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Especies por pk2solitarios

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Notas del capitulo:

Uf. tiempo sin escribir, pero la inspiracion y la salud me abandonaron. ahora estoy bien y nuevamente cargando mi imaginacion. Espero les agrade este capitulo. ya casi llegamos al final. 

Guerra III

Dolor, llanto, desesperación. Tantas emociones que embargaban el ser de esa persona. Sasuke podía sentirlo. Sentía lastima, pero no tenía tiempo para compadecerla. Era solo un simple humano que podía procrear vida, pero nada más. Su propio cuerpo estaba ardiendo en llamas por causa del gas mostaza y para colmo los niños apagaban su llanto. Trato de verlos pero sus ojos no veían claro. Quizás por la oscuridad de la cueva o quizás por el ardor de sus globos oculares por causa del gas. Elevo sus manos en busca de ambos bebes. Dios, como deseaba tocarlos, darles cobijo… saber que aún seguían vivos.

Estirando sus manos ante la oscuridad sintió sus cuerpecitos que se enfriaban, sin dudarlo se arrastró como pudo al lado de ambos bebes y trato de cubrirlos lo más que pudo con su cuerpo. Pese a sus esfuerzos también el gas afecto a ambos bebes. Los pequeños e indefensos vivieron un tortura. Primero con el gas que se impregno a su piel después cuando el trato de impedir que lo respiraran, sofoco a ambos niños… ¿cuánta agonía soportaron ambos niños? Cuanto tiempo lloraron desesperados por auxilio entre llantos mudos que a su vez los ahogaba. Aun cuando sus cuerpos eran de licántropos, no dejaban de ser indefensos internamente. Y nada de lo que hiciera o el tratase de hacer podría calmar su tormento. Necesitaban asistencia médica y en esos precisos momentos no la tendrían.  Llamo a Naruto mentalmente pero el rubio no acudía a sus llamadas. Claro como acudir si se hallaba en plena guerra.

Qué triste era saber que la vida de lo que amabas se marchaba y tu impotente quizás si saldrías vivo por ser mayor, por tener más resistencia… Pensar en una vida sin su hija… era el mismo infierno. Lo abrazo con más fuerza y susurro el nombre de ambos. El también esperaría la muerte al sentir como el cuerpo de ambos bebes comenzaba a enfriarse. Simplemente ignoro el dolor de su cuerpo y los abrazo.

Las sombras que emergían de su brazo se despendieron de su cuerpo y formaron una figura femenina que se sentó a su lado y acaricio su frente mirándolo con ternura y a la vez con desprecio. Extraño sentimiento. Con Itachi simplemente era amor, pues las circunstancias de su nacimiento fueron diferentes al nacimiento de Sasuke. Si bien hizo lo que toda madre verdadera hace en momentos de guerra: Velar por el bienestar de su hijo. Renuncio a Itachi por mantener con vida a Sasuke. Itachi… Creyó que hacia lo correcto pero ahora que podía ver a este niño convertido en hombre frente suyo, no sentía nada… Quizás por no haber convivido con él cómo convivio con Itachi, quizás por tener conciencia de que era hijo de ese hombre que arrebato la vida de su otro hijo. Usarlo como su ancla en este mundo… Si. Sasuke en todos estos años fue su ancla para evitar desaparecer por completo, para ejecutar su venganza y ahora en la hora de su muerte se recrimino no sentir piedad por este muchacho que llevaba su sangre. Recordó como sus células se alteraron al sentir que caia por aquel helicóptero, pudo salvarlo de todas las heridas, pero no se sintió con ganas de despertar, solo al sentir su brazo recibir tan fuerte impacto y herida que lentamente se gangrenaría reacciono y lo corto. Se concentró allí. Cuando sintió a ese segundo ser dentro suyo, solo le afecto a melancolía y el vago recuerdo de su instinto materno… Le devolvió el brazo, se aferró a su sombra. Pero solo hizo cada movimiento por que así lo dictaba su conciencia. Porque así lo debía hacer cada madre. Pero como combatir la rabia y el odio que tenía dentro al recordar a ese hombre. Dios… Este también llevaba su sangre, llevaba la sangre del asesino de Itachi. Sintió como los signos vitales de Sasuke llegaban al límite. Quiso llorar, sentir tristeza alguna, peor no fue capaz. Solo sentía el deseo de destruir todo lo que tenía a su alrededor. Esa era la última voluntad de Mikoto cuando aún vivía. La razón por la cual la creo, un simple manojo de sombras que buscaban vengar a ese niño asesinado, a esa mujer desdichada. Acabar con todo lo que la lastimo en vida.

