Guardian
Entre la oscuridad se miraron fijamente. Indra sospechaba lo que ocurría, sus sentidos le gritaban la presencia de sus padres, pero por más que buscaba con la mirada no los encontraba. Hacia cuanto que no sabía nada de ellos. Hacia cuanto sus padres se marginaron del mundo exterior artos de sus barbaries, deseaban dar a la humanidad una última oportunidad después de todo… Esa era su misión. Es decir ser los controladores de los humanos que eran los depredadores hasta el momento del fin de los tiempos cuando fueran llamados a rendir cuentas del avance de ese planeta, cuando el experimento concluyera y el árbol de la vida fuera destruido por sus propios frutos. Mas ahora de la nada aparecían. ¿Acaso el fin de la humanidad estaba cerca?
Miro como su cuerpo lentamente se desvanecía y era depositado en otro lugar, su puso que esa era obra de su madre, peor aún así no comprendió porque su aura estaba llena de oscuridad y más que todo rencor. Indra rara vez sintió miedo, quizás solo lo mostro frente de su padre cuando aún era un cachorro, quizás solo lo mostro frente de Kaguya cuando la conoció por primera vez. Pero jamas, jamas creyó sentirlo con su madre… Quizás todos estos milenios simplemente la subestimo y creyó que era la más débil de todas las especies.
….
Sasuke estaba aterrado viendo como lentamente era enterrado vivo por las rocas y como sus brazos no eran más que simples alfileres tratando de soportar a un elefante… Rápidamente cubrió con su tórax a Sarada. Si debía morir moriría con gusto, pero Sarada no tenía por qué seguirlo al más allá. Él había vivido lo suficiente para ser bastante y marcharse sin oposición, pero ella apenas veía la luz del día… apenas comenzaba a existir.
-No temas…-Escucho una voz dulce mezclada con un extraño matiz de execración. Abrió los ojos con incredibilidad, pues esa voz le resultaba tan familiar, pero rechazo la idea, quizás era Konan se dijo. Lentamente miro como su cuerpo y la pequeña Sarada era recubiertos por la oscuridad. El tiempo se detenía, para de la nada aparecer en otro lugar.
….
En un abrir y cerrar de ojos todos nuevamente se hallaban de pie en el mismo lugar, pero Indra simplemente había desaparecido.
Rápidamente Yahiko corría a ver a Nagato y lo cobijaba en sus fuertes y firmes brazos, mientras sentía la desesperación recorriendo cada poro y acelerando su corazón a mil por hora.
-¡Nagato! –Exclamo en tono de reproche y suplica. Naruto que lo miraba se asombró de ver como sus rasgos duros se ablandaban y daban paso a una expresión doliente, como si fuera un feroz padre que por en la desesperación de ver a su hijo herido tras una travesura tratase de regañarlo y llamar al hospital sin saber en qué orden debía proceder. Pero demonios ¿quién tiene cabeza para saber el orden a seguir cuando vez a alguien amando agonizar? -¡Nagato!- Volvió a llamar, no hubo respuesta-¡Nagato!- Otra vez pero esta vez grito con mayor intensidad y lo apretó fuertemente contra su humanidad.
Su cuerpo desnudo pudo sentir el frio cuerpo del infante vampiro y su pequeña existencia como si se tratase de una muñeca de porcelana soltó el agarre temiendo romperlo. Tan frío, tan liso, tan delicado… un simple muñeco de porcelana roto por su descuido-Nagato…-Repitió bajando el timbre de voz y tocando el fondo de la desesperación, simplemente su vocablo parecía olvidar el resto de las palabras existentes en el mundo para comunicarse… Solo podía decir su nombre una y otra vez. Mientras Konan mantenía su distancia y agachaba la cabeza conteniendo su llanto, pues si lloraba se convertiría en polvo, Debía ser fuerte, pues Yahiko la necesitaría. Pero por los cielos si de ella se tratase seguiría al infante vampiro al mismo infierno… Mordió sus labios mientras sus largas uñas arañaban sus brazos para infringirse heridas que le ayudaran a pensar en su bienestar y el de Yahiko. ¿Quién dijo que las brujas no tienen corazón? Lo que ocurre es que si se enfocan en los sentimientos son vulnerables… Si se enamoran, si establecen vínculos, lo más seguro es que su vida no sobrepase una década. Maldijo a Nagato por haberla cuidado, por ser amable con ella, por mostrarle una familia y enseñarle a vivir por ella. Konan que sobrevivió a la inquisición, que acogió el mensaje grabado en su mente por su madre, que supo cómo mantener la distancia y ser a su vez fiel a su causa, ahora todo se le venía encima y por los santos no sabía cómo afrontar al perdida de Nagato, ella que decidió quererlo por la seguridad saber que el infante vampiro era inmortal y jamas le vería morir… Ahora. ¿Qué hacer ahora?. Giro su mirada y la poso en Sasuke y la bebe… “Su deseo…” se dijo mentalmente, como si apilara motivos para seguir existiendo.
