Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Secrets por Fer_the_human

[Reviews - 49]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Feliz San Valentín! Espero hayan tenido un día estupendo con su persona especial. O si no, al menos haber salido a molestar parejas felices con su palo golpeador de parejas felices (Espero que todos entiendan el chiste y no quedar como un pelele)

Bueno chicos, aquí está el nuevo capítulo. Perdonen la tardanza, pero la escuela me ha mantenido ocupado.

Bueno, tomen el capítulo como un regalo del 14 de febrero.

¡Disfruten la lectura!

Despierto con Adam justo al lado mío. O enfrente de mí, a decir verdad. Lo abrazaba. Mis brazos rodeándolo, protegiéndolo. Evitando que me deje. Y su pierna encima de la mía. Estamos muy cerca. No me siento acorralado, tampoco me siento ansioso. Me siento bien. En paz.

Los recuerdos de anoche vienen a mí, poco a poco. Y no me molestan. Veo el rostro dormido de Adam mientras mi memoria viene a mí. Recuerdo lo que pasó anoche. Y recuerdo su actitud antes de irnos a dormir… siento mi erección mañanera. Y claramente no se va. Mucho menos con Adam aquí.

Beso a Adam en los labios, pero no tiene ningún efecto. Sigue durmiendo pacíficamente. Me quito de su alcance un poco, con cuidado de no despertarlo. Noto que a diferencia de mí, el salió con sus pantalones puestos. Sonrío ante el recuerdo.

Me dirijo al baño. Después mojo mi rostro con el lavabo ahí, y me doy cuenta que esta es una experiencia nueva y extraña para mí. Bueno, si lo viera de fuera, es como si me hubiera llevado a Adam del club para tener sexo. Claramente no fue así, pero me pongo a pensar.

No he dormido en casa de mis novias. Claro que hubo sexo, pero nunca me quedé a dormir. O ellas. Y cuando intenté el sexo casual, bueno, uno corre lo más rápido del lugar una vez que todo terminó. Y me salté el sexo con Adam. Fuimos directo a dormirnos. Y se siente bien por alguna razón.

Salgo del baño para darme cuenta que Adam sigue dormido. Ya sabía que tenía el sueño pesado. Su posición ha cambiado, pero duerme bien. Es como un bebé.

Recuerdo la fiesta de George. Esa mañana Adam fue directo tras el café cuando se levantó. Y sé que no se despertará si no lo llamo. Voy a prepararle algo.

Una vez en la cocina, preparando el café a cómo puedo, hago un poco de pan tostado y me sirvo un poco de jugo. Unto mermelada de fresa a los panes y como el mío con el jugo. Veo una nota en el refrigerador. Es de mis padres.

Esta mañana casi se nos hace tarde. Llegaremos más tarde. Fuimos al desayuno de la empresa. No quisimos molestar. Besos

-Mamá

¡Mamá! Por alguna razón, me preocupa más el escenario en donde mi madre me ve con Adam, que uno en donde mi padre lo hace. Pero me mantengo con calma, porque de haberme visto con otro hombre en la cama, yo ya me habría dado cuenta. Aun así el pensamiento me molesta, y me pone alerta. Debo tener más cuidado con esto… no tuvimos sexo, pero no podría explicar el hecho de que ambos teníamos tan poca ropa. Y dormimos abrazados.

El recuerdo me hace sonreír. Aun ahora, Adam está arriba, esperando por mí.

En una bandeja de plata, pongo el café y los panes para Adam. Subo al cuarto con mucho cuidado.

Ahí, veo que Adam sigue dormido. Pero tiene una expresión en su rostro, sus cejas se juntan. El sol está en su cara, y eso debe molestarle. Pongo la bandeja cerca de él y me dirijo a la ventana para cerrar las cortinas. De pie ahí, me doy cuenta que los vecinos pudieron haber escuchado cuando llegué anoche. Peor aún, pueden vernos ahora… ¿Lo harán? El pensamiento me pone los pelos de punta. Prefiero no pensar en eso. Pero realmente debo tener más cuidado con Adam.

Debí haber tardado algo de tiempo en la ventana. Aunque suene bobo. Porque cuando volteo, Adam ya está despierto.

Su rostro me estudia. Y a la habitación. Quiero estudiar su reacción pero no me dice mucho. Aun no reacciona, quizá. Me ve mucho.

-Buenos días. –Digo, para poner ambiente. Lo necesito tranquilo- Te hice algo de café. Te traje el desayuno, de hecho.

Pongo el desayuno en la cama para él. Y me siento. Ignorando la cantidad de ropa que tengo. Él lo hace al menos. ¿Ya estará bien? Quiero decir. Bueno, anoche… Quiero intentarlo de nuevo.

Me deshago de esos pensamientos. Prefiero estar con Adam en el ahora. A ver qué pasa.

Adam estudia su desayuno. Está confundido. Y debí pensar que el desayuno no es lo primordial para él ahora. ¿Por qué? Con cara extrañada, toma un panecillo. También toma un sorbo al café. Hizo automáticamente una mueca.

-¿No te gustó? –Pregunto.

-Está bien.

-No sabía cómo te gustaba el café. A mí ni siquiera me gusta. Sabe horrible. –Digo, en mi defensa.

Adam simplemente se encoge de hombros. No veo sonrisa. Ni un rastro. Solo está sentado ahí, bebiendo su café. Y yo me pongo nervioso de no saber que piensa.

Se queda un gran rato ahí. Pensando. Poniéndome nervioso. ¿No está de acuerdo con nosotros juntos? ¿Se arrepiente de anoche?

Mi mente viaja a los peores escenarios. ¿Y si simplemente me veía como alguien con quien pasar el rato, cuando yo ya desarrollé sentimientos por él? Sus ojos viajan a los míos. Ve mi expresión. Y veo en su expresión la incertidumbre. La duda.

-¿Por qué estoy aquí? –Pregunta.

Entonces recuerdo su estado de anoche. Todo lo que pasamos en el club. Muchas veces después de una gran borrachera olvidamos ciertas cosas. Ahora, imagino que debe ser más intenso con la droga. Yo nunca he probado drogas. Entonces, lo que pasa es que no tiene memoria de cómo llego aquí. Eso es un alivio y a la vez me duele.

-¿No recuerdas nada? –Pregunto.

-No

-¿Nada?

-Recuerdo cosas. Pero nada concreto. –Dice- ¿Estuve muy borracho?

-No precisamente. –Aunque es una manera de explicarlo…

Pero es Adam. No seré deshonesto con Adam. Lo estamos intentando. Tomo una gran respiración antes de explicar lo de anoche. Dios sabe que es difícil explicarlo. ¿Cómo explicar a alguien que fue drogado?

