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Te enamorare por Tetsuya Chihiro

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-¿Qué relación tienes con Tetsuya?- la mujer lo veía con preocupación. Las bolsas que yacían debajo de sus ojos, ojos rojos e hinchados y su piel más pálida que la de su amigo.


-Sólo soy un conocido, señora- desvió su mirada hacia una parte de la cocina.


El sonido de un líquido siendo hervido en la estufa era su única compañía.


La dama se acercó al chico dándole un fuerte abrazo. Kouki quedo confundido y a la vez incomodo por tal afecto. No tuvo que dudar que fuera la madre de su querido amigo. La manera en que pensaba le hacía sentir horrible. Ver a la mujer con esa desesperación que reflejaba en sus ojos por su hijo, sentía lastima por ella. No quería imaginar cómo se sentía la mujer en esos momentos.


Ella aun le abrazaba con demasiado cariño. La caricia que recibía Kouki era extraña, pero eso no le detuvo a corresponder el abrazo. La peli negra empezó a llorar en los brazos de Furihata, preguntándose porque Tetsuya le sucedió aquello. Había fallado como madre, era lo que se decía. Su querido hijo fue abusado sexualmente por otro hombre, maltratado y con daños psicológicos.


-Madre...-interrumpió Akashi, los veía extremadamente raro.


-Seijuurou- deshizo el abrazo, acercándose al pelirrojo.


-Aún debemos de que el tiempo pase...-limpio las lágrimas que aún no dejaban de salir de los ojos de la dama.


-Estaré con Masaomi-san- ya calmada, sonrió. Dejo a ambos en la cocina.


Kouki reacciono al darse cuenta que dejo la olla de curry hirviendo. Apago el fuego. Cogió una cuchara para mover el curry, tomo un platillo para poner un poco en él y probarlo. El sabor no estaba mal, no era bueno, pero tampoco malo. Saco un plato de uno de los estantes y empezó a servir el plato de curry acompañado con arroz cocido.


Podía sentir la mirada de Akashi sobre él. Temblaba.


-¿Necesita algo, Akashi-kun?-su voz sonaba nerviosa. A pesar de que se esforzaba con darle una sonrisa, no podía.


Puso el plato en una bandeja. No lo miraba, para nada. Él seguía en su trabajo. Saco un vaso del estante, lo lleno de agua y lo puso en la bandeja junto con el plato de curry y arroz.


-Quiero saber esa historia...-cruzo sus brazos. Sin cambiar su expresión, seria, le miraba con cierta curiosidad.


-"Historia"-pensó.


Trato de recordar a que venía ese tema tan de repente. Esa conversación nunca la terminaron por la interrupción de Tetsuya en ese entonces. No sabía si era buena idea contárselo, pero no le sonaba nada malo el decírselo.


-Claro...


-Te espero en el jardín, puntual- recalco lo último dicho, se retiró.


Tomo la bandeja para ir directo al dormitorio donde se encontraba Tetsuya.


xXx


No podía parar de ver las fotos que le había tomado.


Era una persona paciente con las personas... siendo él otra. Cuando se trataba de trabajo era sumamente serio. En momento como este su humor no era del todo bueno. Está loco. Completamente loco. Cada expresión, parte de su cuerpo, su piel, ojos, cabello... ¡Todo lo tenía!


El muro de fotografía estaba completamente llena hasta extenderse completamente en las grandes paredes. Para él era una joya. Una joya que tiene que estar en sus manos, pero esa joya cayó... Accidentalmente se le cayó su joya hasta perderse.


Inhalo aquella camisa blanca. Tan dulce. Exquisita. Suave. El olor seguía en él.


Nadie, absolutamente nadie, sabía de aquella habitación.


xXx


"Hace mucho tiempo hubo un Rey que era alabado por todos. Su carácter, su valentía, su coraje, su elegancia...y muchas cosas más que era imposible describir ante ese hombre. Aquel hombre también era odiado. No los culpaba. Los aldeanos y la nobleza fingían ante su rey que era un buen hombre.


El Rey se casó con una bella princesa del reino vecino, era envidiada por las demás mujeres. Su casamiento sólo fue para juntar ambos reinos y hacer más grande su economía y poder, era lo más principal para el Rey. Con el tiempo el Rey y la Reina llegaron amarse.


La Reina le dio la noticia que esperaba el próximo heredero o heredera que tanto esperaban.


Los meses pasaban y la reina enfermaba. La paz de la reina era un bello jardín de rosas blanca y rojas, tenía un cierto límite por su estado, pero ella nunca faltaba para estar cada día en el jardín del reino.


El momento de dar a luz llego. Tanto ella como el Rey se sentían orgullosos. Un varón fue...


El niño crecía...ya teniendo responsabilidades como un adulto. El infante se alegraba cuando su madre, la Reina, lo llevaba al jardín dejando todos sus deberes atrás. Tanto él como el Rey, se preocupaban por la salud de su Reina.


El tiempo pasó... y la reina murió...


Fue la primera y última vez que el pequeño infante lloro...


Los deberes que se le eran dados eran cada vez más, no se quejaba...para nada. Su padre tenía razón, debía llegar a la cima. Todos tenían que observarle desde lo más bajo.


No debía perder ante nada.


