¿Qué más le quedaba? La casa era un completo vacío sin las personas que has querido desde tu niñez. Los regaños de su madre y padre; el amor que les daba; el payo que tuvo, etc. Son las cosas que no las tendrá de nuevo. Nunca conoció a los familiares más cercanos a sus padres; excepción de sus difuntos abuelos.
Las luces completamente apagadas, las cortinas completamente cerradas sin dejar que un rayo de luz se manifestara. Después del entierro de sus padres, se le complico hacerles su pequeña ofrenda en una de las habitaciones de la casa en modo de respeto hacia ellos. Cada noche y cada mañana rezaba ante ellos y sus difuntos abuelos. Pedía que le ayudasen en la economía que se encontraba en este momento. Tenía demasiados gastos; el hospital y tratamientos que se está llevando acabó; los gastos de la casa: luz, agua, gas, comida, etc.; y por supuesto… el instituto.
Agradeció al pelirrojo por la compañía en el hospital… sólo eso.
La nevera poco a poco se vaciaba con las semanas, no ha asistido con el miedo que sea como aquel día, que fuera la burla de todos; tratado como tal animal… no estaba en contra, adoraba a los animales, pero había personas que los usaba como un juguete. Trató de llamar a su mejor amigo, no había señales de él. Ni siquiera ha tenido el descaro de ver si Kuroko estaba bien… En su móvil lo tenía apagado.
Ya no importaba… así era el ciclo de vida: naces, creces y mueres. No puedes pedir más para vivir. Si pides ser inmortal, eso sería asombroso. Podría vivir más tiempo con tus seres queridos, pero también hay un límite… la vida te aburre, la misma rutina, si fueras el único que pidió ser inmortal… te quedas solo.
No apartaba la vista de la puerta que daba hacia la entrada principal de la casa, sostenía con fuerza la correa de su mochila. Debía ir al supermercado a comprar lo que era necesario de comida.
…………………
Con lo que cargaba ahora era suficiente para sobrevivir unos días. Conseguiría un trabajo, agradecía que está en Japón para trabajar sin la necesidad del estudio, pero eso no decía que los iba a dejar; por ahora.
Pago al cajero con lo correspondido que lo que llevaría a casa. Salir lo tenía tranquilo, dejando toda tristeza a un lado por un momento para su tener un poco de tranquilidad. Salió del súper agradeciendo por el servicio. Cada vez las personas se llenaban en la calle, unos salían de trabajar, otro de sus estudio y uno que otro de turismo. Este paseo lo distraía demasiado. Quería llegar a casa a comer soba caliente por el frio que pronto se aproximaba.
El peor de los casos fue que tuvo que pasar por la bola de chicos y chicas que iban en el mismo instituto que él, dudo en pasar por ahí.
“¿Tomar la ruta más larga?” imposible, sólo porque estaban ellos no se dejaría llevar.
Demasiado tarde, uno de ellos se acercaba. Quedo en blanco al ver que era un chico de otro instituto, pensó que él fue la ocasión de ese alboroto. El chico cruzo la calle, no sin antes ver hacia ambos lados de la calle para cruzar. La aura que enmendaba el chico era demasiado fuerte, en especial su altura. Lo tenía de nervios.
-¿Furihata Kouki?- pregunto el más alto.
-Eh…- “¡¿Qué demonios pasa aquí?! ¿Este tipo…?- Si- dudo.
-Necesito hablar contigo…- hablo con serenidad.
-¿Si…?
…………….
-Siento las molestias- entro al hogar del menor-estatura.
-¿Cuál es su nombre…?- “Siento que este tipo me aplastara en este momento”
-Ah, lo siento. Mi nombre es Midorima Shintarou- extendió la mano para estrecharla con el castaño, presentándose. Un hombre alto, no más de 1.92m. Cabello verde y ojos esmeraldas. Piel blanquecina.
-Bien, mejor vamos al living- lo guío- ¿Necesita algo?- es llegar al grano. En primer lugar, no lo conocía en absoluto. En segunda, no daría la típica: “¿Quiere algo de beber?” apena si tenía para él. Y tercera, ¿Cómo sabe su nombre?
-Vine hacerte una pregunta.
-¿Si?
-¿Conoces a Kuroko Tetsuya?
-…- “¿Kuroko...?” ¿Qué contestaría? ¿A qué venia eso?-No…- era mejor prevenir.
-Con eso es suficiente…- se levantó del sofá.
-¿Qu…?- hizo lo mismo que el peliverde con más rapidez.
-Me retiro- no hizo caso al menor para luego salir de la casa.
……………
Olvido el tema de aquel día para centrarse bien en lo que hacía. No estaba tan a gusto con volver al instituto. Puede que no se note, pero aún tenía heridas por doquier en su cuerpo. Se escondía de las personas que le hicieron daño. Agradecía que pronto llegaba el invierno; estar con playeras de manga larga y sudaderas todo el tiempo para no tener expuestas sus heridas.
