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KaiSoo por KaiSoo21

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Sehun estaba preocupado por lo que acababa de ver. Eso era suficiente como para que su amigo no volviera a su antigua relación con el cantante. “Tal vez es mejor así. Así terminan todo antes de que de algún modo se enteren que se conocen desde hace años.” Pensó mientras jugaba con la comida volviendo a ignorar a Luhan. “No, Kai está muy triste. No me gusta verlo así. Diablos, ¿Qué debo hacer?”
– ¡Basta ya! ¿Qué está sucediendo contigo?
– Nada, ¿por qué?
– No has comido nada, sólo mueves la comida con el tenedor. ¿Acaso no tienes hambre?
– Yo siempre tengo hambre – puntualizó el peli-arcoíris antes de pinchar un fideo con su cubierto para llevárselo a la boca en señal de prueba.
– Vamos, Sehun. ¿Qué ocurre? – insistió al ver como volvía a perderse.
– Lo siento. Tengo que irme – decidió y dejó dinero en la mesa – Es para que pagues la cuenta.
– ¡Espera! – trató de gritarle pero el chico ya se había largado, dejándolo completamente solo.
**
Kai vio a la chica a lo lejos, estaba sentada en una de las gigantes masetas que adornaban la entrada del centro comercial y su vista paseaba por cuando hombre caminara cerca. El moreno negó con la cabeza sin poder creérselo y se acercó rápidamente.
– ¿Me quieres explicar porque mierda le mandaste ese video a mi novio? – encaró llamando su atención
– ¿Qué haces aquí? – le pregunto sin inmutarse.
– Responde, maldita sea.
– A mi no me rechaza nadie… – dijo mirando al tumulto de gente como única explicación.
– ¿Sabes acaso lo que provocaste? – se colmó el bailarín perdiendo la paciencia. Trató de calmarse pues si se alteraba demasiado dudaba que la ahora morena le ayudara. – ¡Hiciste que terminara conmigo!
– Era la idea. Te dije que me recordarías cuando esto pasara…
– ¡Eres una…!
– ¿Una qué? – preguntó mirándolo, incitándolo a que continuara.
– No me vale gastar palabras en ti, solo quiero que le digas la verdad.
– ¿Qué te hace pensar que yo haría algo así?
– No entiendo como puede existir gente tan maldita en este mundo. – dijo desde las alturas con desprecio.
– Gracias, pero así no conseguirás que hable.
– Por favor, – suplicó – no soporto tenerlo lejos de mí.
– Está bien. – dijo después de un momento en el que se lo pensó mejor – Lo haré.
– ¿De verdad? – le preguntó como viendo la luz al final del túnel. Luz que se apagó al escuchar que tenía una condición. – ¿Cuál?
– Tienes que hacer lo que yo quiera, si lo haces bien se lo diré.
– ¿Qué cosas, exactamente? – preguntó desconfiado pues no le gustaba el camino que iba llevando la conversación.
– No es difícil de imaginar – dijo mientras revisaba sus cuidadas uñas. – Sólo quiero que pases una noche conmigo…
– ¡Estas loca! Eso no lo voy a hacer, aunque ya no estemos juntos le debo todo el respeto. – se negó refiriéndose al cantante – Mi corazón es solo de él.
– Como sea, si quieres lo piensas, si quieres lo olvidas. A mi me da igual, que se entere de la verdad depende de ti. – dijo y le dio un beso en la mejilla marcándole su labial. – Si ves a Bom dile que me harté de esperarla.

