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Todo tiene un precio por Chibi-Chan

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Notas del capitulo:

Ohayou!!! Por favor, mis corazones, no me maten. Ha pasado un largo año, y lo sé, eso mata la historia, pero pido su comprensión. La universidad es mi prioridad UwU Trataré de estar más involucrada de ahora en adelante. Si hay alguno de mis lectores que aún siga este fic a pesar de la lejanía entre caps, quiero decirles que se han ganado un espacio en mi corazoncito y en mi futuro discurso de graduación U//u//U

Sin más por el momento, enjoy!

Capítulo 9.-Sin vergüenza

-¡Quiero salir!-

Se escuchaba continuamente este reclamo. Nadie detenía a esta persona o le pedía que se callara pues era “la jefa”..

-Vamos a visitar a Neji.-Dijo un chico gordito, proponiendo algo para ver si Hinata aceptaba y se aplacaba su voz.

-¡No!-Respondió la morena.-Se tropezó y dejó atrapar; es patético.-

-Casi tan patético como amar y no decir nada.-Mencionó Sasuke, seguido por un estallido de risa de todos menos de Temari.

Ella, sonrojada, les propinó una bofetada a todos, y echando humo hasta por las orejas, salió pisoteando con fuerza.

-Son unos idiotas.-Susurró Temari antes de salir tras la Hyuga.

Naruto chasqueó la lengua, sobándose la mejilla.-No tenía que golpearnos-ttebayo.-

-Talvez son esos días del mes.-Mencionó Chouji.-

-No lo dudamos.-Dijeron los demás al unísono, cruzando los brazos y bufando.

Después de haber salido de la habitación, Hinata se encontraba escondida en un armario de la casa, con la compañía de Temari, enfadada por lo ocurrido. Estaba sonrojada y con los ojos aguados. Parecía que sus ojos perla se fueran a derretir y salir en forma de lágrimas.

-No te dejes lleva por lo que esos estúpidos digan.-Comentó tímida la rubia.-Mientras más reacciones a sus provocaciones más les divertirá. ¡Son chicos y demonios, mujer!-

Hinata abrazaba sus piernas, con su cabeza hundida entre ellas. Temari estaba segura que había dicho algo pero no logró comprenderlo. Le pidió repetirlo, esta vez, sin obstáculos.

-¡El problema es que tienen razón!-Admitió casi gritando.-¿No se supone que el amor no debe ser callado?-

-¿Esto…-preguntó vacilante, temiendo respuesta.-…es por Neji? ¿El te gusta?-Ella lo negó.

-He estado varios años enamorada, pero no se lo he dicho a nadie, pues…-Tomó una pausa para quitarse las lágrimas del rostro y limpiarse la nariz.-… Me verían como un ser vulnerable y frágil; se me echarían encima como las aves de rapiña come-almas que son.-

La morena no paraba de golpearse las rodillas con los puños debido a la frustración. Temari se mordía los labios por la impotencia.

-Sé que no somos tan cercanas, Hinata, pero hemos estado juntas desde el trato con los demonios, y quería saber, si no es mucha indiscreción, ¿puedes decirme de quién se trata? Tal vez yo pueda ayudar.-

-¿Y si no soy correspondida?-Sus mejillas brillaban con la intensidad de las brasas en una hoguera.-Quedaré en ridículo.-

-Bueno…-Dijo bajando la cara.-No soy muy buena como casamentera, pero prometo poner todo de mí para que logres tu objetivo.-Se sonrojó al decir esto.

La Hyuga la miró con ojos esperanzados, poniéndose de rodillas y gritó “¡al diablo!” para, inmediatamente, abalanzarse sobre Temari, buscando con los propios, los labios de la rubia, lagrimeando aún más.

No se movió, sólo pegó sus labios en un infantil beso, a la espera de ser correspondida. La rubia lo notó, y entre el asombro y la sorpresa, comenzó a mover su lengua entre los dientes de la morena, tomándola entre sus brazos.

