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Mi Lindo Sirviente. por CielMichaelis

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Notas del capitulo:

y uno mas de regalo :3 ^.^

14-diciembre

Era alrededor de las 7 de la mañana  Ciel se levanto temprano para vestirse con lo mejor de su ropa que encontró, se dirigió a la cocina para tomar la el desayuno de su amo no lo prepararía el ya que no sabía cocinar solo lo llevaría a su habitación. Tomo la bandeja de plata ignorando todas las indirectas a su persona de los demás sirvientes, este día nada lo arruinaría estaba decidido a pasarlo bien.

Ciel entro a la habitación coloco la bandeja sobre una mesita del enorme cuarto, abrió las cortinas y se acerco a Sebastián poniendo una rodilla sobre la cama para alcanzarlo y comenzar a moverlo.

-Sebastián…- Lo movía pero este no contestaba- Sebastián levántate ya- dijo moviéndolo más fuerte.

-Hmmm- Sebastián solo se removió un poco entre las sabanas.

-Vamos Seb ya es hora- Volvía a insistir Ciel jalando la cobijas pero sin éxito así que solo soltó un suspiro.

En ese momento en un rápido movimiento Sebastián jalo a Ciel haciendo que quedara acostado junto a él en la cama justo frente a su rostro lo que izo que el pequeño se sonrojara comenzando a removerse para alejarse del mayor y que este no viera su rostro totalmente rojo.

-S-Sebastián te he dicho que no hagas esto- Dijo Ciel poniéndose rápido de pie.

-Jeje perdón es que tu cara se ve muy linda cuando se sonroja- contesto el mayor poniéndose de pie y estirándose- creo que hoy no tengo ganas de salir me quedare en mi habitación.

-¿Qué? Pero, pero… Lo prometiste- Dijo Ciel mirando a Sebastián con enojo. Había estado esperando con tantas ansias a que amaneciera esperando a que llegara este día hacia ya mucho tiempo que no se sentía emocionado por su cumpleaños, para que de repente Sebastián lo olvidara y lo dejara plantado olvidándose de que él lo había invitado a tener una cita con el… bueno tal vez no era una cita solo saldrían por un rato pero él se había sentido tan feliz cuando se lo pidió que no cavia en su cabeza que lo hubiera olvidado de un día para otro.

Los ojos de Ciel se estaban llenando de lágrimas pero sin dejarlas salir-Bien- Dijo Ciel con obvio resentimiento en su vos, se dio media vuelta y se fue.

-Ciel espera- Dijo Sebastián tratando de seguirlo. Lo busco por toda la mansión incluso en las habitaciones de los sirvientes pensando que dormía hay pero no lo encontró.

Ya se estaba desesperando eran las 11 de la mañana llevaba más de 3 horas buscándolo, cuando se encontró con el jardinero uno de los pocos sirvientes que no trataban mal Ciel y a veces le hablaba.

-Finny ¿Has visto a Ciel? no lo encuentro por ningún lado ni siquiera en las habitaciones de los sirvientes y me estoy empezando a preocupar- dijo Sebastián ya bastante desesperado por no encontrar al menor.

-Amo no encontrara a Ciel con los demás sirvientes su habitación no está hay- dijo el jardinero mirando a su amo.

-¿Entonces donde duerme él?- Pregunto Sebastián preocupado.

-El señor Robert le asigno la habitación que esta junto al bosque en la parte trasera de la mansión-dijo Finny algo extrañado.

-¿Te refieres a la vieja bodega?-Dijo Sebastián sorprendido.

-así es amo, me sorprende que no sepa todos en la mansión lo saben-

Sebastián salió corriendo en busca del pequeño, cuando llego lo vio dentro de la pequeña choza donde el menor yacía boca abajo recostado en su cama.

 

-Ciel- Lo llamo el mayor, se detuvo y miro un momento la habitación, era muy pequeña en ella solo tenía una pequeña cama con un colchón viejo con frazadas iguales a este junto a él una mesita de noche y un cofre donde supuso que el menor guardaba sus cosas y sin contar lo maltratado del lugar incluso con parte de la ventana rota.

 

El ojiazul volteo a verlo con sus ojos algo rojos se notaba había estado llorando 

-¿S-Sebastián que haces aquí?- dijo sentándose en el borde de la cama dándole la espalda.

-Eso mismo te iba a preguntar yo porque estás aquí-Contesto el mayor mirándolo extrañado.

-Es mi habitación no tiene nada de malo-

-Sé que es tu habitación pero Ciel esto es una bodega- en menor no dijo nada a lo que Sebastián solo suspiro- Además ¿se te olvida que hoy teníamos una cita por tu cumpleaños?

Ciel voltea a verlo sorprendido- P-Pero yo pensé que tu lo habías olvidado t-tu dijiste que…-

Sebastián se pone frente a él colocándose a su altura para abrazarlo para lo que el menor se sonroja. –No seas tonto, claro que no lo olvide solo quería jugar contigo un poco… y bien ¿Listo para irnos.

Ciel solo sonríe y asiente mientras salen de la habitación tomados de la mano.

Sebastián y Ciel toman un taxi rumbo a la feria a Ciel iba mirando por la ventana como un niño pequeño emocionándose por casi todo lo que veía, mientras Sebastián lo observa mientras le sonreía.

Pasaron casi todo el día en la feria, cuando fue momento de regresar la lluvia los tomo por sorpresa, entraron corriendo a la mansión y al cuarto de Sebastián. Ya hay Ciel se disponía en irse a su habitación.

