Sentía que la relación entre ambos no estaba avanzando para nada. Envidiaba a las personas que mostraban su afecto en la calle, sin pena alguna. Cogidos de las manos, lanzarse aquellas miradas que te hacían sentirte alegre porque disfrutaba tu compañía. Tomarse fotos en la ciudad de Kioto o Tokio como una pareja. Salir en una cena romántica. Demostrarle a todo el instituto que te ha tocado con el hombre más agradable de todos.
Que… que tu fueras el que recibiera una caja de chocolate por parte de él o tú se lo entregaras…
Cada una de ellas fue imposible.
¿Cuánto tiempo ha pasado?
Al fin Kuroko regreso a casa, aunque todavía no estaba listo a salir a la calle sin la compañía de Furihata o de Akashi. Kuroko tardó demasiado en recuperarse, pero aún se sigue investigando de quien es el agresor, el peli celeste no quería mencionar de eso.
¿Se estaba volviendo egoísta?
Las veces que ha entrado a casa de Akashi, Furihata, se presentó como amigo de éste. Que fue recibido de buena manera.
“Soy el novio de su hijo, mucho gusto.” Fue lo que quiso decir ese día, pero el miedo de arruinar el futuro de su amado era demasiado.
Takao Kazunari, fue detenido hace dos meses y medio al estar involucrado con el agresor de su mejor amigo. Reveló que sólo trabajaba para mantenerse vivo a él y a su hermana pequeña de diez años de edad.
Se le preguntó sobre la relación que tenía con Midorima y él contesto con pena que trataba de sacar dinero del peli verde.
Furihata como testigo por parte de Akashi pudo darse cuenta que Kazunari estaba aguantándose para no soltar a llorar, ya que su hermana estaba en el juicio llorando por su hermano hasta que fue sacada para tranquilizarla. Siendo acompañada por un oficial y la mujer que se encargara en llevarla a una casa hogar.
Mientras tanto Midorima revelaba que hacía en su tiempo con Kazunari. Los señores Midorima miraban con decepción a su hijo.
Midorima fue ayudado por el padre de Akashi.
Kouki y Aomine eran los únicos testigos de ser los que entraban al círculo de una de las investigaciones de Takao y al ser los únicos que lo conocieron.
Mencionó que sólo trataba de investigar a las personas que estaban en el círculo de amigos de Kuroko.
Y al parecer no fue el único que se estaba moviendo, dijo que había más de un cómplice contando con él. Afirmo que no tenía idea de quienes eran, sólo podía decir a quién le trabajaba.
Y eso puso más nervioso a Furihata.
“Nash Gold Jr.”
Furihata quedó con más miedo viendo a Akashi de esa manera tan aterradora en su rostro. ¿Así se hubiera puesto si le hubiera dicho que él conocía a ese tipo?
Takao fue condenado por espiar a los familiares y amigos de Tetsuya, a cuatro años de cárcel, teniendo una restricción de alojamiento más de tres metros de su hermana pequeña hasta que ella cumpliera la mayoría de edad. Su hermana estaría en una casa hogar. Sin más, Kazunari rompió en llanto.
Al no tener casa propia no habría más movimiento.
Al ser menor de edad su identidad no sería revelada ya que la legislación japonesa prohíbe la publicación de las identidades de los ofensores juveniles.
Fue muy duro para Shintaro.
Gracias a las breves investigaciones de Mayuzumi pudo ser detenido. Le daba miedo ese chico.
Fue detenido mientras hacia una llamada dentro del departamento que se le rentaba, pero fue imposible rastrear la llamada a tiempo. El número era desconocido.
Los hombres Akashi ganaron el juicio.
En la mente de Takao no había rencor alguno hacia ellos, no le importaba estar en la cárcel esos cuatros años; sin embargo, estaba su hermana, ya no estaría con ella cuando él saliera de ese lugar.
—Tetsuya está por hablar. No puedo esperar a más, ¿tú qué dices, Kouki? —su manera de hablar le encantaba.
