Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Secrets por Fer_the_human

[Reviews - 49]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola de nuevo! Chicos, lamento tanto la demora, pero como siempre tengo una perfecta explicación para todo :p

Además del problema que había tenido con la laptop, entré en examenes y entrega de proyectos finales en la universidad, pero bueno, aquí está el capítulo.

Espero les guste, y disfruten la lectura. Si no me has leído antes, sientente invitado a leer este fic, y Fools in Love (la misma historia contada por el otro protagonista

Llegando a casa, hago lo usual. Hago un poco de ejercicio para calmar la adrenalina y el remolino de emociones que siento. De entre todas las emociones, la más fuerte es la incertidumbre. No sé qué vaya a pasar, me hace sentir emoción. Pero sobre todo me hace sentir nervioso.

Me ducho como si fuera a dormir, pero lógicamente no. Caigo en cuenta que tendré que salir de la casa sin ser visto. Patético. Me siento ridículo. Entonces me doy cuenta que no simplemente me oculto de todos los demás. De la sociedad e incluso de mi grupo de amigos. Me escondo de mi familia. En mi propia casa. Geográficamente no encuentro un lugar seguro. Aunque sé que es con Adam. Donde quiera que esté, ahí es seguro.

No tengo un plan. No uno bueno o bien estructurado. Busco en internet lugares que estén abiertos a esta hora. Es una búsqueda difícil. No puedo dejar de pensar, mientras hago mi búsqueda en internet, que la razón por la cual me siento tan apegado a Adam es porque me hace sentir seguro. Y es porque se preocupa por mí, y por mis ridículas necesidades.

No encuentro nada en internet.

Comienza a hacerse tarde, y tampoco tengo tanta confianza en que Adam se desvele mucho, así que, siendo cuidadoso y sintiendo pena por mí mismo, salgo de la casa.

No uso el auto, saco la moto. La llevo a pie una cuadra fuera de mi casa, para no despertar a nadie. Entonces me subo a ella y me dirijo rápidamente a casa de Adam.

El viento de la noche se sentía algo fresco en mi cara, pero yo seguía sintiendo mis mejillas calientes por lo que pensaba. Pensaba en que haré el ridículo con Adam. A como voy ahora, el plan se ha reducido a sacar a Adam a pasear y rezar porque haya un lugar abierto en la ciudad.

Llego a casa de Adam en unos minutos. Reviso mi ropa para darme cuenta de que no llevo nada especial. Nada que me haga ver mejor, para esta pequeña fecha especial. Mientras más pienso en el asunto, solo empeora.

Pero no hay tiempo para sentir lastima de mí mismo. Ya estoy fuera de la casa de Adam. fuera de su propiedad. Espero esté despierto, aunque creo ver algo de luz en la ventana de su habitación. Le llamo

-Hola.

-Hola Esteban. -Me contesta.

Mi nombre en sus labios se escucha diferente. Mejor.

Es una suerte que este despierto. Intento buscar un tema de conversación para continuar así.

-¿Cómo vas con los proyectos?

-Bien. Terminé Administración…

¿Cómo rayos pudo haber terminado ya Administración? Intento prestarle atención mientras busco algo en el suelo. Encuentro una piedrita, y la lanzó a la ventana. Aun así, Adam siguió hablando, ignorando el ruido.

-¿Entonces estás ahora con Mercadotecnia? -Pregunto.

-Sí. Bueno, el documento está en blanco.

-Yo quería ayudarte con eso. ¿Recuerdas?

-¿Y qué tienes en mente?

En realidad, no tengo nada en mente. Era una excusa para poder tenerlo despierto. Sigo hablando con él con cualquier cosa que se me ocurra sobre el proyecto. Repito mucho sobre lo que él había dicho, más bien reafirmando sus ideas.

Me harté de buscar piedritas y lanzarlas. Tan solo me recargo en la moto.

-Sé que nos gusta ser un poco teatral y todo, pero estamos en el siglo XXI, Adam. Además, no encuentro piedritas, solo abre tu ventana. -Digo sin previo aviso a la bocina. Creo que incluso le quité la palabra a Adam.

Segundos después, la ventana de la habitación de Adam se abre. Me da una buena vista, pues no usa nada que le cubra su torso desnudo. Me gusta su torso, me gusta lo natural que parece, con su celular en la oreja. Me mira, sorprendido.

-Baja. -Le pido, aún en el teléfono.

-¡Estás loco!

-Y no tienes que vestirte si no quieres… -Bromeo. Algo así.

-Bajare enseguida. Solo me pondré unos pantalones y una playera. -Lo intenté.

-Nadie nos verá. Puedes quedarte en tus pants.

Con una simple risa a modo de despedida, cuelga el teléfono.

No demora mucho en bajar, ya con una playera puesta. Sus pants me permiten apreciar sus piernas superficialmente. No puedo verlas, pero me gusta como se ve en ellos

Eso fue raro.

Me gusta la imagen de Adam bajando por su enorme manzano. Lo hace como si fuera algo muy común.