-Gracias Sebastián me divertí mucho… - Le dio un abrazo al mayor y estaba a punto de abrir la puerta cuando la voz de Sebastián lo detuvo.

-¿A dónde vas? haya afuera hay una tormenta y en esa pequeña bodega donde duermes te enfermaras… esta noche dormirás aquí- dijo mientras le arrojaba una toalla para secarse –Quítate esa ropa y ponte la toalla o te resfriaras me iré a bañar y después iras tu.

-¿En tu baño?- Pregunto Ciel sonrojado.

-pues donde mas…jeje no te preocupes- Contesto  el mayor con una sonrisa.

Sebastián se metió a bañar cuando salió vio Sebastián sentado en la cama cubierto solo con una toalla al verlo casi se desangra por la nariz así que sin verlo se dirige hacia el armario toma algo y se lo arroja a Ciel.

-Lo siento es lo único que te puede quedar… anda ve a bañarte- le ordeno el ojirojo

-Gracias- Ciel tomo la ropa y se dirijo al baño a lo que Sebastián solo suspiro.

Paso un largo rato y el menor no salía del baño así que Seb se acerco y toco la puerta del baño.

-Ciel ¿Sucede algo?- Como no obtuvo respuesta decidió entra por su cuenta al abrir la puerta vio a Ciel parado frente a él vestido con una camisa blanca de Sebastián que apenas le llegaba un poco más abajo del muslo. “no puede ser se ve muy lindo” pensaba Sebastián al verlo así vestido y con un enorme sonrojo en su rostro.

-Seb-Sebastián Etto –Hablaba Ciel algo nervioso.

-¿Que sucede?- Respondía el mayor también un poco sonrojado.

-E-Es que yo n-no tengo rompa interior- Contesto agachando la cabeza para desviar su mirada avergonzada al ver al mayo parado frente a él.

Sebastián estaba a punto de desangrarse por la nariz al imaginarse que debajo de ese camisón el pequeño estaba completamente desnudo.

-N-no importa ven- Dijo dirigiéndose a la habitación siendo seguido por el menor.

Al entrar Ciel vio que la habitación estaba todo oscuro en el centro había una pequeña mesa con dos cillas con un pastel y velas encendidas al acercarse vio que el paste decía feliz cumpleaños Ciel a lo que no pudo evitar sonreír. Los dos se sientan a la mesa.

-Gracias Seb… p-pero ¿Por qué te comportas así conmigo? es decir ¿Por qué eres tan bueno?- Decía el menor con la cabeza baja el mayor se acerca y lo toma de la barbilla para levantarle la cara y darle un beso en la frente.

-porque te quiero- Ciel abre los ojos sorprendido mientras en su rostro aparecía un leve sonrojo haciendo ver más lindo y tierno.-Jeje ten es tu regalo Feliz cumpleaños nene- Sebastián le acerca una caja envuelta con un hermoso papel color azul y adornada con un listón rojo.

Ciel abre la caja con emoción y saca un hermoso peluche de conejo vestido con un lindo chaleco azul, un listón del mismo color y un parche negreo en el ojo derecho. Lo toma fuertemente entre sus brazos y comienza a sollozar soltando unas pequeñas lágrimas por lo que el mayor se preocupo y lo abrazo.

-Ciel ¿Qué ocurre porque lloras? ¿Estuvo mal que te diera esto? Lo lamento es que vi como lo mirabas en el aparador y pensé que tu lo querías-Decía Seb preocupado.

-No no es eso Seb e-es que cuando cumplí 10 años mis padres me dieron uno igual, se quemo en el incendio de mi casa desapareciendo con la vida de mis padres- Ciel trataba de parar de llorar lo que le era imposible- snff snff… ya son 4 años… 4 años de que ellos se fueron… 4 años de que no los pude salvar s-soy un inútil todos en la mansión tienen razón no sirvo para nada soy débil e inservible-

-Ciel no digas eso… tu eres perfecto como eras y estoy seguro que donde tus padres ellos te aman y te cuidan- Decía Sebastián abrazando con más fuerza al menor que aun lloraba en sus brazos.

-Gracias Seb… pero aun los extraño- contesto recostándose en el pecho del ojirojo

Este lo separa un poco de él y con una mano limpia las lágrimas que corrían por esos ojos azules.- ¿Ya estas mejor? ¿Qué tal si comemos un poco de pastel?-Sonriendo.

-si- Contesto en pequeño regalándole una sonrisa angelical al más grande.

Los 2 comieron paste mientras lo acompañaban con te bueno Ciel lo tomaba con leche y miel ya eran más de media noche  se notaba que el menor ya estaba cansado.

-Seb estoy cansado dormiré en suelo-

-¿Qué? No, tu duerme en la cama yo dormiré en el suelo-

-P-pero Seb hace frio… Seb ¿p-podemos dormir juntos?- Preguntaba Ciel con la cabeza cabizbaja y sonrojado.

-jeje claro- los 2 se recuestan Ciel se acurruca en el pecho de Sebastián mientras abraza el peluche que le regalo, mientras el ojirojo lo abraza y le da un beso en la frente cobijando a los 2.

A la mañana siguiente Sebastián se levanta al baño y cuando regresa ve una de las imágenes más tierna que ha visto alguna vez a Ciel recostado en la cama durmiendo con el pijama un poco desacomodada y abrazando el conejo que le dio la noche anterior haciendo que le volviera a brotar sangre de la nariz.

-A este paso moriré desangrado- Decía Sebastián mientras se limpiaba la sangre.


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