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Especies por pk2solitarios

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Notas del capitulo:

fuuuu. que dificil hacer este capìtulo... espero sea de su agrado aunque yo misma lo senti forzado. pero se me salia de las manos...

T-T

No ha  sentido que al aveces las historias se escapan de control y ... te quedas chica para manejarla. 

Bueno solo falta al ova y acabamo con esto. Mil gracias por el tiepo que le dedicaron a leer el fic. por lso reviews... Mil gracias. 

Agridulce…

Temari miraba incrédula como la persona que conoció como su familia moría en fácilmente. El él hombre cuya fuerza y determinación lo subió a lo más alto de la escala de poder.

Sus dedos finos y firmes, que se halaban callosos por el duro entrenamiento con las diversas armas blancas que debió aprender a dominar. Ese hombre siquiera sabía lo importante que era para su vida. Supuso que no. Fuerza, determinación, comprensión de las prioridades… Se levantó y miro el panorama desolador. Prioridad… ¿Cuál era a hora su prioridad?: la supervivencia. Se dijo.

Ni corta ni perezosa miro la cueva, recordó el procedimiento de las armas. Esas armas que tenían tanto Fugaku, como ella, el resto eran más de débiles pues solo fueron bañadas con la sangre de Itachi, más su espada y la de Fugaku estaban bañada en la sangre de Itachi y Mikoto.

“Si una vez la mataron…” se dijo corriendo ante los ojos atentos de todos que quedaron paralizados por la visión de su futuro sombrío.

-¿Qué pretende?-dijo Konan mirándola.- Solo es una humana…- cuestiono desesperanzada. Quizás por ser una hechicera y percibir el grado de poder de esas sombras que ahora cubrían el cielo nocturno.  Cuando analizo el trayecto de esta guerra. Aquellas armas eran de alguna forma letales para los licántropos… Quizás… Miro a Nagato y luego a Indra.

Nagato con su mentalidad de niño miraba con sus ojos abiertos por el asombro el cielo para luego por costumbre buscar a Yahiko para preguntarle que hacían, ahora el licántropo ya no estaba  a su lado para meditar el siguiente movimiento. Allí parado a su lado estaba Konan en su lugar. No es que no le quisiera, pero chocaba un poco que ahora cediera el lugar de Yahiko a Konan. Suspiro… ¿Qué importaba ahora? Todos iban a morir… todos menos el que siempre vivió en la oscuridad.  Se preguntó si esto era obra de destino… No moriría pero la soledad se le era impuesta… Antes de tiempo y con el simple pensamiento de ese futuro ya sentía el vacío en su pecho…

Sus ojos se le humedecían cuando sintió la mano de Konan sobre su hombro.

-Vamos-Dijo la mujer de cabellera morada mirando fijamente la cueva.

-Ok…-Repuso Nagato sin comprender que iban a  hacer a ese lugar, pero bueno… Konan tenía la batuta. Ella daba las órdenes. Nagato había sido un niño muy malo, no tenía derecho de contradecirla.

Indra miro a la hechicera y el vampiro infante dirigirse a la cueva. Sus ojos se posaron en la cueva y miro a la humana con las armas raras que usaron para matar a los licántropos. Lentamente iba comprendiendo la intención de cada uno: Luchar por la supervivencia de todos. Aunque sinceramente creyó que sus vagos intentos eran una pérdida de tiempo. Pero bueno… Perder el tiempo era mejor que esperar la muerte como un idiota. No, después de dar semejante discurso motivador, que conmovió el corazón de todos, pero al no verle en acción nuevamente se quedaron paralizados.

