Grilletes
Era como si el tiempo se hubiese detenido; mil cosas pasaban por mi mente pero ningún pensamiento traía mi racionalidad, estaba aterrado.
Con el papel sujeto a mi mano, leyendo una y otra vez su contenido, solo la palabra embarazo me trajo en si.
– debo llamar al médico, confundió los resultados de alguien más con el mío. Si eso debe ser-.
Tomando el número del médico escrito en el papel marque con rapidez esperando ser recibida mi llamada con cada timbrada.
- Buenas tardes, clínica Harada en qué puedo ayudarle-. Una voz femenina muy cortésmente me contestó.
- - hola, disculpe-. Dije algo nervioso. – me llamo Akihito Takaba; soy paciente del doctor Shou Harada, podría usted comunicarme con él-.
- Oh, claro señor Takaba, ya pasó la llamada espero un momento-. Dijo la señorita a mi pregunta. Solo tomo un momento de espera y una voz gruesa masculina habló a través del celular.
- -hola señor Takaba, habla el Doctor Shou, estaba esperando su llamada; ya debió recibir los resultados de las pruebas que le realicé-.
- Así es Doctor, debe haber una confusión con esos resultados, esos no me pertenecen, verdad?-.
-como va a ver una equivocación Señor Takaba, sus pruebas las realice repetidas veces para asegurar que no se cometiera ningún error, usted está en gestación, de eso no hay dudas. ahora enfóquese en cuidarse y venga a mi despacho para organizar sus Citas para que todo vaya bien durante su embarazo-.
Un nudo en mi garganta me dificultaba articular palabra, estaba en shock, no es un error, esto es real.
-ok, doctor. Llamaré otra vez para concertar la cita-. Fue lo único que pude responder a la llamada del doctor con mucha dificultad. Cerré la llamada, necesito calmarme y pensar con claridad En lo que debo hacer.
-Esconderé estos papeles, Hal no puede verlos aún-. Lágrimas corrían por mis mejillas, la realidad estaba golpeándome. -SON GRILLETES-. Grité repentinamente, tape mi boca con rapidez ante esas palabra pero así lo sentía, enorme cadenas que me atarían a ese bastardo de Hal. – para siempre o hasta que muera-. No podía parar de llorar, cómo podré proteger a este bebé si no eh podido protegerme a mi mismo.
-Debo prepararme, Hal mandará a alguien por mí a esa dichosa fiesta; debo estar normal que no sospeché que algo este mal conmigo o indagará y podría molestarse.
Tenía mi vestuario listo, un smoking perfectamente adaptado a mi cuerpo, el reloj marcaba las 4:55. Una ensalada sencilla con carne finamente cortado fue todo lo que pude cenar, estaba casi listo para salir y encontrarme con aquel tipo que decía ser mi amante.
6:00pm, una camioneta color negro se estacionó frente al apartamento, una figura esbelta, fina nada voluptuosa pero hermosa bajaba del auto dirigiéndose al apartamento. – maldita sea es Gil-. La secretaria de Hal, fue o es amante de ese canalla. solo él sabe si aún se revuelcan, me da igual sólo me importa el que hace esa perra aquí.
Me aparte de la ventana rápidamente para abrir la puerta.
- Que haces tú aquí, Gil-. Verla solo me trae molestias. Ella es la responsable de que Hal haya descubierto al único amante que eh tenido estando con él, encargada de monitorear todo lo que haga, exagerando todo solo para empeorar mi relación con ese bastardo, se que le encanta ver los ataques de furia que se carga Hal contra mí por sus malditas exageraciones.
- Hola Joven Akihito, el Señor Hal me envió por usted-. Su mirada altiva y despreocupada hace que me hierva la sangre.
- Estoy listo, Vámonos.
Un silencio dominó el interior del auto, mi mente está llena de muchas cosas; todo relacionado al bebé, a Hal y sobre mí. suficiente como para no lidiar con Gil, le encanta crear ambientes desagradable cuando está cerca es bastante obvio que le encantaría ser la esposa de Hal si entendiera que eso me encantaría que pasará.
-joven Akihito-. Habló Gil que estaba en frente. – le recomiendo que mantenga una actitud complaciente con el Señor Hal, se a creado algunos inconvenientes en el trabajo y cualquier cosa lo haría explotar, sea cuidadoso joven Takaba-.
Nuestras miradas se cruzaron mientras ella sonreía maliciosamente.
Que estará en la cabeza de esta vil mujer, acaso a planeado algo.
Deja de pensar en tonterías, me regañe a mi mismo, es sólo una fiesta ¿que podría pasar aquí?.
Como si esa última pregunta fuese una maldición, no podría a ver imaginado la desgracia de haber asistido a esa maldita fiesta.
*Nadie encuentra su camino sin estar perdido antes*.