Observaba las hojas de los arboles caer debido a la estación que azotaba Italia en ese momento.
Él no era una persona tranquila, todos lo que lo conocían podían corroborarlo y sus “VOII” no eran de mucha ayuda; sin embargo, ese día estaba más calmado de lo normal; no gritaba por cualquier cosa que los demás miembros de la familia hicieran ni practicaba arduamente con su espada…; ahora se encontraba sentado debajo de un gran árbol tan solo sintiendo el aire golpear su rostro y desordenar su plateada cabellera, ahora mucho más larga.
Mi cabeza es un lío por tu maldita culpa
Se sentía un muy frustrado al saber que la causa de su extraño comportamiento era ese idiota que tenía por jefe. ¿Por qué después de tanto tiempo tenía que darse cuenta del motivo por el que permanecía a su lado?
Soy un completo imbécil
Desde hace más de dos semanas se recriminaba su estúpida actitud. Nunca pensó tener sentimientos más allá que ambición y cariño, muy ligero, a cada miembro de Varia.
Y todo por el idiota de Lussuria
Una conversación con el afeminado guardián del sol de Varia fue la causante del calvario que ahora vivía. Al de exóticas gafas siempre le había gustado fastidiarlo y creerse la madre de todos, pero nunca pensó que con solo la interrogante que salió de sus labios, un mundo desconocido sería puesto frente a sus ojos.
“Te has preguntado ¿Por qué sigues a su lado?”
Aun resonaban las palabras dichas por él en sus oídos yeso hacía que su cabeza doliese por el esfuerzo que realizaba al querer dejar de oírlas.
Al principio pensé que era por costumbre o respeto
Colocó una mano en su frente y suspiró cansino.
Pero después de imaginar tu burlona sonrisa lo que sentí en mi pecho me indicó que no podían ser esas las razones
Sonrió dolido mientras lágrimas deslizaban por sus mejillas y daban al suelo cubierto de pasto y hojas secas de diferentes colores.
¿Por qué de ti?... ¿Qué hice mal?
Secó sus lágrimas con la manga de su chaqueta negra y se reincorporó del suelo respirando profundamente.
-Maldición… como te odio, maldito Xanxus
Sacudió su ropa durante unos segundos, dio media vuelta dispuesto a regresar al interior de la mansión pero al sus ojos divisar a la persona que se encontraba frente a él, su cuerpo se paralizó por completo.
-Q-Que…
-No sabía que me detestabas tanto, basura
El pelinegro había notado que la actitud de su siempre enérgico guardián de la lluvia había cambiado en las últimas semanas; eso lo fastidiaba de cierta forma ya que prefería verlo enérgico y fuera de sus casillas a melancólico y pensativo; aunque claro, nunca lo diría.
Ese día había decidido almorzar en el salón principal de su propiedad y como siempre, las escorias de cocineros que tenía habían preparado muy mal la carne que tanto le gustaba. Se irritó de inmediato y después de mandar a volar a muchos, pidió la presencia de Squalo. Los que se encontraban con él en el salón, le indicaron que el peliplata se hallaba en el jardín y decidió ir personalmente a buscarlo, algo muy raro en él, para molestarlo un rato.
Caminó despacio y tras unos minutos lo divisó sentado recostado en el tronco de un árbol, iba a gritarle pero se detuvo al ver como este se ponía de pie y pronunciaba aquello que hizo una sensación muy desagradable lo recorriese por completo.
¿Eso es lo que sientes por mí?...
Estaba acostumbrado a que muchos lo aborreciesen y siempre le había valido una mierda; sin embargo, el escuchar que Squalo lo odiase, le había afectado de una manera que jamás pensó lo haría.
-X-Xanxus
Casi nunca lo llamaba por su nombre y el que ahora lo hiciera, se oía demasiado extraño.
-Uhm…- sonrió amargamente tratando de ocultar todo lo que sentía en ese instante- si tanto detestas estar aquí ¿Por qué no te largas? Nada te detiene… no es como si me importase en lo más mínimo
Dio media vuelta dispuesto a marcharse pero fue detenido por un fuerte agarre en la manga de su camisa.
-No detesto estar aquí ni mucho menos… te odio
Se soltó bruscamente y giró para observar los ojos del espadachín.
-Te oí, no tienes que mentir
-¡No lo hago!
No quería que su jefe idiota pensase de esa forma, lo que había dicho no tenía un significado profundo ni nada parecido; esperaba Xanxus lo pasase por alto ya que no sería capaz de explicar la razón del porqué dijo que lo odiaba… no pensaba humillarse de ese modo.
