-Entonces se irán después de todo.- Dijo Alfred un poco desilusionado.
-Si… me ofrecieron un trabajo como profesor de lenguas y de historia en la universidad de Sorbonee en parís… tiene un salió excelente al igual que los horarios… así nunca descuidare a Ciel y a nuestros hijos. – Respondió Sebastián subiendo la última maleta al auto.
-Sabes que no es necesario que trabajes yo puedo mantener a los 4, además quería que tu heredaras la compañía y también quiero conocer a mis nietos cuando nazcan.
-Lo sé pero quiero trabajar por mí mismo y darle a mi familia lo que necesite, no te preocupes si así lo deseas algún día me hare cargo de la compañía y cuando nazcan nuestros bebes te invitaremos a que los conozcas.
-(suspiro) está bien, Espero que les vaya bien- Dijo resignado el mayor.
Mientras tanto en una de las habitaciones de la mansión.
-¡¡NO ME GUSTA, NOLO QUIERO USAR!!- Grita un Ciel furioso por la ropa que traía la cual era un hermoso vestido roso y un lindo laso rosa en el cabello (n/a: les deje el link hasta arriba para que lo vean)
-Vamos Ciel te ves hermoso vestido así… Además Grell-san dijo que lo mejor era que empezaras a usar ropa holgada.- Decía sonriendo Trisha mientras miraba al menor haciendo berrinche por aquel lindo traje.
-¡¡Pero no tengo porque usar vestido aun soy hombre aunque este embarazado, además porque tiene que ser rosa ni siquiera sabemos si van a ser niñas o niños!!-
-Bueno no tienes que usarlo pero harás sentir mal a Meyrin y a Finny ellos fueron los que te lo compraron- Dijo la mujer un poco decepcionada pues el niño realmente se veía hermoso.
-(suspiro) bien lo usare- Por fin se resigno.
Entonces se escucho que alguien tocaba a la puerta de la habitación para segundos después ver a Meyrin entrar por ella.
-Joven Ciel el señor Sebastián lo está esperando en la entrada, todo está listo para su viaje- Cuando vio a Ciel no pudo evitar emocionarse- ¡¡Kyaaaaaaaa joven Ciel se ve tan hermoso con las ropa que le compramos, sabíamos que le quedarían maravillosas!!
-Gracias Meyrin… Enseguida bajo- Respondió sonrojado.
De nuevo en la entrada de la mansión Sebastián seguía hablando con su padre pero se distrajo al ver a su prometido bajar por las escaleras con ese hermoso vestido. Se acerco a el extendiéndole una mano ayudándole a bajar los últimos escalones.
-Nene estas hermoso con ese vestido- Dijo realmente embelesado con la belleza de Ciel.
-Jeje Gracias mi amor me lo han dicho mucho hoy- Respondió sonriéndole.
-Pues no te han dicho más que la verdad- Se agacho para darle un beso tierno en los labios al menor el cual correspondió gustoso.
-jeje si-
-Bueno… Espero que les vaya bien en su viaje, y no duden en que pronto iré a conocer a mis nietos- Se despedía el mayor de su hijo y yerno.
-Los esperaremos con gusto - dijo Ciel despidiendo con una sonrisa
-les avisaremos cuando nazcan... hasta luego padre.-también se despidió Sebastián- mi amor ya es hora de irnos o perderemos el vuelo.
-si vámonos - dijo tomándose de la mano del otro.
Los 2 se subieron a un auto el cual era conducido por Bard y los llevaría al aeropuerto.
Después de llegar al aeropuerto y de por fin de más de una hora bordar el avión los 2 tomaron asiento en su lugar en primara clase, Ciel de lado de la ventana y Sebastián a su lado.
Pero el menor tenía un rosto mal humorado lo que el mayor noto rápidamente.
-¿nene que tienes?-preguntó preocupado.
-no me gusta- dijo para después voltear enojado a ver a Sebastián- no me gusta que crean que soy mujer.
Se quejó el ojiazul ya que antes de subir al avión uno de los guardias de las puertas lo llamó señorita.
-vamos mi amor. No puedes culparlo con ese lindo vestido realmente pareces una hermosa chica y con esa adorable pancita de embarazo aún más.-Dijo sonriéndole para que no se enojara pero al parecer no funcionó ya que de los ojos de Ciel comenzaron a salir muchas lágrimas mientras también sollozaba asustando a Sebastián.
-¡¡¡aaaaaaaah!!!- Ciel comenzó a llorar con fuerza- ¡¡¡lo sabía aaaaaah tu quieres a una mujer a tu lado no a mi... aaaaaaaah no me quieres!!!- seguía llorando haciendo que las demás personas los voltearan a ver.
-Nene cálmate no llores. Sabes que eso no es verdad - decía alterado y asustado por el llanto del menor.
-¡¡¡aaah nos vas dejar, no te importa que este embarazado, tampoco quieres a los bebés!!!- decía sin escuchar a su prometido y sin dejar de llorar.
-que mal hombre- dijeron un matrimonio que estaba sentado ser a de ellos - embarazar a ese pobre niño y después querer dejarlo.
-¡¡No es verdad!!- les gritó Sebastián enojado a esa pareja. Notando que todos los del avión lo miraban mal.
-¡¡¡CALMATE YA!!!- grito enojado el mayor volteando hacia Ciel provocando que llorara más fuerte por haberlo asustado y gritado.
-!!!AAAAAH!!!-no dejaba de llorar y Sebastián no sabía qué hacer.
-Que desconsiderado-decía una mujer sentada al otro lado del avión- pobre pequeño ese hombre debe de tratarlo muy mal. Mira que gritarle así a la persona que lleva a sus hijos dentro - al escuchar a esa mujer provocó que se sintiera aún peor por gritarle a su niño.
Entonces un hombre de mediana edad se le acerco y le dijo algo al oído el ojirojo sólo asintió y se acercó más a Ciel para abrazarlo. Al hacerlo ciel se calmó casi de inmediato ya sólo se escuchaban sus sollozos.
-Perdóname nene no quise gritarle así...-dijo arrepentido.
-snif Seb - Ciel se sujetaba da la camisa de Sebastián ocultando su rostro en el pecho de este. -Tu prefieres a una mujer snif.
-No mi amor, yo te amo... dije lo del vestido porque pensé que te haría sentir mejor... aunque te ves lindo con el vestido pero sólo porque eres tú. Además yo jamás los abandonaría ni a ti ni a nuestros bebés- dijo levantándole el rostro y dándole un dulce beso en los labios el que el menor correspondió.
Ciel se volvió a acurrucar en el pecho de Sebastián para quedarse dormido poco después.
-(suspiro) por fin se calmo- Dijo el ojirojo relajándose porfión, ya después de que el vuelo había despegado.
-Las hormonas los ponen muy sensibles ¿no es así?- dijo el hombre que le hablo anteriormente.
-Jeje si, a veces no se qué hacer cuando se pone así, me asunto y termino enojándome- Respondió acariciando la cabeza del ojiazul.
-Son cosas normales en los padres primerizos pero vera que poco a poco aprenderá así fue también con mi esposa al principio… bueno lo veo cansado también usted así que los dejare descansar- Dijo el hombre para despedirse e iré de nuevo a su lugar.
-Si muchas gracias- Sebastián se despidió para después también dormirse abrazando más a su niño ya que pronto llegarían a su destino y empezarían una nueva vida a lado de él y sus hijos que estaba a poco tiempo de llegar al mundo con ellos.
Continuara…