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Enamorando a mi sexy jardinero (2Min) por Tatty TT

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Notas del capitulo:

Al fin puede terminar la segunda parte de este capítulo, he tardado siglos, pero lo importante es que aquí está jejjeje

Espero les guste.

 

TAEMIN

 

-Oppa…tengo sueño!

-Lo sé princesita, pero no puedes dormir ahora, estamos aterrizando –dije intentando razonar con mi hermanita, pero a estas alturas, y por mucho que la ame, la paciencia se me estaba agotando, y es que llevaba horas y horas de eternos “opaa, tengo hambre” “oppa, tengo frio…tengo calor, tengo dolor de panza, tengo ganas de jugar contigo…” y muchos otros interminables “tengo” que no hacían nada para quitar el cansancio que el cambio de hora y el largo viaje nos causaban.

-Per…pero… -exclamó con un puchero.

-Lo sé, mi amor, pero ya bajaremos del avión, pronto estaremos en casa y podrás dormir todo lo que quieras.

-¿Lo prometes? –susurró con su vocecita cansada y haciéndome ojitos.

Dios, esta niña será una rompe corazones cuando tenga 30…ó 40…bueno, quizás a los 50, tiene mucho tiempo para dedicarse a ser la bebé consentida de su hermano mayor antes de que algún imbécil intente corromperla.

-Por supuesto, Princesita. Ya verás que antes que te des cuenta estarás en casa, comiendo ese helado de almendras que tanto te gusta.

-Sííí! –Exclamó ella feliz, olvidándose al parecer del sueño y el cansancio-. Le voy a pedir a mi omma que haga pastel de helado de almendras!

Suspiré, vencido por una niña de 9 años y su eterna energía. Además, no quise desilusionarla explicándole que llegaríamos casi a medianoche a casa y seguramente mi madrastra no estaría de ánimos para prepararle esa estúpida “torta” de helado que inventó para mi hermana hace unos años, y que consistía en galletas, helado y mucha crema. Una bomba de calorías y azúcar que mi hermanita adora. Aunque tengo que ser justo, es muy probable que si ella lo pide, mi madrastra hasta se levante de la cama para preparárselo y se quede con ella hasta que se acostumbre al cambio de horario y pueda dormir. Y es que por más que me cueste reconocerlo, Sandara es para mí solo una madrastra, pero para mi hermanita es su madre y se adoran, es la única madre que ha conocido, y Sandara se ha tomado muy en serio su papel, llegando incluso a cuestionar duramente a mi padre cuando este decidió enviar a Sae Ron a un internado.

Cuando al fin aterrizamos y logramos salir del avión, ya no era Sae Ron la más quejica, ahh no!! Esta vez fue el turno de mi abuela, quien despotricaba contra los de aduana, inmigración e incluso con la maldita banda transportadora de maletas.

-Tú padre es un inconsciente, debió enviarnos en un vuelo privado, no puedo creer que estemos perdiendo tanto tiempo en este lugar repleto de gente!! –exclamó mi abuela.

Mi abuelo y yo simplemente nos encogimos de hombros, y terminamos de reunir nuestras maletas, ya le había explicado hasta el cansancio que ni a Sae ni a mi nos gusta viajar en los Jets de mi padre, además, mi abuelo no estaría muy conforme haciéndolo, así que es mejor no decir nada más para no oír nuevamente los berrinches de mi abuela.

-Abuelita, mi appa no sabe que estás aquí con nosotros, por eso no te envió su avión pequeñito! –exclamó Sae con inocencia, haciéndome reír por lo elocuente de mi princesita.

-Lo sé, cariño, lo sé –dijo mi abuela, tranquilizándose frente a la pequeña.

No estaba muy seguro de que la visita de mis abuelos sea una buena idea, papá los respeta, sí, pero las cosas siempre son tensas cuando todos ellos comparten el mismo espacio, pero supongo que tampoco es raro, es decir, se trata de sus ex suegros, los padres de su difunta esposa, e imagino que en cualquier familia eso es un tema delicado. No sé muy bien la clase de arreglo que ellos tienen, solo sé que hace unos cuatro años, cuando mi abuela enfermó del corazón, mi padre recibió un poder transfiriéndole plenas potestades para hacerse cargo de los negocios de mi abuelo, incluyendo su parte de acciones en las empresas Lee. Después de eso, mis abuelos se mudaron a Canadá, y han vivido en un barrio residencial cerca de un lago maravilloso que les proporciona la calidad de vida adecuada para mantener un estado saludable. Teniendo en cuenta que mamá era hija única, es hasta comprensible la decisión del abuelo, él mismo me explicó que cuando llegue el momento adecuado, Sae Ron y yo recibiremos todo lo que nos corresponde, y que mientras tanto mi padre está haciendo un buen trabajo.

