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Mi corazón es tuyo y el tuyo mi razón de vivir por ANGEL DEL SOL

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Notas del capitulo:

Hola a todos, se que he estado algo perdida estos ultimos meses, pero al verdad es que ho habia tenido tiempo ni de respirar. Con eso que entre a la escuela y a trabajar la verdad es que cuando llego a casa solo quiero dormir. He estado avanzado con las historias los fines de semana cuando mi familia me deja jajajaja

Se que habia dicho que iba acatualizar la otra primero, pero decidi terminar esta ya que la llevaba mas aventajada. Pienso por ahora que tal ves acabe esta primero ya que solo me faltan dos capitulos y despues me dedicare a la otra. Bueno eso es lo que pienso ahorita, luego des digo como me fue. 

Por cierto mcuhas gracias de corazon a todo aquellos que se tomaron el tiempo de escibir un comentario, todos ustedes son la razon por la que continuo la historia. Bueno ya no los entretengo mas y espero que le dan mucho amor a este nuevo capitulo. Nos leemos abajo jajaj.

CAPITULO 4

 

La luna de miel estaba a punto de terminar. Después de haber durado casi una semana y media en la isla de Hawái, dentro de cuatro días regresaríamos a Japón para continuar con nuestras vidas normales. O al menos eso pensaba.

 

Por ahora me encontraba despierto a media noche observando el rostro sucio de Kouki dormido. ¿Pero quién no estaría en tal estado, después de haberse extraviado más de cuatro horas en el zoológico pensando que estaba en una selva?, En verdad aquellas palabras que me dijo Kiyoshi fueron muy ciertas. Kouki parecía un imán de accidentes con cada paso que daba.

 

El primer día que llegamos aquí se perdió en el hotel, el segundo día casi se ahoga en la piscina. El tercer día se equivocó de habitación haciendo creer a un hombre que ese era su día de suerte al haberlo encontrado dormido en su cama. El cuarto día se quedó dormido en la bañera mientras se limpiaba el lodo al haber caído a un charco. El quinto día estuvo a punto de ser secuestrado en un área comercial al ser engañado por un niño que decía haberse perdido. El sexto día lo estafaron quitándole todo su dinero para la caridad, y ha sido así hasta el día de hoy. En verdad no podías bajar la guardia ni un minuto. Pero el mayor problema aquí es que no me dejaba acercarme.

 

Después de la última platica que tuvimos en el auto antes de tomar el avión, me había establecido que él no se metería en mi vida y que yo no me metiera en la suya. Por lo que cuando arribamos a Hawái,  según él, no me ha hablado para no molestarme. Pero debido a estos incidentes, me ha molestado más de lo que esperaba.

 

Al inicio cuando se perdió en el hotel iba dejar que él se encargara de sus problemas, cuando me entere del incidente de la piscina me sentí un poco inquieto. Pero lo que me saco de mis cabales fueron los golpes que vi en el rostro de Kouki debido a la confusión de la habitación.

 

Aquel hombre había intentado abusar de él. Cuando despertó y quiso aclarar el malentendido, él joven se molestó y lo tomo de mala manera queriendo obligarlo a estar con él. Debido a esto, durante el forcejeo aquel hombre lo había golpeado en el rostro cuando estaba intentando salir de la habitación. Fue ahí que yo iba llegando y las cosas se pusieron un poco hostiles.

 

Intente arreglarlo de la mejor manera posible sin recurrir a la violencia. Pero parecía que aquel hombre no compartía los mismos ideales. El pleito termino en que lo echarán del hotel y tuviera que pagar una indemnización por los daños. El hombre se fue sin decir más, pero la mirada que le dio a Kouki antes de salir de la estación de policía no me gusto. Fue entonces que comencé a seguirlo en silencio para procurar por su seguridad.

 

Este tipo de acciones son las que quería evitar, pero debido a lo distraído de Kouki, tuve que encargarme de él las 24 horas del día. Ya que no solo había incidentes por el día. Por las noches se quedaba dormido en cualquier lugar y con la ropa casual. Así que hubo ocasiones en las que tuve que llevarlo a la cama o cambiarlo yo mismo ya que no lograba despertarlo. 

 

El día de hoy no fue la excepción. Kouki había decidió ir al zoológico solo como siempre, y se había extraviado al meterse en un área de reservación protegida. Solo fueron 5 minutos que desvíe mi mirada, y cuando quise visualizarlo de nuevo, ya no estaba a mi vista. 

 

Después de haber vaciado el zoológico por completo y comenzar su búsqueda, fue hasta después de cuatro horas que lo encontré desmayado debajo de un árbol. Lo recogí en brazos y rápidamente lo lleve al hospital para que revisaran su condición. Después de dos horas en emergencias, lo dejaron salir estableciendo que toda la noche y parte del día siguiente debía estar en reposo y tomando sus medicamentos de manera constante.

 

Y entonces es así como llegue a esta situación.  

  

Lance un suspiro cansado y me senté en el borde de la cama. No podía creer como alguien podía ser tan propenso a accidentes y no ser consciente de ello. ¿Qué acaso nunca había salido solo al mundo? Gire de nuevo mi vista a su rostro y quite algunas hojas atoradas en su cabello. Tenía que darse una ducha urgente, estaba hecho un asco.

 

Fui al baño y puse la tina a llenar con agua tibia. Regrese a la habitación y tome a Kouki para comenzar a desvestirlo. El médico me había dicho que le habían inyectado un calmante para que se mantuviera dormido hasta el día de mañana. Por lo que ahora no contaba con su ayuda para poder bañarlo.