-¿Esto significa que me aceptas?-Preguntó ilusionada.

-Te besaré las veces que sean necesarias hasta que te quede claro.-Ambas rieron, juntando sus frentes, llorando como niñas pequeñas, y con una felicidad que no les cabía en el cuerpo.

 

 

 

-Espera aquí mientras voy por los señores de la casa, querida. - Dijo la dama mientras se retiraba a los pisos superiores.

La rubia no se sentó.  Paseó por el salón, que tantas veces había visto. Se acercó a la chimenea, mirando sobre esta la imponente foto de la pareja que residía en la mansión. Frunció el ceño con desdén. Pasó la mano por las estanterías, por la platería, por las velas. Eran cosas que le traían mucha nostalgia.

Tocó el terciopelo magenta de los sillones. Vino a él una memoria pasional del pasado. Cerró los ojos al tiempo que su piel se erizó al igual que su cuerpo se estremeció.

*¡Concéntrate!* Escuchó sonar en su cabeza. No podía titubear, así que volvió en sí. La voz gutural le reclamaba la tonta distracción, mientras Deidara ladeaba la cabeza esperando que eso le callara.

Dio un giro rápido al escuchar murmullos detrás de un pilar. Eran dos damas, una robusta y de edad avanzada; la otra de complexión pequeña y pasando los 40 años. Miraban con timidez a la rubia, farfullando de lo preciosa que era.

-Buenos días.-Dijo la ojiazul mientras tomaba los extremos de su vestido, haciendo una pequeña reverencia ocultando cualquier rastro de asco y desdén.-¿Cómo están ustedes hoy? Mi nombre es Madelaine Ackerman, espero ser la nueva cuidadora de vuestra ama de ahora en adelante.-

Ambas mujeres se miraron atónitas sólo regresar la mirada hacia la joven.

-Por favor, no sean tímidas. Acérquense, por favor. No muerdo.-Una voz grotesca se río pero solamente la rubia podía escucharlo.

Las dos señoras se presentaron, al tiempo que propinaban halagos y dulces palabras a la chica debido a su apariencia física. Quedaron en que, si la llegaran a contratar, sería grato tener a alguien joven y enérgico que alegrara la casa donde sólo vivían adultos aburridos y con pesadez por la reciente muerte del más joven amo. La ojiazul dio sus condolencias por la pérdida y prometió ayudar en todo lo posible.

*No hagas promesas que no vas a cumplir*

Escuchó más murmullos viniendo de las escaleras principales. Inmediatamente, las mujeres se marcharon a la cocina. Los que venían eran la señora que la había llevado ahí en primera instancia, acompañada de la señora de la casa. Apenas se le notaba su vientre, pues la mujer usaba corsés ajustados, pero le calculaba unos 4 ó 5 meses de gestación cumplidos.

-Sakura, por favor, primero escúchala, no te dejes llevar por la ropa que lleva puesta.-Aconsejaba la mayor.-Tiene estudios y puede ayudarte con el embarazo tan delicado que tienes.- La pelirosa asintió positivamente.

La pelirosa se sentó, pues no podía mantenerse de pie mucho tiempo. Igualmente, invitó a la doncella a hacer lo mismo.

-Bien, me ha contado mi madre que usted tiene experiencia en atender a madres y recién nacidos, señorita…-

-Ackerman. Madelaine Ackerman.-Respondió ágilmente.

