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Enamorando a mi sexy jardinero (2Min) por Tatty TT

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Notas del capitulo:

Holaaa

Perdón!!!! me perdí por muchooo, pero ya estoy aquí, y espero que aún recuerden esta historia. Dejo un capítulo largo para compensar un poco el tiempo jejeje

Ojalá les guste.

 

-Ya no…no te quiero…más…me voy a casar con…con Naeum…y vamos…a tener hijos…porque…yo…ya no quiero a mi jardinero…porque es un idiota…

-Por favor, precioso, dime dónde estás, estás muy borracho…no debiste beber…Dios Taemin.

-A ti no…te importa…solo…tú solo me haces…daño…

-Lo siento, lo último que quiero es hacerte daño, pero todo esto es mucho para pensar, no quiero que…

-Mentiroso!! Tú…tú no me quieres… ¿Por qué no me…quieres?...Minho…por qué…

-Vamos precioso, dime dónde estás, no quiero hablar esto por teléfono.

-No quiero!

Mierda, mierda, el mocoso me colgó!!...juro que cuando lo encuentre le daré unas buenas nalgadas por dejarme así.

 

NARRACIÓN NORMAL

Minho estaba furioso tratando de comunicarse con Taemin, pero por más que marcaba el número de su mocoso este no contestaba, y tampoco el número desconocido desde el que Taemin lo llamó. Odiaba que el menor bebiera y se drogara, tontamente pensó que el chico ya no hacia esas cosas, pero es bastante obvio que hay malos hábitos que no son fáciles de eliminar. No es que Minho no entienda que es una etapa común en los adolescentes, tampoco es que estúpidamente creyera que por estar junto a él Taemin dejaría de hacer ciertas cosas, el asunto es que Minho tiene la idea de que cada vez que alguien se emborracha o se droga lo hace para escapar de los problemas, y desde que conoce al menor, lo ha visto más de una vez en mal estado, y lo peor es que está seguro que esta nueva borrachera es por su culpa.

-¿Hola? ¿Quién eres? ¿Por qué tengo 20 llamadas pérdidas de este número? –contestó finalmente un desconocido, hablando molesto, y de paso bloqueando a Minho para preguntar lo verdaderamente importante.

-Hola…disculpa…

-¿No sabes lo molesto que es ver tantas llamadas perdidas?, podrías rendirte a la tercera, qué se yo, puede que…

-Podrías callarte de una puta vez y decirme donde mierda está Taemin!!! –gritó Minho furioso, al darse cuenta que la persona de la otra línea estaba bebido.

-Mira puto de mierda, a mí nadie me habla de…

Antes de que Minho alcanzara a desahogar su furia contra el desconocido de la otra línea, oyó como se producía un intercambio de palabras, y alguien reprendía al otro hombre, para luego escuchar una nueva voz a través del auricular.

-Hola, ¿eres Minho? –preguntó el nuevo desconocido.

-Sí –gruñó Minho-. ¿Tú quién eres, dónde está Taemin?

-Soy Jinki, no me creo que Taemin usara el teléfono de Jjong para llamarte, se supone que dejó su teléfono apagado para no llamarte!!... ayyy que hijo de…

-Basta! Dime dónde está, me llamó muy borracho, dime dónde está e iré por él.

-A mí no me gritas! esto es lo que querías, así que deja a Taemin en paz. Y deja de llamar de una puta vez!

-Espera, espera…por favor, no cuelgues –exclamó rendido Minho-. Por favor, dime dónde está, estoy muy preocupado por él, sé que no te agrado mucho, pero dame una oportunidad…por favor…

Minho odió el tono suplicante con que sonó su petición, sabía que Taemin tenía dos buenos amigos que lo cuidaban con garras y dientes, y aunque en el fondo admiraba aquello, eso no impedía que se sintiera humillado por rogar así.

-Aichh…no me hagas sentir mal quieres! –exclamó Onew.

-Solo dame una dirección y nos olvidamos de esto…

-Está bien, te enviaré la dirección, Tae está dormido ahora, intentaré despertarlo…pero si luego no quiere irse contigo, no le digas que fui yo quien te dejó venir, ¿estamos?

-Perfecto…eh…gracias…

-Ok, ok, vamos a terminar con esto.

Sin despedirse ni nada, Onew colgó, y Minho ahogó un suspiro sintiéndose estúpido al estar intentando conseguir algo de un adolescente con aires de hermano mayor que se comportaba como papá gallina con Taemin.

Minho tomó una chaqueta, las llaves y salió rápidamente, rogando para que el amigo de Taemin cumpliera su palabra y realmente le enviara la dirección. El jardinero no podía dejar de estar preocupado por su mocoso, para el moreno, Taemin era alguien tan delicado, tan vulnerable, y saber que estaba por ahí, borracho, tirado en algún sitio y solo mientras los demás se divertían lo tenía histérico.

