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Deseo... amar por Haruka Eastwood

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Notas del capitulo:

Hola!! No tengo perdón del Dios del yaoi, lo sé. Pero dejando eso de lado, aquí os traigo el final de esta historia, espero que les guste tanto como a mi y en serio, mil gracias a quienes se tomaron la molestia de leer esto, pero sobre todo a quien me apoyo hasta el final.


Mil gracias

Título: Deseo… amar

Resumen: Naruto sabe que lo único que le faltó en la vida fue alguien a quien amar, y el destino está a punto de cumplir su deseo.
Categoría: Naruto
Clasificación: No menores de 16 años
Género:
AU, Romance.
Advertencias: Lemon, mpreg.

Autor: Haruka Eastwood

~ * o0O0o ♦ o0O0o * ~
Deseo… amar

Capítulo 15: Deseo amarte

Con una sonrisa traviesa se miró en el espejo de cuerpo completo, analizando cada detalle de su vestimenta. Un hermoso kimono negro con sutiles bordados en rojo, mientras que el obi era de un llamativo tono escarlata. Finalmente, su elegante cuello lucía una fina gargantilla de oro blanco que hacía un contraste excepcional con el exótico rubí central con forma de corazón, el cual le regaló su esposo el año pasado, justo en su cumpleaños veinticinco.

—Siempre he sabido que eres más que hermoso tteba —escuchó el suave ronroneo de Naruto como una caricia de seda y terciopelo sobre su piel caliente.

—Hn, deja las adulaciones para después —sonrió centrando su mirada en el espejo frente a él, detallando por milésima vez cada rasgo del varonil rostro de su esposo—. Mejor concéntrate en estar listo.

—Siempre estoy listo para ti y lo sabes —entró a la habitación con sigilo, acortando la distancia entre ellos para colocarse tras él, sujetando con delicadeza sus hombros y depositando un sonoro beso en el cuello de Sasuke, logrando que se estremeciera en cuanto sintió su cálido aliento—. Al igual que tú siempre estás listo para recibirme.

—D-Dobe~ —una protesta sensual que logró una risa cálida y líquida en Naruto, tan deliciosa como el caramelo derretido sobre su piel en una noche de pasión—. Espero que no hayas olvidado nuestra cita.

—Claro que no, pero ahora solo pienso en desvestirte y besar cada parte de tu sexy, sensual y perfecto cuerpo.

—No te atrevas.

—Claro que me atreveré ttebayo —le dio la vuelta y cazó sus labios en un beso demandante y hambriento que lo dejó sin aliento—. Pero… si quieres que me detenga… —cepilló sus labios con los de Sasuke antes de añadir—: solo tienes que pedirlo.

Al levantar la vista, sus ojos ardían con la inequívoca pasión sexual que demostraba que sabía muy bien lo que él estaba pensando hacerle. Placeres decadentes, tentaciones perversas y caricias íntimas y atrevidas que lo hacían suspirar, jadear y pedir por más mientras se retorcía bajo su escultural cuerpo que resultaba una promesa ardiente. Se mordió el labio inferior y un calor abrasador lo sofocó cuando Naruto colocó las manos sobre sus nalgas, dándole un apretón.

Entonces lo acercó en un despliegue de fuerza que le aceleró el corazón a Sasuke. Cuando Naruto alzo la cabeza, él se inclinó hacia adelante y lo besó. La posición dominante en la que se encontraba apenas duró un segundo. En un instante Naruto estaba en la cama, y lo tuvo sentado en su regazo, con las piernas a ambos lados de su cadera. La cálida humedad que se había formado entre sus muslos entró en contacto con la línea rígida de su dolorosa y necesitada erección.

—Me prometiste una cita —jadeó sobre sus labios.

—Podríamos saltarnos a la parte divertida tteba.