-Bien, Srita. Ackerman. Actualmente estoy buscando a alguien que pueda encargarse de mis cuidados y de mi bebé. Como verá, no estoy en la edad ideal de tener un hijo, por lo que mi embarazo es de cuidado al igual que el nacimiento de mi hijo. Aclaro que esto supone no tener tiempo libre para usted, y visitas al médico y al farmacéutico. Y, además de su paga mensual por sus servicios, se le proporcionará alojamiento, uniforme y tres comidas diarias. El contrato sería por lo que dure mi embarazo y si es necesario, los cuidados posparto…-“Bla bla ba, ¿qué esta mujer nunca se detiene a respirar?” Pensó Deidara, divagando, mirando a la mujer con ojos vacíos y asintiendo de vez en cuando, haciéndole creer que escuchaba atentamente. Su pensamiento se vio interrumpido por una pregunta que requería su respuesta.- ¿Cree usted poder ocuparse del cargo?-

La madre de Sakura la miraba por el rabillo del ojo, pensando que exageraba mucho las exigencias de sus cuidados, pues algunas cosas las podían hacer sin problemas otros sirvientes.

La rubia, sin pensarlo mucho, aceptó, dándole gracias a la ojiverde por la oportunidad de poner no una, sino dos vidas en sus manos.

Pronto se la instaló en una de las habitaciones de la planta baja. Bueno, más que habitaciones, parecían armarios debido al pequeño espacio que tenían y el poco mobiliario que cabía dentro: Una cama, una cómoda y un espejo de cuerpo entero. Las habitaciones alrededor le pertenecían a la demás servidumbre que servía en el hogar.

-Esta será tu habitación de ahora en adelante.-Explicó la futura abuela.-Como ya te explicó mi hija, hay tres comidas disponibles para ti y los demás empleados. Recuérdalo bien, si te atrasas, las cocineras lo retiran todo. El desayuno se sirve a las 5 de la mañana; la comida, a la 1 de la tarde; la cena, a las 7. Al lado de tu cama hay una pequeña campana conectada a un cordel. Si llegase a ser tocada, acude a la habitación de mi hija lo antes posible. Segundo piso, a mano izquierda, 3ra puerta del lado derecho. Procura no importunar a los señores de la casa si tus servicios no son requeridos.-la muchacha asentía afirmativamente a cada cosa que decía la mujer.-Si hay algún problema o preocupación de tu parte, comunícamelo primero, y veremos cómo solucionarlo.-Sin más, se retiró.

De la sombra de la rubia salió una figura negra y amorfa, que pronto tomaría a forma de un apuesto demonio de cabellos largos, haciendo caras de asco.

-¡Cómo habla esa maldita mujer!-Dijo mientras daba vueltas por la habitación.

-Es de familia, al parecer.-Explicó la rubia, haciendo una ademán con sus manos cubiertas de tatuajes de espinas y regresando al género con el que nació. Esto agradó al pelinegro.

-Tú, siendo una “damisela” da más gracia de lo que pensaba.-Comentó entre risillas.

-No creas que me gusta ser una chica menuda, pero convenció a Sakura y a su madre, por lo que funciona para mí.-Expresó en tono de molestia el rubio mientras se cambiaba el vestido por un par de pantalones y una camisa de mangas largas.

-¡Así!-Dijo el demonio al tiempo que chasqueaba los dedos.-Así de rápido le podría retorcer su viejo y arrugado cuello con tal de que se callara.-Sonreía, recibiendo la desaprobación del menor.

Deidara sabía que el demonio hablaba, pero sinceramente le era indiferente. Era como escucharlo estando debajo del agua, sólo un eco sin sentido. Tenía tanto qué hacer de ahora en adelante. Gracias a sus poderes podía hacer que la delicada situación de la Haruno empeorara o mejorara; que le depositara tanta confianza como a una hermana o a otra madre; incluso podía ganarse el corazón de todos en aquella casona, pero divagaba, buscando una forma de complacer al demonio para que le dejara en paz por lo menos dos días.

-Complacerme es fácil.-Escuchó en sus oídos, haciendo que diera un pequeño respingo. Sintió que lo tiraban con fuerza del cabello.-Otra cosa es que aún no te haya quedado claro.-

Debido a la fuerza del tirón, el rubio había caído sentado al piso de madera. Pretendía zafarse del agarre del mayor, pero le sujetaba con tal fuerza que creía que iba a arrancarle el cabello de raíz. Esto dibujaba una sonrisa en Itachi, era como ver a un gusano rogar por su vida.

