Me pareció increíble las agallas con las que Erika habló, tan decidida. Ese día todo fue planeado espontáneamente. Adam llamó al sujeto que afirmaba ser el padre de Ed, mientras todos nos encontrábamos ahí. Adam necesitaba apoyo, pero creo que lo encontró sobrecogedor.
Adam estuvo nervioso al principio de la conversación, no pude escuchar lo que aquel hombre le decía, pero la reacción de Adam, además de su expresión, daban a entender que estaba paralizado.
George lo tranquilizó. Adam reaccionó. En ese momento se pusieron de acuerdo para poder verse el miércoles. Hoy.
Después de que Adam pudiera finalizar la llamada para citarlo, los chicos empezaron a felicitarlo. Así que yo también lo felicito. Pude ver en su rostro algo de pena, pero cuando lo felicité se convirtió en algo bueno. Espero que Adam entienda que necesita apoyo de todos, y deje de esconderse en ese muro, o al menos me deje traspasar ese muro de vez en cuando, dejándome apoyarlo.
Ayer Adam nos pidió opinión sobre donde citar al sujeto. Opinó sobre ir al parque donde suele correr, el que está cerca de su casa, y obviamente nadie dijo que era una mala idea. Ni yo. Ahora, pienso que es una terrible idea, tomando en cuenta que justo en frente Edwin fue asesinado. Pobre Adam, me pregunto si su fortaleza podrá ser suficiente para soportar el hecho de que tendrá que hablar sobre la muerte de su amigo, justo en el lugar donde murió su amigo.
Solo Erika ha acompañado a Adam, Anna dijo que no podría manejarlo. Como si Adam pudiera manejarlo, pero él no parece negarse a esto. Agradezco que Erika fuera. Detesto no haber ido.
Al menos sé que George los llevó, y confío en George. Pero para ser honesto, la distancia me está matando. Adam está con un completo extraño, que muy bien podría no ser el padre de Ed, aunque él dijo que lo reconocería.
De todas formas, me mantengo en contacto con George. Me da la sorpresa que después de unos minutos los dejo en el parque, conversando con el sujeto, maldita sea.
Intento evitar a Thomas, quien parece querer reunirse conmigo, ya que se supone que George está ocupado con Erika y Adam, y aparentemente no entiende la idea de que esto está sucediendo, posiblemente quiere hablar. Lo entiendo, creo que es el único que está reaccionando de la manera apropiada después de todo. Me reúso a verme con él, por si es necesario que salga a la casa de Adam inmediatamente.
Brenda me manda mensajes que en un principio pienso en ignorar, pero después simplemente decido contestar como si nada. Quizá algo cortante, pero es para marcar un punto. Espero no estar, de hecho, exagerando las cosas con ello.
George me manda un mensaje.
George: Vine al cementerio. Adam trajo al padre de Ed a verlo.
Yo: Viejo, voy para allá.
George: No es necesario, solo te ponía al tanto de la situación.
Yo: aun así voy para allá.
Tomo las llaves del auto y me dirijo al cementerio, intentando llegar lo más pronto posible. No entiendo de donde vino esta necesidad de estar ahí para él de repente, supongo que fui yo quien debería haberlo llevado a conocer al padre de Ed.
Pienso mucho sobre eso mientras conduzco, mientras más me acerco a Adam. Claro que debí ser yo. Inclusive en estos días, Adam me platicó sobre George y Robyn, y mencionó algo sobre su relación. Sobre la etiqueta. Defendí mi punto diciendo que posiblemente a ellos no les importa y ya, pero no me molesté en prestar a atención en Adam. y Adam necesita eso, la etiqueta, ser novios y todo, no tengo idea del porqué, pero es así. ¿Entonces que concepto tiene de nosotros? Necesito formalizar, o hacer algo al respecto. Charlar con él, pero no es un tema para ahora, con tantas cosas en su cabeza, deberá ser después.
También siento un terrible sentimiento ante la realización de que mi detonante por querer estar cerca de Adam en este momento fue justo después de que George me confirmara que se encontraba solo con el padre de Ed. Sin Erika.
Pero es eso precisamente lo que me asusta de alguna manera. No debo dejar que mi mente me haga estos juegos. Tengo miedo, por supuesto, pero no lo oculto… no a propósito.
Llego al cementerio, agradecido, porque la dirección en la que mi mente estaba yendo no me gustaba. Ahí está George.
-¿Qué hay, viejo?
-Solo quería pasar a revisar.
