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Especies por pk2solitarios

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Notas del capitulo:

Mil disculpas. Estoy alguito ocupada. Bye

Pausa

Los sueños de Konan mostraban a una Kaguya muerta, a un Indra derrotado, allí aun nueve colas y Yahiko. Si sus sueños mostraban la victoria, pero… no mostraban el camino que atravesarían para llegar a esta o lo que ocurriría después de esta. Si en un inicio sus sueños eran simples sombras, cada uno se manifestó a vivo color al ver a Sasuke y cuando descubrieron que estaba embarazado y vieron al nueve colas… las cosas estaba claras. Sasuke era su medio de control con el nueve colas, o al menos eso creía Konan. Ahora una nueva duda invadía su ser: Que pasaría con todos después de matar a Kaguya y derrotar a Indra. Acaso Naruto se les uniría… imposible tenía un clan por el que velar. Nagato renunciaría al bebe… supuso que no. Suspiro mirando a Sasuke y este contemplándola con la expresión seria.  

“Como siluetas oscuras los vi. Un nueve colas y un diez colas. Abajo dos guardianes derrotados, uno: la reina de la noche cuyo cuerpo estaba recubierto de sangre, finalmente cedía al descanso eterno, y el otro: El señor de las bestias que aceptaba su derrota”

Conto Konan. Sasuke no comprendió muy bien. Era evidente que el nueve colas era Naruto y el diez colas Yahiko. Supuso que si Kaguya le tenía tantas ganas a Nagato, lo normal era que buscaran una forma de detenerla. Pero y el ¿por qué?

-Es ¿por qué es un infante?-cuestiono y Konan asintió. No supo porque pero su intuición le decía que algo más se guardaba en toda esta historia.

-Si…-Dijo Konan mirando de reojo a Sasuke- También porque ella lo creo

-…-Sasuke se quedó sin palabras- Veras Kaguya podrá ser una guardiana, pero también es mujer y como mujer también se enamoró. En ese entonces su amor fue un simple mortal… Un hombre con familia e hijos. La guerra llego a su aldea sin previo aviso y casi todos fueron asesinados a excepción de Nagato que llevaba a su hijo menor en brazos. Kaguya supo por el latir del corazón del hombre que amaba disminuía lentamente por el frio y el cansancio… Pronto moriría como lo hacían todos en los polos. Simplemente quiso cumplirle su último deseo a ese amor cálido y no correspondido. El pidió que salvara la vida de su hijo. Kaguya lo miro y creyó que no habría problema, para ese tiempo existían otros infantes vampiros  no existía la norma de eliminarlos… Kaguya miro al pequeño era al viva imagen de su padre, no dudo en hacerlo, no dudo en criarlo y enseñarle como ser un vampiro… no dudo en amarlo como a un hijo. Pero después de cien años se aplicó la norma. Y con todo el dolor de su alma y para dar claro ejemplo de cumplimiento a lo dispuesto por su especie ella juro que mataría a todo infante vampiro… Nagato es el último que queda. El infante creado por la reina de la noche.

-¿Por qué debe morir? El no pidió ser creado- renegó Sasuke y Konan le sonrió

-Quizás parezca injusto, pero tiene lógica. La infancia no puede ser eterna. La misma naturaleza señala un siglo de vida: nacer, crecer, reproducirse y morir. En el caso de los vampiros no existe tal siglo, ellos son creados por la reina de la noche o sus hijos. Ellos al ser convertidos se detienen en el tiempo y se vuelven eternos, pueden aprender muchas cosas, pero su crecimiento emocional se detiene. Si es un infante vampiro este jamás alcanzara la madures emocional, jamás tendrá alcanzara el poder de un adulto vampiro… se verá sometido a las leyes de su existencia viva replicadas en su existencia eterna y las leyes de la vida misma que gritan que un niño no puede existir solo, siempre dependerá de alguien o simplemente perecerá.

-Pero Nagato los tiene a ustedes

-Sí, pero no somos eternos… Yahiko morirá en unos trecientos o doscientos años más. Yo pereceré cuando mi magia concluya… Nagato se quedara solo

-Pero aún le quedan doscientos o trecientos años más

-Cien años, un día… Para Kaguya es lo mismo, el resultado será el mismo-Sasuke arqueo las cejas. Es decir, hablaban de cien años… toda una vida para un ser humano. Supuso que para los inmortales la percepción del tiempo era diferente que para los humanos.

