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Enebro Marchito por hideky

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Notas del capitulo:

 

Segunda parte de la primera historia. 

 
 
 
El más bajo ladeo el rostro y pudo ver a otro muchacho del porte de Rido, de cabellera roja corta, piel blanca, ojos agua marina de brillo turbio.
 
Buenos días ¿debo suponer según los informes que son Subaku No Gaara y Namikaze Naruto cierto?— habló Rido sin expresión alguna. 
 
Está en lo correcto, a partir de ahora seré el general del ala oeste, mi compañero Naruto por supuesto se a de saber que es mi reina — se presentó en tono sobrio el mencionado. 
 
¿La reunión ha terminado ya? — cuestionó esta vez Zero extrañado. 
 
Gaara negó, su compañero se pego a él fijando la mirada en el piso. 
 
El director comunicó que nos reuniríamos en el salón central — respondió. — si nos permiten iremos a atender unos documentos antes de asistir, espero trabajar de forma eficaz con ustedes Kuran Rido,  Kiryû Zero — 
De igual manera — correspondió. 
 
La pareja realizó una leve inclinación antes de desaparecer.
 
Se dirigieron al salón destinado a la junta, Zero observó al otro representante, era de cabello rojo fulgoroso, "como el de un emperador" se le cruzó por la mente a Zero, sintió un leve escalofrío al observar aquellos ojos heterocromáticos glaciales, tenían algo peligroso. 
 
Se dirigió al otro salón donde seguro se encontraría el compañero del heterocromático pero no encontró a nadie, bufó decepcionado y tomó asiento, dejo reposar su brazo y apoyo su mentón dejo vagar su mirada en un punto muerto. 
 
="Su madre, aquella bella mujer de cabellera blanca y ojos rosáceas apareció aquel día con una gran sonrisa anunciando que se casaría, él no se sorprendió de lo egoísta que era su progenitora a esas alturas, sólo procuro ayudar a su gemelo adaptarse a las circunstancias.
 
No le tomó en ese entonces mucha importancia, se dirigió a la Universidad pues al ser un prodigio se encontraba ya en su carrera de ingeniería, Ichiru por su parte heredó los dotes artísticos de su madre, pues era un genio nato musical. 
 
Zero — la voz de su madre detuvo su salida, no sé giró y ni lo haría, espero a que se le diera una orden. 
 
 
Él quiere establecer un lazo con ustedes así que pensé que sería buena idea qué el fuera a recogerte — indicó, el sólo asintió y salió del lugar. -"
 
 
La puerta se abrió y entró el joven rubio que acompañaba al pelo rojo, frunció ligeramente el ceño ante el aquel detalle.
 
El cabello rojo… todos tenían el cabello rojo. 
 
Observó a su nuevo compañero, era en realidad un deleite para la vista, aquellos ojos y esa expresión de muñeca,  era tan atrayente. 
 
Mantuvieron un silencio cómodo muy prolongado, podían oír el tic tac del reloj, la brisa provocaba que las ramas del los árboles golpeasen de forma copiosa los ventanales.
 
¿Qué es la vida?— musitó de repente en voz suave el rubio.  
 
Una constante intermitencia de experiencias entre la vida y la muerte, casi un arte — divagó, cruzaron sus miradas. 
 
¿Qué pasa cuando alguien muere?— Zero sintió un breve D'javu — ¿todo desaparece?. — vaciló. 
 
Eso depende ¿hiciste algo por lo cual valió la pena tú existencia?  los humanos tienen miedo más que a nada al olvido, por eso preparan un acto para ser recordados pero no siempre su obra es interesante o lo suficientemente buena para trascender — el rubio pestañeo levemente, Zero relajó más su postura. 
 
¿De verdad lo crees? — 
 
Lo creo, en mi opinión creo que lo primero que debemos tener en cuenta desde nuestra infancia es tratar de saber quienes somos, de donde vinimos — desvío la mirada hacia los ventanales — a donde vamos — 
 
Ya veo — 
 
La puerta se abrió dejando ver al compañero del rubio, este se levantó y con un leve gesto se despidió de Zero que le correspondió de la misma forma. 
 
Se levantó de su sitio en el instante que Rido apareció, lo siguió en silencio, el mayor lucía más serio de lo que desearía pues eso significaba problemas para él, sin pensar realmente recordó la primera pregunta del rubio. 
 
-"Observó con expresión monótona la limusina que lo esperaba, el chófer abrió la puerta, dentro de ella le esperaba un hombre joven de ensortijados bucles chocolate,  facciones suaves, ojos de color borgoña, pestañas largas y tupidas, espalda ancha, era atractivo para su madre; subió y cuando el carro se puso en marcha se dedicó a admirar el paisaje. 
 
¿Qué edad tienes? — cuestionó el hombre. 
 
