Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Secrets por Fer_the_human

[Reviews - 49]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Estoy de vuelta, chicos! No puedo creer que tardé un mes en actualizar, pero ya ven lo de mi laptop, y sumenle que tuve examanes... pero bueno. Ya estamos aquí.

Muchas gracias por su paciencia. Sé que no es mucho, pero quisé compartir algo con ustedes... Hice una playlist, que tenga algo que ver con el fic. Escuchenla y gracias por esperar.

Playlist.

Bueno, basta de charla.

¡Disfruten la lectura!

George está algo molesto por el desplanté que Robyn le hizo ayer delante de todos después de mi lucha. Le digo que realmente nadie lo notó, pero no sé si ese sea el caso, él insiste en que fue humillante, eso no puedo debatirlo.

Estoy en su casa. Ayer salí con Adam, y le conté que tenía que ver a George esta mañana. No sé cuando empecé a decirle mis planes… no importa.

George no simplemente está molesto, siento como su ego fue golpeado. Robyn mostró una parte de ella que no había visto. Claro, no la conozco personalmente, pero no parece la chica que me ha contado George.

Pero además de eso, puedo notar algo más en la manera en que los hechos de ayer le afectaron. Si fuera otra chica, una simple chica más, George se molestaría, posiblemente maldeciría un poco al viento, y la olvidaría. Pero parece que Robyn no es solo una chica más.

-¿Por qué no la llamas? –Digo.

-Para nada. Debe estar ocupada hablando con el idiota de Ed.

-Viejo, actúas como chica.

George me hizo una mueca simplemente, mientras lanza una pelota a su perro para que vaya por ella.

-Tú eres el que sale con otro chico. –Dice, antes de lanzar una pequeña risa.

Hércules vuelve con la pelota, y es así repetitivamente.

Dejo a George desahogarse un poco. Lo escucho con atención. Sé que, a pesar de hablar conmigo, está ocultando cosas. Habla para fingir que comparte sus sentimientos y así lo dejaré en paz. Sé que esto le afectó. Más de lo que muestra.

Ofrezco a George salir, y lo hace contra su voluntad. Me dio la excusa que no quería conducir, pero claro, yo actuaré como su chofer.

-No quiero ir con los chicos. –Dice- Ni Cara ni Brenda. Tampoco Thomas. Thomas será lo mismo que contigo.

-Y su primero consejo siempre es decir que la chica no vale la pena.

-Exacto.

- ¿Por eso no quieres verlo?

George se queda callado un momento, mientras sube al carro y me lanza una mirada. Le doy una sonrisa, y quedándome callado. Claro que no quiere rendirse con la chica. No entiendo porque, yo ya lo hubiera hecho.

Recuerdo cuando Adam salió con Louis. George ni siquiera tuvo que mencionarlo.

Bueno. Ambos somos bobos.

- ¿Quieres ir con Adam? –Pregunto.

-Me estás usando para ir a verlo.

-Claro que no. Pero no nos quedan muchos otros amigos que ver. –Respondo- Además, ya no te necesito para ir a verlo.

-Nos quedan muchos amigos. Están Lucas y Roy.

- ¿Quieres que vayamos a ver a Roy?

-No.

-Eso pensé.

Una vez decidido, nos dirigimos a casa de Adam. Le avisamos mientras conduzco. Bueno, George lo hizo. No tan animado como es él, pero quiero distraerlo.

Llegamos a casa de Adam, y me sorprende un Adam guapo y sonriente. Sin decirlo explícitamente, pero anticipando mi llegada. Su sonrisa es para mí, y eso me hace sentir bien. Sonrío inconscientemente, para él también.

-¿Podemos entrar rápido? –Pide George.

-Claro. –Dice Adam, haciéndose a un lado para que George y yo entremos.

Nos dirigimos a su habitación. Seguimos a la figura de negro que se ha vuelto Adam.

Entonces, por un segundo, me despierto de mi sueño egocentrista. George no se encuentra cómodo en este vecindario. ¡Aquí vive Robyn!

Aunque claro, pudo habérmelo dicho. Me siento mal por haberlo traído aquí. Pero bueno, él no es ningún tonto.

Adam comienza a platicar. Es curioso verlo así, pues usualmente es él quien necesita de un empujón para comenzar una charla. Hace sonreír a George. Bueno, es algo.