Como odiaba ser visto como el líder, ser puesto en esa posición por obligación, si desde que nació amo la libertad. Fue como el aire que viajo donde quiso, se detuvo donde quiso. Estuvo con quien quiso hasta que… Si. Esa mujer.  Los simples recuerdos de esa mujer lo paralizaron… Esos recuerdos de sus acciones pues por más que deseo no lograba recordar su cara. Solo sus mechones castaños derramándose sobre sus hombros cual cascadas. Maldijo su naturaleza. Los licántropos no debían ser seres monógamos en el amor. No debían ser longevos. Deberían ser simplemente pasajero como los humanos. Miro al tendencia de cada uno… empezar con esa tontería de mentalidad racista era solo una estratagema para sepáralos de los humanos, para evitar el sufrimiento… pero que importaba eso ahora.

“Aunque no confíes en ti. Yo siempre lo hare… Siempre confiare en ti”

La voz de esa mujer resonó en su cabeza. De verdad que era lo que ella había visto en el para llegar a amarlo, para creer en cada una de sus tontas acciones.

Flash Back

Mirai miro atenta la copa de los árboles. Arqueo las cejas, que manía tenía Indra de espiarla. Que no podía bajar y saludarla. Negó con la cabeza. Sinceramente los licántropos eran seres muy paradójicos.  

Se sentó sobre la orilla del rio y se mantuvo quieta como si se tratase de una estatua de buda. Tarde o temprano su tonto pretendiente tendría que bajar y acceder a tener una cita tradicional con ella.

Pero como era costumbre por más que vio el tiempo pasar y al sol esconderse Indra no parecía tener la intención de bajar. Un suspiro pesado salió de sus labios finos mientras sus ojos rojos miraban la orilla del rio. Se cuestionó si su tonto pretendiente estaba consiente que la vida humana era efímera.

¿Cuantos años más tendría que esperar a que se animara a declarársele y pedirle matrimonio?

Ya tenía 23 años, dios si las chicas de su aldea se casaban desde los 13 años. Negó con la cabeza. Todos la llamaban Solterona amargada. Y ella no podía defenderse y gritar al mundo entero que Indra el gran guardián de los licántropos era su pretendiente, la persona que amaba y su amor era correspondido… Pero no. Tenía que seguir callando y mirando el tiempo acabar con su grata juventud. Este era el décimo año desde que conoció a Indra y el octavo desde que el licántropo se animó a darle un beso y desaparecer. Como si besarla fuera un delito.

Rasco su cabeza, esto era ridículo. Quizás ella soñó todo, pero desde hace ocho años siempre venía a su aldea y la observaba desde la distancia. A veces se perdía días, semanas, pero siempre regresaba y volvía a vigilarla. De vez en cuando dejaba una cesta de cosas extrañas sobre la orillad el rio. Cosas como piedras preciosas, rosa, flores de luna, carne de algún extraño animal, telas, dinero… En fin tan detallista como siempre. Pero un verdadero cobarde para enfrentar lo que realmente le interesaba.

Esa noche al entrar a su cabaña miro de mala gana a su tío acompañado de un hombre de hombros anchos y aspecto terrorífico.

“No te atrevas…” “No te atrevas…” “No lo digas  ¡Ni lo pienses!” Protestaba Mirai mostrando claramente su molestia con expresiones faciales tan obvias que Ibiki supo que no era del agrado de Mirai.

-Ni una palabra- Amenazo su tío- ya estas vieja. Tienes suerte que un hombre tan poderoso como Ibiki aceptara casarse contigo- Concluyo su tío. Mas la joven simplemente dio media vuelta y salió corriendo como gato asustado.

Corrió y corrió, debía llegar a la orilla del rio, debía verle, obligarle a tomar una decisión sobre su relación. Licántropo sus polainas, era un cobarde de primera.  Comenzó a patear al pasto, hasta tropezarse y caer. Aun así se arrodillo y comenzó a golpear el suelo.

