Tan pronto como la puerta se cerró, Baekhyun apuró el paso y entró en la habitación de su novio. Este se encontraba de espaldas a él, con la mirada perdida en el paisaje al otro lado de la ventana. Desde ese ángulo, el rubio pudo notar lo alto que era Chanyeol, a su lado él parecía un muñeco de colección.
– Si tú quieres que no hable más con Tao… entonces no lo haré. – dijo en voz baja después de unos momentos. – Solo no te pongas así, por favor.
– Si no estás más en su compañía no me volverás a ver así. – respondió sin mirarlo.
– No lo entiendo, – insistió mientras se acercaba a la figura del moreno y lo abrazaba por detrás. – ¿qué tiene de malo que hablemos?
– Algún día lo sabrás.
– ¿Y si me lo dices ya? –intentó apretando su estomago de manera suave para estar más cerca de su cuerpo.
El chico negó con su cabeza y justo después apareció a la vista la cabeza de Suho quien anunciaba que ya era hora de dormir y le pedía a Baekhyun que volviera a su cuarto.
– Sólo un momento más. – pidió juntando sus manos, igual que si le estuviera rogando.
– No, ve a dormir. – cortó Chanyeol antes de que el rubio platino pudiera contestar. – Mañana es el último concierto antes de volver a Corea y tienes que descansar.
– Está bien. – se rindió. – Pero me debes la explicación. – advirtió señalándolo y se largó caminando del mismo modo que lo haría un niño pequeño si lo regañan.
– Vete a la cama pronto, Chanyeol. Arrópate bien. – mandó Suho con una sonrisa y cerró la puerta, dejándolo solo con sus pensamientos.
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Durante los otros dos días, el moreno se las ingenió para que su novio no volviera a intercambiar palabras con el líder de la pandilla y para que no sacara el tema de su problema con él.
El enojo de Tao creció para con ese grupo y apenas aterrizaron en su ciudad natal partió al refugio en compañía de Xiumin. Ahí se encontró con el resto de los delincuentes.
– Los necesito preparados para una despedida muy especial… Podría pasar en los próximos días así que no se ausenten demasiado.
– ¿Estás seguro? – le preguntó el castaño.
– Sí, ahora quiero que llames al idiota de Sehun y le digas que desde mañana tiene que venir cada día. Si te pregunta porqué, no se lo digas. Lo averiguará cuando suceda…
– ¿Tao? – interrumpió CL – ¿Podemos hablar?
El rubio le hizo una seña a Xiumin para que se largara a realizar su tarea, quedándose a solas con la chica.
– ¿Qué quieres?
– Mientras estabas de viaje averigüé que relación tienes con el tal Baekhyun… No, no te funcionará otra vez. – advirtió afirmando el antebrazo del líder al ver que se preparaba para volver a golpearla. – Sé que es tu hermano menor.
– ¿Qué te hace pensar eso? Les he dicho que tienen prohibido investigarme.
– No tiene caso que mientas… y tampoco que te preocupes. No le diré a nadie, solo estoy aquí para ofrecerte mi ayuda, en lo que necesites.
– No es como si te conviniese hablar. Sabes lo que podría pasarte. – dijo Tao ignorando su oferta. La miró amenazadoramente una vez y se reunió con los demás.
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“… Pero créeme cuando te digo que se vienen cosas interesantes.” Había dicho. Esas palabras no dejaban de resonar en la mente de Kai. Después de mucho meditarlo, decidió comunicarse con Kris pues mantenía la esperanza de que él supiera a que se refería… después de todo, el rubio había sido un miembro importante en la pandilla.
Buscó su contacto y marcó. Aprovecharía que Suho había ido con Sehun al supermercado para traer las compras del mes.
Treinta minutos después de la llamada sonó el timbre. El moreno lo invitó a pasar y le ofreció algo de beber. Se acomodaron en la sala y este lo puso al día con respecto a la mini pelea que habían tenido con Tao por los celos de Chanyeol.
– Lo dijo por mí. – informó de inmediato con la seguridad impregnada en su tono. – Cuando una persona decide abandonar esa vida de mierda, Tao se encarga de castigarlos.
– ¿Castigarlos como? – preguntó temiendo la respuesta.
– En casos de traición te mutilan alguna parte del cuerpo… Si te vas simplemente por que sí te golpean hasta que se cansen. Si eres fuerte podrías resistirlo y vivir libremente el resto de los años que te queden, sino… podrías incluso morir.
– ¿Qué te harán a ti?
