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Mi pequeño problema. por fxctheworld

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Notas del capitulo:

No pude esperarme, y aquí les dejo el capítulo :) amenme (?) y gracias por sus reviews :3

- ¡Yugi Mutou, baja ahora mismo! ¡¡Esto es el colmo!! - Gritó su madre a todo pulmón, mostrando lo enojada que estaba. Pero su hijo no hacia caso por la música de P¡nk que tenía a todo volumen; Funhouse. - ¡¡Yugi!!

Mientras tanto el tricolor estaba en su cama con los ojos cerrados mientras movía su pierna cruzada al ritmo de la música. Vestía solamente con un pantalón de mezclilla y el torso descubierto dejando a la vista uno de sus tatuajes. Había escuchado los gritos de su madre, y siendo sincero el no tenía ánimos de bajar para un sermoneo, seguro lo retaría nuevamente por lo que había hecho hace unas horas. No le importaba, pero su flojera le impedía moverse de su cama.

La puerta se abrió siendo azotada por una mujer demasiado furiosa, casi se podía ver que su pelo lanzaba llamas de furia.

El frunció el ceño por el escandalo.- ¿No te enseñaron a tocar antes de entrar?

- ¡Te estoy gritando desde hace 3 minutos y tu no vienes!

- No me da la gana bajar, ¿puedes sermonearme más tarde? - Bufó acomodándose más en la cama.

Su madre sin importarle que, desconecto la clavija del estéreo apagando la música que tenía su hijo, Yugi sobresaltado se puso de pie con la intención de reclamarle pero se calló cuando su madre le dio una bofetada en la mejilla.

- ¡Yugi, el padre de tu ex acaba de hablarme! ¿Sabes que me reclamó? ¡Rapaste la cabeza de Anzu y le tatuaste la palabra "zorra" en la frente"! ¡¡Me tienes harta con tus espectáculos!!

- ¿Y que querías que hiciera? Sí ella fue la zorra que me engañó primero, obviamente iba a vengarme. - Se encogió de hombros, como una forma de restarle importancia tomándose la mejilla entre su mano sobándola.

- ¡¡Pero es una mujer!! sea lo que sea que haya hecho no tenías derecho de hacerle tal cosa. ¡¡Tu comportamiento es inaceptable!!

- ¿Mujer? - Bufó cruzándose de brazos.- Ella era una zorra disfrazada de dama, debería agradecerme le hice un favor al mundo así sabrán la clase de tipa que es.

- ¡Lo que fuese, estoy hasta la ma...!

- Madre, no digas groserías. - Apareció detrás de ella la hermana menor de Yugi; Rebeca. Una chica de 10 años, rubia y ojos azules. Todo lo contrario a su hermano, era noble, gentil, una flor.- Nii-san.

- Rebeca, ¿no deberías estar estudiando? - Preguntó su madre poniendo las manos en su cintura reprimiéndola.

- P-perdón m-mamá...

- Déjala en paz madre, si no puede estudiar son por tus gritos.

- ¡Por tu culpa grito!

- Relájate, te podrían salir canas. - Se burló el tricolor mientras le indicaba a su hermanita menor que se sentara a su lado. Su madre salió de ahí soltando humos por los oídos, Yugi río divertido. Le gustaba hacer esto.

- Nii-san ¿Por qué eres así? - Su hermanita se sentó a su lado mirándolo con tristeza.

- ¿Viniste por eso o porqué quieres distraerte de tus deberes? - Enarcó una ceja cruzándose de brazos, naturalmente su hermanita era toda una niña genio a su edad, por la presión que le hacía su madre sobre su hermana de ser la mejor y no "terminar" como su hermano mayor. A el no le importaba, aunque tuviera su carácter el quería lo mejor para su hermana.

Rebeca siempre lo buscaba en su habitación para jugar con el o platicar, todo con tal de distraerse de los deberes. Yugi aceptaba jugar con su hermana, con ella no podía dejar de ser ese niño mal que todos conocían.

- ¡No, no! ¡Distraerme con mi nii-san!

- Bueno, pues llegaste a tiempo. - Sonrió perversamente, desconcertó a la menor.- ¡Por qué es hora de las cosquillas!

- ¡No, todo menos eso!

Tarde, su hermano comenzó a hacerle cosquillas a su hermana por su estomago, sacándole risas contagiosas a la rubia, el también reía. ¿Cómo no divertirse con su hermana? era lo más preciado que tenía él.

