Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amar es superarse. por christalchii268

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Esto termino siendo mas largo que la biblia Dx 

Disculpen por eso, pero en cierta parte mi lado cursi tomo posesion de mi cuerpo y segui escribiendo ^^U

Y ya no les hago leer mas o me demandaran :c (?

 

Por cierto~

Gran parte de este capitulo esta narrado desde el punto de vista de Ethan, que nacio y crecio en Celes, un mundo totalmente diferente de Londres (de donde es Basil). Por favor, tenganlo en cuenta para no descolocarse demasiado :P

 

Y yap. A leer~

Capítulo 2: El único deber que tenemos con la historia es reescribirla.

 

A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante.

Addleton Ethan estaba tan irritado como intimidado, debía admitir en silencio y soledad. No entendía realmente que venía a hacer en una gran fiesta glamurosa como esa. Era un simple triste estudiante de arte con un par de conocidos ricos, fin de la historia.

El maldito Chaton causante de su situación recibiría una buena lección si sólo pudiera encontrarlo entre la marea de gente desconocida.

¿Cómo es que un chico tan pequeño y común podía perderse tan fácilmente, siempre acompañado de su brillante esposo que resaltaba como un gran dedo pulgar lastimado?

Debería estar trabajando en su obra de fin de curso. Ethan no tenía talento alguno para la pintura al óleo, así que debía dedicar cada segundo de su tiempo libre en tratar de entregar algo medianamente aceptable, en lugar de desperdiciar su tiempo en una fiesta donde sólo conocía a tres personas… como mucho.

-¿Pero que haces aquí, Et?- exclamo sonriente el causante de todos sus problemas. -¡Deberías estar conociendo gente! Te será muy útil si pretendes trabajar en este medio…

-Diosa Ai, escúchate… -rio Ethan viendo la expresión seria de su compañero Chaton Shouta. -¿De verdad estas diciendo algo similar? ¿A mí?

-Oh, por favor, cállate- gruño en juego el chico y agito más su delgada colita. –Pero es verdad, Et… Todos sabemos porque decidiste estudiar arte… ¡y tienes talento!

-Shouta… -lo paro antes de volver a la discusión de siempre– sólo… no… ¿vale?… Hoy no… Vine porque tú y Yukina-sama me lo pidieron. Ya vine, ya estuve, ahora me voy… ¿de acuerdo?

-Oh, no, no, no. ¡Espera!- gimió Shouta, impidiendo se alejara al jalarlo por su capa que en toda la noche no se quitó. -¡Antes conoce a alguien! Por mi…

-¡¿Ah?! Shouta, mi trabajo…

-¡Olvídalo por unos minutos! Por favor… Es un gran pintor, viene de lejos y es muy interesante. ¡No te separaras de él sin aprender un par de cosas o pensar sobre eso! Anda…

-¿Y desde cuando conoces a alguien así y quieres presentármelo?

-Desde que es muy especial. Le he tomado cariño a pesar de que es amigo de Kou. Tiene una historia profunda que siendo tú lo valoraras. Me recuerda demasiado a ti en ocasiones, así que sé que se llevaran bien. Si no te cae bien tras las presentaciones puedes irte, ¿vale?

-Quiero que quede claro que sólo estoy haciendo esto porque ambos nos criamos en el mismo lugar y te valoro como familia…

-Aunque no lo veas ahora, yo hago esto por la misma razón. Anda…

Pensando en deshacerse del problema lo antes posible, Ethan siguió a regañadientes al chico, buscando al sujeto en cuestión.

No les tomo demasiado; Shouta lo guio con un hombre que parecía haberlo estado mirando de antemano. Le dio un pequeño escalofrió mirarle.

De cabello negro como el carbón, un poco rizado, corto, suave a primera vista. Su rostro en la edad perfecta de madures, mostraban una facciones bien marcadas, un poco duras, pero de alguna manera daba la impresión de ver a una persona compleja, profunda, inteligente y apasionada. Tal vez por el aire intelectual, fácilmente notable que era extranjero… o la mirada intensa, sorprendida y un tanto asustada que le daba a Ethan.

Ojala hubiese seguido su instinto gritándole interiormente que corriera, que evitara conocer a ese personaje que cambiaría su vida. Aunque lógicamente, con Shouta en esa peculiar etapa suya, no lo habría podido evitar.

Así llego ante el pasmado hombre y el habitualmente sonriente y brillante pintor, Yukina Kou.

-¡Que afortunado que Shouta te haya encontrado!- sonrió Yukina feliz de la vida. –Pensamos que ya te habrías ido, Et.

-Estaba por… -susurro, mirando de soslayo, nervioso, al callado acompañante del hombre. Yukina, perspicaz cuando quería, noto su intercambio y sonrió de forma misteriosa, levantando los brazos y acercando a Ethan, tomándolo por sorpresa.

-Et, quiero presentarte a uno de mis mejores amigos pintores: Hallward Basil. Basil, amigo, él es uno de los hermanos de Hogar de mi esposo: Addleton Ethan.

-Kisa Addleton- aclaro Ethan incómodo. –Preferí el apellido que tenía mi madre, pero sigo siendo del Hogar del Señor Kisa…

-Temo no entender… -musito el desconocido llamado Hallward, mirando más a Ethan, pero dirigiéndose a su compañero pintor. Ethan sólo se estremeció interiormente por la voz grave, seductora.

-Antaño, en tiempos oscuros, debes saber que los Chaton eran criados en determinados “Hogares Originales”. Tenían uno o dos “Amos Originales”. Shouta y Et… Ethan… fueron criados en el mismo hogar.

-Somos familia… -dijeron al mismo tiempo Shouta y Ethan, lo que los hizo reír, llevándose gran parte de la tensión.

-Mucho gusto en conocerle… -reverencio educadamente Ethan al pintor, esperando endiabladamente que no se notara su inquietud. –He visto algunas de sus obras, maestro. Realmente conmovedoras y espectaculares. Tiene mi respeto…

-Ethan es estudiante de arte, Basil-san- informo Shouta con una sonrisa que escondía algo. –En una de las mejores universidades de Celes, hay que añadir.

-Shouta… -advirtió molesto Ethan.

-Te graduaras este año, ¿no, Et?- intervino Yukina indiferente a su irritabilidad. –Recién me dijo Kisa-sama que necesitabas entregar un trabajo importante…

-Razón principal por la que debo irme… -mascullo fríamente viendo al inalterable principito.

-No seas así, Et. Háblanos sobre tu obra… -insistió Shouta y le tomo de un brazo, evitando que siquiera pensara en huir. –Estas ante dos reconocidos artistas. Ellos te ayudaran sin dudarlo, ¿no es verdad, chicos?

-¡Espero que a estas alturas Et lo sepa!- rio Yukina y miro tranquilamente al silencioso hombre a su lado.

-Me interesaría saber en que trabaja. Aunque temo que sin conocerle, a usted y su obra, sólo puedo opinar o equivocarme.

Esa voz, esa mirada… esa sensación de incomodidad ante su presencia. Con la atención plena del pintor, Ethan se encontró perdido, tanto en sus oscuros ojos como en las sensaciones que le despertaba.

Su corazón latió desesperado y con horror se notó sonrojar antes de desviar la mirada con prisa, fijándola en un punto alejado del piso.

-No… no hay mucho que decir. Se podría decir que estudio arte por capricho. No soy bueno.

-¡Ethan!- regaño Yukina molesto, tanto para llamarle por su nombre completo y no el apodo cariñoso. -¿Cuántas veces debemos decirlo para que lo creas? ¡Tienes talento!

-Mi madre lo tenía- sonrió sin reaccionar Ethan, mirando casi con lastima al hombre. –Yo sólo puedo pintar algo… medianamente decente. Ni siquiera sé por qué todos insisten en eso. Es una falta de respeto para el arte mismo, por no decir a los verdaderos artistas…

-Si acepta mi opinión… -intervino educadamente Hallward, observándole aun más intensamente. –El arte no trata sobre talento, no realmente. Significa plasmar, en cualquier forma, lo que uno desea. Trasmitir, reflejar, sentir… Ser reconocido y vivir de eso es sólo una banalidad que ha fomentado que muchos desistan. En los mejores días del arte no existían los críticos de arte…

-¡Ironía pura! Basil expresa en pocas palabras lo que yo desde que te conocí, Et.

-Aunque acepto mucho de lo que dice, maestro… Siento una falta total de respeto al arte mismo no entregar el máximo de una persona, y aun así obtener algo a cambio…

-Y yo entiendo lo que trata de expresar… de una inquietante y perfecta manera. Puedo observar en sus claros y jóvenes ojos que habla con amargura, anhelo, tristeza… y de no ser por amor, no lo haría. Así pues, si ama el arte, no puedes abandonarlo. El arte no es algo que se pueda tomar o dejar. Es necesario para vivir.