-Fuimos al club… -Comienzo. Pero soy interrumpido.

-Recuerdo eso, obvio.

-Bueno, entonces debes de recordar tu estado de ánimo, estabas muy callado y parecía que pasabas un mal rato… No sé cómo decir lo siguiente, pero…

-Fui drogado, ¿no es cierto? –Dice Adam, interrumpiéndome de nuevo- Recuerdo al cantinero, diciendo que me llevarán a casa. –Hace una pausa.- Y tú peleabas con Jason porque pensaste que había sido él.

Jason. Me había olvidado completamente de él. Siento agrio en mi garganta con el simple hecho de escuchar su nombre salir de la boca de Adam. Me doy cuenta de lo loco que sueno. Loco por Adam. Exquisito Adam. Maldito Jason. Me molesta.

-Sí. Ese idiota. Lamento saber que no fue él, me quedé con ganas de golpearlo. –Digo. Y lo digo enserio.

Mi ira con Jason, cuando pienso en ello, suena tonta. Él no representa cada chico que quiere estar con Adam. Solo es un concepto que me hice. Y a Adam no parece importarle. Está conmigo, y anoche me probó su interés. Bueno, ya habíamos mostrado interés… mostró su compromiso.

Adam rueda los ojos. ¿Qué? ¿Se supone que estoy fanfarroneando? Adam no tiene idea. Su expresión ni siquiera fue irónica. Y no lo hizo para molestarme. Realmente piensa que estoy fanfarroneando.

Vamos. El chico que resulta ser mi compañero de lucha me sacó de quicio y terminó mal. ¿No podría pasar lo mismo con ese tal Jason? Pero me calmo. Ni siquiera conozco la relación que tiene Adam y ese tal Jason.

-Como sea. Lo siento. Realmente lo siento. –Digo.

-¡¿Me drogaste tú?! –Pregunta. Alterado. Y me altera.

-¡No! Obviamente no. –Respondo, algo ofendido. Ya debería conocerme mejor que eso- Fueron Thomas y Brenda. Y cuando dices “me drogaron”, suena realmente malo.

-No es específicamente algo bueno, Esteban.

Adam tiene un punto. Entonces le explico lo que pasó exactamente anoche. Y me siento mal. Siento que defiendo a Thomas y Brenda. Se siente como si el entrenador me dijera, justo detrás de mi oreja, que no hay droga buena. ¿A quién estoy engañando? Estuvo mal. Estuvo muy mal.

Por su expresión, podría decir que Adam entiende. No se ve molesto. No se ve tampoco perturbado. Es extraño. Yo estaría molesto. Ofendido cuando menos. Adam parece también estudiar su próxima reacción. Como si supiera que debería estar ofendido, o enfadado, pero no lo está.

Solo porque ahora puedo disfrutar de Adam en sus cinco sentidos, igual que yo, intento levantar su ánimo con la mejor manera que sé. Bueno, la más conveniente.

Besé a Adam en los labios. Pero no sentí reacción alguna. Usualmente Adam trabaja rápidamente cuando nos besamos. Dios sabe que me encantan sus besos. Pero en esta ocasión, se apartó.

-¿Qué pasa? –Pregunto.

-Tú y yo… -Comienza, estudiando mi cuerpo.

¡Él cree que lo hicimos! Posiblemente sea la razón por su comportamiento extraño. Quizá el pensamiento ha estado en su cabeza todo el día.

-¿Sexo? No. –Digo, para tranquilizarlo.

Y su tranquilidad es demasiado notoria. Casi me ofende. Acariciando su cabello, ve su vacía taza de café. Era una taza grande. ¿Sigue queriendo más? Adam sigue desayunando. Va detrás de un pan tostado.

Noto como me acerco a él. Mi rostro cerca del suyo. Me siento grosero, invadiendo su espacio. Puede que me aparte de nuevo… Pero no lo hace. De hecho, voltea a ver mis labios. Ahora estoy seguro que él desea hacerlo también. No actúo por impulso. Espero a estar seguro… Estoy seguro que él también quiere.

Y aun así, seguro, la duda es parte de mí. Junto mis labios con los suyos, suavemente, para que pueda retirarse si quiere. Pero en su lugar, abre su boca, dándome espacio. Yo abro mis labios, y comienzo a jugar con él. Adam no me deja tomar el control del beso. Ambos estamos deseosos por el otro. Siempre. Este es el Adam que conozco. Mi Adam. Estamos en esto juntos. Estamos juntos, no importa en qué. No tengo duda.

Tengo que retirarme de su boca para respirar, aunque apenas me despego de él y estoy deseoso de más. Noto que él también está un poco cansado. No puedo esperar para el siguiente nivel. Vaya, es así simplemente besando…

-¿Sabes? –Digo- Me doy cuenta de que no tengo duda. En mis cinco sentidos es absolutamente mejor.

Por alguna razón quería decirlo. Adam es directo. No lo he olvidado. Si quiero que sepa algo, tengo que decírselo.

La expresión que obtengo en respuesta de Adam es… insatisfactoria. Su rostro, como sonriendo al principio. Pero después, cambia rápidamente a una terrible seriedad.

-No llamaste.

No llamé. ¡No llamé! ¿Todo el problema ocasionado porque no llamé? ¿Hasta qué día estaba de pie la jodida oferta?

Entonces tengo miedo. Puede que lo haya ofendido. Claro, yo estoy ofendido. Hablé con George y la ofensa pasó a ser estúpida. Me hizo entrar en razón o algo así. Y aparentemente Adam no había hablado con nadie.

¿Por qué no le llamé? Cierto, tenía que estar seguro de lo que quería. Y en mis cinco sentidos. Y es lo que hice.

Salgo de la cama en busca de mi laptop. Adam parece seguir tomando su desayuno. La laptop resulta estar debajo de la cama. A veces suelo dejarla ahí. Si estoy haciendo algo antes de dormir simplemente la pongo debajo.

Prendo la laptop y me acuesto al lado de Adam. Es una suerte que había guardado las páginas para este momento, aunque claro no lo había planeado así.

-Puedo explicarlo, enserio. –Digo, mostrándole mi laptop, estando a su lado.- Me pediste que te llamará cuando aclarara mi mente. Ciertamente, no quería llamarte o hablarte hasta estar seguro. Estuve buscando algunas cosas por mi cuenta.

Adam mira atentamente la pantalla. Se acerca a mí. Me gusta tenerlo así. Me doy cuenta, apenas, que estaba bromeando hace un momento. No quería explicaciones, pero bueno, ya se las estoy dando.

