KaiSoo por KaiSoo21

– ¿Qué es… esto? – logró articular D.O.
Sehun suspiró, se llevo las manos a la cabeza y lo miró perdiendo la paciencia.
– ¿Acaso no estas viendo?
– Esa es la prueba de que nunca te engañé. – explicó Kai después de fulminar con la mirada al peli-arcoíris. – Y que todo fue un plan elaborado por Minzy.
El cantante caminó lentamente y luego dejó reposar la cámara sobre la camilla de Kai. Apenas le dio una mirada que el moreno no pudo descifrar, se marchó de la habitación.
– ¡Espera! – lo llamó.
– Déjalo. – interpuso Sehun. – Necesita pensar, de seguro no sabe que hacer ahora. Debe sentirse muy mal por haber dudado de ti.
– Pero no quiero que siga llorando por mi culpa…
– Ya va a pasar. – insistió restándole importancia. – Al menos tú sabes que nunca le fuiste infiel.
**
Al momento que el cantante salió de la habitación, tomó inconscientemente el camino que había recorrido varias veces ya, el pasillo que daba a la habitación de Lay. Iba perdido en sus pensamientos y no notó al rubio que se le acercaba con una gran sonrisa en su rostro.
– Acaban de darme el alta. – informó.
Pero D.O. pareció no escucharlo, o simplemente prefirió ignorarlo. No lo miró, ni cambio su expresión facial. Siguió caminando con la vista fija en el suelo hasta que una presión en su antebrazo lo hizo detenerse.
– Déjame. – exigió y antes de marcharse, dijo: – Necesito estar solo.
Después de eso, siguió caminando lentamente sin rumbo alguno pues no conocía el resto de las instalaciones. Dio a parar a un jardín. Seguro ahí era donde los pacientes que llevaban largo tiempo internados salían a distraerse. En ese momento, aunque estaba vacío, el castaño decidió esconderse tras un arbusto.
Por su lado, Lay se dirigió a la habitación de Kai. Sabía que él tenia algo que ver con la reacción que había tenido su novio hace apenas unos minutos.
– ¿Qué le hiciste? – preguntó de inmediato sabiendo que el bailarín sabría a quien se refería.
– Nada, sólo le dije la verdad.
– ¿De que verdad hablas? – cuestionó. No se esperaba esa respuesta. Y tampoco esperaba que el moreno le tendiera una cámara que le era extrañamente familiar.
– Míralo por ti mismo. – fue la explicación.
Lay tomó el aparato y seleccionó el único archivo que contenía la memoria, era un video. Se aseguró del volumen y prestó toda su atención. A medida que la imagen avanzaba él se resistía a creer lo que veía. Su corazón no quería admitir lo que su cerebro siempre supo.
– ¿Esto quiere decir que tu nunca lo engañaste? – preguntó sin necesidad.
– Así es, todo fue un plan de ella. – respondió orgulloso el aludido.
– Supongo que no me queda otra que hacerme a un lado… – murmuró el rubio después de un momento.
– Me sorprende que digas eso. – comentó Sehun al ver que Kai miraba al chico con los ojos muy abiertos pero sin intención de hablar.
– Yo… siempre tuve muy claro que nunca dejó de amarte. – confesó Lay mirando al moreno. – Quiero decir, sé que le gusto pero… es muy diferente a lo que siente por ti. Lo único que me queda por decirte es que debes cuidarlo mucho. Quedó realmente destrozado cuando se enteró de tu engaño… supuesto engaño. – corrigió y le tendió su mano.
– Ahora puedo ver que realmente eres una gran persona. – dijo Kai estrechando su mano con la del rubio. – Mereces a alguien que te ame de manera sincera... Debo admitir que sufrí un martirio pensando que él llegaría a sentir un gran amor por ti, y créeme que eso hubiera pasado si hubiera dejado pasar más tiempo. Eres un gran chico, muchas gracias.
– No lo agradezcas. – rechazó y sonrió de manera triste. – No lo hago por ti. Yo sólo lo quiero ver feliz y contigo lo será.
