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Especies por pk2solitarios

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Notas del capitulo:

Holas.

Al fin Naruto recupera sus recuerdos XD. Kiba… Solo das dolores de cabeza, pero aun así te quieren. Indra y Kaguya siguen en su lucha personal.

 

 


Determinación


 


 


Sin duda era su máximo deseo. Ser el más fuerte. Si, ser el más fuerte, para muchos carecía de sentido, pero para él lo era todo.


Mientras corría y sentía el aire golpear su cara al atravesar la llanura con escazas vegetación arbórea, se veía a sí mismo en su momento de gloria para cambiar la historia. La imagen de Naruto apareció  por breves segundos como si se tratase de una pared,  su sangre ardió de la rabia y la envidia. “Nueve colas” esa palabrita que lo marco de por vida. No solo era el más joven de los alfas, sino también el más débil. El consuelo de ser sobrevivientes de la guerra no le basto, deseaba venganza, la muerte de todos los vampiros. Ellos no tuvieron piedad con su clan, cuando asesinaron a todos los que pudieron y dejaron vivos solo a algunos.


Recordó cómo fue llevado a la madriguera y frente la cueva principal un niño de mirada dormilona y vacía lo esperaba. Era Shikamaru, el hijo del beta esperando su regreso  para mostrarle la sangrienta realidad. Todos los cuerpos apilados de sus familiares en pozas comunes, todo listo para el último adiós. Simplemente tuvieron que tragarse su tristeza y dolor y prender la hoguera que reduciría a cenizas lo que alguna vez conociera y amaron. Giro y miro el rostro de todos los sobrevivientes, no existía ni uno solo que no presentara heridas graves y llorara a moco tendido, todos eran niños todavía. Incluso Shikamaru y él estaba repleto de heridas que se convertirían en cicatrices, pero las heridas más profundas y devastadoras eran las que erosionaban su alma.


Kiba comprendió que debía ser fuerte, así que simplemente dejo de llorar pues sin darse cuanta lloraba a moco tendido mirando arder a los mayores. Limpio sus mocos y seco sus lágrimas para girar y animar a Shikamaru a seguir su ejemplo y dejar de llorar, pero apenas le miro este parecía tranquilo como siempre, con esos ojos soñolientos y bostezando. Empuño sus manitas, estaba furioso, porque el siendo el nuevo Alfa lloraba cual niño que era y su beta se mantenía inquebrantable. Simplemente lo decidió… Seria fuerte, más que el nueve colas de Naruto, más que el soñoliento de Shikamaru, demostraría que él era el más fuerte… al diablo las colas, al diablo los prodigios, el los superaría y nunca jamas dejaría que otro vampiro amenazara con destruir su hogar.


Kiba rio divertido al descubrir a Kaguya en medio de las malezas. Sin pensarlo la ataco mientras sus omegas lo animaban y uno se dedicaba  a filmarlo. Más la dicha no duro mucho que digamos. En segundos Kiba acababa en el suelo con el pie derecho de Kaguya sobre su cara, presionando lentamente como si su objetivo fuese aplastarle el cráneo.



Los ojos de Shikamaru se abrieron de par en par, salto de su cama de paja que compartía con Kiba.


-¡Ese idiota!- dijo saliendo a toda prisa de la cueva, apenas si le dio tiempo de ponerse unos pantalones antes de gritar- ¡¿Dónde está?!


El resto de la manada miraron al beta y luego se miraron entre sí, para conjuntamente bajar la cabeza: ¿Otra vez?


Pensaron en conjunto, pues esta no era la primera ni la última vez que el alfa de la manada del Sur se largaba a buscar pleito con otras especies. Sinceramente todos deseaban que madurara. Es decir querían a su alfa, pues a diferencia del resto de las manadas ellos se criaron como hermanos ante la ausencia de adultos, cada uno cuidando del otro, si aún mantenían la jerarquía era por la cumplir el protocolo natural que regía a su especie. En ese nido al que obedecían y hacían caso era  a Shikamaru que se ganó el papel de Mamá, pues era quien ponía a raya a todos y mantenía el orden de la manada.


-Ya sabía que era demasiado bueno para ser cierto- se quejó uno de los licántropos jóvenes- Dijo que estabas de acuerdo con inspeccionar los alrededores y como no  aparecías…


-¡Mierda! ¿Qué uno no puede tomar una maldita siesta?- se quejó Shikamaru furiosos mientas saltaba para ponerse en marcha- No crean que se salvara de esta ese idiota y Todos están castigados- concluyo y todos bajaron al cabeza, ya se vengarían de Kiba, por ahora solo se resignaron a acompañar a mamá Shikamaru, para que trajera nuevamente a casa a su atolondrado e inmaduro papá Kiba.