-Mi chofer acaba de llamar, ya está aquí –avisé.

-Al fin, salgamos de una vez de este manicomio –dijo mi abuelo intentando arrastrar el carrito con nuestras maletas.

-Ay abuelo! Tú no, ya tengo a una princesa y una reina madre quejándose, no sigas tú!! –exclamé riendo, mientras le quitaba el carrito.

-No seas insolente, mocoso! –me reprendió el abuelo riendo también….ayy como adoro a mis abuelos, extraño tanto que ya no vivan en Corea.

Pasada la medianoche, al fin pude lanzarme sin mayores preocupaciones a mi adorada cama, escuchando de fondo como mi nana regañaba a mi abuela por no haberle avisado antes que llegarían de visita. Y tal como sospeché, papá no estaba, pero obviamente se enteró enseguida de la llegada inesperada y avisó que mañana mismo estaría de vuelta en el país.

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A la mañana siguiente, desperté tardísimo, y si no hubiese tenido algo muy importante en mente, de seguro habría seguido durmiendo todo el día. Al encender el móvil, comprobé que tenía muchas llamadas perdidas, y algunos mensajes, varios eran de mis amigos, pero los que captaron primero mi atención fueron los de cierto moreno sexy que parecía estar impacientándose al no poder contactarme en todo el día de ayer.

Decidí no responder sus mensajes, y me arreglé rápidamente para salir, durante estas semanas había extrañado a Minho como un loco, estaba prácticamente saltando en las paredes por las ganas de verlo, Dios! moría por sentir su piel, sus manos por mi cuerpo, sus besos embriagándome, viendo sus sonrisas, oyendo esas ideas locas que tiene sobre el amor… extraño todo de él, todo.

Sabiendo el lugar en que está trabajando, ya que me encargué de averiguarlo hace unos días, y luego de librarme de mi chofer al pedirle que me dejara en un centro comercial, tomé un taxi, y me detuve unas calles antes del edificio en que Minho está trabajando, y aproveché para comprar unos sándwiches para que almorcemos juntos. Sé que Minho no me espera, así que tengo asegurada la sorpresa, se supone que llegaría al país en dos días más, pero mis abuelos quisieron acompañarnos y decidimos adelantar el viaje.

El edificio departamental en que Minho está encargado de los jardines, está ubicado lejos del centro de la ciudad, y en la parte opuesta de mi barrio, así que caminé tranquilamente, sin preocuparme de que algún conocido pueda verme. Cuando estaba solo a una calle del lugar, la figura delgada de mi jardinero me dio la bienvenida definitiva al país, esto es lo que necesitaba, y no pudiendo contenerme más, corrí, con la bolsita de papel a cuestas, llamando a Minho y en realidad, haciendo mucho escándalo.

-Mo…mocoso!!! –respondió él, al principio sorprendido, y luego sonriendo de oreja a oreja mientras dejaba en el piso las herramientas que estaba usando y se acercaba.

-Sorpresa! –exclamé cuando estuve frente a él, deteniendo de golpe mi intención por lanzarme a sus brazos, y es que de pronto reaccioné a que Minho estaba en su trabajo y no podía solo llegar y colgarme a él como si nada importara.

Por un par de segundos, ambos nos quedamos simplemente observándonos, sonriendo y sin hacer nada más, pero luego Minho abrió los brazos, invitándome, y fue todo lo que necesité. Sus brazos me rodearon con seguridad, y la felicidad de encontrarme en el lugar y el momento correcto fueron lo más maravilloso que he experimentado en el mundo.

-Dios, como te he extrañado, de seguro no tienes idea! –exclamó Minho, con los labios pegados a mi cuello.

-Claro que me hago una idea! Te juro que habría enloquecido si me quedaba un día más lejos de ti –dije, volviéndome tremendamente cursi y baboso en un instante.

-Ay mi mocoso! Te extrañé…te extrañé…te extrañé –repetía mientras besaba afanosamente mi cuello.

-Yo también… -susurré bajito, dejándome besar y enrollando los brazos en su cuello para unirme un poco más a él.

Ok, si Minho no se preocupa por las muestras de afecto en su lugar de trabajo, quién soy yo para negarme, así que dejando de lado cualquier miedo, tomé la cara de mi moreno entre las manos y acerqué sus labios a los míos, perdiéndome al fin en ese beso que había estado esperando hace casi un mes…Dios! Cómo lo añoraba, y por la intensidad con que Minho me besaba, pude comprobar que él había pasado por la misma pesadilla que yo.

Solo nos separamos cuando ambos estábamos jadeantes y desesperados por algo de oxígeno, Minho siguió acariciando mi rostro y yo no sabía dónde dejar mis manos, recorría sus hombros, cuello, el rostro, todo lo que podía y aun así no me parecía suficiente.

