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Especies por pk2solitarios

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Notas del capitulo:

Capitulo de fin de año. 

XD

 

Familia 2

 

Rápidamente dio media vuelta al sentirla. La barrera que Konan colocaba sobre Nagato y Sasuke fue simplemente retirada desde que Naruto se hallaba con ellos. Era hora de dar conclusión a esta situación. Rogo por ser lo suficientemente fuerte y que las visiones de Konan fueran certeras. Kaguya estaba cerca y también Indra.

 

Con su forma lobuna corrió de retronó hacia la cueva.

 

“Lo proteges solo por tu necesidad de tener una manada. Pobre perro domestico… Eres patético”

 

Alguna vez Kaguya le dijo aquellas palabras, fuera de sentirse ofendido sintió pena y lastima, pues pese a su fría mirada, Yahiko sabía que la mujer vampiro quería a Nagato. Además, Era cierto, no lo negaría, no se sentía orgulloso de ello, pero tampoco sentía vergüenza.

 

“Yahiko. Tu nombre es Yahiko” vagamente recordó su infancia, cuando apenas era un bebe de un año y medio, quizás sus recuerdos eran vagos, pero esas palabras no las olvidaba al igual que la sonrisa que le mostraba ese ser de olor asqueroso que lo tomaba en brazos y apartaba del dulce aroma de su madre cuyo cuerpo terminaba de enfriarse.

 

No podía negar que su infancia fue compleja y tediosa. Nagato se alimentaba de Sangre, en cambio la dieta de un licántropo era muy similar a la de un humano… Los primeros días Nagato intento cazar o cocinar para Yahiko y casi lo mata de infección estomacal. Igual que la vez que se le pasó la caducidad de la leche que robo a un granjero… A los cuatro años Yahiko era tan independiente como un adulto, y todo fue a la fuerza pues si seguía dependiendo de Nagato moriría de hambre. Sabía prepararse sus comidas y realizar sus cosas por si mismo. Cosa que Nagato jamas aprendió pues desde que Yahiko tuvo sus tres años debía correr a salvar al vampiro de chamuscarse vivo, pues jama tomaba en serio las horas del día y al noche. Cuantas veces no estuvieron a punto de ser masacrados por Kaguya… Si, Nagato siempre fue una carga… ¿Por qué no dejarlo y ser libre? Se dijo un día, y cuando cumplía los 13 años marcho durante la madrugada en busca de alguna manada de licántropos que pudiera acogerle, su meta no era ser un alfa, estaría más que feliz siendo un omega, pero apenas puso un  pie en la manada del Oeste el beta de nombre Danzo le amenazó de muerte. Quizás podría salir bien librado de un enfrentamiento con esos lobos, pero: ¿qué sentido tenia pelearse con ellos o imponérseles? solo crearía un ambiente de tensión y odio hacia su persona. Además Aun era un niño dudo que su experiencia en batallas le fuera de utilidad con esos lobos que claramente lo superaban en número. Resignado dio media vuelta. Antes de caer la noche corrió nuevamente a la cueva donde abandono a su suerte a Nagato pero el infante vampiro ya no estaba.

 

Su pecho se estremeció tan solo pensar que el infante hubiera sido asesinado por Kaguya, más se sintió aliviado al no percibir aroma alguno de al vampiresa. Aun existían rastros de sol. Uso su olfato para localizarlo y corrió a mas no poder… ¿Estaría bien?. ¿Habría muerto por el sol? se preguntaba. Recordaba la típica sonrisa de bromista de Nagato cuando elogiaba su madures o cuando le proponía jugar algún juego tonto para matar el tiempo.

 

Se detuvo y sintió cada pálpito de su corazón acelerándose más y más al encontrarlo tirado en el suelo con quemaduras en todo su cuerpo, dio gracias al cielo que tenía capa o quizás hubiera muerto hacia mucho, dio gracias al cielo que la noche había caído y protegido al infante vampiro.

 

-Nagato- Le llamo, pero el infante vampiro no contesto, se acercó más y más a él. Al mirarlo con detenimiento se percató que tenía algo entre las manos: un bebe humano -¿Nagato…?- Volvió a llamarle y este lentamente abrió los ojos y le miró fijamente con la mirada perdida. Fue la primera vez que le vio tan desolado y la segunda que se sintió morir. Quiso ayudarle a levantarse, mas Nagato negó con la cabeza.