-Entonces ¿Por qué dijiste eso? No creo seas tan idiota de decir algo por nada, escoria
Frunció el ceño y esperó la respuesta del peliplata, tenía que saber la razón, por más estúpida que fuese, así quizá lo que apretaba fuertemente su pecho dejaría de abrumarlo.
-Tsk… ¿no puedes tan solo olvidarlo?
Apretó fuerte sus puños y desvió la mirada, tal parecía que el pelinegro no se rendiría y él primero en ceder tendría que ser él… todo acabaría cuando él se enterara de lo que lo aquejaba hace ya dos semanas.
¿Tendrá asco de mí? ¿Me echará de Varia?
-No… y habla de una vez, basura
-Tsk… yo…- sintió sus mejillas calentarse y agachó la mirada lo más que pudo, no podía creer que en verdad se lo diría- t-te odio porque por tu culpa tengo estos malditos sentimientos que no me dejan en paz
Por varios minutos tan solo el sonido del viento y las hojas secas se escuchó por el lugar. Ambos permanecieron callados mientras analizaban la situación en la que se encontraban.
Ahora es él el que me odia… pero creo que a pesar de eso lo mejor es que se lo haya dicho, guardármelo todo estaba matándome. Ahora lo único que me queda por hacer es empacar mis cosas…definitivamente me echará hoy…
¿Pero qué mierda acaba de decir? Y ¿Por qué carajos me siento de esta forma?- cerró los ojos y suspiró profundamente- soy malísimo pensando las cosas, creo que es mejor actuar y entender toda esta basura
Al escuchar el suspiro de su jefe, Squalo se apresuró a hablar; no quería oír las crueles palabras que seguro Xanxus le dirigiría, no podría soportarlo.
-Iré a empacar mis cosas
Sin atreverse a levantar la mirada caminó hacia el frente y justo cuando pasaba al lado del pelinegro, un fuerte jalón en su brazo derecho hizo que perdiese el equilibrio.
Todo fue muy rápido, sintió que lo apegaban hacia un cuerpo más grande que el suyo y lo estampaban contra el tronco del árbol en el que se encontraba recostado antes de que todo ese lío iniciase.
Iba a reclamar pero sus labios fueron apresados rápida y ferozmente por los de Xanxus; no pudo evitar emitir un sonoro jadeo y aunque al principio se resistió, al final no pudo más que dejarse llevar, su cuerpo deseaba ese contacto… el estar entre los brazos de su estúpido jefe y sentir el sabor de su boca.
Tras unos segundos más, la lengua del pelinegro, se adentró en su cavidad y él la recibió gustosa. Sus brazos se enrollaron en la espalda del ojirojo mientras sentía las manos de este toquetear su cintura y muslos haciéndolo emitir sonidos que jamás pensó fuese capaz de pronunciar.
-Nngh…X-Xanx…ahh
-Cállate…
El pelinegro disfrutó de su boca y cuerpo por varios minutos más. Mordió sus labios haciéndolos sangrar ligeramente, lamió su cuello y clavícula, tocó su pecho, muslos… todo lo que estuvo a su alcance hasta que el oxígeno no les dio más opción que separarse.
Respiraron agitadamente durante unos cuantos segundos y después quedaron en silencio una vez más.
Squalo no sabía la razón del porqué su jefe había hecho eso, estaba seguro que él no podría sentir lo mismo que él…era de Xanxus de quien estaba hablando.
Por su parte el pelinegro sonreía internamente y se recriminaba por qué no había hecho antes algo como eso con la escoria… se había sentido jodidamente bien ¡maldita sea!
-X-Xanxus…- llamó pero el ojirojo parecía perdido en sus pensamientos- Boss…- le exasperara que lo ignorara después de todo lo que pasó- ¡Estúpido jefe!
-Deja de gritar, maldita escoria
-Deja de ignorarme entonces, imbécil
Definitivamente no cambiarían, ni siquiera después de haber hecho cosas pervertidas a la intemperie.
-Los sonidos que soltaste fueron muy lascivos… eres una escoria pervertida
-¡Muérete idiota!- empujó con sus manos al contrario- en lugar de decir estupideces explícame por qué… hiciste eso-terminó con un susurro
-Para comprobar algo, no es necesario que lo sepas todavía- sonrió ladino haciendo enfadar al peliplata- ahora, regresemos que quiero que me cocines, la carne de esas basuras era asquerosa
-¡Yo no soy tu sirvienta!- una venita resaltó en su frente ¿Qué clase de respuesta había sido esa? Ese malnacido
-Pero me amas, así que me cocinarás- ladeó la cabeza y observó divertido como un fuerte color rojo se apoderó del rostro de Squalo
-M-Maldito…
-Andando, escoria
Caminaron unos minutos rumbo a la mansión, Squalo estaba detrás de Xanxus tratando de analizar todo lo que había sucedido con su estúpido Boss, cuando la voz de este lo sorprendió, pero no fue por el tono que usó, sino por la forma en la que lo llamó.