-Está bien, siguen adentro. Pero te entiendo. -Contesta George- ¿Estás bien solo? No creo que sea necesario que me quede.
-Claro que sí. Estoy bien. Gracias.
George se despide de mí. No sé cómo vaya a reaccionar Adam al verme a mí y no a George esperándolo. No sé porque hice esto.
Después de esto, Adam y yo estaremos en donde nos quedamos. Eso pienso. Adam necesita liberarse de Ed, y justo cuando pensé que exageraba, me contó sobre como conserva el celular de Ed. No estoy de acuerdo con eso, no me ha dicho por qué lo conserva.
Mientras espero a Adam, me pongo a pensar en una buena forma de ayudarlo a que siga con su vida normal. Los nervios me hacen prender un cigarrillo que por suerte tengo en el auto. Por alguna razón pienso en mi madre, siento que, si estuviera en una situación similar, ella me diría algo, o me haría ir a la iglesia para hacerme sentir bien. Tengo mucho de no asistir a la iglesia, para ser honesto, pero intento recordar momentos en los que hablaban sobre la muerte, incluso pienso en el funeral de Ed.
La verdad es que cuando el tema de la muerte se es tocado en misa, o en los funerales, la idea es llegar a los corazones de los familiares y amigos para darles paz, o eso creo. A Adam posiblemente nadie le haya dado el consuelo, y no intento ponerme religioso con esto, pero creo que necesita algo así.
Adam se hace notable, saliendo del cementerio. Junto a él viene un sujeto mayor, quien lógicamente tiene que ser el sujeto al que vinieron a ver. Tiene compostura robusta, para ser honesto si me recuerda a Edwin, solo que él hacía mucho ejercicio y cuidaba su figura.
Adam y él conversan mientras se dirigen hacia mí. Tiro mi cigarrillo inmediatamente, y cuando Adam me nota cruzamos miradas, le comparto una sonrisa triste. Estoy harto de darle sonrisas tristes, quiero darle sonrisas auténticas, y qué me sonría solo porque sí.
-Gracias por venir. -Dice Adam cuando llega.
-No hay de qué.
Adam toma asiento atrás, junto con el señor. Me sorprende la calma con la que se hablan, como están tan familiarizados, no tengo que preguntar, él realmente es el padre de Ed. No significa necesariamente que confío en él. Adam me pide que los lleve al parque de nuevo.
-Continuando sobre lo que me decías, Adam. -Dice el sujeto- Tengo que salir adelante por mi familia. No significa que no esté triste. Ya me viste llorar. Ahora mismo quiero llorar… Pero, llegando al parque, mi hijo estará ahí. No puedo permitirlo que me vea llorar, haría muchas preguntas. Es muy joven, no merece comprender esto aún.
-Lo sé… -Contesta Adam.
-Ustedes también son demasiado jóvenes, su vida apenas está comenzando, no merecen esto. Tampoco Ed lo merecía… -Responde el padre de Ed, limpiando lagrimas que amenazan con salir- Pero bueno, basta, que estoy seguro que Ed no quisiera verte triste.
Adam y el padre de Ed siguen hablando todo el camino. Ha decir verdad, el padre de Ed me da un pequeño avance a lo que le quiero decir a Adam, y lo agradezco. Adam necesitaba eso, puedo decirlo.
Salgo del auto un poco, mientras Adam se despide del padre de Ed. Lo veo tener una conversación con quien vendría siendo el hermanito de Ed. Es un niño pequeño, de primeros años de primaria seguramente. No sabría decir. Se ve grande, de todas formas, todo el gen Turner. Adam se agacha como despidiéndose de él. Se despide de todos, y le da un abrazo al papá de Ed.
Adam viene a mí, puedo decir que está cansado. Sin que me lo pida, y sin previo aviso, lo rodeo con mis brazos. Por él, y lucho contra la ansiedad que me da saber que alguien puede vernos. Ignoro la gente, aunque este lejos, y sé que posiblemente no les importa vernos, pero también es posible que alguien nos vea con ojos juzgones. Me concentro en Adam solamente. Adam pega su cuerpo al mío y hunde su cara.
-¿Cómo ha estado el día? –Pregunto
-Sorprendentemente largo. -Responde.
-¿Quieres que vayamos a tu casa y hablemos?
-Creo que sí. -Contesta, después de un largo momento.
Todo el camino a su casa sostuvo mi mano, con nuestros dedos entrelazados. Volteé eventualmente y noté que mantenía su mirada hacia la ventana, claramente con su mente fuera de nosotros, divagando. Cerraba los ojos de vez en cuando, como negándose.
