-Muku-chan… respóndeme
Hizo un puchero y continuó rogando atención. Llevaba así más de veinte minutos y su pareja parecía no apiadarse de él.
-Llevas molesto más de tres días conmigo, al menos dime la razón
La fría mirada de Mukuro se topó con la suya y tras unos segundos de silencio al fin su novio dejó oír su dulce voz.
-Tú sabes muy bien cuál es la razón, maldito malvavisco ¿Quién te dijo que podías revelar nuestra relación?
El peliblanco se quedó mudo unos segundos para luego suspirar cansinamente.
-Así que era eso- se acercó al sofá dónde el guardián de la niebla se encontraba sentado con las piernas cruzadas y se posicionó a su lado- tú… ¿te avergüenzas de mí?
Mukuro lo quedó mirando sorprendido y se decidió a responder de inmediato.
-No digas idioteces
-Entonces ¿por qué?- Millefiore habló en tono fuerte y serio, algo muy impropio de él- Porque te molesta que Vongola y los demás se enteren que eres completamente mío
-Idiota- al escucharlo sintió unas punzadas en el pecho y vientre- me molesta porque no quiero que hablen de mí, todos me fastidiaran, entiende
-No, no entiendo- se acercó un poco más a su pareja y tomó sus manos con las suyas- eres Mukuro, el mejor ilusionista que pueda existir, que hablen de ti no tiene porqué importarte, puedes darle la lección a cualquiera de ellos cuando quieras
-No del todo al idiota de Hibari Kyoya- apretó el contacto- y por todo lo que he hecho para fastidiarlo cuando estaba con Tsunayoshi, se las cobrará caro
-Yo estaré ahí, mi amor- sonrió y se sintió sumamente satisfecho al ver el sonrojo el rostro de la piña
-No me digas así o te mataré a ilusiones
-¿Crees que puedas?- acercó su rostro y besó los labios de Mukuro castamente
-Por supuesto- sonrió luego del contacto- agrégale a eso que no te dejaré tocarme por un mes ni comer malvaviscos
-¿Qué?- el puchero en su rostro demostraba su profunda disconformidad- eso no es justo, moriré en solo tres días
-Tú te lo buscaste- sin previo aviso se recostó en el hombro del peliblanco y suspiró cansino- no dormí muy bien anoche
-Es que te faltaba mi calor- recibió inmediatamente y golpe en la pierna por su comentario pero la sonrisa que divisó en el rostro de Mukuro lo hizo sentirse satisfecho
-Entonces hoy dormirás conmigo
Byakuran acarició los cabellos de su pareja en signo de afirmación. Estuvieron de esa forma por varios minutos hasta que “el tema” que había estado rondando por su mente por esos días salió a colación.
-Ehh… Mukuro- el llamarlo por su nombre ya era signo de que lo de que iba a hablar se trataba de algo serio- yo, quería preguntarte algo
El pelimorado entrelazó su mano con la del albino y se acurrucó aún más al cuerpo de su amante.
-Eres la única persona con la que he actuado de esta forma tan tonta en toda mi vida, no sé qué rayos me pasó cuando decidí darte una oportunidad, pero… ahora solo espero que en el futuro, nuestros hijos se parezcan a ti, claro, todo menos en lo infantil
Sintió que unos brazos lo apretaban fuertemente en un abrazo y se dejó hacer, aquel adicto a los malvaviscos sabía muy bien como romper cada una de sus barreras.
-Te amo… Mukuro
Oh dios, su nombre sonaba tan bien cuando Byakuran lo decía con esa voz tan varonil que sacaba en ocasiones.
-Ich liebe dich Auch
-Jaja
-¿De qué te ríes?
-Cada vez que espero una respuesta a mis “te amo” recibo palabras que no entiendo, eres muy malo Muku-chan
-Eso te pasa por no ser inteligente
Se separó del abrazo y tomó el ostro del pelimorado con ambas manos.
-Pero ¿sabes qué? Ese “también te amo” que me acabas de decir lo puedo entender sin siquiera saber el idioma, tus ojos me expresan todo lo que sientes por mí
-No fue un…- sus palabras fueron calladas por los labios del peliblanco sobre los suyos
-Claro que fue un te amo
- I-Idiota- se abalanzó contra su pareja y lo besó demandantemente- haré que tus labios sangren maldito
-Eso quiero verlo- sonrió para seguir nuevamente con el ósculo entre ambos
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Días antes, después de la reunión en la mansión Vóngola…
-Ahora sí me explicarás qué fue todo eso, Emma
La alta pelinegra de cuerpo voluptuoso se sentó frente a Kozato en la sala de la residencia Shimon; decir que estaba enfadada era poco, su mirada podía competir con la que Kyoya tuvo la vez en la que cierto jefe de otra mafia importante de Italia, llamado Víctor, se atrevió a tocarle el trasero al décimo Vóngola y proponerle cosas indecentes, ese día casi celebran un funeral, y sí en ese momento su jefe no le explicaba cómo había terminado en una relación con el torpe rubio de Cavallone, no sería un “casi”, en verdad habría un funeral esta vez.
