Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Rewrite por Kuroyami Mirai

[Reviews - 15]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola!!! Estoy de vuelta, y aquí traigo la aventura número tres. En este capítulo sigo escribiendo de algunas de las cosas que me hubiesen gustado que sucedieran en el canon. Estoy algo obsesionada con eso, debe ser por el final que no me gusta para nada ( salvo la aparición de la cosita más tierna del ánime y manga después de Naruto, y estoy hablando de Boruto, o Bolt, depende del lugar de publicación ).

Por cierto, tal vez no suceda lo mismo con ustedes, pero mi madre se ha reído cuando leyó esta locura inventada por mí jeje… ( si, mi madre lee todas mis novelas ¬¬ ). Dijo que la comedia no se me daba tan mal.

Mah…, si no les causa gracia ya me regañarán en los rews, espero que lo disfruten.

 

Naruto abrió lentamente los ojos, arrugando la naricita bonita cuando la luz del sol le dio de lleno en la cara. Tomó aire hasta llenar sus pulmones y después lo soltó, tratando de destensar su adormecido cuerpo. Parpadeó una vez, despacio y sin ánimos de levantarse; suspiró, metiendo los brazos bajo su cabeza para usarlos de almohada.

Había pasado un mes desde que Sasuke lo acorraló en la laguna para darle aquel beso. Aún no entendía por qué lo hizo, con qué objetivo. Si quería molestarlo, había muchas formas de hacerlo, muchas en las que no terminaría tan confundido. Incluso asustado.

A pesar de que había hecho todo lo posible por actuar con naturalidad, estaba seguro que Sasuke había notado su cierto recelo en algunas ocasiones. Como esa vez en que quiso ayudarlo con su postura de lanzamiento y Naruto dio un salto de tres metros cuando lo sintió tan cerca de su cuerpo. No había duda, Sasuke se había dado cuenta del porqué a esa actitud, pero prefirió no decir nada y actuar igual que siempre.

En teoría, ambos estaban haciendo exactamente lo mismo. Pretendiendo que nada sucedió y que no se daban cuenta del cambio en la actitud del contrario. Porque, Sasuke también había tenido un giro en su comportamiento para con Naruto. De manera inconsciente se portaba más gentil con él, incluso hacía actos heroicos con su autocontrol para no estrangular al dobe cada vez que lo sacaba de quicio.

Pero eso no era todo. Cada vez que discutían, justo como marcaba su rutina desde que se hicieron compañeros; algunas cosas habían cambiado. Por ejemplo, ya no llegaban a los golpes, los insultos no iban más allá de los usuales, y después de cinco minutos, se quedaban en silencio, evaluando la reacción del otro hasta que algo o alguien rompía el incómodo silencio.

Sin dudas todo aquello se había transformado en un problema. Debido a estas oleadas de peleas y… ¿timidez?, por parte de ambos, la aldea entera se había visto interesada. No solo el grupo de Ino, las chicas y Sai, sino también los profesores de la academia y algunos miembros de Ne*.

Pero esto, obviamente, era algo que los chicos no sabían.

Naruto se dio la vuelta sobre el colchón, quedando acostado de lado. Había intentado un millar de veces averiguar la razón de aquel beso, pero a última hora siempre se arrepentía. Reunía valor, se acercaba a Sasuke y cuando estaba a punto de preguntarle… sacudía la cabeza, diciendo que no era nada importante y se retiraba cobardemente.

Debido a este patrón que casi se convirtió en rutina, su personalidad se afectó un poco cuando estaba cerca del moreno – sólo un poco –, se comportaba más reservado, incluso un poco tímido. Esto preocupó al Uchiha, porque si había alguien en esa aldea que nunca pensó que se portaría tímido en su presencia, ese era precisamente Naruto.   

Lo que Sasuke no sabía, era que, aunado a las dudas que lo envolvían a diario, Naruto deseaba inconscientemente repetir aquel beso; pero tal pensamiento le asustaba y por eso siempre hacía una retirada táctica cuando el moreno estaba demasiado cerca – huía a todo lo que daban sus pies –.

Si, la situación se había vuelto… ¿complicada?, en esos días y esto había afectado al rendimiento de Naruto. Faltaba poco menos de una semana para los exámenes de la academia y no había podido avanzar ni un poco en sus entrenamientos.

No podía concentrarse por obvias razones y esto hacía que se preocupara. Si no aprobaba los exámenes finales, lo separarían de Sasuke. Esto le aterraba más de la cuenta, porque aunque éste lo confundía y lo molestaba casi a diario, Sasuke fue su primer amigo y la primera persona que permaneció a su lado. Separarse de él..., sería como autodestruirse.

Resopló ante ese pensamiento, frunciendo su ceño. Sasuke tenía razón. Se había vuelto demasiado dependiente de él, pero no lo podía evitar y esto lo enojaba.

Se levantó poco a poco hasta quedar sentado sobre la cama, estiró los brazos al aire y bostezó a todo pulmón. Tenía los ojos cerrados por el esfuerzo, cuando los abrió, dio un brinco tan alto que casi se da en la cabeza con el techo.