Llegando a su casa noto como me deja de prestar atención, empezando por la manera en que soltó mi mano. Como no me besó. Aquí no soy más que un amigo, y se siente horrible. ¿Así se siente él en público y en la escuela? No quiero pensar que yo actúo de esa manera, pero la verdad es que él y yo somos todo lo contrario. Él tiene miedo de su familia, mientras yo me siento completamente seguro en las cuatro paredes de su cuarto. Él prefiere besarme fuera de casa, en la calle, cuando eso es nada menos que un infierno para mí. Aunque claro, a veces me gusta ese peligro. Esa tentación.
En casa de los Sky, el padre de Adam está tranquilo viendo la televisión en la sala. Pasamos a saludar a su madre. Estoy tranquilo, por alguna razón, posiblemente porque Adam está sobreactuando su tranquilidad. No sabía lo nervioso que podía ser, no comprendo por qué. Supongo que tenemos diferentes perspectivas. También saludo a su padre educadamente.
Adam me dirige arriba, a su habitación, y cierra la puerta una vez que hemos entrado. Tomo su mano, y Adam se vuelve algo distante. Su cuerpo está duro, rígido. Me sorprenda está actitud de él, y creo que nunca dejará de hacerlo. No comprendo como él puede tener miedo, él nunca ha sido así.
Él no reacciona a mi caricia, o a su alrededor. No hace nada. Lo abrazo de medio lado, y tomo si mano con mi mano libre.
-Cuéntame que paso, bebé. -Pido.
-No fue mucho…
Adam me resume lo que pasó. Y claro que fue mucho. Reconectó con el padre de Ed. Me cuenta si historia. Ahora tiene una familia, está casado y tiene un hijo de nombre Noah. Adam no me cuenta la manera en que se sintió, y no lo culpo por eso, entre tantas sorpresas todo debe ser un desastre de emociones encontradas. El padre de Ed le explicó porque lo abandonó cuando era niño, resulta que su esposa lo engañaba desde hace mucho tiempo, y pareciera que Ed podía no ser en realidad su hijo. Ed y su padre se reencontraron en vacaciones, por coincidencia, en el parque de diversiones.
-Espera… -Dice Adam, terminando de contarme todo. Se pone de pie y saca algo de su buro- Toma.
-¿Qué es? -Pregunto, tomando un celular.
-El celular de Ed. No pude deshacerme de él. -Dice, me confunde- Me recordaba tanto a Ed… -Hace una pausa que parece ser eterna- Cuando intenté deshacerme de él, simplemente no pude…Y extrañaba tanto a Ed, quería escuchar su voz, hablar con él. -Al final, su voz comenzaba a sonar algo quebrada.
-¿Y qué pasó? –Pregunto. Creo que un poco alto, como enojado, pero no fue mi intención, simplemente tengo miedo de la seriedad que Adam le da al asunto. Creo que lo asusté, se queda en silencio- Adam…
-Marqué su número. Quería escucharlo… -Dice- Hablar con él.
-¿Es enserio? ¿Por qué no me hablaste de esto? -Pregunto.
Esto es serio, Adam estuvo actuando mal. No por él mismo, no hacía daño a nadie, pero se dañaba a él mismo. Se alejaba de la realidad. Esto es terrible.
-Luego fue más difícil dejar de hacerlo. -Contesta, ignorándome- Pero ya no más. Deshazte del celular.
Observo el celular. No quiero si quiera desbloquearlo. No quiero ver una versión de Adam que posiblemente no me agrade. Guardo el celular. Acerco a Adam a mí, para besarlo en la mejilla y darle un abrazo.
-¿Estás listo para hablar sobre Ed? –Pregunto.
-Quizá no tengo nada de qué hablar. –Contesta, después de un momento de silencio.
-¿Qué? –No puede estar hablando en serio. No podamos estar pasando por esto de nuevo.
-El tema relacionado con Ed ya pasó. Debo dejarlo ser.
-Exactamente. Y lo siento, Adam, te quiero, pero tengo que hacerte parar.
-¿Qué?
-Siempre que se trata de hablar sobre Ed, sacas excusas. -Digo. No soporto más y alguien tiene que abrirle los ojos- No más. Has probado lo suficiente lo fuerte que puedes ser con el tema. Lo hiciste, no tienes que probar nada.
-No intento probar…
-¿Cuándo fue la última vez que llamaste a Robyn, solo porque sí? -Lo ignoro. Necesito que despierte. Probar un punto.
