Guerra II
Cual río desbordado las sombras salían de la cueva cubriendo todo y en todas las direcciones. Los humanos miraron las sombras y se quedaron perplejos, tanto así que por leves segundos se congelaron.
Danzo fue el primer licántropo en percatarse y girar para saber que aterraba a los humanos, pues no sentía olor alguno ni ruido extraño. Más al ver las sombras reacciono velos mente.
-¡Retirada!-Dijo Danzo. Shikamaru al oírlo volteo y dejo de perseguir a Kiba pues miraba la nueva amenaza.
-Tks-Chasqueo los dientes- ¡RETIRADA!- Corroboro las órdenes del beta, esto era algo nuevo y desconocido, debía ser evaluado y no arriesgarse. Las sombras dejaron una cosa en claro, cuando entraron en contacto con los primeros humanos: Era mortal.
Shikamaru miro como los humanos morían al contacto con las sombras, se quedo quieto y atento a esas sombras. No por gusto, sino porque deseaba analizar alguna forma de lidiar con ella y usaría la desesperación de algunos humanos que usaban las armas que tenían y sus gases para luchar contra esas sombras sin éxito. Suspiro… Fue casi una pérdida de tiempo, se echó a correr, la estrategia más segura era la retirada, Esas sombras incrementaban su velocidad según mataban, Incluso sintió la desesperación de algunos licántropos al ser alcanzados por las sombras y morir. Esa cosa no distinguía especies. Los quería muertos a todos. Entonces Grito– ¡Dense prisa. Según mata aumenta su energía. Aléjense todo cuanto puedan, debe tener un límite de avance!- Al estar en su forma lobuna solo los licántropos comprendieron cada orden y la información. Todos aumentaron su velocidad.
Los licántropos ignoraban a los humanos que también huían, muchos quedaban atrapados entre las paltas de las enormes bestias y eran aplastados o mordidos por ser unos estorbos en su camino. Shikamaru que de momento en momento paraba para ver la situación miro incrédulo como el equilibrio de la batalla cambiaba al intervenir un tercer factor, las cosas se ponían a su favor, pero aun así nuevamente acelero la marcha.
Esta vez se concentró en lo que se hallaba delante: el tercer escuadrón, y allí Kiba mirando de mala gana. Shikamaru suspiro, supuso que Kiba debía ser una especie de chico con suerte, pues incluso los humanos del tercer escuadrón y esa rara chica, todos retrocedían y ni atención le prestaron, y este de mala gana seguía allí adelante esperándolos para luego seguir corriendo. Supuso que los llamaría lentos y diría alguna tonta excusa, pero que importaban. Se dijo, pues si analizaba por el simple hecho de correr tras Kiba había roto el orden de la manada, casi los llevaba a la derrota… “Gracias sombras… supongo” dijo para sí.
…
Las simples corrientes de sombras que hasta el momento solo rozaban y mataban, ahora comenzaban a sacar manos como tratando de alcanzar a los que huían de su poderío, como si estuviera deseosa de arrebatar al vida de cuantos pudiera, incluso muchos escuchaban murmullos antes de morir. “Donde esta…”
…
Aun parados mirando como todos comenzaban a correr tras el grito de Danzo, el grupo de Naruto giraba a ver que pasaba cuando miraron las sombras. La imagen de Sasuke se le venía la cabeza a Naruto, claro, esas sombras que se prendía de Sasuke… se dijo.
-Nagato-Llamo Naruto al infante vampiro que miraba impresionado las sombras hasta estaba algo emocionado de verlas, jamas había visto algo similar “La sombra asesina” la llamo mentalmente - ¿Dónde dejaste a Sasuke y los niños?-Pregunto Naruto mirando como las sombras emergían de una de las cuevas.
-…- Nagato no respondió, al contrario tan rápido como pudo trato de correr hacia las sombras más fue Yahiko el que lo cogió del aire deteniendo su marcha.-¡¿QUÉ HACES YAHIKO?! ¡SUELTAME, DEBO IR A POR SASUEK Y LOS BEBES! ¡SUELTAME! ¡SUELTAME!- comenzaba una brutal lucha por su libertar. Nagato estaba tan ciego por la desesperación de recuperar a los bebes y Sasuke que comenzó a usar todas sus fuerzas contra Yahiko para liberarse de sus brazos. Por otra parte aunque el infante pudiera volar, para entrar a la cueva entraría en contacto con la sombra y Yahiko no estaba dispuesto a correr riesgos.
-¡Nagato cálmate!, están bi…-Intento hablar Konan mas Yahiko hecho furia grito. Konan callo al verlo, como siempre regañando y cuidando de Nagato, supuso que Nagato iniciaría otro berrinche. Decidió mantenerse atenta a las sombras.
-¡IDIOTA! ¡NO PUEDES IR!- Yahiko que ya se percataba de la operación de las sombras.
Como si Yahiko y Konan le hablara en otro idioma, simplemente Nagato no lo entendía, y arto de no poder liberarse de ese maldito agarre de oso, comenzó a morderlo una y otra vez para que lo soltara de una maldita vez. Hasta sentir como era liberado del agarre. Victoria, se dijo volviendo a saltar, al igual que Naruto que ya se hallaba en marcha hacia la cueva, cuando de la nada Menma aparecía frente a Naruto.