 

Primero quite sus pantalones completamente llenos de tierra, después su camisa rota y por ultimo sus boxes. Cuando lo tuve completamente desnudo no pude aguantarme las ganas de examinar su cuerpo con detalle, como lo he hecho en ocasiones anteriores. Por más que lo mirara no podía cansarme de esto, era en verdad hermoso.

 

Una vez que salí de mi fantasía erótica, hice lo mismo con mi ropa. Cuando ambas ya estábamos desnudos lo tome en brazos y lo lleve a la tina. Cerré la llave del agua y comencé a entrar con cuidado con él en mis brazos. Me senté recargando mi espalda en la tina y a él lo coloque frente a mí apoyando su espalda en mi pecho.

 

Comencé a echarle agua por todo su cuerpo, mientras que con una esponja y un poco de jabón, quitaba algunos residuos de tierra de él. No podía creer lo que estaba haciendo, yo Akashi Seijuro estaba bañando a alguien inconsciente sobre mi cuerpo. Que bajo he caído.

 

Cuando termine de limpiar su cuerpo lave su cabello, puse un poco de champo en mis manos y con cuidado de que no callera en su rostro, lo talle en su cabeza. Removí con agua tibia los restos de jabón de su cabello y cuerpo dejándolo al fin limpio. Cuando termine con él hice lo mismo conmigo, y cuando termine de limpiarme llene nuevamente la tina de agua tibia. Lo acomode reiteradamente en mi pecho y decidí quedarnos unos momentos para destensar el cuerpo.

 

Mientras me encontraba relajado en la tina, comencé a analizar la situación en la que me encontraba. Debía admitir que el estar con él era un poco estresante, pero aun así había sido divertido. No podía recordad cuando fue la última vez que me había olvidado por completo del trabajo. Mi secretario me había solicitado anteriormente que tomara unas vacaciones, pero siempre dimitía ya que al final terminaba trabajando de forma inconsciente. 

 

Pero esta vez había sido diferente, en ningún momento me había sentido solo y mi mente no podía apartarse de la preocupación por el bienestar del mocoso que ahora se encontraba inconsciente sobre mí. Pase mi brazo por su delgada cintura y lo acerque un poco más a mi cuerpo. Al fin había aceptado que por muy extraño que sonara, su esencia y calor me provocaban tranquilidad.

 

Después de unos minutos decidí que ya era suficiente, tome a Kouki en mis brazos y lo saque de la tina para llevarlo a la cama. Cuando llegamos a la habitación, está ya había sido limpiada debido a que lo solicite antes de haber entrado a la ducha. Lo acosté en la cama colocando algunas toallas y comencé a secarlo. Cuando termine, tome una para mí y la amarre a mi cintura.

 

Fui al closet y saque una piyama para mí y otra para él. Lo cambie, me cambie, seque su cabello y seque el mío. Cuando había terminado me fije en el reloj de mi celular y ya pasaba de las dos de la mañana. Arregle un poco la cama y me acosté a dormir, lo tome entre mis brazos y lo acorruque sobre mi pecho. Fue la primera vez desde que llegamos aquí, que tenía la oportunidad de dormir así con él.   

 

Inunde mi nariz en su cabello y aun que el champo que había utilizado era neutral, el despedía una hermosa fragancia a rosas. Ya había estado cerca de él, pero esta era la primera vez que lo percibía. Comencé a cerrar los ojos, y cuando menos lo sentí, me quede dormido.

.

 

.

El tacto de algo sobre mi rostro hizo que me despertara. Abrí mis ojos con molestia y lo primero que percibí fueron los ojos de Kouki sobre mi rostro. Lleve mi mano izquierda a mi cara y me topé con su mano en mi mejilla. Él me sonrió ante el tacto de nuestras manos y la removí llevándola a mi pecho.

 

- Deja de mirarme y duérmete.- Le hable cerrando los ojos de nuevo y aun sosteniendo su mano en mi pecho. Escuche una pequeña risa y acerco más su cuerpo al mío.

 

- Es que… ya no quiero dormir.- Sentí el aire de sus palabras en mi pecho y me removí un poco ante el calor.

 

- Se puede saber ¿por qué?, aún es muy temprano y el doctor fue muy específico al decir que debías descansar mínimo hasta el mediodía.- hable aun con los ojos cerrados.

 

Él se mantuvo en silencio unos segundos y soltó el agarre de nuestras manos separándose de mí. Sentí un poco de inconformidad cuando lo hizo así que abrí mis ojos de golpe. Pero al ver cómo me rodeaba con sus brazos y recostaba nuevamente su cabeza en mi pecho, aquella sensación se alejó.

 

- Es que si lo hago esta sensación de felicidad se convertirá en un sueño… y no quiero eso.- Acerco su nariz a mi pecho e hizo una larga inhalación. Sonrió de nuevo y levanto la vista hacia mis ojos.

 

- Aun hueles dulce. Parece que a pesar de los años tu olor no ha cambiado.- Yo lo mire sorprendido y el recuerdo de aquellas palabras en alguien más resonó en mi cabeza. Me quede quieto sin decir nada y él al notar mi serio semblante solo hizo una risa triste.

 

- Perdón, dije que ya no me metería en tu vida ¿verdad?- cuando termino de hablar se levantó de mi pecho y se movió para salir de la cama. Pero antes de que pudiera quitarse la sabana que lo cubría yo lo tome del brazo y lo jale hacia mí, quedando yo semi-sentado y él en mi pecho.