La rabia la carcomía por dentro. Indra no estaba. Ella estaba sola. Se sentó al pensar en ello. Estaba sola. Cuando no había estado sola. Sus pies descalzos tomaron conciencia de la frialdad a la que fueron expuestos desde el amanecer ya en la noche parecieron molestos por la baja temperatura. Sin embargo Mirai los ignoro y siguió caminando hacia el rio. Se vio tentada a acabar con su vida. Hacerle sufrir como nunca jamás creyó que sufriría. Que tomara conciencia de la vida sin ella. Que sintiera tal desesperación que abandonara su tonta postura de precavido y rompiera las reglas y la tomara entre sus brazos y afirmara sus actos con palabras de amor y promesas de un futuro juntos. Que la llevara lejos de ese lugar, a vivir con el lejos del mundo. Solo los dos.

-Imposible…-dijo entre lágrimas con los pies mojados hasta las rodillas. Indra era demasiado precavido con esto. Era el guardián de los licántropos, debía dar el ejemplo, mantener el orden.  Una revelación llego a su ser: él jamás seria para ella. Era un amor imposible.

Mirai miro nuevamente a Ibiki y seria como siempre lo acompaño en la cena con su tío. Se tramitaba la fecha de boda, el monto de la dote y cosas sin importancia para Mirai.

-Si tus padres siguieran con vida estarían festejando tu próxima boda y hablando de nietos…

-Nietas-Declaro Mirai

-Que dios no lo quiera-Dijo su tío- Las mujeres solo sirven para parir hijos. Y las dotes que se deben pagar por cada año que pasan la edad del matrimonio son devastadoras- Los ojos de Mirai se abrieron y miraron asesinamente a su tío. Más tubo que contenerse y aguardar la poca compostura que le quedaba al ver como su tío abría el cofre de la dote. En el gran parte de los regalos de Indra. Su ser se sintió morir, pero Indra no aparecía. Quizás jamás la amo como ella creyó. Quizás solo fue su ego lo que le hizo pensar que el Gran Indra se enamoraría de una simple humana. 

Un estruendo se escuchó a lo lejos de la aldea.

-Licántropos!-Grito un hombre aterrado. La piel de todos se erizo por el temor de saber que una de esas temibles bestias se hallaba asechando su aldea. Se levantaron y rápidamente tomaron sus armas y se unieron al grupo de varones listos para la lucha.

Mirai con el rostro sonrojado cubrió su boca para cubrir su risa de felicidad. Sin esperar salió de la cabaña y corrió al rio. No tomo nada de su casa, nada del cofre. Solo su determinación de marcharse con Indra sin importar el que les esperaría en el futuro.

Parada en el rio miro la luna esperando a su amado.

-Hola…-Dijo al sentirlo detrás suyo. Le dio vergüenza girar, sabía que estaba desnudo. Y aunque no era correcto ella sabía que el deseo de tocarlo podría sobrepasar su sensatez de mujer y mostrarla como una cualquiera. Por eso mismo no giro. Y se pellizco los brazos para seguir en su pose de orgullo- Ya creía yo que no vendrías nunca…

-Se me hizo tarde…-dijo Indra

-Sí. Siempre se te hace tarde… mira que pasaron varias estaciones y envejezco. ¿Qué demonios harás con una vieja si sigues legando tarde a todo? ¿Eres una especie de enfermo o qué?

Indra rasco su cabeza. Mirai estaba furiosa con él. Pero qué futuro le esperaría a Mirai con él a su lado. Ya intento vivir con una humana, tubo descendencia con esa especie, pero aun así… siempre era lo mismo. Terminaban muriendo en el parto. Temió tanto acercarse mucho a Mirai… Era diferente a las otras mujeres que levantaron su interés. Ella era… Irremplazable.