De nuevo estaba por sacar ese tema, se estaba hartando.
Sabía las consecuencias que iban a ocurrir al estar con Akashi. Nunca imaginó que se enamoraría tanto del chico en ese año.
—Sí. Me sorprende que hablara en un principio, pero en su situación fue razonable. —sonrió con tristeza.
¿Qué pasaría cuando el caso de Kuroko se resolviera? ¿Ellos seguirían cómo están?
Ambos caminaban en los pasillos del Instituto, como si fueran amigos. Las burlas disminuyeron cuando la mayoría sabía que se juntaba muy a menudo con Seijuuro. Había algo que aún le daba miedo, el rumor de que estuvo trabajando para el pelirrojo no cesaban.
—Bueno, al menos ya lo sabremos.
>>Nash está siendo investigado y al parecer, lo que me dijo mi padre, está fuera del país. No se sabe su ubicación, pero deducen que puede estar en Los Ángeles de donde él proviene.
Akashi se sorprendió cuando su mano fue sostenida por la cálida mano del pelo castaño.
—Por favor, ya deja de hablar sólo de Kuroko: “Tetsuya esto. Tetsuya está. Tetsuya aquello”.
>>Después de que te me declaraste me estas evadiendo—se sentía estúpido diciendo eso—. Sé que estas preocupado por tu hermano, pero también estoy yo. He estado apoyándote todo este tiempo.
>>Sé que tendríamos consecuencias con esta relación juntos, pero aunque estemos solos sigue siendo lo mismo. He aguantado cada uno de tus caprichos.
>>Además, no sé cómo comenzar la plática contigo sí vas a sacar a Kuroko. —poco a poco su voz se entrecortaba. Estaba llorando.
Trató de soltar la mano del pelirrojo para retirarse antes de que algún estudiante estuviera rondando y los vieran de esa manera. Akashi presionó el agarre sin dejar a Kouki que se fuera.
—¿Y aquí es dónde empiezas a dudar de mí? —habló seriamente, sonaba cruel, pero tenía razón.
—No es que dude de ti, sino es que…-
—Me preocupo por él. Tengo que encontrar a la persona que le hizo eso a mi hermano. Por fin mi hermano se dignará a hablar. Nash está detrás de esto. Él fue quien lo provocó, ¿no es así?
>>Hubiera estado fácil sí Tetsuya me lo hubiera mencionado, quitar todo éste embrollo. —exclamaba enfadado, manteniendo su voz a un volumen que ellos dos escucharan.
Las lágrimas de Furihata no cesaban, Akashi estaba enfadado. Sus ojos denotaban furia. ¿Cuándo detuvieron su caminata en el pasillo? ¿Cómo quedaron frente a frente discutiendo?
Tenía entendido la preocupación que tenía Akashi sobre su hermano, era demasiado.
Furihata sentía que estaba por explotar. ¡Sabía quién era Nash! ¡Sabía quién fue el responsable de lo que paso con su mejor amigo!
Entonces, ¿por qué no simplemente lo decía?
“Tienes miedo”. Lo pensó claramente, es cierto.
—Pero eso no deja que te dejaré a un lado—continuó Akashi—. Yo te amo.
Las mejillas de Furihata se tiñeron de un lindo color rosado. No debía de ilusionarse, esas palabras lo dice cualquiera.
—Claro que no…—volvió a hacer el intentó de soltar la mano de mayor.
—Sí. Te he dado tu tiempo, pero al parecer te has estado preocupando de qué es lo que siento por ti.
—¡Pero no somos una pareja normal! —soltó sin más. Logrando soltar la mano contraria.
Su cara se sentía caliente, las manos sudorosas, las lágrimas aún bajaban sobre sus mejillas y su respiración acelerada.
Seijuuro agrando sus ojos de sorpresa por la actitud del chico. Furihata mantenía sus ojos en los del pelirrojo.
El sonido de la campana anunciaba el término de la hora del almuerzo.
—No es buena idea discutir en este momento. —Akashi mantenía la calma, dio media vuelta dejando a su pareja atrás.