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KaiSoo por KaiSoo21

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La furia había dominado por completo a Kai. El hecho de salir tan rápido de casa no le había permitido tomar las llaves de su deportivo y ahora se encontraba recorriendo la peor parte de la ciudad a pie. Le avergonzaba reconocer que la ira no lo había dejado pensar bien y se encontró con varios callejones sin salida, estaba perdido. Pero es que la imagen de Tao y su grupo golpeando a sus amigos no le dejaban recordar la dirección que le había dado Sehun hace un tiempo. Después de chocar con un hombre y acabar en el piso, se obligó a respirar profundo y calmarse. ¿Dónde ir? Realmente no lo recordaba y cuando estaba apunto de entrar en la histeria sintió un estruendo, como el de un cristal al romperse, seguido de varias risas masculinas. No perdía nada con averiguar.
Se levantó y siguió su camino, sin detenerse para limpiar la mugre que había quedado en sus pantalones. Caminó rápidamente entre la basura que había en el suelo (en su mayoría botellas de alcohol y colillas de cigarro), y dio a parar a un espacio cerrado. En tamaño era mediano pero el hecho de estar amoblado solo por tres sofás viejos lo hacían notar más grande. En las paredes manchadas pudo notar cajas de cartón apoyadas.
Estaba furioso pero no era estúpido, así que deslizo una lo suficientemente grande separándola de la pared y se escondió detrás. Si quería ganar o siquiera salir vivo de ese lugar tenía que observar la situación.
Ese era el plan, al menos hasta que el moreno se fijó en el grupo de gente que se reunía al centro. Ahí, parado sobre una gran mancha de sangre estaba Tao, sonriendo de oreja a oreja, con una mirada desquiciada. Ver al rubio mofándose de cómo Kris y Sehun habían intentado defenderse encendió a Kai haciendo que el poco sentido común que le quedaba se esfumara al instante.
Salió de su escondite siendo rápido y ágil. Se acercó al grupo de personas y empujó a todos los hombres que le estorbaban. El líder estaba tan ocupado que no notó el puño que se acercaba a gran velocidad, directo a su cara.
– Eso fue por lo que le hiciste a mis amigos. – Kai cubrió su puño con la otra mano, acariciándola, tratando de disminuir el dolor que le había provocado impactar contra el mentón del rubio. Demasiada fuerza, pero no suficiente.
Cierta morena que no debía estar ahí uso la misma estrategia del bailarín y se escondió tras las cajas mas cercanas que encontró. Si Kai viera a Minzy en ese lugar, la chica nunca conseguiría lo que deseaba.
– Y me parece que tú quieres lo mismo… – dijo Tao. – Pues por mi está bien, rodéenlo. – mandó a sus subordinados.
Tanto las pocas chicas y el resto de los hombres pertenecientes a la pandilla hicieron caso a la orden y se ubicaron alrededor del moreno, formando una especie de circulo.
– ¡Genial! – gritó el moreno. – Me parece realmente bien que el gran líder Tao no se atreva a pelear solo y le pida ayuda a sus amigotes para poder enfrentarme…
– Podría ganarte con o sin ellos. – puntualizó sin cambiar su expresión. – Pero realmente quiero que tu vida se acabe hoy.
**
Lay detuvo el motor cuando divisó la entrada sin puertas del escondite. Como era de esperar, su acompañante venía consumido en nervios de preocupación, el chico de hoyuelos lo entendía a la perfección. Fue por eso que se bajó rápidamente del auto y cerró la puerta del auto poniendo el seguro. Agradecía el sistema de seguridad que tenía D.O.