-Mira. Esto me aclaró la mente un poco. –Continúo- No solamente está página, si no muchas otras, contando blogs, aseguran que más allá de la sexualidad, está el amor. –Adam ríe ante mi pésima elección de palabras- No te burles, es real. –Bueno, aunque si fue gracioso.

-¿Qué? ¿No te gusto, pero sientes algo por mí? –Pregunta, como si la idea fuera ridícula. Al menos su definición es errónea. ¿No entiende aun el concepto que tengo de él?

-No. Muy por el contrario, estoy seguro de que me gustas… de la misma manera en que me gustan las mujeres. –Digo. No puedo creer que realmente estoy explicando esto.- Soy bisexual, ahora lo admito. Pero me refiero, a que he encontrado información sobre atracción romántica. Más allá de la atracción sexual que siento por ambos sexos, existe mi atracción romántica, que es con qué género puedo desarrollar conexiones amorosas o emocionales. Te he dicho que perdí el interés en salir con chicas, ¿cierto? –Adam asiente.- Bueno, eso se debe a que sentía que no las amaba, así que las dejé cuando noté que no había amor en ello. Pero parece que me siento emocionalmente atraído a los chicos. Así que, heme aquí, soy Homorromántico.

Me sentí un poco ridículo. Pero es la conclusión a la que llegué hace días. Es la forma de estar con Adam.

Adam me escuchó atentamente. Elimina la mínima distancia que había entre nosotros. Nuestra piel está junta. Recarga su cabeza en mi pecho. Me deja olfatear su cabello y acariciar su brazo con mi mano izquierda mientras él estudia las páginas que había guardado.

Anhelo porque este momento no termine. No quiero salir del cuarto. No quiero que mis padres lleguen. No quiero que tengamos que vestirnos. Quiero estar así con Adam. Todo el día.

Me pide, de cuando en cuando, que cambie de página. Lee muchos blogs. Recuerdo algunos. Su mano hace círculos en mi estómago. ¿Puede ser mejor que esto? Me gusta sentir su mezclilla en mis piernas desnudas. Y mis pies tocan los suyos. Extrañamente, es excitante. Beso su cabeza, que es lo más cercano que tengo. No dejo de acariciarlo. No quiero que cambie su posición.

Maldita sea, necesito estar seguro de esto. De que estamos juntos. Que no se ira corriendo. Con Jason, Louis, o cualquier otro chico. Sé que yo no iré a ningún lado. ¿Por qué lo haría?

-Y, bueno, eso significa que quiero estar contigo. Si tú también lo quieres…-Digo.

-Te robaste mi frase. –Bromea. ¡Ya bromea! Estamos bien. Ya sé a dónde nos dirigimos.- Sí quiero estar contigo, Esteban.

No puedo evitar sonreír. Y no me avergüenzo de hacerlo delante de Adam. Que sepa que estoy feliz de que tengamos esto. Lo beso directamente en los labios.

Adam sonríe también. Entonces su mirada viaja hacia abajo. Hacia mi abdomen. O, bueno, quizá a mis boxers… ¿Qué está pensando?

-Esteban. Yo… -Con pena, apunta a una pequeña mancha en mi piel. La hizo él, anoche. Su sorpresa me provoca que me ría.

-Lo hiciste tú. Pero descuida, no hicimos nada. –Digo, calmándolo- No te hubiera dejado hacerlo de todos modos. No después del sermón que me diste sobre estar consciente y todo eso.

-Bien. Lo siento.

-¿Por qué? –Pregunto.

-Por el chupetón… o bueno, por ambos.

-¿Qué tienen de malo? –Sonrío.

No soy un fan de esto. Se ven algo mal, sí. Pero bueno, cuando me vea, podrá pensar que él los hizo. Lo digo con todo el temor de sonar guarro.

-¿No piensas que se ven horribles? –Pregunta- No es como que los odie, pero pienso que se ven terribles.

Recorro su cuerpo con mis ojos. Estoy seguro que yo también me pasé un poco… sí. Ahí está. En la parte baja de su cuello. También le hice una marca.

-¿Qué? –Pregunta.

-Lo siento…

-¿Por qué?

Dejo que Adam lo vea por sí mismo. Enciendo la cámara de la laptop para que note la marca en su cuello. Le toma un poco de tiempo notarla. Pero cuando lo hace, puedo notar una mueca. Vaya, realmente odia los chupetones.

-La cosa se me paso de las manos, pero te juro que no hicimos nada. Lo siento, Adam.

Adam continúa viéndose. Me siento mal. Me hago una nota mental para evitar hacer chupetones en el futuro.

Vaya, ahora puedo pensar en mi futuro próximo con Adam y no sonar como un idiota.

Cierro la laptop, esperando que Adam no se enfade. Por el contrario, me sonríe, diciéndome que no importa.

A mí chico no le gusta pelear… ¿No es el mejor?

Esperando que me siga el juego, me pongo de pie. Me dirijo a donde están mis pantalones. Me doy cuenta que Adam no tiene la menor intención de ponerse de pie. Aunque, claro, también noto que ha acaparado toda la cama. Y me da una mirada extraña. Está disfrutando del show. Me encanta la manera en que expone sexualidad sin temor, al menos ante mí.

Poniéndome los pantalones, pierdo de vista un poco a Adam, quien se pone de pie.

Cuando reacciono y lo veo de nuevo, lo veo dirigirse a mi pintura.

La jodida pintura que hice en base a él. Esto está mal. Esto está muy mal. No es el hecho que no le enseño esto a nadie. ¡Si no que es Adam! ¡Y la pintura es sobre él!

-No veas eso. –Digo. Nervioso. Pero oculté los nervios con seriedad y una voz gruesa.

Pero Adam me ignora. Ve la pintura. La estudia. La aprecia. Es como si no estuviera aquí. Como si se hubiera transportado a otro lugar, para estar a solas con la pintura. Me da miedo lo que pueda llegar a pensar.

-¿Pintas? –Pregunta.

-Aaah, Sí. –Contesto- No se supone que deberías haber visto eso.

-¿Por qué no?

-No lo sé. No suelo mostrar lo que pinto, ni si quiera a George.

-Es linda. –Dice, encogiéndose de hombros.- Yo no tengo ningún talento artístico.

-Creo que todos tenemos uno, solo no has encontrado el tuyo.

-¿Pintas mucho? –Pregunta de nuevo. Ignorando mi comentario.

-Algo así. –Contesto.

-¿Podré ver tu trabajo algún día? –Me sonríe.

Su sonrisa es auténtica. Como si estuviera emocionado. ¿Por mi trabajo? Eso solo hace que yo me emocione.