**
Claro que ni aunque hubiera estado en los planes de la castaña reunirse con su amiga no hubiera aparecido. Estaba tranquilamente en su casa organizando su inmenso guardarropa cuando sintió unos golpes fuera del ritmo. Bajó el volumen de la música extrañada e identificó que los ruidos no eran de su canción favorita. Alguien tocada la puerta estrepitosamente.
Dejó su tarea y fue recibir a su visita (que en realidad no había invitado). Mientras atravesaba el gran departamento la esperanza crecía dentro de ella, esperaba con todo su ser que fuera esa persona…
– Hola. – saludó agradeciendo su suerte.
– ¿Cómo estás, preciosa? – preguntó Chen mostrando sus hermosos dientes en una sonrisa sincera. – ¿Puedo pasar?
Bom asintió y se hizo a un lado para dejarle espacio al chico. Cuando este caminó a su lado la embriagó con su olor. Volviendo a sus cinco sentidos, cerró la puerta y le ofreció algo de beber.
– Ah, no. Bom, ven aquí, por favor. – pidió con las manos en los bolsillos y una mueca rara en su rostro.
– ¿Te ocurre algo? – preguntó la chica preocupada. Cuando llegó a su altura le tocó la frente en busca de temperatura pero no encontró nada anormal. – ¿Estás enfermo? ¿Por qué estás sudando tanto?
– ¡Son los nervios! – gritó rompiendo en risas. – Verás… yo, eh… Bom.
– ¿Sí?
–…
– ¿Te será más fácil decir lo que tengas que decir si no te estoy viendo? – sugirió la chica perdiendo los nervios a causa de la curiosidad.
– Sí, eh… tal vez…
– Bien. – la castaña subió su mano a la altura de sus ojos e hizo presión ahí. Esperó unos momentos y nada pasó, hasta que sintió como unas manos la tomaban por los hombros y hacían que se diera media vuelta.
– Así me aseguro. – dijo Chen y luego suspiró. – ¿Alguna vez te dije lo hermosa que te veías cuando nos conocimos? Ese día ibas vestida muy simple. Zapatillas deportivas, un short gastado y un poleron que probablemente era de Lay porque te quedaba un poco ancho. Tu cabello estaba liso y se veía realmente genial. ¡Ah, no malinterpretes! ¡Me gusta tu cabello de cualquier forma! – gritó el chico a la espalda de Bom logrando que ella soltara una risita. – Pero luego, cuando nos juntamos por nuestra cuenta apareciste completamente distinta. Tacones de no sé, ¿quince centímetros? ¡Eras más alta que yo! – alegó haciendo un puchero que la castaña no vio pero pudo imaginar. – Usabas un vestido ajustado que te hacía lucir realmente sexy… Olvida eso, le quitó toda la onda romántica. Como sea, lo que intento decirte es que seas una modelo o una chica común… tú me encantas. Realmente me gustas mucho, Bom… por eso… por eso te quería pedir algo… – Chen cerró los ojos un momento y estiró su mano para alcanzar a la chica. Entrelazó sus dedos y jaló, provocando que se volteara y quedaran frente a frente. – ¿Quieres ser mi novia?
– Yo… – Bom miró el suelo un momento y cuando levantó su mirada sus ojos estaban anegados en lagrimas. Por la cara que puso el chico era obvio que esperaba una negativa. – Sí quiero. Me encantaría.
– ¡YES! – gritó y se acercó a la castaña para besarla.