-Ven…sígueme –dijo Minho de pronto, tomando mi mano y llevándome hacia un costado del edificio, a lo que parecía ser un estacionamiento al aire libre.

-¿Qué haces? –Dije riendo, cuando me pegó a una pared y quedé acorralado por su cuerpo-. Alguien puede vernos.

-Tranquilo, la sala de ventas es lo único que funciona por ahora, y la mayoría está fuera por la hora de colación, así que te tengo a mi merced –dijo mirándome con intensidad.

-Ehh…¿ok? –dije medio atontado, y es que Minho y sus malditas feromonas me estaban volviendo papilla.

Minho solo sonrió ante mi balbuceo, y sin preocuparse de nada más pegó la pelvis a mis caderas y tomando mis piernas con fuerza me hizo enrollarlas en su cintura, para luego besarme con ganas, sin darme espacio, aunque eso era lo último que quería.

Ya no me importaba si alguien nos veía o escuchaba, cuando Minho me besaba como lo estaba haciendo mi mente solo era capaz de procesar a mi moreno y su lengua, así que rápidamente me dejé llevar, y de seguro más de algún gemido se me escapó, haciendo que Minho se pegué aún más a mí, y nuestras lenguas se abusen conscientemente.

-Traje almuerzo pan…comida… -jadeé cuando nos separamos por falta de aire, y Minho se refugió nuevamente en mi cuello.

-Me alegro… -dijo él.

-¿Puedes tomarte un tiempo para almorzar? –pregunté finalmente, apartándolo de mi cuello, pero sin desenredar las piernas de sus caderas, se sentía genial cuando Minho me sostenía así.

-Si me das 10 o 15 minutos, soy todo tuyo –dijo riendo.

-Creí que ya eras todo mío –susurré, tomando su cara y haciendo que me mire de frente. Minho se puso serio, y por unos instantes se quedó simplemente observándome.

-Lo soy, y algún día, tú, mi mocoso, también serás todo mío –dijo.

-Pero…pero ya lo soy –exclamé rápidamente.

-No, no de la manera en que yo quiero –dijo dándome un piquito.

-Ehhh mejor vamos a comer, tengo hambre, ni siquiera desayuné –dije separándome de él, y manteniendo algo de distancia, intentando dejar de lado un tema que aún no sé cómo mierda voy a afrontar, ya que Minho tarde o temprano dejará de aceptar nuestro acuerdo en silencio y me exigirá tomar una decisión sobre esta relación.

-Bien, debo terminar de guardar las herramientas y supervisar el trabajo de mi ayudante, en poco estaré listo –dijo Minho.

-Ok, te espero, traje unos sándwich, están algo aplastados pero aún son comibles.

-Podríamos ir a mi departamento, pasamos por algo de helado y nos quedamos toda la tarde allí ¿Qué te parece?

-¿Y el trabajo?

-El proyecto que tenía para las siguientes semanas fue cancelado, así que por ahora tengo las tardes libres.

-Lo siento, de seguro encontrarás más trabajo –exclamé preocupado.

-Tranquilo, tengo la agenda ocupada para varios meses, no me ha faltado el trabajo –dijo con una sonrisa.

Feliz por su éxito, lo abracé, y volvimos a besarnos, Minho parecía muy relajado, por lo que me alegré por él, sé cuánto esfuerzo ha puesto en su empresa, y que esté poco a poco despegando es un gran orgullo para él.

Viendo a Minho recoger sus herramientas y tratar con un chico asustadizo que corría tras mi moreno, los minutos se me pasaron volando, y antes de pensarlo mucho, ya estaba instalado en el asiento del copiloto de su camión, mientras manejaba a su departamento.

-O ese chico es un polluelo de cascaron, o juraría que te tiene miedo –dije riendo, por el comportamiento de su ayudante.

-Te diste cuenta… -murmuró sin apartar la vista del frente.

-Claro, parecía que en cualquier momento rompería a llorar.

-Bueno, es que soy un poco bruto, creo que eres el único que me soporta.

-Mentira.

-Ok, puede que estos últimos días haya estado más gruñón de lo normal…y ese chico parece no entender el coreano, apenas puedo conseguir que siga una instrucción, me saca de quicio.

-¿Y por qué estabas gruñón? –pregunté riendo.

-Porque sí.

-Minho…

-Bueno, puede que te extrañaba más de lo que quiero reconocer –dijo haciéndose el desentendido.

-Ay por Dios, eres una cosita exquisita!!! –grité lanzándome a su cuello y besándolo mientras él intentaba mantener el camión en marcha.

-Está bien, está bien, ten cuidado…y no te pongas tan feliz, lo pasé pésimo! –exclamó.