Naruto en su forma lobuna quedo perplejo, tanto que volvía a ser humano sin poder creer lo que miraba. Dios era su misma cara.
-¡Eres igualito a mí!-Le grito apuntándole con el dedo
-Por los cielo. Soy su ancestro, era obvio que alguno sacara mi cara… ese fuiste tú. Deja de…-Ambos giraron un grito llamo su atención.
-¡YAHIKOOOOOOO!-Grito a mas no poder Konan, en un grito tan desgarrador que Nagato se detuvo en seco, sintiendo en su piel fría una sensación de terror, más que el que sintió cuando Kaguya trataba de matarlo.
Lentamente giro la cabeza para ver que había ocurrido para que la calmada Konan soltara tal desgarrador grito, y porque ese grito llamaba a Yahiko como si este estuviera muerto… lentamente dejo de flotar en el aire y cayó al suelo para caminar perezosamente al lugar de los hechos.
Sus ojos miraban a Konan, la hechicera que crio desde que era un bebe allí tirada en el suelo sujetando a duras penas el cuerpo pesado de Yahiko sobre sus rodillas, sus cabellos cubrían su rostro. Konan apagaba nuevamente sus gritos mordiendo sus labios y de la nada volvía a poner sus manos sobre los brazos de Yahiko, para luego de segundos hundir su cabeza sobre el pecho de Yahiko llenándolo en suspiros, pues estaba luchando por no derrumbarse y llorar, de sus labios maltratados comenzaron a aparecer rajaduras, rajaduras que aparecían también en sus delgadas y finas manos, como si fuera una muñeca de porcelana rota, las rajaduras se pronunciaban más y más. Nagato seguía caminado y llorando al mismo tiempo sus manos cubrían su nuca y repetía una y otra en su mente ¿Qué he hecho?, simplemente ya no pudo caminar al estar a medio metro de sus dos compañeros. Solo se dejó caer al suelo y siguió llorando sin saber que más hacer. ¿El había matado a Yahiko?
…
-¿Pero qué?-Dijo Naruto tratando de correr hacia el trio para ver qué pasaba, mas Menma lo detuvo y negó.
-Es tarde para él… recibió varias mordidas del vampiro-concluyo Menma
-Pero que dices, esa cosa ya me mordió a mí antes y…
-Antes no era un guardián-Fueron la únicas palabras de Menma, antes de que Naruto se soltara y lo encarara fijamente a los ojos
-¿Tú no puedes hacer nada. Se supone que eres el padre de especies?- dijo Naruto con enfado. Este tipo, Naruto estaba seguro que pudo evitar que eso ocurriera, estaba seguro que para el cuyo semblante se mantenía tranquilo, podía haber evitado todo, incluso pudo sacar Sasuke y los bebes de la cueva, mas no hizo nada más que aparecer de aquí para haya dar unas palabritas y retirarse. ¿Qué carajos hacia aquí si no iba ayudar a nadie? Que se regresara de donde viniera.
-Soy el padre de especies. Soy fuerte y puedo crear cosas de la materia misma, atravesar dimensiones y reescribir la historia con los libros. Pero la única que podía revivir muertos era mi esposa Mikoto, regresar un alma se me es imposible.
……..
Las sombras pasaron por su lado más el campo de energía de Menma las repelieron si el menor inconveniente.
Allí frente y completamente solo Fugaku seguía parado sobre uno de los tanques mirando las sombras con cara incrédula. Parecía que las sombras no tenían la menor intención de detenerse, más al llegar a las faldas del tanque, simplemente hicieron un círculo evitando todo contacto con Fugaku y siguieron su camino. El hombre que aceptaba su derrota ante tal fenómeno, y aceptaba su destino como todo buen capitán quedo anonadado al ver como la muerte parecía escapar de su presencia. ¿Qué pasaba?. Fue entonces que escucho nuevamente el susurro de Mikoto
“Si algo le pasa a este niño. Volver a verme será lo último que desearas por el viento tuyo y el de tu especie…”
El hombre rápidamente giro y busco de donde se originaba las sombras y vio la cueva. Quizás allí se hallaba Mikoto. Si era así debía matarla, pues esas sombras que parecían no acabarse nunca y tenía la capacidad de matar, a este paso llegarían a algún poblado cercano…- Maldita sea… ¡MIKOTOOOO!
Grito a los cuatro vientos. Menma rio a medias mirando como el hombre corría entre las sombras que le abrían paso hacia la cueva…
….