-ya veo…-Dijo aun con muchas preguntas y dudas. Pero no quiso saber más por el momento. Menos cuando el recuerdo de Naruto venía a su mente:

Dudo poder soportar mi longeva vida sin ti y eso ya de por si me aterra. Eres un simple humano… Envejecerás, morirás… Antes de que pueda siquiera hartarme de ti te veré marchar a un mundo del cual no podre arrebatarte. ¿Tienes idea de cuantas malditas noches he pensado en ese momento? ¿Cuantas veces rompí en furia por verme impotente?  Puedo cumplir cualquier capricho terrenal, pero no puedo contra la naturaleza humana… no contra la muerte”

Ahora las palabras de Naruto tenían más sentido que aquella vez en la cabaña.

Rio sin querer. Cada que escuchaba sobre el emparejamiento, sobre las peculiaridades de cada especie, no dejaba de sorprenderse. Quizás era creerse mucho pero para alguien que siempre estuvo solo saber que existía una criatura como Naruto que era capaz de cometer todo tipo de locuras con tal de estar a su lado. “Vamos Naruto…” sin darse cuenta le animo a recordarlo. Aunque luego negó rotundamente. Estaba bien aceptar estar embarazado, es decir no había duda, su vientre no mentía, pero eso no significaba que esperaría al rubio con los brazos abiertos. No, no… ¡NO! Si le hubiera contado la verdad desde el principio. Entonces quizás sí, pero ahora no.

-estoy segura que el vendrá por ti

-No me interesa- trato de mostrar total indiferencia

Konan  le miro. Aún seguía intrigada de saber de qué especie provenía Sasuke. Ya había descartado el ser descendiente de licántropo, Tampoco provenía de algún vampiro. Un mago quizás… pero no manifestaba nada fuera de lo común.

Naruto estaba que se comía la mano de la ansiedad. No las uñas, la mano señores y señoras. Pues no aguantaba más. La última carta que recibió con el aroma de Sasuke decía:

“Si quieres de regreso a tu mujer. Harás lo que te digamos”

No cabía duda. Sasuke estaba secuestrado en contra de su voluntad en quién sabe dónde y quien sabe por quién. Pues dudo que estuviera de acuerdo con ese mensaje, por más enojado que Sasuke estuviera jamás aceptaría ser llamado su mujer.

-¡Porque demonios tardan tanto!-Se quejó. Si querían dinero solo debían pedirlo. Si deseaban propiedades se las daría. Que manía de ponerle los pelos de punta. Naruto no se aguantaba así mismo. No dejaba de oler aquellas cartas. Si era el aroma de Sasuke, pero no tenía más información. Es decir por más que vio en las cámaras de seguridad no encontró nada.

Se lanzó sobre la cama y miro el techo. Alzo su celular y solo encontró mensajes de texto de Hinata mandándole fotos de su hijo: Boruto. Naruto no deseaba ser un pésimo padre, supuso que ese niño no tenía a culpa de nada, pero… El amor no le nacía, cada recuerdo de lo que hizo esos menes le parecían el error más grande de su vida. Para un licántropo que estaba emparejado la infidelidad era lo peor del mundo. Dio gracia al cielo que Sasuke era un simple humano y que sabía de Hinata. De ser un licántropo nunca se lo hubiera perdonado.

-Sasuke… ¿Qué estás haciendo ahora mismo…?-Pregunto al viento.

Todos corrían de un lugar a otro. El trabajo de parto de Sasuke fue tan inesperado que dejo perplejos en especial a Nagato y Yahiko. Como era de esperar Yahiko que no quería saber nada del asunto, simplemente salió de la cueva renegando contra Sasuke, pues su embarazo estaba retrasando significativamente las cosas. Sin embargo Nagato y Konan tenían razón, con él bebe Naruto no tendría más opción que obedecer sin contradecir, pues le sería más difícil “rescatar” dos en vez de uno.