-¿Eso que tiene que ver…?
-Responde.
-Ella me llama a mí.
-Y todos los demás. ¿No?
-¿Qué quieres decir?
-Nos preocupamos por ti, Adam. Todo el mundo, pero simplemente te sigues alejando. -Digo, esperando que recapacite sobre los últimos días.
-No necesito ayuda. ¿Por qué se preocupan?
-Acabas de decirme que llamabas a Ed solo porque querías hablar con él. No me digas que estás bien.
Adam se queda en silencio un momento. Meditando. Eso que dije le cayó como un golpe, espero simplemente no haberlo lastimado.
-¿Alejo a las personas? –Pregunta finalmente.
-Cuando queremos hablar sobre Ed, sí.
-Pues, no entiendo porque quieren hablar de él.
-Nunca lloraste. –Digo- Nunca te desahogaste. Adam, cuando pierdes a alguien, se supone que debes comprender que va a algún lugar mejor. A ti nadie te lo dijo, nadie te dio conforte.
-Esteban…-Interrumpe, lo ignoro.
-Déjame hablar. –Le pido- Dios sabe que desearía haber sido yo quien lo dijera, y no sé qué pasó, o por qué no lo hice, pero lo hago ahora, porque quiero ser esa persona para ti. Debes dejarlo ir. Perdiste un amigo querido, y lo entiendo, pero debes comprender que el mundo sigue su curso, y probablemente piensas que la manera en que estas actuando es la correcta, pero por lo que me has contado, no es así. Ed ahora está en algún lugar mejor, y posiblemente, en un futuro que espero que sea lejano te reunirás con él…
-No sabía que fueras tan religioso. –Dice, interrumpiendo, no sé si totalmente molesto.
-Por favor, Adam. –Le acaricio los brazos para tranquilizarlo- Intentaste superarlo al quedarte callado, pero te he visto casi llorar. Y te he visto sollozar y despertar por las pesadillas. ¿Quieres soportar eso siempre? ¿El constante deseo de llorar? Solo hay una manera de que salgas de esto, y es así. Todos hemos perdido gente, pero tenemos que seguir adelante. Tarde o temprano, de alguna forma, tenemos alguien que los remplace, y…
-¿Qué? -Pregunta, estoy seguro que molesto. Su voz y su mirada han cambiado- ¿Realmente insinúas que alguien podrá remplazar a Ed?
-¿Qué? No. Adam, yo no…
-Calla. Nadie podrá remplazar a Ed, nunca. Ni siquiera tienen oportunidad. ¿A quién has perdido? ¿Se ha muerto tu mejor amigo? –Pregunta. Está muy molesto- No escucho respuesta.
-No. –Contesto, rodeado de vergüenza y a punto de enojarme por su tono de voz, pero lo soporto.
-No creo que entiendas el dolor de perder un amigo de esta manera. ¿Sabes qué? No creo que alguien lo comprenda, y es algo que no deseo a nadie. Ed no era mi amigo cualquiera, él era mi amigo desde que éramos niños. -Los ojos de Adam se tornan rojos. Se cristalizan. Está pasando. Las lágrimas comienzan a caer- No es cómo perder a un amigo de secundaria, o preparatoria. No es comparable con la manera en que simplemente dejas de verlo, o cuando muere un viejo amigo con el que ya ni siquiera hablabas. Ed y yo éramos diferentes, desde pequeños hacíamos todo juntos. Cuando los demás chicos no se ponían de acuerdo para salir, solíamos escaparnos sin avisar a los demás. -Comienza a sollozar. Nunca me había contado tanto sobre ellos- Aprendimos a pescar juntos. Compramos nuestras primeras consolas juntos. Estuve presente en su transformación, cuando nació su popularidad en las chicas, y él estuvo presente cuando decidí salir del closet. Él me enseñó a jugar soccer en la escuela.
Adam está a punto de quebrarse, y necesito que entienda que está bien que lo haga. Arruiné mi discurso para hacerlo sentir bien, pero al menos sirvió de algo. Adam no debería tener todo esto dentro de él, simplemente torturándolo.
-Organizaba junto con él sus grandes fiestas de cumpleaños, y él insistía en que yo hiciera para mí, así que al final hacíamos una pequeña. -Continúa- La mayoría de las veces estamos juntos en las fotos, porque así nos gustaba. Y está muerto. Cada día, tengo que levantarme sabiendo que está muerto. Cada día, el hombre más cercano a mi hermano no está conmigo… ¡Y apesta! Y lo extraño. Extraño a mi mejor amigo, y jamás lo volveré a ver, porque está muerto. ¡Y tengo que vivir mi jodida vida sabiendo que está muerto!
