¡Te he dicho que no me llames gatito! ¡Que apodo más imbécil se te ha ocurrido! Si sigues con eso voy a empezar a llamarte perro y eso no te gustará—le gritó Seto olvidada su simpatía por el otro.
¡Prefiero cachorro!—dijo el ojos mieles.
¿Ah?—preguntó sorprendido el castaño.
¡Pues yo te digo gatito no gato por lo que me correspondería cachorro. ¿No es así? Además soy menor que tú, por lo que no puedes decirme perro—dijo el melado con una gran sonrisa. Había obviado sentirse ofendido y en lugar de eso parecía agradarle el sobrenombre escogido. No se sentía inquieto porque Seto intentara llamarlo como un canino, se lo tomaba a sorna como siempre y el que quedaba limpiando los platos era Kaiba, lo que le incomodaba.
¡No entiendo como puedes ser…!—dijo el encolerizado ojos azules.
¡No te enojes! ¡Oh, si! Te contaré una historia que me contaban de chico y que te viene como anillo al dedo—le dijo Wheeler entusiasmado.
¿His…? ¡No tengo tiempo para esas estupideces! ¡Tengo mu…!—el otro no le dejó terminar empezando a contarla.
Había una vez un pollito recién nacido que quería ir afuera del nidal para conocer el mundo pero su mamá no lo dejaba porque decía que era muy peligroso. Un día cuando su mamá salió el pollito se escapó y cuando lo hizo encontró a un animal muy bonito dormido afuera, era un gato muy hermoso y el pollito entusiasmado se prendó de lo que veía y cuando iba a tocar al hermoso animal, otro animal muy enfadado empezó a gritarle. Asustado volvió a su casita y se encontró a su madre. Su madre al oír el relato le dijo “Hijo, tuviste mucha suerte. Ese animal que te gustaba tanto se llama Gato y es nuestro enemigo, si lo hubieras tocado te hubiera cazado y comido. En tanto el otro, el que dices que estaba atado, ese es un perro. Es nuestro amigo y ladró para avisarte del peligro y alejarte de él” Conclusión: Muchas veces las apariencias engañan—contó Joey.
¿Qué quieres decirme?—preguntó el castaño sospechando--¿A cuento de que…?—entonces comprendió--¿Estás diciendo que yo soy ese pollito?—
¡Pos tu dime!—dijo el rubio mirando una de sus manos.
¡Y tu serías el perro!—añadió Seto--¿Pero quien es el gato? ¿Tu abuelo?—se preocupó el ojos azules de pronto.
¡Eso es una fábula! Te sirve para pensar en perspectiva—le contestó el melado.
Esto no tiene sentido. Anda con tus juegos a otra parte que yo tengo mucho trabajo que atender gracias a tus socializaciones. Deja de perseguirme y ve a atender tus tareas—dijo el castaño parándose de pronto y señalando la puerta.
¡Mira quien habla de perseguir! ¿No fuiste tú el que me anduviste siguiendo y luego me mandó investigar? ¿Cuál de los dos está más interesado en el otro? ¡Voy a pensar que te gusto en serio!—preguntó el melado astuto.
¡Que idea más absurda! Lo único que me interesa saber de ti es si eres un peligro para el bufete. ¡No me interesa nada más de ti!—dijo ofendido el ojos azules.
¡Dijiste interesa dos veces!—apuntó Wheeler levantando dos dedos, estaban bastante cerca.
¿Y eso que?—preguntó Kaiba, en verdad no le importaba que carajos le pasaba por la mente a ese imbécil solo lo quería fuera de ahí.
¡Que se supone que nosotros los abogados tenemos un lenguaje más florido. Deberías aprender sinónimos—se burló el rubio.
¡Aparta tu cara de aquí o buscaré un sinónimo de monstruo para tu cara!—habitualmente el ojos azules no era violento sino cortante pero el ojos mieles lograba sacarlo de quisio.
¡Eso sonó aterrador!—se burló Joey pues ambos sabían quien era más habilidoso en una pelea.
¿Por qué no dejas de molestarme?—le preguntó Seto.
¡Es que me gustan los gatos!—arguyó el otro para su fastidio.
¡Entonces ve a conseguirte otro y deja de mol…!—estaba finalizando su oración cuando de pronto sintió en su boca el aplastante contacto de la lengua de Joseph antes de poder sentir como sus labios chocaban con los propios, dejándolo estupefacto.
Cuando el otro retiró su boca el castaño le preguntó--¿Por qué hiciste eso?—estaba totalmente tieso por la sorpresa.