Ninguna puerta podría abrirse sin que la llave esté en contacto con el coche, ni siquiera la del conductor. Es por eso que el castaño normalmente tenía que apagar el motor, abrir la puerta y luego quitar la llave del carro.
– Tú te quedas acá. – explicó al ver como D.O. abría sus grandes ojos al tratar de abrir la puerta del copiloto.
– No, yo quiero ir y traerlo. – gritó el castaño para que lo oyera.
– Sabes que él no te hará caso, lo conoces mejor que yo.
– Aún así, – insistió apunto de llorar. – necesito ir. Lay, por favor.
– No dejaré que expongas tu vida. Ya me arriesgué mucho trayéndote hasta aquí.
– ¿Y donde irás tu? – preguntó aun sin comprender.
– Está claro. Iré a ayudarlo para que estés más tranquilo…
– Déjame ir contigo. – volvió a pedir mientras sus intentos por abrir la puerta no cesaban.
– Es mejor que le hagas caso. – intervino una voz que no esperaban. Al oírla, D.O. se quedó quieto por la impresión. Antes de poder volver a hablar, el rubio le había quitado la pregunta.
– ¿Qué estás haciendo aquí?
– Me las debe. – explicó Chanyeol. – Aún no me vengo de cuando intentó matar a Baekhyun. Tú, – llamó mirando el interior del vehículo. – llama a Luhan. Aún no sabe lo que le ha pasado a Sehun.
El moreno golpeó el hombro de Lay y siguió caminando, esperando a que lo siguieran. Así paso, y durante unos segundos siguieron escuchando los gritos del cantante que pedían desesperadamente que regresaran y lo dejaran salir. Sólo cuando los perdió de vista se resignó. Busco su teléfono en los asientos de atrás (donde lo había dejado caer bajo la histeria después de llamar a su mejor amigo) y marcó el número del chico con cabello rosa.
**
– Miren eso, tenemos más compañía. – exclamó Tao al ver como dos chicos igual o más altos que el bailarín se unían para apoyarlo. Estos se pusieron de espalda, formando lo que podría ser un triangulo. Desde esa posición podían observar el grupo de gente a su alrededor en su totalidad. Justo frente a Kai seguía el líder, frente a Lay estaba CL y frente a Chanyeol se ubicaba la peli-azul. Dara no le quitaba la vista de encima, pero no era como la mirada que dirigían los otros miembros llena de maldad y sin resentimientos. Sus ojos se encontraban con los del moreno reflejando miedo, dolor y soledad.
– ¿Qué estás haciendo aquí? – preguntó Kai sorprendido, refiriéndose a Lay.
– Vine a ayudarte. – respondió siendo obvio. – Suho llamó a D.O. avisándole que te dirigías solo hacia acá. Estaba histérico y preferí venir yo a que el saliera lastimado…
– Al menos lo proteges, eso me deja tranquilo. – respondió aun sin voltearse, esperando en cualquier momento el ataque de Tao. – Gracias.
– No lo agradezcas, lo hago por él.
– Aún así…
– Basta de pláticas. – decidió la rubia y se lanzó contra Lay intentando pegarle un puñetazo que el rubio esquivo con facilidad para luego volver a su lugar.
– No me digas que tú te enfrentarás a mí.
– ¿Te complica?
– Pues si, no me gusta agredir a las mujeres… – confesó tocándose la nuca el siempre educado Lay.
– No me subestimes. – exigió CL atacando nuevamente. Esta vez con una patada hapkido nivel nueve. El rubio intentó esquivarla nuevamente pero esta vez solo logró disminuir el daño. Si el golpe original busca dar en el cuello del oponente, Lay solo logró que el punto cambiara. Cuando el pie de la chica impactó en su pecho este se vio obligado a dejarse caer al suelo, buscando aire.