Se levantó de su escondite, la campana anunciaba las últimas clases del día de hoy. Agarro sus cosas de donde comió su bento y se alejó. En los pasillos, los estudiantes, murmuraban siempre que Furihata estaba presente. Para el castaño ya no era necesario dar un paso adelante, siempre lo verían como alguien extraño de más. La campana sonó de nuevo anunciando el inicio a clases por lo que adelanto más el paso.
En el último pasillo al dar la vuelta de la esquina chocó haciendo que la persona se pusiera tenso. El pelirrojo que le daba la espalda era sumamente grande.
-Lo…Lo siento- hablo Furihata con cierto miedo.
-¿Qué…?- el contrario se volteo viendo al castaño desde esa altura, 1.90m. Furi solo bajo su rostro por aquellos ojos que le veían con cierta pesadez, pero no como la que sintió antes con Akashi. Pero si era ese tipo con aquella altura… era de temer.
-Perdona…- se disculpó de nuevo.
-Tu…- entrecerró los ojos.
-Taiga
-Akashi…- volteo el alto pelirrojo para ver al nombrado.
-¿Qué estás haciendo?- se acercó a él, pero éste no estaba solo- Kouki.
-¡S-Si!- no se dignó a levanta su rostro y mirada. Después de lo que sucedió en el hospital… tenia vergüenza en verlo a los ojos.
-Gracias por detener a Taiga- sonrió.
-¿eh?
-¡Oye!- exclamo el alto pelirrojo con las puntas oscuras, cejas partidas, cuerpo bien formado y ojos rubí.
-Te eh dicho que no te saltes las clases. Cada vez eres Daiki.
-¡No me compares con ese negro!
-Oigan…- trató de calmar las cosas, talvez no conocía al chico llamado Taiga, pero no dudo que con un manotazo estarías muerto…
-El profesor acaba de llegar- escucho como todos los estudiantes guardaban silencio ante lo dicho de Akashi- Hablare contigo, de nuevo, Taiga.
Llegaron al dichoso salón siendo regañados por el profesor. Kouki se juzgaba mentalmente que no los conocía. Prácticamente ni siquiera los conoce, en especial Akashi. El profesor regañaba primero a Taiga, por lo que escucho era el chico que venía de América. Le gritaba que aunque fuera nuevo no tenía derecho a llegar tarde; a último momento este solo dijo “Entiendo. Lo siento” al parecer era otra persona con los demás…
-Akashi- el ´profesor fue directo al mencionado. Solo mencionaba lo mismo con el anterior chico, pero con Akashi hablaba ya con cierta madurez- Y usted, Furihata- al parecer todos volvieron con los murmullos de nuevo- Tendrá que…
-Disculpe que interrumpa, Nijimura-sensei, pero Furihata Kouki no tiene nada que ver con que haya llegado tarde. Todo fue a causa de mi amigo, Taiga.
-Akashi…
-Kouki no tenía la intención de venir tarde. Además, me ayudo a encontrar al Kagami Taiga.
-Si esas son las razones, Akashi, Furihata… pueden ir a su asiento. Mientras que usted Taiga, estará fuera del salón con cinco libros en ambas manos, en total son diez, en toda la hora de mi clase.
-¡Pero…!
-Cállate…
…….......
Los estudiantes se retiraban, unas chicas trataban de hablar con Kagami en la salida u otras tras de Akashi. Recogió sus cosas, las guardo en su mochila y salió. De nuevo aquellos murmullos se manifestaron. Camino sin prestar atención a su alrededor, hasta que el grito lo detuvo.
-¡Kouki!-Seijuuro se acercaba a paso lento hacia Furi. Las personas callaban en ese instante, parecían maquinas los hombre mientras que las mujeres contemplaban al gran Akashi y su acompañante. Por ahora los demás le prestaban más atención a Kagami por ser extranjero.
Por una extraña sensación le recordó ciertas cosas al ver detenidamente el rostro de Akashi.
-¿Si…?- a veces desearía que nunca hubiera hecho tal alboroto ese día, no quería llamar ya demasía la atención.
-¿Quisieras salir a comer algo mañana después de clases?- le sonrió esperando la breve aceptación que le estaba dando a Kouki.
-Yo…- “¿Acaso este tipo cree…?”-Akashi-kun… yo no soy este tipo de persona.
-Nunca pregunto qué fueras gay….- hablo Kagami interrumpiendo. Las breves risas que apenas pudo percibir Kouki haciéndolo pasar vergüenza.
-Dis- Disculpe…
-¿Aceptas o no?- pregunto de nuevo ignorando lo dicho de Taiga.
-Claro…- era su idea o estando los estudiantes a su alrededor se volvió la atmosfera incomoda. “¿Qué demonios estás haciendo Furihata?”