-Te salve una vez… Te protegí tanta veces… es hora de cumplir con tu hermano y dejarte ir…- le dijo acariciando su mejilla. Su otro hijo aun clamaba en su memoria por venganza. Mikoto toco la frente de Sasuke y le arrebato la vida para que dejara de sufrir, creyó que era lo más piadoso, después de todo ese mundo perecería- Tu alma será libre en otro mundo, otra historia… este mundo pronto llegara a su fin…- Miro a los dos bebes… Ambos sin madre. Ambos en medio de una guerra sangrienta. Ambos llevando la sangre de licántropos, los mismo que asesinaron a su especie… feroces depredadores, pues su hijo mismo había demostrado su ferocidad matando a dos de sus hermanas solo por el poderío. Más de esas bestias. Miro con desagrado… Pero tampoco podía odiarlos por completo, llevaban su sangre.- Dejare que los cobijes en otro mundo… ¿serán felices?… dependerá de su suerte-Repuso antes de tocar su frente y recordó como Danzo le arrebato el cuerno de la frente, como Indra fue testigo y participe de aquella trampa que dio inicio a su cruel desenlace. ¡Que rabia! y dolor saber que tu sangre te ha traicionado. Un hijo por el cual velaste años, cientos de años. Y el volviéndose un feroz bestia por causa del amor de una mujer que murió a manos de Kaguya. Rio… su pequeña hija, fue la que también vivió un clavario por su naturaleza. Acaso se había equivocado el árbol de la vida al crearlos. Acaso debía ella corregir los errores del árbol de la vida. Pues lo humanos eran bestias depredadoras, los licántropos asesinos y codiciosos como los humanos.

Los vampiros ya se hallaban casi extintos y por más maldad que causaron ya habían pagado con su extinción. Además ellos que debían ser los villanos, resultaron ser víctimas de los licántropos. El resto de especies… casi no podía sentirlos. A cuántos hijos suyos perdió por culpa de los humanos, por causa de Indra. Alzo su cabeza y pudo sentir a Menma.

El amado de su creadora. El hombre que siempre busco protegerla y construyo un castillo para liberarla de la cruel realidad que envolvía al mundo con el pasar de los años. “Menma…” dijo en su mente mirando su actual forma. Era solo la sombra de quien fue. Su cuerpo había sido erradicado, solo quedaba este mendrugo de su existencia… Podía volver con su amado. En el fondo de su alma lo deseaba, deseaba renacer, pero era algo que los padres de especie no podían hacer. Por lago eran tan poderosos, para vivir casi una eternidad, pero una vez muertos no podrían renacer al igual que no podían detener el tiempo no volver atrás.

Su amado. Lo había condenado a la soledad por culpa de su piedad y bondad, por no querer lastimar a unos licántropos ni a Indra, perdió su cuerno… se quedó vulnerable y al final perdió su ser y solo quedo su sombra vengativa. Miro el techo de la cueva y el cuerpo sin vida de Sasuke. Que le podía dar a su amado para que no sufriera su partida definitiva. Que podía darle para amortiguar su soledad eterna. Las lágrimas la llenaron. Su amado se quedaría solo en un mundo deshabitado, donde ni Adán, ni Eva darían vida a los humanos, donde ella no estaría para recrear las especies. Donde el mismo árbol de la vida se secaría sin el poder de ambos. Su amado sería el más dañado de todos por su acción.

Po9rque en ese momento no lo recordó. Porque decidió tal venganza… Se sentó en suelo mientras las sombras comenzaron a correr ya no a los costados de la tierra tratando de devorar todo a su paso para acrecentar su poder. Sino hacia arriba para oscurecer el mismo planeta y dejarlo en las tinieblas. Mirar marchitar cada especie y al vida misma. Para después de un año dejar entrar al sol a que reviva la vida pero sin los humanos, sin su descendencia. Un mundo repleto de plantas y animales, seres irracionales que alcanzarán la paz. Pero Menma, su amado Menma sería el único ser racional atrapado en ese mundo vacío. Solo. Negó con la cabeza.

Aun cuando creara en mundos paralelos una imagen suya, no sería ella. Y aun si por milagro resultara parecerse a ella ¿Podía hacerle feliz nuevamente cuando ni ella creía poder ser feliz nunca?. Y es que tenía tanto dolor en su pecho. Tantas angustias, tanto desconsuelo… Había perdido a todos sus hijos y el único que aún quedaba de pie tendría que matarlo ella misma. ¿Con que cara miraría a Menma? Con que cara podría hacerle frente y confesar su traición. Se arrodillo sobre el suelo y lágrimas salían de los ojos vacíos de aquella silueta femenina.

