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Especies por pk2solitarios

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Notas del capitulo:

Holas XD


Sasuke está en recuperación por eso no sale. Ya saben debe ponerse bello para el reencuentro, después de caer de semejante altura… bueno no quedo muy bonito que digamos.


Nagato comienza a tejer su telaraña, pues si no se tiene fuerza se tiene astucia y dos amigos leales. Aquí aparecen nombrados algunos de los capos de cada especie aunque aún  no se especifican de cuáles, a Excepción de Kaguya= Vampiro e Indra=Licántropo.


Naruto recuerda, Recuerda… Recuerda maldita sea  )XD


Sobre Hinata… simplemente diré lo siento.  Chica a veces las flores florecen a causa del dolor y dan a conocer sus espinas. 

Olvido II


 


Kaguya


Alzo sus manos al cielo en busca de ese resplandor que alumbraba las tinieblas. La sombra de sus manos no se dibujó en el suelo. Pero aun la pastura que se hallaba bajo este simplemente murió.


Torpemente se levantó del suelo y miro en todas las dirección. Él solo la contemplo anonadado, era la primera vez que veía un ser mágico y más uno como ese. Ella era simplemente un ser blanco. Tanto su pelo, sus ojos, su piel, sus ropas… Todo era blanco.


El hombre trato de retroceder, pero al hacerlo rompió unas ramillas secas tiradas sobre la pastura.


La extraña mujer giro y miro al intruso. Era el primero que veía desde hacía siglos-


-tu eres…- dijo la mujer de forma psíquica, el hombre torpemente por el susto de ser de cubierto cayó sobre el suelo- Un humano- concluyo la mujer acercándose al hombre, más cuando estuvo a punto de tocarlo se detuvo- Marcharte- indico la mujer mirando en dirección contraria.


-Kaguya- Oyó la voz de otro ser, un hombre que bestia solo piel de animales que recubrían sus partes nobles.


-Licántropo…- susurro Kaguya parándose firme. El hombre parecía no tenerle aprecio alguno, de hecho sus ojos la miraron con deseos de asesinarla.


-esos ojos…- Dijo Mirándolo despectivamente-Algún día te los sacare y comeré- Amenazo antes de desaparecer del lugar.


-Tsk- Chasqueo su lengua, estaba molesto, tanto buscarla y al fin daba con ella ¿para qué? Volvía a desaparecer. Sus ojos giraron y miraron al humano por breves momentos buscando si la mujer había cometido algún acto en contra de ese insignificante humano.  Al percatarse que nada había pasado simplemente giro y siguió su búsqueda.



Hinata


El festejo fue más de lo que ella imagino. Todos los licántropos de los cuatro clanes alrededor del fuego bailando en sincronía la danza tradicional, aullando a la luz de la luna bendiciendo la unión de ambos clanes mediante el matrimonio de dos nuevos alfas.


Miro tímidamente desde su esquina como Naruto parecía divertido correteando con el resto listos para la caza de osos gigantes para el festejo o cualquier animal de tamaño significativo. Las hembras por su parte después del baile se dedicaban a cantar canciones de agradecimiento a la madre tierra por todas las bendiciones.


Hinata puedo ver avergonzada que era la única que bestia un abultado vestido llamativo de color blanco como la luna llena. Mas el resto de las hembras solo bestia pieles que recubrían sus partes privadas y de accesorio esas colgantes de semillas, todas con la cabellera suelta y en el rostro pintado tres líneas en forma de garra. Miro sus manos, tan delicadas y agacho la mirada al suelo. Desde niña por nacer con una condición tan débil fue sobre protegida, ya estaba decidido que ella no podría con el papel de alfa, estaba destinada a ser esposa de algún alfa, por tanto su padre abandono toda idea de entrenarla o exigirle que se transformara en un lobo. Hinata por medio de Tsunade aprendió a transformarse, pero aun con su transformación siempre estuvo muy por debajo de los parámetros establecido por los licántropos. Era torpe, era lenta, pero sin duda muy hermosa, su pelaje tenía un brillo que era la envidia de todas las hembras. Y sus ojos blancos… Eran como dos lunas llenas reflejadas que hipnotizaba a la mayoría de los machos, sin duda todo su clan seguiría con gusto a Hinata como alfa, pues aun siendo débil era hermosa y su carácter compasivo y sumiso animaba a la nada a protegerla ya fuese macho o hembra y Sobre todo Tsunade jamas permitiría que alguien la lastimara, pues tras la muerte de la madre de Hinata en el parto ella no solo fue el beta del clan, sino que tomo el papel como su madre.