Parece tener prisa cuando se dirige a mí. Puedo ver su felicidad intentando no manifestarse en su rostro. Y fallando. Puedo ver su sonrisa. Creo que pregunto algo en el momento en que llegó a mí, pero estaba tan ocupado en mis sentimientos que accidentalmente lo ignoré.

Estaba demasiado concentrado en él y en su figura, que parecía haberse hecho a la medida para mí, porque de otra forma no me explico el placer que obtengo en tan solo verlo. Así que sin darme cuenta lo besé.

Lo beso rápidamente. No llegamos a mucho, porque recuerdo la situación en la que estamos, pero en el pequeño tiempo que tenemos, mientras mis brazos rodean su cuerpo, no puedo evitar pensar en algo más. En cómo se veía sin camiseta. Lo bien que lo hacía. En como quiero tenerlo sin camiseta, ni pants, ni nada. quiero sentir su piel con la mía. ¿Cuándo pasara? ¿Estoy pensando en eso muy rápido?

-Solo quería que fuéramos a dar una vuelta. -Digo. Volviendo a la realidad, intento recordar en que me preguntó mientras lo ignoraba, y creo que me pregunto porque estaba aquí.

-¿En la madrugada?

Me subo a la motocicleta, esperando que me siga sin tener que rogarle demasiado.

-Solo sube, detrás de mí. No tengas miedo.

Adam me obedece sin hacer preguntas. Sinceramente no pensé que fuera tan sencillo llegar a este punto. Parecía sonreír al subirse. Al menos un viaje en moto se verá bien. Espero obtener puntos por eso.

Siento las manos de Adam a mi alrededor. Eso está bien. Pero entonces empiezo a sentir sus húmedos labios en mi cuello. Provocando. Es como si me hubiera leído los pensamientos mientras lo besaba, y estuviera jugando conmigo por eso.

-No lo hagas. Me distraeré del camino.

Adam me obedece.

El viaje en motocicleta estuvo bien. Pude sentir a Adam apretar mi abdomen, jugando con mi torso.

Andar simplemente por las calles fue bueno al principio, podía sentir la sonrisa de Adam, pero no podía durar así siempre. Me preguntó a donde iríamos, y le contesté con falsa seguridad. Ni siquiera yo tengo idea a donde nos dirigimos.

Adam no hace un solo ruido, no sé si espera algo grande, o simplemente no le importa. Quizá ya está aburrido.

Sigo buscando un restaurante decente. Cualquier cosa, pero nada en la ciudad parece estar abierto. Empiezo a perder las esperanzas. Y no quiero que Adam piense que soy un idiota o algo parecido. ¿Me rindo ahora, o después? Creo que es momento de aceptar que mi plan tiene una terrible falta de sentido.

Estoy ya por la carretera. Puedo notar que el clima es agradable. Veo una gasolinera, y más adelante se aprecia un McDonald’s. Me estaciono ahí. Y explico a Adam lo que pasó.

-Lamento no poderte llevar a otro lugar, pero no parece haber nada abierto a esta hora. -Digo, con pena en mi voz.

-¿A dónde querías llevarme?

-A un lugar más apropiado para una cita. –Adam no contesta, y sigo hablando antes de que se convierta en un silencio incomodo- Hoy tenemos algo que celebrar

-¿Enserio? –Pregunta.

-Sí, pasa.

-No traje nada de dinero…

-No seas ridículo. Pagaré yo.

Adam simplemente se encoje de hombros, siendo lindo, como es él. Me permito abrirle la puerta. Él me lanza una mirada ante este acto. ¿Qué? Quiero que se sienta como una cita.

¿Y cuál es el problema que Adam tiene con las citas, de todos modos?

Nos sentamos en la primera mesa que vemos, el lugar está vació de clientes. Voy a pedir las ordenes. Adam dijo que realmente no le importaba que comer.

Por lo que he visto, Adam come bien, así que le pido un combo algo grande. Pido lo más básico para mí.

Después de llenar los vasos de refresco, me dirijo a Adam. Me estudia. Es raro. Aun lo hace. Y sé que también lo hago, a veces. Como antes, pero Adam ha perdido la vergüenza y no le importa que yo note cuando lo hace. Demasiado diferente a hace solo poco más de un mes. El pensamiento de lo que hemos recorrido me hace sonreír.

Y al llegar con Adam, ver su sonrisa incondicional me hace mantener mi sonrisa.

-¿Qué hay que celebrar? -Pregunta.

Maldita sea. No lo sabe. No es que me importe, lo hago porque quiero hacerlo sentir bien, especial. ¿Pero cómo le diré? Además de que no es el mejor lugar para hacerlo. Maldita sea.

-Te diré después de cenar. -Contesto.

-Oh, vamos. Es de madrugada y me acabo de fugar. Además, no tenemos mucho tiempo.

-Me da pena. -Confieso.

-¿Después de haberme sacado de mi casa piensas sobre esto? –Se burla, riendo- Ya estoy aquí, solo dímelo.

-¿Orden sesenta y dos? –Una camarera interrumpió, gracias a Dios.

-Somos nosotros. –Digo

-Aquí está su orden. Tengan una bonita estancia.

-Gracias. –Contestó Adam.