-Yo también, pero al menos a mí me ayudó el estar con mi familia, extrañaba a mis abuelos, y Sae Ron es demasiado demandante como para detenerme demasiado a pensar.

Y así, sin darnos cuenta del tiempo que transcurría nos adentramos en una cursi conversación sobre quien había extrañado más al otro, y antes de un suspiro estábamos estacionados fuera del edificio y caminábamos Minho, el pan aplastado y yo a su departamento.

Cuando estuvimos dentro, creí que ni bien cerrara la puerta me tomaría contra la pared y me jodería hasta dejarme casi inválido, pero ahh noo, el señorito tenía otros planes, y al parecer mi declaración de antes sobre el hambre que traía me jugó en contra y Minho no dejaba de repetir que debía alimentarme.

Pero después de los sándwich recalentados, el helado que al final no compramos porque Minho tenía en su refrigerador, e incluso una taza de café, la cosa no había pasado de besos y arrumacos, y ya para el mes que pasamos separados, la verdad es que la sangre se me estaba acumulando en la cabeza…y no precisamente en la que tengo sobre los hombros.

-Ok, ¿me vas a decir por qué no me estás follando hasta dejarme sin respiración? –pregunté finalmente, cuando la paciencia se me agotó y quería saltar sobre sus huesos.

-Tenías hambre… -susurró evadiéndome.

-Minho, que ya te conozco, así que veo dos opciones, o ya no te caliento, lo que quiero creer no es así teniendo en cuenta la tienda de campaña que veo entre tus piernas, o hay algo que quieres decir o me ocultas, así que habla.

Minho comenzó a pasearse por la sala de su departamento, de vez en cuando se acercaba al sofá en el que estaba sentado y trataba de decir algo, para después volver a sus paseítos interminables. Honestamente, se me hacía incluso tierno su nerviosismo, parecía un nenito intentando confesar alguna fechoría ante su mamá y no podía pensar en nada malo que Minho pudiera hacer.

-Vamos, puedes decirme lo que sea, sabes que aunque me enoje a veces, mi mal humor dura muy poco cuando se trata de ti. Además, no puede ser tan malo, mientras no me hayas engañado, creo que puedo aceptar prácticamente cualquier cosa –dije animándolo y tratando de que se tranquilice.

-Tae…

Y de pronto, la expresión culpable de Minho hizo que mi estómago se revolviera. Él trató de tocarme, pero aún sin saber del todo lo que había hecho, sentía que no podía soportar su toque.

-Aléjate de mí! –dije arrastrándome hasta la esquina opuesta del sofá.

-Por favor, déjame explicarte, no es lo que piensas.

-Te sientes culpable, así que creo que es precisamente lo que pienso! –grité.

Rápidamente me puse de pie, dispuesto a salir pitando del departamento, todo era muy claro, Minho estuvo con otra persona, y yo no estaba dispuesto a oír los detalles, era demasiado doloroso como para someterme a eso.

-No te vayas así! Por favor, tienes que escucharme, es cierto, me siento muy culpable, esto me está matando porque siento que te fallé, pero te juro que no es algo tan grave, creo que no hice nada de lo que estás pensando –suplicó bloqueando la puerta con su cuerpo.

-Te acostaste con alguien más, gran cosa! –Exclamé con un nudo en la garganta-. Ahora déjame salir!

-No, no…no es eso, hablemos, por favor, déjame explicarte lo que sucedió.

-Déjame salir… -dije entre dientes.

-Solo fue un beso! –exclamó acelerado.

-No quiero oírte!!

-Estás siendo irracional!! Estoy intentando ser sincero contigo, no quiero tener secretos…y sí, cometí un error, pero fue solo eso, y si me dejas explicarte lo entenderás.

Tenía ganas de llorar, solo quería estar solo y dejar que la rabia y la pena que sentía saliera sin nadie de testigo, especialmente Minho! Pero, también podía ver y oír su desesperación, y parte de mí quería creer que si él estaba contándome esto, y viéndose tan angustiado, era porque de verdad quería hacer las cosas bien y se preocupaba por mí. Así que rindiéndome, me crucé de brazos y me quedé esperando para oír su “fabulosa” historia.

-Sentémonos –dijo cuando vio que no me movía del lado de la puerta.

-No quiero –respondí mirándolo con rabia. Minho suspiró, y aunque seguía pareciendo que no sabía que decir, se quedó allí en la puerta, como esperando a que intentara huir nuevamente.

-Mi ex volvió.

-Sal de la puerta, no quiero oír más, me voy! –exclamé perdiendo la cordura nuevamente.