-Estas segura de venir conmigo. Las mujeres que he tomado murieron al dar a luz a mi descendencia…

-Ah…- dijo furiosa. “Así que no soy la primera…” volvió a pellizcar su brazos. Tenía tantas palabras que decirle, tantos insulto. Como podían ser los varones así. Tomar cuanta mujer deseasen y ser visto como héroes, y ellas en espera del marido. Pues una mujer que perdió la virginidad sin estar casada era una basura. Injusto. Sentencio. Para luego comenzar a girar lentamente y mirar a Indra. “Las mujeres que he tomado murieron al dar a luz…” resonó en su cabeza para calmar su ira. Era esa la razón por la cual el gran Indra no se animaba a tocarla, a tomarla, a robarla y llevársela lejos… Tenía miedo de perderla. Sus mejillas se sonrojaron. Tanto la amaba que la trataba cual joya rociada que no podía tocar, solo ver. Como los copos de nieva que caían…

-Aun si no deseas venir…-Dijo serio. Creo que no puedo dejarte aquí. No puedo pues terminare destruyendo tu aldea… matando a todo hombre que intentase poner una mano sobre ti…

-bestia-dijo Mirai acercándose a él. Venciendo su vergüenza al verlo desnudo, simplemente camino en su dirección y tomo su mano- la vida se me ha pasado esperando este momento y aun dudas de mi decisión- apretó más su mano y ambos desaparecieron en el manto de la noche.  

Como era de suponer. Las cosas no fueron sencillas. Muchas veces la dejo sola por cumplir sus obligaciones con su especie. Muchas veces se vio tentado a abandonar su puesto de guardián. Más ella se apoyaba en su espalda y susurraba palabras de aliento para que cumpliera con su cargo.

-Aun si te vas… Yo seguiré aquí, esperando por ti… ya sabes… como siempre…-Dijo, acariciando su brazos fornidos. Y dedicándole una sonrisa- Te esperaremos…-Concluyo la mujer e Indra abrió sus ojos a más no poder. No era una mirada de felicidad, era una de preocupación, de miedo- Clama bestia-dijo Mirai- soy diferente de las otras mujeres que has tomado. Yo soy fuerte… Te daré un hijo del que siempre estarás orgulloso y lo veré crecer contigo… Envejeceré y moriré mirándolos a ambos.

Indra no dijo nada. Solo marcho a cumplir con su especie. Debía ser rápido y regresar. No podía dejarla sola por mucho tiempo en el bosque sola. Era muy peligroso. Al marcharse verifico que todas las trampas estuvieran en buen estado. Nada dañaría a la mujer que amaba.

Sin embargo, cuando regreso solo la tragedia le dio la bienvenida.

Fin del Fhas Back….

Naruto termino reaccionando. Después de sentir el dolor en su ser y sentir si ganaban nada sería lo mismo para él sin su familia. Giro y miro a su clan y los clanes adjuntos. A los sobrevivientes… Morir como un héroe no estaría mal. Se dijo, después de todo, la sed de venganza ardía en sus venas.   

Miro a Indra y le siguió. Era hora de olvidarse de ellos y sus penas su rencor y sus dudas. Er ahora de velar por el bien conjunto y no el particular.

Temari, Indra, Nagato, Konan, Naruto. Se miraron en la entrada de la cueva, de donde salían las sombras en dirección del cielo. Sin decir palabra solo dedicándose una mirada, comenzaron a entrar en la cueva y ver como las sombras comenzaron a abatir contra suya. Como si aún escondieran algo allí dentro.

Temari no dudo en usar su espada contra la sombras y una brecha se abrió. Sin vacilación aprovecho la brecha y se introdujo dentro de la cueva, mientras el resto seguía en su afán de evadir las sombras y atacarlas sin poder hacerles daño alguno.

Dentro de la cueva miro con detenimiento la figura de un chico sobre el suelo. Se acercó lentamente pues al lado del chico comenzaban emergían la sombras. Sus ojos miraron sorprendía al chico. Era muy parecido a Mikoto. Rápidamente concluyo que debía de tener alguna relación con la madre de especies. Sin dudarlo rápidamente le tomo de los pelos para intentar degollarlo y bañar su espada con su sangre.

Al jalar el pelo de Sasuke se detuvo y volvió a soltarlo, pues se revelaron dos pequeños cuerpos escondidos bajo el brazo sano del chico.