-Squalo…
Levantó la mirada y sus labios fueron tomados nuevamente por el pelinegro frente a él.
-Estaré en mi habitación, ve allí vestido de sirvienta con una bandeja llena de carne- sonrió y tras lamer la mejilla del peliplata apresuró el paso hacia la entrada del inmueble.
-Q-Qué…- se sonrojó de inmediato y apretó sus puños- ¡VOII, ESTÚPIDO XANXUS!
Corrió siguiendo al pelinegro, ni loco haría lo que le pidió… ¿quién se creía que era?
---------------------------------------------------------------
Eran ya las 6 de la tarde y en la sala de la posada solo se encontraban Reborn, Lambo, las chicas y Ryohei.
-¿Porque Tsuna-san no sale de su habitación? ¿Sabes algo Reborn-chan?- preguntó Haru
-No lo sé- respondió el hitman, quien tomaba una taza de té
Pero lo imagino
-Tampoco vienen Hibari-san, ni Gokudera-kun ni Yamamoto-kun- añadió una castaña
-Hibari odia las multitudes, es lógico que no esté aquí, en caso de Yamamoto y el cabeza de pulpo lo único que se me ocurre es que estén durmiendo- Ryohei se encogió de hombros
Pasaron unos minutos más hasta que aparecieron el prefecto y Yamamoto, todos los miraron interrogantes hasta que el guardián del sol se atrevió a hablar.
-Hey Yamamoto, ¿dónde está Gokudera?
-Hayat...G-Gokudera está durmiendo, dijo que estaba cansado y luego de ducharse se quedó dormido- respondió con una sonrisa
Por su parte, Hibari, ignorando a los presentes, se acercó hacia la nevera y sacó unas sodas, estaba por retirarse del lugar, pero una voz lo detuvo.
-Asegúrate de que mañana pueda caminar, Hibari- el de fedorra sonrío perversamente
-Uhm… no te preocupes bebé, si no puede caminar yo lo cargaré- dicho esto el pelinegro se fue hacia la habitación en donde lo esperaba cierto castaño
-Bueno chicos, me la pasé toda la tarde en la consola, estoy un poco cansado, solo vine por unos refrescos- dijo Yamamoto sacando al igual que Hibari dos refrescos de la nevera para después alejarse de los presentes en la sala
………………………… …………………………………………… …………………
-Tsk… te demoraste, idiota- dijo un albino con el ceño fruncido sentado sobre sobre una almohada
-No es verdad Hayato- Yamamoto le entregó el refresco de naranja- ¿estás mejor?
-¡Imbécil! ¡cómo puedo estar bien! ¡Todo es tu culpa!
-Jaja, perdón, te prometo que la próxima vez lo haré más despacio
-¡Si es que hay una próxima!
- Ehh? ¿acaso no quieres volver a hacerlo?- el moreno le sonrió y acarició el rostro del peliplata
-Maldito friki!- Gokudera se sonrojó
-Tan lindo- Yamamoto se apoderó de sus labios siendo correspondido inmediatamente por el albino
……………………. …………………………………………………… ……………………………..
-Ten, Tsunayoshi
El pelinegro le entrego una de las sodas a Tsuna quien estaba recostado de costado sobre el futón; el castaño quiso sentarse, pero una fuerte puntada en la parte baja de su cuerpo hizo que detuviera toda acción.
-Ahh…- Tsuna se quejó
-No debí de ser tan rudo contigo
-N-No te preocupes, estoy bien- Tsuna le sonrió
Hibari se acercó al castaño y acarició sus cabellos, lo ayudó a sentarse y le dio un casto beso
-¿Que quieres hacer?- preguntó el prefecto
-ehh?...-se sonrojó-¿te gustaría ver una película?
-Me parece bien- Hibari le sonrió
……………………… …………………………………………… …………………………………. ………………………………
Al día siguiente el prefecto despertó muy temprano a Tsuna y lo llevó al jardín trasero de la mansión. Al llegar, le indicó que se colocaran juntos bajo uno de los árboles de sakura que allí había.