El chillido de Kiba atrajo la atención de Kushina que no se hallaba muy lejos del lugar, sin dudarlo junto con sus escoltas corrieron a auxiliar al licántropo acorralado por un vampiro.


Grande fue la sorpresa de Kushina al mirar a aquella mujer de larga cabellera blanca que cubría su cara, sujetar a Kiba por el cuello y este estar completamente inconsciente.


Rápidamente en su forma lobuna Kushina saltaba sobre la vampiresa, y esta de un ágil salto la eludía y soltaba al Kiba que caia bruscamente sobre el suelo. Mientras los omegas que acompañaron a Kiba yacían muertos en el suelo. Los escoltas de Kushina se unían al ataque de su alfa con la intención de acorralar y derrotar rápidamente al vampiro.



Shikamaru puso sentir como su pecho se encogía.


Lentamente los recuerdos de su infancia, cuando él puesto de beta se le fue impuesto, cuando miro a su nuevo alfa estallar en llanto como el niño que era, simplemente se contuvo y no lloro, mantuvo su postura, pues si el alfa era débil el beta tenía que ser mucho más fuerte para proteger a la manada y a su Alfa, como en el ajedrez… La manada podía vivir sin una “Reina” pero moriría sin un “Rey”. Shikamaru dejo de ver a Kiba como su amigo de juego y vagancia, desde ahora miro tanto a su Alfa como a su clan como las “Fichas” que debía proteger sin importar renunciar a su propia infancia. Después de todo cualquier omega femenino podría dar nacimiento a un nuevo alfa, y mientras más omegas tuviera la manda sería más fuerte.


Esa noche después de la incineración de cuerpos. Reviso las heridas  de cada uno de los chicos, los acostó y se dirigió hacia Kiba que se escondió entre  los árboles, el chico no dejaba de golpearlos y patearlos.


-¿Qué haces?-Interrogo


-estoy entrenando… Me volveré el más fuerte de todos los alfas de la historia y acabare con esos malditos chupasangres- Shikamaru negó con la cabeza. Al distinguir las ojeras que tenía Kiba


-No puedes dormir?-Interrogo y Kiba se detuvo y miro al suelo. Shikamaru supo que Kiba no les respondería, pero solo contemplarle allí parado frente al árbol, descalzo como siempre, con los nudillos de las manos ensangrentados y ese semblante serio y levemente teñido de rojo que anunciaban que deseaba volver a llorar supuso de que iba la cosa- ¿Nunca antes has dormido solo?


Dio en el clavo, pues recordó como el anterior Alfa le exigió a Kiba abandonar la cueva matrimonial y se marchar a otra. Ya no era un niño. Kiba se mantuvo en la misma postura frente de la cueva de sus padres, no le importaba esperar horas y horas hasta que su padre durmiera para infiltrarse en la cueva y lentamente acurrucarse cerca de su madre y al fin dormí. Siempre decía que le era imposible dormir sin sentir el aroma de su madre. Todos se burlaban de Kiba por eso, por eso comenzó a disfrazar sus debilidades con aquel carácter narcisista y convenenciero. Kiba comenzaba a entrenar en las noches para cubrir su verdadera intención: esperar a que nadie lo viera, infiltrarse en la cueva matrimonial y dormir al lado de su madre, pero al día siguiente como era costumbre su padre terminaba dándole un coscorrón y delatando sus tonterías al resto de la manada.


-Vamos…- Shikamaru le tomo de la mano- dormiré contigo esta noche, no será lo mismo, pero deberá ser suficiente… Pero recuerda… Solo será por unos días, tendrás que aprender a dormir solo…


Si, solo. Recrimino mentalmente Shikamaru, recordando que por más bestia que aparentara ser Kiba, ese jamas podía hacer anda por sí solo. Ni siquiera podía dormir solo y eso que ahora tenía más de 50 años aunque aparentaba los 25.


-No hagas nada estúpido…- Rogo Shikamaru seguido por el resto de la manada del sur. Quien se metía con el alfa se metía con todos.


Se podía ver a la manada de jóvenes licántropos sobre pasar los setenta miembros correr en busca de su alfa.