¡Menudo susto!

En su ventana había una silueta humana, observándole fijamente. Naruto se incorporó a duras penas y enfocó la vista en aquel punto, descubriendo que se trataba de nada más y nada menos que Sasuke.

El moreno estaba sentado en el alfeizar de su ventana desde sabe dios qué hora. Al parecer lo observaba dormir y cuando despertó, permaneció en silencio para disfrutar de todo el proceso de Naruto para desperezarse.

El blondo se irguió sobre su cama con las cejas unidas en medio de su frente, prácticamente matándolo con la mirada- ¿qué haces aquí?

Sasuke soltó una risita de burla, acomodándose mejor en su sitio privilegiado. Sentado sobre el alfeizar, con una rodilla flexionada y un brazo apoyado sobre ésta, la otra pierna colgaba despreocupadamente, su espalda estaba recostada contra el marco vertical. Sin dudas estaba muy cómodo.

Naruto entrecerró los ojos, esperando su respuesta.

-Sólo vine a despertarte- respondió sin borrar la aristocrática sonrisa que tanto fastidiaba al Uzumaki. De un salto bastante elegante, se bajó de la ventana y se irguió con las manos en los bolsillos- los exámenes están cerca, dobe.

-¡No entres con los zapatos puestos, que manchas mi piso dattebayo!- gritó iracundo, corriendo a la cocina a por un trapo y pasándolo de manera desesperada por los alrededores de Sasuke. No es que fuera muy hacendoso ni mucho menos, pero tampoco le gustaba que echaran a perder sus cosas.

-Hmp- Sasuke resopló, se sentó en la cama del rubio y se quitó los zapatos. Naruto los tomó y los puso cerca de la puerta. Cuando volvió, Sasuke estaba muy bien acomodado sobre su cama, observándole- ¿cuánto has avanzado?

El áureo le mandó una mirada molesta. Estaba seguro de que Sasuke sabía la respuesta y aun así tenía el descaro de preguntarle- eso no te importa.

Ahora fue el turno de Sasuke para fruncir el ceño- sí, me importa y mucho- se puso de pie, caminando en dirección al blondo con los puños cerrados- aún si apruebas, existe una alta probabilidad de que nos separen para situarnos en equipos diferentes. Si suspendes, no podremos ser compañeros de nuevo.

Naruto se cruzó de brazos- tal vez sea lo mejor dattebayo.

Sasuke reaccionó ante esa línea. En un rápido movimiento que apenas fue visible, agarró los hombros de Naruto y lo estampó contra la pared- ¿qué quieres decir?- Naruto se cohibió dentro de su agarre, abriendo los ojos con sorpresa al verse acorralado por el moreno- ¿tanto me odias?

Naruto bajó la cabeza, con las labios apretados en una línea irregular y la mirada perdida en el suelo- teme, no quise decir eso- levantó las manos, sosteniendo los brazos de Sasuke. El azabache creyó que haría fuerza para que lo soltara, pero las manos de Naruto estaban temblando- yo… soy un desastre ‘ttebayo. No puedo hacer nada bien, siempre te causo problemas…

¿Qué pasa con ese cambio de actitud? Sasuke estaba sorprendido. Naruto nunca había sido tan sumiso, ni considerado. ¿Por qué de repente se estaba comparando con él, cuando nunca quiso admitir la diferencia de habilidades que había entre ellos? Algo le pasaba a esa cabeza rubia, no le cabía la menor duda.

Sasuke enterneció la mirada, evaluando la manera en que Naruto rehuía el contacto de sus ojos, como si estuviese avergonzado. Pero no entendía la razón. ¿Por qué de repente se estaba auto-compadeciendo? Ese no era el Uzumaki Naruto que él conocía.

-Tú eres bueno en todo lo que haces, teme. Sólo tienes que intentarlo y lo logras- seguía diciendo, su mirada oculta bajo su flequillo y sus manos cerrándose en puños sobre la playera del moreno- tu compañero debe ser alguien que…- tragó saliva- sea digno…

-¡Cállate!- Sasuke lo separó de la pared y lo volvió estampar con fuerza, logrando que el rubio soltara un quejido por el daño en su espalda- si dices una palabra más, juro que te rompo las piernas.

Naruto lo miró con los ojos agrandados, pero luego frunció el ceño, sintiendo la ira burbujearle desde el estómago. Él estaba tratando de ser honesto, de decir lo que pensaba; y sin embargo Sasuke no lo quería escuchar, ¡y además lo amenazaba! Oh, pero sí lo escucharía, y le diría unas cuantas verdades.- ¡Estoy diciendo la verdad, jodido narcisista! ¡Escucha cuando alguien te habla, maldición! ¡Teme, maldito, idiota, estúpido, bastardo! ¡Sasuke-teme, te odio, te odio, te odio!

Sasuke resopló, sintiéndose aliviado y hasta feliz. No negaba que tantos insultos dirigidos a su persona, lo habían fastidiado un poco; pero a fin de cuentas eso era lo que quería lograr. Provocar al dobe hasta que dejara esa aura depresiva que no le pegaba para nada.- Por fin eres tú- dijo en medio de un suspiro de alivio.