-Te lo dice alguien aludido al tema… -murmuro discretamente Shouta, aunque dio la sensación que de cualquier forma todos escucharon.

-Yo no hable de dejarlo… -rio nerviosamente Ethan, mirando tímidamente al pintor extranjero. –Debo mucho al arte para abandonarlo. Entiendo que no tengo el potencial… no ahora, tal vez nunca, pero no lo abandonare. Ciertamente es vida, la mía al menos. Quiero intentar dar lo máximo y no… no intentar nada hasta tener una obra buena, con la que este conforme yo mismo antes de darla a conocer.

-Amigos, ustedes se llevaran de maravilla- suspiro Yukina, luciendo sorprendido. –Debo interactuar con un par de personas, si me disculpan… ¿Shouta, me acompañas? Contigo Hatori-sama luce menos intimidante.

-Eso es porque sabe que tengo influencia sobre sus dos esposos- rio Shouta y sin más palabra los dos se fueron, dejándolos solos, sorprendidos.

-Así que… -divago Ethan sin soportar mucho más el silencio. -¿Se quedara mucho tiempo, maestro?

-El suficiente para llegar a conocernos, me temo- sonrió, mirándole nuevamente de esa peculiar manera. -¿Me concederá el privilegio?

Oh, Diosa…

El pintor con una soltura, elegancia y mirada especial se inclinó y tomo su mano, besando el reverso, haciendo que del contacto de sus suaves labios un calor delicioso y anormal lo recorriera entero, quitándole el aliento.

-La única ventaja de jugar con fuego es que aprende uno a no quemarse… De verdad me gustaría el deleite de conocerle, ir cada etapa, pensamiento, principio y experiencia… saber que se esconde debajo de esa indiferente expresión, pues detrás de toda hermosura hay algo trágico… Usted Addleton me ha fascinado, engatusado y sorprendido… Temo volver a perderme tanto como quiero disfrutar el proceso.

-¿Q-qué…? No entiendo… que quiere decir… maestro… -murmuro abochornado Ethan.

-Es usted una persona encantadora y enigmática, Addleton. Quiero llegar a conocerle y acercarme.

-¡¿Para qué?!- pregunto Ethan más agudo y alto de lo que deseaba. El hombre lo estaba poniendo histérico con su galante y peculiar actitud.

-Los días son demasiados breves para cargar a la espalda los errores de otros. Kou tiene razón, debo volver, olvidar y redimir. Conmigo y mi arte… Con la sociedad en general. Sincerándome como pocas veces lo hago ante recién conocidos, debo admitir que no he podido plasmar nada en un tiempo tortuoso. Un dolor inimaginablemente insoportable. Pero hoy, dulce Addleton, con mirarle, un paisaje hermoso se ha pintado con los colores más claros y dulces que he podido imaginar nunca. Debo atraparlo, lo siento, o temo nunca volveré a pintar.

-¿Me quiere… sólo como una musa?- susurro Ethan totalmente en blanco.

-No negare que en parte es así… tanto como debo apresurarme en aclarar que no todo se convierte en eso. Al principio, al verle, es verdad lo que he dicho; su cabello, sus ojos, su porte… Ah, que maravillas y sensaciones… Aún me encuentro abrumado… Pero es su mirada… tan llena, tan enigmática y con magia… Sus pensamientos… ¡Le sorprendería cuantos artistas proclamados han olvidado el verdadero motivo de tomar el pincel, la pluma, la materia prima!

-T-temo se equivoca… -balbuceo Ethan y recupero su mano. –Soy un simple Chaton. Vengo de un Hogar común, con educación común. ¡Ni siquiera tengo una historia admirable como mis compañeros! No soy interesante. No sirvo de musa…

-Pero lo es para mí… -sonrió el pintor ilusionado.

Ethan abrió la boca pero nada salió de ella. Ese hombre lo descolocaba totalmente.

¿Cómo cualquier persona podía actuar así tras brevemente conocer a alguien?

Sabía que el mundo natal del pintor era peculiar, realmente retrasado en tecnología y sociedad; era admirable como aun así se desarrollaban a su propia fácil manera con pensamientos como esos tan… únicos. ¡Pero por favor!

En su crisis interior no se dio cuenta cuan cerca terminaron estando ambos. La colonia de cítricos y el sutil aroma de tabaco le inundaron los pulmones. El rostro del pintor era más atractivo de cerca.

-Realmente bello, como las lavandas, igual a sus ojos… Desconfiado, bello… intenso.

Su respiración ahora era escasa, casi asfixiándose con la abrumadora presencia determinada del sujeto. Veía en sus ojos su fin de todo lo que conocía y apreciaba, el inicio de una nueva etapa que no estaba seguro de querer pasar.

-Esto… es ilógico… -susurro Ethan sin fuerza para separarse de la tentación más grande de su vida.

-La belleza es superior al genio, me dijeron una vez. “No necesita explicación”. Ahora entiendo eso, viendo la real imagen de la perfección artística que tiene Dios mismo. Añadiría a tales cínicas palabras que los sentimientos no pueden ser explicados, no tienen lógica ni reales dueños; lo único que podemos hacer ante las circunstancias es resignarnos… y aunque me lleve una vez más a mi desgracia, esta vez la tomare con total gusto habiéndome consumido.

Algo de lo que dijo rompió el hechizo. Ethan despertó casi literalmente y se alejó varios pasos, mirándole desconfiado y frio.

-Debo irme… -susurro y sin volver a mirarlo ni una vez, se retiró, en la puerta de entrada, corriendo sin parar, sin darse cuenta que termino llorando.

 

“Una vez más”… Yo no soy el único.

 

+++++++++++

 

-Olvídalo, Shouta… -dijo Ethan dos semanas después, paseando por entre cuadros patéticamente terminados, vestido con el traje especial que usaba para pintar… aunque no tenía intensión alguna, siendo franco, de hacerlo ese día en especial.

-¡Por favor, Et! Yukina dice que nunca había visto a Basil-san pintar como lo hace ahora. ¡Y todo es por ti!

-Realmente no tiene nada que ver conmigo, Shouta. Ese hombre me abruma. No quiero tener nada que ver con él, su arte, o cualquier cosa con la que quiera engañarme.

-Vaya posición has tomado. ¿Qué demonios paso esa noche?

Ethan no respondió y paro ante uno de los cuadros de su madre, mirando atentamente el retrato que hizo del que fue su padre biológico pero nunca actuó como tal… no para él, al menos. Fue buen dueño para su madre, pero Ethan fue un inconveniente que lo molesto hasta el último día de su vida.

-¡Ethan! ¿Me escuchas? ¡Debes hacerlo! Eres la razón principal de que Basil-san vuelva a pintar. ¡Y debe seguir haciéndolo!

-He dicho que no- gruño cada vez más molesto con su amigo. -¿Por qué no lo entiendes? ¡No tengo tiempo para jugar con pintores estrafalarios, mucho menos para ser su modelo!

-Pero es una oportunidad única, por la que muchos en tu posición matarían…

-Pues ve y busca a un par de ellos. A mí no me molestes- sentencio y dio la vuelta al trabajo de su madre, dirigiéndose luego a la salida.

-¡Por favor, eres tan terco, Ethan! Escucha… -pidió Shouta alcanzándolo a tiempo. –He hablado con Basil-san; no sólo no quiere a nadie más que a ti, si no que esta dispuesto a dar lo que desees  para que seas su modelo. ¡Espera!- insistió cuando Ethan negó exasperado y trato de irse de nuevo. –Te pagara cerca de cinco veces más de lo que se les paga a modelos actualmente en Celes…

-Tengo una beca y un fondo en el banco, Shouta, ¿recuerdas? El gobierno de Celes nos dio uno a cada Chaton anteriormente con dueño y que se independizaron…

-Esta dispuesto a firmar un contrato escrito o revisado por ti, con todas las ventajas a tu favor…

-Perfecto, lo que deseaba justo años después de librarme de la esposa legal del dueño de mi madre… Otro contrato que me obliga a algo que no deseo… -Ethan giro los ojos, pero Shouta no se dio por vencido.

-Él hablo con Nai Elle-sensei… Dado que ella estará trabajando en su novela, esta dispuesta a cederte por un tiempo…

-¡¿De qué hablas?! Soy asistente de sensei. ¡Ese es mi verdadero trabajo y lo disfruto mucho!

-Ella dijo que se encerrara hasta acabar sobre su personaje y sus compañeros… algo así. El punto es que Basil-san tiene el permiso.