.

.

.

- ¿Un psicólogo? - No pudo evitarlo y dejó salir una carcajada ruidosa por todo el living, definitivamente su madre hacía buenos chistes.- Madre, nunca pensé que se te daría los chistes, este fue bueno, ¡Bravo! - Aplaudió aún muerto de la risa.

A su madre no le pareció gracioso, pues seguía con su cara seria. Al igual que su abuelo, quien estaba a un lado de su hija. Estaba decepcionado de su nieto, nunca pensó tener uno tan complicado como lo es Yugi.

- Ay Yugi, si supieras que esto no es una broma.

- ¡Por favor abuelo! ríete también, acepta que el chiste de mi madre fue buenísimo.

- Yugi. - Resopló su madre poniéndose de pie y caminando hacía el tomándolo de los hombros.- No es una broma, estoy harta de tu comportamiento y no permitiré que sigas aquí enfermando la mente en desarrollo de tu hermana.- Masculló lo suficiente para que el abuelo no la oyera. - Además que iras a un Internado donde tratan a chicos como tu, ahí tu psicólogo te atenderá. No habrá problema ya que es el mejor en su puesto, será pan comido para el.

El tricolor gruñó zafándose del agarre de su madre, la miró con odio, no, más odio era repulsión. - ¿Por eso me quieres lejos de ti no? - Río con ironía.- Era de esperarse, tu nunca me quisiste.

- ¿Qué dices nieto? tu madre te ama. - Interfirió su abuelo, el cual no era oyente de lo que acaba de confesarle su madre, no directamente pero era realmente obvia.

El soltó una carcajada.- Claro como no. - Se dirigió a su madre lanzándole una de las peores miradas de odio, ella le dio igual.- Ni creas que me separarás de mi hermana menor, nunca me iré de este sitio.

Movió sus piernas con la intención de ir a su habitación, pero el sonido del timbre sonó por toda la casa. Paró en seco y miró hacia la puerta, ya que estaba casi al frente de él. Su madre le indicó con la cabeza que abriera.

- Si es el maldito psicólogo créeme que me desharé de él más rápido que una de mis putas cogiendo. - Dijo sin pudor alguno, el cual su madre y abuelo hicieron una mueca de repulsión. Caminó hacia la puerta, pero cuando la abrió su boca cayó al suelo. No podía creer lo que estaba viendo.

- Disculpa ¿esta es la casa Mutou? - Preguntó un hombre de cabellos tricolores, similares a los suyos. Sólo que estos tenían en la punta un color carmesí. Su piel era blanca, traía puesta una camisa algo desabrochada de los tres botones, la corbata apenas estaba hecha. Pantalones ajustados y.. sus ojos, era lo que más llamó su atención. Un color rojo como los de la atardecer, pero estaban ocultos tras esos lentes. Definitivamente aquel hombre era un dios.

- Sí ¿Quién eres?

- Soy Yami Atemu, los padres de esta casa me contrataron para ser el psicólogo de su hijo. - Sonrió de manera que lo derritió enseguida, agitó su cabeza sacando esos pensamientos ridículos de su mente.

- ¡Ah, sí! soy el chacho de la casa, me pidieron que le dijera que sus servicios no son necesarios ¡Adiós! - Trató de cerrar la puerta, pero Yami fue más veloz poniendo su pie en medio evitando dicho acto, sonrió con burla a Yugi. Este gruñó en un intento fallido, entró a la casa como si nada.

- Así que ya tengo el honor de ser desechado por ti, Mutou-kun.

- Yami, me alegra que hayas podido venir.- Sonrió la madre de Yugi.- veo que ya tuviste el "gusto" de conocer a mi hijo.

- Lo considero un placer ser desechado por el. - Todos, excepto Yugi rieron por el comentario del mayor.

A Yugi no le pareció gracioso, puso sus ojos en blanco.- Pues te invito a salir de esta casa. - Nuevamente abrió la puerta, indicándole que saliera. El sólo negó con la cabeza acomodándose los lentes, lo miró divertido.

- Lastimosamente, yo no obedezco mocosos como tú. - Torció la boca.- Pero gracias por la invitación, Mutou-kun.

<¿Cómo me llamó? definitivamente este guapote tendrá su primera lección al conocerme; No insultarme, el que lo hace la paga caro>

 

Notas finales:

¿Y como les esta pareciendo con este primer cap? espero este siendo de su agrado ^^


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