El rubio dejó de gritar y de hacer pucheros enfadados cuando escuchó esas palabras- ¿qué?

-Diciendo que no eres digno, que soy mejor que tú, que merezco otro compañero…- soltó una risita- ese no eres tú, dobe.

Naruto parpadeó- pero, lo decía en serio…

-¿Ya olvidaste el duelo de hace unas semanas?- interrumpió- en ese momento no lo quise admitir, pero tú me ganaste.

-Sabes que eso no cuenta- se paró de puntitas, tratando de estar a la misma altura que su compañero- estabas en desventaja ‘ttebayo.

-La vida de un shinobi está llena de dificultades y desventajas- el Uchiha se acercó más, acorralándolo con su cuerpo- si no fui capaz de superarlas, entonces aún me queda mucho por entrenar- su sonrisa se amplió, estremeciendo a Naruto que lo miraba con la boca abierta- ¿lo ves? No soy tan perfecto como dices.

-Pero…

-Ambos tenemos que hacernos más fuertes y mejorar nuestro trabajo en equipo- se separó del cuerpo más pequeño, extendiéndole una mano- si hacemos eso, nadie podrá separarnos.

Naruto miró la mano extendida de Sasuke por un segundo, sintiéndose estúpido y muy idiota. Creyó que estaba pensando en Sasuke, pero sólo estaba pensando en sí mismo. A pesar de todo, Sasuke nunca le dijo en todos esos años que quería otro compañero, fue todo lo contrario. Sasuke quería seguir a su lado, incluso después de graduarse de la academia. Sasuke estaba pensando en el futuro. Sasuke le demostró una vez más…, que sin él a su lado no podría ser el mismo.

Levantó su mano, sosteniendo la de Sasuke con una amplia sonrisa- tienes razón, teme.- Su sonrisa se volvió pícara- te faltan mil años de entrenamiento para estar al lado de Naruto-sama.

El moreno le dio un raspe en la cabeza- dobe.

Naruto se rió, sus preocupaciones e incertidumbres se habían ido lejos. La sonrisa de felicidad que se expandía por su rostro, permaneció allí por varios segundos. Ignorante a la fija mirada del moreno, que no podía dejar de pensar que Naruto era un ser verdaderamente hermoso. Pero no lo diría en voz alta, por supuesto.

Después de disfrutar de aquel divertido momento, Naruto se puso un poco serio cuando recordó un inconveniente; mirando al azabache con ojitos preocupados, masculló- pero…, a pesar de lo que dijiste, no creo que pueda aprobar, Sasuke.

-¿Por qué lo dices?

-En lanzamiento de kunai, estoy por debajo de la media, ni hablar del shuriken jutsu, no he podido vencer a Shoji en taijutsu y mis bunshin parecen de papel- enumeró, desesperándose mientras recordaba cada uno de sus fracasos- voy a suspender dattebayo- dijo entre lagrimones.

Sasuke estaba serio. Ciertamente, Naruto no había podido superar ninguna de las pruebas anteriores. Su puntería era mala, su rival en entrenamiento de taijutsu le había dado una paliza y no había podido superar el control de chakra para poder crear un bunshin decente. A este paso suspendería, algo que definitivamente no podía permitir si quería seguir siendo su compañero.

-Teno una idea- dijo después de unos minutos meditando. Cuando Naruto le dedicó toda su atención, decidió continuar- quedan cinco días para el examen. Yo te entrenaré en ese tiempo- propuso, completamente decidido. No esperó ninguna respuesta, caminando en dirección opuesta a Naruto y se detuvo frente al armario. Empezó a sacar toda la ropa para lanzarla hacia la cama, bajo la mirada sorprendida del blondo que lo observaba con la quijada desencajada.

-Espera, teme. ¿Tú me vas a entrenar? ¿Cómo lo harás? ¿Y por qué estás desordenando mis cosas?

Sasuke se volteó y lo miró con una expresión incrédula- ¿no es obvio?- se acercó al lugar donde había lanzado la ropa y comenzó a doblarla- te quedarás en mi casa; me aseguraré de que no tengas tiempo ni para respirar.

-¡¿Qué!?- exclamó el Uzumaki- no puedes estar hablando en serio- Sasuke dejó de doblar sus calzones y le mandó una mirada asesina- ah… es en serio. Ya veo, lo siento- dijo nerviosamente, ayudando al moreno a acomodar sus cosas en una maleta.

Estuvieron en silencio alrededor de una hora, arreglando y guardando todo lo que Naruto necesitaría en ese tiempo. El rubio tuvo que disimular su sonrojo de vergüenza mientras observaba a Sasuke acomodar sus calzones como si nada. Por otra parte, el moreno se preguntaba cómo Naruto se las arreglaba para que todas sus prendas fueran azul y naranja; ya casi estaba convencido que se trataba de algún fetiche.