Naruto seguía con su búsqueda de Sasuke Uchiha. Por medio de las redes sociales pudo dar con el chico. Pues a simple vista, no estaba nada mal. Era bello pero eso no le quitaba lo varonil. Sin embargo seguía siendo un varón. Movió la cabeza de un lado a otro analizando esa susodicha foto, cuando de repente Sakura entraba a su oficia con unos documentos que el rubio debía firmar.  Más al elevar la cabeza y mirar a Naruto pudo ver entre sus manos la impresión de una foto de Sasuke. No supo evitar exaltarse y ponerse nerviosa


-¿Sí?-Interrogo Naruto mirando detalladamente a la mujer, Sakura jamas le agrado demasiado, era bella, podía ser una hibrida pero no le prendía las pasiones.


-Na, nada… -dijo al borde del colapso- ¡Firme esto!- casi le grito extendiendo torpemente los folios y dejándolos caer sobre el escritorio de Naruto.


-Eto… ¿Ocurre algo?-La cuestiono medio fastidiado. Más al ver como las pupilas de la chica miraban la foto de Sasuke y luego desviaban la mirada…-Por si acaso ¿conocías a este hombre?-Interrogo Naruto y Sakura dejo todo rastro de nerviosismo y se quedó perpleja mirando a Naruto. Acababa de encontrar la ubicación de !Atlántida!


Bueno, sabía que Sasuke estaba emparejado de un licántropo, pero de eso a descubrir que estaba emparejado de nada más y nada menos que el toro gruño, que le hizo la vida imposible por semanas. Era como descubrir la cura del cáncer después de que este matase a alguna ser querido. Pero bueno volviendo al tema: ¿Cómo podía preguntarle quien rayos era Sasuke?


Parpadeo repetidas veces.


-Te hice una pregunta-Dijo enfadado. No supo por qué pero esa actitud ya verla comenzaba a enfadarle.


-No, no. Claro que no yo jamas le conocí-Dijo Sakura comprendiendo terminado de comprender la situación: Naruto estaba segado y la autora de tal segación era nada más y anda menos que Kushina y esa era un área en la cual jamas se metería a menos que desease morir.


Naruto rio  molesto, comenzaba a perder la paciencia. Era obvio que la chica conocía al moreno. 


-siéntate. Tenemos que hablar- concluyo Naruto y a Sakura no le quedó otra que sentarse.



-¿Y cómo era él?-Interrogo Naruto después de una hora para convencer a la chica de revelarle la información, le aseguro que nada malo le pasaría. Tuvo que usar todo su carisma para que Sakura al final accediera.


-No era amiga suya, siempre fue reservado. Serio en su trabajo. Se decía que tenía una novia salvaje-cayo brevemente y miro a Naruto… ahora todo tenía sentido. Las marcas en el cuello de Sasuke, las constantes peleas sin motivo. Dios se sonrojo… será posible que ambos… Una gota de sangre luchaba por salir de su nariz tan solo imaginar a esos dos… haciendo cositas…


-¿Tenia novia?- Repuso medio molesto. Arqueando las cejas-¿Quién era?


-No lo sé, como ya le explique él no acostumbraba mezclar su vida privada con el trabajo.


Naruto según oía las palabras de Sakura se cuestionaba sobre su relación con Sasuke. Es decir era tan… tan… no era su tipo. Era un estirado, un ser con una personalidad tan común.


Cerca de las diez de la noche cuando termino de conversar con Sakura acudió al departamento de ventas y en soledad y oscuridad miro ese lugar y trato de imaginarse a ese sujeto sentado en ese escritorio, pero nada le venía a la mente. Se cuestionó que pudo tener con ese tio, Sakura lo sabía pero tenía temor de decirlo, no quiso presionarla, supo que su temor era justificado pues llegaba  la cruda realidad: estaba segado por su madre y eso incrementaba más y más las preguntas de quien demonios era ese sujeto y su relación. Ser amantes… podría ser, pero rechazaba tal idea… ¡Era un hombre!, pero no podía negar que ya no era el mismo hombre que recordaba, el sexo le aburría y acostarse con cuanta mujer se le ponía en frente lo asqueaba. Otro punto a favor de esa hipótesis era el olor. Como lo calmaba y a la vez atormentaba.


Sus ojos nuevamente se posaron sobre ese escritorio y lo imagino levantándose llevando documentos, a todos trabajando a su lado. Por más que intentaba nada más se le venía a la mente, si deseaba saber la verdad y acabar con cada una de sus dudas solo tenía un camino: Asesinar a su madre. Negó divertido por tal pensamiento, su madre… el ser que le dio la vida, la mujer que lo crio y entreno, su ser más preciado.


