Capítulo 10
Jonghyun aún no podía dormir. Solo estaba revisando a cada 10 minutos al parcito que tenía en la cama de su habitación, durmiendo. Sonrió de nuevo. Minho y su hijo se veían demasiado lindos como para dejarlos ir a esas horas.
Tomo otro sorbo de su té.
Camino de nuevo a su habitación y el sonido de su celular le hizo buscar el artefacto.
-¿Bueno?- dijo una vez contestada la llamada.
-Hermanito, dice mi madre si vendrás a dormir esta noche o no. Por cierto, de nada por el favor que te hice.
-Estás loco Kibum!- dijo Jonghyun con furia pero de forma baja para no despertar a su huésped.
-Perdón por facilitarte las cosas. Pero por lo que veo no tienes mucho problema.
-Te veo mañana en la universidad. Estoy en mi apartamento.
-¿Con que hasta allá lo llevaste?
-Estoy con él y con mi pequeña familia. Estuve con él y el pequeño Yoogeun todo el día.
-¿Tú familia?- dijo Kibum algo extrañado. Y Jonghyun cayó en cuenta de lo que dijo.
- No sé qué me pasa Kibum. Siento como si ese niño y Minho fuesen mi familia. Tú comprendes.
-Estás jugando con fuego Jong. Tú nunca has sido responsable y no creo que seas muy capaz de llevar una familia de un día para otro. Lo conoces de días.
-Temo dejarle embarazado.- confeso el castaño con algo de desilusión.
-¿Está tomando tratamiento?
- Puede embarazarse sin el dichoso tratamiento.
Un silencio se hizo presente. Jonghyun ya se estaba preocupando
-Perdón, perdón perdón….- la voz preocupada del rubio le hizo suspirar.
-Kibum. Hablamos después. Tengo sueño.
Y colgó. Miro el suelo como si este fuera lo más interesante del mundo.
-¿Por eso has estado amable todo el día?- la voz de Minho le hizo alzar la mirada hacia él. Se veía realmente hermoso. Pero la mala suerte de Jonghyun le perseguía.
-Eso no es verdad Minho.- Se levantó y camino hacia el chico.
-Temes que este embarazado y te sientes en la obligación de cuidarme. Solo me tienes lastima. -
-Minho no saques conclusiones.
-Me iré con mi hijo en la mañana.
-Minho, tú no te irás... Realmente quiero ayudarte.
-No finjas Jonghyun.
-No estoy fingiendo. Algo en ti me llama la atención y quiero ayudarte a ti y al pequeño. – las palabras brotabas solas
-Hablemos de eso después. Solo venía a darte las gracias.
-Hasta mañana Minho.
-Hasta mañana Jong. Por cierto, el niño seria solo mío. He podido con uno yo solo, no hace falta que te responsabilices.
Y esa noche Jonghyun no pudo encontrar otra solución a todos sus problemas y sobre todo como conservar a su lado a Minho y al pequeño Yoogeun. Ya tenía la solución. Faltaba que Minho aceptase.
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-Te veo en un rato pequeño.- Jonghyun veía como Minho dejaba a su hijo en el kínder.
-Te quiero Omma!... Te quiero hyung! – el pequeño agitaba sus manitas para despedirse de su hyung y de su Omma.
-Listo, vamos a la universidad y olvidémonos de esto.- dijo Minho entrando al auto del mayor y viendo directamente al frente.
-Está bien- Jonghyun solo conducía, trataba de hacer el trayecto lo mas lago posible pero Minho permanecía en silencio.
-¿Bueno?- escuchó la voz de Minho al hablar por el celular que él le había devuelto en la mañana. – Kyuhyun no es necesario. Si, fuimos ayer a darle las vacunas a Yoogeun. Si, ya se. De todos modos cuida tus emociones. Pero no tengo ninguna necesidad de ir a tu consultorio. … yaaa está bien estoy ahí en una semana.
-¿Puedo saber quién es Kyuhyun?
-Un amigo, es quien me ayudo con mi embarazo. – dijo simplemente Minho.
- ah, de acuerdo.
El timbre del teléfono sonó de nuevo.
-Kyu ¿Qué se te olvido?
El silencio reino y Jonghyun solo pudo escuchar murmullos en el celular. Se estaciono un momento.
-¿Qué yo que?... Tú no tienes ningún derecho. Tú y yo hemos terminado hace casi dos meses. Ándate con Yoona, ella si te dará lo que yo nunca te di y que nunca tendrás. Y si preguntas. Sí, estoy comprometido y amo a la persona con quien me voy a casar. – y colgó con furia.
-¿Estas bien?- dijo el castaño viendo como Minho solo fruncía el ceño.
-Sí. Vamos a la universidad, quiero ver a mi primo.
-De acuerdo.
Jonghyun estaba algo confundido.
Minho salió de la escuela hecho un lió. Camino hacia la entrada de la farmacia, debía probar si las dichosas pastillas anticonceptivas de las mujeres le funcionaban. Nunca se probó pero bueno, debía probar no. Confiaba en que funcionaba.