 

-Yo puedo solo…-Susurro Nagato con él bebe en manos

 

-Y… ¿Ese bebe?-Le interrogo tratando de cambiar el ambiente

 

-Lo encontré… Había una guerra humana cerca… olía a sangre… Tenía hambre… llegue y solo quedaban el bando derrotado. Comí a los agonizantes y en medio de los cadáveres estaba una bebe-Cuidadosamente se quitó el manto que cubría su cuerpo y envolvió al bebe. La noche susurraba un extraño aire frio de invierno que gritaba muerte - Ya puedes irte…- Dijo dibujando una sonrisa en el rostro mirándole por un momento antes de darle la espalda- Estarás mejor con los tuyos…-Siguió diciendo mientras caminaba tratando de alejarse de Yahiko que inconscientemente le seguía- Se te hará tarde… ve-Volvió a insistir comenzando a mecer al bebe.

 

-Yo…-Repuso Yahiko sin saber que más decir-¿Quieres que me valla?-Le cuestiono

 

-Eres tú el que quiere irse… Los hijos deben abandonar a los padres y vivir, superarlos y existir, enterrarlos y olvidarlos…es la ley de la vida sin importar la especie- Le animo Nagato dando de manifiesto su madures impuesta por los tragos amargos de la vida en soledad. De verdad un inmortal con mente de niño, y como todo niño solo deseaba tener una familia, pero el destino siempre jugaba cruelmente con sus emociones… Los veía, tan débiles e indefensos casi siendo tomados por la misma muerte. Los acogía con sus frías manos y decía: ¡aquí estoy! como si sus palabras fueran un auto consuelo.

 

No dormía, no comía con tal de verles sanos y tranquilos… Se jugaba el todo por el todo cuando Kaguya lo acorralaba y sus miradas se cruzaban… No quería pelear, solo correr  a sus brazos, pero se aguantaba, ahora tenía una razón para vivir. Pero con los años la realidad volvía  a burlarse de él y es que nada era suyo, nada… ni esos bebes que acogía creyendo que al fin podría tener algo porque seguir viviendo, porque seguir adelante cuando todos esperan que dejes de existir, cuando se te lanza en cara que eres el peor error jamas existido.

 

“quiero estar contigo mamá…” Dijo una vez a Kaguya cuando creyó que sería su fin y estaba resignado y feliz de volverla a ver, estar solo cincuenta años en medio de la nada no era divertido, no era grato, no había sentido… Solo el deseo de ver a alguien, de tocar a alguien… más que cualquier cosa.

 

Kaguya se mordió los labios y comenzó a temblar… “Los hijos deben abandonar a los padres y vivir, superarlos y existir, enterrarlos y olvidarlos…” Replico Kaguya antes de desaparecer. Lágrimas, solo lágrimas y dagas que asfixiaban cada poro de su extraña existencia, él jamas crecería, jamas maduraría… estaba congelado en el tiempo y su débil comprensión emocional le impedía comprender porque lo odiaban tanto, le impedían romper esos sentimientos y aquella necesidad de tener una familia. Nagato quiso gritar, pero su dolor era tanto que ahogo cada palabra de súplica para detener a Kaguya, para que esta no lo abandonara y si lo iba a hacer que lo matara… ya no quería estar solo. Mas ella no podía, tantas veces lo intento pero no lo logro hasta el incidente con la pareja de Indra, donde Kaguya finalmente decidió dar fin a su existencia.

 

Las palabras de Nagato sorprendieron a Yahiko y le partieron el corazón al percatarse aquel rastro de sangre en el suelo. No era un rastro de heridas causadas por el sol, eran las lágrimas que derramaba y no se animaba  amostrar. Solo le daba la espalda y proseguía caminando torpemente por causa de las quemaduras de sol y su estado emocional.

 

Sin darse cuenta Yahiko también estaba llorando y gimiendo, mientras le seguía. Jamas se sintió tan arrepentido. Su propia especie lo rechazaba, y esta que era su enemigo natural, el que lo salvo de morir cuando era un bebe, pese a todos sus defectos lloraba por su partida… ¿Qué era lo que reamente quería de la vida? Simple: Un lugar al cual pertenecer y frente suyo lo veía y nunca más lo dejaría.

