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Te enamorare por Tetsuya Chihiro

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Ha pasado tiempo desde que salió de aquel lugar, tenía miedo de volver. Cuando trato de acoplarse con la escuela era inevitable que siguieran los comentarios negativos hacía él. Akashi volvió a hacer el de siempre, ojos bicolor, y no le molestaba. Eso creía.


Era decisión de él, nadie debía de enterarse su relación amorosa. A veces se sentía como si fueran amigos con derecho aunque en ningún momento no han tenido en mente el tener algo íntimo a cómo va su relación. Y si se ponía a pensar con claridad es que él si tiene sentimientos hacía Seijuuro. El sexo no estaba en su camino en su situación.


Durante las clases se lanzan miradas de apoyo, amor y sinceridad.


Aún estaba confundido con Kishimoto Narumi, recuerda que éste le pedía que tuvieran una conversación hasta que el amigo de Akashi, Midorima, llego e interrumpió con su pequeña charla; además de no le ha visto. No estaba del todo enterado de qué pasa en el Instituto. Quiso preguntar a los de su clase, pero de tan sólo imaginar que sería completamente ignorado decidió callar.


—¿Estas listo? —sostuvo la mano de menor estatura para captar su atención, el día de hoy le veía demasiado distraído. Ambos se encontraban en la cafetería que estaba cerca del Instituto tomándose su tiempo de estar juntos, no importaba si eran pocas horas de su compañía.


—Lo siento, creo que hoy pasó. —suspiró no muy convencido.


Akashi mantenía sus ojos del mismo color rojo, pero Furihata agachaba la cabeza cuando éste le miraba y comentaba sobre el caso de Kuroko.


Se sentía celoso. Era lo que no quería sentir, no debería de sentir eso. Contando que Kouki ha visto a Nash, sólo él.


No aguantaría mucho tiempo teniendo la boca cerrada, debía decirle Akashi y así podría ayudar a su amigo. Calmado. Akashi tiene toda su atención en el peli celeste y no lo culpaba, pero que otra persona que no fuera su familia y que no era Kuroko, contando que él y Akashi están en una relación, le tuviera toda la atención se sentía especial. No quería desperdiciar ese momento.


Akashi cambio su semblante, sabía que Furihata estaba nervioso. Estaba convencido que Kouki ya no estaba nervioso ante su presencia y le hacía dudar, y por supuesto se sentía feliz a que ya no le temiera.


—Sabes que puedes confiar en mí, si crees el momento. —trato de animarlo, pero ver aquel rostro de angustia le hizo retroceder.


—Siento preocuparte, me hubiera encantado ir a dar un paseo contigo. Enserio, hoy no. —sonrió hacía su pareja.


Akashi tomó la mano del menor acariciando los nudillos. Nadie sospechaba. Nadie volteaba a verlos. Nadie interrumpía. Fue buena idea haber tomado la mesa más oculta y arrinconada de la cafetería.


Al haber pagado la cuenta, salieron del local y despedirse tal como si fueran amigos. La gente a esa hora era de notarse ya que unos salían de trabajar y el día de escuela. Mantuvo su vista en la espalda del pelirrojo que camina en el camino contrario al que él iba a tomar, cada vez se alejaba y metiéndose entre la multitud.


Se giró sobre sí y dio su camino. Tenía envidia. Chicas y chicos caminando en grupo, planeando qué hacer durante el resto del día, parejas de su edad yendo de la mano y dándose miradas de forma cariñosa.


Durante su transcurro del camino iba tranquilo, se alegraba que el tren no estuviera lleno. Salió del subterráneo, por lo que tenía entendido apenas había oscurecido mientras él estaba en el tren.


Las calles de su barrio estaban tranquilas, nada de qué preocuparse. Llego hasta la puerta de su casa, abrió despacio de ella y encendió las luces. Vacío.


—Estoy en casa. —gimió tristemente. Quitó sus zapatos volvió a apagar la luz y camino despacio escaleras arriba, siendo iluminado por el faro de la calle que daba justo en el ventanal del living.


Dejó su bolso escolar en la cama junto con su chaqueta del uniforme, sentándose al borde de su cama.


¿Estaba bien callárselo?


Ahogó un grito por el sonido del teléfono de casa sonar. Literalmente corrió escaleras abajo para contestar, llegando a cogerlo.


—¿Diga? —su respiración estaba agitada por la pequeña carrera de su cuarto al living.


"¡Oh, Furi!" —la voz del chico extranjero, eso es lo que pensaba Furihata.


—Kagami, ¿sucede algo? —no sabía si estaba bien preguntar así de golpe, no es que no le importe cómo esté el pelirrojo, pero si era algo importante no debía de ir con rodeos.


"No, no del todo. Pero me gustaría contarle a Kuroko del cómo estas."


—Estoy... bien —dudaba de su respuesta—. ¿Kuroko ha mejorado? —necesitaba cambiar de tema, aunque sólo iniciaban la conversación.


—"Su doctor me ha comentado que va mejorando, por ahora. A pesar de que quiero dirigirle la palabra me es imposible. No me sorprende."


—Entiendo.


¿Qué más decir? No se hablaba con Kagami a tal punto de ser amigos, pero guardo silencio esperando una respuesta por parte de éste.


—"Al parecer te estoy interrumpiendo, no es de impresionarse, deben de ser las once." —Kagami no lo culpaba si no le decía de más, lo entendía. Admitía que era buen chico.


—Ah, sí. ¿Estás haciendo algo a esa hora? Deben de ser las seis. —cayó en cuanta que allá era demasiado temprano.


"Sí, pero estoy haciendo unas cosas antes de ir al instituto. No hay de qué preocuparse" —soltó un gran suspiro.


—Ya veo, debería de descansar...


Casi da un grito por el repentino golpe de la puerta principal, no era tan fuerte el golpe sólo eran breves llamando a ser atendida.


—Espero poder hablar en otra ocasión. —colgó de golpe sin haber dejado a Kagami en despedirse.


Si alguien llamaba a tu puerta a altas horas de la noche puede que ser de una emergencia, pero a la vez tenía miedo de quién podría ser.


Camino hacía la puerta y abrió la puerta despacio encontrándose con un chico de cabellera negro azabache. Éste le sonreía zorrunamente examinándolo de pies a cabeza. No tenía la más remota idea de quién se trataba.


—¡Buenas! —su tono de voz era ciertamente un poco chillona sin dejar que tenía una buena voz. Su sonrisa se extendía a más no poder—Mi nombre es Takao Kazunari, no traje un regalo por haber venido hasta tu casa. ¿Me permitirías pasar?


 

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