—No —susurró contra esos labios que lo incitaban a cometer pecados eróticos, sin embargo se obligó a apartarse lo suficiente—. Lo prometiste, dobe~

Sasuke era todo sexo y hambre dulce y deliciosa cuando se lo proponía. No podía decir que no a esa expresión que derretía su corazón dejándolo a su merced y tan expuesto como solo podría estarlo con él. Frustrado, apretó las nalgas de su manipulador y sexy esposo, con la fuerza necesaria para incitarlo y provocarlo. Y en cuanto soltó un jadeo, adentro su lengua en esa dulce boca. 

El beso de Naruto fue tan terrenal como sus deseos, llenó de posesión masculina, de un hambre salvaje e inexorable que lo consumió sin esfuerzos. El cuerpo de Sasuke se vio inundado por una oleada de placer interminable que recorrió sus venas, atravesó sus poros y lo acarició por completo, perdiéndose entre los brazos de Naruto que lo sostuvieron con fuerza, sintiendo su mano en el cuello, intensificando aún más el contacto.

—Ahora si —susurró aun contra sus labios, intentando modular su respiración—. Ya podemos irnos ttebayo.

—Tramposo.

—Mmm tal vez.

Sintió sus huesos convertirse en gelatina y supo que sería incapaz de ponerse en pie. El calor de Naruto era tan reconfortante que se acomodó contra él y deslizó la nariz sobre su cuello, inhalando el embriagador y masculino aroma antes de depositar un beso sobre la base, justo donde su pulso era más evidente, sonriendo al sentir como se tensaba bajo su cuerpo, aun así no dejó de acariciar la curva de su espalda con los nudillos.

—Naru…

—¿Mmm?

—¿Me amas... ? —su voz amenazó con quebrarse y pese a que intentó ocultarlo, sabía que él lo notaría, siempre lo notaba. 

Compartían miradas que lo decían todo, pero su conexión era tan intensa, que Sasuke no necesitó decir nada más para que Naruto lo entendiera y se culpara. Se limitó a apretarlo contra su cuerpo y su calor, mientras su pequeño doncel aplastaba el rostro contra su firme pecho, escuchando su suave palpitar.

—Más que a nada… —susurró—. Te espere toda una vida... y lo volvería a hacer con tal de tenerte entre mis brazos. Aquel día que creí el último —sintió a Sasuke apretarlo fuertemente, como si le aterrara aun el hecho de que él se fuera en cualquier momento—, desee con todo mi corazón alguien a quien amar y que me amara… Sasu… soy el hombre más afortunado del mundo al tenerte aquí, incluso si no tuviera nada de esto —miró el amplio cuarto antes de volver a ver a su pequeño que sonrió—, mientras estés a mi lado nada más importa, tu eres todo lo que necesito, eres todo lo que me hacía falta.

—Sé que no es así —murmuró contra sus labios, viendo fijamente aquellos impresionantes ojos azules.

—Basta —tajó abrazándolo, y sin decir más, se levantó aun con Sasuke en sus brazos, solo para dejarlo cuidadosamente en el suelo, dirigiéndose a la puerta—. Te espero abajo ttebayo —intentó sonreír sin mucho éxito, mientras el brillo se apagaba de sus ojos—, hay un lugar que quiero mostrarte.

En cuanto la puerta se cerró, se mordió el labio inferior completamente frustrado. Dos años atrás, cuando Sasuke le mencionó el querer un bebé, jamás espero ver la reacción sería de Naruto, sobre todo porque cuando tenía dieciséis había contemplado el anhelo por una familia en esos bonitos ojos que lo miraban con amor.

Sabía que algo no estaba bien pero no podía presionarlo para que se lo dijera, y cuando Naruto habló fue para decirle que tal vez nunca podrían tener hijos. Le contó el motivo y había llorado con él, compartido su dolor y besado dulcemente sus labios mientras susurraba que lo amaba con toda el alma. La mañana siguiente, cuando él se marchó a trabajar, empaquetó todas las cosas que compro para un futuro bebé que jamás llegaría, incapaz de tirar aquel anhelo a la basura.