Por otro lado, se percató que el blondo realmente tenía poca ropa. Un pijama, incluido el gorro que le regalo aquella vez – estaba feliz al ver que Naruto le tenía cariño a esa cosa horrible –, un par de mudas para estar en casa, una muda de misiones – la que siempre llevaba, que consistía en un mono naranja, blanco y azul – y unos pocos calzones.

No quiso inmiscuirse en ese asunto, pero de cierta forma le preocupaba. Estaba seguro que esa escasez de prendas era por culpa del odio de los aldeanos. Naruto recibía una pensión del Hokage para sobrevivir todos los meses. Y aunque gastaba desconsideradamente en ramen una buena parte, podía jurar que le sobraba para comprarse ropa. Debía ser por culpa de los dueños de las tiendas, que no querían tener ningún trato con él. Tal vez Naruto había comprado sus escasas prendas a algún mercader que estuviese de paso por la aldea.

Sasuke había convivido con Naruto durante mucho tiempo y había sido testigo de varios de los abusos de los aldeanos. Esto siempre lo había cabreado considerablemente. Incluso estuvo tentado a cortarle el cuello a uno de ellos que le tiró una piedra mientras iban de camino a la academia; pero Naruto lo detuvo, diciéndole que estaba bien. Sasuke hizo un esfuerzo sobrehumano para tranquilizarse; pero las ansias asesinas crecían dentro de sí, porque Naruto le pedía que no hiciera nada… mientras su cabeza sangraba a causa del golpe.

-No pasa nada, estoy acostumbrado dattebayo.

Naruto no lo sabía, pero cuando dijo esas palabras, había hecho que Sasuke sintiera un odio mucho más profundo hacia los aldeanos. Decir que estaba acostumbrado, sólo quería decir que recibía ese trato bastante seguido.

Sasuke se castigaba a diario por no haberse dado cuenta en todo ese tiempo. Tenían diez años, llevaban dos años siendo compañeros, y hasta aquel día no se había percatado del trato de la aldea hacia Naruto. Después de eso, Naruto no quiso ir a la academia con él nunca más. Inventaba excusas, llegaba tarde a propósito. Sasuke sabía por qué lo hacía. No quería que interviniera cuando lo volvieran a atacar, no quería involucrarlo. Esto lo cabreaba al doble, sin embargo no hizo nada al respecto, porque ese era el deseo de Naruto.

O eso le hizo creer.

Naruto no sabía que Sasuke lo seguía en algunas ocasiones y que había mandado al hospital a algunos niños de la aldea, por intentar atacarlo con piedras. Sasuke lo había protegido desde las sombras muchas veces, pero no se lo diría, porque Naruto tenía un corazón noble y se enojaría con él si descubría la verdad.

-¿Estás listo?- preguntó el azabache desde la puerta del departamento, sosteniendo la maleta del blondo. Naruto venía saliendo de la cocina con un enorme saco de tela.

-Listo ‘ttebayo.

Sasuke enarcó una ceja- ¿qué llevas ahí?

Naruto soltó una risita- el regalo de los dioses- respondió.

Sasuke rodó los ojos- no vas a llevar tu ramen. En estos cinco días y cuatro noches, comerás solo comida sana.

El rubio frunció el ceño- ¡mezquino! ¿Cómo puedes hacerme esto?

-No lo repetiré.

Naruto se estremeció ante la voz ultratumba del moreno- ¿ni uno?

-Ni uno.

El Uzumaki comenzó a soltar lagrimones, bajó el enorme saco y lo tocó con devoción- adiós amigo, fue un gusto pelear a tu lado- Sasuke puso los ojos en blanco cuando escuchó aquella tontería- pero no te preocupes, nos volveremos a encontrar- sollozó, acariciando el saco con cariño y dolor- tal vez aquí, o allá…, tal vez sea en París…

-¿De qué estás hablando?

El rubio rió y corrió al lado de Sasuke- nada, sólo me despedía del amor de mi vida.

Al moreno le salió una vena enorme en la cabeza. Estaba irritado, no sabía si por las idioteces del blondo, o porque había quedado reducido a algo minúsculo porque Naruto consideraba al ramen el amor de su vida. Le dio un golpe en la cabeza y salió del departamento, llevándose la maleta.

-Usuratonkachi- masculló con el ceño fruncido y una burbuja de mal humor sobre la cabeza.

-¡Sasuke-teme, eres un maldito demonio!- gritó con los brazos al aire, cerrando la puerta del departamento para luego saltar por los tejados en la misma dirección que el moreno.

 

<><><><><><><><> 

 

No era la primera vez que estaba en casa de Sasuke, pero sí sería la primera vez que se quedaría a dormir. No quería admitirlo, pero estaba algo nervioso. La casa era espaciosa, toda una mansión al estilo oriental con un hermoso jardín interior y maravillosos trabajos artísticos sobre las paredes de papel. Quería recorrerla y descubrir todos sus misterios, pero lamentablemente no podía. La casa tenía muchas secciones clausuradas por el mismo Sasuke y realmente no quería hacerlo enojar.