¿Ya había mencionado como me agrada el hecho de que George y Adam sean amigos? Bueno, sí. George me importa por ser mi amigo. Me siento mal cuando él se siente mal. Y Adam me ayuda a hacerlo sentir mejor.

Jugamos videojuegos un poco. Mantenemos a George distraído. Después decidimos salir. No quiero, precisamente, pero no tenemos otra opción para distraer a George. Decidimos ir al cine.

En un punto, nos dijo que no teníamos que fingir delante de él. Simplemente sonreí con Adam, y actué como si no hubiera entendido. De todas formas, Adam y yo compartimos un beso rápido cuando íbamos detrás de George bajando las escaleras. George dijo “Oí eso”.

Me sorprende no haber visto a los padres de Adam. Y espero que ellos no hayan escuchado eso.

Adam recogió una gorra antes de salir de su cuarto. No todos los chicos se ven bien con gorra. El mío sí. Yo, por otro lado, no siento que luzca bien.

Adam se pone a la delantera, para abrirnos la puerta.

Veo a George. Rápidamente, su rostro va de serio, a sorpresa; suspira, y viaja a fingida despreocupación.

Él y Robyn siguen en juego, entonces.

Adam saluda a Robyn, quien tiene el rostro sorprendido justo del otro lado de la puerta. Su cara mostró una diferente clase de sorpresa cuando vio a George.

George sonríe. Por supuesto, lo que tienen está en pie. Lo de ayer pasa ser un simple desliz.

-Íbamos al cine. ¿Vienes? –Pregunta Adam. Robyn sonríe encogiéndose de hombros- Vamos, a los chicos no les importa.

-Claro. –Contesta Robyn, después de un silencio a punto de ser incómodo.

Y algo me dice que George no puede agradecerle más a Adam el pequeño empujón.

Entramos en mi auto, me ofrecí a conducir antes de salir. Adam se apresura a tomar el asiento del copiloto a mi lado. No sé si lo hizo por gusto propio, o pretende poner a Robyn y George juntos. De todas formas, no me molesta tenerlo junto a mí.

Aunque, para ser honesto, el camino al centro comercial fue muy incómodo. Empezando con el silencio prolongado, que hizo que el tiempo fuera mucho más lento. Estoy seguro que no fui el único que lo sintió así.

Y Adam. Oh, Adam fue lo más incómodo.

No soy un tonto. Noto sus señales. Fingí que conservaba cuidadosamente mis ojos en la carretera, pero pude sentir su mirada. Me miraba, como esperando respuesta. Pero no hice nada, pues veníamos con Robyn. Espero que no se convierta en un problema después.

También está la manera en la que se la pasó tocando su collar. El collar de serpiente que le compré. Es una baratija. Aunque debo admitir que no había notado que lo tenía puesto… Eso me animó un poco. No lo suficiente para tomar su mano cuando la puso entre nosotros.

Cuando estacioné el auto, esperé a que George y Robyn estuvieran fuera para poner mi mano encima de la de Adam. Le sonreí. No esperé una respuesta antes de retirarme, pero vi la formación de su sonrisa. Supongo que no será un problema.

No me he separado de Adam, muy a mi manera. He permanecido a su lado todo el tiempo. Ha diferencia de George, que parecía querer alejarse de Robyn cuando elegíamos película.

Olvidé el título, pero entramos a ver una película de terror. Adam fue el primero en escoger asiento. Uno de los dos del centro, claro, estaba forzando a George y Robyn a estar juntos. Por supuesto, pienso que ellos dos pueden no acabar bien. Pero todo debe ser mejor que quedarse con la duda. Me siento en la orilla de nuestros cuatro asientos, forzando a George y a Robyn a estar juntos.

No tardamos en ponernos algo cómodos, Adam y yo…

Es fácil, bajo la segura oscuridad en la que nos encontramos y la considerable falta de gente que se encuentra en la sala, tomar el valor para tomarnos las manos.

Adam la aprieta, gustoso. Es así mientras vemos la película.

Y a medida que la película avanza, con poca trama y más interés perdido de nosotros, muevo mi mano. No había recordado que Adam la sostenía. Accidentalmente hice que la quitará, y no era lo que buscaba.