Sin embargo, hoy se limpió una solitaria lágrima que resbaló por sus mejillas y sonrió de forma radiante, dándose cuenta que había estropeado su mejor momento, por lo que salió del cuarto y comenzó a recorrer los oscuros pasillos hasta llegar a unas solitarias escaleras que lo llevaron hasta el ático. Estaba hecho un caos, cajas por aquí y por allá, apiladas de forma descuidada, tomando nota mental de limpiarlo después.

Era demasiado desorden para una búsqueda rápida y diez minutos más tarde, estuvo a punto de rendirse cuando la vio, una pequeña cajita de terciopelo azul con un listón blanco que tomó cuidadosamente, quitando el polvo sin mucho esfuerzo. Entonces sintió su corazón latir frenéticamente ante el recuerdo de lo que guardó con tanto esmero.

Pensaba entregársela a Naruto junto a una sorpresa que sabía le alegraría. Desgraciadamente, todo se vino abajo tras su anhelada petición por formar una familia, y daba por sentado que acabaría por desechar no solo esa pequeña caja, sino otras cinco mucho más grandes y repletas de cosas para bebés.

Sin embargo, esta vez era diferente y tras comprobar que su contenido estaba en perfecto estado, caminó directamente a la estancia, viendo a Naruto junto al mini bar, sirviéndose un poco de whisky, moviendo el vaso frente a su rostro de forma contemplativa antes de tomarlo de un solo trago, volviéndose a servir más.

—Naru... —susurró suavemente, dejando la caja en la barra para abrazarlo por la espalda, sintiendo la tensión en el cuerpo de su esposo.

—¿Me perdonas ttebayo?

—No hay nada que perdonar —se separó lo suficiente para que Naruto girara el taburete, quedando de frente a él, acomodándose entre sus piernas—. No quería…

—Gatito… sé cuánto deseas una familia… 

—No más que tu —sonrió, tomando la pequeña caja para ponerla entre ambos—. Anda, ábrela, sé que te gustara.

—Sasuke —susurró, abrazándolo con fuerza, teniendo cuidado de no aplastar su regalo—, te juro que voy a morderte si dentro de esta caja hay otro vibrador.

—Entonces… ¿me alejo? —preguntó con voz inocente y un extraño brillo en los ojos que resultó cautivante.

—No… jamás —lo miró con una sonrisa que no llegó a sus ojos, antes de añadir—: y creo que hoy luces mucho más hermoso tteba.

—¿Solo hoy? —arqueó una ceja, acariciando los brazos de Naruto.

—Siempre eres hermoso —ronroneó contra sus labios sin llegar a besarlo.

Entonces se separó de Sasuke, solo lo necesario para abrir esa pequeña caja que no medía más de veinte centímetros de largo. Incluso estuvo tentado a sacudirla solo un poquito al darse cuenta que era demasiado ligera, por lo que tras una mirada sospechosa a su travieso esposo, levantó la tapa, misma que resbalo de sus manos ante el repentino asombro plagado de ilusión. Ilusión que rápidamente se transformó en duda y pesar. Su mente se negaba a procesar lo que estaba viendo. Y dubitativo, colocó la caja en la barra y tomó con manos temblorosas un pequeño zapatito tejido para bebé en color blanco.

—Felicidades —susurró Sasuke con voz quebrada, llena de una inmensa alegría y un millón de sentimientos desbordantes para los que no tenía nombre, mientras tomaba la otra mano de Naruto llevándola hasta su plano vientre—. Vas a ser papá… 

—Yo…

—Sí… vas a ser papá —repitió en un susurró, sintiendo un nudo en la garganta mientras sus mejillas se empapaban con silenciosas lágrimas de felicidad al igual que las de Naruto.

—Vamos a ser papás ttebayo —corrigió todavía incrédulo—. Vamos a ser papás —repitió asombrado e inmensamente feliz.