-¿Qué demonios haces?-Replicó el menor ya desesperado.-¿Acaso quieres que alguien nos escuche?-

-Tranquila, “Maddy”-Se burló.-Lo que menos te debería importar es la gente que vive en este lugar y lo que piensen de ti. Ya te importó demasiado en el pasado y mira lo que provocaste.-Se señaló a sí mismo, riéndose.-Además, soy todo lo que quieras: Apuesto, ingenioso, galante, pero no imbécil.-Lo lanzó al otro lado de la habitación, dejando algunos cabellos dorados entre sus dedos.-¿Crees que dejaría que alguien nos escuchara recién llegados? Te correrían en menos de lo que me toma acabar con tu mínima existencia.-

-¿Por qué de pronto estás tan agresivo?-Reclamó el ojiazul.-Ya entramos a la casa. El plan salió bien. ¿Por qué de la nada tomas un comportamiento tan violento?-

-Porque no es todo el plan. No puedo dejar que divagues y me ignores. Cualquier cosa puede salir mal si no nos andamos con cuidado.-Decía el hombre de ojos rojos mientras se acercaba a Deidara.

Lo tomó de la camisa, para después, despojarlo de ésta. El rubio sabía qué era lo siguiente que iba a pasar, por lo que no se resistió. Más para evitar que llegaran a los golpes que porque de verdad disfrutara de tan agresivas caricias.

Itachi, al ver que el rubio no oponía resistencia, comenzó a dar pequeños mordiscos, comenzando por su cadera, subiendo por sus costillas, pasando por sus pezones, y terminando con una mordida fuerte, casi como una prensa, en el cuello, dejando un moretón más que notorio. Se mofó de la cara que había puesto el menor. Era de incredulidad, pero las mejillas se le habían puesto tan rojas como una hoguera.

Por su parte, Deidara estaba sorprendido y escéptico. Nunca, en ninguna circunstancia, Itachi lo había dejado ir tan fácilmente, y mucho menos lo había dejado ir con una mordida en el cuello. Siempre terminaba dejándolo con sus piernas claramente indispuestas ¿Qué había cambiado?

-Saldré un rato. Procura no arruinarlo sin mí.-Suplicó con tono burlón. El rey demonio tomó la forma de lo que parecía ser una sombra, pero rápidamente se convirtió en un cuervo, más negro que la noche misma, extendió sus salas y salió de un poderoso aleteo por la ventana.

Unas lágrimas, producto de la humillación, cayeron desde la esquina de su ojo derecho. Ya se había acostumbrado. O, por lo menos, eso creía.

 

 

 

Los días pasaban sin mayor complicación. La rubia ya se había habituado al comportamiento de su hermano y sus cinco (algo fastidiosos) compañeros de viaje. Agradecía que su hermano estuviese a su lado, que la casa ya no tuviera un silencio eterno, pero también rogaba porque la “fiesta” que había en su casa todos los días se desintegrara y volviera a la normalidad.

Si ya era reconocida en el pueblo por ser una muchacha amable y trabajadora, Ino se había ganado fama de rompe-reglas y fastidio de la comunidad por mezclarse con gente tan revoltosa. Por supuesto, todavía no averiguaba lo que estos seis jóvenes traían entre manos, pues, entre las cervezas, dormir de día y que ninguno trabajaba para el beneficio del bien mayor, no sabía con qué intenciones Shikamaru había vuelto a New Forest.

-Hermano, necesito hablar contigo.-Pidió la rubia mientras estaban todos en el comedor.

-Claro, hermanita.-Dijo el chico de cabello castaño.-Acércate para que podamos charlar.-Una sonrisa amable se formó en su rostro.