Al sentir el golpe en el suelo, Kai finalmente se volteó. Llamó su nombre una vez y estaba por ayudarlo a levantarse cuando su propio oponente decidió atacar.
– Preocúpate por ti. – dijo Tao, devolviendo el golpe que había recibido hace poco. – Escuchen, – anunció a su pandilla. – no quiero que nadie interfiera en esta pelea. Es más, quiero que se muevan y nos den espacio… en el caso que uno de estos bastardos acabe con su batalla podrá entrar otro en pelea. ¿Les quedó claro?
A excepción de CL y Dara, todos se retiraron hacia atrás, algunos para apoyarse en las cajas o la pared y otros pocos para dejarse caer en los sillones. Todos estaban atentos porque todos querían su turno para golpear.
– Maldito. – dijo Kai después de reponerse. Gruñó y empezó una pelea brutal con Tao, que buscaba venganza por la golpiza que les habían dado a sus amigos y por todos los malos ratos que le habían hecho pasar.
**
– Tuviste suerte. – anunció Lay mientras se ponía en posición de defensa. Se acercó unos pasos decidido a ignorar el hecho de que era una chica. – Esta vez será diferente.
Así, otra pelea comenzó. Destellos de rubio se veían en ocasiones tanto por el cabello del chico como el largo cabello de CL que aunque lo llevaba suelto no parecía incomodarle en nada. La velocidad con la que se atacaban y la brutalidad de sus golpes eran impresionantes. Parecían dos profesionales de la lucha callejera con años de experiencia. De la chica era de esperarse, quizás hace cuanto pertenecía a esa pandilla y en cuantas peleas se habría visto involucrada… pero Lay. ¿Dónde había aprendido a batallar de esa forma?
Al contrario que las otras dos parejas, en las que se acercaban a su contrincante atacando, Chanyeol se acercó lentamente a Dara.
– ¿Porqué viniste? – preguntó la peli-azul.
– ¿Esto es lo que buscabas? – dijo ignorando la pregunta mientras señalaba como sus dos amigos eran molidos a golpes.
– Tú me dejaste… ¿Qué querías que hiciera?
– ¡Desde un principio te ofrecí mi amistad! – gritó el moreno. – Pero eso era antes… Desde que intentaste matar a Baekhyun te convertiste en una persona inservible… – recordar aquel incidente hizo que Chanyeol perdiera el control y ni se dio cuenta del momento en el que su cuerpo de movió para golpear a la chica. Sólo lo notó cuando sintió un ardor en su palma izquierda y vio como Dara se cubría la mejilla derecha con ambas manos.
– Ahora noto cuanto te importa… Nunca me habías agredido…
– No, antes eras algo para mi. Ahora no eres nada. – escupió sin una pizca de arrepentimiento. Miró a la chica y donde antes había lagrimas y una expresión de dolor ahora su vista estaba más allá. Observando por encima del hombro de su ex novio. Esa cara hizo entender al chico que alguien se aproximaba por detrás. Se volteó rápidamente y se encontró con una persona considerablemente mas baja que el. Como Xiumin no esperaba el ataque de Chanyeol, la patada le dio directamente en el estomago.
– Los ataques sorpresa no son de hombres. – le dijo mientras lo miraba con asco.
– Golpear a una mujer tampoco. – contraatacó verbalmente el castaño mientras se levantaba rápidamente para atacar.
– Eso no te interesa… – decidió mientras trataba de esquivar el golpe que le lanzaban.