Cerró los ojos. De verdad… ¿lo que tenía con ese tipo valía la pena para que matara  a la mujer que le dio la vida?. Se cuestionó. Supuso que no, pues era un humano, sin importar que estuvieran emparejados el moriría después de unas décadas y a Naruto solo le quedaría el dolor y la agonía de su perdida. Quizás la cegacion era lo mejor, sin embargo… No podía arrojar ese pedazo de papel y renunciar a ese aroma. Cero los ojos con temor del futuro. Del día que muriera su madre y sus recuerdos acribillaran su mente y lo castigaran por el resto de su longeva vida.


De la anda su celular sonó


-Naruto-era Kakashi- debes ir a la montaña del sur. Tu madre te necesita para realizar el recorrido


Naruto no respondió nada, solo colgó. Su madre lo necesitaba, sin embargo… porque no tenía ganas de ir.  Quizás saber la verdad era peligroso, pues la idea de matarla ya se alojaba en su cabeza, y a medida que analizaba las cosas ya no le parecía tan horrorosa.


Sus puños arrugaron la foto de Sasuke y la arrojaron al centro de basura, después de todo solo era una imagen que carecía de significado si no tenia o conocía al modelo de esta.



Apenas si pudo morder a Kaguya cuando sintió como esta le clavaba los colmillos en el brazo. Rápidamente ambas mujeres se separaron. Kushina abandono su forma de licántropo y desnuda miro su brazo con terror. La mordedura de un vampiro era como veneno para los licántropos, un veneno que  en la mayoría de los casos terminaba con la muerte del licántropo. Debía evitar su forma licántropo o sino el veneno avanzaría con mayor rapidez.


-Kakashi que era parte de la escolta solo atino a saltar sobre Kaguya para dar tiempo a Kushina de retirarse del área de batalla con Kiba.


Kaguya miro al lobo plateado, sintió remembranza pues tenía cierto parecido con un viejo amigo, mas no era la misma persona. Con sus garras mando a volar a Kakashi como al resto de los escoltas.


Todos los licántropos miraban a Kaguya y su respiración manifestaba agitación por el cansancio, si era verdad que estaban comenzando a acorralar a la vampira, pero eso solo era en apariencia pues esta no mostraba cansancio y el tiempo lentamente le daba la ventaja. Kaguya corrió en dirección de Kushina, pues no le perdonaría aquellas marcas de dientes en su pierna derecha. La mataría.


Kaguya rápidamente comenzó a girar y el viento se expandió empujando a todos varios metros. Se detuvo y camino hacia Kushina que sostenía a Kiba.


-No creas que te la dejare fácil chupasangre -Dijo Kushina determinada a continuar su batalla. Cuando de la nada la vampira aparecía frente a su cara y clavaba sus uñas en su vientre bajo lanzándola hacia unas copas de árboles. Para luego girar y mirar al recién llegado. Era Naruto en su forma lobuna que saltaba sobre Kaguya.


Kaguya le esquivo y miro fastidiada. “Otro nueve colas” se dijo. Según recordaba en la última guerra al ver la destrucción de los vampiros a manos de los licántropos, ella misma mato a la mayoría de los nueve colas. Eran un fastidio.


-vienes a salvar a tu madre-dijo Kaguya negando con la cabeza- soy demasiado parecidos… licántropos humanos… y aun así dicen ser la raza más fuerte- Kaguya agacho la cabeza mirando como el resto de los lobos ya recuperados la rodeaban  y apoyaban a Naruto. No la dejarían viva.


Más Kaguya solo miraba Kushina. Sinceramente marcar la piel de la vampira que pese a regenerarse rápidamente, le resultaba humillante no fue buena idea. Kaguya había determinado matarla. Si era verdad que su prioridad era Nagato, pero, pero ahora tenía otra…


Recordó como Minato salvo aquella vez la vida de esa mujer anteponiendo la suya. Un esfuerzo innecesario al ver como Kushina había marcado su destino.  


Todos los licántropos saltaban sobre ella, mas Kaguya los esquivaba fácilmente y aparecía frente de Kushina que soltaba  a Kiba y retomaba su forma lobuna, pero antes de siquiera hacerlo, Kaguya clavaba nuevamente sus uñas en su hombro de la loba. Buscaba el corazón, pero Kushina fue lo bastante hábil para esquivar el ataque y evitar el golpe mortal.


Ambas mujeres se alejaron una de la otra y se quedaron estáticas mirando al nuevo invitado: Indra.