Varias de las habitaciones tenían tablas clavadas transversalmente en la entrada, algunos pasillos tenían obstáculo para impedir el paso y, siendo sincero, daba miedo. No es que pareciera una casa embrujada ni mucho menos, pero ese fue el lugar donde asesinaron a toda su familia. Naruto no quería profanar el espacio donde las vidas de los padres de Sasuke se extinguieron.

Aun así, el rubio no pudo evitar hacer todo un alboroto cuando pudo instalarse. A pesar de todo, la casa era impresionante, tenía un enorme espacio en la parte trasera que daba a la entrada del bosque donde Sasuke entrenaba, además de un enorme lago con un pequeño puente. Naruto ya se estaba frotando las manos con impaciencia, imaginándose a sí mismo en aquel lago, nadando de aquí para allá mientras se refrescaba del calor.

Al parecer Sasuke fue capaz de predecir sus intenciones, apareció en frente de él con los brazos cruzados y una arruga entre las cejas, parecía molesto.

-Ni lo pienses.

-Pero…

-Estás aquí para entrenar, no para jugar- agarró al rubio por la solapa de su abrigo y lo arrastró por el pasillo.

Naruto luchaba por soltarse, dando patadas y manotazos, pero Sasuke lo seguía arrastrando como si nada- Suélteme, teme. Quiero ir a nadar.

-No- ni más ni menos. Sasuke no necesitaba dar explicaciones.

Siguió arrastrando al blondo por todo el pasillo hasta que llegaron a una habitación que no tenía muebles, sólo un par de cojines cuadrados. Era grande si se comparaba con el departamento de Naruto, tenía más o menos doce tatamis de diámetro y al estar vacía, se veía mucho más espaciosa.

Sasuke la observó con un deje de nostalgia. Casi podía ver la figura de su padre, sentado en uno de los cojines al final de la habitación, su madre al lado, Itachi en frente de ellos, reportando sobre cómo estaba manejando sus misiones de ANBU, él espiando desde afuera. El recuerdo lo paralizó por unos minutos, ni siquiera se había dado cuenta de la mirada del rubio.

Naruto se puso de pie cuando el moreno lo soltó. Sus ojos oscilaron por todo el espacio, deteniéndose en Sasuke, que tenía una expresión indescifrable. Se acercó lo suficiente y agarró el borde de la manga de su playera, llamando su atención.

-¿Teme, te pasa algo?- preguntó, su voz llena de preocupación.

Sasuke reaccionó y lo miró con sorpresa- no pasa nada- carraspeó un poco, entrando en la habitación y sin voltearse, le dijo a su compañero- aquí entrenaremos tu control de chakra. Es el sitio más tranquilo de la casa.

Naruto no dijo nada, entró al espacioso lugar y se sentó en uno de los cojines. Tragándose su seriedad, sacó una amplia sonrisa y levantó los brazos en dirección del Uchiha- ¿entonces que estamos esperando? Empecemos de una vez.

 

<><><><><><><><> 

 

-¿Qué estás haciendo, dobe? ¡Concéntrate!

-Pero…, esto es difícil ‘ttebayo- se quejaba, con los párpados apretados y la espalda lo más recta que podía. Estaba sentado en posición de loto, con una jarra de agua en la cabeza, un plato con un vaso en cada rodilla y un palo de madera amarrado sobre sus hombros, con una cubeta de agua amarrada en cada extremo. Si se movía un milímetro, derramaría todo.

-Esa es la idea- Sasuke estaba de pie en frente de él, observándolo con el ceño arrugado, los brazos cruzados y una vara larga en la mano.

Lo estaba vigilando tan fijamente, que Naruto se ponía nervioso y se movía, pero cada vez que derramaba una simple gota de agua, recibía un azotazo de la vara en su espalda. Lo peor de todo es que esa era la parte suave del entrenamiento. Sasuke le había dicho que si derramaba alguno de los recipientes que estaban sobre su cuerpo, le azotaría el trasero con el doble de fuerza. Era todo un entrenamiento espartano.

-¡Endereza la espalda!- Sasuke bajó la mano rápidamente, azotando el suelo justo al lado del muslo de Naruto.

-¡H-Hai~!- chilló, enderezándose como había pedido el moreno y apretando más los párpados- ¿por qué estamos haciendo esto en primer lugar? Se supone que íbamos a entrenar mi control de chakra.

Sasuke suspiró- Usuratonkachi.

-¡¿Qué?!- Naruto se sobresaltó por el insulto, moviéndose tanto que terminó derramando todo. La jarra sobre su cabeza y las cubetas en sus hombros le cayeron encima, pero – lamentablemente para él – los vasos sobre sus rodillas fueron a parar a la cabeza de Sasuke- mierda… esto es malo- tartamudeó, temiendo por su vida al ver el aura maligna que crecía sobre la cabeza mojada de Sasuke.

-Dobe- lo llamó bajito, en un tono tan amenazante que Naruto casi se lo hace encima.

-E-Etto… ¿Sasuke? ¿Estás enojado?- gateó por el suelo de espaldas, alejándose de la amenaza en potencia que estaba en frente.

-¿Enojado? ¿Por qué estaría enojado?

