Escucho el sonido de las aves, me revuelvo un poco en la cama y abro mis ojos lentamente; siento como impactan en ellos la intensa luz del sol que se cola por las cortinas de nuestra habitación, la cual compartimos hace ya diez años, por lo que los cierro rápidamente y de inmediato emito un sonido de molestia.
Tras acostumbrarse a la luz mis ojos vuelven a abrirse y te observo dormir tranquilamente, contemplo cada facción de tu rostro, tu tez pálida y fina me gusta tanto o aún más desde que nos hicimos novios y juramos pasar el resto de nuestras vidas juntos.
Durante todo este tiempo he sido el hombre más afortunado por tenerte a mi lado, y a pesar de que como cualquier pareja hemos tenido nuestras pequeñas peleas y diferencias, al final no podemos pasar más de un día sin estar cerca, acabando por reconciliarnos a menudo unas horas después de nuestros pequeños “pleitos”. Casi siempre estos comienzan porque no quieres que nadie se acerque demasiado a mí, en verdad eres muy celoso, pero eso es algo que me cautiva de ti.
En todos estos años podría decir que tu personalidad sigue siendo la misma con la pequeña diferencia de que ahora hablas un poco más con los demás, aunque casi siempre sea para decir cosas sarcásticas, no te desagrada tanto estar rodeado de gente, siempre que yo forme parte también del grupo y las sonrisas que solo me dedicas a mí son mucho más cotidianas.
Sigo observándote y llegan a mi mente muchos recuerdos, y aunque son muy lejanos, puedo describirlos perfectamente como si hubiesen pasado ayer…como si hubiese sido ayer cuando regresamos de aquella excursión en donde mi vida y la de los demás cambió por completo.
FLASH BACK
La camioneta se detuvo frente a la escuela, bajando de ella el prefecto y Tsuna.
-Bien, ya llegó el dame y Hibari, creo que aquí nos despedimos muchachos- habló el hitman-me alegra que se hayan divertido, espero que preparen todo para el viaje a Italia, como ya lo hablamos
-¡Hai!- respondieron todos a excepción del prefecto y las chicas
-Bien, nosotros nos despedimos, Sawada- Ryohei sonrió
-Sí, onii-san-respondió el castaño
-Tsuna-kun, te veo mañana en la escuela, cuídate - Kyoko se acercó un poco a Tsuna y le dijo en voz baja- felicidades por tu relación con Hibari Kyoya-san, se ven muy bien juntos
El castaño se sonrojó, era muy vergonzoso que la castaña le dijera eso con una sonrisa inocente; no supo porque lo dicho por Kyoko le hizo recordar lo que había hecho con el pelinegro el día anterior y sin poder evitarlo su rostro se tornó sumamente rojo.
Por su parte Hibari vio la reacción de su herbívoro y al notar que se sonrojó por algo dicho por aquella chica, se irritó de inmediato.
-G-Gracias Kyoko-chan, tú también cuídate, mañana nos vemos
Tanto Kyoko como Ryohei se fueron, luego siguió el turno de Gokudera y Yamamoto, ellos se marcharon juntos a pesar de los gritos y negativas del peliplata…sin duda nunca cambiarían.
Haru se retiró también junto a Ipin ya que la china quería jugar un rato más con la chica de los disfraces. Haru se veía desanimada, y la razón era obvia, ella estaba enamorada de Tsuna y el saber de la relación de este con el temible prefecto, hacía que sintiera una opresión en su pecho de suma tristeza.
Al solo quedar Hibari, Tsuna, Reborn y Lambo, el castaño optó por despedirse del pelinegro, tenía que ir con Reborn a casa a pesar de que quisiera estar más tiempo con él.
-H-Hibari-san, yo me despido, tengo qu…
-Iré contigo, Tsunayoshi, quiero hablar con tu madre- añadió el prefecto interrumpiendo a Tsuna
-¿Ehh?..¿Q-Qué fue lo que dijiste, Hibari-san?- el castaño estaba sumamente sorprendido
-Lo que oíste, herbívoro- Hibari acarició el rostro de Tsuna- quiero hablar con tu madre
-Y que quieres habl…- Tsuna fue nuevamente interrumpido
-No seas tan dame, es obvio lo que Hibari quiere hacer y me parece muy bien, ahora andando que mamá nos debe estar esperando- habló Reborn tomando a Lambo de la mano
-¿Q-Que haces Reborn?- dijo Lambo, quien estaba sumamente rojo por la acción del hitman
-Te tomo de la mano para que no te pierdas, vaca tonta ¿que no ves?- Reborn lo miró- caminaremos por delante, dejemos a los tortolos tener su espacio
-¿Ehh? …ahh sí- agachó la mirada y siguió al hitman sin protestar, solo se limitó a mirar el agarre que mostraba sus dedos entrelazados con los de Reborn, se sentía muy feliz
Detrás de los niños estaban el prefecto y Tsuna, a quién Hibari tenía tomado de la cintura mientras caminaban, provocando que al igual que Lambo, el castaño se sonrojase notoriamente.
