-Pues lamento decirte esto jovencito, pero Sanji hace unos días que está en el hospital, unos matones le golpearon cuando salió de clases.-Se echó para atrás apoyando su cabeza en la silla, por alguna razón me dieron ganas de asesinar a los responsables.
-¿Y usted sabe quiénes fueron?-apreté mi puño y baje la mirada, esos idiotas.
-No lo sé, perdón por eso, estamos haciendo lo posible por encontrar a los responsables.
-¿Él está muy grave?-Intente no sonar preocupado, pero supongo que fue imposible.
-¿Qué tal si lo vas a ver tu? Se ve que estas preocupado y como él no tiene familia y le haría bien un acompañante, deben ser muy buenos amigos.-Saco un papel y rápidamente anoto una dirección y me la entrego.
-Muchas gracias.-Salí corriendo de la escuela, estaba molesto, demasiado molesto, si tan solo ese idiota me hubiera esperado.
-¡Zoro-kun!-Sentí como me agarraban del brazo deteniendo mi camino, tenía que ser ella.
-Lo siento Robin, no tengo tiempo para hablar contigo, tengo prisa.-intente no mirarla, últimamente me molestaba constantemente.
-¿A dónde te diriges?-pregunto curiosa, mas no quería seguir escuchándola, tenía que ver a Sanji.
-No es que te importe.-Saque su mano del mi brazo y seguí corriendo, pude tonar su molesta y fría mirada a lo lejos.
Llegue a la dirección después de 2 horas, suspire y entre cansado, las calles cambiaban de eso no tenía duda. Me dirigí a donde una enfermera quien era la que manejaba adonde llegaban o estaban los pacientes. La mire por la ventanilla.
-¿Qué se le ofrece joven?-No estaba pendiente de mí ni siquiera me miraba, estaba más bien de todos los papeles que tenía esparcidos.
-Busco a un paciente, se llama Sanji.-Esperaba a que no hubieran dos hospitales con la misma dirección o algo así.
-¿Es algún conocido de usted?-Pregunto aun sin mirarme.
-Pues es mi am…Mi compañero de curso, vengo de parte del director de la escuela.-Mentí para que me dejaran verlo ya que era lo único que quería.
-Ah bueno, en ese caso está en la sala 299, puedes ir a verlo.-Asentí con la cabeza y salí nuevamente corriendo.
Después de otro rato por fin halle la puerta, estuve a punto de abrirla, pero los nervios me invadieron ¿aun estaría molesto? Suspire y gire la manilla.
-S-sanji.-Abrí los ojos como platos, sí que estaba lastimado y para mi conveniencia estaba durmiendo. Me acerque a el rápidamente, tenía ganas de llorar, el ver su piel de porcelana en ese estado solo hacía que me enojara cada vez más, apreté mis puños e intente aguantar mis lágrimas.
-Todo es mi culpa Sanji.-Cerré los ojos y tome su mano.-Si tan solo yo no te hubiera dicho todo eso.-Comencé a llorar silenciosamente.-Soy un tonto, yo debía cuidarte y t-tu ahora estas así por mi culpa.-Me acerque a él y le di un abrazo.-Yo arreglare esto, es una promesa.-Seque mis lágrimas, me quede mirándolo por mucho tiempo, pesando en quien podría haberle hecho eso a Sanji, después de eso salí de ahí.
¿Por qué me sentía así? Rechazarlo había sido lo mejor ¿no? Mi corazón me duele, es como si me enterraran algo en el pecho ¿Culpa quizás?
Al día siguiente no tenía ganas de nada, no quería salir, no quería ver a nadie. Perona vino a mi habitación en la mañana.
-¿Zoro a qué hora llegaste anoche?-se notaba un poco de tristeza en su cara, no quise responderle.-¿Te paso algo?
-Sanji.
-¿Sanji? ¡¿Qué le paso a Sanji?!-grito e hizo que saltara de la cama.
-Está en el hospital, por mi culpa.-Mire al piso, no quería ver lo molesta que estaría por eso.
-Tú le prometiste que lo cuidarías, él es tu amigo y el mío.-Me apunto y uso ese tono frio que me hacía sentir más culpable.
-Lo sé.-Muchos recuerdos pasaron por mi mente en ese instante:
-¿Por qué estás tan solo?
-Yo seré tu amigo, no me importa como seas.
-Ella es mi hermana, es muy fea así que solo juega conmigo, ¿sí?
-¡Espera, Sanji!
-Somos amigos, los amigos se cuidan, yo te protegeré a ti ¿está bien?
-Así es, es una promesa con el dedito pequeño.
-Te quiero mucho Sanji.
(/No quería ponerle FlashBack, porque eran muy cortito y más adelante explicare esa historia/)
-Debes disculparte con el Zoro, no sé qué le hiciste, pero te juro que si me cuenta algo cuando este mejor ¡Te mato! ¿Entiendes?-Se dio media vuelta para salir de la habitación.
-Hare lo posible.-Arrugue un poco las sabanas con mi mano. No dejaba que Perona me tratara así, pero era mejor no hablar, no tenía ganas de discutir.
-Y, por cierto, levántate. Tenemos que ir a la escuela.-Cerro con un fuerte portazo, yo solo suspire y me dispuse a levantarme.
Todo como siempre, todo igual, los mismos compañeros, la misma ropa, la misma cafetería. Debia admitir que con Sanji todo era nuevo y divertido.
En la última clase me invadió el sueño y no dude en dormir, después de todo no me haría mal unos 5 minutos de descanso. Cuando desperté estaba no había nadie.
-¿Tanto dormí?-Pensé en voz alta y mire a mi alrededor mientras rascaba mi cabeza.
-Así es Zoro-kun, dormiste toda la clase y todos ya están en sus casas.
-¿Qué haces tu aquí?-La mire un poco molesto.-Tu también deberías estar en tu casa.
-Tenia que decirte algo.-Tomo su falda y la arrugo un poco.
-Dilo rápido.-Me levante y tome mis cosas.
-Pues, me gustas.-Otra confesión más, tenía una mirada tonta hacia mí, me molestaba.
-¿No estas saliendo con Franky?-Me dirigí a la salida, pero se puso al medio de la puerta.
-Termine con él por ti.
-¿Eso es todo lo que me quieres decir?-iba a apartarla, pero hablo.
-Yo le hice eso a Sanji, después de todo él se te había confesado ¿no? Lo escuche todo y también escuche cuando el director te dio su ubicación.-La mire un poco confundido, pero no me atreví a decir nada.-Tu dijiste que lo odiabas el otro día y solo hice lo que pensé que te gustaría después de todo tú no eres gay, ¿verdad?.-Me quede en silencio con la mirada baja. ¿Estaba escuchando bien?
-¡Tu, estúpida perra!-Jamás me había sentido tan molesto con alguien. La tome de su blusa y le propine una bofetada para luego soltarla.
-Con que si te gusta.-Toco su mejilla y se puso a llorar, no me sentí mal, ni siquiera me importo.-Hare lo posible por que nunca estés con él, no sabes lo que soy capaz de hacer…