Mirando alrededor, a los otros, ya se había aprendido sus nombres, y con la vista les pasó lista, verificando que estuvieran todos ahí, incluso Neji, que recientemente había salido debido a la lástima que les provocó a los carceleros.

-Necesita ser en privado.-Dijo por lo bajo, pero aún así fue suficientemente audible para que las brujas y demonios dejaran el bullicio y se concentraran en la rubia.

-¿Privado?-Preguntó Kankuro al fin.

-Pensé que nos estábamos llevando bien, “hermanita”.-Se quejó Naruto, recibiendo una mirada asesina de Shikamaru. El rubio sólo se retorció de escalofrío.

Tanto Ino como Shikamaru salieron del comedor y se alojaron en una habitación aledaña, dejando a los otros en silencio.

Ino se alisó los pliegues de la falda antes de comenzar a hablar, se le veía ansiosa.-Querido hermano, no es de mi incumbencia la razón por la que volviste al pueblo.-Hizo una pausa para tomar aire.-Pero sí me gustaría saber el porqué de la visita inesperada.-

En el rostro del castaño se formuló una mueca de duda, a lo que Ino continuó.-Te repito, no soy nadie para meterme en tus asuntos, pero en lo que corresponde a esta honrosa vivienda, ellos ya no son tan bienvenidos como antes.-

Despreocupado, Shikamaru respondió.-¿Qué mal te hacen?-Tornando las mejillas de su hermana en un rojo cereza.

-¡¿Qué mal me hacen?!-Reprochó enfurecida. Notó que un párpado le temblada debido a la frustración y trató de calmar sus ansias respirando profundamente al menos 3 veces seguidas.- ¡Están destruyéndome!-El castaño hizo un ademán con la mano para que continuara.-Comen como un ejército, no aportan dinero a la casa, dejan su ropa por todos los lugares posibles y lo peor, ¡fornican!-

Shikamaru soltó una risa exagerada, debido a que su inocente hermana no estaba acostumbrada a sus compañeros de viaje. Esto sólo la sonrojó más.

-¡No te burles de mí! ¡Están haciendo algo que Dios, nuestro Señor, prohíbe, en nuestra casa, ¿cómo puedes pasar eso por alto?-Sus mejillas se inflamaron hasta el grado de convertirse en un mohín. No soportaba que su hermano no la tomara en serio.- Necesito que por lo menos contribuyan a esta casa o tendré que correrlos.-

Shikamaru acalló sus carcajadas, alababa la inocencia de su hermana, pero también sabía que iba en serio. Pensándolo bien, la había dejado por más de un año sola, a su suerte, y regresaba con 7 personas.

-Está bien.-Admitió y la pequeña mujer cesó sus quejas.-Empezaremos a contribuir, pues no tenemos planeado irnos en un tiempo.-

-Gracias.-Gimoteó la rubia mientras abrazaba al castaño.

-Sí, sí.-Susurró Shikamaru mientas le daba palmaditas en la espalda para tranquilizarla.

Mientras tanto, en el comedor, los otros siete no levantaban la voz o hacían algún movimiento, sólo para poder escuchar la conversación de la habitación contigua.

-No sabía que eran amantes de las conversaciones ajenas.-Dijo una voz familiar pero a la vez desconocida.

-¿Quién dijo eso?-Preguntó Kankuro, se miraron las caras entre todos y nadie respondía.

-Aquí arriba.- Sobre la estantería se encontraba un cuervo negro, inexpresivo e inmóvil, se podría jurar que era un animal disecado de no ser por sus ojos que brillaban como el ónice.

-Sabía que estaban cerca, pero no pensé que tanto.-Dijo con tenebrosa calma.

Sasuke, Neji, Chouji y Kankuro se pararon repentinamente e hicieron una reverencia, extrañando a sus respectivos recipientes.

