------Flashback----------

Había despertado de muy buen humor, aunque no sabía por qué, la claridad de la mañana comenzaban a entrar por el ventanal de mi habitación, esta era muy espaciosa y tenía un decorado muy elegante, me senté al borde de mi espaciosa cama, a veces pensaba que era demasiado espacio para mí, moví un poco mi cuerpo para desperezarme y me levanté en busca de la ropa que seguramente alguna de las muchachas que nos atienden en la mansión había traído más temprano, me dirigí a mi baño, comencé a sacarme la ropa del pijama mientras llenaba la tina para relajarme un poco, todavía era algo temprano para ir a la universidad, terminé de ducharme, me vestí y me dispuse a bajar a desayunar, al llegar al comedor vi que ahí se encontraba él, el hombre que se hace llamar mi padre, Aknamkanon Atemu, dueño de “Atemu Industries” leyendo el periódico mientras tomaba un café negro, él es un hombre arrogante, frío, sin sentimientos, siempre ha tratado de llenar el vacío del tiempo que no me da con regalos caros, a algunas personas eso las haría volverse caprichosas y consentidas, pero a mí sus regalos y las cosas materiales no me importa en lo más mínimo, físicamente no nos parecemos, él es un hombre alto, mucho más alto que yo, de piel morena, cabello negro bien recortado, sus ojos son color verde esmeralda, nada parecido a mí, yo soy alto, mi cuerpo esta trabajado ya que me gusta hacer ejercicio y practicar gran variedad de deportes, soy bueno en la mayoría, mayormente soy más parecido a mi fallecida madre, ella tenía la piel blanca como la mía, los ojos del mismo color rubí intenso, su cabello empezaba negro y terminaba en puntas rojas, y su estatura era un poco más baja que la mía, era una persona sumamente amorosa y cálida, jugaba mucho conmigo cuando era pequeño, ella tenía mucha destreza para la música, así que me enseñó a tocar la guitarra y el piano cuando aún era un niño, murió cuando yo tenía 12 años, así que ya tiene 9 años que se marchó de mi lado, ella era mi todo y mi única compañía, una vez que se fue me deprimí mucho, pero también tomé más fuerza para seguir adelante.

Cuando me acerqué al comedor salude a mi padre y me dispuse a sentarme en un lugar apartado de él esperando mi desayuno.

Yami: Buenos días padre –Dije con un tono frío y sin mirarlo.

Aknamkanon: Buenos días Yami, ¿qué tal tu mañana? –Me respondió sin levantar la vista del periódico que se encontraba leyendo.

Yami: Bien… supongo –Dije sonando despreocupado.

Aknamkanon: Que bueno, y te daré una noticia que de seguro mejorará tu mañana –Dijo levantando la vista de su periódico y mirándome fijamente.

Yami: ¿Si? ¿Qué puede ser? –Dije titubeando un poco, las sorpresitas de mi padre nunca habían sido nada agradables en el pasado.

Aknamkanon: En seis meses conocerás a la que puede ser tu futura prometida si todo sale bien, es la hija del embajador de Egipto, es una muchacha muy guapa e inteligente, no podrás pedir más que a ella, en estos momentos su padre está arreglando todo para que ella pueda venirse a vivir aquí a Domino al terminar sus estudios para que ustedes se puedan conocer mejor, ya sabes cómo es esto –Dijo sonriendo maliciosamente, seguramente algo recibiría de por medio por arreglar esa boda.

Yami: ¿¡Prometida!? –Dije un poco sorprendido mientras fruncía el ceño –Ya te dije que no necesito que me consigas con quien casarme, yo puedo escoger a la persona que amaré y con la que compartiré el resto de mi vida solo.

Aknamkanon: ¡Por Ra, Yami! Ya estás en edad de ver por los intereses de la empresa, esto nos abrirá el mercado tecnológico en Egipto ¡Qué no te das cuenta!

Yami: ¡A sí que por una nueva ruta de trabajo estás vendiéndome a mí! –Le dije levantando la voz, ya me encontraba muy molesto –Sabía que eras un hombre capaz de todo por sus empresas, pero nunca creí que serías capaz de vender a tu propio hijo.