-Yo…- era conocido por todos sus guardianes y amigos que no a pesar de ser el jefe de los Shimon, no podía hacerle frente a Adelheid, ella era como una hermana mayor demasiado estricta y le daba demasiado miedo contradecirla- l-lo siento- agachó la mirada- debí decirte todo desde hace tiempo
-No entiendo eso de “todo”- la chica cruzada de brazos lo miró detenidamente- me estás diciendo que es verdad lo que el idiota de Cavallone dijo en la reunión- esperó la respuesta impaciente
Emma estaba por desmayarse en ese instante, se encontraba muy nervioso y el estar solo no ayudaba mucho. Dino había sido alejado e él por sus otros guardianes y ahora se encontraba en otra parte de la residencia siendo custodiado para que no se acercara a él hasta que terminara su “amena charla” con Adelheid, menuda suerte tenía.
-Estoy esperando
Apretó los puños y levantó la mirada con temor. A su mente se le vino en ese instante el rostro de Dino y no pudo evitar que una cálida sensación lo invadiera completamente. Sabía que sus sentimientos y los de aquel italiano de cabellos rubios que lo había conquistado con sus detalles y sonrisa eran sinceros, debía luchar y ser fuerte por ambos, por el amor que se tenían.
-Es verdad, Adelheid- su voz sonó seria y firme- Dino y yo somos novios, nos amamos profundamente y desde ahora te digo, no me importa lo que piensen tú y los demás sobre esto, yo no me alejaré de él, lo amo demasiado y sé que él siente lo mismo por mí
Hubo un silencio de aproximadamente dos minutos , Kozato estaba nervioso esperando lo que sea que la pelinegra le fuese a decir, pese a todo lo que dijo en el fondo le dolería demasiado si ella se interpusiera en la relación que tenía con Dino.
-¡Julie! ¡Mizuno! ¡Tráiganlo ahora!
El pelirrojo se sorprendió por el grito tan inesperado que su amiga dio y esperó impaciente la llegada de los mencionados por ella.
Luego de un momento más, el portón de la sala se abrió dando paso a un hombre con gafas, uno muy musculoso y por último, a la persona que amaba. Sonrió inconscientemente al verlo y notar que no había rastros de que hubiese peleado con alguno de sus amigos, eso lo tranquilizó.
-¿Terminaste de hablar con él?- preguntó Kaoru
-Sí, tal parece que está en una relación con él- señaló con la mirada a Dino, quien solo los miraba expectante, no quería hacer nada inapropiado que afectase su noviazgo con Emma
-Tsk… tenía la esperanza que fuera mentira, nuestro lindo Emma no puede tener novio- Julie se acomodó los lentes y miró con recelo al jefe de los Cavallone
-Y-Yo estoy lo bastante grande como para elegir con quién quiero estar- miró con detenimiento a sus tres amigos- ¡yo lo amo! No se interpongan, por favor
Los tres se quedaron en silencio y tras unos segundos fue Adelheid la que se decidió a hablar.
-Tsk…- se acercó a Emma- me duele decirlo pero, está bien, no lo haremos- sonrió de lado y acarició el cabello pelirrojo de su jefe- perdón por todo esto, solo quería estar segura de que tus sentimientos eran lo suficientemente fuertes y puedo ver que es así
-A-Adel…
-Por cómo los chicos miran a Cavallone puedo saber que también pasó la prueba y me alegra que te quiera como tú a él
-Sí… nos amamos- Dino se acercó a dónde estaban los dos y sonrió amablemente- y prometo que no defraudaré tu confianza
-Más te vale- la pelinegra se alejó de los dos y se dirigió con los demás guardianes
-Tsk… menuda suerte tiene este rubio- Kato estaba enfadado ¿su lindo jefe con novio? Esperaba lo hiciera feliz
-Solo hay una cosa más que quiero preguntarles- Adelheid se giró y miró a la pareja, que ahora se encontraba tomada de la mano- ustedes dos… ya… ¿han tenido relaciones?