Al prefecto le gustaba hacer notar lo que era suyo, el tener así el castaño advertía a cualquier herbívoro que osase mirarlo siquiera, que ese lindo conejito ya tenía dueño.
Después de unos 10 minutos más de caminata llegaron a la casa Sawada…
Reborn se separó de Lambo y se acercó a tocar la puerta, tras unos instantes de espera esta se abrió mostrando a una sonriente Nana con un lindo delantal, indicándoles que se encontraba cocinando.
-Tsu-chan, Reborn-chan, Lambo-chan…me alegra que regresaran pronto, los extrañé mucho- dijo la castaña
-Nosotros también mamá- dijo Reborn
Lambo se acercó a Nana y le dio un gran abrazo, luego de unos segundos Nana se dirigió a Tsuna
-Tsu-kun…veo que trajiste un amigo- dijo Nana refiriéndose a Hibari- me alegro que tengas cada vez más amistades- Nana le sonrió al prefecto- pasen, pronto estará lista la comida- añadió para luego entrar a su hogar
-S-Sí mamá- el castaño estaba nervioso, cómo le diría a su mamá que Hibari no era el tipo de “amigo” que ella creía
-Entremos, Tsunayoshi- Hibari notó el nerviosismo de su herbívoro y revolvió sus cabellos para tranquilizarlo
-Sí, vamos
Tras ingresar, Nana les dijo que esperaran en el comedor para luego dirigirse a la cocina a terminar de preparar el almuerzo.
Reborn, quien estaba sentado al lado de Lambo, observaba minuciosamente el rostro de Tsuna, se notaba a kilómetros lo nervioso que estaba y él imaginaba el porqué.
Hibari solo se mantenía quieto al lado del castaño; cavilaba detalladamente el cómo le haría saber a Nana acerca de la relación que mantenía con Tsunayoshi ya que por raro que pareciera, él también se encontraba un poco ansioso.
Luego de unos 5 minutos de incómodo silencio en el comedor, apareció Nana con dos platillos, inmediatamente Lambo se acercó a ayudarla, era ya un hábito a la hora del almuerzo.
Tsuna indicó que el pondría la mesa y luego de unos minutos, tras todo estar listo, la castaña se sentó junto a los demás con una gran sonrisa.
Hibari miró fijamente a Nana y se decidió a iniciar la conversación que había repasado en su mente en esos minutos de espera.
-Madre de Tsunayoshi, mi nombre es Hibari Kyoya y he venido a decirle algo muy importante- el prefecto se puso de pie y tomó la mano de Tsuna entrelazando sus dedos, provocando que Tsuna se levantase también, con la cara sonrojada y mirando hacia el suelo- Tsunayoshi y yo somos novios, quería pedir su aprobación, yo me encargaré de protegerlo y estar con él siempre, no tiene de qué preocuparse- Hibari hizo una reverencia al terminar su pequeño discurso
El castaño se sonrojó hasta las orejas al escuchar la palabra “novios”...su corazón comenzó a latir descontroladamente.
Hubo un pequeño momento de silencio, el cual fue cortado con un grito o más bien un chillido de alegría.
-Kyaaa!!! ¡¡Tsu-kun tiene novio!!...y es tan apuesto ¡todo un príncipe!...- Nana estaba muy feliz, no dejaba de sonreír y hacer gestos con sus manos
Hibari levantó la mirada, quedando estático unos segundos por la reacción de su “suegra” para luego sonreir, sin duda era la madre de Tsuna.
El castaño estaba muy sorprendido; la mayoría de madres no habría tomado esa noticia como la suya lo hizo, Nana era única.
Reborn y Lambo solo sonreían, ellos se esperaban esa reacción, era la esposa de Iemitsu de quien estaban hablando después de todo.
-Mam…-el castaño fue interrumpido
-¡Pero déjame darte un abrazo!- Nana se acercó a Tsuna y lo envolvió en sus brazos- y a ti también Kyoya-kun- la castaña prácticamente apretujó a los dos
Tsuna se tensó al notar lo que su madre estaba haciendo… ¡Abrazaba a Hibari-san!
Con mucho esfuerzo, el castaño volteó ligeramente el rostro y miró a Hibari, notó que este no hacía ningún movimiento, lo cual lo tranquilizó. Tras unos segundos más de mimos, Nana por fin los dejó libres.