-Shouta…

-Y las horas serán menos. Trabajas para ella todo el día, y no trates de negarlo. Según sé, su esposo, Ruki… creo, estará con ella y entre una cosa y otra, tú sales sobrando.

-Te lo agradezco- bufo, esforzándose por no demostrarse feliz por la autora. Ella era muy amable, bella y talentosa. Su esposo trabajaba fuera y Ethan le facilitaba las cosas para que escribiera, pero con su compañero cerca, era claro que él no era vitalmente necesario.

-Basil-san te necesitara solo un par de horas después de la universidad. Lo único que necesitas hacer con él es estar ahí… posar en silencio y luego te vas. ¡Ni siquiera necesitas hablar con él!

-¡Basta, basta, basta!- le detuvo aprovechándose de que paraba para respirar. –Sólo respóndeme algo, Shouta… ¿Por qué demonios insistes tanto?

-Porque no puedo dejar que vuelva a caer en la depresión total, Et… Es un excelente pintor y gran amigo. Tu presencia hizo que volviera a pintar y se relajara. Incluso olvido a…

-¿Quién?- pregunto interesado cuando el Chaton erizo su larga colita negra y callo.

-No importa… Por favor, hazlo por mí, Et. Nunca te pido nada…

-No lo haré, y siempre me pides algo, Shouta… Además, ya te lo dije, ese hombre me da escalofríos. No sé que es, ni quiero averiguarlo. ¡Apenas lo conozco, por la Diosa Ai! ¿Quién sabe si todas sus palabras bonitas, refinadas y profundas no son un engaño?

-Ethan- llamo Shouta ahora enojado. -¿De verdad crees que haría todo esto si sospechara siquiera que Basil es así? Puede que sólo hayan sido un par de meses en conocerlo, pero ese hombre es tan honesto y honrado como debería de ser todo el jodido universo. Tengo la palabra de Kou y mis experiencias. Créeme, Basil-san no te quiere hacer daño…

Ethan se acobardo por la mirada molesta, adulta y fulminante del Chaton que era un par de años mayor que él, con una experiencia y habilidad muy superior.

-Yo… Shouta… No lo entiendo… -murmuro, cediendo, abriéndose una vez más ante su querido hermano. –Desde el primer momento ese hombre fue tan… intenso. No logro explicarlo… Sus palabras, creencias, gestos. Algo en mi cabeza sólo me decía que huyera… Te… tengo miedo…

Shouta le miro sorprendido antes de suspirar, abrir su brazalete electrónico y buscar por un par de segundos antes de poner ante él la imagen holográfica de un hermoso cuadro.

-Esto es de Basil-san hace unos 10 años… antes de que su carrera tomara una triste pausa… Esta, por otra parte… -divago, poniendo una nueva pintura, completamente diferente de la otra- es el primer cuadro que pinto Basil-san desde que llego aquí… después de conocerte.

Nadie podía culparlo por llorar al ver semejante muestra de arte.

Cuando Hallward Basil dijo haber imaginado al conocerlo, un paisaje hermoso con colores claros y dulces, lo que al final termino plasmando, no alcanzaba ni de asomo aquella vulgar explicación.

Parecía tan real, etérea sin embargo… Casi se podían mover las lilas del pequeño árbol con el viento de una apacible y perfecta tarde de primavera, invitando a acostarse entre el abundante pasto verde en aquella pradera. Los colores haciendo de aquello un sueño; el talento del pintor en cambio, trasformando aquello en una ilusión que daba la impresión de poder hacer propia y vivir en ella.

-Todos estuvieron preocupados por él cuando paso días enteros encerrado en su estudio, pero al final dijo que el motivo fue porque deseaba plasmar todo lo que tu presencia le despertó antes de que se esfumara como el sueño que fue…

-¿Cómo puedo causar algo tan bello en alguien que apenas conozco?- susurro Ethan sumamente conmovido.

-¿De verdad no lo sabes, Et?

-Esto es… estúpido… -soltó, inconforme con lo poco que esa palabra describía sus pensamientos.

-¿Por qué?

-No… tiene sentido nada, Shouta… ¡Por la Diosa Ai!- exclamo alterado, caminando de un lado para otro. -¿Qué parte no entiendes, o él? Esto… Diosa… ¿No eres capaz de ver cómo me confunde ese hombre, a tan solo días de conocerlo?

-Puedo entenderte un poco… Basil-san es único en su tipo, incluso. Él viene de un lugar donde las cosas son diferentes. Ciertamente por allá no piensan mucho al expresar una cosa u otra, y él no se pone límites en sus sentimientos… Puede llegar a ser abrumador, intenso… entregado…

-Hay algo más, ¿verdad?- advirtió incomodo Ethan, analizando atentamente a su compañero Chaton. –Dímelo todo, Shouta. ¡Necesito saber!

-No es mi historia para contar, Et…

-¿Y crees que él si me lo dirá?- escupió colérico ahora.

-Francamente no lo sé. Antes de conocerte, por mucho que se propusiera y quisiera lo contrario, no dejaba de pensar en su pasado, y siguió dándole poder a este… Estaba sufriendo, Et… te lo puedo asegurar por lo que desees… Era un dolor agudo y constante, pero valioso. Ahora, que vengo de verlo, parece alegre, vivo, ilusionado y lleno de inspiración. Su forma de expresarse es más poética y hermosa que nunca. Realmente acudí a ti totalmente agradecido por lo que sea que hiciste…

-¡Es que ese es el problema, Shouta! ¡¡No hice nada!!- gimió paranoico.

-¿Por qué estas luchando tanto por esto, Ethan?- pregunto de la nada, interesado, Shouta, acercándose un par de pasos más. –Es sólo un pintor queriéndote de modelo para un par de cuadros…

-Es mucho más que eso, Shouta… ¡Eres el esposo de un jodido pintor, deberías saberlo!- grito, angustiado. –Tú llevas perfectamente el papel. Amas a Yukina y él a ti, ¡felicidades! Yo no estoy acostumbrado a que un extraño llegue y revuelva toda mi existencia con un par de minutos. ¡Ni estoy listo para ser su jodida principal razón para su inspiración! Es una enorme responsabilidad intensa.

-¿Y eso es todo?- susurro el Chaton de forma casi amenazadora.

-¡¡Y ese hombre me asusta!!- chillo con voz irreconocible a la suya. –Es apuesto, hábil, romántico, educado, y me aterroriza que sea tan honesto y entregado; que con sólo verme me haya convertido en su musa, me atrape en su red y luego me abandone cuando yo esté totalmente enamorado de él.

-Basil nunca te haría eso, Ethan… -se lamentó el Chaton y toda su fuerza se esfumo al desviar la mirada con amargura y tristeza.

-¿Qué seguridad tengo de eso? ¡Dime!

Su compañero Chaton permaneció callado y quieto, ni si colita se movía, simplemente permanecía caída entre sus pies. Ethan se expresó inquieto, mirándole suplicante hasta que él suspiro y le miro fríamente.

-¿Has oído hablar de Dorian Gray?

-¿Quién?

-Un maldito don nadie con dinero y alma despiadada.

-Por cómo te expresas de él, dudo que me haya involucrado con tal personaje… -susurro confundido.

-Hace varios años llego a Londres. Basil lo conoció en una fiesta y ahí comenzó todo… -Shouta volvió a suspirar y negó, caminando hasta el ventanal, perdiendo su mirada en el paisaje lleno de nieve todavía cayendo. –Fue bastante parecido a esta ocasión, de hecho… En poco tiempo Gray termino siendo todo para Basil… de sus mejores amigos, su musa… su amado.

Ethan se paralizo, recordando aquello último mencionado por el pintor con honestidad.

-Las cosas no resultaron tan bien, pero no fue realmente por Basil… -continúo Shouta amargamente. –Según sé, Gray era bastante joven y hermoso; un modelo e inspiración que cualquier pintor quisiera tener, o al menos en el mundo de Basil. Había más, pero no sólo se enfocaba en eso, quiero que lo tengas muy presente. Basil estaba feliz sólo observándolo, haciéndolo motivo principal de sus obras. Para bien o mal, gracias a ese sujeto, su arte llego a niveles que él nunca pensó que poseía…

-¿Y que paso?- pregunto en un susurro entrecortado y temeroso.

-Tras presentarle a Lord Henry Wotton, uno de sus amigos más descarados y que poseía una peculiar manera de ver el mundo… Gray cambio. Se dejó influenciar por sus enseñanzas y pensamientos. Hizo de la satisfacción de todos sus placeres, su prioridad. Sin importar nada, nadie… Mientras se alejaba de Basil y permitía que cayeran cada vez más sus obras… Gray fue haciéndose de una fama asquerosa. Se murmuraba todo tipo de cosas desagradables sobre él, desde que frecuentaba lugares con muy mala reputación, hasta que influía a su vez en otras personas, llevándolos por caminos que muchas veces terminaban con sus reputaciones… incluso vidas…

-Diosa Ai… -gimo Ethan tapándose la boca con ambas manos. -¿Y Basil…?