-Apareció aquí, en mi puerta, y lo golpeé, pero estuve mal, tú me conoces, sabes que soy un gruñón, pero solo ladro, así que necesitaba disculparme, no estaba en mí quedarme con la carga de haberlo golpeado, así que fui en su búsqueda.

-Que te quites maldita sea!! No me interesa nada.

-Taemin…

-Vete a la mierda! Ahora al fin entiendo ese discursito tuyo sobre el amor y lo grandioso que es tener una relación estable y duradera, claro, estabas pensando en él, solo te bastó verlo y todo lo demás se te olvidó…y tuviste el descaro de decirme que esa maldita caja que guardas en tu armario no tenía importancia!...eres un hijo de puta, yo sintiéndome mal por ocultarte mi vida, y tú solo estabas esperando su regreso, divirtiéndote con quien se te diera la oportunidad, felicidades, ahora entiendo lo que es el amor!! –le grité, y aunque sabía que no era muy cuerdo mi alegato, la verdad es que desquitarme con él era muy tranquilizador.

-No, eso no es cierto, yo estoy contigo porque quiero estar contigo y con nadie más, ni siquiera con él, te lo juro. Pero no puedo negar que su regreso me sorprendió, fue tan inesperado que cuando se acercó a besarme no lo procese y le respondí brevemente, pero lo hice porque soy idiota, no porque sienta algo por él, y se lo dejé muy en claro, incluso le hablé de ti, no te estoy mintiendo.

La desesperación que veía en Minho al tratar de explicarme todo me dio la confianza para creer en lo que decía, tenía casi la certeza de que si hubiese hecho algo más, como dormir con ese maldito hijo de puta, lo diría, así que no tenía sentido desconfiar más de él. Pero eso no significaba que doliera menos, y aunque haya sido solo un beso, siento un pena tremenda que no se curará con sus disculpas.

Rápidamente decidí que no permitiría que el idiota que dejó ir a Minho una vez tuviera el camino libre, Minho ahora es mío, y no voy a dejar que eso cambie. Sin decirle nada más, me aparté de la puerta y me dirigí al cuarto de baño donde me encerré, y es que sí, voy a dejar pasar esto, pero aún estoy afectado y con unas estúpidas lagrimas a punto de correr por mis mejillas, así que necesitaba tranquilizarme antes de seguir enfrentando a Minho.

-Vamos precioso, habla conmigo. Si no fueras importante para mí todo esto me valdría madres, y ni siquiera te habría contado lo que sucedió, pero me importas  y no quiero mentirte –dijo detrás de la puerta.

Tenía mucha pena, e incluso me sentía avergonzado por aquello, yo mismo fui el que le dijo a Minho que no podíamos ser novios, que no podíamos tener una relación estable y todas esas mierdas, así que básicamente no tengo ningún derecho a sentirme ofendido, pero aquí estoy encerrado en el cuarto de baño, haciendo escandalo porque Minho podría volver a enamorarse de su ex, sabiendo que ese maldito tiene todas las de ganar, él ahora mismo puede ofrecerle todo lo que yo no, y es lo que más me perturba.

-Fue un simple beso, no hagas de esto algo más grande! –exclamó Minho aún detrás de la puerta.

¿Un simple beso? ¿Existe siquiera eso de un simple beso? ¿No es así acaso como se inician todas las cosas? Yo mismo fui el que le di un “simple” beso hace un par de meses y aquí estamos, así que no me venga con mierdas como esas! ¿Un simple beso? JA y yo aún creo en Papá Noel.

-Vamos, habla conmigo, si lo piensas con calma, te darás cuenta que esto no es tan grave –dijo Minho.

Y así, oyendo sus estúpidas explicaciones, rápidamente mi pena fue perdiendo fuerza ante la rabia que me estaba embargando… ¡¿este imbécil no pudo resistir a un beso?! ¡¿Cómo puede ser tan idiota para dejarse besar por alguien que supuestamente no le interesa?!

Dejándome llevar por la furia que me llenaba, me mojé un poco la cara para quitar las lágrimas, y luego de secarme salí como tromba del baño haciendo que Minho se tropiece cayendo al suelo debido a lo abrupto de mi salida.

-Bien, al fin has salido! –exclamó levantándose rápidamente y acercándose a mí.

Pero ni bien lo tuve cerca, le di un puntapié en la canilla derecha y comencé a pasearme por la habitación, mascullando maldiciones y sobre todo maldiciendo a Minho por idiota.

-¿Por qué me golpeaste? –se atreve a gritar.

-Porque eres un idiota!! Que un simple beso!! Un simple beso! Así que vas por la vida dándote besos con cualquiera, ya que son insignificantes me imagino que no debería importarme, ¡¿eso estás tratando de decir?¡ -grité, sabiendo que estaba perdiendo los estribos, pero no podía detenerme.