Comenzamos a comer. Adam insistió en que le dijera porque estábamos aquí. Insistí en que comiera. Y me obedeció.

Adam come muy rápido. lo ignoro para poder concentrarme en que voy a decir. “Hey, hace un mes te besé, mira a donde hemos llegado ahora. ¡Un McDonald’s!”

-¿El campeón de lucha está cuidando su figura? -Escucho a Adam burlarse.

Volteo para ver que su hamburguesa ha desaparecido.

-¡Maldita sea Adam! ¿Terminaste con todo?

-Aún tengo algunas papas. -Comenta.

-Y yo media hamburguesa aún.

-¿No le pones queso a tus papas?

-Detesto el queso amarillo. Me da asco.

-¿Y que celebramos? –Pregunta. Hizo que tragara el bocadillo que tenía en la boca.

-Te reirás.

-Estoy de madrugada comiendo una hamburguesa en un McDonald’s de gasolinera vestido con pants y una camiseta demasiado vieja. -Bromea- No estoy en posición de burlarme de nada.

-Bueno, si lo pones así, yo tampoco. –Suelto una risa- Bueno, hoy, hace un mes…

Las palabras a decir son fáciles. Pero por alguna razón no me encuentro capaz de decirlas. Creo que por fin comprendo la seriedad del asunto.

Hemos cumplido nuestro primer mes. Lo siento como un logro enorme. No es simplemente un mes. Es un mes con un chico. Mi primer chico. Mi único chico. Mi primer mes con Adam.

-Dime. -Escucho a Adam insistir.

-Hace un mes… -Comienzo, aumentando mi pena con cada palabra que pronuncio- Hace un mes todo empezó a ponerse serio entre nosotros ¿Sí? Hace un mes tuvimos nuestro primer beso. Han sido cuatro semanas exactas, cuando George nos dejó solos en tu casa.

Adam guarda silencio. No se había dado cuenta del tiempo que hemos pasado juntos. Decido acabar con el silencio antes de que comience a hacerse incomodo, quizá así me responda de una manera rápida, para comprender que es lo que piensa.

-Pensé que sería un buen detalle sacarte a cenar. -Continuo- Por la tarde no podríamos salir, así que supuse que sería buena idea esperar a que fuera después de media noche para sacarte a pasear. Mañana… Bueno, hoy miércoles son cuatro semanas exactas.

-No puedo creer que hemos llegado tan lejos. –Dice- No puede ser, yo no lo recordé. ¡No preparé nada para ti!

Su respuesta me hace sonreír como bobo. Me hace sentir que este pésimo intento fallido de cita no fue en vano para nada. Adam está feliz conmigo.

¡Qué bueno que decidí quedarme en el país!

Le digo a Adam que no tiene necesidad de darme nada por hoy. Después de todo, la idea fue mía. Adam me pide que salgamos.

Una vez afuera, nos dirigimos a mi moto. Adam la observa atentamente.

-¿A dónde quieres ir? ¿A tu casa, o…? -Digo, pero me interrumpe.

-¿Puedo conducirla yo? –Pregunta. -¿Por nuestro mes?

-No me chantajes.

-¿Por favor?

Adam me muestra una enorme sonrisa de chantaje. Se acerca a mí, rodeándome entre sus brazos y pegando sus labios con los míos. Que buen chantaje.

-¿Sabes conducir motocicletas? -Pregunto.

Sí, me comporto difícil con el tema de mi motocicleta. Pero nadie puede tocarla. Adam lo hará. Es un privilegio.

-Ed me enseñó. Teníamos a escondidas en la escuela, pero su mamá las descubrió y vendió.

-¿Mi chico era malo? –Adam lanza una risa como respuesta- Está bien, pero ten cuidado.

No puedo creer que realmente lo dejé usar mi motocicleta.

Me pongo detrás de él. Me siento como la niña de la relación.

Pensar en eso me hizo recordar a mi madre, fue un comentario malo. Me sentí incluso homofóbico, como si solo las chicas pudieran sentarse atrás de los chicos. Si quiero estar con Adam, debo aprender ignorar estos asuntos.

Lo molesté un poco, antes de dejar la gasolinera en la que estábamos. Pero a Adam no pareció molestarle para nada mis insinuaciones y caricias con intenciones de llegar a algo más. Finalmente dejamos la gasolinera.

Durante todo el camino, mis manos estaban acariciando su abdomen, debajo de su playera ligera. En todo el camino no pude pensar en otra cosa más que el sexo, dado que inclusive la posición en la que estábamos ayudaba a mi mente a dirigirse a esa clase de pensamientos. Intenté calmarme, no quiero que Adam sienta mi erección o algo así.

Después de varias vueltas llegamos a nuestro destino. Adam se entusiasmó usando mi motocicleta, fue como ver a un niño con juguete nuevo. Fue lindo.

Adam dice que estamos en el restaurant de su padre, en The Taste of the Sky, debo recordar ese nombre. ¿Por qué me trajo aquí?

Adam y yo somos un asco en citas. Yo lo llevo al peor lugar posible, y él me trae al restaurant de su padre, que está cerrado. Aun así, lo veo intentar abrir la puerta. No lo detengo, pero claramente no se abrirá. Después de rendirse, se toma su tiempo en su celular.