-Imposible no escuchara todos esos rumores, Et… no en Londres… Por un tiempo tomo como tonterías todo eso, pero con el tiempo y testigos, fue dudando. Sólo te puedo decir lo que él me confió y a Kou… y es que tras un tiempo fue a enfrentársele, y él no negó realmente nada… Por lo que sé, y en propias palabras de Basil… descubrió que todo era verdad, incluso peor. Le rompió totalmente el corazón, Et… y siendo su motivo para pintar, también le arrebato eso. Estaba agonizando cuando llego con nosotros. Espero nunca volver a ver un alma tan gentil y única como él… sufriendo de tal manera tan injusta…

Ethan se recargo en una cercana pared y se dejó caer en el suelo, sin fuerza, abrumado, temblando.

-Shouta… Después de todo lo que me has contado… ¿Cómo esperas que sea capaz de llevar tal responsabilidad de ser el reemplazo de ese hombre?

-No, Ethan- exclamo alarmado Shouta, rápidamente llegando enfrente de él y arrodillándose con una mirada preocupada. –No eres en lo absoluto como él. Dorian Gray nunca tomo realmente en cuenta a Basil. Termino usándolo sólo por conveniencia, porque él cometió el error de halagarlo en exceso y concederle todo lo que quería… con tal de que no lo dejara. Pero al final lo hizo, y no fue por otra cosa que lo mucho que le entregaba Basil ya no le satisfacía… El amor, cuidado y entrega de Basil no le importaba a ese hombre… Le hizo daño, y tú no eres así.

-¿Aún lo ama?- cuestiono Ethan dando voz a su mayor angustia. Su hermano suavizo su expresión y acaricio una de sus caídas orejitas en la cima de su cabeza.

-Et… ¿Qué es realmente el amor para ti?

-Eso no es lo que pregunte…

-Pero tiene mucho que ver… porque me lo preguntaste pensando en ellos como amantes, ¿no es verdad?

-¿Y no lo eran?

-Hombres, ¿has oído algo de lo que te he dicho?- exhalo terriblemente dramático el joven. –Era admiración, cariño, obsesión incluso. Gray era una inspiración para Basil, algo valioso y que proteger. Lo siento si eso te hace daño, pero es la verdad. ¿Recuerdas que te dije que no todo se centraba en eso? Es porque Basil nunca hizo… y dudo en realidad, que quisiera hacer algo para hacerlo suyo. Era sólo algo poético, puro, intocable. Me atrevo a decir que Basil siempre lo considero como algo que cuidar y hacer obras en su honor, alabar… más no tocar, manteniéndolo puro, perfecto… como el ideal que él necesitaba para pintar.

-¿Cuál entonces sería la diferencia, Shouta?- musito avergonzado, sin entender bien lo que le quería decir.

-Querido Ethan… Eso por más que trate de explicártelo, a menos que lo experimentes… dudo lo entiendas. El amor es universal, se plasma en un cuadro, en una acción, en una relación y en un amante. Hay de diferentes tipos, y no por eso dejan de ser amor… pero te puedo asegurar que lo que sucedió entre Dorian Gray y Basil, y lo que sucede ahora entre ustedes dos es completamente diferente…

-Eso aún no quita que me asusta toda esta… entrega e intensidad suya, Shouta. Ve todo lo que sucedió cuando él lo dio todo a una persona…

-¡Ethan, por el inmenso y hermoso amor de la Diosa Ai! ¡¡Métetelo en la cabeza, maldita sea; no eres Dorian Gray!!- grito furibundo. –Ese imbécil desgraciado habría terminado, de una u otra manera, del mismo modo; puedo jurártelo. No fue sólo que fuera presentado a Wotton o que Basil le despertó la vanidad sobre su apariencia… Tú eres apuesto y has convivido con lo peor, Ethan, y no por eso has terminado como ese sujeto. Lo único que sucedió es que Wotton facilito todo, siendo compañero de aventuras descaradas. Y si bien fue triste y malo que Basil cayera tan profundamente por alguien así, él ha aprendido la lección… y tú no le harás lo mismo que Gray, Ethan. Lo que sucederá ahora es que Basil luchara por ti, porque sabe de dolores en el corazón, y no caerá en los mismos errores, puedo asegurártelo, porque tendrá miedo de que vuelva a suceder lo mismo, pero será también más abrumador. Y tú, mi querido amigo, ya sabiendo lo que te he dicho, harás lo mismo, porque lo amas y no quieres que sufra…

-Yo no…

-No gastes energía en negarlo… -descarto Shouta con un movimiento de su mano. –Lo sé mejor que eso. Así que ya basta de tanto drama y se su modelo. Dale una oportunidad bien merecida. Conócelo, deja que te conozca… y esta vez hagan las cosas bien, no sólo por el bien de su arte, sino de sus vidas.

 

+++++++++++

 

-Nunca antes he posado, la verdad… Todas las veces me libre en la escuela, así que la verdad no sé qué debo hacer, sensei… -admitió avergonzado Ethan, entregándole su capa al mayordomo del pintor.

-Está bien, no exigiré más de lo que ya poseo, que es abundante. Por el momento pasa, relájate, intercambiemos un par de palabras para lograr una atmosfera tranquila, dado que ser natural es la más difícil de las poses, y soy terriblemente ambicioso al pedir lo más cercano a eso.

-De acuerdo… -cedió a medio entender lo que suspiraba el hombre.

El mayordomo y servidumbre en general del pintor término siendo tan educada y especial como lo era su jefe. Aunque ninguno provenía del mismo mundo que Hallward, entendían su filosofía de vida y el artista no tuvo reparo en admitir que eran ellos los que hacían de su entorno la efímera ilusión de continuar en su anterior hogar.

Ethan estaba encantado realmente. Su Amo Original y verdadero padre, no sólo de él, solía decirles seriamente que una persona podía juzgarse por como trataba a sus inferiores en nivel, de cualquier medio, y Hallward Basil tenía una relación grata y afectuosa con los seres que le servían con gusto.

Siendo Chaton de la era donde ellos fueron tratados como esclavos, la imagen natural del hombre actuando de esa manera era hermosa. Un poco de su inquietud se fue al verlo.

Más pronto que tarde Hallward dejo de hablar y saco un pequeño cuaderno de bocetos, mirándole de reojo mientras dibujaba algo. Ethan no dijo nada y trato de no moverse mucho, a la vez que evitaba ferozmente sonrojarse o demostrarle lo mucho que le afectaba su mirada intensa.

Decir que estaba avergonzado era poco decir. Él no sólo lo veía con tal fuerza casi viendo más allá de su alma, era el hecho de saber que era la presencia de Ethan lo que hacía que él tuviera inspiración.

Saber claramente que sin él, ese hombre estaría acabado como pintor…

-Aún me falta mucho, sin duda… Dicen que no hay nada que el arte no pueda expresar, pero me es difícil tratar de capturar toda tu inocencia y bochorno…

Hallward sonrió y le extendió lo que sea que estuviera dibujando. Ethan evito dar comentarios sobre lo que dijo y miro el retrato en finas y hábiles líneas que conformaban su rostro como seguro se mostró. Y era tan humillante ver que no oculto nada al pintor y que con toda claridad dibujo su nerviosismo.

Las hojas de papel se encontraban un tanto arrugadas, algo normal al estar dibujando y cambiar de posición la mano, pero lo que a Ethan le llamo la atención fue ver los dibujos anteriores al que se le mostro.

Dándole una mirada tímida al sonriente sujeto, Ethan paso las hojas, cada vez más rojo al ver en cada una su retrato, de diferentes perfiles, incluso peinados, pero siempre era él.

-Usted tiene una seria obsesión conmigo, ¿no?- musito terriblemente aturdido, sin verlo; sin poder mirarlo.

-Podrías tomarlo así… Desde aquel día no he podido parar de pensar en ti. Todo aquella energía de la que se me negó con crueldad volvió, abrumándome y poseyéndome, pero realmente estoy complacido y no la he desaprovechado en absoluto.

-Realmente no entiendo nada de eso… -musito Ethan y se removió incómodo, aún sin verlo.

-No espero lo hagas. Si alguien dice que entiende perfectamente el pensamiento de un artista, esa persona miente. Ningún gran artista ve las cosas como son en realidad; si lo hicieran, dejarían de ser artistas. Y tú, mi querido ángel… eres una magnificencia para mí de la que temo nunca podre explicar totalmente a ajenos; ni quiero. Así, una vital parte tuya será completamente mía.