-Quizá –Digo. Y lo beso.

-¿Qué significa esta pintura? ¿O solo dibujaste lo que estaba en tu mente?

¿Por qué tanto interés en el arte, de repente? Pensé que estaba interesado en el Esteban de antes. El de lucha. El que muestro en la facultad…

-No lo sé. Creo que es lo segundo. –Respondo.

-¿Tiene un nombre?

-¿Qué?

-La pintura. ¿Tiene un nombre?

Tiene interés también en esta parte de mí, puedo ver… lo tomo como una buena señal. Sonrío como bobo porque Adam me nota. No al Esteban luchador y con un status. Al nuevo Esteban que está viendo. ¡Adam me nota! Es como empezar de nuevo.

-No. ¿Debería tener uno?

-Quizá

-¿Realmente te gustó?

-Es fantástica. –Dice.

-Mira esto.

En un cajón de mi cama guardo la libreta en la que dibujo. Voy por ella, y con cuidado de que no vea mis demás dibujos, salto directo a la página en donde estaba el dibujo para la pintura. Quiero dárselo, puede recordar, entonces, que no soy simplemente lo que ven los demás. Y le estoy dejando ver esta parte de mí.

-Puedes quedarte con el dibujo.

-¿Enserio? –Pregunta.

-Claro.

Adam me mostró una enorme sonrisa cuando le di el dibujo. Noté su mirada dirigiéndose a mi libreta. La cerré con discreción y la volví a poner en su lugar.

Me da gusto que Adam se interese en mí de esta forma. En mi trabajo como artista. Aunque ciertamente odio autoproclamarme artista. Pero al menos tenemos este interés en común. Lo gracioso del asunto, es que él no se da cuenta que es mi inspiración. Una inspiración que no había sentido en años, quizá.

Adam me compartió un poco de su desayuno, y no pude decir no.

Nos levantamos de nuevo de la cama. Adam se pone sus zapatos. Opto por mostrarle la casa. Me siento ridículo, posiblemente intenso, como alguna de esas chicas que van por todo contigo y terminas dejándolas, porque te asustaron. Pero tengo buen presentimiento por Adam. Las pocas cosas por las que hemos pasados han sido un martirio, y aun así nos las arreglamos para estar juntos. Le muestro la casa porque tengo fe en que la verá muy seguido. Y me gustó dormir con él.

Y así es como paseamos semidesnudos por la casa. Gracias a Dios estamos solos. Pero no sé cuándo lleguen mis padres. Adam dice que es una casa grande. Le muestro todo superficialmente. El gimnasio que tenemos en casa, los cuartos, la sala, el estudio de papá, y la cocina.

Recuerdo cuando era más joven, quizá en secundaria o preparatoria, me emocionaba por el gimnasio en casa. No le cuento eso a Adam. ¡Qué vergüenza!

Después de visitar la cocina, volvemos a la sala. Nos sentamos en un sillón. Adam toma una respiración y estudia su ambiente.

Me encanta. Tenerlo aquí. Su piel contrastando con la piel del sillón. Un chico que me atrae, y yo le atraigo. Esto no había ocurrido. Pero está pasando ahora.

Y me acepta. Mi yo luchador, ahora también sé que tiene interés en mi yo artista… Pero más importante de todo, mi persona completa. Incluyendo lo nervioso que soy con mi sexualidad. Él acepta todo.

Sus ojos interceptan los míos. Ve el deseo en mis ojos, quizá. Pero dado que ya sabemos que estamos juntos, no me importa. Voy directo a él. Voy tras sus labios, sosteniendo su rostro con mis dos manos. Encerrando su cuerpo, debajo de mí, entre mis dos piernas. Y me encanta que la respuesta de Adam es siempre positiva. Y sus besos apasionados.

Pero entonces suena el teléfono.

-Tengo que contestar… Lo siento.

-Está bien. –Dice. Sonriéndome.

Maldita sea, no quiero dejar a Adam ni siquiera un momento.

Me dirijo a la cocina, por ser la habitación más cercana de la casa con un teléfono. Veo a Adam una última vez antes de entrar.

-¿Hola? –Digo, contestando el teléfono.

-¡Buenos días! –Escucho a mamá- ¿Dormiste bien?

-Sí. ¿Qué paso con el desayuno de papá? –Pregunto.

-Bueno, tú sabes. Tu padre insistió en que sería algo aburrido. Además no te vimos llegar anoche, posiblemente necesitabas descansar.

Intento encontrar algo raro en su voz. Como si estuviera molesta. Tengo presente que dormí con Adam, y pudo haberme visto. Pero parece que no.

-Además, nosotros también nos levantamos algo tarde. –Continúa mamá- Fue todo muy rápido. ¿Ya desayunaste?

-Sí mamá.

-Bueno. Solo quería ver si estaba todo bien.

-No te preocupes. –Digo- ¿Vendrán pronto? –Necesito saber cuánto tiempo tengo con Adam a solas.

-Posiblemente. Solo nos quedaremos un momento más, para no vernos mal. Entonces iremos a casa.

-Está bien.

-Bueno, era todo. Nos vemos Esteban.

-Chao mamá.

Escucho el tono de fuera de línea a través del teléfono. No tengo mucho tiempo con Adam ahora… pero estoy seguro que tengo algo. Y tengo que aprovecharlo.

Salgo de la cocina. Veo a Adam de pie, y voy directo tras él.

Me veo como un desesperado, pero supongo que es normal para alguien en mi situación. Adam ha estado en mi cabeza mucho tiempo. Apenas estamos comenzando, pero la espera fue mucha.

Es entonces cuando veo delante de Adam a dos personas conocidas. Mi hermana y mi cuñado. Y mi hermana está cargando a mi sobrino Ralph.

-¿Cuál es el problema que tenemos todos en esta casa con la ropa? –Dice mi hermana Christine- Y ven a saludarme, hermano, te he extrañado.

Noto que mi hermana esta con una camiseta grande y ropa interior. O posiblemente un short muy pequeño. Mi cuñado, Christopher, usa pantalones de pijama solamente. Y ya notaron a Adam y a mí con el torso desnudo. Solo Ralph parece ser decente en esta casa.

Saludo con beso y abraso a Christine, y le froto el cabello a Ralph. También saludo a Christopher.

-Pero si vienen cada semana. –Digo.

-Gracias, yo también te amo. –Dice Christine.- Dios mío, Esteban, tienes un enorme chupetón en el cuello.

Volteo a ver a mi hermana. Volteo los ojos. Actúo como si no fuera gran cosa. Necesito que no sea gran cosa.