Sasuke volteó a ver a Naruto y éste alcanzó a ver al moreno susurrar entre dientes “hagan una reverencia ahora. Luego te explico”. El rubio era impredecible pero no idiota, y jamás había visto al moreno tan asustado, podía notar que rogaba con la mirada. Miró a las dos jóvenes y con un movimiento de cabeza les pidió imitarlo, terminando por hacer la reverencia solicitada.

-Se-señor.-Ballbuceó el Hyuga.- ¡Qu-qué sorpresa v-verlo p-por aquí!-

-Al contrario, mi tartamudo lacayo.-Dijo el cuervo mientras bajaba de la estantería y tomaba forma humana.- Los he estado buscando y mira dónde vinieron a aparecer.-

-¿Qué servicio solicita de unos simples demonios, su majestad?-Preguntó Chouji.

Itachi sonrió de medio lado, con sorna, mirando a las dos chicas y al rubio. Se acercó a la persona que tenía más cerca: Temari.

-Qué recipiente más hermo—Se vio interrumpido por la morena, que le había dado un manotazo, evitando que tocara a la rubia.

-No la toques.-Expresó con furia.

Shikamaru la miró atónito; Sasuke y Chouji tenían las caras desfiguradas en horror y Neji soltó un chillido tan fuerte que creyó desmayarse.

Como pudo, éste último se desplazó entre la chica y el rey demonio.

-¡Di-discúlpela, su majestad!-Chilló con todo el valor que pudo reunir.-Es mi recipiente, y es altanera, le ruego que la perdone.-Hizo una nueva reverencia, esta vez fue más baja que la anterior, y obligó a Hinata a hacer lo mismo, a pesar de que ésta no quería en absoluta y se quejaba para que la soltara.

Ante la mirada preocupada de todos, Itachi volvió a sonreír y se sacudió la mano.

-No hay cuidado. Las hembras sin domar son mis favoritas.-Comentó antes de girarse.

De no haber sido porque tomaron los brazos de la morena entre Temari y Neji, Hinata se le hubiera echado encima por atreverse a tratarla como una yegua desvariada.

-Sólo pasé a saber cómo estaban y para advertirles que se alejen de este pueblo lo más rápido que puedan.-

Todos quedaron perplejos, ¿qué había pasado para recibir tal orden? ¿por qué el rey demonio no estaba en su cómodo trono en el infierno? ¿qué lo había llevado justo a ese lugar y en qué circunstancias? A menos que…

-Disculpe el atrevimiento, Señor.-Empezó a hablar Sasuke, pensando que haría la pregunta que todos se formulaban.-Pero, ¿será acaso que haya tomado usted un recipiente?-

La respuesta fue una risa demencial, una que podía atravesarles y romperles los tímpanos si no se hubieran cubierto los oídos. Algunas ventanas se rompieron, la casa tembló con estrépito. Calada ya su risa, el moreno se echó el cabello de su frente hacia atrás y respondió.

-Sí, ¿algún problema con eso?-Nadie quiso responder.

Hacia años, siglos, milenios que el rey de las tinieblas, su rey, no tomaba ningún alma a cambio, ¿qué había cambiado ahora?

-Sólo no quiero que interfieran con el deseo de esa persona. Sería una lástima que no estuvieran informados y me hicieran enfurecer.-El frío de sus palabras les caló hasta los huesos, pero aceptaron. No podían desobedecer a su Señor.

Itachi se retiró de la misma forma que llegó, sigiloso e inexpresivo. Cuando se aseguraron que no estuviera en la habitación, los demonios bajaron sus hombros y soltaron un bufido, aliviados.

-¿Qué fue eso?-Chilló horrorizado el rubio, dejándose caer de rodillas al suelo.

Sasuke sólo pudo ayudarle a pararse.-Era nuestro soberano.-Dijo aún con la piel de gallina.

-¡Y te atreviste a  abofetearlo, Hinata!-Reclamó Neji, avergonzado.-¡¿Cómo pudiste ser tan impulsiva?!-

Hinata sólo cruzó los brazos y giró la cara, con el ceño fruncido. No lo demostraría pero por dentro sentía como si hubiera abofeteado a sus padres.