-Esto es malo, esto es muy malo ‘ttebayo- pensó el blondo, sudando frío al ver como Sasuke apretaba la vara en su puño. Estaba actuando calmado y tranquilo. Eso era diez veces peor que si le estuviera gritando.

Sasuke levantó despacio la mirada, la oscuridad bañando sus ojos; se acercó despacio al Uzumaki y le susurró- Vas a hacer 200 flexiones, 200 sentadillas, 200 vueltas alrededor de la casa, 200 patadas al tronco de entrenamiento con la pierna derecha, 200 con la pierna izquierda, repetirás el proceso con tus puños y después volverás aquí y vas a repetir el ejercicio del agua.

Naruto tragó saliva, sus rodillas temblando, sus ojos a punto de llorar, aun así, se llenó de valor y dijo:- Sasuke…, eso es imposible. Moriré en el intento.

El Uzumaki podía jurar en ese momento que la sonrisa de Sasuke era tan brillante y gentil, que no podía ser real. De hecho no lo era. Sus ojos no estaban sonriendo, el aura negativa y maligna seguía sobre él. Un movimiento en falso y en serio le rompería las piernas.

-Je, ¿acaso escuché bien?- Naruto tembló, la risa de Sasuke daba cada vez más miedo- ¿acaso Naruto dijo que era imposible? Entonces debería duplicar sus tareas… tal vez el triple- amplió la satánica sonrisa- ¿qué opinas, Naruto?

-¡No! Lo haré, no hay nada que Naruto-sama no pueda hacer- exclamó, poniéndose de pie tan rápido como pudo.

-Qué bueno escuchar eso- oh no, Sasuke seguía riendo. Alguien iba a morir esa noche. La vara se partió dentro de sus puños, Naruto sintió un escalofrío al pensar que quería hacer eso con su cuello- ¿y qué estás esperando? Si no terminas antes de la cena, voy a ponerte a partir rocas… con la cabeza.

Naruto se puso en una pose rígida- ¡sí, capitán!- y salió corriendo de la habitación. Empezaría por las doscientas vueltas.

Siendo sincero, no esperaba que Sasuke se tomara tan en serio su entrenamiento. Se veía más irritado de lo normal, incluso hasta algo preocupado. Cuando dijo que no permitiría que Naruto suspendiera, hablaba completamente en serio. Sasuke lo haría aprobar cada una de las pruebas de la academia, aunque se ganara el odio del mismo Naruto.

Mientras corría alrededor de la casa, el blondo pudo percibir la presencia del moreno, vigilándolo desde el tejado con una mirada de hielo. Al parecer se quería asegurar que el dobe no hiciera trampa y se saltara algunas vueltas- es un tirano- pensó, dando ya su tercera vuelta.

 

<><><><><><><><> 

 

Naruto podía jurar, que si no conociera al moreno como lo conocía, pensaría que había construido ese sistema de entrenamiento tan abusivo, solo para verlo sufrir. Estuvo a punto de creer esa posibilidad, cuando se agotó de hacer tantas sentadillas y Sasuke le dijo que si no las hacía todas, le pondría tres sacos de arena sobre los hombros.

Después de terminar con la ronda de abdominales, el Uchiha le agregó otra tarea antes de seguir con los otros ejercicios. Le pidió que subiera al tejado de la casa y lo esperara. Obedeció, sintiendo como todo su cuerpo rechinaba mientras se acomodaba en el borde. Sasuke apareció después de unos minutos, con una mochila de misiones.

-Antes de seguir, necesito ver que tan mala es tu puntería- decía el azabache mientras se quitaba la mochila y la dejaba en el suelo. Se arrodilló y abrió la tapa, mostrando su interior bajo la atenta mirada del áureo. Dentro de la bolsa había un gran número de kunais y shurikens, todos nuevos y recién lustrados.

Naruto parpadeó mientras agarraba un kunai y lo examinaba, pero en el momento que lo sacó de la bolsa su mano viajó a sus pies por el peso de dicha herramienta- Sasuke, tienes que estar bromeando- sostuvo el kunai con ambas manos para poder levantarlo a la altura de sus ojos- esto pesa lo mismo que un mueble de mi casa.

-Veinte kilos- rectificó el moreno, aún centrado en sacar las herramientas y acomodarlas en el suelo- cada uno pesa veinte kilos, los shurikens pesan diez kilos.

-¿Por qué pesan tanto?- preguntó alarmado, dejando el cuchillo al lado de los demás- así no los podré lanzar.

-Tendrás que hacerlo.

-¿Qué? Eso es imposible- exclamó, sentándose al lado del moreno con los brazos cruzados.

-¿De nuevo dices que algo es imposible?- negó con la cabeza, mostrando un gesto decepcionado- no estás siendo tú mismo.

-El que no está siendo el mismo, eres tú- refunfuñó, componiendo un puchero.

Sasuke, al ver que el dobe de su compañero no entendía, decidió explicarle en qué consistía todo- normalmente, nuestras herramientas son ligeras, hechas con aleaciones de metales fuertes, pero de poco peso, para un mejor desempeño en batalla.