-¿A quién llamaste? –Pregunto, esperando que Adam no note mi miedo.

-Un amigo. –Contesta Adam. Y eso es todo.

Adam me dirige a la parte trasera del restaurant, donde nadie pueda vernos. No he visto la hora, pero, aunque sea de madrugada, mucha gente debe seguir afuera. O eso debe de pensar Adam, para buscar un refugio en el que no podamos ser vistos.

Nos sentamos en el suelo. No dejo de pensar en la persona que Adam llamó. Alguien vendrá. Uno de sus amigos vendrá.

Quizá sea Louis. Eso no me molestaría, lo peor que podría ser es una discusión. Pero después de esa discusión él le contaría a Grace y Michael que estoy con Adam.

Eso no debería ser tan malo. ¿En qué rayos estoy pensando? De todas formas, lo más probable es que sea Ed y nada más.

Siento mi brazo ser atrapado. Es Adam, tomándome de ahí. Recordándome que no debo preocuparme de cualquier cosa en la que esté pensando. Como por instinto, dejo mis labios caer en los suyos en un beso cálido.

Comenzamos a reír por alguna razón, posiblemente por los pequeños besos que nos damos. Sonreímos entre besos, reímos porque estamos felices, y no porque haya algo gracioso pasándonos.

Aun así, rodeado de este momento de felicidad, me siento inseguro e intranquilo. Como si fuera a estar a punto de ser expuesto. ¿Qué pasa si no es Ed?

Bueno, en ese caso es George.

No puedo estar tranquilo así. Tomo una respiración profunda.

-¿A qué amigo llamaste? -Pregunto.

Adam debe notar mi ansiedad del momento, porque con la mano que tiene libre me acaricia el rostro. Su otra mano está apretando la mía con los dedos entrelazados, recordándome su presencia.

-Nadie que vaya a juzgarte. O que pueda hacerte daño.

Le doy a Adam nada más que una sonrisa. Sus palabras no me calman, para ser honesto, pero por alguna razón la sorpresa sí. Me calma lo directo que Adam fue. Nunca hemos hablado de eso explícitamente, la manera en que él me cuida, siempre teniendo en cuenta que nadie debe vernos. No tengo nada más que confiar en él en este momento exacto.

Volvimos a besarnos, pero dejamos los juegos de niño de lado. Besar suavemente nunca ha sido el estilo de Adam. Noto su mano recorrer mi abdomen, lo que me da la confianza de hacer lo mismo con él, haciendo mi paso debajo de su camiseta.

Mi mente comienza a viajar, como a veces suele hacerlo en estas situaciones, poniéndome una escena donde no estoy más que con Adam, en un lugar más privado. En un lugar más íntimo.

-Vaya, no pensé que fueras a llamarme para un trío con tu noviecito. -Una voz interrumpe- ¿Tienen protección? O, bueno, no importa.

No me importa que alguien nos vea, la ira que siento es más fuerte que el miedo que pudiera llegar a sentir de ser cualquier otra persona. Conozco a ese chico.

-¡Desearías! –Dice Adam.

-Ya lo creo.

-Amigo, yo no comparto

-¿Qué rayos está haciendo él aquí? –Digo, haciendo notar accidentalmente mi furia. Al menos Jason sabrá que no lo quiero aquí.

-Él me pidió que viniera… -Contesta Jason.

Le lanzo una mirada a Adam. Nos ponemos de pie, y yo sigo observándolo con mirada desaprobatoria. ¿Por qué llamó a él? ¿Por qué a su exnovio?

-Quería darte una sorpresa también.

-Yo soy la sorpresa.

-¡Cállate ya, Jason! –Dice Adam con un tono de voz algo elevado.

¿Si tanto le molesta por qué lo invitó en primer lugar?

-Escucha. Él no es más que un amigo. -Continua Adam, dirigiéndose a mí- Además él puede abrir la puerta para el restaurant. Solo ignora lo que salga de su boca y se ira rápido.

-¿Por qué él? –Pregunto, porque su presencia me frustra.

-¿No lo escuchaste? –Dice Jason- Les estoy haciendo un favor. Somos amigos. Y ya.

-¿Cuándo paso esto? -Pregunto a Adam, ignorando a Jason.

-Hoy.

¡¿Por qué Jason sigue contestándome?!

-Te lo contaré luego. –Me dice Adam- Solo apúrate, ¿quieres Jason? No sé cuánto tiempo te tome.

No dirijo la palabra a ninguno de los dos, de la nada se ha convertido en una plática privada entre ellos, en la cual yo soy el intruso.

Me pregunto cómo nació esta confianza. Pensé que Adam le guardaba cierto resentimiento. Ahora charlan como viejos amigos. ¿De dónde surgió esta amistad?

Resulta que Jason trabaja en el restaurant. Tiene las llaves. Adam no lo sabía. Hablan sobre eso, mientras observo desde afuera de la burbuja que he creado para ellos solos.