Aknamkanon: ¡No digas estupideces Yami! Además ni que te fuera a casar con un hombre, es una muchacha muy fina y educada, quién mejor para formar parte de la familia Atemu, así que ve haciéndote a la idea de que será a ella a la que amarás y con la que compartirás el resto de tu vida –Dijo en tono de burla, él siempre ha creído que mi manera de pensar sobre una pareja es ridícula por no ver los intereses más allá del amor.

Yami: ¡Él que no debe de decir estupideces eres tú! Yo no me voy a casar con ella y hazle como quieras –Fueron las últimas palabras que pronuncié antes de tomar mis cosas y salir corriendo de la mansión hacía la limosina que ya me esperaba a fuera para llevarme a la universidad.

----------Fin del flashback----------

De repente alguien chocó conmigo y ambos caímos al suelo, se disculpó y comenzó a recoger sus cosas y acomodar las mías, yo me extrañé al ver el gran parecido entre nosotros, éramos casi idénticos, pero él era un poco más bajo que yo y su cuerpo era delgado, además las puntas de su cabello terminaban en un color amatista y sus ojos eran del mismo color, además estos tenían un brillo especial, algo que nunca había visto en otra persona, me dijo que lo sentía, yo le dije que no se preocupara, cuando empecé a levantar mis cosas tomé una carpeta y sin querer ese chico también la tomó y nuestras manos se juntaron entonces yo lo miré fijamente y el levanto su vista para mirarme, sentí mi corazón latir muy fuerte por un momento, además al tocar su mano había sentido una conexión especial, debía saber quién era ese chico y quería entender porque me sentía así, lo único que atiné a hacer fue presentarme para que así este me dijera su nombre.

Yami: Mi nombre es Yami Atemu, mucho gusto, y tu nombres es… -Dije recalcando el “es” para que este me dijera su nombre.

 Yugi: Yu…gi... Yugi Mutou, mucho gusto Atemu-san –Me respondió un poco nervioso o al menos eso creí notar, y me extendió su mano para saludarme, en ese momento sonrió, su sonrisa era cálida y sincera, algo había despertado en mí ese chico y yo quería averiguar que era, yo solo extendí mi mano para corresponder su saludo, al tocar su suave mano, fue como una revelación, tenía que conocer mejor a Yugi, sí o sí.

 Al momento el recordó que debía ir a clases cambiando su semblante a uno preocupado y me lo hizo saber, entonces me despedí y comencé a caminar en la dirección opuesta a la que él llevaba.

Yami: Entonces… tal vez nos veamos después –Dije terminando la pequeña conversación, haciendo un ademán de despedida con una sonrisa en mi rostro que sé que él no pudo haber notado y seguí caminando hasta llegar a mi salón.

Fin del POV de Yami.

Cuando llegué a mi salón me encontré con mis dos amigos y mi primo, uno de mis amigos es Ryo Crawford, es un chico que nació en Inglaterra pero que por trabajo de su padre se mudó aquí a Domino hace 3 meses, es hijo de Pegasus J. Crawford el dueño de Ilusiones Industriales, él es un poco más alto que yo, también es delgado, su cabello es blanco al igual que su piel y sus ojos son color marrón oscuros como el chocolate, el segundo es Jonouchi Katsuya, él es un poco más alto que Ryo-chan y mucho más alto que yo, su piel es clara, su cuerpo también es delgado, tiene los ojos color miel y su cabello es rubio igual de brillante que el sol, el último era mi Ototo Marik Mutou, él se mudó con mis tíos a Domino poco después de que nació ya que mi tío el hermano de mí papá y mi padre formaron una alianza en sus empresas, desde muy pequeños nos criamos como hermanos, es menor que yo por dos meses, él nació en Egipto, su piel es color morena como la de su madre, su cabello es de un color blanco cenizo y sus ojos son color lavanda, es de la misma estatura que Ryo-chan, su cuerpo está bien trabajado ya que le gusta correr y practicar natación; cuando me vieron llegar me preguntaron que me había pasado ya que había llegado todo sudado y tan tarde.

Marik: Ani-chan ¿qué te pasó? Tú nunca acostumbras a llegar tarde ¿por qué vienes todo sudado? ¿Ha pasado algo malo? –Dijo mi primo corriendo a la entrada del salón donde me encontraba, tomando mis manos y levantándolas a la altura de nuestros pechos.

Jonouchi: Es verdad Yug, ya ni yo llegue tarde hoy –Dijo Jonouchi-kun llegando atrás de mi primo.