Estaba tan ansioso por encontrar a su mocoso, que se subió al camión y comenzó a manejar hacia el barrio de Taemin a pesar de aún no haber recibido una dirección a la que dirigirse. Pero, al cabo de unos minutos de manejar, recibió la dirección, y se dio cuenta que era la misma a la que había recogido a Taemin la primera vez que se besaron.

Cuando llegó a la dirección, se encontró con que Taemin estaba fuera de la casa, abrazado…o más bien echado encima de su amigo, quien parecía hacer malabares para sostener al chico sin caerse en el intento. Minho estacionó y salió de su camión en tiempo record para tomar a Taemin.

-Al fin llegas, Jjong, mi novio, está sacando de la cama a su chofer para llevarnos, si te demorabas unos minutos más me habría llevado a Taemin! –exclamó Onew.

-Bueno…gracias, supongo –dice Minho desconcertado, y es que estos adolescentes son unos malditos bipolares para opinión del jardinero.

-One…Oneww…no…me voy con él…déjame en mi casa….no me voy con él... –balbuceó Taemin, dándole de paso un pequeño manotazo en el brazo a Minho.

-Vamos precioso, tú te vienes conmigo, quieras o no.

-No!...me…voy con…Onew…

-Ok, esto ya ha llegado muy lejos, ¿tú tienes cómo volver a casa? –le pregunta el moreno a Onew.

-Sí, mira, ya viene mi novio… -dice el chico indicando a un auto negro que sale de la casa en la que estaban.

-Está bien, me imagino que Taemin supuestamente está en tú casa, sé que tiene toque de queda los días de semana.

-Sí, aunque eso es solo cuando está su appa, pero igual dijo que se quedaría conmigo, así que no hagas nada malo, porque si algo le pasa a Taemin, te corto las bolas –Amenazó Onew.

-Onew…noo… -balbuceaba Taemin intentando seguir la conversación de los chicos.

-Bien, gracias por cuidar de él, ya nos vamos –dice Minho.

-No me…voy…contigo… -medio gritó Taemin, empujando débilmente a Minho.

-De eso nada, te vienes conmigo ahora mismo.

Y con la paciencia totalmente agotada, Minho cargó a Taemin en sus brazos y se dirigió a su camión, haciendo caso omiso de los lloriqueos del menor, que a duras penas intentaba soltarse del jardinero.

Onew rogó internamente para no haber tomado una decisión equivocada, estaba cansado de ver a su amigo sufrir por el jardinero, y por eso aceptó que este se lo llevara, algo le decía que si el tipo se preocupaba por Taemin hasta el punto de rogarle para que le dijera donde estaba y más aún, venir por él, es porque estaba genuinamente interesado en su borracho amigo,  y ya sea por su reciente relación con Jjong, o su salida monumental del closet, Onew se sentía con la obligación de ayudar a quienes necesitaran un empujón para estar felices.

Onew vio como el coche negro de Jjong se paraba justo frente a él, y desde la ventana de los asientos traseros, su nuevo novio, sacaba la cabeza y le regalaba una sonrisa encantadora. “Y luego pide que no le diga perro” pensó riendo al ver como su novio parecía un cachorrito sacado la cabeza por la ventana para tomar aire. Aún se debatía internamente entre quedarse en casa de Jjong o marcharse a la suya, el moreno le había rogado hasta la eternidad porque se quedara, pero Onew no quería parecer un puto, solo llevaban una semana por Dios Santo!!! No iba a caer tan rápido, era un chico decente que tenía que darse a respetar, además, Jjong tenía que trabajar un poco más para meterse en sus pantalones…aunque ganas no le faltaban.

-Bueno, mejor vámonos –dijo subiéndose al coche y acomodándose de inmediato en los cálidos brazos de su chico. Onew sinceramente no sabía lo que se había estado perdiendo, los pocos días que llevaba junto a Jjong, sin vergüenzas, sin incomodidades, habían sido simplemente los mejores que podía recordar.

-No quiero que te vayas…quédate… -rogó nuevamente Jjong.

-Ya te dije que no, calma tus hormonas chico grande.

-No tenemos que hacer nada, solo podríamos dormir juntos y abrazados, no todo es sexo –exclamó Jjong sorprendiendo a Onew.

-Habla por ti, yo no sé si podría simplemente dormir abrazado sin hacer nada –susurró Onew, dándose cuenta de la verdad de sus palabras.

Onew sintió como Jjong tragaba duro, estaba un poco avergonzado por reconocer algo así, pero sorprendentemente no se sentía incómodo diciendo sus pensamientos en voz alta, ya había perdido demasiado tiempo haciendo el idiota como para no entregarle completa sinceridad al hombre que amaba.

Jjong había resultado ser un novio estupendo, no era el hostigoso que Onew pensó que sería, o quizás era que no se daba cuenta de ello al estar feliz de recibir la atención del chico y no huyendo de él.

-Aun no puedo creer que estemos juntos –Susurró Jjong, dejando un beso en el pelo de Onew.