 

Él se quedó inerte por mi acción y yo no sabía que decir por lo que acabada de hacer. Mi cuerpo había reaccionado por si solo sin pensar y ahora no sabía cómo salir de esto. Mire un poco nervioso hacia todos lados aun con el cuerpo de Kouki sobre el mío y pase saliva antes de hablar.

 

- Creo que debemos de dejar esa estupidez.- intente hablar lo más tranquilo posible.- Ahora estamos casados, por lo que no intervenir en la vida del otro sería imposible. Así que, por que no mejor disfrutamos juntos los pocos días que nos quedan en paz.- Cuando termine de hablar escuche su risa y levanto su mirada hacia la mía.    

  

- Creo que ya te he hecho sufrir mucho, ¿verdad?- Me lo dijo con una risa juguetona. Yo solo suspire y asentí con la cabeza.- en ese caso… podríamos decir que ya somos ¿amigos?- sus ojos tras decir aquellas palabras brillaron con entusiasmo y yo me quede callado por unos segundos asimilando sus palabras.

 

- Esta bien, desde ahora nos trataremos como amigos.- Su sonrisa se hizo tan grande que pareciera que sus mejillas se desgarrarían, sus ojos brillaron con tanta felicidad que de forma inconsciente yo también sonreí.

 

Se abalanzó sobre mí y me abrazo con fuerza mientras repetía una y otra vez la palabra ‘’gracias’’. Pude sentir como su cuerpo comenzaba a temblar y sus lágrimas mojaban mi hombro. Yo solo correspondí el abrazo y le deba pequeñas palmadas en su espalda para hacerlo sentir mejor. Esto lo había aprendido de mi madre, ya que cada vez que lloraba ella hacia esto por mí. Podría parecer algo insignificante, pero era muy reconfortante.

 

En estos últimos días había entendido que él no tenía la culpa de mi vida infeliz, que no debía desquitarme con alguien que había venido de todo corazón a darle un poco de luz a mi oscura existencia. Por lo que a pesar de no amarlo y no saber mucho de cómo tratar bien a las personas, haría me mejor esfuerzo por hacerlo sentir a gusto para que nuestra vida de casados fuera más llevadera.

 

Cuando al fin dejo de llorar, me percaté de que se encontraba dormido. Con cuidado de no despertarlo lo acosté en la cama y lo tape con la manta mientras lo observada dormir. Quite algunos restos de lágrimas de sus mejillas y le di un beso en la frente.

 

No se cómo este tipo de acciones las hacía de lo más normal últimamente, pero debía admitir que no me desagradaban y que tampoco las hacía por compasión. Había algo dentro de mí fuera de razonamiento que me incitaba a hacerlas, y para empeorar más las cosas, disfrutaba mucho cuando las hacía.

 

Removí sus cabellos de su frente y admire de nuevo su belleza. No me cansaba de repetirlo, era hermoso. Su frágil y delgado cuerpo te daba esa sensación de querer protegerlo. Sus grandes ojos acompañados por esas largas pestañas te daban la sensación de ver otro mundo a través de ellos, y su forma de ser hacía que su belleza resaltara más.

 

En los días que habíamos estado aquí, me topé con varios hombres que lo miraban con admiración y algunos otros con lujuria, por lo que aún no podía comprender el ¿por qué yo?,

 

Si él quisiera podría tener a cualquier persona. Alguien amable, cariñoso, que estuviera dispuesto a dar la vida por él, ya que él valía la pena. Entonces, ¿por qué se fuerza tanto por estar a mi lado?, yo solo lo he hecho llorar y sufrir. Sentía que al estar a mi lado es como estarse ahogando poco a poco en un charco sin fondo. Una clara señal de eso fue como lloro al saber que por fin éramos amigos. 

 

En verdad yo ni siquiera merecía el estar en el mismo lugar que él. Somos dos personas completamente diferentes. Por lo que al estar a mi lado solo le traería tristeza e infelicidad. Pero al ver aquellos ojos llenos de felicidad tras solo decir unas palabras, comprendí que alejarlo de mí solo lo haría sufrir más.

 

Por lo poco que he entendido hasta ahora, es que Kouki me ha querido desde años atrás. Pero lo extraño es que yo no tengo ningún recuerdo de haberlo conocido antes. Su padre me había mencionado que él respondería cualquier duda que tuviera, siempre y cuando en verdad quisiera saber la verdad…. Pero por ahora la duda que más me invadía, era el saber qué relación tenía con Kiyoshi.

 

Aquellas palabras que le dijo antes de que partiéramos no se le dicen a alguien por que sí. Su mirada, su semblante y su voz, todo expresaba la gran devoción que tenía hacia él. ¿Pero que puede ser tan grande como para dar tu vida? Había estado pensando en preguntar, pero debido a que no encontraba la ocasión sin que se notara el gran interés en mí, aun no lo había hecho.

 

Lance un suspiro cansado y acaricie su mejilla antes de levantarme de la cama. Por ahora no podía hacer nada, solo debía asegurarme de que Kouki estuviera bien.

 

.

.

 Una vez que ambos desayunamos y Kouki tomo sus medicinas como todos los días, nos acostamos en la cama para ver la televisión. El doctor había establecido que debía estar en reposo durante todo el día, así que para no tener futuros problemas iba a cumplirlo. 

