- ¡Mamá, cúbrete los ojos que se la voy a chupar! - Río Yugi ebrio, Yami lo empujo al suelo. Este no paraba de reír. Pero como pudo se puso de pie miró a Yami y le lanzó un beso al aire, puso los ojos en blanco poniéndose de pie igual.- Por cierto... ¡Chicos! - Llamó a los strippers, estos se acercaron. Cinco chicos atractivos vestidos con unos shorts ajustados.- Denle a mi mamá su bienvenida, mientras que las chicas dénsela a mi abuelo ¡Ya!
- ¡¿Que?! - Replicaron el abuelo y su madre, pero fue demasiado tarde, se los habían llevado lejos de ahí.
Yugi se acercó a Yami dejándose caer en sus brazos, susurrándole al oído.- Vamos... a la recamara.
- Estas ebrio ¡Mira este desorden! ¿Y tu hermana? - Lo miró asustado, temiendo que la niña estuviera en problemas.
- Sh sh sh, esta en su cuarto encerrada... le dije que lo hiciera. - Movió su dedo índice de forma juguetona.
- ¡Sabía que planeabas algo!
- Y aún así no me detuviste. - Alzó sus cejas repetidas veces.- sé que te morías porque te besará, nadie se resiste a mi.
Yugi quiso acercarse a el con la intención de besarlo, pero lo esquivó cayendo en los brazos de Bakura y en sus labios mientras lo besaba. El mayor al darse cuenta, los separó al instante.
- ¡Aquí nadie comparte saliva!
- ¡Déjame coger estúpido psicólogo de mierda!
- ¿Tu psicólogo? - Preguntó burlón el albino.- ¡Que risa, Jajajaja! tu cabello de puercoespín, te deseo suerte cuando te coja. - Se fue de ahí dejando a Yami con cara de horror.
- ¡Yugi eres un cerdo!
- Hip, claro que no... ¡¿Quien quiere coger conmigo?! - Gritó al aire, inmediatamente varias chicas se le vinieron encima.
- ¡No, no, fuera de aquí largo!
En ese mismo instante la puerta principal fue derribada por unos policías armados.
- ¡Nadie se mueva, arresten a todos los strippers! - La gente comenzó a exaltarse y a correr por todos lados, balazos sonaron. Parecía película, la gente gritaba mientras intentaba salir. Las autoridades arrestaron a los strippers, Yami buscó con la mirada a Yugi quien se le había perdido de pronto, encontrándolo nuevamente en el tubo stripper moviendo sus caderas provocativamente.
- ¡Mutou, baja de ahí ahora mismo!
- ¡Oblígame papasito! - Lo que estuvo por pasar, dejó con la boca abierta al mayor. Yugi quitó su última prenda lanzándosela al aire quedando completamente desnudo. - ¡Don't stop the party!
- ¡Arresten al tricolor desnudo!
Indicó un policía, mientras otro se acercaba a Yugi tomándolo de los brazos con fuerza.
- ¡Oiga que hace suélteme! - Pataleo.- ¡Sí quiere sexo tome su turno gordo de mierda!
- ¡No se lo pueden llevar, es mi paciente! - Yami se interpuso tratando de hacer entender al hombre que el sólo era un adolescente "desorientado"
- ¿Su paciente? se ve como su hermano.
- Es mi paciente ¡Suéltenlo ya!
- ¡Yami maldito papasote ayúdame con esta bola de manteca! ¡No me toque morboso! - Trató de patearlo en sus partes intimas, pero no lo consiguió.- ¡Ay, que duele con una mierda!
El policía miró a Yami, luego a Yugi. Suspiró, con su mano le indicó al otro policía que lo soltase. El obedeció, pero antes de hacerlo Yugi le dio tremenda patada abajo, haciendo el hombre se arrodillara.
- ¡Mutou!
- ¡Eso y más te mereces panzón! - Nuevamente lo pateo pero en el estómago, unos brazos lo tomaron de la cintura.- ¡Bájame, bájame maldito psicólogo de mierda!
- ¡Estás loco! - Gritó tomándolo por la fuerza mientras lo cargaba llevándolo hacía su habitación aventándolo en la cama.
- Ah ya veo, quieres una noche caliente con este nene. - Río con sus mejillas rojas, estaba más que al tope.
Yami puso sus ojos en blanco.- No tienes tanta suerte. - Cerró la puerta poniéndole seguro. Yugi de inmediato se levantó.