-Ya sabes el dicho, el que la sigue la consigue, y tú fuiste un maldito acosador, era imposible que me resistiera más a ti –dijo Onew riendo-. Solo espero que ahora que ya me tienes, no vayas a aburrirte, más te vale que no sea uno de esos juegos que son excitantes mientras dura la conquista, porque te juro que te…

-Yo te amo –exclamó Jjong interrumpiendo a su novio.

Onew se sorprendió hasta la idiotez con aquella declaración, había tanta sinceridad en ella, el chico ya estaba casi acostumbrado a oír distintas declaraciones de amor de Jjong, pero siempre sabía que eran más por adulación que por entregar verdaderamente sentimientos, por lo que recibir tan pronto la palabra que empieza con A tenía a Onew balbuceando como demente.

-No bromees, las declaraciones de amor hechas por borrachos no cuentan –dijo Onew intentando no emocionarse mucho.

-Yo no estoy borracho… ¿me ves borracho? Además, de ahora en adelante, tienes que oír claramente todas mis declaraciones, si te digo que te amo, es porque te amo.

-Pero si te oí tirando tú mierda a Minho, claro que estás borracho… -susurró Onew con un puchero.

-Hey! No necesito estar borracho para responder con mierda a quien me tira mierda, solo respondí lo que él dijo –exclamó el moreno justificándose.

-Ohh…entonces ten cuidado, no creo que Minho aguante muy bien que le respondan así.

-Ehh…ok…pero, por qué seguimos hablando de alguien que no conozco…será que me estás esquivando… -susurró el moreno con voz melosa.

-Es que…ayy no sé, es raro oír a alguien diciendo que me ama…además…bueno, creo que también lo hago, ya lo sabes, pero aún no estoy…

-Hey, no necesito una respuesta, solo quiero que sepas como me siento, creo que he tenido más tiempo que tú para afrontar de verdad mis sentimientos, ahora mismo me basta con que estemos juntos, con que al fin me hayas dado una oportunidad.   

-Ya llegamos, joven –Dijo de pronto el chofer, interrumpiendo a los chicos. Ambos se voltearon a ver por la ventana, y efectivamente estaban fuera de la casa de Onew.

-Gracias –Dijo Jjong-. Danos unos minutos, por favor.

El chofer salió del coche, y Onew rápidamente se lanzó a la boca de su novio, Jjong lo atrajo más cerca y por varios minutos se entregaron a la felicidad de los besos. Sus lenguas jugaban ansiosas y sus manos se recorrían cada vez más confiadas. Onew estaba nuevamente arrepintiéndose de su decisión de volver a casa, pero antes de que la calentura le friera el cerebro, y tomando toda la fuerza de voluntad que poseía se separó de Jjong.

-No deberías ser tan perfecto, ¿por qué eres así? –Dijo Onew, no pudiendo con lo maravilloso que era Jjong-. Si sigues así, pronto me tendrás convertido en una maldita papilla a tus pies…eres simplemente maravilloso.

-A riesgo de sonar como un jodido cursi…tú eres el que me hace ser así, solo espero no agobiarte, puede que a veces me pase un poco con lo romántico.

-Tú tranquilo, hasta ahora me tienes encantado, y por eso mismo me voy antes de que me pegue aquí contigo, y te obligué a llevarme de vuelta a tu casa.

-Obligarme…así como obligarme, no creo –respondió Jjong riendo, y besando nuevamente a su novio, antes de que este bajara del coche y entrara rápidamente a su casa.

Y mientras la recién formada pareja se desvivía en distintas cursilerías para demostrar la alegría que sentían al estar juntos, a unos pocos kilómetros de distancia, Taemin y Minho vivían su propio momento algo ridículo y cursi, montados en el camión del jardinero rumbo al departamento de este último.

-Que…me lleves a mi casa! –refunfuñaba el menor, con los brazos cruzados sobre su pecho, el ceño fruncido y los labios en trompa.

-Ahora mismo pareces más mocoso que nunca –exclamó Minho no pudiendo esconder una sonrisa. 

Taemin lo miró  furioso, con los ojos algo desenfocados, e intentando hacerle un desaire aun mayor, le hizo una especie de desprecio con la cabeza y se giró hacia la ventana del coche, pero no contaba con que sus sentidos estaban todavía nublados a causa de la borrachera, y por ello su cabeza chocó contra el vidrio de la ventana, haciendo que Minho rompa en carcajadas incontrolables.

-¿Estás bien, precioso? –preguntó el moreno cuando logró controlarse.

-Cállate…déjame!! –lloriqueó Taemin, acariciándose la parte afectada y pegándose lo más que podía a la puerta del pasajero, lo más lejos de Minho que su cuerpo borracho le permitía.

-Ya no estés tan molesto, además, soy yo quien debería estarlo, no me gusta verte así, lo sabes, y a pesar de eso me llamas borracho, me dejas hablando solo, y luego me asustas como la mierda porque no puedo encontrarte.