 

- Puedes cambiarle si quieres, parece que es aburrido.- Me hablo el castaño acostado sobre mis piernas con una voz un poco adormilada, mientras yo me encontraba sentado recargando mi espalda en la cabecera.

 

- ¿Aun tienes sueño?- le pregunte tomando el control y cambiándole de canal.

 

- Parece que la medicina nueva acompañada por la mía, me han dado más sueño de lo normal.- una pequeño bostezo se apodero de su boca y una vez que termino, se acomodó mejor en la almohada. Observaba como se forzaba a mantener sus parpados abiertos, pero parecía que era una batalla perdida.

 

- Si estas tan soñoliento ¿por qué no duermes?- él tallo sus ojos con su mano y nuevamente fijo su vista en el televisor.

 

- Porque al fin aceptaste pasar tiempo conmigo y yo me tengo que dormir. Eso no es justo, no quiero que cuando despierte seas el mismo déspota de siempre.- cuando termino de hablar yo fruncí el ceño con molestia. Pero lo que decía era verdad, ni yo mismo me creía el haber dicho aquellas palabras.

 

Si alguien en un tiempo atrás me hubiera dicho que me encontraría de tal manera como hoy en un futuro, me reiría y le diría que esta alucinando. Por lo que no debía culparlo por pensar así. Acaricie sus cabellos con delicadeza y me acerque un poco a su oído para hablarle.

 

- No tienes de que preocuparte, te prometo que desde hoy tu y yo siempre seremos amigos y un Akashi siempre cumple sus promesas.- Él aun con un rostro un poco soñoliento me miro a la cara y me sonrió.

 

- Eso me hace sentir más seguro, pero aun así no me quiero dormir.- Al terminas hizo un puchero en su rostro y se giró de nuevo a ver la televisión. Después de eso nos quedamos en silencio unos minutos, hasta que Kouki sintió que si no hacía algo se quedaría dormido.  

 

- Ya se, hablemos de algo, así no me dormiré.- hablo entusiasmado.

 

- ¿y de que quieres que hablemos?- le pegunte con mi mirada en el televisor.

 

- Lo que sea, solo para pasar el rato.-

 

- Bueno en ese caso que tal si hablamos de nosotros para conocernos mejor, yo no sé nada de ti.- Kouki asintió y yo comencé a pensar en que preguntar.

 

- ¿Cuándo es tu cumpleaños?- pregunte lo que considere más importante de saber. 

 

- El 23 de Mayo.- Me respondió rápidamente.

 

- ¡Quiere decir que va hacer en estos meses!-

 

- Si, no recuerdas que la primera vez que nos vimos, te dije que ya iba a ser mayor de edad.- Ahora que lo decía era verdad.

 

- ¿No vas a preguntar el mío?-

 

- No es necesario ya lo sé, es el 20 de diciembre.- Me respondió muy firme y feliz al saber la respuesta. Nuevamente el silencio se apodero de la habitación mientras pensaba en otra pregunta, y Kouki seguía peleando por no dormirse.

 

- ¿Tu color favorito?-

 

- El rojo.-

 

- El mío es…-

 

- El blanco.- respondió él antes de que terminara la oración. Yo lo mire de forma sorpresiva y el solo sonrió feliz de nuevo.

 

Durante los próximos 30 minutos seguimos con esta metodología, yo preguntaba y él contestaba. Y cada vez que creí que él no sabía algo de mí, él me reafirmaba con una gran sonrisa en su rostro que tal vez me conocía más que a mí mismo. Debo aceptar que eso me sorprendía un poco.

 

Cuando note que los ojos de Kouki ya no se podían mantener abiertos guarde silencio unos segundos y pensé con cuidado si era el momento adecuado para hablar sobre Kiyoshi.

 

- Kouki.- Dije su nombre preparándome para lo que iba a preguntar.

 

- mmm…- fue el único sonido que hizo para darme a entender que tenía su atención ya que no podía mantener los ojos abiertos. Yo me quede pensativo unos momentos para hacer un plan de como comenzar hacer preguntas para obtener una respuesta.

 

- ¿Quieres mucho a Kei?- pregunte esto intentando preparar el terreno.  

 

- Si.- respondió seco.

 

- ¿Y Demian?-

 

- También.- Esta vez respondió más tenue.

 

- ¿Y Kiyoshi?- Cuando termine de decir aquel nombre él no respondió de forma rápida como las veces anteriores, guardo silencio y se quedó inmóvil. Yo solo mire su espalda y sentí como el aire se volvía denso ante la demora de la respuesta. Llegue a pensar que tal vez no me respondería o que ya se había quedado dormido, así que ignore la situación y dirigí mi mirada al televisor.  

 

- Creo que es más que eso.- Yo abrí los ojos de golpe por la respuesta y fije mi vista de nuevo a su espalda. El giro su cuerpo y me miro directo a los ojos.- ¿En verdad quieres saber qué es lo que hay entre nosotros?-

 

Sus ojos al terminar de hablar reflejaban un poco de tristeza y a la vez melancolía. Yo lo mire sin moverme ni un milímetro mientras procesaba la situación. En verdad quería saberlo, era la primera vez en mucho tiempo que había algo que me inquietaba demasiado como para dejarlo al aire. Pero al mismo tiempo por alguna extraña razón, no quería escucharlo. Comencé a sentir un hormigueo por mi cuerpo y fue ahí que reaccione y asentí con la cabeza. Kouki me dio una sonrisa muy tenue y cerro sus ojos por un momento.

