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Te enamorare por Tetsuya Chihiro

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-No sabía que Tetsu pasó una situación así.- susurro.


Sus ojos zafiro ardían de furia, su cuerpo seguía tenso desde que le dieron la noticia a él y al resto. A pesar de los años transcurridos aun no podía darle la cara a Kuroko. Uno diría: "El pasado quedo atrás..." Pero ese pasado le seguía.


Miro a los demás presentes en la camioneta. A pesar de que nadie se hablaba, a excepción de él con Kagami, seguían viéndose. Mayormente las personas les veían como amigos que se reunían a jugar baloncesto amistoso, pero que equivocados estaban.


El primer presente era Midorima Shintarô junto con un pequeño objeto de la buena suerte. Él sólo ayudaba de vez en cuando a Seijuuro, pero nunca tuvo una buena relación con Tetsuya. Las acciones que realizaba eran por el pequeño pelirrojo y no por Kuroko. Sí, pero ya no ayudaba a Akashi de la misma manera que cuando asistían en secundaria.


-Akashi sólo me comento pequeños detalles de la situación, sólo coopere un poco.-llevo su mano al intermedio de sus gafas para subirlas hasta el puente de la nariz y decir al final de la oración con su típico "Nanodayo".


El segundo presente era Momoi Satsuki, chica de pelo largo de color rosa y brillante que le llega a la parte baja de la espalda y de igual color. Es muy delgada, esbelta y tiene pechos grandes; piel blanquecina y una estura de 1.61cm.


Su presencia ahí, es fácil. Nunca dejaría sola a la primera persona que fue su único amor.


-Eso es muy frío, Midorin.-intento sonreir.


Y la tercera persona presente era él, Aomine Daiki. Ojos zafiro y cabello negro azulado. Piel morena y una estatura de 1.92.


Miraba el paisaje que se le representaba por la ventana. Su mirada de cierto aburrimiento. La tensión que se presentaba se hacía más intensa, incomodando a la chica.


Aomine y Momoi eran amigos de infancia, conocían a Midorima por haber estado en el mismo equipo de baloncesto en secundaria.


Su recorrido fue demasiado largo por el tráfico que se hacía en la ciudad de Tokio para ir a Kioto. El sol se ponía pronto caería la noche. Tomaron el fin de semana para saber noticias de Kuroko. Fue difícil convencer a sus padres en quedarse dos días en Kioto. Los estudios no podían dejarlos a un lado aunque quisiesen. Claro que Aomine Daiki pensaba esa idea, podía perjudicar su futuro.


El auto se detuvo en el gran edificio blanco teniendo como título "Hotel". Los ahorros de Daiki y Satsuki se fueron al caño, pero era buena causa hacerlo, según Momoi, por que en verdad Aomine no quería verlo. Fue obligado por Momo. Hay veces en que le dice fastidiosa, caprichosa y molesta. Eso le encantaba.


-Gracias por traernos hasta aquí, Midorin.- la chica se inclinó dando su agradecimiento.


-No hay porque agradecer. Además que el departamento en donde me hospedare, por mis padres, está cerca de aquí.


-Vamos, Aomine-kun.- dio seña para que le siguiese.


Daiki y Momoi salieron de la camioneta junto con sus pequeñas maletas, no sin antes de despedirse del peli verde. Ambos vieron como la camioneta daba marcha hasta desaparecer entre los demás autos.


-Aomine-kun, vamos...-volvió hablar Satsuki.


-Enserio, Satsuki, no quería regresar.- hablo enfadado el peli azul.


Entraron al hotel, yendo primero a recoger sus llaves de habitación. Mientas subían Satsuki le contesto.


-Yo sé que arreglaras cosas con Tetsu-kun.


-Este no es el momento...


-¡Claro que lo es!


-No es fácil.- apretó la mandíbula aun convenciendo a la chica.


-Si hablan como se debe-


-¡No lo es, Satsuki!-grito enfadado interrumpiéndola.


No quería escuchar más de ello, ya tenía suficiente recordarlo a cada momento.


-Aomine-kun...-suspiro con tristeza.


El chico paso de lado dejándola atrás. Las pisadas resonaban en el pasillo, su respiración agitada y apretando la mandíbula por el enfado que le invadía.


xXx


Ese día Akashi asistió al colegio, no de la misma manera, pero se le veía bien.


Las chicas volvieron a murmurar por la ausencia del chico, dando ideas un poco erróneas de lo que en verdad estaba sucediendo. Nadie se atrevía a acercase a él y preguntar su problema. Todos le temían con tan sólo mirarle a los ojos.


Al termino de las clases y limpiar el salón todos los alumnos se retiraban. Kouki no podía apartar su mirada del pelirrojo, aunque el castaño le miraba discretamente. En el receso no se hablaron, ningún comentario, cada quien fue por su lado. Desde que apareció Tetsuya, Akashi, se comportaba de otra manera, o eso es lo que él piensa. A llegado al punto en que ve en los ojos de Akashi diferentes colores.


También había algo que le incomodaba. El chico, Kishimoto Narumi, le evitaba. No es que le afectara, pero la "platica" que iban a tener esa tarde antes de que fueran interrumpidos por Midorima no pudo arreglarla, ya no supo porque Kishimoto quería hablarle.


Escucho vibrar su teléfono que tenía guardado en su bolso escolar, saco su móvil y leyó el mensaje de texto que se le fue enviado. No pudo evitar sonreir. ¡Ya tenía el trabajo! Gritaría de emoción sino fuera por las personas a su alrededor.


Suspiro aliviado por ser aceptado.


-¿Estas bien?- aquella voz lo saco de su ensoñación.


-Si...- respondió lo más neutral que pudo- Sobre mi trabajo con usted...-continuo Kouki.


-¿Sí?- pregunto dando a saber que podía continuar.


-Quiero cambiar mi horario de trabajo con usted.- sentía que después de que termino la oración quedo sin aire. Su pecho se oprimía poco a poco.


-¿Se puede saber el motivo?- dio su mirada al teléfono de Furihata.


-Cosa personal.- tardo en contestar.


-Arreglaremos eso otro día, Kouki- aclaro Akashi.


xXx


Después de platicar sobre el cambio de horario pensó que no saldría vivo. Akashi le permitió que descansara para despejar su mente y eso incluía que pronto caería la noche.


Lo peor que le tuvo que pasar al llegar a casa era que le cortaron la luz. Corío a revisar si no le cortaron el agua y el gas, y efectivamente no lo hicieron. A la vez se sentía aliviado, pero a la vez no. Busco velas para alumbrar un poco su habitación y la cocina. Reviso el refrigerador, tenía poca comida fresca, pero eso no dejaba que sería un gran desperdicio de comida y dinero.


Mientras apagaba las velas de cocina tenía en mente lo que puede decir Seijuuro o su padre sobre su cambio de horario.


-"Las cosas no deberían empeorar más de las que ya están...".


 

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