-¡Oye, tú también! –Dice Christopher. A Adam. Mierda.- Parece que fueron por unas vampiras anoche.

Al menos tiene sus teorías.

-¡Dios! No hables de esa manera enfrente de nuestro hijo.

-Cómo sea, nuestros padres llamaron para decir que están en camino. –Digo, cambiando el tema- Tal vez deberíamos vestirnos.

-O tal vez no. –Bromea Christina.

Tuve una pequeña charla con mi cuñado hasta que mi hermana se pusiera aburrida, y no entablaba plática con Adam. Sé que Adam también se puso incomodo, pero al menos fue la excusa perfecta para retirarme con Adam sin parecer sospechosos. Aunque a decir verdad, no parecemos una pareja gay. ¿Estoy paranoico?

¿Está mal que sea tan cuidadoso? ¿Adam se molestaría de saber cómo pienso?

Mientras nos retirábamos, juraría que escuché a Ralph referirse a Adam como su tío. ¿Qué rayos me perdí?

Adam entra a mi habitación y me aseguro de cerrar la puerta detrás de nosotros. Me siento como un tonto. O un adolescente. Pero aquí me siento seguro. No me gusta ocultarme, pero parece que no tengo muchas opciones.

-Esa fue una extraña forma de presentarte a mi familia. Casi nos descubre. –Digo.

-No sabía que tenías una hermana.

Adam tiene razón. A decir verdad, fuera del coqueteo que pensé que era obvio detrás de la discreción en mis mensajes, no hablamos de muchas cosas personales. Eso es del pasado, debo enfocarme en el ahora. Y ahora estoy con Adam. Debemos conocernos mejor, ya que estamos intentándolo… O lo que sea que estemos haciendo.

-Bueno, ahora la conoces. ¿Tú tienes hermanos? –Respondo.

-No, yo soy hijo único. –Bueno, eso no lo sabía.

Busco una playera para cubrirme. Veo a Adam buscar su camisa. Igual con las llaves de su casa y su celular. Supongo que tengo que llevarlo a casa. Me molesta, pensar que tengamos que salir de nuevo a la realidad.

Pero me doy cuenta de que esto es real. Adam está conmigo. Saliendo de esta habitación o está casa. Realmente está pasando.

El celular de Adam suena cuando este lo tiene en la mano. Hace una clase de mueca y lo contesta con una seriedad ilegible.

-Hola… -Dice a la bocina- ¿Qué quieres, Jason?

¡Maldita sea! No Jason. No lo permitiré ser una amenaza siquiera. Molesto, arrebato su celular a Adam.

-Viejo, está ocupado, conmigo. –Digo a Jason a través del celular de Adam, casi gritando- Déjalo en paz, o iré hacia ti a patearte el maldito culo.

-¿Qué rayos fue eso? –Pregunta Adam.

Lo besé. Para calmarlo. Adam no tiene miedo de mí. Lo cual es bueno… e incómodo. Posiblemente no debí quitarle su celular de esa manera. No quiero que se enfade conmigo.

-Estás conmigo ahora. –Digo. Intentando sonar convincente de mis intenciones. Estaba molesto.

Adam me da una mirada. No es tonto. No se traga una excusa sin una disculpa. Y supongo que una disculpa tampoco sería apropiada. También sé que a Adam no le gusta discutir. Entonces lo beso.

Al menos tenemos una debilidad común, al parecer. Lo beso y lo tomo con mis brazos. Sí, por eso me molesté. Porque estás conmigo. No tomó mucho para que Adam reaccionara de la misma forma.

Sus brazos también me rodean. Fuerte. Es una sensación diferente. No estoy acostumbrado a esto. Pero sus manos  a mi alrededor es un recordatorio de que Adam está aquí. Y con Adam todo está bien.

 

************************************************

Antes de dejar a Adam en su casa, compartimos una pequeña charla. Se preocupa por mi situación con mi sexualidad. Me entiende. Parece que encontró raro que contestará tan libremente a Jason, dado a como soy. Y la verdad a mí también me sorprende, pero no lo había notado. Le dije que Jason no me conocía. Lo que me refiero es que no está conmigo socialmente.

Invité a Adam a verme luchar. Sería un evento público de todos modos. Lo había olvidado por completo hasta hoy. Entonces me demandó por una manera de ir conmigo, si se supone que cuido mi sexualidad de ser descubierta. Se preocupa tanto como yo. Me siento súper afortunado.

Llegamos al acuerdo de que iría con George, y que el avisaría a los demás. Cosa que ya hizo cuando lo llamé por teléfono. También mencionó algo sobre llevar a Robyn. Bromeando, me dijo que si yo podía llevar a Adam al club, él puede llevar a Robyn. Le recordé amablemente que es algo que nunca pedí, pero soló logré hacerlo reír.

También me mencionó que imaginaba que todo salió bien, dado la manera en que lo llamé para contarle mi plan solamente. Le dije que la historia se la contaría después.

Llevando a Adam a casa, lo tomé de la mano. Todo el camino. Claro que nadie podía vernos en el carro, pero me gustó hacerlo. Es diferente. Cuando leía sobre orientación romántica, decía algo sobre estas pequeñas muestras de cariño, que no tienen nada que ver con un impulso sexual. Yendo al grano, estoy en buen camino estando con Adam.

Justo ahora me encuentro en el gimnasio. Ya estoy cambiado, como todos los demás. Esperamos que digan nuestro nombre para pasar, como la vez anterior. Cuando es mi turno, me siento emocionado. Principalmente porque cuando terminemos esto, saldré con Adam. Recuerdo la cita que tuvo con Louis. No terminó bien, al parecer, porque Adam tiene mala respuesta a la palabra “cita”.

Después de hacer algo de show, y de recibir muchos gritos positivos, me las arreglo para sonreír a Adam con algo de despiste. Aunque tampoco pude ignorar la cantidad de gente que me gritó. ¿Cuándo este deporte se hizo tan conocido? ¿Y porque soy yo algo así como una estrella?

Una vez que todos hemos sido nombrados, las peleas comienzan. El primero en pelear es Al. Lo presentan con el alias de El Gorila. Eso se supone que sería solo entre Adam y yo.

Recuerdo haber mencionado eso entre los demás chicos. No que me lo haya dicho Adam, simplemente comparaba a Al con un gorila, y ciertamente lo llamé así en su cara. Seguro el entrenador escuchó, pero no sabía que llegaría tan lejos.

Volteo en automático a ver a Adam. No pierdo de vista su lugar en las gradas. Compartimos una sonrisa por la gracia de la situación.