Adam se lanza a mis brazos, no tengo que ofrecerlos ni tengo que pedírselo. Llora, saca cada lagrima de su sistema. Cada sollozo, incluso con un todo de voz algo alto, a casi gritar. Repite con llanto la simple frase de “está muerto”. Simplemente lo conforto. No lo dejo estar solo. Lo dejo quebrarse, ser blando, llorar. Aceptar la realidad, aunque sea dolorosa. No puedo dejarlo vivir en su cabeza. Siento el celular de Ed en mi bolsillo trasero, como recordatorio que debo deshacerme de él, y recuperar al Adam que conocí antes de todo esto.
-Todo estará bien. –Digo.
Adam sigue en mis brazos. Llorando. Hablando. La puerta se abre. Joder, la puerta se abre. Mis brazos están rodeando a Adam con demasiada fuerza. No quiero dejarlo solo. No dejo que lo note. Su madre nos ve. Le dirijo una mirada, ella simplemente nos ve, tranquila. Tengo miedo, pero no se lo demuestro a Adam. Ella sonríe, hace la seña de guardar silencio con su dedo en la boca, y nos deja solos…
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No le conté a Adam sobre su madre viéndonos, no pienso hacerlo. He pensado en eso, y existe una gran posibilidad de que simplemente haya visto a un amigo de su hijo ayudándolo a superar sus problemas. Se fue porque vio que estábamos en un momento crucial en la sanación de Adam. Nada más.
Hablé mucho con Adam esta tarde, una vez que pudo hablar de nuevo, cuando dejó de llorar. Bromeó sobre haber manchado mi ropa. Si lo hizo, pero no fue molestia. Su humor volvió rápidamente. Ignoró el miedo a sus padres, recargó su cabeza en mis piernas mientras me miraba directo a los ojos y charlaba.
-Soy tan egoísta. -Dijo- Hice toda la situación sobre mí. Hice que todos se preocuparan. No fui yo el afectado…
-Pasaste por una crisis emocional horrible, y escuchaste a tus amigos más cercanos llorar. Fuiste fuerte por Erika. Soportaste el día de hoy. No te atrevas a llamarte egoísta. Fuiste incluso en contra de tu instinto de supervivencia
O quizá su instinto le decía que debía aislarse. No lo sé, en el momento es lo que pensaba, pero quizá su instinto le dijo que se adaptara a una especie de fuga. Evitar la realidad.
Estoy realmente preocupado por lo que pudo llegar a pasar. Adam pudo bien haber pasado por una depresión y nadie habría hecho lo suficiente. Estoy agradecido de que haya tocado fondo.
Estoy afuera de casa, en el patio. Estoy junto a un bote de basura, porque no se me ocurrió mejor lugar para tirar el celular de Ed. Tiene muchas llamadas perdidas, de su padre y de Adam. Más de Adam. Y por supuesto tienes mensajes de voz.
Tengo curiosidad por escuchar algunos. Veo el celular con algo de lo que podría ser miedo. Estoy nervioso. ¿Qué tenía que decirle Adam a Ed?
Escucho algunos. Empieza con uno despidiéndose de Ed, según apropiadamente. Pidiendo disculpas por el día en que Ed fue asesinado, como si fuera su culpa. Escucharlo me parte el corazón. Habla de mí, y se arrepiente de ocultarme ante su mejor amigo.
Sigue así, algunos hablan del trabajo, el ultimo es el que me sorprende.
-Hey, Ed, hola… Escucha, viejo, lo siento, pero es… es hora de que me despida de ti. Ha sido divertido tenerte cuando nadie más lo hace, pero también injusto, ¿no crees? Las cosas con Esteban van mejor, estoy seguro de mis sentimientos. Pensé que deberías saberlo. Descansa en paz, amigo. Tengo que dejarte ir.
Puede que una lagrima amenace con salir. Adam estuvo listo para acabar con esto antes de que el padre de Ed entrara en el asunto. Adam estaba listo. Siento que fui duro con él.
Tengo miedo que esto llegue a manos de alguien, aunque sé que eso es imposible. Lanzo el celular al suelo y lo piso con mucha fuerza. Puedo destruirlo un poco. Entonces, y solo entonces, lanzó el celular a la basura. Voy a mi cama a dormir, sabiendo que Adam está mejor, y no hay nada que lo mantenga mal.