—Me entere justamente hoy en la mañana…

—Sasuke, mi hermoso y perfecto Sasuke —se puso de pie, estrechando a su doncel en un cálido abrazo, dejando un reguero de besos en su cuello hasta llegar a su barbilla—. Gracias, gracias, gracias —cepilló sus labios con los de su doncel antes de juntar sus frentes—. No tienes idea de cuánto te amo y te adoro.

—Yo también te amo —rodeó el cuello de Naruto con sus brazos, alzándose de puntillas para robarle un beso dulce, tan lento y mimoso que sintió su cuerpo vibrar—. ¿Sabes? No sé porque, pero estoy casi seguro que serán gemelos —sonrió mientras un calorcito reconfortante se instalaba en su pecho, como si finalmente su vida estuviese completa.

Y es que realmente lo estaba. Tenía al hombre más maravilloso del mundo  a su lado y estaban a nada de convertirse en padre, entonces pensó que era muy afortunado, por lo que sonrió enternecido cuando Naruto lo levantó en brazos dando un par de vueltas con él sin dejar de repetir cuanto lo amaba.

—No importa si es uno o dos ttebayo —con cuidado, lo sentó sobre la barra, acomodándose entre sus piernas, y deslizando suavemente sus manos por los muslos de Sasuke, subiendo poco a poco hasta detenerse en su cintura, quitándole el obi y abriendo su kimono—. Los amare con toda mi alma y no me cansare nunca de agradecerle a su hermoso papi por haberme dado el regalo más maravilloso del mundo.

Se inclinó lo suficiente para depositar un pequeño beso en el pecho de Sasuke, bajando hasta su vientre, acariciándolo con los labios antes de dejar un beso justo en el centro, completamente seguro de que esa simple y tierna acción se convertiría en su actividad favorita junto a los cientos de mimos que pensaba darle a su maravilloso doncel.  

—Naru… —avergonzado, enredó los dedos en aquella espesa mata de cabello rubio, llamando su atención—. Bésame…

—Siempre ttebayo.

———

Con mucho cuidado y con los nervios a flor de piel, tomó su temblorosa manita mientras lo ayudaba a descubrirse el vientre para que la doctora pudiera aplicarle el gel.

—Está un poco frió —advirtió con una sonrisa tierna mientras veía a la maravillada pareja.

—¿Estas nervioso? —preguntó Sasuke, acariciando con el pulgar el dorso de la mano de Naruto.

—Un poco ttebayo.

En ese momento, la doctora llamó la atención de ambos, mostrándoles la pequeña pantalla mientras les decía a la feliz pareja que serían mellizos; un varón y una mujer.

—Señor Namikaze… ¿se encuentra bien?

—¿Eh…?

—¿Estas llorando, dobe?

En ese momento, Naruto se inclinó y con delicadeza besó los labios de Sasuke, mientras las pequeñas manos de su doncel acunaban sus mejillas limpiando el suave rastro de lágrimas.

—Realmente gracias por esto… por darme una familia…

—Te juro que no lo hice solo —murmuró sintiendo que las lágrimas de Naruto se mezclaban con las suyas—, y deja de ponerte sentimental o me harás llorar de nuevo, dobe~

—No puedo —radiante, junto su frente con la de Sasuke—. ¿Aún deseas llamarlos Sarada y Boruto?

—Sí, habíamos quedado que solo si era doncel tú escogerías el nombre.

—Me gusta Boruto.

—¿Y Sarada?

—También ttebayo

———

—Yo apuesto a que se desmaya —murmuró Itachi con malicia, obteniendo un gesto de asentimiento de Fugaku, Kakashi, Madara e incluso Mikoto.

—Estamos hablando de Naruto, no de Kakashi o papá —Obito miró mal a su esposo, quien simplemente se rasco la nuca avergonzado al recordar que cuando nació su hijo terminó desmayándose. Y Madara comenzó a toser de manera exagerada, debido a que años atrás tanto Dei como él se llevaron un gran susto al creer que serían padres.