El sonrojo en el rostro de Emma y Dino no se hizo esperar. ¿Era necesario responder? Si bien es cierto que aún querían esperar para llegar hasta el final, no era como si ni siquiera se hubiesen besado. Ellos ya habían practicado desde besos franceses hasta sexo con ropa, el toqueteo y toda clase de estimulación de ese tipo era común en cualquier pareja y a pesar de que no creían tuviera nada de malo, les daba mucha vergüenza.
-Mataré a ese pervertido
Kaoru tuvo que ser detenido por un golpe proveniente de Adelheid, mientras que Julie solo miraba con ira contenida hacia Dino.
-¡N-No! Nosotros todavía…- los nervios no dejaban que completase ni siquiera una frase, Kozato estaba por desmayarse allí mismo.
-Yo respeto a Emma- Dino habló fuerte y claro- somos novios desde hace seis meses, aún es muy pronto para dar un paso así de importante, cuando nos mudemos juntos y sea su deseo sucederá, nunca lo obligaré a nada, lo amo de verdad
Sus palabras calmaron un poco el ambiente de la estancia y luego de que Adelheid les ordenara a sus dos amigos el retirarse, se acercó a la pareja.
Lo pregunté por curiosidad, no porque crea que es algo malo, sé que soy muy sobreprotectora y quería creer que Emma seguía siendo aquel niño pequeño que tenía que defender- suspiró- pero ahora que es todo un hombre me siento muy nostálgica, no es fácil dejar ir a tus polluelos- sonrió y miró al pelirrojo- espero seas feliz y… ojalá sea la madrina de su futuro hijo- finalizó haciendo alusión a lo dicho por el bronco en la reunión Vóngola
-Por supuesto, aunque será más adelante todavía ¿cierto, Dino?
-Si amor- el rubio sonrió
-Bien, me despido, tórtolos, debo atender algunos asuntos relacionado con las misiones
-Gracias de nuevo, Adelheid
-Nos vemos después, Emma- revolvió los cabellos de Kozato y salió de la sala
-Ahh- suspiró el rubio- fue un día muy largo ¿verdad?
-Sí- se acercó aún más a su novio- pero me alegro que todo resultara
-Yo también, amor- atrapó de la cintura el cuerpo del pelirrojo y le plantó un dulce beso en los labios- nos sabes lo feliz que estoy
-¿Porque te aceptaron?
-No- juntó su frente con la de Emma- si no lo hubiesen hecho, no me importaría, seguiría estando a tu lado y lucharía contra todos
-Uhm…-sonrió y rozó su nariz con la de Dino- ¿entonces?
-Estoy feliz porque estoy contigo, eso es suficiente- unió sus labios nuevamente con los de su amante y lo abrazó fuertemente
Aun les deparaba mucho en el futuro, lo sabían, pero si estaban juntos sabía que podrían superar cualquier obstáculo y formar la familia que ambos tanto deseaban.
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-Ahh… K-Koyo- sentía como su novio golpeaba aquel punto que lo volvía loco, su cuerpo se retorcía en placer mientras sus uñas arañaban la espalda del guardián Shimon- más… nngh… más
-nngh… - envestía fuertemente- grita más… me gusta oírte
-Ahh… ¡ahí!… me gusta ahí… Koyo- su cordura se perdía cada vez que hacia el amor con Aoba, aquel hombre era capaz de excitarlo con solo susurrar su nombre con aquella voz tan sexy que tenía.
Tiempo atrás nunca imaginó que acabaría en una relación con él, eran mejores amigos después de todo, entrenaban y se medían para ver quién era más fuerte, jamás pensó acabar bajo él gimiendo de esa forma, si se lo hubiesen dicho hace tiempo jamás lo hubiese creído, sobre todo por lo que vio en el futuro en aquella ocasión cuando pelearon contra Millefiore.
….
-Me casaré con ella- dijo algo desanimado el peliblanco mirando hacia el cielo- no es que me desagrade ni nada, solo que, el saber qué te depara el futuro, no es como todo el mundo piensa
-¿por qué lo dices?- el solo escuchar lo dicho por Ryohei le dolió profundamente ¿significaba eso que había perdido sin siquiera luchar?
-Siempre pensé que sería extremo el saber cómo conocería a la persona con la que pasaría el resto de mis días, es decir, quería que fuese algo que descubriera paulatinamente, pero ahora…- miró fijamente a los ojos de su peliverde amigo- no puedo tener la ilusión de enamorarme porque ya sé que ella será mi esposa y… no debo mirar otras personas ¿cierto?