“Menma” “Menma” “Menma” “Menma” “Menma”

Repetía

-Te amo-escucho un susurro desde afuera de la cueva- no por ser la mujer creada para mí. Me enamore de ti, de cada aspecto tuyo…- Resonó. Más Mikoto negó con la cabeza. Pobre de su amado que había perdido a su amada. Pues lo que quedaba de quien fue Mikoto era solo el dolor, la rabia y la tristeza y la venganza. Se levantó. Era momento de acabar con esta guerra. De acabar con los humanos y licántropos para siempre.

Menma agacho su cabeza y empuño sus manos. Aquel ser le daba su respuesta a su último intento de recuperarla… Miro las sombras cubriendo el cielo y sin poder evitarlo camino hacia Fugaku y no pudo detener su marcha. Mientras sus ojos derramaban lágrimas. Había perdido nuevamente a su amada. ¿Alguna vez la había tenido? ¿Fue su culpa por dejarla ir sola? Por no tomar su mano y acompañarla a ese mundo nuevo que se formaba en la superficie, donde sus hijos se enredaban con los humanos y lentamente se volvían más semejantes a ellos y cometían sus mismos errores.

El amor era un maldito castigo, más si eres casi omnipotente como ellos dos. Al perder a uno, sabes que no habrá nada en este mundo que pueda remplazarlo. Comprendía a Indra, era un claro ejemplo de una persona sola que solo buscaba la venganza pues no podía recuperar lo que la muerte le había arrebatado. Pero Mikoto ya no comprendía nada, solo era un pequeño retazo de lo que fue una vez, solo era su ultima voluntad. Destruir a quienes la destruyeron, a quienes le arrebataron a su hijo y lo hicieron padecer. 

La mirada de todos se ponía en lo alto del cielo, donde las sombra comenzaba  a cubrir la luz de luna dejándolos en la completa oscuridad. Más de la nada miraron como el padre de especies caminaba como si estuviera borracho en dirección de Fugaku, era su imaginación o estaba llorando.

-Tu…-Dijo sorprendiendo a todos. Era la primera vez que veían a padre de especies perder los estribos, la compostura. Indra se estremeció desde su distancia comprendiendo lo que ocurría - Tu…-Volvió a decir desolado- Me lo abrevaste todo… todo lo que amaba… la mujer que amaba y la convertiste en esto- señalo la cueva donde las sombras ascendían hacia el cielo- Ella era débil, incapaz de lastimar a criatura alguna… siempre busque que fuera así. Siempre me encargue de cada combate y adversidad. Pero tampoco pude negarle la libertada. Tu… si la amaste ¿Por qué no la protegiste? ¿Por qué dejaste que aquello pasara…? ¿Por qué le arrebataste su luz… y la convertiste en esto…?- Pregunto sin comprender como un ser tan insignificante como era un simple humana terminaba destrozándolo. Rendido ante el dolor y  la realidad simplemente cayó sobre sus rodillas. El ultimo pensamiento de Mikoto se perdía ante las sombras y dejaba su forma humana para fusionarse con las sombras y dejar de dudar… tenía que cumplir su última voluntad - Mataste a Mikoto… a mi dulce Mikoto y déjate esa cosa en su lugar…-concluyo agachando la cabeza tan dolido, tan destrozado-Mátame a mi ahora… Que todo acabara… El mundo ha llegado a su fin y la oscuridad reinara. Al menos quiero morir de la misma forma que ella murió, llegar a ese infierno donde ella descansa y poder sentir su calidez una vez más… cientos de libros a aparecieron a su alrededor. Mientras Fugaku lo miraba perplejo. Jamas espero esto. La victoria sabia tan amarga. Como ese hombre que apenas conocía que era la verdadera pareja de Mikoto, abandonaba todo por seguirla y el… Primero fue su especie. Aunque la amaba la destruyo. ¿Realmente la amaba? Se cuestionó. Acaso cuando uno ama a otra persona no es normal: protegerla, estar a su lado, ponerla ante todo más cuando es la madre de tu hijo. Cuidar a tu familia… En qué momento todo eso quedo en segundo plano y se dejó segar por sus obligaciones y el poder. En qué momento dejo que su rencor dominara la pacifica vida que ese ser le daba por leves horas pese a sus limitaciones.