-Lo siento –dijo únicamente Taemin.

Y Minho se arrepintió por milésima vez por no saber controlar su gran bocota, lo último que quería era hacer sentir mal a Taemin, y ahí va y dice idioteces como esa, dándole a entender al menor que su llamada le incomodó, cuando en realidad agradecía que Taemin lo haya hecho ya que llevaba una semana de mierda intentando encontrar sus cojones y hacer algo al respecto, así que la llamada de Taemin definitivamente puso el pie de inicio en la solución al problema en el que se encontraban.

-No quería que sonara así…puedes llamarme cuando quieras, ya lo sabes –exclamó Minho.

-Ya…

Taemin no dijo nada más, Minho intentó seguir disculpándose pero el menor no volvió a abrir la boca, aun le faltaban unos minutos para llegar a su destino, y el jardinero se estaba volviendo loco de incomodidad debido al silencio, pero comprendió que Taemin había pasado de ser el borracho busca pleitos y malhumorado, al borracho triste y deprimido, así que no tuvo más opción que cerrar la boca y seguir manejando.

Intentado concentrarse en el camino y no en su compañero, Minho dio gracias cuando al fin divisó su calle y el bloque de departamentos en el que vivía. Se estacionó en su lugar habitual y se armó de valor para enfrentar a Taemin, pero las palabras murieron en su boca, cuando se giró a ver al chico y lo descubrió completamente dormido con la cabeza apoyada en el vidrio de la ventana, y en una posición que parecía realmente incomoda.

Minho no pudo evitar la sonrisa que se instaló en sus labios al observar el rostro tan precioso, que a su parecer, tenía Taemin, estuvo varios minutos observándolo sin tapujos, el menor se veía completamente relajado, sin preocupaciones, como un chico de 17 años debería ser, según todo lo que Minho cree que es justo en el mundo.

Aprovechando el sueño profundo de Taemin, el jardinero se entretuvo acariciando con delicadeza las líneas que marcaban perfectamente su mandíbula, apartó con cuidado el pelo castaño de la frente del menor, y se maravilló nuevamente con la perfección que para él simbolizaba Taemin y no es que estuviera idealizando al chico…o tal vez sí, pero Minho no podía recordar haber conocido antes a alguien que le atrajera con tal intensidad, Taemin era como una bola de fuego que apareció en su vida para consumirlo desde el primer momento, y nunca antes le había pasado algo así, ni siquiera con Kibum, el que creía era el gran amor de su vida, había sido tan intenso, lo suyo se formó poco a poco, primero la amistad y luego el amor, pero con Taemin todo era condenadamente rápido, y eso le asustaba como la mierda.

Taemin comenzó a moverse inquieto entre sueños, y Minho no pudo seguir con su momento de contemplación, debía llevar al menor a un lugar más cálido y reconfortante, así que lo tomó en sus brazos y lo cargó todo el tramo de escaleras hasta su piso.

Se sorprendió que con todo el movimiento Taemin no despertara, pero quizás era lo mejor, porque solo Dios sabía lo difícil que sería la conversación que ellos necesitaban, y con el menor aun borracho solo se complicaba más, así que era mejor que durmiera y hablaran por la mañana, más calmados y sin estupideces de por medio.

Minho se preocupó de quitarle los zapatos, la chaqueta, y el cinturón, no quiso quitarle el pantalón y el resto de la ropa, no necesitaba malos entendidos, así que prefirió acostar al menor vestido, pero lo más cómodo posible. El moreno no tenía otra habitación, y el sillón era mullido y reconfortante, pero no lo suficientemente bueno para pasar la noche, así que después de acostar a Taemin en su cama y darse un par de vueltas por el departamento, el jardinero se acostó junto a su mocoso, y aunque sabía que se estaba sobrepasando, no quiso desaprovechar el momento, y abrazó en cucharita el cuerpo cálido de su compañero y se durmió sintiendo el aroma inconfundible de Taemin.

***

A la mañana siguiente, Taemin despertó cuando el sol dio de lleno en el rostro y parecía como si diez mil agujas se clavaran en sus ojos, en su cráneo y de paso atravesaran su cerebro. Hace mucho que no conseguía una resaca como aquella, pero teniendo en cuenta que se bebió hasta el whisky del papá de Jjong, aquello no era raro.

Intentó moverse de la cama, pero sintió como unos brazos lo anclaban firmemente al colchón, mierda, Minho, pensó contrariado cuando recordó la noche anterior. Poco a poco, comenzó a entrar en pánico, no podía creer lo estúpido que fue al emborracharse de esa manera y llamar a Minho, se suponía que él solo esperaría, pero no, ahí va y arruina todo arrastrándose ante el jardinero.