– Me golpearán. No los he delatado sobre algún plan y no he entregado a alguno de los miembros así que no me considerarán un traidor.
– Tienes que contárselo a Suho.
– No, no me arriesgaré a que trate de detenerme y le pase algo.
– ¡Pero le prometiste que no volverías a ocultarle las cosas! – insistió el bailarín sin notar que en ese momento se abría la puerta de entrada e ingresaban los dos muchachos cargados de bolsas llenas de comestibles.
– ¿Ocultar qué? – preguntó el platino mientras dejaba las cosas en el mueble de la cocina.
– Dile. – pidió Kai mirando al rubio con una mirada penetrante. Kris suspiró y esperó a que el platino se sentara junto a el para explicarle lo mismo que al moreno.
– ¡Es muy peligroso! ¡No puedes volver por esos lugares!
– Tengo que hacerlo o vendrán por ti. Podrían torturarte hasta que de la cara. Pero no te preocupes, intentaré reunirme con Tao en un lugar público para tratar de resolver esto con palabras…
– ¿Podrás? – preguntó Kai no muy convencido.
– Sí, los conozco hace mucho tiempo. – anunció mientras se levantaba. – ¿Dónde está Sehun?
– Me dejó en el taxi y se fue a no sé donde. – comentó el platino mirando la hora. – Dijo que tenía un asunto que resolver y que volvería temprano…
– Ya veo.
Besó suavemente a Suho y le dio una mirada tierna para tratar de calmarlo. Salió de la casa y prefirió ir caminando hasta el lugar donde se reunía la pandilla.
Sabía que le había mentido a su novio pero no quería que se preocupara. Era obvio que no podría solucionar la situación con palabras, Tao no era así, por lo que prefería ir a escondidas a recibir su castigo.
Iba por la mitad del recorrido cuando suspiró notoriamente y aumentó la velocidad de sus pasos. Prefería acabar con todo de una vez. Mientras daba grandes zancadas pensaba en como, después de la golpiza que iba a recibir, tendría que irse a su casa, curarse las heridas y al otro día inventarle alguna excusa tonta a Suho para que no se reunieran y no lo visitara. Cuando llegó se encontró con el grupo completo. Sehun estaba en la parte de atrás, y Minzy hablaba con Dara.
– ¡Vaya! – gritó Tao apareciendo detrás de unas cajas, llamando la atención de todos. – Miren quien decidió aparecer…
– Hoy oficialmente me retiro de esta pandilla.
– Era lo que esperábamos, querido Kris. – hizo un gesto con los dedos y todas las personas del lugar se acercaron y formaron un circulo alrededor de él, a excepción de Minzy quien se quedó donde estaba. Algunos miembros llevaban palos y bates, otros manoplas en los dedos y otros más expertos solo iban a golpearlo con sus propios cuerpos. Tao le sonrió malevolentemente y asintió al grupo, permitiéndoles empezar.
Claro que nadie se esperaba el hecho de que Sehun se iba a instalar frente al rubio, protegiéndolo con su cuerpo.
– Apenas estos tipos toquen siquiera un cabello de Kris le contaré toda la verdad a Baekhyun.
– ¿Qué estás haciendo, idiota? – le preguntó CL
– Estoy defendiendo a un amigo. – explicó sin quitar la mirada del líder. – Tú decides.
Tao se acercó lentamente hasta que sintió la respiración del peli-arcoíris. Se quedó ahí unos segundos, esperando que el muchacho bajara la guardia. Así fue, y con la velocidad de un puma, el rubio levantó el brazo y golpeó con toda su fuerza la mandíbula de Sehun, mandándolo directamente al piso. Siguió golpeándolo, esta vez con patadas que iban a parar a su espalda y estómago.
Sólo eso bastó para que la pelea comenzara. Se extendió unas dos horas.
A pesar de que Kris pudo defenderse a él y al otro muchacho sólo por unos minutos, ambos lograron salir con vida del lugar.
Caminaron lentamente por las calles más deshabitadas que encontraron brindándose apoyo mutuo. No querían que la gente los viera en ese estado porque ciertamente parecían zombis de tanta sangre y lodo que llevaban esparcidos por el cuerpo. Les tomó mucho tiempo llegar a casa pero cuando lo hicieron ambos se dejaron caer en la entrada, contentos de sentirse seguros.
– ¿Qué les ocurrió? – preguntó Kai – ¿¿Quién mierda les hizo esto??
– Tao. – alcanzó a decir el peli-arcoíris antes de que el moreno saliera rápidamente para enfrentarlo.