-No he dicho eso! Solo quiero que entiendas que lo que sucedió no significó nada para mí y ya, estás dramatizando! –me grita.

Y creo que divisé una pequeña sonrisa en sus labios, pero ahh no! Eso sí que no, si piensa que se reirá de mi está muy equivocado! Así que antes que se relaje, le di un puntapié en la canilla izquierda, haciendo caer al suelo nuevamente.

-Deja de golpearme, te voy a denunciar por violencia intrafamiliar!! –me grita aun desde el suelo.

-Eso es lo que mereces por idiota!!

Bien, me estoy comportando como psicópata, pero es que es esto o ponerme a llorar como un bebé, y no voy a caer en eso, prefiero desquitarme con Minho y hacerlo pagar por lo que hizo, lo cual quizás no fue tan grave, pero aun así me molesta. Y en eso pensaba cuando de pronto el recuerdo de la caja que Minho guardaba en su armario apareció en mi mente para molestarme. Decidido caminé hasta el dichoso armario y allí estaba esa mierda, pareciendo mofarse de mí y diciéndome que su dueño aún tiene un pase vip a esta casa.

-Aun no te deshaces de esta mierda!! –le grité, sacando del armario la estúpida caja.

-Hey, hey, hey, eso no es lo que piensas –exclamó acelerado-. No lo tiré porque contiene cosas muy valiosas para Key, y a pesar de que ya no forma parte de mi vida, no soy tan egoísta como para tirarlas sabiendo que no pueden ser reemplazadas.

-¿Key? Por la mierda Minho!! Tus intentos por arreglar esto apestan.

-Por favor, entiéndelo, hace unos días revisé por primer vez en años esa caja, ya no recordaba que contenía, pero resulta que allí están las ultimas fotos de la abuela de Key, también la única imagen que queda de su madre, son ese tipo de cosas las que hay allí, no puedo simplemente tirarlas, y por mucho que quiero que me disculpes por lo que hice, debes también entender que él fue una parte muy importante de mi vida, no solo fue mi novio por muchos años, sino también mi amigo, uno de mis mejores amigos, y en recuerdo de eso, no puedo deshacerme de sus cosas.

Mierda, odiaba todo lo que estaba diciendo, no puedo soportar que aún le importe, me duele que aún le importe. Pero lo entiendo, aunque me carcome por dentro lo entiendo, y a pesar de que tengo ganas de darle otro puntapié por ser tan buen tipo, me contengo porque sería demasiado infantil seguir golpeándolo.

-Y si viste todas esas cosas ¿por qué no se las devolviste ahora que ya sabes dónde vive? –pregunté, intentando calmarme.

-Porque no quería hacerlo a tus espaldas, creí que te molestarías si supieras que lo vi más de una vez, así que preferí hablar antes contigo.

-Ok, entonces ahora mismo tomarás las llaves de tu camión e iremos juntos a entregarle sus cosas, se las dejas en su puerta, con el conserje o lo tiras por la ventana ¿qué se yo? Cualquier cosa con tal de que eso desaparezca –exclamé decidido.

-¿Qué? No! Eso es una pésima idea.

-¿Por qué? ¿Temes que vea algo que no debo?

-No, claro que no! Por Dios Taemin esto es absurdo.

-Mira, voy a explicarte esto fácilmente, si no vamos a entregarle ahora mismo esta caja, me largo y no sé si vuelva a verte, porque no creo que pueda confiar en que no sientes nada por él, lo siento, sé que estoy siendo irracional pero no puedo evitarlo, ahora mismo me estás volviendo una persona insegura y no puedo lidiar con eso, así que decide –murmuré mostrándole cuanto me afectaba todo esto en realidad.

-Lo último que quiero es darte inseguridad… -susurró intentando llegar a mí.

-Sé que probablemente no tengo derecho a hacer esto, sobre todo teniendo en cuenta lo que te hice, pero aun así me voy a arriesgar porque no soy capaz de estar junto a ti pensando a cada instante en que puedas volver con él.

-Ok, vamos, puedo dejarle la caja en conserjería.

-Gracias…

-Yo nunca te haré daño a propósito, así que si puedo evitar que estés mal lo voy a hacer, a pesar de que creo que esto es una mala idea, nunca puede ser bueno conocer al ex de tu pareja, al menos a mí no me gustaría conocer a los tuyos.

-Lo sé, seguramente me arrepentiré de esto, pero ahora mismo no puedo pensar en nada más.

-Lo entiendo, o más bien te entiendo, quizás yo me volvería aún más loco…ok, me volví más loco cuando te vi en la fiesta de tu casa, así que no tengo nada más que decir si quieres ir –dijo invitándome a salir de su departamento y caminar a las escaleras mientras él llevaba la caja a cuestas.