Una niña y un niño de no más de seis meses. Sintió como su estómago se contrajo. Era chocante ver muertos a simples niños que no tenían culpa de nada. Se sintió culpable. Según su base de datos no había niños. Pero las pruebas mostraban lo contrario. Miro con más detenimiento la postura del chico. Parecía buscar proteger con su propio cuerpo a ambos niños. El gas acabo con la vida de esos seres.

Culpa, remordimiento…   Eran inevitables emociones del momento, pero bueno era una guerra. Se dijo en consuelo y se dio el valor de tomar del pelo a Sasuke, pero no tuvo el valor de degollarlo, ahí que simplemente volteo su casi rígido cuerpo. Le miro y cerró los ojos antes de clavar su espada sobre su corazón. Mas el intenso brillo que emergía de su espada la obligo a abrir los ojos y mirar con detenimiento su arma. Como si de imanes se tratasen la espada parecía deseosa de clavarse sobre el cuerpo de Sasuke. Sin dudarlo entonces Temari clavo al espada en el corazón de Sasuke y fue testigo del nacimiento de un gran poder. El poder  de la sangre.

Se sintió lejano del mundo. Una sensación de inercia lo cubría, aun cuando sus manos parecían seguir buscando a  esos dos seres que tenía momentos antes atrapados entre su brazo. De la nada sintió un calor fulminante sobre su pecho. Un calor que parecía arrastrarlo al mismo infierno, más al abrir sus ojos solo miraba una cabellera dorada.

-Na...-Naruto trato de decir, más el dueño de esa cabellera le daba la espalda y miraba a las sombras, sin percatarse de su débil llamado.    

Toco su pecho, donde aún sentía el ardor del a herida, para luego girar a su lado y ver a ambos niños.

-¡MALDITA SEA!-Grito derrotado. Porque el si podía reponerse y esos dos niños no. Nuevamente los abrigo con su brazo sano. Y al elevar la mirada vio a una mujer de cabellera rubia que giraba a verlo con esa mirada de incredibilidad en su cara.

-Tu…-dijo Temari que ante el grito giro rápidamente y miro al joven muerto nuevamente vivo.

-¿Porque yo sí, y ellos no…?-Dijo Sasuke a la nada. Casi ignorando a la chica. Temari lentamente se acercó. Su mente era ágil y rápidamente capto la razón del brillo de su espada. Sin dudarlo y ante la mirada incrédula de Sasuke clavo el arma sobre ambos bebes, no perdía nada intentando lo imposible e increíble. Después de todo que más podían perder.

En segundos ambos niños revivían y comenzaban a llorar por el dolor de la herida. Sasuke sin evitarlo lloraba también abrazándolos con torpeza, era difícil con un solo brazo.

Temari giro y vio de donde emergían las sombras. No dudo en clavar al espada sobre las sombras y vio como estas se dispersaban y comenzaban a correr en todas las direcciones, hasta, menso donde se hallaba ese joven y los niños. Era su hijo. Supuso mentalmente, recordando como  Mikoto buscaba desesperada proteger a Itachi, incluso lo revivió.

De la anda sintió el impacto de una sombra sobre su espalda y sintió como la vida se le era arrebatada.

Afuera todos miraron con desespero como Indra era envuelto por las sombras que carcomían su ser. Jamás creyeron que el licántropo guardián sería capaz de proteger al infante vampiro de un posible final. Pero Indra supo que Mirai no le perdonaría si dejaban morir al nuevo guardián de la especie vampírica. Después de todo ella odiaba la venganza.

Naruto esquivaba cada una de las sombras y como Alma que lleva el diablo corría hacia la cueva. Aquel grito despertó todos sus sentidos. Aquel grito era de Sasuke. Nagato que perdió concentración ante el grito de Sasuke y después el llanto de ambos bebes se descuidó y antes de dar un salto miro como el lobo llamado Indra caían ante las sombras. Raro final, se dijo raro final, después de siglos de odio. Más no se quedó a velar su muerte. Tenía otras cosas que hacer. Ir a por Sasuke y los niños, esta vez no los dejaría. Nunca más los dejaría.