-Hibari-san pensé que a ti no te agradaban las sakuras- preguntó con mucha curiosidad
El pelinegro sonrió e inesperadamente acorraló a Tsuna con ambos brazos contra el árbol
-K-Kyoya
-Estando contigo no las odio, todo lo contario, me parecen algo digno de apreciar…aunque no son más hermosas que tú, herbívoro
Tsuna se sonrojó- Dices cosas vergonzosas- se acercó a él y le dio un tierno beso
……………………………… ……………………………………….. …………………………
Eran ya las 8:00 am, todos estaban en la sala de la posada esperando a que las trabajadoras de esta les indicasen que el desayuno estaba listo.
Pasaron unos minutos hasta que las tan esperadas muchachas aparecieron.
-Ya está listo el desayuno, pasen por favor al comedor- dicho esto se retiraron
-Vamos entonces- dijo Yamamoto con una sonrisa, pasando su brazo por los hombros de Tsuna, sin percatarse que cierta persona lo miraba con ira y se iba acercando hacia él
-S-Sí- apenas pudo responder el castaño antes de que Hibari lo tomase del brazo y lo acercara hacia él
-No toques lo que no es tuyo, Yamamoto Takeshi- pelinegro frunció el ceño fruncido
-¿Lo que no es mío?- estaba muy confundido, pero su duda fue resulta al ver la acción de Hibari
El pelinegro tomo el mentón de Tsuna y le dio un intenso y apasionado beso. El castaño se sorprendió ante tal acción y se sonrojo fuertemente al pensar que todos los estaban mirando.
-¡¡Pero que…!!- Gokudera estaba con la boca abierta ¿era verdad lo que veía? ¿No alucinaba? ¿Cómo su adorado décimo podía estar…? mataría al desgraciado friki de las peleas.
Todos los demás vieron atónitos lo que pasaba, el prefecto de Nami-chu estaba besando a Tsuna de una manera en la que solo 2 personas que se amaban mucho harían… era demasiado intenso.
Kyoko y Haru estaban anonadadas, más la última, quien se entristeció mucho al ver a la persona que le gustaba besando al pelinegro.
Lambo se sonrojó un poco al recordar que él y el hitman hicieron algo parecido; por su parte, Ryohei solo sonrió divertido y por supuesto, Reborn, estaba de lo más normal.
Al término del beso, el castaño tan solo pudo abrazarse al pecho de Hibari para no ver las miradas de sus amigos, se moría de la vergüenza.
-¡Oye tú!- dijo Gokudera muy molesto- ¡qué le haces al décimo!
- Lo besé, hay algún problema
-Tsk, te mataré cómo pudiste obligar al décimo a…
-Cálmate Gokudera- Yamamoto posó su mano en el hombro del peliplata- por lo que vimos al parecer Hibari y Tsuna tienen una relación, ¿no es verdad Hibari?
-Uhm, espero que te haya quedado claro que el herbívoro es mío
-Claro Hibari- el espadachín sonrió - yo ya tengo a alguien especial- y tras terminar de decir esto le dio un corto y dulce beso a Gokudera, provocando que este se pusiese de mil colores.
El castaño se separó del prefecto y observó divertido la escena.
-Por fin están juntos, me alegro por ustedes
-D-Décimo… -el albino estaba muy avergonzado
-Gokudera-kun, yo y Hibari-san…-apretó sus puños-¡yo amo a Hibari-san! - el rostro del castaño se sonrojó fuertemente- y me alegra que al igual que yo, tú y Yamamoto sean felices juntos
-Entiendo, Décimo- suspiró resigado- agradezco sus palabras y discúlpeme por gritar cuando él salvaje de Hibari lo beso… es que pensé que…en fin, ya no importa- sonrió
-Bueno, ya que todo se aclaró, mejor vayamos a desayunar- el espadachín como siempre, trató de calmar toda la situación
-Vamos, Kyoya- Tsuna tomó de la mano al pelinegro y le sonrió, para luego ir junto con este y todos los demás al comedor
Tras el término del desayuno, por orden de Reborn todos se dirigieron a empacar sus cosas para el regreso, sin duda era algo que los entristecía, esa excursión había significado mucho para todos, habían sido unos días muy especiales y divertidos.,
Lambo fue el primero en llegar a la sala, ya que guardó todas sus cosas rápidamente, se sentó en el sofá esperando a los demás, aún estaba muy pensativo, a pesar de ser un niño sabía que el pequeño beso que compartió con Reborn solo lo hacían las personas adultas que se querían mucho.
Pasaron unos minutos y Reborn llegó a la sala, sorprendiéndose al encontrar a su vaquita allí, pensaba que él sería el primero en llegar.
-Vaca tonta- llamó el hitman
- R-Reborn
-¿En que pensabas tanto? parecías en otro mundo- dijo sentándose a su lado
-Yo…pensaba en lo que pasó antes del desayuno, Hibari-san y Tsuna, también Yamamoto y el baka de Gokudera, ellos….