Salimos de su edificio en silencio, no voy a negar que estaba cagado de miedo, pero por lo menos la actitud de Minho me daba algo de confianza…algo, porque cuando me detenía a pensar en lo que estábamos a punto de hacer, la verdad es que todo parecía incluso bizarro, pero el miedo a perder a Minho era mayor a todo eso, y necesitaba algo de seguridad…porque ay de él si lo veía sonreírle siquiera a ese idiota…

-Estamos a punto de llegar, aún estás a tiempo de cambiar de opinión –dijo Minho cuando estábamos llegando a un gran edificio en el barrio residencial en que he pasado por muchas fiestas, cortesía de Jjong y sus amigos. Así que aquí vive el innombrable!

-¿Quieres que me arrepienta de esto?-le pregunté entrecerrando los ojos con desconfianza.

-Yo solo decía… -se defendió, estacionando en un sitio vacío que encontró en el estacionamiento del edificio.

-Ya me parecía.

-Bien, no es necesario hacer esto más difícil, pasamos con el conserje y le dejo la caja, rápido y seguro –dijo caminando hacia el interior del edificio.

Y claro, eso en teoría era una buena idea, buena hasta que llegamos con el conserje y nos informó que no estaba autorizado para recibir paquetes de extraños, solo podía recibir los provenientes de alguna de las agencias de correspondencias certificadas.

-Ok, vamos al correo y le envías la maldita cosa por encomienda –exclamé molesto, logrando que el señor de portería me miré con reproche, como si me importara lo que otros opinen de mí.

-Podría llamar al departamento que desean y si tienen suerte puedo obtener la autorización del dueño para recibir su paquete –dijo el conserje.

-Está bien, haga eso –dice Minho encogiéndose de hombros.

Dios, tanto escándalo para entregarle la estúpida caja a un estúpido destroza hogares! Pero prefiero terminar con esto cuanto antes, y si tenemos que esperar su permiso para hacerlo, pues qué se le va a hacer, peores cosas se han visto.

-Tienen suerte, el Sr. Kim está en casa, dice que pueden dejar el paquete. Así que necesito que llenen este formulario, políticas de seguridad del edificio –dice el hombre.

-Ya! Ni que fuera el jodido presidente! –exclamé molesto.

-Lo dice el que vive en una casa en que me revisan con un escáner para entrar –murmura Minho riendo, y tomando el papel para comenzar a llenarlo.

-No te hagas el gracioso, Choi Minho, no estás en posición de bromear ahora mismo –mascullé pegándole un pequeño codazo en la costilla.

-Otra vez con la violencia! –murmura en mi oído, burlándose.

-Podrías parar! Llena ese formulario de una maldita vez, pareces niño de preescolar escribiendo tan lento –exclamé enojado.

-Está bien, está bien. Solo falta mi firma y podemos mar…

-Minho! –oímos decir a alguien a nuestras espaldas, jadeando, seguramente por la carrera para llegar aquí.

-Key… -dijo Minho tensándose.

Observé a Minho para medir su reacción, cada musculo de su cuerpo se veía tenso, pero a pesar de eso él siguió con el formulario y no se volteó hacia su ex. Yo por el contrario, no podía actuar con tal tranquilidad, así que cual niña del exorcista, me giré dispuesto a defender mi territorio frente a ese “recién llegado”, pero mi intención se fue a la mierda cuando frente a mis ojos apareció el mismo rubio que estuvo hace un tiempo en el edificio de Minho y con quien mantuve una breve conversación mientras esperaba a mi moreno.

-Tú!! –grité fuera de mí.

-Hola Minho –dijo él ignorándome por completo.

-Key –masculló Minho, encarándolo.

-¿Por qué traes a este niño frente a mí? –preguntó el maldito mirando acusadoramente a Minho.

Y eso fue suficiente, NIÑO!! ¡¿NIÑO? ¿Ese desgraciado se atreve a meterse conmigo después de llegar e intentar quitarme a Minho? Ahh no, se equivocó de “niño” el único que puede meterse conmigo por mi edad es Minho, así que antes que alcanzara a decir algo más le di un puñetazo en la cara a ese infeliz tirándolo al suelo, viéndolo jadear sorprendido por el golpe mientras se limpiaba un hilito de sangre que salía por su labio.

-Taemin!! –gritó Minho tomándome por la cintura evitando que vuelva a golpear al idiota, pero yo ya estaba servido, juro que golpearlo fue lo más liberador que pude haber hecho.

-Sr. Kim!! ¿Está bien? Voy a llamar a la policía –dijo exaltado el conserje.

-No, no, todo está bien, esto es un mal entendido, disculpe todas las molestias –dijo el rubio mientras se levantaba y se acercaba más a nosotros.