El hecho de que Xiumin fuera chiquito le daba una increíble ventaja si uno se refería a esquivar. Sin embargo, en fuerza estaban en igualdad de condiciones.

**
Aún desde el auto, D.O. observaba la violenta pelea que estaban llevando a cabo sus amigos. Era impresionante la velocidad que llevaban Lay y CL, el provecho de oportunidades entre Chanyeol y Xiumin. Pero lo que más le impactaba era la forma en la que se enfrentaban Kai y Tao. Se movían y miraban claramente con la intención de matar a su oponente. La mayoría del tiempo la pelea fue pareja, pero aún así, el cantante estaba que moría de angustia. Se distrajo un momento cuando notó una sombra salir del escondite. Cuando el ser pasó por un costado del auto pudo notar su identidad. Era Minzy. ¿Pero qué estaba haciendo la zorra de Minzy en un lugar así?
Tenía que salir del maldito auto como fuera, antes de que la chica se alejara demasiado. Se gastó pensando una manera y se sintió realmente estúpido cuando la encontró. ¿Cómo mierda no se le había ocurrido antes? ¡Estúpido KyungSoo!
Levantó el asiento del conductor y tomó el típico extintor que se debería usar en caso de accidente. Lo desencajó de su lugar y pasó a los asientos traseros. Usó toda su fuerza cuando lo lanzó contra el vidrio trasero. A la primera este se hizo añicos, trozos de vidrio fueron a parar en todo el cuerpo del cantante provocándole cortes que ni notó.
Gateó y saltó fuera. Ahora, además de cortes, tenía cristales incrustados en sus manos y rodillas.
– Detente. – gritó en dirección a la chica.
– ¡Vaya! ¡Pero miren a quien tenemos aquí! – exclamó con fingida felicidad al voltearse mientras regresaba unos pasos. – Es el cornudo.
– Sí, supongo que ahora estas feliz. Eso era lo que querías, que termináramos.
– Exactamente. Y conseguí que cayera a mis pies. – añadió mirándolo.
– De verdad eres patética. – se lamentó D.O. – ¿Cómo no te das cuenta que solo buscó en ti lo que yo no le di? ¿Por qué otra cosa te buscaría?
– Yo creía que era obvio. Porque soy mejor que tu.
– ¿Mejor? – se colmó el cantante. – No me hagas reír. Mírate, ¡pareces un globo mal inflado!
– ¿¿Cómo me dijiste?? – gritó furiosa.
– Y además sorda. – el castaño negó con su cabeza en señal de compasión.
– ¿No será que estas celoso ahora que Kai cortó contigo?
– No, linda. Para tu información yo terminé con él.
– ¡Ah! Yo no sabia que eras estúpido, lo siento. – mencionó Minzy.
– Tal vez lo sea por haber confiado en alguien como él… pero es amor. Algo que tú no conoces y conocerás si sigues recibiendo las sobras de los demás.
– Ten cuidado con lo que dices. – advirtió la morena.
– ¿Porqué? ¿Con qué más me podrías lastimar? ¡Ya no tengo nada que perder!
– ¿Y tu vida?
– Intenta matarme, a ver si te sale tan fácil. – retó el castaño.
– Yo no lo haría. Lo hará el contrincante de tu amorcito. – explicó señalando el escondite de la pandilla.
– ¿Tao? – se extrañó D.O. mirando atrás. Luego volvió a mirarla. – ¿Qué relación tienes con él?
– Es mi ex.
El cantante se quedó inmóvil, tratando de recibir la noticia. No podía creer que sabiendo la rivalidad entre ellos, Minzy hubiera seducido a Kai. D.O. se preguntó si el moreno lo sabría.
– Entonces gané. – notó la morena. Le pegó una última mirada al chico y se volteo para seguir su camino.
Momentos después de que Minzy se perdiera en la noche, D.O. reaccionó por el sonido de las patrullas de policías que se acercaban. También notó ambulancias, seguro eran las que Baekhyun había llamado. Corrió al lugar de las batallas y se quedó de pie en la entrada.
La lucha entre Kai y Tao había cambiado. El moreno se encontraba obviamente más cerca de la victoria pues al rubio se le notaba más lento y sus golpes ya no iban con la misma fuerza. Aún así, el líder mandó a la cara del bailarín un gran puñetazo que lo estrelló en el suelo. Iba a volver a atacar cuando desde su posición, Kai levantó una pierna en el momento justo haciendo que Tao se levantara por encima del suelo y luego callera con brutalidad a su lado. Kai se levantó rápidamente y al notar que el rubio no hacía ni intentos por levantarse pensó en su victoria. Se volteó para ayudar a sus amigos y no notó cuando Tao estiró su brazo hasta alcanzar un bate que le tendían sus subordinados y se levantó. Se acercó lentamente mientras levantaba el arma por encima de su cabeza y luego lo estampaba en todo el cráneo del moreno.
Antes de caer en la inconciencia, Kai fijó sus ojos en una pequeña silueta de pie en la entrada que lo miraba con horror. Sonrió apenas y susurró su nombre, intentando llamarlo. “KyungSoo…”