-U… usted dice cosas realmente raras, maestro… -balbuceo Ethan sin estar más sonrojado pues era imposible.

Comenzó a sospechar que el pintor disfrutaba, pues durante más de media hora continuo parloteando cosas que lo ponían incómodo y avergonzado… sólo un poco feliz de ser tan admirado y valorado por alguien que podía tener a quien deseara.

Podía, sólo en una mísera parte, entender por donde habían ido los pensamientos de Gray. Con un ser hermosos y honesto, poniéndote en primer lugar, dispuesto a dejarse consumir por la satisfacción de tenerte cerca y continuar contemplándote.

Tras pensarlo de esa manera, Ethan se encontró deseando cerrarle la boca al hombre inclusive con cinta si era necesario.

Él no era como Gray. A Ethan no tenía que enaltecer su belleza ni nada por el estilo. Si iban a intentar algo, lo que fuera, que estuviera en igual de posiciones.

Ethan sabía que era atractivo, mayormente heredado por la belleza de su madre y la clase alta de su padre bilógico; pero nada de eso le importo ni siquiera cuando el dueño de su madre los separo y puso en venta a Ethan, necesitando del físico y habilidades para conseguir un digno hogar.

No, Ethan lo sabía y no le importaba en lo mínimo como se veía. Si tenía el cabello largo era porque a su madre le había gustado como le quedaba y lo suave que era. Era lo único de vanidad que se permitía.

Ahora bien, no era estúpido para negar lo evidente, pero ese hombre le estaba poniendo de los nervios con tanto halago. No paraba de pasarle por la cabeza la idea de que en cierta manera se le comparaba con el ingrato viejo amado, y Hallward quería amarrarlo durante el tiempo que tuviera con frases bonitas que cualquiera disfrutaría… excepto él.

Gracias a la Diosa Ai, su madre no sólo le trasmitió un par de rasgos bonitos, si no también inteligencia.

-¿Qué es en lo que trabaja actualmente, sensei? Desde que Shouta vino a mí con la idea del contrato momentáneo, me di a la tarea de investigar más a fondo sus obras… He quedado impresionado con cada y una de las que llegaron hasta Celes.

-Me… sorprende eso, tanto como me agrada- susurro el hombre sonriendo con un especial brillo en los ojos. Ethan sonrió sabiendo que lo tenía.

-Fue un completo descaro siendo estudiante de artes no dar con más de una obra suya. Pero me he redimido y fue una acertada decisión. Debo añadir, también, que es un placer ser parte de su trabajo. Si mi presencia de una complicada manera ayuda a dar al mundo excelentes piezas de arte, mi deber simplemente es ceder y dar mi mejor esfuerzo… si sensei lo desea así.

Oh… si sólo Ethan pudiera tomarle una foto al dulce pintor. Quizá realizar un cuadro, de hecho; eso sería una ironía tanto como terminaría siendo adecuado por la forma en que se veía.

Lo termino callando de su poesía y vio una parte de él nueva… valió completamente la pena la vergüenza y el sentimiento nuevamente, que sin retorno ni otro desenlace, estaba cada vez más inmerso en ese complejo ser.

 

+++++++++++

 

-Hoy te necesitare recostado en ese diván, Ethan… Si me haces el favor de soltarte el cabello, lo agradeceré…

-¿Alguna posición en especial, sensei?- susurro sonrojado, hermoso como siempre, el Chaton mientras comenzaba por sentarse en la orilla, mirándole atentamente.

-Sólo ponte cómodo.

Viéndolo subir sus sensuales piernas al mueble, recostándose en un mar de preciosos y caros cojines de seda blanca, Basil descubrió el maravilloso acierto de su petición.

El cabello largo hasta medio brazo, sedoso y negro intenso como alas de un cuervo en aquel panorama puro y sutil. Era un contraste delicioso del que nunca se cansaba, viéndolo en general, su dulzura en los ojos lavanda desmintiendo cualquier primera impresión.

Borracho de tal perfección, Basil se apresuró a llegar al caballete y lo poco que había dibujado en él, faltando lo fundamental; su Chaton.

Fue también una fortuna colocar todo para que el joven estudiante se encontrara a gusto, sabiendo como podía perderse y las horas que pasaban como una suave caricia gentil.

Ethan le miraba de vez en cuando, con ojos soñadores, los labios levemente mojados y separados. El pequeño bochorno en sus blancas y tersas mejillas, su cabello escondiendo parte de su rostro por la posición recostada de lado.

Basil se divirtió tratando de capturar todo acerca de sus singularidades de Chaton, teniendo especial complicación con la inquieta y larga colita espesa; salvo que no le pidió se detuviera, satisfecho por tener aquel manifiesto libre y sincero.

La juventud en su rostro fresco, el sutil color rojizo de sus labios y mejillas, el intenso y claro color de sus ojos únicos, las largas pestañas, las cejas delineadas simétricamente. Cada una de sus hebras de largo cabello fue hecha con habilidad y cuidado, tratando de imitar perfectamente como caían sobre sus hombros, pecho, los cojines y la tela importada del diván.

La curva de su cintura estrecha y caderas un poco más abundantes. Sus largos brazos de dedos elegantes, uno de ellos sumergido en dos de los cojines que acogían su cabeza. Una pierna encima de la otra, con los pies descalzos levemente entrecruzados.

De entre un color tan hermoso e inmaculado se encontraba descansado un ángel puro, de apariencia peculiar, sin embargo no cabía duda de su pertenencia por la inocencia de su expresión huyendo de Basil.

Se preguntó distraídamente que era lo que pensaba, de donde se aferraba su fascinante mente para mantener en su rostro la permanente emoción de dulzura, inquietud y tranquilidad, tan comunes a tres meses de que posara sólo para él, en silencio, todos los días.

Separo con cuidado el pincel delgado del cuadro y miro sin parpadear los ojos del chico.

Tanto como rodearse de las más exóticas y primorosas flores para poder disfrutar en su máxima expresión de la fragancia que desprende cada una de ellas, deseaba tanto hacer lo mismo con ese joven hombre tan perfecto y gentil.

Ethan lamio nervioso sus labios y aparto la mirada que por largos segundos compartieron. Se removió sólo un poco, pero por la posición inestable de sus largos mechones, gran parte de estos oculto su rostro por completo en un oscuro carmín. Basil hizo una pequeña mueca por el obstáculo y dejo sus utensilios en una mesa baja cercana para dirigirse a él.

-Por favor, permanece un momento más… -pidió con voz cuidadosa y gentil. –Sólo falta poco… -informo y se apoyó en ambas rodillas para apartar el sedoso cabello, descubriendo la especial expresión en Ethan que nunca había visto en nadie más. –Sólo… un poco más… sobre tu rostro… -murmuro apenas consiente de lo pronunciado, dejándose llevar por los sentimientos bailando, seduciéndolos, alterándolos.

La respiración de Ethan era superficial, el calor de su cuerpo embriagador. Sus ojos brillaban, húmedos de pasión, y más que nunca en todo el hermoso tiempo de conocerlo, Basil se perdió en su mirada, en sus provocativos labios que sin moverse salvo para jadear, lo invitaban gozosos a ser probados.

Toda voz racional o parecida fue callada incluso si nunca hablo. Ethan le miro de reojo un instante antes de tragar visiblemente y reincorporarse mejor entre los cojines. A Basil no se le ocurrió ni por un momento reprenderlo de perder la posición; su anhelo sólo quería ver su siguiente acción, lo que aquella apasionada mente había decidido.

El Chaton temblando levemente elevo su mano con cuidado y quito de Basil los anteojos que usaba para no perder detalle alguno.

-Si deseas verme… -gimió entrecortada y roncamente el chico- hazlo de cerca, sin impedimentos…

-Deseo devorarte, Ethan… -confeso Basil enredando aquel hechizante cabello entre sus dedos. –Deseo poseerte… eso es lo que mi alma clama pidiendo misericordia…

-¿Qué es… lo que te detiene?- jadeo él y con todo el tiempo del universo, disfrutando de cada instante de anticipación, unió sus labios en un inocente y ansiado beso.

Basil fue asaltado por un escalofrió y cerró los ojos, permitiendo que toda la avalancha de sentimientos tomaran posesión de su cuerpo y mente. Sintiendo el temblor y emoción ajena, la excitación y agitación en rápidas exhalaciones chocando contra su piel repentinamente sensible.

Dudo sólo un segundo antes de elevar ambas manos y tomar el contorno del perfecto rostro. Se separó unos centímetros y admiro absorto la única imagen que nunca plasmaría en arte, pues tenía que permanecer eternamente en su memoria solamente.