…
Quizás fue Konan la única que se percató de la presencia de Sasuke, todos miraban al infante vampiro agonizante, todos sin saber qué demonios hacer.
Sasuke que de la nada aparecía fuera de la cueva con Sarada en brazos mirando des de su distancia el drama de quienes lo acogieron y resguardaron todo este tiempo… se unió en su desesperación y con Konan solo atino a mantener silencio, pues comprendía que si ellos no eran capaces de hacer nada por Nagato, solo pensar una solución era inútil, ¿que podría hacer el más inútil del grupo más que interpretar el papel de la doncella en desgracia?. No quiso ser inoportuno, no quiso romper el momento de desahogo de las personas que salvaron sus vidas. Simplemente apretó a su hija contra su pecho y al fin se daba cuenta de algo. La niña había dejado de llorar y miraba con tristeza en dirección de Nagato. Sus manitos indicaban esa dirección, y un leve gemido ordenaba a su madre avanzar en esa dirección. Dudoso decidió obedecer a su pequeña, quien era el para negarle el último adiós a su padre adoptivo.
Sasuke suspiro y se animó a ver nuevamente al infante vampiro que se hallaba sujeto por el licántropo de cabellera naranja conocido como Yahiko, paso por alto la desnudes del cuerpo del mayor, la de Naruto. Simplemente deposito a su hija al lado del infante vampiro. Y todos miraron este acto con respeto y esperanza. Quizás esa niña diera al infante vampiro la fuerza que le faltaba para seguir la lucha por la vida.
Solo Naruto fue quien miro a Sasuke con asombro y desconfianza. Lentamente su instinto comenzaba a gritar que algo no estaba bien, pero sus sospechas se fueron al abismo cuando miro a su hija en el suelo.
Miraron con dolor la escena. Como la niña jalaba los cabellos del infante vampiro como si comprendiera que su existencia llegaba al final pues aun la sangre brotaba. Como si la niña imitara a Yahiko llamándolo reiteradas veces de la única forma que se le era posible.
-¿Y ahora qué?-Naruto rompió el silencio. Quizás por ser el más experimentado en cuento a pérdidas de compañeros. O quizás por no sentir tanta simpatía por el infante vampiro como lo sentían los demás. Solo rompió ese ambiente que parecía arrastrar el alma de los demás al infierno. Además habían muchas cosas más por qué preocuparse. Sí. Naruto fue el único que tuvo tiempo para notarlo o tomarle la suficiente importancia de la situación: ¿Qué demonios fue esa cosas oscura que rodeo el lugar?. Como rayos Sasuke apareció fuera, En que momento Indra desapareció, incluso su olor se esfumo como si fuera un acto de magia.
-Yahiko…-Llamo Sasuke con tono suave y respetuoso, tomando a Naruto del hombro indicándole de esa forma que callara, que él se encargaría, después de todo ser respetuoso no era fuerte de Naruto.
Yahiko que recuperaba conciencia de la situación al ver a la bebe que no solo jalaba el cabello de Nagato sino que le empujaba en otra dirección. Miro sus pequeñas manitas… ¿habría sido Así de pequeño cuando Nagato lo encontró? Se cuestionó. No. Por supuesto que no. Le pareció extraño que pensara eso y que a su vez dejara de sentir el dolor, como si su alma se adormeciera en modo de autodefensa pues aun debía proteger a Konan y a esa bebe que miraba con detenimiento. Esa manitos, esa pequeñas manitas que eran algo regordetas, seguían y seguían como si tomaran su lugar para animar al infante vampiro despertar. Giro al costado y miro algo que no había notado. La bebe no solo empujaba a Nagato sino señalaba de vez en cuando en dirección de Kaguya… O quizás solo era su imaginación.
