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Mi Lindo Sirviente. por CielMichaelis

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Los 2 se encontraban sentados en la cama besándose sin importar que el ojiverde seguía ahí mirándolos.

-Ejem- se aclaró la garganta y los otros dos lo bolteron a ver algo sonrojados ya que habían olvidado por completo que se encontraba aún ahi- antes de que sigan con su muestra de afecto delante mío tengo que darles algunas indicaciones.

-A sí deacurdo- contestó ciel que aún seguía algo avergonzado por que Grell los había visto tan cursis, Sebastián sólo sonreí al ver la reacción de su pequeño.

-Primero que nada deben saber que tu embarazo es algo delicado ya que tu cuerpo es muy joven y no se a desarrollado por completo así que es preferible que por ahora eviten tener relaciones sexuales al menos por 3 meses hasta que el feto este más desarrollado.

-Si entiendo- dijo el menor mientras se abrazaba a Sebastián-

-Entendido Sebastián ? Nada de sexo... maldito pedófilo- reprochó el peli rojo.

-Haa- el ojirojo suspiro y asintió con la cabeza por el reproche de su primo.

-Bueno como decia... el embarazo será igual como si fuera el de una mujer tendrá los mismos síntomas y todo- dijo sacando un libro de su maletín y entregandocelo a la pareja- esto les ayudará para que se informen más, yo llevaré el seguimiento así que si tiene alguna duda no duden en preguntar...creo que por ahora los dejaré solos, deben tener cosas que platicar.

-Si gracias grell- agradeció Sebastián mirando como el otro se dirigía a la puerta para salir.

-No te preocupes sebas-chan todo por mi primo favorito...aunque tal vez después pida una recompensa-mandándole un beso al momento de salir de la habitación lo que ocasionó que al peli negro le diera escalofríos.

Ya por fin ciel y sebastian se quedaron solos en la habitación. El mayor sé acerco a Ciel quien ya se encontraba sentado en la os de la cama acariciando suavemente su vientre con una sonrisa tierna en su rostro, Sebastián se acerco y se Inca frente a él abrazandolo y pegando su rostro al vientre de este lo que ocasiona que se sonrojara.

-Un hijo tuyo y mio... que lindo suena-decía tiernamnte Sebastián abrazando más ciel quien sólo sonreía.

-Pensé  que no querías hijos- Dijo el menor arqueando una ceja.

-Yo no dije eso… yo dije que no era el momento- respondió volteándolo a ver.

-¿Y ahora lo es? Solo ha pasado un mes desde aquella vez-Se oía algo de duda en voz de Ciel, ya que el realmente deseaba al bebé pero dudaba que fuera el momento correcto para tenerlo.

-Sea el momento o no el ya está por venir y no queda más que esperarlo con los brazos abiertos- Sebastián le sonrió para después acercarse y darle un beso en los labios.

-Seb pero ¿qué hay de tu padre? Yo a él no le agrado ni siquiera sé porque me trajo aquí si me odia.-

-El no te odia, simplemente… el siempre ha sido así o al menos conmigo- la voz del mayor se oía algo triste.

-No te pongas así mi amor- Le da un beso en los labios.

-Me da miedo ser como mi padre y que nuestro hijo me termine odiando- Sebastián se abrazo mas a Ciel quien correspondió el abrazo de forma tierna.

-No serás como tu padre, eres mejor que él, tú me hiciste ser feliz otra vez- Ciel le levanta el rostro al mayor para verlo y darle un beso. Los 2 por un rato se quedan recostados sobre la cama dándose tiernos besos sin ninguna otra intención hasta que uno de los sirvientes llama a la puerta y los 2 se sientan en la cama.

-Tsk que molestia… adelante- respondía Sebastián y una chica de pelo rojo oscuro y con lentes entro en la habitación - ¿qué ocurre Mey Rin?

-a-amo su padre lo llama por teléfono- Respondió la sirvienta sonrojada por imaginarse lo que ocurría en esa habitación.

-Enseguida voy… ¿podrías quedarte un momento con Ciel?- Decía el pelinegro mientras se dirigía a la puerta.

-Claro amo-ya había pasado unas semanas desde que algunos de los sirvientes le había empezado a halar de nuevo a Ciel ya que Sebastián por fin avía despedido a Ángela quien se fue de muy mala gana y había amansado a Elena sobre volver a molestar a Ciel así que almenas algunos de la mansión ya le hablaban, entre ellos Mey Rin quien se hiso muy buena amiga del menor.

-Joven amo lo veo muy feliz hoy, pensé que estaba enfermo- dijo la pelirroja sentándose junto al menor.

-Mey Rin te he dicho que no me digas así yo no soy tu amo- decía sonriéndole a la de los lentes.

- lo siento Ciel jeje… pero ¿puedo preguntar porque esta tan feliz?-

-jeje bueno Etto veras…-decía Ciel un poco apenado- ¿tú sabes que es un doncel?- la joven asintió con la cabeza-bueno pues yo soy uno y Seb y yo…estamos esperando un bebe.-

-Kyaaaaaaaa QUE HERMOSO- gritaba sorprendida Mey Rin mientras un hilo de sangra salía de su nariz- muchas felicidades Ciel espero que tu y el amo Sebastián sean muy felices.

-gracias Mey Rin yo también espero que lo seamos-

Mientras tanto en otra habitación Sebastián conversaba molesto con su padre por teléfono.

-¿Ahora qué quieres?- refutaba el ojirojo.

-¿Esa es la forma de hablarle a tu padre muchacho?- Respondió el padre de este

-estoy ocupado date prisa-levanto un poco la vos

-Hmp… eres igual que tu madre… yo no te crie de esa forma-

-exacto tú no me criaste-

-como sea… llame para avisarte que regreso la próxima semana-

-¡¿Qué!? Pensé que tardarías mas en regresar- Dijo sorprendido Sebastián, no se esperaba que su padre fuera a regresar tan pronto, sería un grave problema si descubría su relación con Ciel no solo porque él era mayor y ambos eran hombres sino porque el menor esperaba un hijo de este.

Sebastián tenía planeado que después de que Ciel diera a luz llevárselo a él y a su hijo a Francia antes de que regresara su padre, podrá llevárselo ahora pero con el estado del embarazo de su niño podría ser un poco peligroso y más si este no estaba acostumbrado a viajar en avión, ahora ¿Qué aria?.

-Pues pensaba tardar más tiempo pero al parecer Trisha (N/A: Amante por la que dejo a la madre de Sebastián y después se caso con ella) no se ha sentido bien entonces últimos días así que regresaremos para que descanse.

Sebastián se quedo callado no sabía qué hacer temía que su padre regresara y descubriera lo suyo con Ciel y quisiera lastimarlo o hacerle algo que dañara a su hijo. Cuando Seb era niño no solía tener muchos amigos ya que su padre no le permitía jugar con otros niños ya que decía que eran inferior a él y sin importar nada ningún amigo le duraba más de una semana ya que por alguna extraña razón dejaban de hablarle o l tenían miedo. Ahora temía por el bien de su querido niño y el pequeño que venía en camino ¿Qué aria?

-Sebastián ¿sigues ahí?- Pregunto el padre de este.

-S-Si aquí estoy- Respondió el ojirojo nervioso

-Bien entonces nos vemos en una semana- Cuelga

-Adiós- Sebastián también cuelga y se siente un una silla detrás de el, con la mirada perdida- ¿Ahora qué vamos hacer?


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