Las patrullas de policías estaban más que cerca así que los miembros que no habían batallado tomaron a Xiumin, a CL y ayudaron a Tao para que se largaran de allí.
Apenas desaparecieron (el grupo había salido por una puerta escondida detrás de la pila de cajas) el cantante corrió para atender a Kai en lo que pudiera. A su alrededor también estaban Lay y Chanyeol. Ambos muy heridos. Estos habían empezado a cargar al moreno cuando aparecieron varias personas vestidas de un blanco pulcro cargando camillas.
Tomaron el cuerpo del bailarín y lo subieron a una. Entre dos paramédicos lo instalaron dentro de una ambulancia mientras D.O. le gritaba a un tercero que por favor lo ayudaran.
– ¡No dejen que se muera! – suplicó mientras gruesas lagrimas corrían por su cara.
– No se preocupe, haremos lo posible por mantenerlo con vida. – tranquilizó y luego subió en el asiento del copiloto.
– ¿Qué hacemos ahora? – preguntó Lay después de ver como la ambulancia se perdía calle arriba.
– Tú tienes que ir a un hospital. – exigió el bajo aún llorando.
– No quiero. No me gustan…
– Apenas te sostienes en pie, joder. – insistió Chanyeol mientras llamaba a los enfermeros de la segunda ambulancia. – En cualquier momento te vas a desmayar y yo tampoco estoy en condiciones de cargarte.
A pesar de que el rubio siguió resistiéndose, Chanyeol tenía razón, y mientras forcejeaba con dos paramédicos que intentaban darle cuidados se desmayó. Al igual que a el moreno, lo ubicaron en la parte de atrás de la ambulancia y se lo llevaron.
Como el chico alto estaba mucho más tranquilo que el cantante, condujo camino a casa de Suho. Cuando llegaron, D.O. se lanzó a los brazos del platino mientras intentaba contarle lo que había pasado entre hipidos y sollozos.
– Y… ahora está en el hospital… Suho… no… no sabemos si… si va a sobrevivir. – se lamentó el cantante abrazando las piernas del mayor mientras se ahogaba en su propio llanto.
– ¿Dónde está Baekhyun? – preguntó preocupado Chanyeol luego de un momento en el que lo buscó con la mirada. – Le dije que viniera para acá.
– Sí… está dormido en mi habitación… – respondió Suho. – Se enteró de algo muy fuerte y no lo soportó. Chen lo está cuidando.
– ¿Enterarse? – se extrañó D.O. levantando la mirada. – ¿De qué?
– Él debe contarles. – negó el platino mientras miraba a Chanyeol. – Quiero ir a ver a Kai.
– No, no. Tienes que quedarte aquí, mamá. – dijo el cantante recordando el apodo que le habían dado durante la gira. – Kris te necesita y los demás también. Nosotros iremos y te mantendremos informado ¿sí? – intentó sonreír ahora que estaba más calmado.
– ¡Pero no pueden irse aún! Tú. – dijo apuntando al moreno que ya había abierto la puerta. – Te curaré. Ven. Luhan, cura los cortes de D.O., por favor. – pidió al chico que se encontraba medio escondido en el cuerpo inconsciente de Sehun. El chico rosa asintió y se levantó para acercarse al cantante llevando consigo unas pinzas para los cristales, vendas y alcohol para desinfectar.

 

Notas finales:

Han de saber que estamos trabajando en dos historias nuevas, de HunHan y Taoris respectivamente. Las hemos estado desarrollando paralelamente así que cual subir primero será decición de ustedes. ¡Un review con su elección y con su opinion sobre cómo va la histora actual nos encantaría! <3

¡FIGHTING!


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