 

- Lo conocí cuando tenía 7 años de edad.- Abrió sus ojos lentamente y miro algún punto de la sabana que se encontraba en mis piernas.- En aquel entonces yo estaba en New York, esa vez había huido del hospital para ver un árbol navideño que ponían en el parque en una pista de hielo en cada navidad.- Sonrió un poco, me imagino que al recordad aquel lugar.

 

- Una vez que iba de camino al parque pase a lado de un callejón y note que se encontraban tres personas peleando con un joven de aproximadamente 18 años, eso lo supuse debido a que se miraba muy alto.- rio un poco de nuevo y me miro a los ojos por unos segundo girando su cuerpo para observar el techo.

 

- Ya que era la primera vez en mi vida que miraba una pelea me quede sorprendido al ver como aquel joven podría fácilmente con tres hombres más grandes que él. Eran en verdad grandes, aunque tal vez a mi edad todo se me hacía grande.- Sonrió.- Pero lo que me hizo quedarme inmóvil y observándolo con detalle fue su mirada.- Kouki guardo silencio unos minutos y cerro nuevamente sus ojos.- parecía la de un león.- Giro su cabeza hacia mí y nuestras miradas se cruzaron.

 

- Un solitario, triste y furioso león contra el mundo.- su voz sonó muy seria.- fue por eso que me obsesione con él.- sus mejillas se sonrojaron y yo solo apreté mis labios al sentirme incomodo por su reacción. Llevo su mirada de nuevo hacia el techo mientras que cubría su rostro con su mano para tapar su vergüenza por sus palabras. Al ver aquella reacción en su rostro mi cuerpo se crispo, di un chasquido mientras fruncía le ceño y desvié mi mirada hacia un costado.

 

- No logro imaginas que ese hombre con cara de tonto pueda tener ese tipo de mirada.- Dije esto para intentar cambiar el ambiente y su expresión. Kouki sonrió un poco cerrando sus ojos y me miro con cariño.

 

- Creo que tienes razón, me alegra saber que ahora ya no la tiene.- cuando termino de hablar un largo bostezo se apodero de su rostro. Algunas lágrimas se asomaron por los costados de sus ojos y de golpe se giró plasmando su cara sobre la almohada sorprendiéndome.

 

- No me quiero dormir.- chillo como niño con rabieta aun con su cara en la almohada. Yo me reí un poco en silencio ante su acción y palmee su espalda para que me mirara. 

 

- Esta bien, creo que lo mejor para tu cuerpo será descansar.-

 

- Pero… pero al fin quieres saber algo importante de mí y yo quiero contártelo.- hablo sentándose y tallándose sus ojos por las lágrimas al dar otro bostezo.

 

- No tienes que apresurarte, de ahora en adelante siempre vamos a estar juntos ¿no?, así que tendremos tiempo de nuevo para platicar sobre esto, por ahora es mejor que descanses, ya mañana que te sientas mejor podemos retomarlo o hacer otra cosas, ¿te parece bien?-

Me miro no muy convencido del tema por lo que le regale una sonrisa para hacerlo sentir seguro de mis palabras. Después de unos segundos de mirarnos el uno al otro, él se acostó de nuevo sobre mis piernas y se cobijó aun mirándome a los ojos. 

 

- Esta bien tu ganas. Pero no te vayas hasta que me duerma. ¿Lo prometes?- Yo asentí y acaricie sus cabellos un poco para luego taparle los ojos con mi mano.

 

- Ya duérmete, no me moveré de tu lado. Te lo prometo.- quite mi mano de sus ojos y pude ver que él ya los tenía cerrados. La lleve de nuevo a su cabellos y durante un buen rato me mantuve acariciándolo para que se durmiera.

 

Cuando pude notar como su respiración estaba completamente tranquila, sonreí. Debía aceptarlo. Él me había vencido y lo había hecho con amor, cariño y paciencia. Con un amor que me demostraba día con día, el cual aún no lograba comprender de dónde provenía; ya que parecía que no tenía límites.

 

El día de hoy era un día para marcarlo por el resto de mi vida. Hoy había aceptado que quería a alguien, que aceptaba a alguien en mi vida y que ese alguien solo podía ser Kouki.

 

Pase mi mano sobre su mejilla para terminarla sobre sus labios. Los delinee con mi pulgar y cuando sentí como un suspiro salió de ellos no pude resistirme a no besarlos. Me acerque con cuidado de no despertarlo y uní los míos sobre los suyos con un rose. Él se removió un poco ante el toque y susurro mi nombre con una voz tan tenue que apenas logre escucharlo. Algo dentro de mí se regocijo al escucharlo decir mi nombre por primera vez de esta manera. Por lo que una sonrisa de victoria se dibujó en mi rostro y lo cobije un poco más antes de regresar mi vista sobre el televisor.

 

- Así que una obsesión e.- me dije para mí mismo en voz alta. Mire de nuevo el rostro dormido de Kouki para luego ver el televiso de nuevo.

 

-Por lo que veo tendré que mantener mi vista más atenta en aquel Kiyoshi.-

.

.

.

La luna de miel termino sin ningún percance o atentado más hacia Kouki. Los últimos días que nos quedaban los habíamos pasados juntos disfrutando de la compañía del otro. Visitamos varios lugares nuevamente, pero esta vez juntos.