**
Sehun llegó a casa y lo primero que hizo fue recorrerla en busca de Kai, esperó unos minutos a que llegara pero la situación lo tenia tan desesperado que decidió llamarlo.
– Estoy camino a casa. – le dijo a penas contestó, como adivinando su pregunta. – ¿Pasó algo?
– Sí, no creo que te agrade mucho…
– Me estás asustando, dime que ocurrió. ¿Suho está bien?
– Sí, acaba de llegar. – le dijo mientras el platino parecía en la puerta acompañado de Kris. – Hablaremos aquí, date prisa.
– ¿Qué pasó? – preguntó repitiendo la pregunta de su primo.
– No es nada – negó el peli-arcoíris pasándose las manos por la cabeza.
– ¿Seguro? Estás bastante agitado. – insistió. – Tendrás que decirme luego, de cualquier modo. – dijo al ver como su amigo solo movía su cabeza de un lado a otro, negando todo. Subió a su habitación seguido de su novio y se armó de valor para preguntarle algo que desde hace días le carcomía por dentro. – Oye, uhm… ¿Porqué Kai te tiene tanto odio y Sehun te mira con frialdad?
– No lo sé, supongo que no les agrado.
– Pero Kai no es de esos que sienten odio sólo porque sí, Sehun tal vez, pero él no… ¿Me estas ocultando algo?
– ¿No confías en mi? – le preguntó sin mirarlo. – ¿Porqué estas conmigo, entonces?
– Una cosa son mis sentimientos por ti y otra muy distinta es que sienta que me ocultas algo… – le dijo tratando de establecer contacto de miradas. – Si no me dices ahora mismo qué es no me volverás a ver… nunca. En tu vida.
Apenas Kris oyó eso supo que no le quedaba de otra. Se dejó caer en la parte baja de la cama, apoyó sus codos en sus piernas y sus manos se entrelazaron en su cabello. No se dio cuenta que había empezado a llorar y cuando lo notó sólo pudo frustrarlo más.
– Tengo miedo. – admitió sin levantar la mirada del suelo. – Después de esto es probable que te alejes de mí, y te pierda para siempre.
– ¿Porqué dices eso? ¡Nada puede ser tan malo!
– Sí que puede, sólo escucha y después podrás gritarme o lo que sea. Antes… – el rubio se levantó y envolvió entre sus brazos al platino. Lo estrechó fuertemente y entre sollozos pudo susurrarle: – Normalmente soy frio, pero tu me haces sentir diferente. Ten presente que te amo, y que respetaré tus decisiones.
– Kris, me estas asustando. – le dijo separándose un poco de él.
– Soy miembro de una pandilla… – comenzó con los ojos fuertemente cerrados. Le contó todo, desde que Sehun entró a ser parte de ellos, la pelea que tuvo Kai con el líder Tao, hasta el intento de asesinato para con Baekhyun. En el trascurso de lo dicho, Suho se fue separando cada vez más del cuerpo de su novio. Cuando terminó, este tenía la vista perdida en algún punto inexistente.
– No sé como no lo vi antes… – susurró, tal vez para si mismo.
– Yo cambié por ti. – aseguró el rubio.
– ¿Cambiaste? – preguntó incrédulo, levantando la vista y fijándola en la de Kris. – De haber cambiado me habrías dicho antes todo esto.
– Ya lo sé, ese fue mi error. – admitió.
– Sí, ese fue tu error. Mi error fue haberte dejado entrar en mi vida… No tiene caso que sigamos hablando, vete.
– Suho, no. Aún tenemos mucho que aclarar…
– No tengo nada que conversar con un puto delincuente. Sal de aquí y no vuelvas.
– Está bien, dije que respetaría tus decisiones – aceptó y tomó su chaqueta. Intentó besarlo pero este se hizo a un lado sin mirarlo.
– Espero que no le hagas nada a mis amigos por esto.
– No soy ese tipo de persona. – le aseguró.
– Ya no te reconozco, por eso te lo digo. – dijo antes de ver cómo el chico rubio salía de su habitación con la cabeza gacha.
De algún modo, no notó que había dejado la puerta abierta, y solo se dejó caer en el suelo, llorando como si no hubiera un mañana. Poco rato después, Sehun apareció en su umbral. Lo observó un momento y se acercó para ayudarlo a ponerse en pie.
– ¿Por qué lloras? – le preguntó
– ¿Porqué no me dijiste nada? – preguntó de vuelta mirándolo con furia atreves de sus ojos anegados en lagrimas.
– ¿Sobre qué?
– Tú, Kai y Kris son unos malditos mentirosos. ¡No se los perdonaré nunca!