Al tuvo una pelea fácil. Terminó rápido. Planeo hacer lo mismo. Simplemente quiero terminar con esto para ir directo con Adam.

Al vuelve con nosotros. Lo felicitamos. El otro chico no viene. En su lugar, va con sus amigos en las gradas. ¡Genial! Después de mi pelea iré con Adam y los demás.

Otros cuantos compañeros pasan. Llega el turno de Lucas. Su pelea fue más interesante. Y tardada, por desgracia.

A Lucas le gusta atacar. Veo su emoción cuando pelea. Ha aprendido a no perderse en la emoción. Controlarse. Nota que su contrincante lo está cansando, así que en el suelo, enrolla sus rodillas y voltea los papeles. Su contrincante termina en el suelo, sin poder moverse, pues Lucas lo mantiene en el suelo con sus manos. Lucas ganó.

Inmediatamente después continúo la lucha de Roy. Maldita sea. Todo está yendo muy despacio.

Y Roy se preocupa de ser un presumido. Sé que Anna está aquí, así que entiendo porque lo hace.

Roy pudo haber ganado desde la primera vez que derribo a su contrincante, pero lo hace varias veces. Presume. Aunque posiblemente también lo haría yo. ¿Quién no? Impresiona a la chica, Roy.

El contrincante de Roy termina por cansarse, así que Roy termina con su pequeño show.

Una gran cantidad de lo que nos ven aplaude la victoria de Roy. Es gran diferencia a peleas anteriores. Se nota la efusividad.

Escucho mi nombre. Paso al área de pelea. En el camino, golpeé en la espalda a Roy, a modo de felicitación.

Mi jodida suerte. Mi contrincante es el chico con el que tuve una ligera pelea. Y yo que quiero acabar rápido con esto.

La pelea comienza. Su rostro se ve enojado. Debe estar de broma. No puedo creer que siga molesto.

Su enojo es transferible de alguna forma. Me siento molesto por su actitud. Pero termino con esto rápido.

El chico me ataca. No lo esquivo. También me acerco a él. Su embestida dolió un poco. Pero lo hago chocar contra el suelo.

-No vuelvas a meterte conmigo. Al no estará siempre. –Digo- Y olvida la riña. Yo haré lo mismo.

Quería espantar al chico, pero entonces me di cuenta que no quería problema alguno. Hasta lo ayudé a levantarse. Parece que eso lo molestó más. Había ira en sus ojos cuando lo levanté.

La multitud en el gimnasio suelta gritos y aplausos. No puedo evitar sentirme genial. Alzo la mano con mis compañeros de lucha, algunos reaccionan emocionados, incluyendo a Al y Lucas.

Volteo con mis amigos. Roy ya está junto a Anna. Y yo me dirijo a Adam. Le sonrió. Y me doy cuenta que sería algo extraño que terminara sentado junto a él. A los ojos de los demás, no somos tan cercanos.

Paso junto a Robyn y él. No había notado a Robyn. ¿Por qué habla con Ed y no con George? Me pongo al lado de George. Adam parece algo decepcionado. Pongo mis piernas una a cada lado suyo. Lo estoy rodeando. Una pobre manera de que me note, pero creo que no lo hace.

Thomas inicia plática conmigo. Felicitándome por mi victoria. Me hace sentir feliz un momento, luego ignoro un poco lo que me dice por observar a Adam. Buscó algo de conversación con Anna, pero ella está muy ocupada con Roy. Eso no me hace ver muy bien a los ojos de Adam.

Veo pasar las peleas, y simplemente espero a que pasen rápido. Veo entonces que los vestidores están vacíos, y decido cambiarme ahora que tengo tiempo.

Uso un simple short y una playera blanca. Cojo mi mochila de deporte y vuelvo a las gradas, pero me topo con la sorpresa de que hemos terminado por hoy. Mis amigos parecen retirarse de las gradas y mis compañeros de lucha vienen a los vestuarios, incluyendo a Roy. Este último cambiándose muy rápido, aparentemente, pues vuelve con Anna en un instante.

Puedo ver a Thomas y Brenda hablando con Adam desde donde estoy. Brenda haciendo expresiones faciales y tocando sus manos. Thomas también hace muecas y se rasca la espalda. Parecen pedir disculpas. Y Adam sonríe, negando con la cabeza. Bueno, parece perdonar fácil.

Me hago mi camino, evitando los demás luchadores o acortando sus charlas. Al final salgo del gimnasio para toparme con los demás.

Veo a George junto a Robyn finalmente. La chica le gusta demasiado, no entiendo por qué dejó que estuviera con Edwin todo este momento.

Llego al lado de Adam. Ambos observamos, con distancia, la escena de George y Robyn. Luce mal que Robyn se dé la vuelta y se vaya.

Con Ed.

Dejó a George por Ed.

¡Auch! Eso debe doler. Nuestros amigos ya se han ido, así que estamos solo nosotros aquí. Me siento mal por George. Realmente le gusta Robyn. Él la trajo a la lucha. ¿Por qué rayos lo dejó así? Por la manera en que me hablaba de Robyn, pareciera que ella también mostraba interés.

¿Por qué Adam no hace un comentario de los suyos, donde olvidas lo incomodo del entorno?

-Tú chica se fue. –Bromeo- Con otro chico.

-¿Y qué? –Responde George- ¿Sabes qué, Adam? Tu amiga me dejo, quiero a mi amigo de vuelta también.

Estoy agradecido de su respuesta, por un segundo pensé haberlo arruinado.

-Lo siento, no hay trato. –Responde Adam. También me alegra su respuesta.

-De cualquier forma, ¿Qué quieren hacer? –Pregunta George.

Doy una mirada a Adam. Él volteó a verme al mismo tiempo.

-¿Qué? –Pregunta de nuevo.

-Viejo, lo siento. Teníamos planes… nosotros solos. –Explico.

-Oh…

-Quizá después… –Comienza Adam.

Tierno. Me agrada que sea amigo de George por alguna razón. Hace nuestra situación un poco más simple. ¿No era esto una de las razones por las que decidí no continuar hablando con Brenda con esas intenciones? Por alguna razón se siente bien con Adam.

-No te preocupes, Adam. –Responde George.- Entiendo. Diviértanse.

Adam le ofrece una sonrisa a George. Apuesto que él no piensa en todo lo que estoy pensando. No debe pensar en la relación que tenemos con George. Apuesto que ni siquiera le importa, no sé porque me atrae. Debe ser por la privacidad que nos da. Respeta esto que tenemos. Respeta que lo intentemos, y no piensa en George como un intermediario.