Se sentó en posición de flor de loto en la entrada de la cueva. Supuso que Naruto seguiría esperando en la dirección acordada en la última carta. Si, seguro esperaría como un idiota pues no irían. A soltar una que otra palabrita por el tedio del momento cuando sintió a Nagato sentarse a su lado

-Y tu… ¿Qué haces aquí?-Le interrogo con la mirada desconfiada- No querías ver al bebe. Estuviste fastidiando con él bebe durante semanas y aho…- Cayo al ver los ojos rojos de Nagato “Sed” dijo mentalmente, pues era obvio que Nagato tuviese hambre y su hambre se viera incrementada por el parto que se llevaba a cabo dentro de la cueva.

Sin meditarlo dos veces simplemente le extendió el brazo

-Bebe-Ordeno y Nagato tembloroso arañándose las piernas le miró fijamente- Pero tu sangre sabe asquerosa

-Mocoso de…- guardo silencio fastidiado- Paciencia, paciencia- susurro para mantenerse calmado con Nagato, de verdad esa cosita de cabellera rojiza, piel pálida y ojos rojos le había criado, le debía cierto respeto supuso. Suspiro allí iba nuevamente a cometer tonterías por el mocoso vampiro- Si no bebes no podrás ver al bebe…- Dijo con toda la delicadeza que puedo y Nagato solo le miro lloroso, quería ver al bebe, comprendía las palabras de Yahiko, pero dios… Su sangre sabía asquerosa… Era como comer mierda putrefacta

-Aaaascoooo-dijo Nagato

-Por mí no hay problema, no te doy mi sangre, después de todo el que se fastidia ere tu no yo.- Concluyo cubriéndose el brazo con su manto de color rojo. Nagato apenas vio como Yahiko se cubría y daba inicios de levantarse e irse a quien sabe qué lugar, lo detuvo sujetando su capa y mirándole con ojitos mártir.

-Maldita sea…- Maldijo Yahiko extendiendo su brazo. No es que fuera divertido dar su sangre a un vampiro, pues el veneno de esos colmillos no era nada agradable… supuso que estaría enfermo por días. Dio gracias al cielo de que Kaguya jamás lo mordió, era mas que seguro que quien recibía una mordida de la vampiresa moriría en cuestión de días a lo mucho aguantaría más de una semana.

Shikamaru contemplaba a Kiba retorcerse de dolor y delirar a causa del veneno. ¿No existía cura para la mordedura de vampiro? Se cuestionaba revisando todos los libros habidos y por a ver.

-Imbécil- maldijo a su alfa. Que acaso kiba no comprendía que sin el alfa la manada moría, es decir las hembras perderían su fertilidad, los machos igualmente. Ya no habría descendencia y perecerían. Sus padres, todos los adultos habrían muerto en vano entonces. De que servía haber sobrevivido si el alfa moría… todos iban a morir de todos modos.  

Como si el destino se apiadara de Shikamaru miro un libro peculiar, uno de forro negro. Tomando un segundo aire lo  abrió y comenzó a leer.   

-Los unicornios…- no fue ni siquiera un título, solo una breve frase de un cuento de hadas, Pero para Shikamaru fue la respuesta  a su problema: los cuernos de unicornios son sanadores, inclusive pueden revivir a los muertos. Rápidamente arranco las hojas de todos los libros de cuentos de hadas, pues los paisajes no eran otra cosa más que pistas que delataban su ubicación. Después de todos estos había sido vistos en la última guerra entre licántropos y vampiros. Entonces era más que seguro que aún seguían con vida.

Todos los omegas miraron como Shikamaru salía a toda prisa de la cueva que compartía con el alfa.

-¿Dónde vas?-Le pregunto uno de los omegas

-A salvar al alfa- fue lo único que dijo Shikamaru, antes de abrirse paso antes los omegas, que comprendieron la mirada de determinación de su beta. Como era lógico su misión seria proteger al Alfa. No optante eso no impidió que un grupo marchara a acompañar a su beta.

Menma que hasta la fecha seguía sentado observando sin  movimiento alguno al unicornio disecado. Incluso el polvo se alojaba sobre su capa, pelo, mascara y manos. Pero esto concluyo cuando aquel cuerno comenzó a brillar. Menma simplemente abrió sus ojos dejando sus iris de bicolor. Tal fue la impresión que se levantó de un solo salto formando una especie de polvareda a su alrededor. Lentamente se acercó al unicornio y extendió su mano.

-Mikoto…-susurro mirando como el unicornio simplemente se hacía polvo y desaparecía frente de sus ojos.

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

 

Algo aburrido. lo siento

Bye. 

Gracias por leer


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