– Muchas gracias. – reiteró Kai mientras negaba con la cabeza.
– Bueno, supongo que ahora iré a hablar con el. – se despidió e hizo una pequeña (y casi imperceptible) reverencia con su cabeza antes de darse la media vuelta y volver a los pasillos del hospital.
Caminó lentamente mientras pensaba donde podría buscar a D.O. Lo único que tenía claro es que aun se encontraba ahí. ¿La cafetería? Tal vez, pero él sabia que él querría estar solo. O al menos, en un lugar silencioso.
Bajó las escaleras y le preguntó a una enfermera sobre el jardín. Después de captar sus indicaciones y llegar al lugar, se decepcionó. Estaba vacío.
Buscó en sus bolsillos y tomó su celular. Una de las esquinas de la pantalla estaba trizada pues una de las patadas que le lanzó CL durante su reciente pelea había ido a parar a sus bolsillos. Buscó en sus contactos y un segundo después se sintió estúpido. Hacía meses que tenía un acceso directo al número del cantante. Marcó pero nadie contesto, sin embargo, escuchó el ringtone de su… novio.
Buscó en los alrededores con la mirada. Agudizó sus oídos y terminó examinando un gran arbusto. Ahí, tras él, sentado en el suelo, con sus rodillas flexionadas y sus brazos rodeando sus piernas, estaba D.O. A medida que fue acortando la distancia pudo notar que este sollozaba muy quedamente.
– ¿Porqué estas llorando? ¡Deberías estar feliz al saber que Kai no te engañó!
– Lo sé. – concedió el chico. – No estoy así por eso… Es solo que no sé que pasará ahora…
– ¿A qué te refieres? – preguntó confuso el rubio mientras se sentaba a su lado importándole poco y nada que su ropa se ensuciara con tierra. – Es obvio que tienes que volver con él.
– No es tan fácil como parece…
– ¿Por qué no?
– Por que tú me gustas mucho. – explicó sin avergonzarse. – Y no quiero que sufras.
Lay suspiró y una pequeña sonrisa se asomó en sus labios, luego respondió:
– Eso lo sé. Y has de saber que me alegra mucho que me lo digas… pero tu amor es más fuerte por Kai que por mí, y no quiero que estés conmigo si estarás pensando en él. Eso me dolería mucho más que verlos juntos.
– Tienes razón. – aceptó después de un momento. – Pero aún no puedo asumirlo. Creo que necesitaré un tiempo para pensar las cosas bien.
– Es tu decisión. Además, una cosa. – llamó Lay y solo continuó hablando cuando entabló miradas con los grandes ojos del cantante. – Está claro que le debes una disculpa a Kai, te has portado realmente mal con él.
– Es cierto. Pero, primero lo primero. – dijo y sacudió su cabeza como si estuviera alejando algunos pensamientos. – Por favor, tú discúlpame por no ser lo que esperabas. Realmente me siento muy mal.
– No, al contrario. Eres más de lo que yo esperaba. Fui muy feliz el tiempo que estuvimos juntos, y, como te lo prometí antes, siempre voy a estar ahí para ayudarte y apoyarte en todo cuando lo necesites.
– Eres un buen chico, ¿lo sabías?
– Sí. – el chico soltó una carcajada sincera al recordar y luego se levanto. – Kai dijo lo mismo.
Sin volver a mirar los ojos del castaño, se giró y empezó a caminar hacia la salida del jardín. KyungSoo no dijo nada más.
**
Ya había pasado una semana, pero el cantante aún no entablaba ningún tipo de conversación con el bailarín. Tampoco había tenido noticias de Lay, lo entendía pues había sido duro para ambos romper la relación tan linda que habían mantenido esos últimos meses.
Había aprovechado para pasar más tiempo con Baekhyun, quien solía pensar en como reaccionaria si se llegaba a encontrar a Tao. Cada vez que la idea pasaba por su cabeza, una nube gris se instalaba sobre su cabeza cubriéndolo con un aura deprimida. Ya no era el mismo Baekhyun de antes, siempre alegre y gastando bromas. Eso era lo que más le preocupaba a Chanyeol así qué, una noche, decidió entrometerse un poco.