Entrando al restaurant, Jason presume su puesto a Adam. En una pared de lugar esta su foto, diciendo que es empleado del mes. Dice que el padre de Adam es amable.

Me encuentro celoso de Jason. Y molesto. No lo quiero aquí.

Solo estoy al lado de Adam, siguiéndolo como perrito faldero. No quiero enojarme hoy. No precisamente hoy.

Jason dice que deberíamos hacer lo que vayamos a hacer rápidamente. Ni siquiera yo sé que vayamos a hacer, y suponiendo que debemos estar en su casa para antes de que sus padres despierten, estoy de acuerdo con él.

Adam pide algo de privacidad, pero Jason se negó, bromeando sobre querer arruinar la situación. No sé si lo decía enserio detrás de su broma. Yo lo siento así.

Al final vamos a la cocina, Adam y yo. Jason permaneció en una mesa, bajo decisión propia.

-¿Por qué lo invitaste? -Pregunto apenas estamos solos.

-Él siempre supo abrir puertas que estaban cerradas con llave. Pero fue una suerte que trabajara aquí, ¿no lo crees?

Esa es una excusa demasiado pobre.

-No me agrada. -Admito.

-¿Cuál es tu postre favorito?

-¿Qué?

-¿Cuál es tu postre favorito?

¡¿Por qué ignora mi queja?! Me siento como un niño.

-Mmmh, ¿pay de manzana? –Contesté de todas formas.

-¿Estás tratando de decirme algo? ¿Decidiste que te gustan más las chicas? -Dice Adam, bromeando.

Me hizo reír, para mi desgracia.

-¿Qué puedo decir?

-Puedo darte eso. –Ambos reíamos un poco.

Adam va a buscar algo en la cocina.

-Pero no puedes tomar nada del inventario.

Jason de repente apareció detrás de nosotros.

-¿No estabas ocupado en otro lugar?

-Estoy ocupado aquí. -Me contesta, casi hostil- Si falta cualquier cosa y tu padre lo averigua, lo más probable es que el culpable sea yo. Lo siento- Lo último lo dijo con la mirada directa hacia Adam.

Odio sentirme como el intruso aquí.

-¿Y que si preparo uno? –Pregunta Adam.

-Bueno, hay harina. Y los moldes están limpios… Si limpias todo y los ingredientes están abiertos ya, puedes hacerlo.

-Gracias.

Jason se retiró. No sin antes dar una sonrisa a mi chico.

Y eso seguirá siendo así. Yo soy un celoso. A Adam no parece importarle. Confío en él, conociendo nuestra historia, para que no me engañe. Jason parece ser un molesto.

Quizá esta sea costumbre. No seré amable con Jason. Él no será amable conmigo. Yo seguiré saliendo con Adam, y Adam seguirá siendo amigo de Jason. Aunque lo último no lo comprendo muy bien.

-¿Cocinas? –Pregunto a Adam.

-No mucho, solo un poco.

Adam se pone manos a la obra. ¿Dijo que comeríamos pay de manzana? Comienza buscando harina. Y un molde. Empieza a concentrarse mucho. Sí sabe cocinar.

En medio de su esfuerzo, viéndolo hacer algo para mí, el sentimiento de felicidad y halago que siento en el pecho es inevitable. Me dirijo a él, para darle caricias y besos por la espalda, mientras el sigue trabajando. Reímos un momento, y él juega conmigo también. Luego me interrumpe.

-Esteban, me odiaras. -Dice.

-¿Qué pasa?

-No me dejas concentrarme. Ve con Jason.

-¿Qué? ¡No iré con ese idiota!

-¿Sabes que puede escucharnos, verdad?

-No me importa.

-Mira. Es estar con Jason o estar molesto aquí, porque me estoy concentrando en esto.

No quiero ir con Jason. Él debería saber que no debería pedirme eso.

Debería haber sabido, también, que no lo quiero aquí. Quizá Adam no ve las cosas como yo. No significa que no me moleste, pero al final termino por hacerle caso.

Pienso en lo que me dijo Ed. La mayoría de las personas suelen relacionarse con los amigos de sus parejas. No puedo relacionarme de forma abierta con Robyn o Anna. Quizá Adam de alguna manera quiere hacer eso con Jason. Quizá sea una prueba, para ver si lo hago bien. Dudo de lo último dado el poco tiempo que Adam hubiera tenido para pensar en eso. Quizá debería tomarlo como una prueba personal.

Jason está concentrado en su celular cuando llego. Me siento delante de él. Por un momento no hablamos nada. Me concentro en no enojarme. Él ha dejado de ser molesto por un momento, al parecer.

-Así que… -Jason rompe el hielo- ¿Por qué es la ocasión?

-Cumplimos un mes. -Digo.

-¿De ser novios?

-Algo así.

-Entonces no son novios.

-¿Qué?

Jason y yo comenzamos a charlar de verdad entonces.

-Solo era una observación. -Contesta- No son novios. Quizá llevan un mes saliendo. Pero “algo así” no es ser novios. Está bien. No todos necesitan pareja.

-No creo que la etiqueta sea necesaria.

-La etiqueta es mala. Etiquétate con alguien y te despides de todo lo demás

Eso no es lo que quise decir en realidad.