—Yo también creo que se desmaya —comentó Iruka.

—Por eso te amo —Itachi abrazó y besó a su esposo, comenzando a molestarlo.

—Yo tampoco creo que se desmaye —Gaara soltó un suspiro, al sentir la mano de Shukaku acariciar su vientre con mimo.

—Acabara llorando con una sonrisa boba en la cara —Deidara se encogió de hombros cuando todos lo vieron raro.

—Tsk, odio reconocerlo pero suena a algo que haría ese idiotikaze.

—Papá, eso es lo de menos —Fugaku soltó un suspiro intentando no parecer ansioso—. A mí solo me importa conocer a mis nietos.

—Ita-chan, Iru-chan —Mokoto los vio con un puchero antes de añadir—: Espero que ustedes también nos conviertan pronto en abuelos.

En ese momento, todos sonrieron ante la reacción de ese par, mientras contemplaban la sala de espera una vez más, ansiosos por ver salir al doctor y conocer a los pequeños hijos de Naruto y Sasuke.

———

—Son perfectos ttebayo.

Con infinito cuidado y un inmenso amor, Naruto acunó a su pequeño bebé en brazos, contemplándolo con admiración. Boruto era un perfecto y hermoso varón de fino cabello rubio y piel trigueña al igual que él, estaba envuelto únicamente con una fina manta azul, y a su lado, Sasuke contemplaba igual de maravillado a Sarada, una perfecta bebita de cabello azabache y piel nívea.

—Gracias… —susurró Sasuke, acariciando con cuidado la naricita de su nena con la suya, antes de depositar un beso en su frente.

—Sasuke, soy yo el que debe agradecerte —con cuidado, se sentó a su lado, rodeando los hombros de su doncel con uno de sus brazos, besando su mejilla—. Gracias por creerme y darme una oportunidad, por amarme como lo haces, por estar conmigo en las buenas y en las malas y gracias por darme una familia… realmente gracias.

—No sé qué hice para merecerte —susurró cepillando sus labios con los de Naruto.

—Eso debería preguntarlo yo tteba. Eres más de lo que merezco, eres una bendición en mi vida Sasuke… eres lo que tanto desee… y quien me hace feliz, en quien pienso siempre. Eres la persona por la que me arriesgue a decirle quien era. Sasuke… eres por quien seguí adelante…

—Y tú eres imposible… dobe~ —cerró los ojos, dejándose mimar—. Eres mi complemento… mi alma gemela —susurró con las mejillas sonrosadas.

Una suave sonrisa iluminó su rostro mientras lo abrazaba más fuerte, cerrando los ojos y disfrutando de aquel mágico momento.

—Ya extrañaba eso tteba…

—¿El qué? —lo miro extrañado.

Cuando sintió su aliento precipitarse fuera de él, olvido las palabras. Admiró su largo cabello ébano caer alrededor de sus ojos brillantes que reflejaban el firmamento. No lo pensó tan solo capturó sus labios con los suyos en un beso arrollador y lleno de sentimientos que era incapaz de procesar, porque jamás sabría explicar lo que Sasuke representaba para él.

Aquel hermoso doncel había llenado su vida de alegría, era su mundo y su todo… Sasuke era, a quien tanto deseo amar. Sasuke era inefable…

~ * o0O0o ♦ o0O0o * ~

Fin

Notas finales:

Me pone nostálgica un final xD 

En serio, los amo por su paciencia y su apoyo, en esta ocasión hemos terminado este proyecto y espero de todo corazón que me sigan apoyando en los siguientes. Por el momento me despido y nos seguimos leyendo.

Se agradecen rw que alegran mi corazoncito 7u7r

Solo me queda invitarlos a leer mis otros trabajos y nos seguimos leyendo criaturitas del señor :)

Haruka Eastwood


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