-No digas eso- tomó las manos de su amigo y las acarició lentamente- no creo que debas limitarte solo por saber lo que en ese futuro sucede, míralo de este modo, existen muchos mundos paralelos como me dijiste ¿cierto? Solo en uno de ellos eres el esposo de esa chica, ¿Qué hay de los demás? Cabe la casualidad que al que fuiste sucedía eso y ya- sonrió- Tienes derecho a enamorarte apropiadamente y decidir por tu cuenta con quien quieres tener una relación, si en el futuro te das cuenta que esa chica y tú se atraen mutuamente y en verdad eran destinados, pues bien; sin embargo, si no es así, no tienes que sentirte culpable ¿me oyes?
Los ojos de Ryohei comenzaron a aguarse y una extrema sonrisa surcó su rostro.
-¡Gracias, Koyo!- se abalanzó contra el peliverde haciendo que cayese de espaldas y él quedase encima.
-Auch… de nada- Aoba correspondió el abrazo y aprovechó para aspirar el aroma de su mejor amigo
“Espero poder ganarme tu corazón”
…
-Ahh… ya voy… Koyo
-nngh…córrete- envistió aún más fuerte contra el cuerpo de su novio- me gusta ver tu rostro cuando lo haces
Luego de unas cuantas envestidas más, el peliblanco se vino entre los cuerpos de ambos y Koyo, al sentir como la entrada de su amante se apretaba alrededor de su miembro por esta acción, se corrió en su interior.
-Ahh… ahh- respiró agitado el guardián Vongola- fuiste muy rudo, Koyo
-Tú me provocas siempre- llevó una de sus manos hacia el trasero de su amante y lo apretó con fuerza provocando un ligero gemido en Ryohei- y más cuando te resistes
-Cállate- frunció el ceño- se suponía que te tendría en abstinencia por un mes y ni siquiera ha pasado una semana
-Sabes bien que nuestros cuerpos no pueden estar separados por mucho tiempo- sonrió y se acercó al peliblanco para darle un beso en los labios- te amo, Ryohei
Se sonrojó y tras unos fuertes golpes en el pecho del peliverde, los cuales dolieron mucho por la fuerza que este tenía- se acurrucó en el murmurando un “yo también, al extremo”
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Luego de tres semanas de la llegada de Prisma a la mansión, llegaron las chicas y los padres de Tsuna de Japón. La noticia del bebé no pudo hacer más feliz a Iemitsu, el deseo tener un nieto que había sido truncado por el “maldito carnívoro de Hibari”, cómo él le decía, se convertiría en realidad
- ¡TENDRÉ UN NIETO!- gritó Iemitsu por todo el jardín de la mansión
-Tsk… tu padre es todo un escandaloso- Hibari gruñó dirigiéndose a Tsuna
-Kyoya…- el castaño suspiró- no te enfades por cualquier cosa, sé que desde que llegó han tenido sus “diferencias” pero recuerda que me prometiste no causar problemas
-Lo sé- se acercó a su pareja y lo abrazó contra su cuerpo- y ya que todas las noches me recompensas no tengo problema en cumplir con lo acordado- susurró en su oído para luego meter sus manos bajo la camisa de color negro que llevaba su herbívoro
-P-Pervertido- Tsuna se sonrojó y de un movimiento rápido besó a su guardián de la nube- solo piensas en sexo, Hibari
-No es cierto- el pelinegro sonrió de lado- también pienso en lo apetecible que te ves cuando sonríes, te enojas o avergüenzas…
-Eso es exactamente…
-También pienso en lo mucho que te amo, Tsunayoshi
Aquello dejó helado a Tsuna y con su cuerpo a punto de desfallecer. Solo palabras como esas dirigidas hacia él por la persona que más amaba eran suficientes para sentirse en la mismísima gloria. Hibari lo tenía a su merced.
-H-Hibari…- Tsuna se escondió en el pecho de su amante y aspiró su varonil aroma mientras lo abrazaba- también te amo, no sabes cuanto
-Uhm…- apretó el cuerpo de su herbívoro- lo sé, lo mismo sucede conmigo
Estuvieron así por varios minutos, simplemente disfrutando del calor y presencia de ambos. Se amaban por sobre todo y era suficiente, habían pasado por mucho desde la excursión a la que Reborn los llevó, tuvieron peleas y diferencias como cualquier pareja, celos e inseguridades; sin embargo, al final supieron cómo superar todos los obstáculos, ahora estaban listos para formar la familia que siempre desearon y no podían esperar por conocer al fruto se su gran amor, su pequeño hijo.
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