Lo ojos de Naruto quedaron es taticos al ver a Sasuke tratando de asistir a la chica rubia entre sus brazos, mientras ambos bebes permanecían en el suelo llorando a todo pulmón.

-¡SASKE!-Grito al llegar a él y abrazarlo con fuerza

-¡Deja!-Se quejó Sasuke apartando a Naruto de su lado, mirando con seriedad a la mujer y su arma. Esa arma mágica según su percepción.

Naruto nuevamente se puso en guardia, las sombras parecían agresivas y sin dudarlo tomo a sus hijos en brazos, para luego voltear y mirar a Nagato y Konan que ya de por si comenzaba a invocar un hechizo de campo de fuerza. Naruto entrego a los bebes a Nagato y trato de ir a por Sasuke para que él también se pusiera en resguardo, mas este estaba de pie sujetando aquella espada que con más fuerza brillaba al sentir la palma desnuda de Sasuke resbalar sobre su filo, dejando salir su sangre y bañar su filo. Sin dudarlo Sasuke atravesó el pecho de la mujer.

Naruto quedo perplejo al ver como la mujer revivía y se levantaba mirándolo fijamente.

-Lo que ella hizo…-Dijo Konan- ¡Sasuke!-Llamo Konan al moreno, para señalar el lugar donde emergían las sombras ahora de forma desordenada por todas las direcciones-Clava esa espada en las sombras

Sasuke grito y la miro aun confuso. No comprendía nada. De que sombras hablaban, él no podía ver ninguna. Solo imito a la chica rubia, pues creyó que esa espada mágica podía regresarla a la vida de la misma forma que lo había hecho con sus hijos.

-¿Qué sombras?-Pregunto y todos lo miraron perplejos.

-¡¿No puedes verlas?!- Exclamaron conjuntamente todos a Sasuke que los miro sin darles mucha importancia. Que culpa tenía el de ser el único normal entre tantos fenómenos.

Rápidamente Naruto tomo a Sasuke de la mano y sin soltarlo clavo la espada sobre el emerger de las sombras que se la nada dejaron de salir.

Todos se miraron mutuamente. Las sombras simplemente se desvanecían y la luna era nuevamente visible. Giraron sus cabezas y miraron a los caídos. Se debatieron entre sentir felicidad o tristeza. La guerra había terminado, más las perdidas eran muy devastadoras.

Iruka miro con detenimiento el cuerpo sin vida de Danzo. Quien le iba a decir que su ex beta al final le terminaría salvando al vida. Suspiro… supuso que la vida era así de extraña.

Al igual que el resto Iruka levanto la mirada al ver como salían de la cueva los héroes del momento: Naruto, Temari, Konan, Nagato, Sasuke y ambos bebes. Aunque dudaron que los tres últimos hicieran algo.  

Sasuke miro incrédulo a todos, todos los miraban como si fueran alienígenas.

-¿La guerra termino?-Cuestiono Sasuke al ver el campo de batalla repleto de cuerpos sin vida y otros mirándolos atentamente- ¿Quién gano?

Naruto como los otros miraron a Sasuke sin decir nada. Qué sentido tenía contarle lo ocurrido al pobre ignorante de su naturaleza. Era mejor dejarlo entre ellos. Después de todo era peligroso mencionar que la sangre de Sasuke tenía la capacidad de revivir a las personas, aunque aún tenían sus dudas.

-fue un empate…-Repuso Naruto, suspirando. Era la primera vez que sentía que podía respirar aliviado.

-mmm…-Dijo Sasuke, decidiendo ignorar todo, pues se conformaba con lo primordial: su hija, Boruto y Naruto estaban bien. Que más podía pedir.

Acabado el encuentro, fue firmado un acuerdo. Donde las especies armaban una mesa directiva para tratar las diferencias entre las especies, para evitar conflictos bélicos. Estaba vez ya no existirían guardianes, solo dos representantes por especie.