-Si sabes eso, ¿entonces para qué…?

-Para que obtengas mayor fuerza en tus lanzamientos- interrumpió, irguiéndose en sus dos piernas con uno de los kunais- de ese modo, las herramientas normales te parecerán más ligeras de lo que son- apuntó a un punto en la distancia, una diana clavada en un árbol que les quedaba de frente. Levantó el brazo, movió un poco la muñeca, y lanzó el cuchillo.

Naruto parpadeó al ver la gran velocidad con la que voló la pesada arma, clavándose en la diana mientras estremecía un poco el árbol- ¡Increíble!- jadeó asombrado, mirando al Uchiha con ojitos de orgullo.

Sasuke sacó otro kunai y se lo dio- ¿ves las otras dianas?- señaló en la misma dirección donde había lanzado su kunai. Naruto siguió su dedo con los ojos, asintiendo cuando vio una hilera de dianas colgadas en los árboles- quiero que claves al menos un kunai en cada una.

El rubio asintió y se puso en posición. Si Sasuke podía hacerlo con tanta facilidad, entonces él también. Levantó su brazo con el kunai, frunciendo las cejas al ver que lo costaba mantenerlo recto. Apuntó en dirección a una de las dianas, movió un poco su muñeca… y lanzó.

Sasuke siguió la trayectoria del arma con una mirada seria. Al ver en dónde había caído, se sentó en el suelo y suspiró- ¿eso es lo mejor que puedes hacer?

Naruto se inclinó en el borde del tejado mirando hacia abajo, observó el kunai clavado en el suelo con un puchero inconforme. Apenas se había movido a un metro de distancia cuando empezó a descender. Las dianas estaban como a veinte metros. ¿Cómo demonios lo había hecho Sasuke?

-Teme…- miró al moreno con los ajitos llenos de agua, a punto de llorar.

Sasuke resopló, se acostó de lado, apoyó la cabeza en su mano y con la otra le hizo un gesto para que continuara- avísame cuando puedas lanzarlo a diez metros- cerró los ojos y se acomodó para dormitar.

Naruto le mandó una mirada sucia, sin embargo no se desanimó. Agarró otro kunai, apuntó y lanzó. De nuevo caía a un metro de distancia. Pero no se iba a rendir. Él era Uzumaki Naruto, el hombre que un día se convertirá en Hokage. Si no podía hacer algo como eso, entonces nunca podría cumplir su sueño.

 

<><><><><><><><> 

 

Naruto siguió arrojando kunais durante al menos dos horas, hasta que se terminaron; apenas había podido llegar a los cinco metros. Miró a Sasuke de reojo, que parecía que se había quedado dormido. Suspiró con la cabeza baja, saltó del tejado, recogió las herramientas que estaban esparcidas en el suelo y trató de saltar de nuevo hacia arriba, pero el armamento pesaba tanto que sus pies no se separaban del suelo. Incluso sus rodillas estaban temblando.

Y pensar que Sasuke los había subido todos al mismo tiempo. ¿Qué tanta fuerza tenía ese maldito?

Refunfuñó un mantra incoherente mientras soltaba los kunais y los subía de dos en dos. A ese paso no terminaría nunca. Cuando ya los había reunido todos en el tejado, siguió entrenando los lanzamientos. Al cabo de media hora, Sasuke despertó.

-¿Ya llegaste a diez metros?

Naruto le regaló otra mirada sucia para luego centrarse en su próximo lanzamiento. El kunai voló un poco y luego cayó. Seis metros de distancia, que vergüenza.

-¡Aún no termino dattebayo!- exclamó con los brazos al aire, lanzando dos kunais a la vez. Ambos cayeron en el mismo lugar que el anterior- ¡Esto es imposible!

Sasuke, al ver el estado de desesperación del rubio, se puso de pie y agarró un kunai. En vez de hacer otra demostración, se lo entregó, cerrando los pequeños dedos de Naruto en torno a la empuñadura- te mostraré, pero presta atención.

Naruto asintió, esperando encontrar alguna especie de truco.

Sasuke se colocó a sus espaldas, pegándose a su cuerpo. Una mano se deslizó por su brazo hasta la muñeca, moviéndola para dejarla en una posición específica. El otro se deslizó por su cintura y se detuvo en la cadera, también acomodándola en una postura diferente. Una de las piernas del moreno se metió entre las suyas, apartándolas para crear más espacio entre ellas. Al final, Sasuke apoyó la barbilla en su hombro mientras miraba al frente, entonces susurró en su oído:

-Así te será más fácil.

Naruto cabeceó con las mejillas fosforescentes, tragó saliva por la cercanía de Sasuke a su anatomía y preparó la postura. Respiró, sostuvo la respiración y lanzó. El kunai calló a tres metros de la diana. No la había golpeado, pero teniendo en cuenta sus lanzamientos anteriores, había sido un enorme logro.

-¡Yatta!- exclamó, dándose la vuelta para abrazar al moreno, que aún no se separaba lo suficiente de su cuerpo- ¿viste eso, teme? Casi llego.