Pero, bueno, la puso en mi pierna. Primero en mi rodilla. Y supongo que debió sentir mi mirada, a pesar de estar viendo a la pantalla. Veo un rastro de sonrisa, y empieza a masajear, y a subir…

Robyn ríe, haciéndonos salir de nuestra pequeña burbuja. Adam da un pequeño salto, asustado, y Robyn lanza una sonrisa más alta. Bueno, esa fue una advertencia.

La película siguió y se acabó sin ninguna otra sorpresa. Sí, volvimos a tomarnos de la mano, pero no fue a mayores. Además de que nos soltamos rápido, antes de que terminará.

Nos hicimos los tontos un rato en el centro comercial. No había mucha actividad entre Robyn y George. Adam decidió comer algo, así que encargamos pizza. Y claro, Adam se las encargó para sentar a George y Robyn juntos. Me empieza a gustar esto, es una buena excusa para estar siempre junto a él.

Robyn parece incomoda. Parece darse cuenta de lo que Adam hace. Bueno, mitad de lo que hace. No creo que se dé cuenta que también lo hace para estar conmigo… Aunque de eso no estoy seguro. Igual y es solo suerte.

-Entonces, ¿Qué hiciste ayer, George? –Pregunto, burlándome. Porque el silencio también me resulto incómodo.

Adam me golpea en las costillas. Me provoca reírme, hasta que veo a Robyn observándonos. Me hace mantener mi compostura.

-Nada. Iba a salir contigo, pero no estabas disponible. Cuéntanos a todos que hiciste ayer, Esteban.

George sabe que ayer salí con Adam. Y que no puedo decirlo en voz alta. Hace que me calle.

-Eso es lo que pensé. –Dice como punto final al tema.

Maldito George.

Seguimos comiendo, e incluso se ve ridículo desde un ángulo exterior, supongo, que comamos despacio, sin decir una sola palabra.

Debajo de la mesa, mi pierna está demasiado cerca a la de Adam, y extrañamente me gusta. No tengo idea porqué, pues ni siquiera nos estamos besando, y mi emoción sigue subiendo. Me doy cuenta que estamos en público, y justo delante de Robyn, quien no sabe nada de nosotros. Creo que esto es lo que me gusta…

Me emociono tanto, y de una manera tan ridícula, que un solo pensamiento cruza mi mente: quiero besar a Adam.

Es estúpido. Lo he besado antes, puedo hacerlo cuando quiera. Pero la gente nos puede ver ahora. Todas las personas, con sus juicios listos para ser lanzados. La vergüenza y ansiedad que me provoca el pensamiento es horrible. Pateo ligeramente a Adam.

-No tardo. Iré al baño. –Aviso.

Me levanto rápidamente. Esperando que Adam haya entendido mi mensaje. Necesito besarlo. Acariciarlo. Y necesito hacerlo en privado, para mi desgracia.

Como voy caminando, camino a un baño, volteo a la mesa. Ahí está Adam, poniéndose de pie también. Vuelvo mi vista hacia el frente, como si no hubiera estado observando. Camino más lento, esperando que entienda hacia dónde me dirijo.

Llego al baño. Había un chico, y los baños cerrados estaban ocupados. Tuve la necesidad de, de hecho, orinar, para no verme raro, o habrá sido mis nervios. Me lavo las manos en los lavabos, y me tardo demasiado haciéndolo. Un señor robusto sale del inodoro y lava sus manos también.

Adam ya debería de haber llegado. Espero un momento, aprovechando la soledad momentánea del lugar. Cuando veo que alguien llega, decido irme.

Me siento ridículo. El sentido común golpea directamente a mi cerebro. ¿Qué rayos estaba pensando? Es raro, además de ser el lugar menos apropiado para besar a Adam. Cualquiera podría vernos, pero no me refiero a eso. ¡Por qué rayos besarlo en un baño!

Camino hacia la mesa. Veo a Adam en el camino.

-Hola. –Saluda, bromeando- ¿Quieres dejarlos solos un momento?

-Seguro. –Contesto sonriendo.

¿Verá extrañada la forma en que sonrió para la mayoría de las respuestas que le doy?

Nos sentamos en una mesita, y Adam bebe de su soda.

-¿Crees que estén bien? –Pregunto.

-Espero que Robyn se explique. –Dice.

-Yo también.

-¡Oye! Robyn tiene su razón.

-¿Por dejar plantado a mi amigo delante de todos? –Bromeo.

-Es mi amigo también, -Contesta, medio riendo.