Con ello su mente era un caos. Nunca lo hablo con su padre.


Después de la muerte de madre y que se acumularan sus deberes, tuvo problemas de personalidad. Uno lo diría "bipolaridad", pero era algo más que eso. Los ratos que tenía, hablaba con él, su mente...


............


Llego la noticia que pronto su padre se casaría de nuevo. El infante no dio objeción. No le interesaba que el Rey hubiera conseguido una mujer, dando como puesto Reina.


Antes de eso, en todas las reuniones o festividades que organizaba el Rey, o invitado, todas las mujeres querían dar provecho de que aquel Rey se hizo solitario junto con su hijo. Por esa razón en un principio no confió en aquella mujer, pero no tenía palabra para opinar...


Se sentía ofendido, vergüenza, asco...


No podía creer que esa mujer era el reemplazo de su bella madre y reemplazo como reina.


Otra sorpresa aumento...


Tenía un hermano, no de sangre.


Ambos hermanos no se dirigían la palabra, un pequeño saludo y era todo. No se odiaban, no peleaban, no tenían una conversación...


Una cosa que odiaba el Príncipe era ver a su hermanastro ser feliz...


A la hora de hacer sus deberes, por la ventana de la biblioteca, veía a la mujer con su hijo jugando. Tenía tanta envidia, más porque éste tenía un padre que le llamaba la atención...


El sólo era obligado a tener éxito en todas las áreas de su estricto padre. Eso fue aumentado sus dolores de cabeza.


.......


Se sentía a gusto con esas personas, a excepción de una... Ese idiota lo estaba humillando, aquel caballero de la guardia de su reino lo estaba humillando frente a esas pocas personas que le servían. El peso de ese hombre daba mucho impulso a su espada para hacer retrocederlo. No quería imaginar su padre, el gran Rey, lo viera en esa situación.


Su mente le daba muchas razones para dejarlo ser libre, después de tantos años.


En unos segundos, la espada que sostenía choco con la de su rival haciendo que éste la soltara dando como finalizado ese "pequeño entrenamiento".


......


Aquel príncipe creció siendo infeliz, pero orgulloso.


Ese hermano dejo de venir. Cada guerra que se realizaba, cada vez se hundía hacia la victoria.


La personalidad que dejo libre al fin se veía a sí mismo como alguien absoluto en el poder y en habilidades.


De nuevo, llego él...


El príncipe daba ciertas disculpas ante su medio hermano y otras personas.... No quería contar sus errores, pero aun así... esa personalidad seguía dentro de él.


Ya no era ese niño. Ya está a punto de llegar a la adultez.


Lo que no se olvidaría es que una persona fue la única que pudo darle la contra. No podía decir que también lo ayudo a salir de ese abismo..., sólo fue un empujón...


Su final aún no tiene un fin en concreto.


Su historia se sigue escribiendo. ¿Quién será la persona en escribir su historia?"


.........


-Un cuento... de niños- rompió el silencio que se había formado.


-¿Enserio?-contesto nervioso.


-Una historia sin sentido...- frunció el ceño.


-Claro que tiene sentido- dudo en sus palabras.


Furihata viro los ojos del pelirrojo, uno de sus ojos daba un pequeño brillo ámbar, no tan notable.


-Perdí mi tiempo contigo con esa estupidez- miro el reloj que adornaba su muñeca.


-Lo siento...


-En estos días, mi padre tendrá visitas y trabajaras doble. También tengo que atender a otras personas.


-Claro-contesto vacilante.


-Una cosa más...


-¿sí?


-No se te ocurra salir de la habitación donde se encuentra, ahora, Tetsuya. Mientras están las visitas- suspiro con molestia.


Se levantó de su asiento, dando como finalizada la conversación.


Furihata soltó un gran suspiro de alivio, como si todo ese aire estuviera mucho tiempo en sus pulmones. De nuevo, sentía esa pesadez con Akashi.


-No es un cuento de niños- susurro molesto-. Eso deberías decírselo a Kuroko...


No le veía lo malo. Akashi pregunto y él solo contesto (¿Para qué le dijera que era una estupidez?), vaya cosa. Dio su relato de lo poco que se acordaba, esa historia que le relato Kuroko no estaba completa, las hojas continuas aún estaban en blanco. Se saltó muchas partes para no alargar demasiado el relato, cosa que agradecía porque si no si hubiera sido una pérdida de tiempo contárselo al contrario para tener ese resultado.


......


-Claro que no es una tontería.


-Sí que lo es...-contesto molesto.


-¿Por qué?


-¿"Reina", "Rey", "Príncipe"...? Eso te da a responder tu pregunta-le miraba delatante.


-¿Qué querías que le contara? Tanto a él como tú les gusta esa historia, en ese tiempo yo pensaba así, ¿sabes?- se defendió.


-Eso fue antes, cuando éramos unos niños- le recalco.


-¿Y...?-le miro seriamente.


-Su relato era pésimo...-confeso, pero eso no dejaba que aún estaba molesto con él.


-Akashi-kun... ¿Quieres oírla, de nuevo?- su rostro dio una leve tonalidad rosada en las mejillas.


-Claro...- no podía negarse, era mejor tener a Tetsuya en distracción.


Por su parte, Kuroko, quería ayudar a Seijuuro y a Furihata.


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