-En esa caja están todas las cosas que aún te unían a Minho, ya no tienes nada qué hacer a su alrededor así que déjalo en paz –dije entre dientes.

-Eras más bonito cuando…

-No le digas nada! –Exclamó Minho interrumpiendo el insulto que el idiota estaba a punto de hacerme-. Te dejé muy en claro que ni siquiera le dirigieras la palabra a Taemin.

-Entonces no debiste traerlo, no puedo creer que permitas que este niño me golpee…tú no eres así Minho –dramatizó.

-Deja de llamarme niño –dije entre dientes.

-Eres un niño, y más temprano que tarde Minho se aburrirá de tu infantil personalidad y volverá a mí, solo me queda esperar –soltó con malicia.

-Cállate, no vine aquí para oír estas estupideces, aquí tienes las cosas que dejaste cuando te marchaste, no las tiré porque se lo importante que son para ti, pero eso es lo único que conseguirás de mi -exclamó Minho categórico, entregándole la caja.

-Minho… -susurró el idiota como implorando, y aunque lo odie no puedo estar tan ciego como para no ver el dolor y la desesperación en sus ojos.

-Adiós Key, vámonos Taemin –dijo Minho, tomando mi mano y guiándome a la salida del edificio.

Minho prácticamente me arrastraba hacia el estacionamiento, y la verdad es que poco me importaba, yo seguía con la adrenalina a full y agradecía que él estuviera haciéndose cargo de mí en este momento, además tenía cierta excitación recorriéndome al pensar en cómo me defendió ante su ex, era una idiotez, pero a veces soy así de idiota.

-Minho, espera! –gritó el imbécil corriendo hacia nosotros en el estacionamiento.

-Mierda, ¿es que no tuvo suficiente? –exclamé agotado.

-Tranquilo precioso, nos iremos enseguida –me dice Minho calmándome.

-Minho, no te vayas así, sube a mi departamento y hablamos, podemos continuar la conversación que iniciamos hace unos días…en mi departamento –dijo el rubio, mirándome en lugar de a Minho.

-Sé lo que intentas, pero estás haciendo el ridículo –exclamé, sonriendo, aunque por dentro solo pensaba en volver a golpearlo e hincharle la otra parte del labio.

-¿Te contó lo que hicimos? –me dijo intentando envolverme en su intriga.

-Key, basta, deja eso, no sigas empeorando las cosas –dijo Minho cansado.

-Minho, no puedo resignarme a que mi reemplazo sea este niño! –exclamó con los ojos aguados.

-Por la mierda Key, te dije que no es tu maldito reemplazo, ya basta! Nos vamos.

Estaba cansado de los abiertos intentos del idiota por llegar a Minho, y sé que lo que estaba a punto de hacer era sumamente infantil, pero me daba igual, dicen que en la guerra y en el amor todo se vale, y yo no me caracterizo por dormirme en los laureles, ahhh no! Así que antes de que Minho me llevara a su camión, tomé firmemente su rostro y ataqué su boca con gula, le di un beso de aquellos que lo volvían loco, no en vano llevó ya un tiempo conociendo a mi moreno y sé cómo encenderlo, así que rápidamente conseguí mi cometido y tuve a Minho comiéndose mi boca y jadeando en busca de más.

-Es este niño el que hace a Minho delirar, metete eso bien en la cabeza, soy yo quien logra esta reacción con un solo beso –exclamé señalando a Minho, quien jadeaba sin apartar sus ojos de mi-. Tú dejaste escapar a este hombre maravilloso y ahora está conmigo, y lo disfruta, él es mío y yo no comparto.

Pude ver la rabia saliendo en oleadas del cuerpo del idiota, pero no me detuve más tiempo, tomé la mano de Minho y está vez fui yo quien lo arrastró hasta el camión, y así, antes de que el imbécil alcanzara a decir algo más ya estábamos saliendo del estacionamiento rumbo al departamento de mi jardinero.

-¿Me acabas de reclamar? –preguntó de pronto, cuando llevábamos más de la mitad del camino.

-Puedes apostarlo –exclamé cruzándome de brazos enfrentándolo.

-Eres lo más exquisito del mundo cuando te vuelves posesivo.

-No intentes hacerte el lindo conmigo, aun te tengo en la mira por besar a ese imbécil.

-¿Qué puedo hacer para que me perdones? –preguntó seductoramente.

-No lo sé, pero más te vale que sea algo bueno.

Notas finales:

Bien, y ¿Taemin estuvo a la altura o n?? quizás un poco maniático pero así cualquiera jjejejej

trataré de subir el siguiente pronto.

Besoss

Y perdón por demorar tanto las actualizaciones, a veces quiero hacer muchas y seguido, pero es tan complicado.


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