Mucho gusto, soy Zero y tengo seis años — respondió cómo solía pedir su madre que lo hiciera. 
 
Lo siento Zero, mi nombre es Kaname — se presentó el joven hombre. — tengo un hijo de siete años, que posee al igual que tú mucho talento. 
 
Edad — se limitó a pedir. 
 
Tengo 25 — respondió, Zero asintió sin apartar la vista del inmenso paisaje, Kaname le imitó. 
 
Es hermoso, realmente es la primera vez que observó el paisaje, siempre estuve aislado en mi deber como primogénito — comentó para luego observar al menor, la cálida luz le daba un resplandor y un aire único, era tierno pero una ligera sensación de lejanía le invadía. 
 
Qué te sorprenda la belleza de la naturaleza es antinatural — sintió la mirada confusa del mayor sobre el y le observó fijamente — significa que has llevado una vida impura — finalizó. 
 
¿Eso crees? — sonrió con sutileza el mayor. 
 
Si puedes sobrevivir a pesar de mantenerte aislado de ello significa que cuentas con suficiente belleza en tu interior para lograrlo — argumentó, Kaname sintió un revoltijo en estómago, con tan sólo seis tiernos años aquel pequeño era encantador. 
 
Kaname — fijo nuevamente sus orbes en el pequeño. — ¿Qué es la vida? — los orbes púrpura grisáceo le observaban expectantes. 
 
Una intermitencia de sentimientos que te obligan a actuar en tu propia obra — el menor asintió y giró su cuerpo hacia el, por primera vez poniendo atención a su presencia. 
 
El menor ladeo el rostro su expresión era monótona — ¿Qué pasa cuando alguien muere? ¿todo desaparece? — cuestionó, Kaname sonrió antes de responder, era un niño tierno, tenía seis años y lo había cautivado con esa aura. -"
 
El ascensor dió aviso y Rido sólo paso de largo, Zero frunció ligeramente el ceño mientras le seguía, ingresaron a la habitación, observó al taheño tomar una botella del mini bar y llenó su copa hasta la mitad con el líquido carmesí, luego de esto tomó asiento en el mueble y cató el primer sorbo absorto en su pensamiento. 
 
El menor observaba esto mientras se quitaba las prendas deslizándolas  hasta quedar sólo en ropa interior, tomó el camisón negro y se lo colocó nuevamente, dejó caer su cuerpo en el borde del colchón pensando … recordando. 
 
="Su cumpleaños número diez, su madre había dicho que merecía de una celebración, él y Rido tenían permiso para regresar a casa por un día así que al llegar al sería la fiesta, la limusina los esperaba en el aeropuerto, el chófer les abrió la puerta, su hermano le dió pase e ingresaron, el observaba al taheño cada un tiempo,  Rido a diferencia de su padre emitía un aura diferente, a sus once años, incluso decían que superaba a su padre y no era nada menos, pues quedó fascinado cuando rechazó abiertamente a Shizuka y Kaname no había hecho nada por ello, era un joven de mirada afilada pero aquel porte dulce al tratar siempre dejaba a las personas con un leve sentimiento de terror. 
 
Cuando llegaron era muy entrada la noche por lo que con la mirada orden del mayor ningún sirviente se atrevía a dar aviso de la llegada, ingresó a su habitación a descansar, a la mañana siguiente despertó cuando dieron unos pequeños golpes en la puerta, ignorando que fuera la mucama se levantó dirigiendo su paso al cuarto de baño, sólo se dió cuenta de quién era cuando sintió un abrazo por la espalda, suave y cálido. 
 
Bienvenido Zero, te he extrañado — susurro suavemente la compañía. 
 
 
Gracias padre, si me permites me encuentro indisponible, podré hablar con usted cuando termine — comentó liberándose, se giró fijando sus orbes en las borgoña del mayor. 
 
 
Entiendo — acarició su mejilla y se acercó, él ladeo el rostro y sintió unos labios posarse en ella, Kaname se retiró.
 
Todos se encontraban ya en el comedor, Zero no extrañaba que empezaran sin el bicolor; cuando este apareció pudo ver a su madre temblar cosa que hizo que sonreirá de forma imperceptible. Ichiru sonrió dando la bienvenida a su hermano este se inclinó levemente y beso su frente, tomó asiento, Shizuka se tenso y eso le llenó de retorcido gozo; sintió una mirada más penetrante que la que lo acosaba desde que llegó, Rido no se molesto por apartar la mirada, sonrió cínicamente y le correspondió, sabían lo que ocurría. 
 
Ichiru observó a sus hermanos mayores, sintió un escalofrío, cómo decirlo… el ambiente en torno a ellos era diferente, intimidante y peligroso. ="
 

Notas finales:

 

Disculpen las faltas de ortografía.


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