Me duele George, cuando lo veo retirarse. Debe estar molesto, o avergonzado. Me siento mal por no estar ahí para mi amigo cuando lo necesita, pero ya tenía planes con Adam, y la verdad es que no pienso cancelarlos de repente… Hablaré con George más tarde.

Una vez en mi coche, Adam mira alrededor. Cuando termina, pone en automático sus labios en los míos. Un beso rápido, apasionado, y fuerte.

Y en público.

Fue rápido, pero sentí  cada segundo como si fueran minutos. Sentí miedo, como si todos estuvieran viéndonos. Cuando Adam se retiró, el miedo se hizo emoción. Nadie nos veía… y estábamos en público. Es excitante de alguna forma.

-Felicidades por ganar. –Dice.

-Siempre gano. –Sonrío- Me debes unos cuantos.

-Después.

Lo intenté.

-Y bien. ¿A dónde vamos? Decide tú.

Adam decidió a donde iríamos después de pensarlo un momento en el coche. Me dijo que tendríamos que usar el transporte público, y me hizo dejar el coche en casa. Al menos pude cambiarme de playera. Vi a mis padres pero les expliqué que saldría y llegaría más tarde.

No demoré mucho en casa. Adam me esperó afuera de casa. No pareció molestarse, pero la verdad es que traer a mi… ¿qué somos? Bueno, traer a Adam con mis padres se sintió raro, así que le dije que no demoraría.

No acostumbro usar el transporte público. Adam me dirigió todo el camino, hacia donde sea que vayamos. No me ha dicho aún.

Parecíamos tardar un poco más de lo que pensé. Finalmente bajamos del subterráneo, después de haber tomado dos autobuses antes de llegar a este.

La parte de la ciudad en donde estamos parece de mala pinta. No me gusta aquí, pero Adam me pide que lo siga, y bueno, eso hago.

Veo un vagabundo pidiendo monedas. De hecho las calles por las que pasamos parecieran tener demasiados. Doy unas cuantas monedas. Adam me regaña cuando quiero volver a dar monedas a otro vagabundo. Dice que las necesitaré para llegar de vuelta a casa… no había pensado en eso. Me siento tonto.

Adam acelera su paso. La calle luce mal. Me pregunto si tiene miedo. Y como va algo adelantado de mí, me armo de valor para tomar su mano.

Me cuesta hacerlo, por tonto que suene. Solo pienso en los ojos que nos ven… Pero también siento adrenalina. Como si hiciera algo que no debería, y me gusta.

Adam me sigue guiando, poco a poco soltamos nuestras manos. Adam no pareció notarlo.

Llegamos a una calle ancha. Es un contraste enorme. Posiblemente se vea ancha porque las calles que hemos pasado tenían muchos puestos de revista.

-Sorpresa. –Dice Adam. Caminando despacio, para adentrarme en la calle.

-¿Qué es este lugar? –Pregunto.

Me gusta. Toda la calle va hacia abajo, y puedo ver que es una calle completamente de arte. Veo a primera vista varios pintores y fotógrafos. Veo vendedores de artesanías. Hay un sujeto de cabello largo, sentado en una mesa, con inciensos a los lados y lo que parece ser cartas de adivinación en la mesa.

-Es el callejón Diagon. –Bromea Adam, haciendo referencia a Harry Potter.- También lo llamamos el pequeño Brooklyn de la ciudad, Anna y yo.

-¿Vienen seguido? –Pregunto.

-Solíamos. Supuse que te gustaba el arte, así que pensé que te gustaría aquí.

-Me encanta. –Respondo.

Y es verdad. No tanto la calle por sí misma, sino el hecho de que Adam pensó en esto, de seguro por el incidente de la mañana, cuando vio mi pintura.

Claro que me gusta el arte. Adam no sabe que estudiaba eso hasta que decidí cambiar de carrera repentinamente. Él presta atención, lo que lo hace mejor.

No quiero sonar extraño, pero imagino que es la manera en que una chica se siente cuando su novio le da un regalo especial. O es la manera en que debe ser. La forma en que debí tratar a las demás.

Adam es todo un hombre. Rompiendo estereotipos. Pensaría que él sería “la chica de la relación, y ahora mismo, bueno, el consentido me siento yo.

Si quiero estar con Adam debería dejar de pensar de esta manera.

Adam me nota y me consiente. Llevamos un día intentándolo formalmente y ya me siento contento. Nada mal para una primera no cita. Y yo que quería lucirme con él. Resultó ser al revés.

Damos una larga caminata. No me atrevo a tomarlo de la mano, pero intento estar cerca de él en todo momento. Un mimo se apareció delante de nosotros mientras estaba distraído con las pinturas de un sujeto. Supongo que, de alguna forma, se dio cuenta de lo junto que estábamos y quiso bromear con eso, porque nos encerró en una caja imaginaria.

Después de eso continuamos caminando. Adam parecía tímido en el momento. Pero se mantenía sonriendo. Me gusta verlo sonreír. Incluso tímido, lo encuentro realmente lindo.

Estar aquí me recuerda a cuando estuve en la Facultad de Artes. Y ver a Adam sonreír me hizo tener un flashback realmente extraño.

Mi maestro de Teoría del Color era muy bromista. Y reía por todo… tal como Adam. Me provoca gracia comparar a Adam con mi viejo maestro.

No sé qué clase de persona es Adam. Quiero decir, no sé si le gusta el arte, o simplemente quería hacerme sentir bien. Justo a nuestra derecha, unos chicos están instalados con simplemente un mantel negro en el suelo. Con pinturas recargadas en la pared, y algunos collares, pulseras y aretes. Me gusta una pintura por la técnica utilizada. Es de un pajarillo celeste en su nido.

-¿Qué piensas de esa? –Pregunta a Adam.

Adam estudia la pintura un momento. No quiero decir que estoy probándolo. Simplemente quiero saber si está interesado en esto por mí, o realmente sintió compatibilidad conmigo. No es que importe.

-Es linda. Pero luce triste. –Contesta.

-¿Por qué?

-Por los colores. –Dice- Y el pajarillo está solo. Es un azul triste el que está en el cielo, y el nido es demasiado frágil, y parece como si fuera a caer en cualquier momento. Y el pajarillo luce tan pequeño, como un bebe, no parece saber volar.

No había notado tantos detalles como esos. Realmente somos compatibles en este aspecto. O bueno, estoy sorprendido porque no esperaba mucho.

-Mi padre me abandonó cuando era un niño. –El dueño de la pintura habló- Y eso es exactamente lo que pasó. Me abandonó cuando era solo un pajarillo que no sabía volar… Pero supongo que tuve que aprender.