La rubia miró a su alrededor. La habitación estaba intacta. No había vidrios rotos, techo estriado ni suelo maltrecho. Como si no hubiera pasado nada.

Shikamaru e Ino entraron a la habitación, alegres y charlando como el buen hermano y la buena hermana, hasta que su conversación fue interrumpida por las caras pálidas de todo mundo.

-¿Qué sucedió? -Preguntó el castaño.

-Tenemos que irnos.-Gritó Neji.

 

 

 

Habían pasado apenas unas semanas, pero lo suficientemente invertidas como para que Lady Madelaine se ganara los suspiros y halagos de toda la mansión, e incluso de la calle entera.

“Es preciosa”, “Es educada”, “es tan trabajadora”, “quisiera que me volteara a ver”. Esos y muchos otros eran los comentarios de la servidumbre, de las damas y caballeros de las mansiones vecinas.

Mamá Haruno se sentía tan halagada por las buenas críticas de su empleada que siempre que le pedían que les vendiera los servicios de la joven Maddy, ella los rechazaba, no porque realmente la ocupara tanto como decía, no, sino para ver la decepción en las caras de los arrogantes caballeros y damas que no podían encontrar algo semejante a una cuidadora de excelencia como lo era la señorita Ackerman.

Le repetía hasta el cansancio a Sakura la buena inversión que había hecho y que era probable que nunca la dejara escapar. Sakura sólo bufaba. Al ver a Madelaine ella se sentía inferior. Miraba su cuerpo, deformado por la edad, los embarazos fallidos y el actual, además de canas que ya se asomaban entre sus cabellos rosados; y la miraba a ella: joven, atractiva, radiante, cuerpo perfecto.

La maldecía, pero sabía que ocupaba de ella, detestaba su estado. Pero sabía que el retoño que le esperaba iba a ser envuelto con mucho amor. Sólo esperaba que “su padre” pusiera al nombre de él o ella, su herencia.

Una vez caída la noche, Madelaine acomodó las sabanas y medicamentos de la señora de la casa, dejándola lo más cómoda posible.

-¿Puedo ofrecerle algo más a la futura mamá?-Preguntó con una sonrisa en el rostro.

-¿No te cansas de sonreír?-Dijo la pelirosa en tono despectivo.

-Quiero que usted se sienta lo más cómoda posible conmigo, mi Señora. Espero siempre que sonreír mejore su estado.-Sakura hizo un gesto para que se retirara del cuarto. La rubia cerró la puerta detrás suyo.

“Aún puedo chasquear mis dedos”

Escuchó esa voz profunda en su cabeza; juguetona, como siempre que deseaba eliminar a la arpía de ojos esmeralda. La rubia se limitó a sacudir la cabeza con desaprobación. Se escuchó un bufido.

Pasando por el corredor hacia las planta baja, logró escuchar pisadas que se aproximaban a ella. Sonaban irregulares, podía jurar que escuchaba tropezones.

Caminaba hacia su dirección un manojo de cabellos rojos, se sobresaltó pero logró recomponerse.

-Que tenga buena noche, Señor.-Dijo con una sonrisa fingida.

Sasori estaba tan borracho que no logró devolverle la palabra, sin embargo, por el rabillo del ojo pudo ver claramente a una figura, un poco más bajo que él: Un hombre, de cabello rubio y largo, menudo, ojos de zafiro y mirada gentil.

Con un tropezón miró de nuevo en dirección por donde la doncella había desaparecido. Tal vez es por estar borracho, o tal vez hasta alucinando por la falta de sueño, pero lo vio, a él.

-Deidara.-Masculló.

Notas finales:

¡Agradezco enormemente su paciencia! y probleto actualizar más seguido :3

Love y'all!!! *u*


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