-Les deseo lo mejor Kyoya-kun, Tsu-kun…yo sé que serán muy felices, cuentan con todo mi apoyo- hizo una pausa para luego continuar- no negaré que la primera persona que creí que Tsu-kun me presentaría como su novia seria a Kyoko-chan, pero veo en los ojos de ustedes dos el amor que se tienen, así que no puedo estar más feliz ya que mi hijo encontró a su persona especial- la castaña les sonrió tiernamente
-Muchas gracias, Nana-san- dijo Hibari
-ehh…nada de Nana… llámame mamá, ahora somos familia ¿o no, Kyoya-kun?
-…. De acuerdo…mamá…- respondió Hibari sintiéndose muy extraño al pronunciar lo último
-Gracias - Tsuna le sonrió a su madre, agradecía su comprensión y apoyo
-Bien, ahora podemos comenzar a almorzar, estoy segura que todos ustedes deben estar hambrientos
-Hai!- dijeron los presentes y así comenzaron a comer
…
…
Se encontraban ahora frente a la habitación del castaño, luego de terminar el almuerzo, Nana les informó que tenía que salir de compras y al irse casi al instante Reborn y Lambo se acomodaron en los sofás de la sala a pedido del bovino, los dos verían una película.
Hibari le pidió a Tsuna ir a su habitación ya que quería estar en la cama de su castaño para poder abrazarlo y besarlo. El castaño se sonrojó al solo escuchar al prefecto…¡Hibari estaría en su habitación!... y aunque no era la primera vez que el prefecto de Nami-chu estaba en ese lugar, ya que varias veces había entrado por la ventana cuando ocurría algo o Reborn lo llamaba, esta vez sería distinto, ahora eran “novios”, eso lo cambiaba todo.
-No piensas abrir, Tsunayoshi-susurró Hibari al oído de Tsuna
El castaño se tensó y asintió para luego abrir la puerta y pasar junto al pelinegro a su alcoba.
Ya dentro, Tsuna le indicó a Hibari que podía sentarse donde quisiera, este optó por hacerlo en la cama del cielo.
Tsuna se mantenía parado en medio de la habitación, no sabía que hacer… ¿se sentaba junto a Hibari o...?
-Ven aquí – dijo el prefecto
Se sonrojó e inmediatamente se acercó al pelinegro, Hibari lo tomó del brazo e hizo que se apoyara en él para luego robarle un beso, delineo sus labios con su lengua pidiendo acceso, el cual no le fue negado, estuvieron besándose apasionadamente por unos minutos hasta que sorprendentemente fue Hibari el que rompió la unión.
-Si seguimos no podré controlarme ¿comprendes?- dijo para luego abrazar a Tsuna y echarse junto con este en la cama, lo rodeó con sus brazos y respiró el aroma de su cabello
-Hueles delicioso
-Hibari-san…-Tsuna levantó su rostro y observó al prefecto
-Dime
-L-Lo que le dijiste a mi madre… ¿p-porque no me lo dijiste primero a mí?- Tsuna desvió la mirada avergonzado
-….- el pelinegro estaba sorprendido por lo dicho por su herbívoro- ¿a qué te refieres, Tsunayoshi?
-L-Lo de ser… n-novios, Hibari-san nunca me pidió ser su novio- desvió la mirada avergonzado
El prefecto sonrió…
¿Se puede ser más adorable?
-Después de todo lo que hemos hecho ¿aún dudabas que fuéramos novios?- como algo imposible de oír, el prefecto rio sonoramente
El rostro de Tsuna competía con el de un tomate -No es eso… ¡p-pero tú nunca me lo pediste!-respondió con un puchero
-Uhm… entonces lo haré apropiadamente – Hibari se reincorporó e hizo que Tsuna hiciese lo mismo, luego tomó su mano y lo miró fijamente a los ojos
-Tsunayoshi… te amo- sonrió al solo observar el rostro sonrojado de su herbívoro, amaba hacerlo avergonzar- ¿quieres ser mi novio? o mejor aún ¿ser mío por el resto de tu vida?- besó el dorso de la mano del castaño y espero la respuesta de este; quería verlo lo más avergonzado posible y sonrió nuevamente al notar que su objetivo se había cumplido….Tsuna estaba tan rojo que parecía que en cualquier momento saldría humo de su cabeza.
-Hi-Hibari-san….e-esto es muy vergonzoso- el castaño mantenía la mirada gacha, las acciones del prefecto eran demasiado para su corazón
-Responde lo que te pregunté- el pelinegro tomó el mentón de Tsuna y obligó a este a mirarlo
-Yo…sí- dijo con una voz apenas audible- si quiero ser el novio de Hibari-san
-Adorable…- el pelinegro tomó los labios de su herbívoro, los saboreó y prácticamente devoró, luego de unos minutos se separaron y Tsuna se escondió en el pecho del prefecto
-Te amo, Kyoya
Hibari rodeó con sus brazos al castaño y le susurró al oído
-Te amo, Tsunayoshi
...