-Ethan… -suspiro besando los parpados tímidamente cerrados.

Continúo depositando sutiles caricias con sus labios y manos, todavía preguntándose si se encontraba en el mejor de los sueños jamás creados por un alma enamorada.

Sintió con maravilla los suspiros entrecortados y el temblor ansioso del joven que permanecía quieto permitiéndole el mayor de los privilegios. No apresuro nada y Basil lo agradeció infinitamente, queriendo intoxicarse totalmente de las abrumadoras sensaciones que su piel y contacto despertaban en su interior.

La siguiente vez que lo beso lo pillo con los labios temblorosos y entreabiertos. Él gimió y entrecruzo sus dedos en la nuca de Basil, acercándolo, correspondiendo la agradable danza de sus lenguas que sin prisa ni desesperación compartieron.

Su cabeza se llenó de bruma, dichosa, plena, repleta por completo de Ethan.

Mareado y fiel a sus deseos, Basil profundizo el beso lleno de electricidad, importándole poco su respiración o el resto de preocupaciones que habrían podido surgir.

Él hubiese estado todo el día saboreando la dulce e inexperta boca de no ser porque Ethan se alejó jadeando con complicación, tragando parte de saliva ajena, sin abrir los ojos ni dejar de temblar, sólo distanciándose un poco para respirar, sin apartar por completo a Basil que lo miro con ternura.

Se permitió con admiración rozar uno solo de sus dedos por el rostro acalorado y un tanto sudado. La delicada caricia logro un suspiro de su parte junto con una promesa silenciosa de procurar toda esa belleza y confianza que sin límites le entregaba su joven compañero.

-Mi dulce ángel Ethan… -sonrió Basil extasiado, inundado de alegría, inocencia y pasión.

Ethan suspiraba pero no respondió salvo acercarlo más con sus manos en cada hombro de Basil. Él le permitió atraerlo tanto que termino de rodillas esta vez encima de él obteniendo la placentera imagen ilimitada del Chaton jadeante, deseando, debajo de él y entregando aquel preciado tesoro que no había cedido a nadie antes.

Disfruto todo lo que pudo y más de la seductora vista, complaciéndose de cada mínima acción que realizo en el magnífico cuerpo más pequeño y joven que el propio.

Cada prenda descartada, cada mirada tímida y aturdida; toda reacción que despertaba en su amante el cual acepto y disfruto en plenitud de todo lo que Basil entrego.

Sus ojos coincidiendo y sus manos sin dejar de tocar al otro. Cada caricia, beso, suspiro, exhalación y gemido. Él guardo con infinito aprecio y cuidado absolutamente todo lo que vivieron juntos, poniendo especial atención en sus expresivos ojos y las palabras que ya no podían ser retenidas por ninguno de los dos.

-¡Basil…!- exclamo estremeciéndose completamente su compañero, mostrando sin ocultar nada, todo su placer por las atrevidas caricias de Basil bajando por su cuerpo, reclamando cada minúscula parte que sin importar cuantas veces tocara o besara, no era suficiente.

Se inclinó y hundió su rostro en el perfumado y firme pecho; Ethan le abrazo la espalda y continúo pronunciando esos lamentos tan eróticos y adictivos para sus oídos atentos.

Rego de besos la zona, sin real idea de cómo amar a un hombre salvo lo que sus deseos le exigían. Y anhelaba tanto entregarle traviesas sensaciones a su pequeño compañero, al igual que las que él le daba a cambio con simples cosas tales como decir su nombre entre suspiros, estremeciéndose con cada toque que le entregaba, acariciando su piel, pasando sus dedos por su cabello con manos perdidas en éxtasis.

Basil siguió bajando con delicadeza, saboreando y acariciando, dejándose llevar por la cretina obviedad y tomando con cariño la mayor demostración de deseo que el delicado cuerpo experimentaba.

Casi como el animal con el cual compartia algunas particularidades, Ethan se curvo elásticamente con su toque, derramando un largo alarido de satisfacción, derritiéndose después al volver a recostarse, dejándole claramente a Basil la información de que disfrutaba de sus atenciones.

Hizo todo lo que pensó podría disfrutar, sin precipitar lo que quería alargar y trasformar en algo único, precioso; un evento para recordar en los años venideros.

Bebió de sus lamentos, siendo recibido con un poco de salvajismo y desesperación, de la pura y fascinante dicha que sólo la pasión en su mayor cúspide puede otorgar.

Ethan sumido en su deseo era un ser exquisito, sin ocultar nada, entregándose por completo a lo que su cuerpo anhelaba. Se movía con una gracia majestuosa, libre, pleno, satisfecho; su expresión contrayéndose casi dolorosamente, sus labios hinchados gastando el poco aire que lograba tomar, sus manos crispadas sujetando con fuerza los cojines testigos de su acto sincero.

Ajeno continúo firme y sin pausas sus caricias, centrado en observarlo a pesar del bochorno que sabía le produciría, sin poder abstenerse a sí mismo de ver a esa dulce criatura en tal magnifica posición tan entregada e intensa.

Lo beso hasta robar cada uno de sus gemidos entrecortados, acariciándolo otro tanto para el mismo fin, disfrutando de sus ojos cerrados y la expresión única al derramarse y entregarle todo a Basil.

Existía algo equivocado en estar tan ofuscado y absorto en mirarlo casi de forma enferma. Lo sabía en el fondo pero no paro. No podía ni quería. La imagen de su cuerpo cansado y la belleza que en todas sus expresiones mostraba sin medida, era digna de observarse sin descanso, con mayor razón por la importancia de ser exhibida por primera vez ante un ajeno.

Observándolo tranquilizar su cuerpo y respiración, Basil se encontró tan relajado y satisfecho como él, a gusto simplemente con hacerlo parte de su acogedor sueño, acariciando distraído el cabello que alejo de su húmeda frente y parpadeantes ojos cansados.

-Sensei… -suspiro Ethan al mirarlo con agradecimiento y pasión. Basil fácilmente le sonrió, rozando por un instante sus labios en la pequeña respingona nariz.

-Realmente eres hermoso… Deseo tanto como me opongo, a que la gente sea consiente de tu belleza…

-No lo necesito… -negó lentamente el Chaton, de alguna manera firme, de otra débil. Basil lo abrazo sin saber por qué, necesitando del contacto. –Lo único que necesito es a ti, Basil… -murmuro Ethan marcando su espalda desnuda y brazos con caricias de fuego.

-Quédate conmigo, Ethan… No permitas que tu alma sea corrompida y me entregare por completo a ti…

-Acepto… -pronuncio eróticamente, separándolo de su cuerpo para sentarlo y él hacerlo encima suyo, rodeándolo, besándolo, poseyéndolo tanto como Basil sólo instantes antes.

Sediento por la emoción especial que Ethan no tenía restricción en dar, Basil bebió de cada una de sus atenciones, de las expresiones en su rostro de nuevo entregado y deseoso. De aquella personalidad con la que no había convivido antes de él, tan diferente de las que Basil acostumbraba y de alguna manera se conformó a aceptar.

Ambos se lamentaron en diferentes niveles cuando Ethan se hizo cargo en adelante, uniendo sus cuerpos tan cerca cómo podían llegar a estar. Sin nunca distanciarse, repudiando a la misma piel que impedía sus almas se unieran en totalidad, dejándolos resignarse con la ya abrumadora ocasión que compartían con dicha y hambre cada vez más viva, intensa, bienvenida.

Ethan se movía casi danzando, recibiendo en su interior a Basil sin oposición. Él lo acerco tanto como pudo y respiro agitado en su cuello, besándolo, desesperado recorriendo cada parte de su cuerpo que podía queriendo que en su piel misma quedara marca suya.

El joven tomo todo lo que deseo y entrego a Basil sensaciones únicas e irrepetibles que sabía con nadie volvería a compartir. Aquel momento mágico sólo podía nacer de ambos y el acto puro al amarse.

Todo fue borroso y brillante en determinado instante, dándole mayor razón al creer que aquello era un maravilloso sueño para disfrutar, no cuestionar ni analizar. Así que cerró los ojos, se empapo de él y dejo que juntos alcanzaran la cima más alta, el lugar reservado para los amantes y donde todo era perfecto y delicioso, tan momentáneo como ellos quisieran en realidad.

Tan cerca que nada quedo oculto entre ambos, compartiendo fluidos, miradas y emociones, respirando la exhalación del otro y luciendo serenas e idénticas sonrisas al recostarse sin querer separarse.