– Dime que pasa, no te entiendo. – preguntó el peli-arcoíris confundido.
– Él me contó lo de la pandilla – le dijo aún desde el suelo. – ¿Porqué no me lo dijiste?
– Porque se veías feliz con él.
– Feliz en una atmosfera de mentiras, joder. Son una basura.
– No digas eso – le pidió dolido.
– ¿Acaso quieres que les aplauda? – preguntó antes de que el moreno se les uniera. – Y aquí otro mentiroso.
– ¿Porqué gritas? – le preguntó extrañado y se iba a acercar, las palabras de Sehun lo detuvieron.
– Kris le contó todo.
– ¿Cómo? – cuestionó mirando con los ojos muy abiertos mirando a su amigo.
– Ya lo oíste, ¿o es que acaso te iba a arruinar algo el que yo lo supiera?
– No es eso…
– ¿Saben? Ya me da igual – les dijo mientras se secaba las lagrimas que aún adornaban sus mejillas y se ponía de pie – Si quieren pueden matarse entre ustedes, pero a mi me dejan fuera. Ahora sé que no puedo confiar en nadie, mucho menos en ustedes. Salgan de mi habitación.
– Oye, no. Yo iba a decírtelo pero no era el indicado. Él tenía que contarte todo – le dijo Kai –…aunque nunca pensé que se atrevería.
– Ah, okey. Entonces si el no me lo decía hubiera seguido haciendo el papel de tonto, ¿no? – preguntó irónico – Me queda mucho más claro que en realidad si engañaste a D.O., mejor que esté lejos de ti. Así no le harás daño.
– No vuelvas a repetir eso – gritó enfadado lanzándose a su primo.
– ¿Me vas a golpear? No me sorprendería. Esta es la segunda vez que les pido que se larguen de aquí. Quiero estar solo.
Al oír eso, los muchachos asintieron lentamente y se retiraron consecutivamente; y sin decir ninguna otra palabra, Kai cerró la puerta sus espaldas. Suspiró y miró a Sehun quién ya estaba por perderse en dirección a la cocina.
– ¿Qué querías decirme? – le preguntó, deteniéndolo.
– ¡Ah! – exclamó el peli-arcoíris cuando recordó. – Fui a comer con Luhan…
– ¿Me dirás que comiste el doble de lo normal?
– No, idiota. Vi a D.O. con Lay… besándose.
– ¿Cómo que besándose? – preguntó sin creerlo. – Debes de haberte confundido, él no es así…
– Era él, – afirmó. – hasta me senté en una mesa cercana a ellos. Estaba llorando y decía que nunca lo quisiste. Tal vez sólo lo hizo para refugiarse. – sugirió encogiéndose de hombros.
– No, él no pudo haber hecho eso… – afirmó más para convencerse a si mismo. – Él me ama tanto como lo amo yo.
– ¿Estás… llorando? – preguntó Sehun, incrédulo al notar como a su amigo se le quebraba la voz.
– No, si lo hago no podré pensar de manera clara, y es lo que más necesito en este momento… Es la única manera de recuperarlo.
– Entonces date prisa, – apuró objetivamente – si sigue estando en la compañía de Lay, no pasará mucho para que crezcan sentimientos entre ellos.
– Lo sé, y voy a necesitarte. – le dijo mirándolo.
El peli-arcoíris no entendía a lo que se refería y tuvo que preguntarle para que Kai resolviera sus dudas. Le contó sobre la propuesta de Minzy y pensaron en estrategias para lograr el objetivo sin pasar por ese maldito proceso. Después haber encontrado el plan más factible (pero también más arriesgado), el moreno marcó el número de la chica poniendo el altavoz para que su amigo también pudiera escuchar.
– ¿Ya lo decidiste? – le preguntó al otro lado de la línea
– No, aún no. Sólo quería saber si hay alguna posibilidad de que confieses sin que tenga que pasar… tu sabes. – intentó por última vez bajo la atenta mirada de Sehun.
– Sabes cuál es la condición así que date prisa por que paciencia no me sobra. Tienes dos semanas, – definió – si no tengo el placer que busco en ese tiempo puedes ir olvidándote de que alguna vez estuvieron juntos.
– Es inútil – dijo Kai antes de cortar. – No hay de otra, tendremos que hacerlo. – decidió mirando a su mejor amigo, refiriéndose al plan. Luego negó con la cabeza. – Iré a dormir ¿sí? – se despidió antes de dirigirse a su habitación para tratar de olvidarse de ese día de mierda.

Notas finales:

Comenten :) 

¡FIGHTING!


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