Temari firmó un acuerdo como representante humana: no usaría armas químicas siempre y cuando los licántropos no atentaran contra los humanos.  Las relaciones humano-licántropo solo serían aceptadas bajo ciertos términos: ambos debían estar en mutuo acuerdo. Los embarazos serian controlados por especialistas humanos para garantizar la salud de las mujeres humanas.

Los vampiros estarían en protección por las siguientes dos décadas y las conversiones debían ser previamente evaluadas para su aceptación o no. Al igual que el resto de las especies menores, que serían monitoreadas por la mesa directiva de especies… Entre otros acuerdos.

Nagato y Konan miraban a Sasuke que miraba el cuerpo de Yahiko con detenimiento y duda. Suspiro y con la espada que Temari le cedió clavo sobre el pecho de Yahiko el arma.

A media que el cuerpo de Yahiko recuperaba su calor, Konan abrió su pecho para sacar su alma y depositarla sobre el pecho de Yahiko.

-ok-dijo Sasuke saliendo de la tienda. Mientras afuera Naruto lo esperaba con ambos bebes- Esto es raro…-Dijo Sasuke al verlo

-Porque crees que es raro-Le cuestiono divertido- es decir: soy un lobo, allí tienes un vampiro niñera, una hechicera, qué más da i revives muertos con esa espada.

-…-Sasuke se quedó sin palabras. No sabía que responderle. Mas cuando sintió la mano de Naruto sobre su hombro con aquella sonrisa que no abandonaba su cara desde que todo acabo se quejó- Si disque puedo revivir a los muertos con mi sangre… ¿Por qué no revivir a todos?

-Es peligroso…-concluyo Naruto-Mientras menos seamos los que lo sepamos mejor… Puedes provocar otra guerra-Concluyo.

Sasuke solo cruzo los brazos. Siempre se creyó un ser humano, simplemente eso, incluso cuando descubrió que era un híbrido, siempre se creyó normal con la excepción de ser madre… y ahora le salina con esto. Miro la palma de su mano, no había cicatriz alguna. Deposito una mano sobre su frente. Nada más le faltaba que le saliera u cuerno… frunció el ceño. Por qué de todas las especies le toco ser una mezcla de humano con un unicornio… que ridículo y vergonzoso… negó con la cabeza. Zoofilia, se dijo.

Naruto le miro intrigado. Ciertamente extrañaría leer sus pensamientos, pero tenerlo allí a su lado era más que suficiente. Además temía descubrir más cosas de Sasuke. Cosas que aún era un misterio encerrado en una caja de pandora que era Sasuke. Como le dijo Temari. Mikoto demostró un gran poderío que sobrepaso sus expectativas. Cuando oyó de la sangre de Itachi y Mikoto… su piel se congelo. No expondría a Sasuke a peligro alguno. El secreto de que era hijo de Mikoto y Fugaku seria eterno y moriría en con ellos. Ante los ojos de todo el mundo a excepción de los que presenciaron lo ocurrido en al cueva, era al espada la que logro el milagro, pues era una espada especial.

Naruto alzo nuevamente su mirada y miro a todos. Licántropos con sus faenas de reconstruir sus nidos. Se acordó nuevamente nombrar a un solo alfa para todos. Y ese fue Yahiko, no por sus imponentes diez colas, no por ser aliado de un vampiro, sino porque Naruto renuncio al título de alfa que se le ofreció nuevamente, pues Shikamaru decía no poder soportar nuevamente el peso de tal responsabilidad, sin mencionar que Kiba no dejaba de verlo con ojos asesinos. Naruto solo deseaba volver a la ciudad buscar un trabajo normal y vivir el resto de su vida con Sasuke y sus hijos.  Los humanos, tenían mucho que aclarar con los licántropos, así que se quedarían un par de semanas a negociar con Yahiko, Nagato y Konan sobre algunos puntos del nuevo tratado… Suspiro, No era perfecto, pero no podía pedir más.

 

     

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Se cuidan, y nuevamente mil gracias por leer.

 


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