En una de las habitaciones...
-Bueno, te escucho Gokudera- Yamamoto miró fijamente al peliplata el cual se encontraba de espaldas hacia el
-......- el guardián de la tormenta no sabía cómo comenzar, definitivamente se arrepentiría de lo que iba a decir
Maldito friki
El moreno esperaba impaciente, a pesar de que lo que más lo caracterizaba era la calma, esa situación era muy diferente; estaba allí, esperando la respuesta a sus sentimientos por la persona que amaba, la persona que ocupaba toda su mente y corazón, y eso no es algo que podía tomarse a la ligera.
Pasó casi un minuto en el que lo único que reinaba en aquella habitación era el silencio, el espadachín no aguantó más y optó por hablar de nuevo.
-G-Gokudera, yo...
-Escúchame atentamente friki del béisbol porque no lo repetiré- dijo Gokudera interrumpiendolo
-O-Ok
-Tú, eres un completo idiota, estúpido, bueno para nada...siempre haciendo preocupar al décimo y obsesionado con ese estúpido deporte, todo el tiempo llevas una sonrisa odiosa en el rostro, me exaspera tu presencia, siempre me haces enojar, me molestas tanto, idiota...
El semblante del moreno se entristeció....así que es eso lo que piensas de mí verdaderamente, ¿me odias entonces Gokudera?
El peliplata se volteó y miró fijamente a Yamamoto- p-pero a pesar de todo eso ¡No puedo evitar sentir todo lo que siento por ti! ¡por un completo tonto como tú! ... odio cuando estas cerca de mí porque siento que mi corazón se acelera y a pesar de que no quiero que pase, el maldito no me obedece, odio cuando pienso que tu sonrisa es hermosa, odio tu voz, odio tu olor, odio tu tacto, odio todo de ti...a-ahora ya lo sabes- el rostro de Gokudera estaba sumamente rojo.
Tras terminar su discurso se volteó nuevamente y trató de salir de la habitación, pero fue detenido del brazo por Takeshi, el cual lo abrazo por la espalda y se acercó a su oído.
-Todos esos te odio ¿puedo interpretarlos como te amo?...-apretó aún más el abrazo
-I-Idiota, haz lo que quieras- Gokudera no podía seguir ocultando sus sentimientos, el moreno se había clavado profundamente en su corazón y no creía poder hacer que saliese.
-Hayato- obligó al albino que voltease y quedasen frente a frente- me haces muy feliz- el guardián de la lluvia esbozó una gran sonrisa
-Deja de sonreír siempre como un tonto...- bajó la mirada avergonzado
Yamamoto tomó el mentón del chico bomba y obligó a este a mirarlo- Te amo, Hayato- se apoderó de su boca, acarició lentamente esos labios que por tanto tiempo anheló, labios que ahora eran completamente suyos
-mmm...ngh...- Gokudera correspondíó al beso. A cada segundo el contacto se volvía más intenso, pasó sus brazos alrededor del cuello del moreno y se apegó aún más a este, sin duda el friki besaba delicioso
Yamamoto se excitó, el albino estaba demasiado cerca de él, sus cuerpos rozaban brindándose un exquisito placer, no aguantaba más
-G-Gokudera- se separó de los labios del peliplata- ¿puedo tocarte?
-N-No preguntes, imbécil- se aferró al pecho del contrario, no quería que este viera la vergonzosa expresión que seguramente tenía en el rostro por el lujurioso beso que habían compartido
-Jaja...está bien, ya no lo haré- tomó al albino del brazo y lo echó suavemente sobre uno de los futones de la habitación, se posicionó sobre este y volvió a apoderarse de sus labios
-Y-Yamamoto...- suspiraba y se retorcía al sentir las manos del moreno subir su camisa y acariciar su pecho lentamente- Ahh...
El espadachín lamió el cuello y la clavícula del peliplata, quería marcar toda esa piel tan pálida y deliciosa.