Dos días después de aquella llamada que realizó, subió a la habitación matrimonial que compartía con el rubio y le informó que su madre estaba en la sala, esperando para hablar con él.
– Dile que no quiero verla.
– Pues no me iré sin que antes me escuches. – interrumpió la señora que había seguido al moreno escaleras arriba.
– ¿Y que quieres? ¿Qué siga escuchando mentiras? – preguntó irónico, sin cambiar la expresión aburrida de su rostro.
– No seas así conmigo... – pidió la señora Byun.
– Ella tiene razón. – comentó Chanyeol. – No la juzgues sin antes saber por qué pasaron las cosas.
– Tú no te metas. – recriminó el rubio sin verlo.
– No me hables así. Demuestra tu madurez por alguna vez en tu vida y deja de andar llorando por los rincones como una nena. – contraatacó el moreno con voz fuerte. Luego de eso, se marchó cerrando la puerta con un fuerte golpe.
– ¿Ves? Tu comportamiento hará que te quedes solo…– exclamó la mujer sin tacto alguno.
– Todo esto está pasando por tu culpa.
– Pero al menos déjame explicarte. Si quieres, después volveré a casa.
– Okey, – aceptó de mala gana y se sentó en la cama. – dime tus mentiras.
Al igual que con Sehun, la señora confesó todo. De igual manera, solo que esta vez agregó algunos detalles personales. Durante todo el relato, Baekhyun mantuvo su vista en la colcha que le cubría las piernas.
– ¿Por qué… no me lo dijiste antes? – preguntó al cabo de un rato en que el silencio había inundado la habitación, suponiendo que su madre había terminado de hablar.
– Tenía miedo que me odiaras por haber hecho algo como eso.
– ¿Acaso no te dio ni una pizca de remordimiento abandonar a tu propio hijo?
– Sólo tenía 16 años. – se excusó.
– Y después cumpliste 30… aún así nunca hiciste nada por saber de él. Si quiera saber si estaba vivo.
– Pensé que podría ser doloroso para él… que estaría bien dentro de una familia que lo quisiera.
– ¿Cómo pudo haber estado bien si terminó en una pandilla?
– ¿Qué dices? – preguntó la señora abriendo mucho sus ojos.
– No me digas que te juntaste con él sin saber que era el maldito líder de una maldita pandilla. – Baekhyun estaba subiendo cada vez más el volumen de su voz pero, o no lo notaba o no le importaba.
– Él no me dijo nada de eso.
– Entonces tampoco que dijo que dos de sus delincuentes intentaron matarme.
– ¿No había sido la ex novia de Chanyeol? – la mujer miró a un costado intentando recordar pues ahora se encontraba confundida.
– Después de que terminaron, ella se les unió. – explicó con una mueca. – Lo más extraño fue que apenas te largaste, los ataques terminaron.
– Antes de irme… Él me amenazó. Me dijo que si te llevaba conmigo hablaría y confesaría toda la verdad. – comentó.
– Que extraño. – dijo ignorando a su madre, ahora concentrado en sus propios pensamientos. – En medio de los ensayos… y a cada oportunidad, él se acercó mucho a mi. Dudo que el amor de hermanos haya nacido de la noche a la mañana… entonces, ¿por qué?
– Tal vez quería conocerte mejor. Saber que tipo de chico eres. – sugirió casualmente y luego pareció recordar algo. – Pero, por favor. Ahora necesito que me perdones. Eres mi hijo menor y no soporto que estés así.
– No creo que pueda olvidar esto tan fácil. – negó el rubio con el rechazo marcado en su mirada. – Pero creo que entiendo tu postura en ese momento. No te culpo… lo único que no lograré entender es por qué no me lo dijiste. – Baekhyun cerró los ojos, suspiró y luego se lanzó a su madre para darle un abrazo. – Pero eres mi madre y siempre voy a amarte…
– Eres el mejor hijo del mundo. – agradeció correspondiendo el abrazo. – Pero necesitas disculparte con tu novio… él hizo todo lo posible por alegrarte. Chanyeol me llamó diciendo que estabas deprimido.