-Bueno. ¿Pero cuál es la razón de Robyn?

Adam se queda callado un momento.

-No encuentro la manera de decirlo sin hacer quedar mal a otra persona.

-No es como si fueras a mentir. –Digo- ¿Recuerdas la vez que te sentiste mal por decirme que Louis era un nerd?

Adam me da una mirada extrañada. Casi no dolió mencionar a Louis esta vez. Su rostro me dice que por fin entendió de lo que hablo.

-¡Dije que prestaba mucha atención en clase!

-¡Y que no tenía amigos! –Digo, haciéndolo reír- Y pensaste que lo criticabas. Te dije que no es como si lo fuera a decir.

-Y no lo hiciste. Pero no sé…

-Vamos. ¿No confías en mí? ¿Dónde me deja eso? –Adam ríe un poco.

-Bueno. Tienes un punto. –Dice- La cosa es, que Ed engañó a Robyn. –Continua. Había olvidado que de eso hablábamos- Porque a Ed le gusta Robyn, y quiso salir con ella. Es algo extraño, creo que Ed no tenía la suficiente confianza para pedirlo abiertamente. Pero como sea, el punto es que Robyn pensó que saldríamos todos.

-¿Qué?

-Quiero decir. Robyn pensó que después de tu lucha saldríamos juntos, pero…

-¡No! Sí entendí. Solo que es algo increíble lo de Edwin. –Explico.

-¡Lo sé! Ed aún no me ha dicho nada al respecto.

-¿Crees que estén hablando de eso?

-Creo que a Robyn le da pena. Pero deberíamos ver la situación. Es extraño que nos tardemos tanto.

En eso tiene razón. Pero decimos que, si parecen tener una charla seria, nos retiraremos un momento más, para darles espacio.

Pero no parecen tenerla, así que nos dirigimos a ellos. Pudimos ver como ignoraban nuestra presencia. Iban a besarse, pero Adam los interrumpió. ¿Por qué?

George y Robyn se sonrojan cuando nos notan. Me provoca gracia ver sus rostros cubiertos por la vergüenza. Era solo un beso. Se avergüenzan de la situación. De ambos rindiéndose ante el otro.

Será una pelea larga y extraña. Siento como si los dos fueran excesivamente parecidos.

Vamos a casa de Adam después de terminar de comer. Adam y George son los que comieron más.

El viaje a casa de Adam es menos estresante que el viaje al centro comercial. Empezando con un George platicador, y una Robyn acoplada allá atrás.

No nos metemos a casa de Adam una vez que llegamos. Nos quedamos afuera. Ni siquiera en el césped. Estamos justo fuera de la propiedad.

Robyn nos da la espalda a Adam y a mí. Veo a George. Veo como da sonrisas espontaneas a la chica. Me mira, sabiendo que lo veo. Y su sonrisa me dice que, en efecto, se está rindiendo ante Robyn. Es incluso tierno verlo así, contraste al George de esta mañana en su casa.

-Planeaste todo. –Digo a Adam.

-¿Qué?

-La invitaste al cine. Hiciste que se sentaran juntos y los dejaste solos. Y mira el buen trabajo que has hecho… Deberías sentirte orgulloso.

-Gracias. –Dice, bromeando con fingida soberbia- Pero tú fuiste quien los dejó solos.

Recuerdo eso. Es cierto. Fue antes de ir al baño. Veo la distancia en la que estamos con George y Robyn. Es suficiente. Bajo la voz solo un poco.

-Eso me recuerda que he querido besarte desde el centro comercial. –Digo, y él sonríe burlonamente- Por eso intenté dirigirnos al baño. ¿Por qué no fuiste?

-¿De eso se trataba?

-Bueno, sí… -Contesto, nervioso.

-Yo pensé que teníamos que dejarlos solos… Si quieres besarme, ¿por qué no lo haces y ya?

Me quedo callado un momento, viéndolo directo a los ojos. Esperando que me entienda. Pero no parece hacerlo. Su rostro también denota seriedad.

-Sabes que no podía. ¿Verdad? Estábamos en público.

-Seguro… -Contesta. Desanimado.

Y vaya que fue desanimado. Ni siquiera fue chantaje. Tampoco intenta sonar molesto. Simplemente fue desanimado.

La calle está vacía. No parece haber rastro de su madre cerca. Recuerdo nuestro primer beso y lo que pasó.