Taemin decidió que debía salir cuanto antes de ese departamento, a pesar de sentir que su cabeza explotaría en cualquier momento, así que intentando salir de la cama sin despertar a Minho, fue moviéndose poco a poco hasta lograr su cometido, rogaba para que el mayor no despierte, pero si tenía mala suerte, no le quedaba más opción que hacerle frente y salir cuando antes de su casa.

Minho seguía durmiendo profundamente, así que Taemin aprovechó para pasar al baño, y refrescarse, porque incluso se sentía mareado de lo fuerte que le dolía la cabeza. Sintiéndose un poco más humano, se puso los zapatos y el resto de ropa que Minho  le quitó durante la noche, e intentando hacer el mínimo ruido, salió sigilosamente de la habitación.

-¿Se puede saber qué haces saliendo a hurtadillas? –rugió Minho cuando Taemin estaba a punto de salir del departamento, haciendo que el menor se asustara de muerte.

-Ahorrándonos momentos incomodos –suspiró el menor, saliendo del departamento.

-Vuelve a entrar, no hagas esto.

-Minho, sabes tan bien como yo, que de no ser por la llamada que te hice anoche, ahora mismo yo no estaría aquí ¿o me equivoco? –declaró Taemin, con medio cuerpo fuera del departamento.

-No…no te equivocas –exclamó derrotado.

-Ves, por eso me voy, no debí llamarte, y tú tampoco debiste ir a por mí, así que no alarguemos más esto. Me voy, trataré de cumplir mi palabra y no buscarte, así que adiós.

Taemin no esperó una respuesta de Minho, bastante avergonzado y dolido estaba como para seguir frente al jardinero, y oír nuevamente su indecisión, o lo peor, su rechazo, así que salió rápidamente, esperando encontrar rápido un taxi y volver a su casa.

Minho se quedó en blanco por varios minutos, no pensó que Taemin se largaría así, sin hablar, sabía que era el momento para tomar de una vez por todas una decisión, porque aunque habían pasado solo unos días, era obvio que su situación no podía seguir esperando. Y también sabía, con toda certeza, que no quería al menor fuera de su vida, aunque aquello significara más sufrimiento que otra cosa.

Armándose de valor, Minho salió corriendo tras Taemin, y tuvo que bajar dos pisos de escaleras antes de encontrar al menor, bajando cabizbajo escalón tras escalón.

-Tenemos que hablar –jadeó Minho tomando el brazo de Taemin para impedir que siguiera avanzando.

-Minho!! –exclamó Taemin sorprendido, y eso a Mino le cayó como un golpe directo al orgullo, ¿tan poco esperaba Taemin de él para que se sorprendiera así?

-Volvamos a entrar…por favor.

-¿Para qué? ¿Resulta que ahora has tomado una decisión?

-Hey, si no me acerqué antes no fue porque no quisiera estar contigo, debes saber eso…

-Entonces…

-Estoy aterrado, no sé si soy capaz de hacer frente a la relación que propones –suspiró Minho.

-Ahí está, ya tomaste tú decisión –susurró Taemin, parpadeando rápido, pareciendo que rompería a llorar en cualquier instante, pero aun así mostrándose duro y frio.

-Dios, cómo odio que hagas eso! –exclamó Minho.

-¿Qué haga qué?

-Que te contengas, que no dejes salir tus emociones!

Taemin se quedó en silencio por una eternidad, haciendo que Minho se recrimine nuevamente por lo que dijo, aunque no entendía del todo por qué lo había molestado esta vez, no creía que lo dicho sea algo para tomar mal, pero la expresión de Taemin decía todo lo contrario.

-¿Y qué ganaría con dejar de contenerme? ¿Inspirarte lástima? ¿Hacer que quieras ser mi apoyo, mi sostén? No Minho, no puedo hacer algo así, todo lo que he entregado desde que te conocí me hace vulnerable, y entregar aún más, de manera abierta…No, no lo voy a hacer, porque estoy comprendiendo que las pocas cosas que aprendí en la vida, y que cuando te conocí creí que no eran tan ciertas, lo son, bajar la guardia solo te hace sufrir, y ¿para qué? Si no tengo alguien que me contenga, si no te tengo a ti para contenerme…

-Estás siendo injusto… -susurró Minho con un nudo en la garganta, destrozado por la resignación que escuchó en la voz de Taemin.

-No, te estoy dando una salida. No voy a seguir forzando tu brazo para que llegues a mí, ha sido injusto para ti desde el primer día, y ya no lo voy a hacer más.

-Taemin…

-Adiós, Minho.

Taemin se giró rápidamente y bajó corriendo las escaleras. Le estaba costando demasiado alejarse así, pero saber de las inseguridades de Minho le hacía daño, y aunque sabía que no tenía mucho derecho a recriminarle aquello, todavía le dolía que el moreno le reprochara por no dejar salir sus emociones ¿y qué se supone qué tiene que hacer? ¿Ponerse a llorar como bebé, dejarse consolar y que luego, cuando Minho vea que no puede lidiar con todo le dé la espalda, o desaparezca nuevamente porque se siente inseguro?, Taemin no creía poder con eso, no es tan fuerte como parece, y menos cuando lleva un dolor de cabeza que parece querer destrozarle.