-No...no dejes marcas- dijo al sentir como el moreno mordía ligeramente su cuello
- Te deseo Gokudera- dejó el cuello del peliplata y le quitó completamente la camisa color blanco que tenía, acercó su boca a uno de los pezones rosados frente a él y con la mano izquierda estimuló el otro
-Ahh...mmgh- Gokudera trataba de acallar sus gemidos, era muy vergonzoso para él
-Déjame oírte
-No... no digas tonterías...ahh!...-Un gemido muy sonoro se escapó de su boca provocando que el moreno se excitase aún más
-Ya no aguanto... ¿puedo hacerlo, Gokudera?- miro fijamente a los ojos del peliplata mientras su mano derecha estaba sobre el cinturón de este
-¡T-Te dije que no preguntaras!- le dio un golpe en la cabeza por ser tan lento
-Auch- se quejó por el golpe- perdón, Hayato- volvió a besarlo y lentamente fue despojando a Gokudera de su pantalón
Cuando tuvo al peliplata completamente desnudo frente a él no pudo evitar quedarse como bobo mirándolo.
Es más hermoso de lo que imaginé
-¡Deja de mirarme, estúpido friki!
Un grito por parte de Gokudera lo sacó de sus pensamientos, sonrió y se acercó a su oído.
-Eres hermoso, no puedo espera por estar dentro de ti y te aferres a mí gritando mi nombre- lamió el lóbulo de su oreja lujuriosamente para luego llevar su mano al ya despierto miembro de este
-Ahh... i-idiota- el placer que le provocaba la mano de Yamamoto era increíble
El moreno lamía el pecho y los muslos del peliplata mientras lo masturbaba, luego de unos minutos se detuvo recibiendo un chasquido de molestia por parte de su amante
-Lámelos, Hayato- le mostró tres dedos y el peliplata no dudo en lamerlos para lubricarlos
Cuando estuvieron lo suficientemente húmedos, Yamamoto retiró sus dedos de la cálida boca del albino, se quitó el pantalón rápidamente y quedó solo con su camisa entreabierta.
-Relájate- introdujo un dedo cuidadosamente en la apretada entrada de su amante, quien al sentir que algo entraba en él dio un quejido de dolor
-Ahh!...d-duele
Yamamoto espero a que Gokudera se acostumbrase unos minutos y cuando sintió que este movía sus caderas, introdujo el segundo dedo y luego le siguió el tercero.
Los metía y sacaba lentamente escuchando los gemidos de Gokudera, gemidos que lo volvían loco y provocaban que su cordura se fuera al demonio.
-Y-Yamamoto... ahh!...
- Go-Gokudera ya no puedo más...
-Y....qué esperas friki...hazlo rápido...nngh
Al escuchar al peliplata, sacó rápidamente los dedos de su interior, se acomodó entre las piernas del albino y antes de penetrarlo lo besó intensamente.
-Mmm...ahhh....- Gokudera gemía entre el beso al sentir como algo enorme, duro y caliente entraba en él, sentía que lo partían en dos literalmente.
-¡Duele! Ahhh...
-Relájate...ahh...ya casi estoy dentro
-Yamamoto...ahhh
Luego de entrar completamente, el moreno se quedó quieto para que su amante se acostumbrara. Luego de unos minutos, sintió como el peliplata movía sus caderas buscando más contacto y decidió brindarle a su amante lo que deseaba.
-Ahhh!!!...-el albino gimió sonoramente al sentir una fuerte envestida
-Ahh Gokudera...tan estrecho...- gemía del placer que le provocaba el cálido interior de su amante, sentía como su miembro era succionado fuertemente y eso estaba nublando sus sentidos
-Más...ahh...adentro...- Gokudera no sabía lo que decía, solo quería sentir más el miembro del moreno, le provocaba un placer indescriptible y podría jurar que se volvería adicto a el.