Naruto rugía listo para atacar, más Kushina le grito que se detuviera. Ignorando a los presentes Indra y Kaguya daba inicio a su marcha mientras Indra se convertía en lobo. Y la seguía feroz mente dejando a los presentes heridos y sorprendidos. La cacería de ambos guardianes era de nunca acabar y esta vez Kaguya está en desventaja al verse rodeada de tantos licántropos y al sentir a mas acercándose sin mencionar que Indra estaba decidido a matarla.


-¿Quién demonios es ese?!-Pregunto Naruto furiosos. Pues tenía planeado liquidar a esa chupasangre más aparecía un licántropo que jamas vio en su vida y le robaba su batalla


-Ese es…- Dijo Kakashi recuperándose del asombro- Indra, el padre de los licántropos-Naruto arqueo las cejas. Acaso esa no eran historias para niños.


-Bromeas cierto- Repuso acercándose a su madre para verla fijamente, mientras esta volvía a su forma humana y se arrodillaba sobre el suelo adolorida por el veneno.


La cara de Naruto era extraña. Una expresión seria y distraída mirando a su madre tan débil, tan indefensa como jamas creyó poderla  ver algún día, lentamente se acercó a ella. Tan lento, tan extraño. Mientras Kakashi explicaba más de Indra, mientras Kushina verificaba el estado de Kiba y le resto se concentraba en verificar el estado de los cadáveres, nada podía quedar en evidencia para los humanos.


Nadie se percató o fue testigo ocular del momento en el cual Naruto simplemente extendía su mano sobre la cara de su madre y esta lo contemplaba paralizada al descubrir el vacío de afecto de su mirada. En menos de un segundo la mano de Naruto se ponía sobre el rostro de su madre y lo empujaba contra el suelo con tal fuerza que aplastaba por completo su cabeza.


Todos sintieron el olor y giraron sus miradas hacia Naruto que tenía los ojos abiertos de par en par mirando el cráneo destrozado de su madre y a la vez sin ver nada. Estaba recuperando todos sus recuerdos.


Todos se lanzaron contra Naruto por instinto, todos menos Kakashi que vio atreves de la expresión de Naruto, Había recuperado todos sus recuerdos. Estaba decidido a acabar con los culpables de su desgracia.


Comenzó a caminar limpiándose algunos rastros de sangre sobre su rostro. No habría testigos de su acción, desde ahora era el alfa y como tal pondría el correspondiente orden en su manda, nadie más volvería a decidir su destino. Se dijo para luego detenerse en medio de la nada y caer al suelo de rodillas y dejar caer todas esas lágrimas que se acumulaban en sus ojos, pues no solo recuperaba sus recuerdos, sino que también tenía acceso a los recuerdos de Kushina y Kakashi…


La imagen Sasuke siendo arrojado del helicóptero lo destrozaba pues todo apuntaba que Sasuke fue asesinado por su culpa y él no pudo evitarlo. Aun si Sasuke hubiera sobrevivido a la caída el tiempo habría terminado matándolo, pues dudo que con sus heridas hubiera logrado escapar de ese desierto de cañadones, encontrar agua o alimento alguno. Cuanto tiempo habría sufrido si hubiera sobrevivido con cuantos huesos rotos?… que tan herido habría quedado?... Ya no importaba… Sasuke… su ser preciado nunca más regresaría a su lado.


Mientras descuartizaba a Kakashi sin misericordia, se detuvo al sentir el corazón de Kakashi dejar de latir, se calmó. Fue entonces que abrió los ojos como platos al percatarse de algo. La nota:


¿Quién envió la nota? Quizás…


Giro al sentir la llegada del resto de la manada del sur.


-Toma a tu alfa y vete…- Concluyo Naruto sin dar explicación a la evidente masacre.


Shikamaru comprendiendo la situación simplemente se acercó a Kiba y comprobó algo que lo dejo preocupado, este tenía una marcas de dientes en el cuello, estaba envenenado. Elevo su cabeza y miro a Naruto.


Podía ser egoísta de su parte, pero no tenía tiempo de preocuparse de otras manadas. No quiso saber las razones del alfa del norte para asesinar a su madre, a su beta y a sus gamas, solo tomo a Kiba y se retiraron. Eran la manada más débil, la más afectada de la última guerra, no serían nuevamente masacrados por culpas ajenas. Después de todo Indra tarde o temprano se encargaría de Naruto. Sus actos de tracción contra su manada se castigaban con la muerte. 

Notas finales:

Mil gracias por leer. 

Bye


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