Quito esos pensamientos de mi mente. Me concentro en lo que pienso. Siento el peligro. Aunque claro, es un peligro inexistente.

Solo George nos observa. Supongo que, bueno, es seguro…

-Promete que no reaccionarás extraño.

-¿A qué?

Antes de perder el valor, tomo a Adam por las caderas, acercándolo a mí, y besándolo. Sé que si no me controlo, acabaré con ganas de más, así que mi beso es leve.

Cuando me retiro, veo a Adam sonriendo y riendo. Le sonrió de vuelta.

Y una nueva sensación entra a mí. Eso fue… excitante.

Con Adam es siempre así, claro. Pero ahora siento como si hubiera estado expuesto. Me siento extraño. Diferente. Como si por primera vez en realidad aceptará a Adam.

Volteo a ver a George, quien estoy seguro nos vio, pero sabe ignorar. Y Robyn, quien no vio ni escucho absolutamente nada. Abrazo este nuevo sentimiento dentro de mí, y me detengo de esta nueva sensación de besar a Adam ante peligro.

 

*****************************

Esta mañana fui a correr como es costumbre. Me doy cuenta que es la primera semana en la escuela donde Adam y yo estamos “intentándolo”. Antes la incertidumbre estaba siempre presente, y ahora no. Me pregunto cómo serán las cosas ahora.

Pero al llegar a la facultad, me dirijo directamente a George, como es costumbre. No pude evitar que George me contara sobre Robyn. Hablaron toda la noche. Nunca se cansa de hablar con ella, es lo mismo de siempre. Me agrada que George este feliz de nuevo, aunque claro, no me convence mucho el hecho de que Robyn lo haya hecho quedar mal.

Eso me recuerda lo que me dijo Adam. Me dijo que Robyn no planeaba dejar en ridículo a George, y, por el contrario, Edwin la invitó a una cita aparte. Sigue siendo difícil de creer, y de hecho es vergonzoso, con razón no quería decirme.

Pero, bueno, no es como que George fuera a andar con el chisme, diciéndolo a todo el mundo…

Decido contarle, porque creo que necesita saber. Así sabrá que Robyn no quiso en realidad dejarlo el sábado, o eso creo, pero bueno, el será quien juzgue.

Y solo comprendo que la entiende. Y a pesar de eso, está algo molesto. Lo perturbé, lo que me hace pensar que no debí haberle dicho nada en primer lugar.

Está enojado, porque piensa que Robyn no debería guardarse eso. Creo que está enojado porque Robyn no tiene suficiente confianza en él para contarle cosas de tal magnitud.

Y por supuesto, George se encuentra más que enojado con Ed. Por razones que son incluso ridículas explicar en este momento. Pero logra mantenerse calmado para cuando los demás chicos llegan.

Estamos todos en la cafetería antes de entrar a clase, excepto por Adam, Ed, y Anna. Incluso llegué a imaginar que tendría a Adam a un lado mío. Igual que ayer. Pensamiento ridículo, y más ridículo es saber que lo esperaba con ansias.

Dejé pasar mi preocupación por Adam delante de todos, pero no lo soporté cuando entramos al aula y Adam no se encontraba. A través de un texto, me informa que piensan faltar a la clase para acompañar a Ed. Le cuenta todo lo sucedido con Robyn a Anna y a él.

Poco satisfecho, pero conforme sabiendo que se encuentra bien, vuelvo a la clase. Río al ver a George mandando textos a Robyn. Él entiende lo que me da gracia al ver mi celular en mis manos.

-Nos han vuelto unos tontos. –Dice.

-Ni que lo digas.

Adam entró hasta la siguiente clase. La segunda hora de Mercadotecnia. Ed lanza una mirada hacía George. Ambos nos sorprendimos. Incluso Thomas fue testigo de eso. Cuando George en su fiesta dijo que Ed sería competencia, acertó.

En cada momento que fue posible estar con Adam, no lo estuve, porque Ed lo acaparaba. No entiendo por qué. ¿Realmente le gusta tanto Robyn? Robyn parece popular entre los chicos. Rompe corazones sin ni siquiera intentarlo.