-Te amo, Hayato...di que me amas... q-quiero oirlo- hablaba mientras envestía salvajemente contra el cuerpo bajo el
-No...ahhh!... no lo haré...nngh
-Hazlo...quiero oírlo- Yamamoto envistió profundamente haciendo que el Gokudera arquease la espalda, el moreno había encontrado su punto erógeno.
-Ahhh!! Ahí...
-Ah dilo... di que me amas...- golpeaba en el mismo lugar, provocando que los gemidos del albino se volviesen aún más sonoros.
-Ahhh!...yo...mmgh... ¡te amo, idiota! ...ahh...-Tapó su rostro con ambos brazos para que de esa forma Yamamoto no lo observase.
-G-Gokudera- se acercó al peliplata y retiró sus brazos- También te amo- le dio un tierno beso mientras lo envestía nuevamente
-mmm... ahh! m-me vengo...
-nngh... yo igual- luego de unas cuantas envestidas más, el peliplata se vino manchando su pecho y el del moreno, mientras que este liberó su esencia en el interior de su amante.
Después de unos minutos, y tras recuperar el aliento por el ejercicio en conjunto realizado, el moreno se dejó caer al lado de Gokudera, este se volteó por lo avergonzado que se sentía haciendo que Yamamoto sonriera y lo abrazara por la espalda.
-Fue el mejor día de mi vida, te amo, Hayato- tomó la blanca sabana y tapó a ambos con esta
-Tsk...tonto friki- Gokudera posó sus manos sobre las del moreno que descansaban sobre su cintura y sonrió para luego cerrar los ojos, estaba exhausto
El moreno apretó su abrazo y se dejó también vencer por el sueño. No podía estar más feliz, tenía en sus brazos a la persona que amaba... era demasiado bueno para ser verdad.
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-Ryohei-san tu celular está sonando
Haru veía concentrada la película sentada junto a Kyoko e Ipin mientras comían palomitas de maíz.
-I-Iré a contestar
El peliblanco salió de la habitación y se dirigió al jardín de la posada. Se sentía ansioso por escuchar la voz de la persona al otro lado de la línea, no entendía la razón... ¿sería porque era una extrema amistad la que tenía con el peliverde? ¿ o porque no lo veía hace algunas semanas?
-¿Bueno?
-Ryohei
Su piel se erizó completamente y sintió su rostro calentarse, la voz de Koyo pronunciando su nombre tenía un tono único.
-C-Cuanto tiempo sin escucharte... Debo actuar como siempre, podría pensar que algo malo me sucede ¡Estoy en una excursión ahora, es muy extrema!
-jaja... extrañaba tu ánimo, me gustaría verte pronto
Algo apartado de allí, sentado en su cama mientras tenía frotaba su miembro con una de sus manos, se encontraba Koyo; no pudo resistir más tiempo sin escuchar la voz de la persona que desde hace mucho inundaba sus más tiernos y sucios pensamientos.
-Yo también quiero verte ¡Podríamos entrenar juntos!
-S-Sí... -estaba un poco agitado por la acción, ¿Qué pensaría Ryohei si supiera que lo llamó para poder masturbarse mientras escuchaba su voz? ¿Qué clase de persona podría venirse al escuchar hablar animadamente a la persona que le gusta?... Sin duda, un pervertido como él.
-¿Estás haciendo ejercicio? Te escucho algo agitado, Koyo...
Y ahí estaba, tuvo que apartar un poco el teléfono por el fuerte jadeo que dio al solo escuchar su nombre dicho por la voz del guardián del sol. Había imaginado tantas veces el tener a Ryohei bajo él, con el rostro sonrojado, sus pezones rojos de tanto ser succionados, mirándolo con súplica gimiendo su nombre mientras se abría de piernas para él, su entrada húmeda lista para recibirlo, que ahora solo el tono de su voz lo ponía a mil y ocasionaba que su mano se moviese aún más rápido.