El menor había conseguido bajar casi un tramo completo de escaleras, cuando sintió que unos fuertes brazos lo levantaban del suelo y subían nuevamente los pisos que ya había bajado.

-Por la mierda Minho, por qué siempre tienes que cargarme como un costal de papas!!! –exclamó Taemin exasperado…y puede que algo feliz porque su jardinero no dejó que se marchara.

-Porque te vuelves un mocoso malditamente obstinado a veces!

Minho no soltó al menor hasta que estuvieron nuevamente en la privacidad de su departamento. Apenas lo puso en el suelo, la cabeza de Taemin comenzó a dar vueltas como una jodida ruleta, estaba tan mareado que ni siquiera tuvo fuerzas para quejarse con el jardinero por lo que había hecho, solo se quedó quieto, de pie en el mismo lugar, con los ojos cerrados y rogando para que las ganas de vomitar pasaran.

-Maldita resaca! –Gruñó Minho, dejando al chico en el mismo lugar mientras le buscaba unas aspirinas y un vaso de agua-. Ten, toma esto y bebe todo el vaso de agua.

Taemin no quería moverse ni aceptar nada de Minho, pero se sentía tan mal que a regañadientes aceptó el medicamento e intentando respirar pausadamente se bebió casi por completo el vaso de agua.

-Ven, ahora te acostarás nuevamente y dormirás un rato, tenemos que hablar, pero no estás en condiciones –dijo Minho.

-Voy a ir a casa…

-Nada de eso…¿o pensabas ir al instituto? –preguntó Minho perdiendo algo de convicción.

-No, me duele mucho la cabeza, solo quiero ir a casa a dormir –susurró Taemin irritado.

-Entonces quédate aquí…por favor –rogó Minho.

-Minho…

-Mira, tienes razón en todo lo que has dicho, pero no es suficiente para que te vayas. Tú y yo definitivamente no estamos terminando ahora, y no terminaremos prontamente, solo…solo debemos aclarar cosas, y ver hasta dónde estamos dispuestos a llegar en nuestra relación.

-Si haces esto porque me tienes…

-Hago esto porque es lo que quiero, y espero que sea lo que tú también quieres. Ahora por favor hazme caso… ve a dormir, yo debo ir a trabajar a tu casa, pero volveré temprano, te dejaré algo preparado para que desayunes cuando te sientas mejor, y más tarde pasaré a comprar algo para que almorcemos juntos. De verdad me gustaría encontrarte aquí cuando vuelva… -susurró Minho, acariciando la mejilla del menor.

Taemin tenía sentimientos encontrados, por un lado se odiaba por ser tan malditamente débil ante todo lo que se relacione con Minho, y por otro, se sentía elevado varios metros sobre el suelo solo porque Minho estaba reconociendo que quería mantener su relación. Y aunque las ganas de saltar a los brazos del moreno le hacían hormiguear el cuerpo, el menor optó por caminar a la habitación, ponerse cómodo y acostarse nuevamente.

Minho suspiró con alivio cuando vio al chico acostarse, y dejar de protestar. No sabía muy bien lo que diría, pero al menos había ganado algo de tiempo. El moreno vio la hora, y comenzó a correr para salir a tiempo. Se bañó en tiempo record, le dejó cereales, leche y algunas frutas a Taemin en la mesa de la cocina, y avergonzándose hasta la estupidez, fue a la habitación y besó delicadamente los labios de su mocoso antes de marcharse, pensando que no había nada mejor en el mundo que tener a su chico en su cama, en su casa, y en su vida.

Minho llegó casi a las 9 de la mañana a la casa de Taemin. Vio con alegría lo hermoso que lucía su trabajo. La dulce Sra. Jang se deshizo en halagos y le comentó lo satisfecha que su jefa estaba con el jardín que había hecho el moreno. Minho se dedicó a remover los restos de tierra que habían quedado desprolijos, cortó las hojas que podían convertirse en mala hierba y revisó concienzudamente cada centímetro del jardín.

Cuando eran pasadas las 2, Minho ingresaba por la cocina de la mansión, buscando al Sr. o la Sra. Jang para notificar que su trabajo estaba finalizado. Allí la anciana le entregó un sobre con una lista de contactos que la madrastra de Taemin había dejado para él, además de una generosa propina por los servicios.

-Esto es muy amable por parte de la Sra. Lee, pero por favor, dígale que no es necesario –exclamó Minho, dándole el dinero a la anciana.

-No seas orgulloso, además el trabajo maravilloso que hiciste lo vale y ella solo quiere reconocerlo –insistió la Sra. Jang.