Al final del día el único momento que estuve al lado de Adam fue cuando terminó la clase de Administración y todos nos despedíamos. Por supuesto, al llegar a casa, tenía un mensaje suyo diciéndome que lamentaba no poder estar cerca. Pero que Ed lo necesitaba por alguna razón. Al menos no soy el único que piensa que es una exageración. Le dije a Adam que no importaba, pues comprendía.

El martes por la mañana salgo a correr, como siempre. Llego a casa para tomar el desayuno con mamá. Papá también está en casa, sorpresivamente. Dice que trabajara desde casa hoy.

De una forma u otra me entero de lo que pasa. Ayer papá tuvo una discusión con demás directivos de su empresa. Mi papá, como muchos de sus socios, han querido buscar la manera de invocar en el mercado. Sacar un nuevo producto, o mejorar algo que ya tienen. No nos cuenta mucho, pero resume diciendo que un empleado ha sido mal educado ayer. Delante de todos los directivos y socios, y no es la primera vez. Este empleado dijo algo, de acuerdo a papá con un terrible tono de voz, que su departamento hace lo que es posible, y que mantener un buen servicio en los sistemas de seguridad es más importante que querer iniciar nuevos negocios. Dijo que no se enfocan en lo importante.

Eso hizo molestar no solo a papá, sino también a muchos otros socios. Accionistas y directores. Debido a que no es la primera vez que esta persona hace una rabieta de esa magnitud en una junta importante, además de exigir que su trabajo sea valorado como se merece. De la manera más amable se le pidió que abandonara su trabajo por uno donde su trabajo fuera apreciado, como él mismo lo dijo diversas ocasiones.

En pocas palabras, lo corrieron. Y creo que papá necesita un descanso de todo el drama. Dudo mucho que trabaje de verdad hoy. Posiblemente empezará tarde, e ira a su estudio para trabajar la mitad del tiempo y fingir que lo hace la otra mitad. Mi padre parece rudo, y a veces lo es, pero se preocupa por la gente de verdad. No es el jefe despiadado y cruel al que su imagen hace ver.

Después de una mañana ocupada charlando con papá, noto lo tarde que se hace para la universidad. Me baño relativamente rápido y me visto. Conduzco a la universidad con el cabello aun mojado, y me arrepiento de no haber mandado ningún mensaje a Adam aún. Ni haberlo llamado.

Cuando llego, los pasillos están medio vacíos. Me dirijo rápido al salón hasta que mi celular recibe un mensaje.

Adam: El maestro ya está en clase? Se me hizo tarde!

Yo: A mi también! No he entrado… donde estas?

Adam: Entrando a la universidad. Tú?

Yo: Te veo detrás del gimnasio?

Adam: Haha, claro.

Me alegra que haya aceptado de una manera tan rápida. No tuve que explicar. ¿Cómo explicarle que quiero aprovechar esta soledad en los pasillos para verlo? Si bien es fácil decirlo, es más fácil ofenderlo también.

Me dirijo detrás del gimnasio, donde cité a Adam. Y lo veo caminar ahí, sonrío como bobo cuando lo veo. Él también tiene esa tonta sonrisa cuando me ve. Somos unos tontos.

-Perdón por ayer. –Dice justo cuando llega a mí—Ed quería desahogarse.

-No te preocupes. –Digo.

Cuando estamos cerca, y cuidando que nadie nos vea, ni que tangan la posibilidad de abrir una puerta para descubrirnos, o incluso salir de un pasillo de repente, lo sostengo entre mis brazos.

Adam se acomoda muy bien a mi cuerpo. Es la primera vez que lo abrazo así, creo. Bueno, la única vez fue en mi cama. Pero ahora estamos de pie, y mientras mis brazos lo rodean, él no duda en quedarse quieto y recargar su cabeza en mi pecho.

-¿Esto por qué? –Pregunta.

-Porque ayer no pude hacerlo. –Aprieto su cuerpo para sentirlo de verdad pegado al mío- Por eso.

En mi pecho puedo sentir la sonrisa que su rostro forma. También siento algo húmedo. Sus labios, justo en mi pecho. Quiero besar a Adam. ¿Cuándo más tendré oportunidad? ¿La próxima clase? ¿Mañana? ¿Hasta el fin de semana? ¡No puedo esperar tanto cuando quiero hacerlo ahora!

Dirijo a Adam al baño. Sorprendiéndome, no pone peros. Gracias a Dios el baño de nuestro pasillo está solo. La mayoría está en clase. Y, bueno, es suerte, supongo.