-¿Tienes novio? -Pregunto. Espero diga que sí.

-No tengo pareja, si me lo preguntas. ¿Eres gay o bisexual?

¿Por qué Jason piensa que tenemos esa confianza? No pienso contestarlo. Además, no creo que sea importante.

-Estoy con Adam. Es lo que importa.

-Me iré por bisexual. -Contesta- Tuviste que especificar eso porque Adam es un chico. Si fueras gay la respuesta sería inmediata.

Suelto una respiración. Jason habla mucho, como si fuéramos amigos. ¡No somos amigos!

-Yo soy bisexual, por si preguntas.

-No lo pregunté.

-No dijiste que no lo dijera.

-No me gusta tu presencia aquí. -Admito.

-Aun así, eres quien vino.

-Porque Adam no me quiere en la cocina.

-¿Qué hacen aquí, de todos modos?

No teniendo mucha opción, comencé a charlar con Jason. Le expliqué porque estamos aquí, contándole la cita de media noche que tenía planeada. La justifiqué con una breve explicación de mi situación, nada profundo en mi vida personal, nada más de lo que necesita saber.

Él me cuenta personalmente sobre su trabajo aquí, como comenzó y esas cosas. Entonces empieza a hablar de su sexualidad como si fuera un tema anda taboo. Creo que me provoca. Debo tener cuidado de no darle confianza, la toma muy rápido. Dijo que Adam fue su primer chico, entonces yo le dije que es mi único chico.

Jason me hizo una observación, estaba al borde de comportarme hostil, como aquella vez en el club. Charlamos de aquella vez en el club. Dice que no es una ira muy grande o peligrosa la que ve en mí, lo que lo saca de balance es la causa. Dice que no tengo razón para enojarme en realidad, aunque sea un enojo pequeño. Volvimos al tema del club, admití que pensé que lastimaría a Adam.

Después de un rato, Adam se nos une. Se dirige directo a mí. Creo que Jason no es tan peligroso como pensaba. No es una verdadera amenaza para mi relación con Adam, pero para estar seguro, abrazo a mi chico para hacer claro un punto: estamos juntos. Me alegra la respuesta de Adam. acurrucarse junto a mí.

-Así que, Esteban me contaba sobre esta loca aventura de media noche. -Dice Jason, para hacer una plática- ¿Un mes, eh?

-Él me gustaba desde antes. –Dice Adam.

Pero eso ya lo sabía. Creo que no hemos hablado sobre eso. No hemos hablado sobre muchas cosas. Adam me besa la mejilla.

-¡Esto es tan romántico! –Balbucea Jason.

-¿Y qué hay de ti? ¿Tienes a alguien?

-Oh, no. Estoy en eso de disfrutar mi soltería ahora.

-Suenas al mismo de siempre -Bromea Adam.

-Pero he cambiado. -Contesta Jason con una risa.

No sé qué opinar de Jason en este momento. Pero Adam parece feliz. No feliz por su presencia, no quise decir eso. Quiero decir que pareciera estar cómodo. No arruinaré esto para él. Aunque es la peor cita sorpresa que posiblemente cualquiera hubiera planeado.

Adam nos lleva a la cocina para probar su postre. Lo espero con ansias antes de que llegue a tocar mi paladar. Jason intentó tomar un poco primero. Adam le pegó, yo sonreí.

Comemos sin servirnos en ningún plato, lo que parece conveniente ya que debemos dejar todo tal y como estaba. Adam parece ansioso por terminar con esto, debe de querer llegar a casa rápida.

¡El pay está delicioso! No era mentira que el pay de manzana es mi postre favorito, y ahora sé que mi chico sabe hacerlo a la perfección, con un saber exquisito. Quiero felicitarlo por su trabajo, pero no se encuentra prestándome atención cuando quiero decirlo, lo veo nervioso.

Comemos rápido, incluso yo, porque Adam se ve de esa manera. Jason se va a afuera, cuando Adam le dijo que no demoraría en limpiar todo. Le ayudo a hacerlo.

Estamos nosotros solos, y me pongo a pensar en la noche. Jason parece inofensivo, sin contar que lo que me dijo Ed parece tener sentido, y he estado pensando en eso. Además, Jason es amigo de Adam, y no creo que eso vaya a cambiar. No es una amenaza, pero en caso de serlo, es mejor mantener a los enemigos de cerca… ¿No?

-Deberías darle un trozo a Jason. –Digo- No me molestaré. Además, sin él nosotros no estaríamos aquí. -Admití.

Lo hice para que supiera que no tengo problema ninguno con Jason, además de que es una manera de decirle a él directamente lo mismo. Adam guardo pay para nosotros, y también corta un trozo para Jason.

-No puedo estar con esto en la motocicleta. Acompáñenme a comerlo. -Dice Jason, una vez que le otorgamos su parte, afuera del restaurant.

-Tenemos que irnos. –Contesto. Es media broma.

-No seas tan molesto. –Dice Adam-Solo será un momento.