-Yo…-Trato de decir algo Fugaku al ver al padre de especies con esa expresión de derrota, al verlo indefenso, podría matarlo ahora mismo, pero algo dentro suyo le decía que eso no cambiaría las cosas. Aquello que se escondía en la cueva había demostrado una milésima de su poder. Aquello era Mikoto o lo que quedo de ella, pues la Mikoto que ambos amaron se perdió en sus manos cuanto la asesino, cuando mato al hijo de ambos. Solo la Mikoto que el creo por cumplir con su especie quedo en su lugar, un ser cargado de ira y deseos de venganza…

“volverme a ver será lo último que desearas en tu vida. Por tu bien, por el bien de tu especie…”

Lentamente sintió como el aire le faltaba y como su corazón comenzaba a comprimirse. Acaso… Miro a Menma. Ese era el poder de los padres de especie. Se cuestionó comprendiendo que no eran rivales para esos seres descomunales. Menma apenas si le dedico una última miraba antes de deshacer sus puños y extender sus dedos. El cuerpo de Fugaku era descuartizado por esa simple acción.

Menma lo miro derrotado. Tan solo oír esos pensamientos y recordar las palabras de Mikoto en su último aliento… Lo sacó de quicio y acabo con su existencia. Menma se levantó del suelo camino y todos lo miraron y retrocedieron, solo los cientos de libros lo cubrían, Giro su mirada hacia Naruto, Nagato y Konan, para luego mirar a Indra que seguía en una distancia segura.

-Esto es lo único que puedo hacer por ti-dijo entregando los libros- En alguna de estas dimensiones se halla tanto tu pareja como tus hijo… En este mundo ellos jamas podrán regresar. Es la ley de la vida. Solo ella podía romperla, pero ahora ya no existe nada de Ella. Al menos tú puedes llegar a ellos. No será fácil, no será sencillo. Pero si realmente lo amaste y quisiste a esos niños… podrás vencer la maldición de odio que Mikoto tiene dentro de su corazón y persigue a su descendencia. Quizás en alguno de estos libros… Llegues a ser feliz con él a tu lado. Quizás recuperes a tus amigos… Quizás… Es lo único que puedo hacer por ustedes.  

Giro su cabeza y miro a su hijo

-Indra-Dijo antes de escoger uno de los libros al azar y al abrirlo se formó un portal

Indra que se mantenía al distancia miro a su padre y sintió el miedo recorrer cu carne-Tu madre ha decidido acabar con tu especie. Ella te dio la vida y puede arrebatártela. Me parece justo… Si aún tienes una pisca de sentido común…-Arrojo un diminuto libro lejos cayendo justo a sus pies- Aun si aceptas escapar de este exterminio, Nunca jamas veras a esa mujer. Vagaras solo por aquella dimensión y una vez acabe tu vida como humano… morirás.

Apenas oyó aquellas palabras Indra se abalanzó sobre Menma tratando de acabar con su existencia antes de que este desapareciera de ese lugar. Al menos debía detenerlo a él y apoderarse de su poder. Así podría saltar de dimensión en dimensión. Poder recuperar todo lo que perdió. Maldijo el haber fallado con los cuernos de unicornio, su estupidez de suplicar a su madre para que rompiera las reglas y reviviera y ante su negativa, su tonta idea de ayudar a Danzo para arrebatarle su poder. Jamas imagino las consecuencias de esa esa acción.

-¡Espera!-Grito al verlo desvanecerse entre los libros, para luego caer derrotado mirando el cielo oscuro y tomando aquel libro.

Todos lo miraron perplejos. Indra que miraba el libro derrotado. Para luego alzar la mirada a la cueva. Podía huir o podía hacer lo correcto esta vez.

-Escuchar todas ahora-Grito desesperado- Debemos matar a ese ser. Ya no es la madre de especies. Es solo su sombra. De no hacerlo ella terminara matando tanto a  licántropos como humanos por igual, acabara con la vida tal como la conocemos. ¡Comprendéis! Ella es la oscuridad que cubrirá el mundo destruyendo la vida.

Todos elevaron su mirada en dirección de Indra. Acaso decía la verdad

-Alto-Grito Naruto no convencido de lo que oía-Esa cosas no es tan mala. Esa cosa…-Cayo al tomar conciencia de las palabras que le dijo Menma, Miro la cueva y trago saliva.

 Indra le miro y rio por su inocencia violada por la cruda realidad.

-Estúpido. Acaso no lo ha sentido todavía. Toda la vida que se hallaba en esa cueva ha sido extinta. Eso incluye a tu pareja y esos niños. Menma te dio una solución, pero acaso planeas huir y abandonar a tu especie. Traicionar esta dimensión-Dijo como si se lo dijera a sí mismo.

Todos se pararon y miraron mutuamente. Las palabras de Indra aprecian tomar fuerza y sea cual sea la razón, ninguna especie podía darse el lujo de ser destruidas solo por la furia de la madre de especies.

Notas finales:

Gracias por los Reviews.

bye se cuidan. 


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