Los iris de Yahiko se encogieron al sentir esa ideas cruzar su cabeza como si fuera un taladro. Rápidamente y asustando a todos levanto el cuerpo de Nagato y de un solo brinco llego hacia donde reposaba el cuerpo de Kaguya. “Quizás” “Quizás” “Quizás” su alma repetía. En segundos llegaba con Nagato al cuerpo de Kaguya y la tomaba de los cabellos para acercar su cuello a la boca del infante vampiro, pero Nagato no reaccionaba como esperaba.
Todos miraron con incredibilidad lo que concurría ¡¿Esta loco?! Pensó Naruto tratando de saltar para tratar de impedírselo, más una fuerza lo detuvo y entonces giro a ver de dónde provenía esa fuerza. Su rostro se quedó perplejo al ver se impedido de movimiento por… ¿La sombra de Sasuke?
Quizás en un inicio creyó que venía de Sasuke al ver como su sombra tocaba sus pies y el no podía moverse, más al poner mayor atención no era así. De hecho parecía que la sombra misma tenia vida propia, pues Sasuke estaba más ocupado en tomar a su hija en brazos y acunarla para calmar su desesperación de volver con Nagato.
-Sasuke-Llamo y Sasuke que mantenía sus ojos sobre su hija y Konan procesaba las intenciones de su hermano de crianza. Despertaba al oír la voz seria de Naruto.
-¿Sí?-Dijo mirándolo con la niña que aún seguía gimiendo y estirando las manos para llegar donde el infante vampiro. Tan insistente que amenazaba con empezar a llorar.
-Nada…-dijo para luego sentirse libre del agarre y caminar en dirección del lobo de diez colas comprendiendo que aquella sombra no deseaba ser expuesta a Sasuke. Sinceramente deseaba decir algo, pero no arriesgaría algún acto en contra de su pareja y su hija, además ahora deseaba ir donde Yahiko para impedirle cometer una estupidez.
Por más que Yahiko depositaba el cuello de Kaguya sobre la boca de Nagato, el infante no reaccionaba, así que simplemente cortó la cabeza de Kaguya en acto de desesperación para dejar que la poca sangre que aun emergía de esta cayeran en la boca de Nagato
-No funcionara-Dijo Naruto acercándose a Yahiko sin dejar de ver de vez en cuando la sombra de Sasuke.
-¡Cállate! Tú que demonios puedes sabré. Esto no es de tu incumbencia- Grito Yahiko mirándole ferozmente. Naruto agacho la cabeza como perro regañado por su amo, no es que fuera su amo, pero bueno… ¿qué derecho tenía el de romper las escasas esperanzas que tenía el lobo de diez colas?. Aunque no pudo creerlo al sentir como el olor del infante vampiro comenzaba a tomar fuerzas. Rápidamente sus ojos se clavaron en el cuerpo de Nagato y miro como las heridas lentamente comenzaban a cicatrizar.
-Imposible…-Dijo en un susurro mientras el resto corrían al escuchar la voz de Yahiko que decía: Reacciona.
Naruto miro como uno a uno lo dejaban atrás y se amontonaban alrededor de Nagato y Yahiko. Todos felices… Como una familia. Algo se volvía a romper dentro del corazón de Naruto que nuevamente contemplaba a Sasuke de espaldas. Comenzó a frotarse la cien… Tenía mucho en que pensar. De hecho por segundos maldijo el resurgimiento del vampiro, eso complicarían las cosas con Sasuke.
-Cállate- Dijo Yahiko en tono de regaño a Naruto, que solo arqueo con las cejas y suspiro… Sinceramente nada de lo que comenzaba a ocurrir le agradaba. Y menos le agradaría al descubrir a aquel hombre enmascarado parado detrás suyo que la tocar su hombro le dio un susto de muerte.
-Ha nacido un nuevo guardián- Dijo Menma a un aterrado Naruto que recuperaba su compostura, para enfrentar al extraño con su mirada amenazante, mas Menma alzo ambas manos en símbolo de derrota, estaba más interesado en lo que comenzaba a ocurrir y deseoso de indagar más las acciones de Mikoto, que ponerse a matar al hibrido y sus lacayos.