-Con lo que me pagó, es más que suficiente, fue muy generosa pagando más que el precio de mercado, así que no puedo, simplemente no puedo aceptarlo. Podría decirle que con la lista de contactos que me dio hace mucho más por mí que con cualquier cosa, así que estoy muy agradecido.

-¿No vas a aceptar diga lo que diga verdad? –sonrió la Sra. Jang.

-Muchas gracias, Sra. Jang, fue muy agradable conocerla, y a su marido.

-Espero verte por aquí otra vez, es más, con lo contenta que estaba la patrona, de seguro te llamará nuevamente.

-Bueno, eso se verá con el tiempo –dijo Minho, no sabiendo si le gustaba la idea de volver a esa casa o no.

Cuando finalmente el moreno llegó a su departamento, parecía que había estado fuera varios días, le asustaba y a la vez le emocionaba la creciente necesidad que estaba desarrollando por el menor, pero prefirió dejar esas preocupaciones para otro momento, sobre todo cuando la imagen de un Taemin muy dormido en el suelo de su pequeña sala de estar lo asaltó apenas puso los pies en el departamento.

La televisión estaba encendida, había uno de los cobertores de su cama extendido en el suelo que estaba entre el sofá y el televisor, y que Taemin había convertido en una improvisada cama. En ese mismo espacio estaba un cuenco con restos de cereal y un vaso de jugo. Minho rio internamente por lo desordenado que era su mocoso, y lejos de molestarle aquello, lo que sintió fue una gran ternura por el chico, sobre todo teniendo en cuenta que este llevaba encima una de sus camisas, y divisaba en sus piernas un borde de uno de sus bóxers, el cabello aun lo tenía húmedo, así que le moreno dedujo que Taemin tomó un baño, comió viendo la televisión y se durmió.

Minho recogió la vajilla sucia, apagó el televisor y se recostó en frente de Taemin, admirando en silencio al chico que robaba todos sus pensamientos y emociones. No supo cuánto tiempo estuvo en eso, pudieron ser solo unos minutos, como también un par de horas, solo volvió en sí cuando vio los hermosos ojos del menor comenzar a abrirse lentamente.

Taemin le sonrió somnoliento, y solo con eso se robó el aliento del moreno. Ninguno dijo nada, solo se quedaron allí recostados, observándose en silencio y dejando el tiempo correr. Con un movimiento casi imperceptible, el menor llevó una mano hasta el rostro del mayor y recorrió suavemente el contorno de su cara, sin dejar de mirarlo y haciendo que cualquier cosa que tuviesen que decir pasara momentáneamente al olvido.

-Quiero joderte… -murmuró el moreno, moviendo su rostro hacia la mano de Taemin.

-Jódeme –respondió Taemin, mordiéndose el labio por la anticipación.

Minho fue directo hacia los labios del menor, demostrándole cuanto había extrañado sus besos. No fue delicado, no fue paciente, ni menos romántico, simplemente degustó la boca de Taemin a su antojo y se dejó saborear. Taemin sentía la lengua de Minho moviéndose dentro de su boca exquisitamente y solo podía pensar en lo jodido que había estado todos esos días sin sentirlo así, sin tenerlo.

El menor no perdió tiempo, y mientras se besaban comenzó a abrir el pantalón de Minho y a instarlo a quitárselo. Cuando el moreno pausó el beso para desnudarse, Taemin rápidamente se quitó la camisa que llevaba, y Minho se encargó de la ropa interior, quedando así ambos desnudos y permitiendo que sus cuerpos se rocen entre sí, aumentando la excitación que ya los consumía.

Minho se sentó, y Taemin se acomodó a horcajas en sus piernas haciendo que sus penes creen una fricción deliciosa que pronto hizo que el departamento se llenara de jadeos ahogados. Los chicos se unieron nuevamente en un beso demandante, mientras sus manos se permitían recorrer gustosas el cuerpo ajeno. Taemin comenzó a mover las caderas de manera pausada sobre la pelvis del moreno, haciendo que sus miembros se masturben mutuamente sin necesidad de manos.

-Me encantas… -jadeó Taemin sobre los labios de Minho.

-Y a mí me vuelves…me vuelves loco… -dijo Minho dejando pequeños besos en el cuello y pecho del menor.

Minho llevó tres dedos a la boca de Taemin, y este entendió enseguida el mensaje, chupando con gula los dedos mientras disfrutaba del continuo roce de su pene con el del mayor. Cuando los dedos estuvieron lo suficientemente mojados, Minho los llevó hasta la entrada de Taemin y sin mayor aviso ingresó el primero, deleitándose con la estrechez de su mocoso.

-Eres adictivo –jadeó Minho lamiendo los labios de Taemin.

-Mierda… creo que si no te apresuras voy a acabar antes de empezar –dijo Taemin ahogando un gemido.

-Ohh no…paciencia…relájate un poco y déjame prepararte, no quiero hacerte daño.

-Solo…solo apresúrate…por favor…Minho…

Minho trató de preparar bien a su mocoso, pero los movimientos cada vez más acelerados del menor contra su pelvis le decían que el chico tenía sus propios planes.