Adam simplemente se encoge de hombros, yo estuve serio un momento… vaya, fue incómodo. Compré un collar de serpiente de los chicos del puesto.

Seguimos caminando. Adam me deja perderme mucho, está siendo bueno conmigo.

Después de un momento, le ofrecí un café a Adam. Sé que le gusta el café. Pero me lo rechazó porque se lo ofrecí de un Starbucks. ¡Tampoco le gustan los Starbucks!

Me doy cuenta de las cosas en común que tenemos, aunque sean tontas. Son tan tontas que es algo que ya debí haber sabido. ¿Por qué no sabemos tanto el uno del otro?

Así que hoy me dedico a eso. Cuando por fin nos sentamos, me dedico a platicar sobre todo.

Adam me cuenta de su familia, que no sabe que es gay, aunque eso ya lo sabía. Admitió tener miedo de eso. También entiende la discreción necesaria en el asunto, y no tuve que mencionarlo yo. Dice que es incómodo estar con alguien sin que sus padres lo sepan. Dice que se siente como un chico de secundaria escondiéndose. Me hace reír, porque parece ser lo que estamos haciendo ahora.

Su madre ya no trabaja, y su padre tiene un restaurant. Me contó su relación con Jason. Es el chico que estuvo antes que yo. Quien lo hizo decirle a los demás de su sexualidad… parece ser que llegaban a besarse, pero cuando preguntaron a Adam si tenían algo, y este afirmaba, Jason lo negaba. Ed estuvo ahí para apoyar.

Por alguna razón, siento que estoy atrapado en una burbuja aquí. No siento nada malo. A nadie le importa si estamos juntos. Me rindo a la tentación, por decirlo de alguna forma, y me recargo en sus piernas. Otra nueva experiencia.

-¿No te da pena aquí? –Pregunta Adam. Acariciándome el cabello y mirándome, de la misma manera en que yo lo miro.

Desearía tener palabras para lo anterior. Pero sé que le gusto tanto como el me gusta. Y parece admirarme como yo lo admiro. Me desea como yo lo deseo. Somos un círculo. Iniciando y terminando mutuamente.

-No. –Contesto- De alguna manera se siente seguro.

-Supongo que debería serlo. La mitad de la gente aquí es bisexual, al menos. Y a la otra mitad no le importa con quien rayos te acuestes. –Se burla.

-¿Cómo lo sabes?

-Radar. –Contesta, volviendo a bromear- ¿Si no como te hubiera encontrado? Además, vengo seguido, ya sabes.

Su comentario me hizo sonreír. Me recuerda demasiado a mi profesor. Pero mejor. ¡Mi chico es guapo!

-Adam, supongo que hay algo que debo decirte. –Digo. Ya que quiero que nos conozcamos, supongo que debo decirle de mí.

-¿Qué pasa?

-No tengo veintidós porque haya esperado un año. Estudié arte. –Admito.

-¿Qué? –Pregunta.

-Después del bachillerato decidí estudiar arte. No terminé la carrera, y mi padre tiene un negocio. Estudiar lo que estudio ahora parecía bien.

-¿Pero querías acabar de estudiar arte?

Es la única falla que me ha hecho Adam. Esa pregunta suelo hacérmela yo mismo, y la detesto. No. No me gustaba el ambiente de la facultad… pero me gusta el arte. Y ahora que comencé a dibujar de nuevo, lo extraño. Pero no me veo viviendo de eso.

-Me gustaba, si a eso te refieres. –Contesto- Pero había mucha gente, mmh, pretenciosa. Y la mayoría de mis compañeros eran estúpidos. Sin ofender, pero solo les interesaba beber Starbucks y tomar fotografías con filtros prediseñados de Instagram. Aunque también tenía buenos amigos, sin embargo.

-¿Por qué no me habías dicho? –Dice, después de un momento de analizar lo que dije.

-No se lo digo a nadie. Solo George lo sabe. –Digo- ¿Sabes? Me recuerdas a un maestro.

-¿Eso es bueno? –Bromea. ¡De nuevo!

-¡Exacto! Él también reía por todo, como tú. Y la forma en que hablaste sobre la pintura de ese chico…Me recuerdas a mi maestro de la teoría del color.

-¿Teoría del color? –Contesta riendo.

-Sí. Ya sabes, cada color puede significar cualquier cosa. –Explico- El azul puede ser tristeza, o la noche. El rojo amor… o pasión. Algunos relacionan el negro con maldad o algo así.

-Sé algo de eso. Pero no soy un artista. –Dice.

-Hay diferentes tipos de artistas. Yo creo que no has encontrado tu talento. ¿Sabes? Algunos profesores nos decían que el artista es el creador de su propio mundo, por lo que las reglas que nos imponían eran solo basura. Si te pidiera que describieras algo, como locura, amor, o pasión, ¿Cómo la describirías?

Adam me ve sin voltear a ningún otro lado. Veo una sonrisa querer formarse. Esa sonrisa es para mí. Y me siento el mejor del mundo. Tengo la mejor sonrisa dedicada a mí.

-Verde. Verde esmeralda.

Con un golpe de valentía, tomé su rostro y lo acerqué al mío. Pude jugar mi lengua dentro de su boca discretamente. No peleó. De alguna forma supo que quise tener el control por esta vez.

Estamos en público, y mi emoción se convierte en miedo. Volteo arrepentido a todos lados cuando terminó de besarlo… Y veo que a nadie le importa. Veo a Adam. Él me sonríe. Volteo, porque de alguna manera me resulta increíble. La calle es increíble, pero el final de la calle cuenta con cierta privacidad…

Sea lo que sea, aquí siento seguridad, y estamos en público. Sé que venir aquí nos será de utilidad.

Notas finales:

Espero les haya gustado. No olviden dejar un review, pues su opinión me importa. Si les gusto sigan el fic y/o denle a favoritos.

Lamento informar esto, pero mi computadora está teniendo muchos problemas. Un amigo me la puede formatear. Tengo que hacerme tiempo para buscar el sistema operativo y otras cosas que él me explicó. Y tengo que hacerme tiempo entre tareas y eso... Acortandoles el cuento, me ausentaré un poco. No quería hacer nada sin antes entregarles este cap.

¡Pero será poco! Posiblemente no sea mucho más de lo que esperan normalmente para las capítulos:)

Y bueno, sí, era todo. De cualquier manera puedo subir mis archivos del fic a cualquier lugar y trabajar de otros dispositivos.

Aunque a decir verdad, creo que estoy siendo muy dramatico y no demore tanto:p lo siento chicos jeje. 😜

En fin, era todo. Sentí que debía decirlo por si demoro mucho.

¡Hasta la proxima! 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).