 

Fueron años que vio a muchos bebes acogidos por Nagato que se convirtieron en adultos. Adultos que murieron, adultos que se fueron a formar su propia familia… Humanos, vampiros, lobos, elfos… tantos. Yahiko vio como el vampiro se rompía en pedazos en cada despedida. Odio cuando se encaprichaba con cada bebe. Tanto que trato de arrebatárselos y devolverlos a donde debían pertenecer, mas Nagato no comprendía razones, como si el dolor pasado fuese olvidado e ingenuamente volvía a darles todo su amor. Y al lograrlo tenía que aguantar su depresión que duraba años.

 

Eran sus bebes, sus hijos, eran su familia… recordó la ves que Nagato encontró a Konan. Como la resguardo del incendio de esa choza donde su madre al igual que otras brujas fueron quemadas. Como durante días no pego ni un ojo rogando que la bebe se recuperara de sus lesiones… Como mientras los años pasaban miraba a Konan con recelo expectante al día que la mujer se marchara, más a diferencia de Yahiko Konan jamas tubo intención de irse. Suspiro aliviado… Al fin podría dejar de recoger los pedazos del corazón de Nagato. Los tres podrían seguir adelante. 

 

Suspiro. Si fallaban. Ya no tendría un lugar al cual regresar. Perderían su familia. Corrió con más ahínco, casi dejo de respirar por la preocupación y el miedo a fracasar.

 

-¡Se acercan!- Grito y tanto Naruto como Sasuke se miraron -Hibrido quédate en la cueva con la bebe. No salgan por nada del mundo-dijo Yahiko recuperando el aliento, mientras Naruto le miraba molesto, le había quitado las palabras de la boca.

 

-cuida a nuestra hija- fue lo unció que atino a decir Naruto al sentir la segunda presencia: Indra. Suspiro, aunque no quisiera terminaría ayudando. Konan salió de la cueva al sentir a Yahiko acercarse, mientras un soñoliento Nagato seguía bostezando como si nada pasara.

 

-Haces mucha bulla…-Le recrimino el infante antes de sentir como el lobo le daba un golpe por su dejadez.

 

-Konan has un hechizo sobre la cueva. Y después un círculo mágico de protección para Nagato- Yahiko continuaba dando órdenes. Y Naruto arqueaba las cejas no estaba acostumbrado a recibir órdenes de otros. Si obedecía a su madre era por cariño y respeto. Por su parte Sasuke recogía a su hija de los brazos de Konan y se adentraba a La cueva

 

-Sasuke. Cuida bien a nuestra hija… No tardaremos muchos-Dijo Nagato acariciando la cabecita de Sarada que aun dormía. Su acción enfureció a Naruto que tuvo que contenerse y ponerse atento a lo que se venía. Ya después el mismo despellejaría a Nagato.

 

-Déjame ver si entiendo. El chupasangre es la carnada. Apenas llegue nos lanzamos sobre Kaguya, la “Matamos” y luego a por Indra- Replico Naruto fastidiado- Seremos asesinados cruelmente- se quejó- Escapemos, vallamos con mi manada y así tendremos mas oportunidades.

 

-Si quieres eres libre de largarte-Dijo Yahiko tan frio que Naruto tembló de miedo. No era que lo conociera y supiera de sus capacidades, de hecho lo subestimaba. Pero en ese preciso momento sintió un gran poder y determinación, actitudes que solo un líder noble manifiesta pues en esa esencia se percibía la intención clara de proteger sin importar que a su manada. Naruto sintió Admiración pues frente a sus ojos veía a un verdadero Alfa… Quizás por eso los híbridos fueron tan ambicionados, si estos diez colas eran algo alucinante. Negó con la cabeza por admitir su inferioridad ante ese sujeto, pero no era hora de reflexiones.

 

-Me quedare- Dijo, esta vez abandonando todo tono de réplica y contradicción a las acciones de los demás, esta vez dijo esas palabras con respeto y se posiciono detrás de Yahiko acción que realizaba todo beta cuando reconocía a un alfa y aceptaba la tarea de seguirle y obedecerle incluso si esto significaba la muerte. Al fin El gran alfa de la manada del norte maduraba al grado de reconocer el poderío y mandato de Otro lobo.

 

Continuara…

Notas finales:

 

Le doy gracias a la vida pues creo que vale la pena cada camino recorrido con espinas o con plumas... Uno crece y se hace de caracter y personalidad... Al final simplemente somos el legados que dejamos cada año, sea bueno o malo.  

!Feliz año nuevo!


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