Basil no tenía suficiente de su acogedora y sutil piel, de su estremecimiento y los pequeños besos que Ethan dejaba en su pecho donde se acurruco. Las orejas oscuras en la cima de su cabello descansaban tanto como él, y Basil reposo su frente allí, inhalando su esencia, haciéndose cosquillas en su nariz.

Afuera nevaba indiferente del paso de la tarde a la noche. El único lejano ruido era del viento y la chimenea eternamente prendida con alegres y vivas llamas escarlatas y dorado. En la estancia no hacía frio, quizá por los residuos de su acto.

La tentación al sueño estuvo presente pero fue fácil persuadirla dado su mayor empeño a disfrutar de su compañía en silencio y agradable comprensión.

Permitiéndose ser caprichoso con una sonrisita tímida y feliz, Ethan cambio de posición, exactamente la misma al posar para el olvidado cuadro casi terminado. Basil sonrió de igual forma y permitió que el Chaton enredara su esbelta figura con la de él, abrigándose con sus brazos, pasando de una curiosa manera su larga colita negra por la cadera de Basil una y otra vez sin descanso ni descontento de su parte.

Beso su sien y lo acerco más a su pecho, susurrando con temor a molestar la apetecible calma y encanto.

-Sé que tienes tu hogar, trabajo y vida... agradezco cada pequeña cosa que se forman para crear el total de tu existencia y personalidad, sin embargo, debo ceder a la osada petición de que vivas conmigo, Ethan... Por un tiempo, un solo día incluso, pero deseo tenerte conmigo el mayor tiempo posible...

-¿Puedo pensarlo?- suspiro él cerrando los ojos con tranquilidad.

-Siempre puedes y debes, Ethan- susurro medio suspirando, besando su desnudo hombro, disfrutando de la caricia que su mano con permiso otorgaba en su inquieto vientre.

-Me es difícil... pensar cuando... haces eso... -confió el Chaton estremeciéndose, curvándose a su favor para disminuir aun más la distancia entre ellos.

-No pido tu respuesta ahora, mi amante... pido solamente el honor nuevamente de poseerte una vez más...

-Hazlo... -sólo gimió el joven estremeciéndose con la mano de Basil rodeando su virilidad húmeda y atenta a cada una de sus caricias.

El día volvió a cambiar apenas haciéndolos consientes en su seductora y perfecta fantasía juntos por fin.

 

+++++++++++

 

Pasaron tres meses y los sirvientes del aclamado pintor Hallward Basil se acostumbraron a la presencia cada vez mayor y más íntima del estudiante Addleton Ethan.

Lejos y enterrados quedaron los días donde el querido hombre se encerraba en su estudio mirando una pintura que nunca acabo, pero ahora la novedad bien recibida era que el artista estuviera toda tarde y parte de la noche ahí, pintando una cosa tras otra, acompañado de su pareja.

Las doncellas y mayordomos sonreían contagiados al pasar por el estudio, sala o habitaciones privadas del extranjero, escuchando la risa casi inocente y llena de felicidad absoluta.

Con el fácil aprecio que despertó en sus empleados llevado de la mano por la preocupación de su anterior situación, lo común ahora era que alegraran viéndole sonriente, vivo y lleno de una filosofía romántica y profunda, todo a causa del joven sencillo Chaton, que inmediatamente también fue valorado por los hombres y mujeres que con gusto le servían a él también aunque no viviera en el lugar.

La bella casa a fueras del sector 11, rodeado de unas cuantas hectáreas llenas de flores, árboles y pequeños animales, siempre estaba animada y cuidada. Por todos lados se manifestaba el estado anímico del dueño, que con un solo cuadro gano reconocimiento absoluto y un lugar permanente en los corazones de los admiradores del arte.

Esa tarde con la visita del joven Addleton y su sonrisa plena alentando a sacar el lado más infantil y despreocupado del pintor, nada pareció cambiar hasta que el teléfono con conexión al lejano país de Londres, en un mundo retrogrado, cambio los pensamientos de la servidumbre.

El principal mayordomo tomo el teléfono especial, murmuro discreción y profesionalismo a los demás y tomo una respiración limpia antes de dirigirse al estudio.

Una vez más la risa y voces felices le recibieron en primer lugar. Tanaka sonrió discretamente, realmente odiando interrumpirlos cuando el señor Hallward estaba abrazando feliz y enamorado a su compañero mientras el Chaton le sonreía y charlaba animadamente, mirándolo como sólo podía alguien que veía a su amado como todo su universo entero.

Con la idea de que algo tan sólido y real no podía ser alterado con algo como una llamada telefónica, Tanaka se hizo presente, aclarándose la garganta y ya teniendo su atención, reverenciando respetuosamente a ambos.

-Lamento mucho interrumpir, señores… pero debo informar que la línea especial que instalo, señor, ha recibido una llamada de su mundo y país de procedencia: Londres. Lord Henry Wotton desea hablar con usted en la brevedad posible, de un asunto en sus palabras, apremiante.

El silencio tenso y la falta de movimiento en ambos le dijo lo que necesitaba incluso si no los miro y continúo en media reverencia.

-Contestare… -murmuro suavemente afectado el artista, mirando con expresión ilegible a su pareja. -¿No te molesta, Ethan?

-Adelante… -sonrió el joven separándose de él, dándole una mirada que no podía ser otra que de apoyo y comprensión. –Permaneceré aquí, Basil… -y dicho eso con honestidad beso su mejilla, levemente sonrojado. Tanaka escondió una sonrisa por la expresión aturdida de su señor.

Sabiendo que se le podía necesitar permaneció alejado educadamente, viendo de reojo con curiosidad.

-¡Basil, amigo mío! ¡Mirarte y ver apenas algo de los viejos días en ti! Una increíble y dichosa sorpresa que no pensé vivir lo suficiente para admirar…

-¡Harry! Me tendrás que disculpar, no te había reconocido yo a ti: he cambiado mucho. Bienaventurados han sido mis días en eterna primavera donde no toca la menor tragedia. Mi ser y pensamientos han tenido una gran revolución que casi me provocan a vanagloriarme. Pero dejemos de lado tales frivolidades sin lugar en una amistad tan vieja como la nuestra e infórmame, sin premura, el mayor, tanto como el menor de tus motivos para buscarme y sorprendentemente encontrarme.

-Méritos más importantes se han dado a mediocridades, mi querido Basil; temo no seré admirado por la proeza de buscar tu paradero. Es, sin embargo, una actitud inteligente no reñir con tales amargos resentimientos y dejarlos ir. Al igual debo hacer a un lado la feliz mutua sensación al reencontrarnos incluso a través de esta compleja y misteriosa tecnología, para darte una noticia que me ha conmovido hasta mis huesos, como tanto un poco menos a nuestra sociedad…

-Habla y no calles llegado a tal cruel nivel de preocupación despertada en mí, Harry. ¿Qué ha ocurrido en mi ausencia que no debió ser tan larga?

-¡La muerte, Harry, la muerte! Ella, tan elegante y poderosa, con una cita imborrable para cada uno de nosotros, es la cruel y quien ciega no tiene reparo entre un ser u otro. Esta desdichada ocasión, antes que a ti, a mí, o a empresarios y políticos corruptos, ha llegado ante nuestro querido y desafortunado Dorian…

-Harry… que tu boca atrevida y conocedora no me esté jugando una vil broma absurda… -susurro Basil con ojos amplios llenos de miedo.

-Tentar así mi suerte nunca ha sido mi mayor meta, deberías saberlo, Basil. No, es cierto. No hará una semana, en una noche particularmente agradable que no auguraba tal desgracia, que se escuchó un grito espantoso que despertó el sueño y temor de muchos. Poco sé sobre eso, más no por falta de información, la cual fluye con deleite de aludidos y extraños. Nada quiero saber salvo el irrefutable hecho de que ese joven prodigio ha desaparecido.

-Incluso ante nuestra singular relación, Harry, me logra sorprender el ofenderme de tu reacción; pero he cambiado, madurado incluso, y tomare aquel consejo de no gastar tiempo por aquello. Si el motivo de esta llamada fue hacerme consiente, date por satisfecho, y por última petición a nuestra antigua amistad, no me busques más, menos con detalles engorrosos que no tiene cabida en mí satisfecha vida.

-Es claro sin el menor esfuerzo que buscar refugio en aquel absurdo mundo te ha hecho motivo interesante de análisis, Basil. ¿Cuántas más novedades nos debemos?

-Las suficientes para no tratar de abordarlas, debo decir. Mi vida ha tenido raíces y cosas hermosas en este sitio idílico, que como en tiempos más amables alguna vez dijo el triste fallecido, no compartiré, pues sería como ceder una parte que me pertenece.

-¡Que terriblemente injusto te has vuelto!