-Se besaron- terminó la frase el hitman
-S-Sí- Lambo baló la mirada
-¿Y por qué piensas tanto en eso?, no seas tonto
-Es que…- Lambo lo miró con ojos llorosos- nosotros también hicimos lo mismo, eso es algo que hacen dos personas que se aman mucho y…me preguntaba entonces… ¿por qué lo hiciste, por qué me besaste?
-De verdad eres una vaca estúpida- Reborn acarició la mejilla del Bovino- es obvio que lo hice porque te quiero, así que deja de pensar tonterías
Esa respuesta lo sorprendió mucho -¿Me quieres?- Lambo se sonrojó
Reborn se acercó al rostro del bovino y juntó sus labios con los de este en un casto y dulce beso.
Tras unos segundos se separaron, Lambo estaba más rojo que un tomate, provocando que Reborn esbozara una sonrisa divertida.
-¡Ya estamos listas!- dijeron las chicas acercándose hacia Reborn y el bovino
-¡Yo igual, al extremo!- dijo Ryohei
-Muy bien-respondió Reborn- ahora solo faltan las dos parejitas
………………………….. ……………………………………….. …………………………
-Bien, la limosina ya está lista, súbanse todos- indicó Reborn
Así lo hicieron los chicos hasta que cierto guardián notó la ausencia de su jefe
-¿Y el décimo?
-Debe estar con Hibari, seguro regresará en la camioneta en la que vino él- le respondió Yamamoto, quien estaba sentado a su lado
-Entiendo…aún no puedo creer que él décimo esté con alguien como ese friki
-El amor es algo inesperado, no eliges a la persona de la cual te enamorarás, simplemente pasa, así como yo me enamoré de ti desde la primera vez que te vi
-Idiota, no digas eso cuando estamos rodeados de tantas personas- gruñó el albino
-Jaja, perdona- Yamamoto entrelazó su mano con la del peliplata y le sonrió dulcemente- ya quiero llegar a Namimori para poder estar a solas contigo
-¡Tu!...¡b-baka!- dijo Gokudera desviando la mirada sonrojado al saber a lo que se refería el moreno
………………………... ………………………….. …………………………….. …
-Hibari -san, no avisamos que regresaríamos en esta camioneta
-Estoy seguro que lo intuirán, no te preocupes- acarició sus cabellos lentamente
-Eso espero- Tsuna le sonrió divertido
Pasaron un tiempo abrazados, para luego pasar a los traviesos besos y caricias, sin duda se respiraba amor en aquel vehículo.
…
Una hora después…
-Hibari-san- llamó Tsuna, quien estaba recostado en el pecho del prefecto mirando por la ventana de donde se podía observar a lo lejos la ciudad de Namimori
-Dime- respondió el mayor
-Cuando me dijiste que irías a Italia con nosotros me sentí muy feliz, pero no puedo evitar pensar que es algo un poco egoísta; Namimori ha sido siempre lo más importante para ti, estoy seguro que te entristece el hecho de alejarte de aquí, yo….no quiero eso, no quiero que hagas algo de lo que quizá luego te arrepientas- apretó fuertemente sus puños
Hibari se separó de él e hizo que lo mirase a los ojos.
-No seas tonto, tú mismo los has dicho, “Namimori ha sido lo más importante”, ahora ese puesto lo ocupa cierto herbívoro al que amo
-H-Hibari-san
-Es mi decisión el ir a Italia, y no me arrepentiré de eso, en Namimori quedarán mis subordinados que me informarán de cualquier contratiempo, así que deja de pensar cosas extrañas
-Tienes razón, lo siento
-Si quieres que te disculpe tendrás que darme algo a cambio
-¿Algo a cambio?- preguntó Tsuna
-Sí - Hibari se acercó al oído de su herbívoro y susurró algo que hizo que este se sonrojase fuertemente
-¡Pervertido!- dijo Tsuna haciendo un puchero
-Uhm…- sonrió de medio lado- ¿y bien?
-E-Está bien- respondió el castaño bajando la mirada
Adorable
El pelinegro se apoderó de los labios de Tsuna, saboreándolos lentamente y disfrutando la calidez que le brindaba.
Al separarse tras unos cuantos segundos, volvió a abrazarlo y los dos quedaron mirando por la ventana el lindo paisaje que los llevaría hacia su querida Namimori, pensando por supuesto también en el futuro que les esperaba juntos en la famosa Italia.
“Porque el amor es algo inesperado, te invade sin que te des cuenta y el destino es encontrar a la persona perfecta, cuando ni siquiera la estabas buscando”
...