 

Fuimos al zoológico otra vez, pero ahora fue un momento agradable en pareja. Fue ahí en donde descubrí que a Kouki le gustan mucho los leones, ya que fue el único que corrió feliz al escuchar que tenían a un león en exhibición para ser tocado por todos aquellos que desearan convivir de cerca con el animal. Fue una experiencia muy agradable.

 

Los días trascurrieron conociéndonos el uno al otro, está claro que Kouki conocía más de mí que yo de él, pero aun así pude sacarle algunas sorpresas al contarle cosas de mí que él no conocía. Conforme más pasaban los días, me acostumbraba más a su presencia. Me gustaba estar con él, verlo reír de felicidad cuando hacíamos algo divertido juntos. Notar como sus mejillas se sonrojaban cada vez que nos tomábamos de las manos, ya que no importaba cuantas veces lo habíamos hecho anteriormente, para él siempre era como la primera vez.

 

Me complacía de sobre manera verlo dormir y aún más verlo despertar. Hace días había dicho que no quería saber qué es lo que tenía, pero últimamente aquella pregunta se hacía en mi cabeza con más frecuencia. Había momentos en lo que miraba a Kouki un poco cansado o pálido, y era ahí donde recordada que estaba enfermo. Intentaba ayudarlo de alguna manera, pero al no saber que tenía no podía hacer mucho.

 

Una noche antes de regresar le pregunte de su enfermedad. Ya me sentía preparado para aceptar todo del él. Aceptar que ahora era parte de mi vida y que estaríamos juntos, por lo que creía que al saber su más grande secreto, esta relación se formalizaría. Pero para mi sorpresa él solo me dijo.

 

Por ahora no la menciones. Cuando estoy contigo de esta manera quiero pensar que no hay nada que nos pueda separar. Te prometo que una vez que regresemos a Japón te contare todo.-

 

Después de esas palabras se quedó dormido mientras me abrazaba con fuerza. En ese momento no quise presionarlo más, así que solo correspondí el abrazo y me dormí oliendo su aroma. 

   

 Aquellas palabras que me había mencionado el señor Akira eran verdad, solo debía darle una oportunidad para enamorarme de su corazón; ya que un ser tal amable, lindo y puro, no podía no agradarte una vez que lo conocieras a fondo.  

 

En este momento ambos nos encontrábamos en el jet privado de la familia Akashi con destino a Japón. Kouki se encontraba dormido a mi lado sosteniendo mi mano ya que le tenía miedo a las alturas y yo me encontraba leyendo un libro en lo que esperaba la hora de la comida. Este tipo de contacto se había convertido en algo necesario entre nosotros todo el día en muy poco tiempo, y lo más extraño era que si no estábamos así, de forma inconsciente mi mano buscaba la de él. Pareciera como si siempre hayamos estado de esta manera, ya que mi cuerpo se sentía completo cuando estábamos unidos. Reí un poco ante mi estúpida teoría y cerré mi libro al notar como la azafata se acercaba con la comida.

 

- Kouki… Kouki, despierta. Ya es hora de comer.- Él hizo un pequeño sonido mostrándome inconformidad y abrió sus ojos con mucha pereza.

 

- Seijuro-san no tengo hambre.- Me respondió más dormido que despierto.

 

- No puedes pasarte la comida Kouki, no quisiste desayunar nada debes al menos comer algo.- Él me miro con cansancio y me sonrió para después sentarse. Al notar como le costaba trabajo le ayude a incorporarse y levante su sillón para que quedara frente a la mesa.

 

Ambos comenzamos a comer tranquilamente y en silencio, hasta que un fuerte sonido provoco que soltara mi tenedor de golpe y enfocara mi vista en Kouki. Él había salido corriendo hacia el baño y en el trascurso tiro la charola en donde se encontraba su comida. Yo me levante un poco consternado por la situación y me dirigí al baño para ver qué es lo que había sucedido.

 

- Kouki ¿estás bien?- le pregunte tocando la puerta, pero no hubo respuesta solo un fuerte sonido que me dio a entender que estaba deponiendo. Me quede en silencio recargado en la puerta mientras el continuaba vomitando. Después de unos minutos escuche el sonido del escusado y fue cuando me moví para dejarlo salir.  

 

- ¿Estas bien?- le pregunta de nuevo una vez que ya lo tenía de frente. Él se limpió con su mano algunos rastros de agua y asintió con su cabeza.

 

- Estoy bien, pero desde ayer no me he sentido muy bien del estómago, tal vez algo me cayó mal, es por eso que no quise desayunar.- cuando termino de limpiarse me sonrió. Yo solo lo mire serio y él comprendió mi mirada.

 

- Lo siento, debí habértelo dicho ¿verdad?- agacho su mirada.- perdona, es la costumbre.- levanto de nuevo su vista y me sonrió, yo solo lo abrace y le di pequeñas palmadas en la espalda.

 

No podía culparlo, fui yo quien en un inicio había establecido el que no debíamos tener ningún tipo de contacto o relación; por lo que este tipo de accidente era normal. Por ahora lo único que podía hacer es demostrarle que así como él estaba para mí, yo estaba para él.

 

- Esta bien, por ahora solo ve a sentarte y preguntare si tenemos alguna medicina abordo para el estómago.- Él acato mi orden y yo fui a buscar una aeromoza.

 

.          

 - Tomate esto. Me dijeron que es bueno para le vomito.- Le entregue una pastilla y una botella de agua. Él la tomo y después sorbió un poco de agua para regrésame la botella.

 

- Gracias, eres muy amable.- Tome la manta que estaba en el sillón de al lado y la puse sobre sus piernas.