Las mejillas rojas de Hinata se resaltaban por su sonrisa que comenzaba a relucir y con ella una tímida pregunta:


-¿Dolerá mucho?-Pregunto a Su beta y madre de crianza


-Dolerá… en tu caso posiblemente más de lo normal, pero solo será las primeras veces y al inicio. Después sentirás un extraño placer que lentamente borrara el dolor- Dijo Tsunade a su pequeña alfa- Debes de resistir-Mientras Hinata se ponía más nerviosa- Es necesario el dolor para la vida… Pues esto demostrara que eres una mujer y que eres apta para procrear… Que eres fuerte y sobre todo: Un verdadero alfa.


Hinata comenzó a temblar. Siempre escucho de la primera vez de boca de sus amigas, todas decían que dolía, todas admitían que después divertido y las que se emparejaban admitían que era adictivo, pues era de nunca acabarse aquella atracción con su pareja destinada. El solo hecho de estar juntos alborotaba sus hormonas, algo fuera de lo racional, una especie de hechizo que solo parecía clamarse cuando esperaban un cachorro.  Simplemente el llamado de la naturaleza para preservar la especie.


-¿Crees que él es virgen?-Pregunto Hinata


-¿Por qué preguntas eso?- cuestiono Tsunade arqueando las cejas. Y es que eso era pedirle peras al olmo. Después de todo los machos eran… lentos en el aprendizaje, por tanto debían practicar con su pilili o jamas podrían dejar a una hembra satisfecha y menos dejarla embarazada, pues en su especie dependía mucho de la hembra aceptar los espermas del macho o simplemente cerrar las cavidades de circulación de los óvulos, un método anticonceptivo característico de su especie, pues solo los mejores debían procrear.


Al ver el humo salir de la cabeza de Hinata que se hallaba en un estado de vergüenza máximo, rio y decidió responder de forma tranquilizante- Puede ser el alfa y tu marido, pero al final él se adaptara a ti si desea un primogénito


Esas palabras calmaron a Hinata, pero no la alejaron de los nerviosismos. Esa noche seria uno con Naruto, esa noche se convertiría en mujer y… (Cerro los ojos determinada a hacerlo) esa noche pasase lo que pasase quedaría embarazada del primogénito de ambos.


Noche de bodas


Hinata entro a la cueva bellamente adornada y recubierta de suaves cojines. Por lo general los licántropos de apareaban en su forma bestial, pero al tratarse de Hinata, Naruto supuso que tendría que aparearse en su forma humana, pues dudaba que la chica pudiera aguantar la brutalidad del apareamiento bestial, pues implicaba a aguantar los moriscos fieros que solían dar los machos a las hembras, y pese a que estos terminaban siendo estimulantes para las hembras según adquirían experiencia, era doloroso la primera vez.


Negó con la cabeza. Porque tantas consideraciones con una de su especie. Que no era un licántropo. Renegaba Naruto pues le exigía demasiado controla para algo que debía ser natural.  Supuso que esa fue la razón por la cual su madre le dejo revolcarse con cuanta humana quiso. Aprender a controlarse por esa hembra débil que tendría como esposa en un futuro tan cercano.


-al diablo- protesto. Eran licántropos y lo harían como tal, si no la dejaba preñada esa noche, existirían otras, pero de contenerse no. Estaba cansado de contenerse y el sexo con humanas ya le parecía tedioso. Quizás el sexo bestial sería la solución para esas molestias que parecían no dejarle en paz.


Ya dentro y solo ambos se miraron a los ojos. Hinata con la ilusión de toda recién casada. Naruto con la curiosidad de saber si esa noche podría deshacerse de esa incomodidad que lo perseguía.