– ¡Ya lo sé! – se lamentó dejándose caer a la cama. – Soy un tonto por desquitarme con él…
– Bastante tonto. – coincidió el moreno mientras entraba en la habitación.
El rubio no tuvo tiempo para sorprenderse pues corrió a sus brazos y el chico alto lo mantuvo en el aire por unos momentos.
– Perdóname, lamento haberte hablado así pero es que no estaba pensando. – trató de excusarse. Las palabras salían de su boca tan rápido que parecían atropellarse unas a otras.
– Nunca piensas, sólo por eso voy a perdonarte.
– Maldito. – murmuró entre risas. – Y te confesaré algo… de todos los novios que he tenido, tú eres el mejor.
– Y eso que son muchos… – comentó la señora Byun de manera casual.
– Cállate. – alegó el menor entre más risas.
**
Al día siguiente, la madre de Baekhyun tomó un avión a primera hora que la llevaría de vuelta su ciudad. Por la tarde, Kai podría largarse del hospital. Chanyeol y el rubio irían a por él acompañando a Sehun y Luhan.
– ¿No crees que deberías dar la cara y decirle lo arrepentido que estás? – preguntó Baekhyun al celular en su oído.
D.O. sabía que al moreno le darían el alta pero no había querido ir a su encuentro.
“ Sí, pero no creo que él me perdone.” – se lamentó a través de la línea telefónica.
– ¿Y para qué crees que hizo todo esto?
“Para demostrar que era inocente. – dijo el cantante pero no se notaba muy seguro. Parecía más una pregunta. – Además, eso no quita el hecho de que desconfíe de él… mucho menos de que lo traté mal durante bastante tiempo…”
– Bueno, – se rindió. – como quieras. Si no es hoy, será algún día. En algún momento tendrás que enfrentarlo.
Baekhyun cortó la llamada y tomó su bolso para salir rumbo al hospital.
En menos de veinte minutos, Chanyeol había aparcado y se habían reunido con sus amigos. Caminaron en grupo hasta la habitación del moreno esperando un agradecimiento por ir a recogerlo pero este solo preguntó por el cantante.
– No quiso venir. Cree que no lo perdonarás.
– Es realmente idiota ese chico. – se lamentó Kai. – Tendrán que ayudarme, entonces.
– ¿Ayudarte a qué? – preguntó Luhan.
– Supuse que no vendría, lo conozco. – explicó el moreno y abrió el cajón de la mesita de noche que usó durante su estadía. Le tendió un papel al rubio, quien se encontraba en el centro del grupo. Cuando este lo desdobló, el resto de los chicos juntaron sus cabezas para mirar por sobre sus hombros.
– ¿Estás seguro? – preguntó Sehun no muy convencido.
– ¿Me ves cara de inseguro?
– Bueno, ¿y que tenemos que hacer nosotros? – volvió a preguntar el chico con cabello rosa.
– Básicamente sacar a D.O. de su casa cuando se los diga… y mantenerlo dentro todo el tiempo necesario.
– Sencillo. – aceptó Baekhyun. – ¿Cuándo planeas hacer esto?
– Ahora. – dijo como si fuera obvio.
– ¿Y te sientes apto para eso? – cuestionó Luhan.
– Yo siempre estoy apto para todo. Y estoy aún mejor si se trata de D.O.
– Como digas. – dijo asqueado el peli-arcoíris. “Maldito negro enamorado”, pensó.
Así, a petición del moreno, todos partieron a la casa del cantante. Cuando llegaron, Kai se quedó fuera y de su auto (que había traído Sehun) bajó varios tarros de pintura de distintos colores y todo tipo de brochas y pinceles.
El rubio, antes de cerrar la puerta de la casa, levantó su puño en señal de apoyo y moduló un claro “Fighting” antes de perderse de vista.
En la sala ya se habían acomodado todos. Total, estarían ahí un par de horas.