 

- Si, pero solo lo soy contigo.- Dije esto sin pensar, y cuando mire sus rostro parecía un jitomate maduro. Yo reí internamente ante su inocencia y solo acaricie sus cabellos.- Anda descansa, ya no falta mucho para que lleguemos, te avisare cuando estemos en Tokio.-

 

Él solo asintió con la mirada en el suelo y aun como un tomate, pero antes de que pudiera alejarme de él, rápidamente tomo mi mano y la sostuvo con fuerza.

 

- ¿Puedes acompañarme hasta que me duerma?- mire su rostro aun sonrojado y con la mirada en el suelo, por lo que solo me senté a su lado sin decir nada y entrelace nuestras manos. Él levanto su vista hacia mi feliz, para después recargarse en mi hombro y cerrar sus ojos.- Gracias.- Fue lo último que me dijo antes de caer dormido.

 

Después de unos minutos de seguir leyendo mi libro, decidí acompañarlo a dormir en lo que llegábamos a Tokio. Me recargue en su cabeza y apreté más nuestro agarre. Debía aceptarlo, nuestros cuerpos empalmaban perfectamente. Cerré mis ojos con tranquilidad, mientras dejaba que su esencia inundara todo mi ser para dormir tranquilamente.

 

.

.

- Señor Akashi… señor Akashi.- la voz de alguien hizo que despertara y mirara alrededor un poco desorientado para ver en donde me encontraba.- Ya llegamos a Tokio señor.- Me informo la azafata que se encontraba a lado de mí.

 

- Ya veo, gracias.- al terminar de decir esto ella se inclinó y se alejó de nosotros.

 

Una vez que me encontraba lo suficiente despierto gire hacia donde estaba Kouki y comencé a llamarlo para despertarle.

 

- Kouki ya llegamos. Vamos despierta que nos deben estar esperando.- moví un poco su mano que se encontraba aun entrelazada con la mía, pero algo no estaba encajando bien.- Kouki… Kouki vamos despierta.- Lo moví un poco más pero no había ninguna reacción.

 

Mire su mano sobre la mía y note que no ejercía fuerza en ella. La tome con ambas manos solo para darme cuenta que se encontraba fría. Me moví con cuidado frente a él al notar que todo su peso estaba sobre mi hombro y lo recargue en el respaldo.

 

- Vamos Kouki no juegues ¿quieres?, despierta por favor.- Le hablaba con la mayor tranquilidad que podía tener en estos momentos, mientras aun sostenía su fría mano y acariciaba su mejilla para hacerlo reaccionar. En verdad tiene el sueño pesado, pero no es para tanto.

 

Al notar que nada de lo que hacía daba algún resultado comencé a entrar en pánico. Mis manos empezaron a sudar y las palabras se atoraban en mi garganta. Pase saliva con ansiedad y cerré mis ojos por un segundo para calmarme. Tal vez solo está demasiado cansado o me está haciendo alguna broma. Tome su fría mano y la puse en mi mejilla mientras me acercaba a su rostro y tocaba su frente con la mía.  

 

-Kouki… vamos Kouki despierta. Si lo que quieres es que te consienta te prometo que lo haré una vez que estemos en casa, pero por ahora por favor abre tus ojos.- Le dije esto en un susurro cerrando mis ojos esperando que despertara con sus rostro completamente sonrojado por ser descubierto; pero cuando los abrí, la realidad me golpe sin aviso.

 

Él aun no despertaba, su rostro se encontraba completamente pálido e inexpresivo, y sus hermosos labios estaban un poco azules. Las manos comenzaron a templarme mientras una risa nerviosa se marcaba en mis labios y me mente empezaba a ponerse en blanco. Lo tome por los hombros con miedo y lo moví un poco brusco.

 

- Kouki esto ya no es divertido. Abre los ojos.-  Le seguía hablando pero esta vez lo movía un poco más brusco para que reaccionara. Mi cuerpo comenzó a temblar y la poca paciencia que tenía se fue por la borda al notar que nada funcionaba.

 

- KOUKI CON UN DEMONIO DESPIERTA. POR FAVOR DESPIETA.- lo abrace con desesperación mientras continuaba gritándole para hacer que reaccionara, pero naba servía.

 

Mi mente comenzó a llenarse de pánico al notar que sus ojos no se abrían, y por más que intentara mantener la tranquilidad para buscar alguna solución, no podía. La idea de perder a Kouki por mi estúpido descuido me llenaba de inseguridad y culpa en este momento. Al escuchar mis gritos, rápidamente una azafata y un piloto se acercaron a mí con preocupación.

 

- Señor Akashi ¿Qué sucede?- Yo gire mi vista llena de pánico hacia ellos y me miraron sorprendidos.

 

-No despierta, ya intente de todo y no despierta.- les informe con desesperación en mis palabras y aun con el cuerpo inocente de Kouki en mis brazos. Mis ojos se comenzaron a poner borros mientras que por mi cabeza pasaban las peores situaciones.

 

 ¿Qué tal si ya no despierta?, ¿quiere decir que también lo perdí?, ¿ya no podre verlo sonreír de nuevo?, fue lo mismo que con mi madre. Creo que aquellas palabras que me dijo mi padre son ciertas, todo lo que llego a querer lo destruyo.

 

El piloto al notar mi inestabilidad se acercó para tomarle su pulso. Yo me golpeo mentalmente por no haber hecho eso en un inicio e intente dar largos bocados de aire para tranquilizarme.