-Fóllame ya! –gritó Taemin.

Y eso fue suficiente para Minho. Escupiendo en sus dedos, humedeció su erección y con el mayor cuidado que su calentura le permitía comenzó a entrar lentamente en el cuerpo del menor, quien con un sonoro gemido lo recibió casi completamente.

-Hasta el fondo… -jadeó el menor, sosteniendo el rostro de Minho en sus manos mientras lo observaba directamente, transmitiéndole así que el exquisito dolor que sentía era bien recibido.

-Ohh joder… -gimió el moreno enterrándose hasta la empuñadura.

Taemin mantuvo las manos sujetando el rostro de Minho, pero ya no lo miraba, sus ojos estaban cerrados y su cabeza se fue hacia atrás con el duro movimiento. Minho lo atrajo nuevamente y mordió su labio inferior, mientras una de sus manos sostenía la espalda de Taemin evitando que este se caiga hacia atrás.

Minho esperó a que Taemin hiciera el primer movimiento, mientras tanto se entretuvo besándolo, chupándole los pezones y masajeándole las nalgas blancas como la porcelana. No fue mucho el tiempo que el menor necesitó, pronto sus caderas comenzaron a marcar un ritmo pausado, mientras su pene se rozaba descaradamente contra el abdomen de su jardinero.

Taemin se sostuvo de los hombros del mayor, y aprovechando la posición sentada en la que estaban, fue moviéndose hacia arriba y abajo, haciendo que el pene de Minho entre y salga de su culo con un movimiento certero.

Con cada movimiento, la intensidad iba aumentando, y aprovechando ese mete y saca que Taemin había iniciado, Minho le dio una certera nalgada al menor, consiguiendo un grito bastante audible.

-Jo…joder…Minho…y…eso… ¿por qué? –gimió el menor sin dejar de moverse.

-Por llamarme borracho…por el susto…que me hiciste pasar… -dijo Minho dándole otra nalgada.

-Ohhh Dios… Minhoo…

-Maldito bastardo… te gusta que te… nalguee…tu culito se estrecha…con mis nalgadas –exclamó Minho contra los labios del menor, repitiendo varias veces el golpe, siempre consiguiendo la misma reacción de Taemin.

-Mierda…ohh Mierda…tócame, Minho tócame…quiero correrme…en tu mano –gritó Taemin, dejando luego un beso húmedo en los labios de su jardinero.

-Joder…amo cuando hablas sucio.

Minho consintió a Taemin en lo que pedía, y llevó una mano hasta su miembro, moviéndola al mismo ritmo que sus caderas embestían al menor. Podía sentir como el pene del chico estaba tenso a más no poder, y con solo un par de movimientos más consiguió llevarlo a la liberación, besándolo justo a tiempo para beberse su grito de éxtasis.

El jardinero siguió embistiendo sin parar, jodiendo con intensidad el culo delicioso que tenía su mocoso, sintiendo como la entrada de este se apretaba contra su pene duro como una roca. Taemin no dejaba de besarlo, y cuando el clímax se apoderó de él, rodeó fuertemente con sus brazos la cintura del menor, apegándolo aún más a su cuerpo, sintiendo como cada terminación nerviosa cobraba vida y lo llevaba al paraíso.

-Ohh Taemin…Taemin… -gimió Minho derramándose completamente al interior del chico.

Ambos permanecieron abrazados por varios minutos, jadeando y compartiendo el sudor que cubría completamente sus cuerpos. Taemin estaba aún encima de Minho, y este último mantenía su pene enterrado en el cuerpo de Taemin.

-Se supone que ahora deberíamos estar hablando sobre nuestra relación –rio Taemin, abrazándose al cuello del mayor.

-Esta es una forma de limar asperezas –susurró Minho contra los labios del chico, antes de besarlo lentamente, ahora con calma y sin agresividad.

-Ha sido una forma muy…muy deliciosa.

-Te extrañé, ni siquiera puedo llegar a explicar cuanto te extrañé –soltó Minho sin más.

-Será mejor que estemos vestidos para tener esta conversación –dijo Taemin y Minho estuvo de acuerdo, y aunque no lo quería, se salió del menor, sintiendo enseguida la pérdida.

-Una ducha sería realmente genial ahora mismo –propuso el moreno.

-Creo que es buena idea…

-Y juntos…para apresurarnos, digo yo –rio Minho.

-Puedo con eso –exclamó Taemin riendo.

Y antes de que Taemin alcanzará a hacer cualquier cosa, Minho se levantó y lo tomó en sus brazos, cargándolo hasta el baño, y besándolo a lo largo de todo el camino, dándole una idea de que la conversación que tenían pendiente seguiría estando en ese mismo estado por un buen rato.

Notas finales:

Trataré de seguirlo la próxima semana.

Mi pag. de face

 

Bye!

 


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