Naruto se paraba frente al trio. Deposito una mano sobre el hombro de Nagato
-Yo…Yo…-Decía a medias Nagato con la cara llena de lágrimas de sangre y esos dientes filos a medio ver, la nariz mocosa y al expresión de miedo, de desesperación- Yo… yo no quería lastimarlo-finalmente completo apretando su cabeza con las manos- es solo que… antes lo mordía y no pasaba anda… solo. Solo…
-Ahora eres un guardián toma conciencia de eso –Dijo Konan con la voz seca y en tono frio. Un tono tan ajeno para Nagato que sintió cada palabra como una estaca en el corazón
-Pero tú puedes… tu-Dijo a Konan que giro su mirada al Nagato
-¡¿QUÉ DEMONIOS CREES QUE HE ESTADO HACIENDO?! ¡¿JUGANDO?!-Dijo en gritos. Para mirarlo fijamente, los ojos de la hechicera estaban rojo, estaba tan cerca de llorar, estaba tan llena de impotencia y rabia y odio. Que al ver la cara de Nagato rápidamente volvió a girar y se enfocó en Yahiko. Para mirar sus brazos y ver como el veneno lo cubría casi por completo, podía verlo avanzar por casi todas las venas de su cuerpo, tan rápido tan mortífero, cuantas mordidas fueron: siete. Tres en un brazo y otras cuatro en el otro.
Los finos dedos de la hechicera se resbalaron por el rostro firme de Yahiko que aun que se mostraba molesto por el dolor del veneno aun trataba de luchar por abrir los ojo nuevamente. Konan volvía morderse el labio inferior y a agachar su cabeza en el hombro de Yahiko
-No mueras… por favor…-Le suplico, la mujer de ojos miel con tanta dulzura y miedo- Yahiko… te necesito…no mueras si tú lo haces… yo también moriré… porque te amo tanto…tanto… tanto… tanto… que sin ti solo seré un cascaron vacío… sin no tendré excusa de vivir y seguir- La cara de Konan lentamente se comenzaba a quebrar más y más, sus ojos se humedecían más y más -tan vacía… tan seca que solo tengo una simple lagrima… una maldita lagrima, que patética soy… ni siquiera puedo entregarte un corazón... o mi vida por la tuya… Porque me enamore de ti… Porque me hiciste feliz. Porque… no puedo darte nada más… si tú te llegas a ir ¿Qué va a ser de mí?
En medio del dolor Yahiko escuchaba nuevamente a Konan, una y otra vez llamándolo, amenazándole con morirse si el moría. Trato tanto de volver a abrir los ojos y calmarla, de consolarla, de parrase y demostrar que era el más fuerte. Que podía protegerlo y seguir siendo una familia.
Konan la hechicera, la mujer que nació con una magia tan fuerte que su cuerpo mismo estaba vacío desde su nacimiento y era simplemente un cascaron que resguardaba como remanso de su humanidad una lágrima como corazón. Y que no eran eso todos los hechiceros, simples cuerpos vacíos con una simple lágrima que al derramarla simplemente podían fin a su longeva existencia.
Puso todo su empeño en elevar una mano y calmarla. Después de todo ella era su familia, igual que Nagato pero diferente a la vez. La chica que jamas causaba problemas y siempre lo apoyaba. La mujer que se le confeso hace dos siglos, a quien prometió una respuesta después de acabar con Kaguya. Era verdad… Nunca le dio una respuesta y Kaguya ya estaba muerta. Se recrimino Yahiko… Tenía que darle una respuesta. No quería dejar pendientes. Debía darle una respuesta.
Konan miro perpleja como la mano de Yahiko se ponía sobre su mejilla y abrió los ojos fugazmente, tratando de pronunciar palabra alguna sin éxito. Más Konan lo comprendió. Como no comprenderlo si lo conocía también. Como no entenderlo si estuvo con él desde hacía más de dos siglos. Atrapo aquella mano que nuevamente caia entre sus brazos y la llevo hacia su cara y la beso para luego levantarse al sentir como la vida abandonaba el cuerpo de Yahiko.
La hechicera elevo sus manos y el cuerpo de Yahiko se elevó en el aire
-¿Qué haces Konan?-Pregunto Nagato tratando de detenerla. Yahiko no podía morir, no podía dejarlos solos.
-Nagato…-Dijo Konan con voz dulce, pero sin verlo- En este mundo nada es para siempre. El alma no es de este mundo y es eterna… Solo tomo lo que es mío antes de que al muerte me lo arrebate-concluyo y entre sus manos aparecía una luz color naranja que lentamente se introducía en el cuerpo vacío de Konan, mientras el cuerpo de Yahiko se convertía en polvo- Yahiko siempre estará con nosotros así que…- Giro y miro fijamente a Nagato para luego darle tremenda cachetada- !DEJA DE LLORAR Y PONTE ATENTO…!-Calmo su voz y acaricio su cabeza, pues aunque ella lo golperara, Nagato apenas si sentiria sus golpes- Yahiko no estará por algún tiempo para cuidarte
-¿Por algún tiempo?-dijo Nagato comenzándose a secar las lágrimas-¿Puedes usar magia para traerlo a la vida?-Interrogo Nagato dibujando una sonrisa esperanzadora
-No… Pero…- Miro a Menma “Quiero oír su respuesta”- Levántate Nagato. Aún seguimos en una guerra. Dijo Konan con el rostro rajado e ambas mejillas.
Konan suspiro, ser la niñera de cabeza era muy dificil... y solo llebaba siendolo 15 segundos.
Deposito su mano sobre su pecho... de alguna forma u otra encontraria una manera de regresarlo a la vida. sin importar que.