Hice una mueca fingida. Vamos a sentarnos, como estábamos al llegar. Tengo miedo del amanecer, ahora que lo pienso con claridad. Pero no debemos tardar. Adam se acurruca en mí de nuevo, y yo lo abrazo. Me gusta está posición entre nosotros, con casi nulo espacio que nos separe.

-Gracias por el pay. Pay de manzana. ¿Escuché que le gusta a Esteban? ¿Es de mi equipo? -Bromea Jason entre sonrisas y una risa, sacándome de mis pensamientos.

-Nunca habíamos hablado de tu sexualidad. –Contesta Adam, riendo por lo que Jason dijo- Pero sí, Esteban es bisexual.

-Y dime, ¿te gusta tanto como a mí, o prefieres la fruta de Adam?

-¡Jason! –Le regaña Adam.

-¿Qué? –Ríe- Simple curiosidad. No tengo muchos amigos bisexuales.

-No somos amigos. –Contesto.

Y la verdad es que la pregunta no venía al caso. Como le dije antes, lo importante es que estoy con Adam.

Entonces pienso que quizá lo hace por molestar, como yo lo he hecho con mis respuestas. Demasiado rápido para juzgar, pero después de aceptar que él estaría aquí y es amigo de Adam, es como las cosas han sido. Además, Adam mencionó que él es así: un molesto.

-Mis amigos suelen decir eso. –Contesta Jason. Adam río. Yo intenté no hacerlo, pero al menos una sonrisa logró sacarme.

-No hablaré sobre mis preferencias contigo. –En broma, le tapo los oídos a Adam y bajo la voz- Adam podría salir lastimado.

Jason y yo compartimos una risa, quizá la primera de la noche, mientras Adam me pega en un costado. Creo haberlo visto feliz por mi broma con Jason.

-Oh, Adam, jamás sabrás de las ventajas de ser bisexual. –Dice Jason.

-¿Cuáles son? -Pregunta Adam.

-Tus probabilidades son más. Si estás en un bar y alguien se acerca, no importa si es un chico o una chica, –Guiñe un ojo- solo importa que sea atractivo o atractiva para ti. Pero jamás podrás hacer de pasivo con un chico.

-Jamás lo había visto de esa forma. –Adam ríe.

¿Por qué la sexualidad se ha convertido en el tema aquí? No me hace sentir cómodo. Ni si quiera me gusta pensar en que soy bisexual, no porque me avergüence, sino porque la etiqueta es en sí ridícula.

Las etiquetas son ridículas. ¿Novios? ¿Orientación sexual? Si nos vamos a estudiar de una manera profunda, ni siquiera el título es importante, al final uno hace su propia carrera, sin importar lo que estudio.

-¿En qué forma? -Pregunta Jason.

-Los roles. Jamás había visto a un bisexual como exclusivamente activo.

-Solo bromeaba. Pero bueno, es obvio que eres el pasivo aquí.

-¿Por qué?

-Esteban es bisexual, duh.  -¿Qué?- No le gustará de repente ser… tú sabes. Por un hombre. ¿Qué rol eres, de todas formas?

-Versátil. ¿Qué sentido tiene estar en una posición toda tu vida? –Contesta Adam, sin siquiera dudar.

-Eres como un bisexual a menor potencia. –Se burló Jason- ¿Cómo toma Esteban esto?

¡Esa es una excelente pregunta! Ahora sí que estoy interesado. Nunca había pensado en esto. Nunca había pensado en la posibilidad de que Adam quisiera hacerme lo mismo que yo le quiero hacer. Quizá Jason tiene razón, y no esté dispuesto.

Pero Adam no parece estar conforme con eso. ¿Qué se supone que pase?

No había notado el silencio en el que nos encontrábamos hasta que Jason tuvo que hablar de nuevo.

-Oh, vamos. No me digan que ustedes no…

-Creo que estas yendo demasiado lejos. –Interrumpe Adam.

-Y, no lo han hecho. –Contesta Jason- Bueno, Esteban, déjame decirte por experiencia propia, que los chicos hacen un mejor trabajo ahí abajo con su boca, que las chicas.

-¡Eres repugnante! –Contesta Adam.

Me pregunto si será cierto. Y de nuevo pienso en Adam. Maldita sea. Y el comentario de Jason no fue para nada repugnante, pero creo que Adam se ha dado cuenta de mi incomodidad, o al menos la imagina. Puedo con esta situación, no es como que este siendo atacado, pero a Adam le gusta protegerme de cualquier posible amenaza.

 -Solo comparto mis vivencias. –Bromea Jason- Y, bueno. Fue un gusto acompañarlos y hacer un poco incomoda la noche, pero es hora de irme. Nos vemos, chicos.

Justo después de que Jason se fuera, nos puse en marcha. Sigo teniendo pensamientos de sexo con Adam, todo el camino, pero no son para nada placenteros. Incluso así extraño las manos de Adam alrededor de mi cuerpo, pero no puede abrazarme, porque está llevando el pay.

En el parque que está cerca de su casa, él me pide que me detenga. Me lleva a una banca para que nos sentemos y me ofrece pay. Le sonrío. Creo que nos lo terminaremos. Hablo sobre el parque, y Adam me dice que corre diariamente aquí con Ed. Empieza a comer del pay también.