Hablaron hasta de qué color era un vestido que había sido famoso en internet hace unos meses. Habían empezado a debatir sobre que era mejor, el té o el café, cuando Sehun recibió un mensaje de texto. Era de Kai, avisándole que era el momento de sacar a D.O. por la puerta trasera.
– Oye, – llamó. – vamos.
– ¿Qué? – preguntó el cantante mirando a sus amigos. – ¿Yo? ¿Dónde vamos?
– Eeh… necesito hablar algo contigo. – improvisó.
– ¿Algo como qué? – cuestionó siempre perspicaz.
– Algo privado. ¿Puedes o no?
– Está bien, está bien. – aceptó y se levanto para seguirlo. No notó que tras ellos iban el resto de las personas que hace unos momentos habían estado cómodos en sus sillones.
Cuando el peli-arcoíris abrió la puerta para salir, Baekhyun se adelantó y, por detrás, cubrió los ojos de su amigo con sus propias manos.
– ¿Quién es el gracioso que no me deja ver? – preguntó con aire enojado pero nunca hizo afán de liberarse. – Este olor a pachulí solo puede ser de Baek.
– ¿¿Cómo que pachulí?? – preguntó completamente indignado sin soltar a su amigo. – Para tu información, este perfume no me costó barato.
El cantante soltó una carcajada y siguieron su camino en silencio. Sintió como el rubio lo centraba en alguna dirección y luego apartaba sus manos. La luz era distinta afuera y sus ojos tardaron en adaptarse.
Sin embargo, cuando logró hacerlo, quedó en shock. Frente a él estaba su casa, estaban ante el mural más grande que esta tenía. Si antes había sido blanco pulcro… ahora era un arcoíris. De hecho, si uno miraba rápidamente se imaginaban de inmediato la cabeza de Sehun.
Observó mejor. Lo que el pensaba que era un arcoíris era en realidad una frase. “KaiSoo por siempre.”
Cada palabra estaba rodeada por pequeños corazones de distintos colores. A un lado del mural, estaba Kai con la sonrisa más resplandeciente que KyungSoo le había visto jamás.
– Quiero que te des cuenta de lo mucho que me importas… Dios, eres la persona más importante en mi vida. Nadie va a reemplazarte.
El cantante corrió hasta su encuentro y apenas lo alcanzó junto sus labios que estaban desesperados por tener hasta el mínimo contacto con los labios gruesos y rosados del bailarín.
– Que cursilería más grande. – se lamentó Sehun. – Esto daña mis ojos.
– No seas malo. – alegó Luhan mientras le daba un codazo en el estomago.
– Nunca pensé que realmente fuera a hacerlo… espero que con esto se arreglen de una vez por todas. – comentó mientras se ubicaba tras el chico de cabello rosa y lo abrazaba.
– No te preocupes, estos son los detalles que más le gustan D.O. – tranquilizó Baekhyun entrelazando sus manos con las de Chanyeol.
– Esto a mi no me pinta a detalle… – negó Sehun y luego guardó silencio pues querían saber que pasaría con ellos.
– ¿No estás molesto conmigo? – preguntó el cantante.
– Jamás. Entiendo que hayas desconfiado de mi… no niego que me dolió mucho que tú no me creyeras pero…
– ¡Pero es que esa zorra tiene la culpa! – exclamó frunciendo el ceño.
– Ella ya no importa. – afirmó Kai acariciando la mejilla del castaño. – Lo único que importa es que volvimos a estar juntos… y ahora nada ni nadie va a separarnos. Te prometo no volver a dejarte solo.
– Lo mismo te prometo yo. También que no volveré a desconfiar de ti sin antes hablar… – respondió KyungSoo. Se miraron con tal ternura que fue inevitable sellar ambas promesas con un beso profundo.
Ese podría haber sido su “y vivieron felices para siempre”, pero Suho interrumpió el momento. De mala gana, y a la vez muy feliz, Kai respondió a la llamada.
Cortó y para entonces su mirada había cambiado. Todos lo notaron.
D.O. iba a preguntarle por qué estaba serio justo cuando este volteó a ver a Sehun y murmuró que su tía, la madre de Suho, estaba en casa, esperándolo para hablar del pasado.