Narrador:
En el rincón de esa habitación oscura se encontraba ByungHun, llorando como lo hacía cada noche. Se seguía preguntando como fue que se convirtió en lo que es ahora, en esta persona tan despreciable. Podía parecer una persona normal, pero por dentro estaba roto. No se sentía con vida.
La noche era lo peor y lo mejor del día. Era cuando sus demonios despertaban y lo torturaban, pero después de la tortura sentía el placer de la navaja contra su piel. Se había vuelto adicto al dolor que le traía cada corte. Adoraba el color de la sangre que salía de sus muñecas.
Tenía problemas y él lo sabía, pero sentía que ya no podía hacer nada, ya había intentado muchas veces dejar todo eso pero no podía.
Una vez más cortando sus muñecas y sintiendo ese gran placer que le provocaba ese ardor. Gotas gruesas cayendo en el suelo formando un pequeño charco. ByungHun veía fascinado como su sangre caía por el suelo, le encantaba ver como se echaba a perder así mismo una vez más.
Mañana empezaría a asistir a una nueva escuela, ya que a la que solía asistir lo habían expulsado por haber roto todas las ventanas del salón en un arranque de ira. Pero para él estaba totalmente de acuerdo en cambiarse de escuela, era lo mejor, una carga menos.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Byung se dirigía a la que sería su nueva escuela, tuvo que tomar el autobús ya que le quedaba algo lejos de su casa como para caminar. Llego a su destino y bajo del autobús, se puso en marcha para busca la dirección. No sabía dónde estaba, se había perdido y ya era tarde, trato de buscar a alguien para preguntarle si sabía dónde estaba la dirección pero no había nadie a su alrededor al parecer las clases ya habían empezado. Se maldijo por no haber preguntado antes donde se encontraba la dirección. Siguió caminando y al fin la encontró.
Narración de ByungHun (L.Joe):
Como puede ser que me haya perdido, lo bueno es que ya encontré la dirección. Abrí la puerta y me dirigí al escritorio de la secretaria.
-Disculpe- La secretaria que aparentaba estar más o menos en la edad de los 40. Se giró a verme y me dio una pequeña sonrisa.
-¿Si? En que puedo ayudarte
-Mi nombre es Lee ByungHun y soy nuevo aquí, me dijeron que tenía que venir para que me dieran mi horario y el número de salón en el que estaré.
-Oh! Eres el nuevo, bien sígueme te llevare al salón de clases en el que estarás.- se paró de su silla y me llevo al salón en el que yo estaría.
Tenía un miedo terrible ¿Qué tal si todo era igual que en mi escuela anterior? Ya estábamos enfrente de la puerta y la secretaria la abrió para luego pasar y avisarles a los demás de un alumno nuevo se integraría al grupo. La secretaria me hizo una seña para que entrara y eso hice. Entre y ella se retiró. El maestro que estaba en ese momento en el salón me pidió que me presentara.
-Mi nombre es Lee ByungHun pero pueden decirme L.Joe, espero llevarnos bien.- Hice una pequeña reverencia y solo espere a alguna indicación del maestro.
- Bueno joven Byung puede sentarse junto Chan Hee.- Voltee hacia donde había apuntado y ahí estaba un chico de cabello rubio, muy guapo a decir verdad. Fui a sentarme a donde me habían indicado y decidí hablarle a mi compañero de al lado.
-Hola.
- No deberías de hablarme, solo te traerá problemas, solo finge que no estoy y no me hables.- bajo su cabeza y supe que algo andaba mal con él. Ignoré todo lo que me había dicho y insistí en hablarle.
- y cuál es tu nombre?
-Soy Chan Hee pero puedes decirme Chunji.
-Yo soy L.Joe – le sonreí, es algo que nunca suelo hacer pero creo que él se merece una sonrisa de mi parte.
Las ansias de cortar mis brazos me tenían desesperado, solo quería hacer un corte y ya para poder estar tranquilo. El reloj no parecía ayudar, la hora para salir al receso no se acercaba ni un poco. Odio esto de tener ansiedad, pediría permiso para ir al baño pero lo que el maestro está explicando en este momento es de demasiada importancia y no puedo salir del salón, suena tonto que me importe la escuela cuando ni valoro mi vida y no sé cuánto tiempo me mantendré vivo.
Al fin la maldita campana toco y Salí apresuradamente al baño. Llegue y saque mi navaja para después meterme a un cubículo. Un corte, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, y ya perdí la cuenta. Limpiaba la sangre de mis brazos cada que hacia un corte nuevo, así no se haría un charco de sangre en el piso y nadie sospecharía.
Salí del baño y empecé a caminar hacia la cafetería, no me apetecía comer pero fui con la intención de encontrarme a Chunji. Lo encontré y me dirigí hacia el. Estaba solo , creo que no es de muchos amigos igual que yo.
-Hola.- Me sente a su lado y solo me miro para después bajar su cabeza.
-Hola.
- Oye puedo estar contigo en los recesos y asi , es que como veras no conozco a nadie aquí y tampoco soy muy sociable
- Creo que no deberías juntarte conmigo
-¿y Por qué?
-Porque nada bueno te pasara a mi lado, te molestaran por juntarte conmigo
-¿Quiénes?
-Todos, todos aquí me odian
- No creo que todos, yo no te odio es más hasta me caes bien.
- Los demás harán que me odies
- No lo creo, no dejare que eso pase.
Chunji me parecía una persona muy interesante, oculta algo y eso me atrae más. Espero y no se decepcione de mi cuando sepa que soy una clase suicida.
Narración de Chunji:
Hoy entro alguien nuevo al salón y le toco sentarse junto a mí. El insistió en hablarme pero por su bien intente alejarlo aunque no funciono porque siguió hablándome.
En la hora del receso también se me acerco y empezó a hablarme, trate de alejarlo de nuevo pero siguió sin hacerme caso.
Estuvo todo el tiempo pegado a mí, los demás ya habían empezado a decirle cosas sobre mí y el solo los ignoraba.
Él es una persona muy agradable, espero y no me odie como lo prometió. Tampoco quiero que se dé cuenta de mis problemas eso sería horrible, No me gustaría que pensara que estoy loco.
Las clases terminaron y me fui a casa. Hoy fue uno de los pocos días que son tranquilos pero sé que no durara mucho esta tranquilidad. Como lo supuse, solo llegue a casa y mi madre empezó a desquitarse conmigo. Me pregunto cuando acabara esto.
Pero después de todo, hoy fue un buen día. Porque hoy alguien nuevo entro a mi vida.