 

- No siento su pulso.- El capitán me miro a los ojos y pude notar a través de ellos que esto no saldría bien.- Señor creo que debemos llamar a una ambulancia.-

 

El capitán le dio una vista rápida a la aeromoza la cual rápidamente corrió por el pasillo del avión. Me imagino que para pedir ayuda. Pero tras escuchar aquellas palabras lo demás pasó muy rápido para mí, fue como si me hubiera desconectado del mundo y solo estuviéramos yo y mi subconsciente; el cual me repetía una y otra vez que todo esto había sido mi culpa.

 

 El capitán al notar que no reaccionaba ante sus palabras quito a Kouki de mis brazos y lo levanto para salir corriendo. Yo solo pude percibir su figura alejarse de mí, mientras yo me encontraba sentado en el suelo.

 

No entendía como había pasado esto, él estaba bien. Hace unas horas su cálido cuerpo se encontraba junto al mío. ¿Qué es lo que hice mal?, ¿acaso fue por que quise tenerlo a mi lado? Fue como con mi madre y aquel niño. Por querer tenerlos a mi lado ¿los asesine?

 

-- Yo voy a estar siempre a tu lado Seijuro. Recuérdalo por favor. Siempre voy a estar contigo amor--

 

Mi madre siempre cumplió su promesa, jamás se alejó de mí. Pero si yo la huera dejado irse al extranjero para que la atendieran, ella aun estaría conmigo.

 

--No te preocupes Sei, aun que tu madre ya no este contigo yo siempre lo estaré. Te lo prometo. Así que a donde tú vayas yo iré.--

 

Paso lo mismo con aquel pequeño, si no lo hubiera llevado conmigo él aun estaría con vida. Pero debido a que siempre fui un niño débil, siempre dependí de los demás para salir adelante. Fue por eso que me prometí que nunca dejaría entrara a nadie a mi corazón, que nunca dependería de nadie para no perder a alguien más. Pero lo hice, lo hice de nuevo y ahora era Kouki quien pagaba por mi error.

 

Fui un estúpido, un estúpido al creer que esta vez podía ser diferente. Que esta vez podría proteger a la persona que quiero, pero no fue así. Yo estoy maldito y todas las personas que se acercan a mi corren el mismo destino.

 

- Venia a golpearte, pero mirándote de esta manera creo que no puedo hacerlo.- aquella voz hizo que me saliera de mis pensamientos pasados y levantara la vista hacia la persona que estaba frente a mí.- venía con la mentalidad de golpearte pero creo que eso lo dejare para después.- al terminar de hablar Kiyoshi me extendió la mano para ayudarme a levantarme, pero aquella cara de estúpido ya no estaba en él, ahora parecía otra persona completamente diferente. Yo solo desvíela la mirada y me levante por mí mismo.

 

- Vaya, parece que aun tienes orgullo…- yo intente incorporarme y él me dio la espalda para salir del avión.- el amo Kouki fue llevado a urgencias, camina si te interesa.- al termina de hablar comenzó con su andar mientras yo lo seguía.

 

Una vez que ambos nos encontrábamos en el auto, decidí preguntar por la situación.

 

-¿Cómo está?- pregunte con la mirada en la ventana. Él me dio una vista rápida sin mover su cara de su mano apoyado sobre el descanso de la puerta y me respondió.

 

- No lo sé. En cuanto lo vimos saliendo en una camilla hacia la ambulancia, yo me fui como alma que lleva el diablo a buscarte para matarte a golpes.- Creo que aquella historia que me había contado Kouki días atrás era completamente cierta. En un inicio pensé que todo lo había exagerado, pero al ver aquel rostro frio, serio y con una mirada tan seca en sus ojos al verme, me lo confirmaban. No había ni un solo parecido con aquel hombre que nos despido días atrás.

 

- ¿Y por qué no me golpeaste hasta matarme?- Pregunte más para mí mismo que para aquel hombre a mi lado.

 

- Porque tu rostro se miraba igual que el mío.- yo no comprendí su respuesta y gire a verlo con un rostro un poco confundido. Él comprendió mi semblante y al fin giro su cara hacia mi.- culpable e impotente.- Nuestras miradas se conectaron y pude ver a través de sus ojos, que él también cargaba con una culpa tan grande como la mía.- Cuando vi eso en ti, comprendí que el golpearte no serviría de nada.-

 

Por alguna razón que no comprendí, en ese instante sentí que podía preguntar aquella duda que se viene albergando en mi cabeza hace días.

 

- ¿Qué es lo que tiene Kouki?- pregunte sin titubear, él sin apartar la vista intensifico su mirada y me respondió.

 

- Esta enfermo del corazón.- Guardo silencio unos segundos sin dejar de verme y continuo antes de que pudiera decir algo.- y yo la cause.-

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Continuara

Notas finales:

Creo que este qedo mas corto que los demas, pero aun asi lo hice con todo mi cari;o y devocion. Espero les haya gustado y si tiene tiempo les agradeceria mucho que me dejaran algun comentario de que les parecio.

Bueno me dio mucho gusto haber actualizado y espero actualizar mas rapido la proxima vez y nuevamente les pido disculpas a todos aquellas que han estado esperando por mi historia. Disculpen la tardanza y muchas gracias por esperar. 

Que tengan un bonito inicio de semana. Les mando un gran abrazo a todos y feliz san valentin atrazadicimo jajajajaja 


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