– Oh no, Kris. ¿Estás bien? – preguntó Suho entre lagrimas. – ¡Sehun, resiste, enseguida te quitaré eso! – pidió al ver que el chico intentaba sacarse un trozo de madera que le había quedado en la pierna después que lo golpearan con un palo con clavos incrustados.
– Tranquilo, Suho. – dijo mientras lo sacaba de golpe. La sangre empezó a brotar como grifo abierto y el muchacho sintió como perdía el conocimiento poco a poco al ver esa cantidad de liquido rojo saliendo de su cuerpo. – Eh, ah. ¿Suho? Tienes que decirle a Baekhyun que Tao es su hermano ¿vale? – pidió al igual que un hombre drogado antes de perder el conocimiento.
El platino tomó su teléfono y le marcó a D.O. quien suponía se encontraba con Lay y le contó de manera rápida todo lo que había pasado.
“¿Cómo lo encuentro? “ preguntó desesperado el castaño.
– El celular de Kai tiene GPS, síguelo.
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– ¿Qué ocurre, cariño? – preguntó al ver que al cantante le corrían lagrimas.
– Tao y Xiumin son parte de una pandilla y acaban de dejar moribundos a Sehun y a Kris… Kai va a vengarlos, pero va solo y podrían matarlo…
Lay tomó las llaves del auto de su novio y abrió la puerta de entrada.
– Entonces hay que moverse. – dijo al ver como D.O. seguía inmóvil en el sofá.
Como el rubio decidió conducir, el castaño aprovechó para llamar a su mejor amigo y le pidió que activara el altavoz para que Chanyeol también escuchara. A pesar de sus nervios logró contarles lo ocurrido.
– Llamen a una ambulancia, por favor. – les dijo histérico antes de cortar y pedirle a su novio que acelerara.
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El moreno tomó su celular y marcó lo más rápido de pudo el 911. Miró a Baekhyun mientras tomaba las llaves de su auto y se las lanzaba.
– Ve casa de Suho para ayudar a curar a los chicos. – mandó con el rostro serio.
– ¿Dónde irás tú? – preguntó después de asentir.
– Es fácil saberlo. Ese idiota me las debe desde hace un tiempo.
– No quiero que te pase nada pero es inútil que trate de convencerte de que no vayas… Sólo te pido que te cuides.
– Sabes a lo que voy, Baekie. Me mantendré con vida, si es a lo que te refieres. – dijo, lo besó rápidamente y salió de la casa corriendo, rezando por encontrar un taxi vacío.
El rubio aseguró la casa y condujo rápidamente hasta donde lo habían mandado. Ayudó al platino en todo lo que pudo: acomodaron a los chicos en la mesa del comedor, limpiaron sus heridas y las vendaron. Desafortunadamente, todo lo que creían eran manchas de lodo eran heridas cubiertas con sangre coagulada. Les tomó tiempo desinfectar todos los cortes pero en cierto modo les ayudaba a no pensar en el peligro que estaban corriendo Kai y Chanyeol.
– ¿Porqué tuvo que pasar esto? – se preguntó a si mismo el rubio.
– Eso… no es todo. Antes de desmayarse, Sehun dijo algo muy extraño.
– ¿Qué es? ¡Dímelo, Suho! – exigió
– Tao es tu hermano mayor.
– ¿Qué? ¡Eso no puede ser! – negó dejando de lado su trabajo de vendar la mano de Kris. – Yo soy hijo único.
– Eso dijo. Y él sabía que no eran momentos de broma, Baek. No creo que lo haya inventado…
El rubio le encontró razón y después de quedarse quiero por un momento buscó su celular y marcó el numero de su madre. No se alejó en busca de privacidad, Suho estaba con él en eso.
– ¿Cómo que tengo un hermano mayor?” preguntó directo.
“Ya te enteraste…” La señora suspiró y confesó.
– Así que es verdad… – dijo sin poder creerlo. Lágrimas empezaron a correr por su rostro. – ¿Porqué no me lo dijiste?
“No podemos hablar de esto por teléfono, cariño. Mañana mismo iré para contarte todo…”
– No, no es necesario. No quiero saber nada de ti. – rechazó antes de cortar. Se quedó en silencio unos momentos y luego lanzó el aparato contra la pared, provocando que se rompiera en mil pedacitos. – Estuvieron… mintiéndome toda mi vida… Ahora entiendo porqué se acercó de la nada y trató de entablar una relación… Ahora sé porqué los ataques de esa persona se detuvieron… Tao… Tao es mi hermano. – dijo antes de caer al suelo, inconsciente.