El sol salía y daba los buenos días a las cuatro manadas que esperaban en la entrada de la cueva algunos con la mirada asesina, otros con el típico normó, y otros con la indiferencia pues no sería la primera vez que esto ocurriese.


Naruto salía con la prueba de la consumación del acto. Prueba que no era necesaria según la manada del sur que ya de por si odiaba a Naruto. La bestia se apareo con su delicada alfa en su forma lobuna y toda la noche fueron testigos de los aullidos de dolor por parte de Hinata.


Tsunade estaba que se lanzaba contra Naruto, pero Kushina la detuvo y apaciguo la ira de su nueva familia.


-Hablare con él. Nunca más volverá a pasar- Repuso seria mirando a su hijo con frialdad.


Dentro de la cueva Hinata apenas si podía moverse, su cuerpo pese a tener la forma licántropo, estaba completamente adolorido, las heridas de los mordiscos  que se ganó por tratar de huir aun sangraban y ella apenas si mantenía la conciencia.


-Debo… Debo… debo ser fuerte- Se dijo Hinata cerrando sus ojos cediendo al sueño mientras accedía a dar consentimiento a la apertura de sus cavidades ovulares para que los esperas de Naruto fecundaran su ovulo y así dar nacimiento al primogénito.


Naruto


De saber que su matrimonio sería un fiasco ni se casaba. Después de la boda, después de la noche de unificación… Todo se fue al basurero. Las disputas dentro de su manada sobre el trato que los recién casados tenían era agotadora. En vez de tener una suegra parecía que Naruto se ganó un ejército de suegras que no los dejaban progresar como pareja, siempre pendientes de su niña llorona y cada día mostrándole sus fauces en símbolo de amenaza. Y su madre, su querida madre aprecia estar de lado de la manada del este.


Bajo a su garaje. Jamas creyó estar tan feliz de regresar a su vida como empresario. Miro su garaje y allí estaba el maldito auto negro con abolladura. Recordó que esa noche vendrían a por él. La venta se consolido pro internet y el depósito ya fue confirmado. Miro detenidamente el auto y nuevamente la molestia que lo asechaba como dolores de cabeza se apoderaba de él.


-¿Estaré enfermo?- se cuestionó. Ni lo uno ni lo otro, ni la medicina moderna o tradicionales. Ni el sexo convencional o el bestial lo calmaba, solo por segundos parecía desaparecer la molestia, pero luego aprecia y en determinados momentos se tornaba tan insoportable que las ganas de arrancarse los pelos le aprecia tentador. Pero de pronto sintió un aroma que lo calmo proveniente de su oficina. Sin darse cuenta corría como flash a esta. Pero dentro no había nadie


Sobre su escritorio miro un extraño sobre. Una carta


Naruto arqueo las cejas, sintió un deja vu. Como si esto lo hubiese vivido. Miro la carta sellada en un sobre color rojo, de esta emanaba el olor que sus fosas nasales parecían tratar de retenerlo con tanto empeño que su respiración se volvía lenta, para mantener cada sensación olfativa por más tiempo.


La carta no tenía remitente, menos estampilla. Naruto pasó la susodicha carta varias veces por su nariz. No había duda… ese aroma era la medicina que estaba buscando. La medicina que calmaba sus molestias.


Abrió la susodicha carta con delicadeza. Dentro solo encontró un papel escrito con sangre.


Fue extraño sentir lo que sintió la ver aquellas marcas de sangre que escribían un nombre: Alegría, alivio por un lado, por otro: Rabia, desesperación.


Trato de calmarse mirando con mayor detenimiento esa hoja de papel.


-Sasuke Uchiha- Susurro más nada le vino a la mente y… ¿No era ese el nombre de un varón?. Negó con la cabeza tentado a deshacerse del susodicho papel. Más no, solo lo doblo. Abrió el primer cajón de su escritorio y allí encontró una billetera protectora metálica. La abrió y resguardo el susodicho sobre.


-De seguro la sangre es de una mujer y el nombre… -Trataba de dar significado al susodicho sobre, pero no tenía más pistas que ese aroma y ese nombre.



Isla Carmesí


Nagato miraba algo dudoso a Konan que seguía votando al aire cartas que tomaban formas de palomas y volaban  a sus destinos mediante un hechizo.