- ¡Abre la puerta Atemu! ¡Carajo abre! - Pateo y golpeo varias veces la puerta, mientras se oían gritos y los balazos de la policía.- Ahora si me metí en una grande...
Se recostó nuevamente en la cama, no sin antes ponerse unos bóxer, pantalón y una camisa negra sin mangas. Estaba casi seguro que con esto, Yami ya no querría ser su paciente. Nadie querría tener cerca a alguien como él, y lo demostró en esta fiesta. Que seguramente saldría en las noticias. Cada escandalo que el hacía terminaba en revistas y en periódicos mundiales. Terminó por quedarse dormido.
Pasaron horas que para el parecían minutos. Abrió sus ojos con lentitud, sintiendo su cabeza estallar, se sentó en cama tomando sus cabellos. No recordaba lo que había pasado anoche, sólo la música y cuando llegaron a su casa, como humilló a Anzu. Pero de ahí ya nada.
La puerta se abrió, Yami entró con cara de pocos amigos.
- ¿Qué paso ayer?
- ¿Qué pasó? ¿En serio mocoso? ¡Metiste strippers a tu casa! ¡Humillaste a tu ex novia! ¡Le bailaste a más de las personas de la fiesta! ¡Rayaste la pared de la casa con un "Yugi Mutou estuvo aquí"! ¡Metiste a tu hermana en esto! ¡Besaste a un chico! ¡Pusiste a los strippers a bailarle a tu mamá y tu abuelo! y para acabarla.. ¡TE DESNUDASTE EN FRENTE DE LOS POLICÍAS! ¿QUIERES QUE SIGA?
- A ver, a ver no me grite pedazo de imbécil que me duele la cabeza. Además, seguro y que mi madre lo disfrutó, le hacía falta un buen polvo en ese agujero.
- Eso y más te mereces, eres de lo peor. - Calló por unos segundos, y luego sonrió ampliamente. El tricolor lo miró confundido.
- ¿Qué me ve? ¿Le gusto o qué?
- Ese era tu plan, querías hartarme para que no fuera tu psicólogo y no te mandara lejos a California. - Yugi palideceó mirando hacía otro lado.- ¿Pero sabes qué? no funcionará, con mayor razón te llevaré conmigo a California.
- ¡Qué!
- Cómo oíste, prepara tus maletas mocoso. - Salió de la habitación poniéndole seguro a la puerta, Yugi maldijo en voz alta.
- Mierda ¿ahora que hago? No puedo ir a ese Internado y dejar sola a mi hermana, además aquí es mi vida, no dejaré esto para ir a California. - Decía para si mismo caminando al rededor de la habitación, hasta que pensó en alguien que podía ayudarlo.
Sacó su teléfono y marcó.
- ¿Qué quieres Mutou? tu puta fiesta casi me mata de una resaca y de un balazo. - Habló roncamente al otro lado. El sólo sonrió al teléfono.
- Necesito tu ayuda ¿Tienes tu auto?
- Si ¿por qué?
- Necesito que pases por mi a una cuadra de mi casa.
- ¿Qué piensas hacer ahora cabrón?
- Escaparme, nadie me lleva a un asqueroso Internado con un psicólogo.
- Eres tremendo, paso por ti en 5 minutos. - Colgó. Rápidamente tomó su celular y acomodo su cama con almohadas para que pareciese que estuviese dormido.
- Hora de huir. - Miró a todos lados por donde podría salir, su casa era como de tres pisos. Entonces se le ocurrió que en el baño afuera había una ventana que conectaba un árbol. Así que fue hacía ahí, cerrando con seguro, así serviría de distracción.
Abrió la ventana, y en efectivo. Estaba el árbol ahí.
Como pudo se subió a una rama que parecía estar firme, para luego bajar con cuidado sin hacer ruido. Cuando lo logró salió corriendo hacía donde lo esperaba Bakura con su auto, no podía arriesgarse, ya que en el suyo estaba un GPS que le había puesto su madre, y en el de su amigo no habría nada.
Entró chocando palmas con el albino, y arrancaron.
- ¿A donde su señoría?
- Al hotel paulo.
- Sí que estas desesperado por no ir a ese sitio ¿eh? - Se burló, el sólo asintió.
- Ya me conoces, nadie puede domarme.
- Pues, cuando besaste a ese tipo parecido a ti no parecía otra cosa.
- ¡¿Bese a Yami!?