Ryo: Nos tenías preocupados Yu-chan –Dijo quitando a Marik de enfrente mío y me abrazó con mucha fuerza, Ryo-chan es más que nada el amigo sobreprotector que se preocupa mucho por todos y es de esos a los que no puedes ocultarles algo porque de alguna manera u otra todo lo saben.

Yugi: R...Ry…–cha…n –Dije como pude tratando de hacer que se diera cuenta de que me estaba comenzando a asfixiar.

Marik: ¡Ry-chan! ¡Suéltalo! ¡Ani-chan está comenzando a ponerse morado! –Dijo mi primo apartándome del abrazo de Ryo-chan tomándome entre sus brazos echándome un poco de aire con su mano mientras yo tenía los ojos en blanco debido al fuerte abrazo recibido.

Yugi: Ari…gato ototo-chan –Dije recuperando un poco el aliento.

Jonouchi: ¡Ra! Ryo, casi matas al pobre de Yug –Le dijo en tono de regaño y de burla.

Ryo: Lo siento Yu-chan –Dijo un poco apenado poniéndose a mi lado y agachando su cabeza, yo solo le sonreí dulcemente mientras me separaba de los brazos de mí primo para darle un cálido abrazo, yo sabía que lo que menos quería era hacerme un mal.

Yugi: No te preocupes Ry-chan –Le dije y él me miro con su sincera sonrisa de siempre devolviéndome el abrazo, pero esta vez uno más suave.

Jonouchi: Bueno Yug ¿ahora si nos vas a contar por qué llegaste tarde? –Dijo mientras caminábamos hacia nuestros respectivos lugares cerca de la ventana en la parte de atrás del salón.

Yugi: Bueno… Verán… Principalmente me dormí y aunque me trajeron como siempre el tiempo ya lo tenía encima y después… bueno… etto… Por venir tan aprisa me tropecé con alguien y sin querer… lo tiré al suelo… -Dije pensando en el momento en el que había tirado a Yami, sin darme cuenta una sonrisa se dibujó en mi rostro, sentí como mis mejillas comenzaban a ruborizarse así que voltee hacia otro lado.

Ryo: ¡Sabía que algo te había pasado! Dime Yu-chan ¿esa persona te hizo algo? ¿Te pegó? No le dijiste que fue un accidente ¡Que desconsiderado! –Dijo atrapando mi cuello entre sus brazos y jalándome hacia su pecho – ¡No te preocupes yo lo enfrentaré por ti! –Dijo decidido mientras una de sus manos acariciaban mi cabello.

Yugi: Ry…-cha…n de... de nuevo me asfixias… -Dije intentando zafarme de los brazos éste.

Jonouchi: Tú no aprendes, verdad Ryo… -Dijo con una gotita bajándole en la sien mientras mi primo se reía –Un día de estos realmente vas a asfixiar a Yug ¿Y quién va a pasarme la tarea de Kamijou-sensei para no reprobar? –Dijo comenzando a reírse  y los demás también nos comenzamos a reír, era verdad, Jonouchi-kun nunca hacía la tarea de literatura y por eso yo siempre terminaba pasándosela.

Las clases pasaron lento y el día por igual, en diversos momentos yo me distraía recordando a ese chico oji-rubí que había conocido esa mañana, quería volver a verlo por alguna extraña razón, pero ni siquiera sabía a qué facultad pertenecía, y como iba a saberlo si antes de hoy no me había percatado que hubiera un chico similar a mí en este país y mucho menos en la misma escuela.

 

 

 

Notas finales:

¡Konnichiwa minna! Lizzie Vidal reportándose, ésta es la primer historia de mi imaginación y autoria (Bueno con cierta ayuda a mi Beta-reader mi amiga Pao Müller y de mi pequeña hermana menor amante de Puzzleshipping que me quiso ayudar a imaginar escenarios :$), realmente me doy cuenta que realizar este tipo de trabajos llevan mucho esfuerzo y dedicación y estoy poniendo pedacitos de mi alma en esta historia que iré publicando, espero que sea de su agrado y que dejen comentarios para saber si les gusta y así, eso me ayudará a seguir haciendo este tipo de cosas :$ sin más que decir me despido, nos leemos pronto. Ja ne! :* o/ 

 


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