-¿Crees que vendrán?. Después de lo ocurrido con Kaguya dudo que se acerque aunque tú los hayas creado, ellos valoran más sus vidas a hora que saben que eres un simple infante.


-Yo… Tengo fe-dijo Nagato con una expresión deslumbrante y un aura santificada. Tanto Konan como Yahiko lo miraron con una gotita en la cabeza


-Se supone que los vampiros son ateos


-Tengo fe en mis creaciones- Repuso Nagato molesto- Además si ellos no viene lo hará ese lobo… Tarde o temprano vendrá a buscarlo nuevamente.


-¿Y si se nos  muere antes de que llegue?-Pregunto Yahiko


-No lo hará- Repuso Konan- use un hechizo de curación. Será lenta pero todas sus heridas cicatrizarán… Solo debemos ser pacientes, por su estado su recuperación será muy lenta.


-Y que aremos si Kaguya llega primero-repuso Yahiko mirando a Nagato


-Supongo que pelear…- Repuso Nagato neutro-No tenemos mas opción. Aunque sin ayuda seremos eliminados en cuestión de…- Cayo y miro a Konan


-No-Dijo la mujer anticipándose a la solicitud de Nagato


-Por fa-Suplico el chiquillo vampiro con ojitos de cachorro abandonado.


-aaaaah-suspiro resignada, que no se le podía negar nada a ese niño. Recordó  como después del ataque del licántropo a la isla, ellos regresaron al igual que su gente, mas no esperaron encontrar a Kaguya esperándoles. La mujer como era su costumbre se volvió uno con la naturaleza y nadie noto su presencia. Ella espero y es pero hasta el momento oportuno para simplemente salir de la nada y usando su sombra invisible como estacas perforo a cuantos vampiros pudo en un abrir y cerrar de ojos.


Yahiko al ser un licántropo pudo sentir el ataque y tomar a Nagato y Konan para esquivarlos. Entonces la mujer se puso frente a los tres. Les miro de forma despectiva al reconocer sus especies y sin muestra de emoción dijo:


-entreguen al infante- Yahiko y Konan miraron a la mujer conocida como Kaguya. La madre de los vampiros, la encargada de mantener el orden entre los muertos vivientes, un guardián de las especies al igual que Indra que era el guardián de los licántropos. Ambos eran los primeros creados por la naturaleza: la madre y el padre como solía llamarlos Nagato. Lo cierto era que cada especie tenía un guardián que se encargaba de mantenerlos en orden cuando estos rompían las reglas naturales.


Fue Yahiko el único que pudo luchar contra ella mientras Konan invocaba a sus alas de papel para escapar de la vampiresa.


Yahiko debió admitirlo. Luchar contra la madre de los vampiros era una hazaña, Hazaña que el apenas podía enfrentar, pues termino huyendo con el rabo entre las piernas al ver lo suficientemente lejos a Nagato y Konan. No pelearía una batalla perdida. Desde el aire Konan miro como muchos de los vampiros que Nagato creo huían a duras penas de las garras de Kaguya que comenzaba  a darles caza. Los infantes vampiros estaban prohibido y los que ellos pudieran crear también.    


Kaguya no dejaría a ninguno vivo. Aunque compartieran su propia sangre. Aunque después de tantos años el parentesco entre Kaguya, Indra, Menma, Mei, Mikoto y Nagato fuera parte del olvido.

Notas finales:

 

 

Disculpen si hay más errores ortográficos de los usuales, si hay palabras que se autocorrigieron, pero no tuve tiempo por causa del viaje y una fiesta familiar hecha de última hora. Mil, mil disculpas.

Gracias a quienes siguen mi fic. Mil disculpas por las que he decepcionado y han abandonado. Pero como alguna vez dijo un mangakas en conferencias que ya no recuerdo: Uno no puede crear algo que agrade a todos… Tampoco puede obligarlos a aceptarlos. Simplemente es la libertad de uno el crear una historia y la del otro el leerla o no.

Más eso no quita mi gratitud por haberle dado una oportunidad. Y mi tristeza por haberles fallado. Sin embargo: el show debe continuar.

Mil gracias.

Cuídense

Nos leemos pronto. 


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