-Por más bien que el mío, te lo aseguro. Lo he aprendido en estos dichosos meses, tanto como lo difícil que es no ser injusto con lo que uno ama incluso con otra persona querida.

-Si nunca se habla de una cosa, es como si nunca hubiese sucedido, querido Basil…

-Es por eso que prefiero vivir en lugar de hablar, Harry- rio el pintor y miro de reojo al abochornado y dulce Chaton, mostrando sin obstáculo su gratitud y felicidad en su larga colita energética.

-Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo. Veo que tu situación ha cambiado, Basil… Enhorabuena, si eso otorga grandes cosas de regreso al mundo que te lo entrego de principio.

-¡Las mejores obras de mi vida, y continuaran, sin detenerse esta vez!

-Abordando el temperamental tema de tu arte, Basil; fue encontrada intacta, brillante y majestuosa tú mejor obra en Londres: el retrato de Dorian Gray.

-Signo agradable de mi cambio el que no me afecte ni sorprenda tu declaración, Harry. ¡Ni curiosidad alguna! ¿Por qué lo mencionas? Con el agradecimiento y al final odio que manifestó Dorian por mi trabajo, evidente podría llegar a ser la idea de que se le entierre con él. ¿No era su mayor obsesión que no fuese vista por nadie, ni siquiera su creador?

-Palabras necias y un capricho rebelde para una personalidad como la suya, Basil. ¡Tú mayor trabajo en las mejores condiciones! Un recuerdo honesto e inalterable de la flor que por fin sucumbió como no lo hizo por los años.

-Al igual que no menguo tu deseo por adquirirla, puedo notar.

-Aumentaron con la desgracia, es cierto. Tan inesperada y grande la vanidad de nuestro joven amigo, que no dejo testamento ni voluntad por el retrato. Y aunque soy terriblemente consiente de tu opinión sobre ella, espero no te opongas a que la compre. Deseo con fervor excusado por la perdida y edad, aferrarme al recuerdo de aquellos días dichosos y novedosos al conocerlo tan inocente y lleno de juventud inexperta, bella y admirable.

-Influenciable- sonrió Basil con lastima antes de negar, cerrar los ojos por un instante y luego mirar con añoranza todo lo que le rodeaba en esa nueva y gratificante etapa de su vida. –Sólo espero el tiempo que Celes me otorgo como Protegido expire para solicitar la ciudadanía, Harry; mis lazos sin embargo, fueron cortados de raíz con Londres al tomar la capsula espacial. Lo que suceda en Londres, en Londres quedara. Traje todo lo que necesite conmigo, y he dado el trato justo que merecía. Si algo quedó ahí, libre es para quien lo posea en primer lugar.

-¡Sabio y cruel es el tiempo, Basil! Aunque me revolotean en los oídos tus palabras de aquella confesión que no cediste al mismo Dorian hasta tiempo después, terminas zanjando el tema de esta desconcertante manera. ¡Nunca lo pensé de ti!

-Hay mucho de eso, no lo dudo. Siempre tuviste la opinión de mi persona sobre ser aburrido y otras tristes conclusiones. Pero fueron opiniones de un solo ser.

La mirada divertida, tranquila y juguetona, la sencillez y poca importancia. Ethan suspiro viéndolo tan libre de aquel triste pasado que no tenía más poder sobre él.

El resto del intercambio no tuvo importancia para él, pues escucho lo que su corazón más anhelaba y ya había visto signos en los enamorados y plenos ojos de su amante.

Dorian Gray perdió toda influencia sobre Basil antes de su muerte.  

 

+++++++++++

 

-¡Por tu ciudadanía en pleno derecho de Celes, mi graduación y la mágica, caprichosa y exuberante felicidad que ofrece ahora la vida en su dichosa cara favorecedora!- brindo Ethan imitando la filosofía de su amado, logrando su sonrisa y el chocar de sus copas.

-¡Por todo eso y más!- simplemente dijo el pintor y le guiño en una relajada actitud naturalmente adquirida de una fácil y satisfactoria vida en Celes.

Ambos bebieron sin dejar de ver al otro, con sus manos libres entrecruzadas. En la mano izquierda de Ethan, en su dedo anular, un hermoso, caro y simple anillo de compromiso reposaba desde que él termino oficialmente las clases de la universidad.

Días después había ido por su título y lo celebraba con su pintor, feliz por todas las sorpresas que se acomodaron sin problemas en su vida.

Basil le miro con amor y se perdió varios minutos en silencio observándole, acariciando su cabello ahora permanentemente suelto para agradarle. Un suspiro abandono sus labios entreabiertos en una sonrisa perezosa y satisfecha.

El apetecible momento se interrumpió con la llegada de una de las doncellas trayendo el cuadro de Ethan. Él sonrió emocionado y se levantó de un salto, sobresaltando y sacando de su encanto a Basil.

-¿Es la obra que presentaste para recibirte?- pregunto al mismo tiempo que Ethan agradecía a la mujer y con cuidado ponía la obra cubierta apoyada en uno de los sillones.

-Lo es. Le pedí de favor a Yukina-sama que lo mandara a tratamiento especial; ya sabes, para que no le suceda nada y se mantenga así el mayor tiempo posible.

-Compleja y confusa tecnología… -murmuro levemente ceñudo él. Ethan rio entre dientes por su habitual opinión sobre que el arte no debía asociarse con la tecnología.

Lo ignoro, nervioso tomo su mano y lo levanto del sillón, dirigiéndolo hacia la obra, y ya teniéndolo ahí le sonrió emocionado, agarrando un extremo de la manta especial que escondía el contenido.

-Esto me otorgo una gran crítica de mis superiores… y aunque me ofrecieron muchas cosas, decididamente me opuse. Acepte ser tu representante, casarme y vivir contigo… pintar por el recuerdo de mi madre y plasmar la felicidad y belleza. También decidí desde el principio que esto debía ser tuyo, Basil…

-Ethan… -susurro sorprendido, halagado y feliz el pintor. –Mencionaste eufórico que era tu primera verdadera y gran obra. No dejaste que nadie salvo los inevitables la vieran. ¿De verdad…?

Ethan no le dejo acabar su pregunta, esperando que al descubrir su pintura fuera contestada cualquier duda que tuviera.

Otro gran y maravilloso cuadro debía ser pintado en el futuro con la reacción de Basil al mirar.

Energéticamente moviendo su colita, Ethan también miro su trabajo. Era la casa donde ellos vivirían de ahora en adelante, con ambos tomados de las manos, uno en frente del otro, mirándose, demostrando sin límite ni remordimiento lo que sentían.

El fondo ya hermoso y esmerado fue casi irrelevante comparado con las figuras que pinto Ethan de ambos, las expresiones, sobre todo la de Basil, guiándose en ese preciso momento cuando comenzó a ser su modelo y lo halago.

Basil le había dicho ese día que no existía nada que el arte no pudiese expresar; Ethan meses después, dichoso y extasiado, podía agregar que en el arte como en el amor, la ternura es lo que da la fuerza para expresar aquello que se desea. Y Ethan lo había logrado con orgullo.

-Si todo retrato que haya sido pintado con sentimiento es un retrato del artista, no del modelo… entonces estoy bien con entrégate esto. Perdonaras que me haya metido en el cuadro, pero prometiste no dejarme mientras yo no lo hiciera… y porque no tengo la menor intención de hacerlo… permaneceremos juntos… también en este cuadro, Basil.

-Mi dulce ángel… te diría que calles, que cada palabra tuya me sumerge más en ti y el amor que siento, pero es tarde, nunca quise luchar contra ello. Dichoso te entregare y aceptare todo lo que nace estando juntos…

Ethan rio sollozando un poco, mirándole lo más honesto que pudo.

-Me esforzare todo lo que pueda para continuar siendo tu modelo, tu ideal perfecto en todo momento...

-No es una forma de expresión, de actuar, ni un pensamiento, Ethan. Eres mi tesoro e ideal porque eres tú en forma pura y sin adulterar. Tu personalidad incluso cambiando me fascina. No necesito, ni quiero, que finjas nada a mi favor...

-Precisamente a eso me refiero, mi amado- sonrió plenamente feliz, radiante y con amor Ethan antes de lanzarse a sus brazos y besarlo con total demostración vaga de todo lo que sentía por él y Basil correspondía igualmente.

 

Fin.

 

Notas finales:

Y ya :')

Este fue el lemon que mas me ha gustado hasta el momento escribir. Sin duda repetire la experiencia con otro proyecto si puedo xD

 

Agradecer cualquier dulce comentario. Muchas gracias por leer y cositas bonitas para ustedes >///<

Cuidense; los veo en otros escritor mios locos ;)

 

Christal Celeste de Garcia <3

28/11/2015. 12:13 am, Sabado.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).