Sasuke estuvo a punto de regañarlo por emocionarse tanto, cuando ni siquiera le había dado a la diana; pero al ver ese hermoso brillo en los ojos azules, no puedo evitar una sonrisa y el impulso de acariciarle la cabeza, revolviéndole las rubias hebras.

-Bien hecho, dobe.- las mejillas de Naruto se tiñeron de un carmín más intenso y el pelinegro casi cae en el hechizo de querer besarlo. Se contuvo, carraspeó y desvió la mirada, tapando su propia vergüenza- sigamos con los otros entrenamientos. Mañana quiero que golpees la diana.

Naruto saltó de nuevo, provocando que ambos cayeran al suelo. Sasuke abajo, Naruto arriba, sentado en su ingle- ¡te quiero, Sasuke!- y lo abrazó.

Y en ese momento el joven Uchiha Sasuke de doce años, descubrió por fin… lo que era una erección.

 

<><><><><><><><> 

 

-Endereza la espalda- ordenó el moreno, parado en frente del Uzumaki con los brazos cruzados y una nueva vara en su mano.

Naruto ya había terminado de hacer todos sus ejercicios, estaba muerto, quería comer algo y dormir, pero Sasuke le dijo que si no terminaba con el entrenamiento de los recipientes de agua, no cenaría y mucho menos dormiría. Aún no entendía de qué se trataba ese entrenamiento. Los otros tenían sentido – aunque fuesen tan abusivos –, eran para mejorar su fuerza y su resistencia, pero el último no terminaba de comprenderlo.

¿Para qué necesitaba estar una hora completa con tantos recipientes llenos de agua sobre su cuerpo?

No pudo aguantar por mucho más tiempo, la curiosidad y la duda lo carcomían- Sasuke…- el moreno enarcó una ceja cuando escuchó su nombre, Naruto se cohibió un poco, pero decidió continuar- ¿por qué tengo que hacer esto? Es inútil.

-Usuratonkachi- Sasuke lo volvió a insultar, pero Naruto no repitió la misma estupidez de sobresaltarse, así que permaneció en silencio. El moreno resopló, negando con la cabeza ante la falta de sabiduría de su compañero- lo explicaré de manera que hasta un dobe como tú lo pueda entender.

Naruto se molestó con eso, pero prefirió no decir nada.

-Escucha. Con esto, puedes ganar un perfecto control sobre los movimientos involuntarios de tu cuerpo. Estar en la misma posición durante mucho tiempo no es tan difícil, pero hacerlo por obligación ya lo vuelve complicado. Mientras estás pensando en que no debes moverte para evitar que el agua se derrame, inconscientemente está deseando hacerlo. Luchar contra ese pensamiento y dominarlo es muy complejo, pero es precisamente eso lo que debes hacer. Una vez que domines tu cuerpo por completo, tendrás una mejor concentración para dominar tu chakra.

Naruto parpadeó dos veces- creo que lo pillo.

Sasuke dejó escapar el aire y luego miró el reloj de pared.- Ya pasó una hora, estás mejorando- elogió. Notó como las mejillas del rubio se tornaban de un tierno carmín y como la felicidad llenaba su sonrisa. A veces era tan difícil ser duro con él. Pero debía serlo, para que Naruto pase sin problemas los exámenes, debía tener mano dura y corazón de piedra- vamos a cenar, mañana seguiremos con el entrenamiento.

-¡Genial!- gritó mientras saltaba al viento, olvidando que tenía todo un circo acuático sobre su cuerpo. Naruto vio como las cubetas caían en cámara lenta hacia la cabeza de Sasuke y vio su vida pasar por sus ojos. Estaba muerto.

Sasuke partió la vara otra vez, haciendo énfasis en que haría lo mismo con su cuello- dobe- susurró por lo bajo.

Naruto agachó la cabeza y caminó despacio a la salida- ya lo sé ‘ttebayo. Doscientas vueltas alrededor de la casa, ¿verdad? Lo haré, no tienes que decírmelo.

El aura amenazante de Sasuke se multiplicó- ¡Trescientas! ¡Y no vuelvas hasta que hayas terminado!

Un pensamiento volvió a invadir la mente de Naruto:

-Es un tirano.

 

Continuará…

 

Notas finales:

Bueno, hasta aquí el capítulo. Espero que lo hayan disfrutado, yo sí lo hice al escribirlo.

Ahora, aclararé el (*): Ne. Raíz. Es el escuadrón personal de Danzô. Una rama especializada que trabaja fuera de las órdenes de Hokage y que no guarda relación con ANBU.

Hay otras cosas que quiero aclarar.

Hokage: sombra de fuego.

Jutsu: técnica de combate.

Konoha: Hoja.

Oiroke no Jutsu: Técnica Sexy o técnica pervertida.

Eso es todo, lo pongo por si acaso, porque en este fic hablaré una y otra vez usando los términos de Naruto canon. Si tienen alguna duda, no duden en preguntar, que yo responderé con gusto.

Nos leemos pronto!!!!! ^.^/


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).