-Lamento esto. –Digo en voz baja. Por el simple hecho de que estamos en un jodido baño.

Pero a Adam no le importa. Me sonríe. Lleva sus manos detrás de mi cuello y acerca mi boca a la suya. Ya conozco estos movimientos. Nuestro beso comienza. Su lengua dentro de mi boca, como la mía está dentro de la suya.

El problema es que los besos de Adam son adictivos. Y tengo miedo de saber que alguien puede entrar por la puerta y descubrirnos. Y aun así no me importa, porque estoy con Adam.

Y como siempre sucede con Adam, en este momento no importa nada, y estoy seguro.

 

************************

El resto de la semana fue igual. Adam pasando mucho tiempo con Ed. Y cuando estamos juntos, están los demás chicos, y no podemos hacer muchas cosas.

Al menos hemos podido sentarnos juntos. Debajo de la mesa nuestras manos han llegado a tocarse solo por unos momentos, mientras junto una risa de burla y de nervios, por miedo a que nos atrapen.

El miércoles salimos temprano, y ese día antes de entrar, Adam y yo nos las arreglamos para repetir nuestro pequeño beso en el baño. Otra suerte haber estado solos. Después fuimos a casa de George, solo a pasar el rato. No lo besé ahí, por miedo a que los padres de George nos vieran. Creo que Adam entendió, pero no estoy seguro. De todas formas, si se molestó, parece haberlo superado.

El jueves antes de clase fue cuando los problemas empezaron.

No son problemas, si contamos que no se lo he contado a Adam. No son problemas con él…

Pero sí lo incluyen.

George ha estado hablando solo de Robyn. Pero por un momento se privó de eso.

-Viejo, mira. –Dijo.

George dejó caer un folleto en la mesa de la cafetería en la que me encontraba esperándolo, porque me pidió que lo viera. Sinceramente pensé que me quería para algo sobre Robyn.

Le pregunté sobre el folleto, al mismo tiempo que me dispuse a leerlo.

-Querías ir de intercambio, ¿no?

Claro que lo quería. Cuando no había nadie en este país que prefiriera ante verano y seis meses de vivir en el extranjero.

Quizá exagero, pero ahora el pensamiento de vivir fuera no suena tan excitante como lo era antes.

-Tú también. –Dije.

-Pero no tanto como tú.

En eso tuvo razón. George veía salir del país por estudios no más que una opción cualquiera. Yo realmente esperaba esto. Pero supongo que he cambiado de opinión.

O no.

George me reprendió, cuando dije que no a la primera. Claro, seguía leyendo el folleto.

Si quiero irme de intercambio, debo empezar a hacer papeleo pronto. Podría irme a Alemania.

El folleto expone muchos países europeos principalmente, aunque también está Argentina.

El problema es que solo me emociono viendo los países a los que podría ir: Argentina, Austria, Alemania, España… ¡Incluso Republica Checa!

Y mi entusiasmo se pierde cuando pienso en que eso significa a tener seis meses sin Adam.

Seis meses sin sus besos. Seis meses sin sus caricias. Seis meses completos sin peligro, besándonos en los baños o abrazándonos detrás de un edificio sin público como lo es el gimnasio.  Seis meses sin huidas a la calle a la que solemos ir. Ahí, donde exponer mi sexualidad no es una tarea difícil. ¿Por qué ahí? No lo sé, pero sé que eso es algo que no tiene otro país. Un Adam y un lugar para donde vernos.

George se las arregló para hacerme pensar. Claro, perdí interés en él, pero no puede engañarme. A pesar de que su entusiasmo por viajar como intercambio nunca fueron tantos, el rollo que trae con Robyn es gran parte de su decisión de quedarse aquí.

Para mí es diferente. George me ha dicho que es algo que llevo hablando desde que me cambié de carrera, y es verdad. Mi interés fue bajando este semestre, cuando Adam se metió en mi cabeza. ¿Por qué es tan difícil de entender? Peor aún, no encuentro razón para ignorar el consejo de George: piénsalo bien.

Bien, he pensado que Adam seguirá aquí después de seis meses en el extranjero. Pero Alemania seguirá ahí también. No importa cuánto me tarde, pero seguirá ahí.

Después de nuestra charla, que no planeo discutir con ninguno de mis demás amigos para no tener que explicar que es Adam quien podría mantenerme aquí, los chicos llegaron.