-¿Sabes, Adam? Yo ya había pensado en lo que dijo Jason... -Admito.

-¿En qué?

-En él sexo.

-Oh.

-¿Estás de acuerdo con eso?

-¿Con qué?

-Tú eres versátil, lo que significa que estás en ambos roles. Pero yo no sé si pueda hacer eso. –Digo. Me siento un poco raro hablando de esto.

-No importa. –Dice.

-Claro que importa… -Quería explicarle todas mis causas, todo lo que había pensado, pero me interrumpe.

-Me acoplaré.

-¿Y estarás de acuerdo con esto? -Quizá acepta ser simplemente pasivo. Quiero saber a qué nos referimos.

-Esteban. Si pasa, pasará. Y veremos que ocurre en el momento.

Él no entiende lo que intento decir. Tengo miedo, maldita sea. Y me siento como virgen, pero es que no tengo experiencia con chicos. Él debe entender.

-Pero, no sé si yo pueda estar en…

-¿Por qué tenemos que hablar de esto? -Interrumpe de nuevo.

-¿Por qué no? –Contesto- No te pongas mal con esto, no es como si fuera la primera vez que vayamos a hacerlo.

Esteban se queda callado. No puedo creer que tenga vergüenza con esto. Es maduro, o suele serlo. Además, ya hemos de haber pasado el punto de la vergüenza.

-¿Qué pasa? -Insisto.

-Nada. -Contesta.

-No… -¿Será?

-¿Qué?

-¿Eres virgen? -Pregunto.

-¿Por qué no debería de serlo?

-¡No puedo creer que seas virgen!

-¡¿Es tan malo serlo?!

-No, no. Es solo que… bueno.

Me siento idiota. Claro, él solo había salido con Jason, y eso pudo haber sido incluso antes de que se sintiera interesado en el sexo. Y luego estoy yo. Y en lo que a mí concierne, la relación más seria que ha tenido soy yo.

Pero pudo haber intentado el sexo casual. Ya veo que no.

Pero no entiendo. Simplemente Adam no parece virgen. No para lo que me provoca. ¿Cómo puede llenarme de ese fuego tan intenso sin tener la mínima experiencia en sexo? ¿Cómo es que sabe cómo llegar a encenderme desde adentro? ¿O es qué es una cualidad natural con la que ha nacido? Quizá solo tenga ese efecto en mí, y exagero. Pero lo dudo, estoy seguro de lo que he sentido con él cerca, besándome y acariciándome.

-Tú no eres virgen. ¿Verdad? –Pregunta Adam. Niego con mi cabeza- Lo suponía. Pero no importa. Así que no debería importar que yo lo sea.

Adam toma un color rojizo en sus mejillas. Creo que lo he avergonzado. Esto está mal. Esto está muy mal.

Avergonzarlo, no que sea virgen.

Empiezo a besarlo tiernamente hasta que ríe.

-¡Puedo ser el primero! –Digo casi en un canturreo. Lo hago reír.

Intento ser el primer chico de Adam, pero no quería sonar tan seguro, con la situación tal y como está. Me fui por algo sencillo.

-¿Cuándo fue tu primera vez? –Pregunta, aun riendo. Intentaba evitar esa pregunta. Me lo merezco, supongo.

-Con una chica en bachillerato.

-Obviamente fue una chica. –Dice- ¡Hey! Cuenta como si yo fuera a ser el primero. -Puedo escuchar su orgullo en eso

-Parece que sí. –Rio.

Y la vergüenza entre nosotros desapareció de nuevo.

Dejé el tema de lado. Los dos hemos dicho, de alguna forma, que estamos de acuerdo en tener relaciones. Llevé a Adam a su casa antes de dirigirme a la mía.

No pude irme hasta asegurarme que Adam estuviera en su habitación. Además, y posiblemente lo más cierto, es que me encanta ver su cuerpo estirándose mientras escala su árbol de manzanas. Dios sabe el deseo que tengo de poseer ese cuerpo. Me pregunto si dejaré que me posea a mí.

Notas finales:

Bueno, espero les haya agradado. Estas vacaciones espero comenzar a trabajar, pero por supuesto me haré tiempo para escribir.

Por favor, deja tu comentario y dale a favorito o sigue el fic si fue de tu agrado.  De nuevo, si es tu primera vez leyendome, no dudes en leer más de mí.

Antes de despedirme, quiero informar algo o pedir un consejo. Para hacer la continuación, pienso en hacer ambos puntos de vista continuamente, en un mismo fic. ¿Estaría eso bien? Esto lo digo porque a diferencia de lo que pensaba antes, hacer ambos puntos de vista por separado me esta demorando demasiado. Ya sé que me lo habían comentado con anterioridad, pero quiero saber si sería placentero para ustedes. Y espero comenzar a estructurar ideas para capítulos de la segunda parte, pues solo el capítulo final de este fic no tengo planeado.

Bueno, es todo lo que tengo que informar relacionado con el fic, por ahora (creo)

Gracias, y hastá la proxima. (Que esperemos sea a más tardar dos semanas)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).