-No... solo estoy... a-algo resfriado
-Ya veo
-Ryohei... puedes decir mi nombre d-de nuevo...
-¿Eh?
Su mano friccionaba su endurecido miembro cada vez más y sentía que estaba a punto de eyacular. Cerró los ojos e imaginó a su amigo tirado en su cama como tantas veces había soñado y espero a que este cumpliese con su pedido.
-S-Solo hazlo
-K-Koyo...
No entendía lo que sucedía ¿Por qué el peliverde quería que repitiese su nombre? Sin duda estaba actuando un poco extraño.
-Uhm...
Apartó el aparato de él y manchó su mano con su esencia. Respiró tratando de recuperarse durante unos segundos para luego volver a tomar su teléfono.
-¿Koyo? ¿Hola?
-Dime
-No respondías... ¿Qué pasó?
-Se me cayó, pero lo bueno es que no se cortó la llamada
-Oh... ya veo, bueno, como te decía antes, quiero verte pronto así que...
-¿Dentro de dos días está bien?
Su corazón se aceleró de improviso con lo dicho por Koyo.
Lo veré muy pronto
-Sí ¡Será extremo! ¡Ya quiero entrenar contigo!
Y yo quisiera hacerte el amor
-Yo también
En ese instante la voz de Adheleid resonó por el lugar, la pelinegra tenía unas cuantas tareas que encargarle al guardián Shimon.
-Oh... es mejor que vayas ahora jaja, hablaremos después
-Sí, ehh... Ryohei
-Dime
-No sabes lo ansioso que estoy por verte
El sonido de la voz del peliverde erizó su piel completamente, había sido como un susurro, pero le hizo sentirse muy extraño.
-Yo igual... a-adiós
-Adiós
Colgó la llamada y tras unos minutos de apretar el celular contra su pecho, volvió a la habitación a continuar viendo la película junto a las chicas, aunque nos había si podría concentrarse del todo ahora que Koyo se había adueñado de sus pensamientos.
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-¿Acomodaste ya tus cosas?
-Sí, ya lo hice- respondió Tsuna con una sonrisa
El prefecto se la devolvió y se acercó a él, el castaño se puso nervioso por la situación, estaban solos en una habitación, no sabía qué podría ocurrir...
-Hibari-san, iré a relajarme a los baños termales, no demoraré mucho
El pelinegro lo miró con duda y luego sonrió internamente
-Ve, yo me quedo aquí, descansaré un rato
-B-Bien
Tsuna se fue rápidamente del cuarto dejando a Hibari con una sonrisa en el rostro
No escaparás, herbívoro
Fue hacia los baños y al entrar pudo ver a Lambo con una sonrisa jugando con Reborn en el agua, era la primera vez que veía una expresión de tanta felicidad en el hitman; no quiso interrumpirlos y se fue sin hacer ruido hacia los baños privados, que solo eran 2; entró a uno de ellos, se desvistió y se colocó una toalla en la cintura para luego entrar al agua, sin duda era el lugar idóneo para poder relajarse y pensar en lo que pasaba entre él y el prefecto.
Hibari-san... -Tsuna tocó sus labios- aún puedo sentir el sabor de sus labios- el castaño se sonrojó- me gusta que me bese, que me toque, amo su voz, su mirada, la sola idea de separarme de él me aterra, la sola idea de que no vaya a Italia me entristece demasiado....eso significa que... me enamoré de él... ¿me enamoré de Hibari-san?
-Ahh-suspiró- Hibari-san...- el castaño no se percató que una persona había entrado al baño por estar perdido en sus pensamientos
El castaño cerró sus ojos para disfrutar aún más el agua caliente pero de pronto sintió que una mano le tapó la boca. Se exaltó inmediatamente y quiso voltear para ver de quién se trataba pero un cálido aliento susurrar contra su oído lo dejó inmóvil.
-¿Pensabas en mí, Tsunayoshi?