Todos. Incluyendo a Michael, Grace, Erika y Louis. Con grandes noticias.

El miércoles, Cara y Michael salieron, y bien, parece ser que Michael está feliz de anunciar que se le declaró a Cara. Son oficialmente novios.

No entiendo porque las chicas hacen tanto alboroto. No es que no esté feliz por ellos, pero no es para tanto. No es como que estén comprometiéndose.

Me resulta extraño que necesiten el título. Me reservo preguntarles como sucedió, pero si me provoca curiosidad. Me pregunto si fue una cena lujosa o algo. O simplemente sucedió.

Entonces, el resto de la semana el tema se hizo presente. Comenzaron a hablar de Anna. Ya que no es un secreto que habla y sale con Roy. Adam no comparte opinión. Creo que también encuentra innecesaria la manera en la que se habla de las etiquetas. No creo que las necesitemos. Me da miedo pensar en eso, pues si realmente hay una enorme serie de pasos para saber en dónde se encuentra uno en las relaciones, nosotros estaríamos perdidos.

Adam solo me gusta más cada vez que tengo que pensar en él. Lo invité, en un momento dado, a salir el sábado nosotros solos, en nuestro lugar. El aceptó gustoso.

Y aquí estamos. Apenas entramos y me pongo a pensar en todo lo que dejaría si realmente dejo el país.

No quiero hacerlo. No quiero dejar a Adam, y no confió en las relaciones a larga distancia.

No quiero preocuparlo, así que no le menciono nada., Además que siento que es algo que debo lidiar yo mismo. ¿Quiero lo suficiente a Adam para quedarme? ¿Soy lo suficientemente envidioso para irme, y dejarlo solo?

No puedo quedarme por temor a herir sus sentimientos. Sé que él no lo haría, tampoco lo apreciaría. Pero tampoco puedo irme, sin pensar en las consecuencias.

Una chica que lee las cartas me hace señales, pero no pienso dejar que la suerte me diga que es lo que tengo que hacer.

Seguimos avanzando, apreciando ciertas pinturas. Me detengo a ver trabajos de fotografía, y Adam se detiene de vez en cuando para observar el trabajo de artesanos.

Y sé que me gusta. Me gusta la sensación de estar aquí, y me gusta ver a Adam apreciando el trabajo de un artista.

Me gusta lo que Adam ha hecho en mí. Besar un chico es algo que hace algunos meses no hubiera hecho, ni siquiera estando ebrio, solamente por el puro miedo y no por falta de deseo.

Pero, para ser honesto, tampoco me imagino besando a algún otro chico. No aquí, en esta misma calle. No a algún chico del mismo país. Ni de Argentina, o España. No en toda Europa.

Mientras veo una pequeña figura de cerámica de una mujer mirando hacia el cielo con brazos extendidos, Adam viene a mí con un sándwich y un refresco de una máquina expendedora.

Es simple, pero el detalle me hace sonreír. Y me es gracioso, porque no me acostumbro a salir con un chico. O más bien con Adam, quien se niega a hacérmelo fácil, y sigue trayendo roles masculinos a su persona.

Nos sentamos a comer, al final de la calle. En una fuente. Y claro, es aquí donde cualquier inseguridad mía se desvanece. Lo beso cálidamente. Pulcramente, pero con pasión.

Y mientras recibo sus besos seguros y sin dudas, simplemente me comienzo a sentir mal por el constante pensamiento en mi cabeza: ¿Vale la pena quedarse en el país por Adam?

No me he decidido aún, y lo digo con temor a sonar egoísta. Pero justo ahora, todo Europa no parece valer la pena como para dejar a Adam.

Notas finales:

¡No olviden escuchar la playlist! :P

Espero les haya agradado el capítulo. Ya no demoraré en actualizar para el nuevo.

Sé que en este punto lo más probable es que todos hayan leído Fools in Love. Pero si no lo haz hecho, te sugiero que NO lo hagas. Hay cosas que Esteban está pensando, que Adam no tiene idea. Y si descubres como acaba por leer Fools in Love, posiblemente no se disfrute de una misma manera.

Bueno, es todo. No olviden dejar su comentario, seguirme y/o darle a favoritos.

¡Hasta la proxima! (Que prometo, será mucho más pronto que un mes)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).